[align=center][b][font=Times][SIZE=3][Harmony Brasher | Calles de Moondale – Bar de Lorne][/SIZE][/font] [/b]
Me paré frente a un semáforo en rojo y miré al suelo. Hacía un rato que había dejado mis cosas en la habitación, pero no había visto a mi compañera. Aunque también era verdad que apenas me había quedado allí para ver si ella llegaba y poder conocerla: no tenía ganas de estar en la residencia, tenía ganas de dar una vuelta por la ciudad y tomar el aire.
No había una razón especial. Bueno, sí que la había. Había pasado todas las navidades metida en casa, con la familia, y necesitaba reencontrarse con Moondale. A diferencia de años anteriores, aquel año por fin habían hecho una visita a Shawnee. Había echado tanto de menos a mi familia de allí que casi me daba la sensación de que había pasado una vida sin verlos, y seguramente por esa razón lo había pasado tan bien. A pesar de los apretones de mofletes de la abuela Gertrud. A pesar de los interminables monólogos de la tía Marie sobre que debía llevar cuidado con los chicos, porque ella ya había tenido muy malas experiencias por su culpa y sabía de lo que estaba hablando. A pesar de las comidas interminables que te dejaban con la sensación de que no ibas a poder moverte el resto de tu vida de lo llena que estabas. Pero bueno, eran cosas que una debía aguantar, y que solo eran una pequeña parte mala de una gran todo bueno.