Moondale

Etiqueta: Noah Arkkan

  • REENCUENTRO EN LA KVASIR PARTE I

    Jane – Kvasir

    Noche

    Cuando los tratos terminaron, Caitriona tuvo el detalle de dejarnos en la puerta de la nave. Fuimos apareciendo con segundos de diferencia y sentí un alivio enorme al ver a la imponente Kvasir frente a mí.

    Nunca habría pensado que un cielo nocturno permanente me produciría semejante sensación de paz, pero así fue.- [Xander]¿Estáis todos bien?[/Xander].- el primero que habló fue Alexander. No sabía si era su genética de Echolls o parte de su personalidad, pero no disimulaba que tenía aspiraciones de líder del grupo. Y había algo en eso que me molestaba. Quizás porque yo también quería lo mismo, aunque en mi cabeza compartía el liderazgo con Ellie.

    (más…)

  • EL LABERINTO NO SE RESUELVE SOLO

    4×10 – The Season of the Witch

    Lexie – Laberinto

    ¿Tarde?

    Cuando recuperé la consciencia y me puse en pie, vi que a mi alrededor solo había setos. Eran como los que mi madre había insistido en poner alrededor de la piscina, pero en lugar de delimitar un lugar concreto, parecían formar caminos. Esperaba equivocarme, pero parecía un laberinto.

    – [Noah] Es imposible usar mi poder. [/Noah]- escuché decir a Noah, que estaba tan confuso como yo.

    – [Lexie] Pues te aguantas como el resto nos aguantamos[/Lexie].- le solté de malos modos. Él, tan hiperactivo como siempre, intentaba usar su poder en vano. Por más que quería echar a correr, aparecía a mi lado una y otra vez, despeinándome.

    – [Noah] ¿Estás molesta conmigo? [/Noah]- me preguntó una de las veces y me coloqué el pelo de mala manera. El agua espacial era buena, pero yo prefería la de Louna y mis productos de marca buena, no aquellos con letras indescifrables que solo entendía Vera y que quizás eran el equivalente al Fairy de esa galaxia.

    (más…)

  • AL MÁS PURO ESTILO LOUNA

    Lexie – Nave

    Noche

    Nos encontramos con el otro grupo en el pasillo central de la Nave, el que conectaba con lo que esta gente llamaba «La Sala Común». A mí eso me sonaba a Harry Potter. Creo que le tenía manía a esa saga por culpa de Idris. Una vez, cuando teníamos once años, aparecí con el primer libro debajo del brazo y aquí mi colega se puso a decirme: «¿ese es el libro del puñado de blancos heteronormativos que salvan el mundo de un malo sin nariz?»

    Me dolió, para qué vamos a negarlo ahora. La mitad de las palabras que me dijo no me sonaron a nada, , pero Idris era mi modelo a seguir. Acabé donando el libro a una tienda que compraba cosas de segunda mano y me olvidé del mago inglés para siempre.

    (más…)

  • ALGO PRODUCTIVO

    Kaylee – Nave

    Mediodía

    Aunque hubiera cambiado de cuerpo, seguía estando en mi cabeza. Todos los miedos, inseguridades y preocupaciones seguían estando dentro de mí. Daba igual que ahora tuviera barba y midiera veinte centímetros más. Al menos, no me picaba el hombro.

    No es que estuviera cómoda con el cambio, pero la otra opción era dejarme llevar por el pánico, cosa que me daba bastante bien.

    Cole y yo nos habíamos quedado en la cocina. Hablar con él era agradable, porque era un tío muy zen y liberado de prejuicios. No era lo que una esperaría de un hijo de Logan Villiers, pero la vida a veces nos daba sorpresas.

    – [Noah]¿Se puede?[/Noah] – Noah, con el cuerpo de Leo, dio un par de golpes en la piedra de granito gris claro de la isla de la cocina.

    (más…)

  • BESOS Y TRAJES FUTURISTAS

    HENRY L. CROWE

     NAVE – NOCHE

    Por mucho que estuviéramos en una nave espacial y la emoción que eso pudiera despertar, el entretenimiento se resumía en leer en la biblioteca o hacer ejercicio en el gimnasio, y no era muy bueno haciendo ejercicio. Así que me apunte a jugar al verdad o reto sin ser muy consciente en lo que eso podría desencadenar.

    En cuanto empezó el juego comprendí que esto no iba a ser un verdad o reto normal como esos que ves en las películas, Idris había llevado el juego un paso más allá y quien no cumpliera sus retos sufriría un pequeño castigo como granos y demás ligeras molestias en la piel.

    Todo se estaba desarrollando tal y como pensaba, por lo que cuando la botella cayó en Laura sabía lo que se avecinaba. La botella giro una segunda vez hasta pararse en mí.

    -[Laura]Reto.-[/Laura] Me sorprendió la rapidez con la que lo dijo. Idris se había pasado todo nuestro viaje jugando a ser celestino y ahora tenía una oportunidad de oro.

    [Idris]Qué alegrías da la vida a veces.-[/Idris]  Idris se echo a reír y yo mire al resto esperando que alguien se adelantara al reto que estaba maquinando en su cabeza. [Idris]Un beso, nada de casto y puro. Lo voy a cronometrar.[/Idris]

    Laura se encogió de hombros y se puso en pie, nervioso hice lo mismo y nos colocamos frente a frente en el centro del círculo ante la atenta mirada del resto. Parecíamos unos animales enjaulados como los había antes en zoos. – [Laura]Si no quieres, pido verdad.[/Laura]

    -[Henry] Conociendo a Idris la verdad puede ser peor. Además es un juego tonto.-[/Henry] Intente quitarle importancia, solo era un beso. ¿Qué es lo peor que podría pasar?.

    – [Laura]Cronometra, Idris.-[/Laura] Sin darme tiempo a reaccionar me agarro por la camisa y me atrajo hacia ella, la diferencia de altura se resolvió conmigo inclinado hacia delante. Pasee la vista por la habitación hasta dar con Idris que acababa de poner el cronometro en marcha.

    – [Idris]Henry no sabía que te alegrabas tanto de verme.-[/Idris] Aparte la mirada de él para centrarme en Laura y la suavidad de sus labios. Note como posaba una de sus manos en mi cuello mientras yo no sabía qué hacer con mis brazos. – [Idris]Esto dice que lleváis un segundo.-[/Idris] Alguien comenzó a silbar, supongo que para que le diéramos más intensidad al beso, así que en un acto reflejo pose mis manos en su cintura y nos acercamos un poco más. –  [Idris]Mañana seguro que me baño con agua fría pero merecerá la pena.-[/Idris] Nos separamos y nos quedamos mirándonos unos segundos. Ella sonrió y sus mejillas se ruborizaron un poco, a lo que yo debería de estar rojo como un tomate. – [Idris]Hay un cuarto en el que no va a hacer falta calefacción.[/Idris]

    Tomamos asiento de nuevo pero desconecte por completo tras el beso, por lo que no recuerdo que es lo que les toque a los demás tras nosotros. Todos se levantaron por lo que hice lo mismo, tal vez ya habíamos terminado, había perdido la noción del tiempo. Escuche decir algo a Idris pero no sé muy bien el que, por lo que me limite a negar con la cabeza.

    -[Idris] Te arrepentirás, mis masajes son de órdago.-[/Idris] Añadió mientras posaba las manos en los hombros de Elle y avanzaba detrás de ella según se movía.

    Eche un vistazo a la mesa de bebidas y aperitivos. Era curioso cómo se parecían a los alimentos comunes de nuestro mundo. En cierta forma la gente que habitaba aquí me recordaba a los de la isla. Eran gente de diferentes épocas, de diferentes mundos con sus propias costumbres, pero todos vivían juntos como una familia.

    Las botellas eran rudimentarias sin marcas pero con contenido alcohólico sacadas seguramente de un mundo de piratas. Al menos no eran bidones de madera. Menos mal que no había comido nada de aquella comida, a saber el aliento que me hubiera dejado para el beso con Laura.

    – [Laura]No has querido el masaje de Idris[/Laura].- Me sobresalto la voz de Laura a mí espalda. Al girarme la vi parada con los brazos cruzados y un vaso de plástico en la mano. Haciendo memoria note un cierto sabor a ron de sus labios.

    – [Henry]Estoy bien. No he levantando nada de peso como para que me duelan los músculos.-[/Henry] Todo había sido cambiar cables y piezas en mal estado, había sido más sufrido el trabajo de mentira en Infinity.

    – [Laura]Pero has trabajado mucho para que la nave sea habitable[/Laura].- Bueno yo la hice habitable, pero la limpieza la fue haciendo el resto. Menos mal que no encontramos inquilinos dentro de esos de varias patas cuando entramos.

    – [Henry]No ha sido nada.-[/Henry] Fue más un entretenimiento que una obligación. Además las opciones eran hacerlo habitable o dormir a la intemperie.

    – [Laura]Sí lo ha sido. No te quites mérito[/Laura].

    – [Henry]Tú lo que quieres es que le diga que si por si te llevas un masaje también.-[/Henry] Recordé que de pequeños nos reíamos de Vine porque parecía que le estaba haciendo un masaje a alguien cuando iba a sus espaldas. Si te parabas a pensarlo ahora lo más seguro es que estuviera intentando matarlos.

    – [Laura]Me vendría bien[/Laura].- Añadió sonriendo y me fije en la venda que sobresalía de su guante.

    – [Henry]¿Que tal la muñeca?.-[/Henry] Tenía la impresión de que siempre le sacaba este tema, pero era porque me preocupaba por ella.

    – [Laura]Mejora más lento de lo que esperaba, pero bueno[/Laura].- Se encogió de hombros mientras le daba un sorbo a su bebida.

    – [Henry]Sobre lo que acaba de ocurrir…-[/Henry] Empecé a decir pero fui incapaz de proseguir.

    – [Laura]¿El beso?[/Laura]- Añadió con total naturalizad mientras que yo no era capaz ni de llamarlo por su nombre.

    – [Henry]Si… sobre eso…-[/Henry] Nunca me había costado tanto hablar en la vida.

    – [Laura]Si quieres que no signifique nada, podemos hacer como que nunca ha pasado[/Laura].- Pero ha pasado, y nunca iba a poder olvidarlo.

    – [Henry]No, no es eso. Quiero decir si para ti no significa nada…-[/Henry] Desee que sonaran las alarmas de la nave. Que nos atacaran unos marcianitos, incluso que me tragara la tierra.

    – [Laura]¿Para ti qué significa?[/Laura] Tal vez más de lo que había significado para ella, pero no me atrevía a decirle nada por el miedo a estropear nuestra amistad.-[Laura]Bueno, te dejo que te lo pienses[/Laura].- No tenía nada que pensar, yo ya sabía lo que significaba- [Laura]No te quiero agobiar y hace mucho que no hablo con Jane[/Laura].

    La observe marcharse hasta la otra punta de la habitación. Cualquier otro en mi posición hubiese reaccionado más rápido que yo. Es verdad que a veces resulta más fácil tratar con maquinas que con personas. Pensé en beberme una copa y acercarme hasta ella para besarla de nuevo y viera lo que había significado. En su lugar me marche de la sala rumbo a los dormitorios.

    Si desde que llegamos las noches habían sido incomodas, no me quería imaginar aquella. Parecíamos un matrimonio que llevaban juntos toda la vida y ahora se limitaban a mirar al techo. Una mañana amanecimos pegados, su cabeza en mi pecho y mi brazo en lugar de quedarse estirado por debajo de su cuello se fue hacia los terrenos del sur.

    – [Noah]Henry, ¿no tenías sueño?[/Noah] – Me sobresalte al escuchar a Noah llegar por detrás de mí. Debía de resultar ridículo cuando todo el mundo se acercaba a mí sin darme cuenta.

    – [Henry]¿Qué?. No, solo necesitaba pensar un poco.-[/Henry] No me había dado cuanto de que estaba parado en medio del pasillo que daba a los dormitorios.

    [Noah]- Ha sido increíble lo que has hecho con la nave.-[/Noah] Tal vez Laura tenía razón y había hecho demasiado en la nave por hacerla habitable, pero a mí no me lo parecía. Era lo único en lo que era bueno y podía ayudarles, las batallas las librarían ellos.

    – [Henry]Gracias. Lo que me recuerda que tengo algo que darte.-[/Henry] Me acerque hasta el cuarto, el cual tenía literalmente al lado y regrese con el audífono que me dio cuando salimos de Infinity para que lo arreglara. Yo sin saber cómo declararle mis sentimientos a Laura y Noah estaba a punto de darle algo al suyo que cambiaría su vida.

    – [Noah]¿Funciona?.-[/Noah] Pregunto sin quitarles ojo de encima y sujetándolo con cuidado entre sus manos como si de un tesoro se tratara.

    – [Henry]Si. Me dio por investigar la base de datos de la nave, así que llevan una pequeña actualización.-[/Henry] La nave tenía un registro de varias idiomas, supuse que de todos los planetas del Nexo, quien sabe si de algunos más. El caso es que ahora podría entender a cualquiera que hablara otra lengua.

    -[Noah]¿Y la batería?.-[/Noah] Por lo que me dijo cuando me lo entrego para ver qué podía hacer, era una de las grandes preocupaciones de Lexie.

    – [Henry]Eso es lo mejor. Calor corporal. Está regulado a la temperatura del cuerpo humano, no se gasta.-[/Henry] Había convertido un prototipo en algo completamente funcional. Si Infinity lo hubiera sacado al mercado pedirían una cantidad ridícula de dinero por ellos y serian asquerosamente ricos… más ricos aun.

    – [Noah]No sé cómo darte las gracias. –[/Noah] Noah no tenía pinta de saber hacer masajes como Idris.

    – [Henry]Considéralo un regalo por sacarnos de Infinity.-[/Henry] De no haber sido por él seguiríamos atrapados en esa prisión subterránea siendo objeto de experimentos.

    -[Noah] Es impresionante. –[/Noah] Con algo más de emoción y sin miedo a romperlo le echo un vistazo más detalladamente. [Noah]- Esto es territorio de ciencia ficción y te las has arreglado para ponerlo en marcha.[/Noah]

    – [Henry]Entrando en temas de ciencia ficción. ¿Para qué crees que son estas habitaciones?.-[/Henry] Le enseñe las dos habitaciones que estaban antes de llegar a los cuartos. Si pasabas con prisas de un lado a otro apenas eran perceptibles, todo era demasiado futurista y dos habitaciones con impresoras no llamaban especialmente la atención. Noah se disponía a decir su teoría pero Julia se quedo parada en la puerta observándonos.

    – [Julia] Si que tenéis fijación con los armarios. –[/Julia] Debía de venir de las duchas porque llevaba una bata, una toalla liada en el pelo y unas zapatillas de estar por casa. Lo cual era gracioso porque después de todo estábamos en su casa.

    – [Henry]¿Armarios? ¿Entonces esas impresoras?.-[/Henry] Pregunte esperando la respuesta obvia por parte de Julia.

    -[Julia] Pues para la ropa. Se imprime, como tú dices.[/Julia] – Se acerco hasta la impresora y tras encenderla nos enseño varios modelos de ropa y uno en concreto que parecía un uniforme futurista que llamo la atención de Noah.

    – [Noah]Podríamos usar eso como traje de grupo.[/Noah] – Se notaba la emoción de Noah en sus palabras y en el brillo de sus ojos. Julia por el contrario no parecía tan emocionada y negó con la cabeza marchándose. – [Noah]Y si alguien supiera podríamos hacer ropa de época.[/Noah]

    – [Henry]No sé donde le he dado pero he cambiado el color del traje.-[/Henry] Lo típico de las impresoras que te pones a trastearlas y acabas con un traje futurista de colores.

    – [Noah]Podríamos llevar trajes cambiando parte del color.-[/Noah] El audífono le había hecho ilusión por lo que significaría para Lexie, pero esto lo estaba disfrutando para él. –[Noah] Parece muy resistente.[/Noah]

    – [Henry]¿Quieres ser el primero en probarlos?.-[/Henry] Asintió emocionado, así que busco un color hasta dar con un verde parecido al de su forma Rakkthathor. Si no le hubiese dicho que probablemente tardaría toda la noche en hacerse se habría quedado en la puerta esperando que estuviera listo.

  • EMPIEZA EL JUEGO

    Lexie – Nave

    Tarde-Noche

    La Nave estaba bien. Al menos, había agua corriente, camas cómodas y comida. El problema era que no nos iba a durar eternamente, porque pronto tendríamos que volver a la tarea que nos habían encomendado los Daë. Señor, qué pereza.

    En el mundo hay dos tipos de personas: los héroes/heroínas y los que nos quedamos en nuestra casa con las puertas cerradas cuando pasa algo chungo. Yo era de las segundas. Admiraba a Noah y me parecía muy bonito que quisiera aprovechar los poderes que tenía por raza para hacer el bien, pero no todos habíamos nacido con esas aspiraciones.

    (más…)

  • UNA LUNA SIN TIEMPO

    NOAH ARKKAN

    Pasó todo tan deprisa que solo gracias a mi poder llegué a verlo. Eleanor, la Kvasir de ese grupo de Daë, cogió uno de los artefactos de los brujos y lo utilizó para teletransportarnos a todos a otro lugar.

    Estábamos en una zona alejada, más elevada, desde la que se veía el pueblo y el ejército de máquinas a lo lejos.

    A mi alrededor, casi todos estábamos desperdigados por el suelo, culpa del cambio súbito de localización. A mi me estaba costando levantarme por el dolor de la pierna, que ya había empezado a curar y dolía aún más.

    El artefacto estaba en mitad de nuestra posición, destrozado completamente. Comprobé que Lexie, Kaylee, Sophie, Mike y Niall estuviesen bien. Eleanor estaba allí de pie, asegurándose de que sus compañeros, que ya eran Eldric, Ugg’Krah y Richard, además de Rlia.

    – [Noah]¿Eres Eleanor?[/Noah] – pregunté, cuando se acercó a mí para ayudarme a levantarme. Sus compañeros se acercaron a los demás y les ayudaron también.  – [Noah]¿Y Xander?[/Noah] –  hacía apenas unas horas que Lexie había hablado con mi primo y Eldric aún no había aparecido por allí.

    – [Eleanor]Hace meses que no sé nada de él.[/Eleanor] – respondió. Seguía pareciendo una muchacha dulce tal y como la mostraban los recuerdos de mi tío Daniel, pero se la notaba curtida por la batalla.

    – [Noah]Pero si…estaba contigo cuando hablamos hace unas horas[/Noah] – dejé salir mis pensamientos mientras trataba de ordenarlo en mi cabeza. Por aquél grupo no habían pasado unas horas, llevaban meses unidos, como ella decía, se notaba en su familiaridad, en su forma de coordinarse. Me empezó a preocupar lo que eso podía significar.

    – [Kaylee]¿Dónde estamos?[/Kaylee] – escuché preguntar a Kaylee.

    – [Sophie]La pregunta no es dónde, mi amor. Es cuándo.[/Sophie] – le respondió Sophie, que parecía haber estado atenta a lo que estaba hablando con Eleanor.

    – [Eldric]Los portales entre mundos no existen en un mismo tiempo.[/Eldric] – el Daë de Sagitario lucía impresionante en su brillante armadura. Sus ojos nos observaban a todos con sabiduría. Una de las teorías era que su poder eran las visiones del futuro y por eso conocía su camino hasta Eleanor.

    – [Kaylee]¿Eso quiere decir que puede que nos encontremos jamás?[/Kaylee] – se me instaló un nudo en el pecho cuando Kaylee verbalizó el miedo que llevaba un rato dando vueltas. Era un problema reunirnos con los demás estando perdidos en aquellos mundos. La existencia de portales como el que habían encontrado Niall y Mike daba esperanzas, pero saber que usándolos no solo saltábamos en el espacio si no en el tiempo no hacía más que complicar las cosas.

    Por suerte, Eldric negó con la cabeza serenamente. – [Eldric]Los demás han ido al refugio.[/Eldric] – alzó una mano apuntando a una de las dos lunas que apenas se veían en ese momento en el cielo despejado. – [Eldric]Algo ocurrió en el pasado y provocó la aparición de los portales entre mundos. Eso mismo hizo que allí no haya tiempo.[/Eldric] – explicó. Ni siquiera con lo que mi padre había aceptado como regalo de los Daesdi teníamos suficiente información de los Daë, ni, sobre todo, de ese cúmulo de mundos.

    – [Kaylee]Somos los más tontos…[/Kaylee] – se quejó Kaylee. No sabía en cuántos grupos nos habíamos dividido, pero aún quedaban al menos nueve.

    – [Lexie]Nos vamos a la luna, ¿te vienes?[/Lexie] – me giré y vi que Lexie se dirigía a Rlia, que parecía encantada con la idea de seguirnos.

    – [Noah]Se supone que…Rlia se va con ellos.[/Noah] – comenté, tratando de mantener la integridad del pasado. Por suerte había poca información de ello en el futuro, porque por cada acción que lleváramos a cabo podíamos provocar un desastre. Si Rlia no se iba con ellos, no podrían derrotar al mal de este mundo. Por si fuera poco, el líder de aquellos brujos era ‘El Soberano’, aunque estaba muy cambiado. Su cara no se borraría jamás de mi memoria genética, mi padre se había asegurado de recordarlo.

    – [Eleanor]¿Vendrías con nosotros?[/Eleanor] – escuché que le preguntaba Eleanor. Cuando mi tía habló con Rlia en sus Pruebas, recuerdo que dejó ver que estaba enamorada de otra de las Daë. Por su forma de hablar con ella, parecía que sería Eleanor.

    – [Eldric]Nos vendría muy bien tu ayuda para acabar con esta tiranía.[/Eldric] -la animó Eldric. Ugg’krah asintió y murmuró guturalmente algo que imagino que serían palabras de ánimo.

    – [Rlia]Voy por ti, rubia.[/Rlia] – la vi alejarse de Lexie y guiñar un ojo a Eleanor, que parecía cohibida. Aún tenían mucho que pasar en sus vidas. Esperaba que Rlia mantuviese su espíritu durante mucho tiempo, pero en las Pruebas parecía más derrotada.

    Me destrozó pensar que estaban tan llenos de esperanzas por salvar sus mundos y que pese a que lo consiguieran, no llegarían a verlo jamás.

    Lexie se encogió de hombros y caminó en la dirección que nos había indicado Eldric. Allí en algún lugar encontraríamos unas pintadas rupestres que nos conducirían a aquella Luna.

    – [Noah]Mucha suerte.[/Noah] – les miré, eran auténticos Daë. Me forcé a recordarles, porque su historia no podía volver a perderse.

    – [Eleanor]Gracias.[/Eleanor] – respondió Eleanor, con una sonrisa cálida. Continuaron su camino a pie. Parecía que aún no iban a abandonar ese mundo y me pregunté cuánto más habrían pasado en sus vidas antes incluso de realizar las Pruebas. No parecían limitarse solo a cruzar de mundo en mundo reclutando nuevos miembros, si no preocupándose de las gentes de esos mundos y tratando de ayudarles. Todo en ellos parecía indicar eso y me hizo tenerles aún en mayor estima.

    Podían no tener una misión clara, no conocer qué les deparaba el futuro ni su papel en toda la historia, pero seguían adelante con el propósito de ayudar a los demás.

    Mike me inmovilizó mejor la pierna mientras una impaciente Lexie nos esperaba para irse de aquél mundo. Después de un rato caminando, un nuevo teletransporte nos llevó a aquella sorprendente luna.

    Frente a nosotros, una enorme ciudad llenaba el horizonte, rodeada solamente de naturaleza sin fin. Nuestro camino no estaba en aquella ciudad, si no en un punto concreto que el Daë nos había indicado.

    A esas alturas uno cabría pensar que nos podríamos esperar cualquier cosa. Pero no, que nuestro refugio en aquella luna sin tiempo iba a ser una nave espacial estrellada, era lo que menos me esperaba.

    Lo que sí tenía claro era que si queríamos ser unos verdaderos Daë y salvar también nuestra Tierra, teníamos que dejar de lado la misión y centrarnos en lo verdaderamente importante, las personas. Y si queríamos hacer eso, primero necesitábamos tomarnos un descanso y solucionar nuestros propios problemas.

  • MALA ELECCION DE PALABRAS

    NATE «NIALL» ALLEN

    ESFERA DAONNA

    Debía de existir algún modo de viajar más seguro que este porque estaba empezando a estar cansado de salir volando por los aires y aterrizar con el culo o hacer la croqueta por el suelo. Seguro que los demás eran mejores en esto y aterrizaban hincando la rodilla en el suelo como los superhéroes.

    Al menos el suelo estaba más mullido por una cantidad ridícula de vegetación. Cuando eche un vistazo alrededor era lo mismo, vegetación por todos lados apenas se alcanzaba a ver algo más allá de dos metros.

    Me moví junto a Mike intentando buscar un sendero o camino que pudiéramos usar para movernos sin extraviarnos mucho. Algo cerca de nosotros comenzó a moverse entre la vegetación, solo esperaba que no fuera otro licántropo o machirulos con armadura porque no tenía más ganas de correr. De entre la maleza aparecieron Sophie y Kaylee las cuales iban agarradas del brazo para no caerse entre tantos matorrales.  [Sophie]- ¿Pero qué hacen ustedes aquí?[/Sophie]

    – [Mike]¿Dónde es aquí, exactamente?[/Mike] – Me pregunte lo mismo. Pensaba que alguien nos había cogido desprevenidos y nos había lanzado algún hechizo para alejarnos del resto.

    – [Sophie]En la Prehistoria, mi niño.-[/Sophie] Fue decir esto y se escullo el graznido de un pájaro, pero no un pájaro pequeñito y mono, no, un pajarraco enorme con un pico igual de grande que mi pierna el cual surco el cielo.

    – [Mike]Hace un segundo estábamos en…la edad media.[/Mike] – Mike se encontraba igual de superado que yo, pero de maneras diferentes. El era un hombre de ciencia, yo solo quería irme a casa.

    – [Niall]Ya te dije que esos huesos parecían raros.-[/Niall] Cuando me llamo para recoger unas hierbas nos encontramos con unos huesos bastantes grandes. La verdad es que dimos por hecho que podrían tratarse de alguna clase de licántropo o criatura de este tipo por cómo se las gastaban en ese mundo.

    – [Kaylee]¿Hay forma de moverse entre mundos?[/Kaylee] – Pregunto con un brillo de emoción en los ojos.

    – [Mike]Eso parece.[/Mike] – Parece no Mike, lo es. Que hemos ido a parar al mundo de los dinosaurios. – [Mike]Íbamos a coger una planta extraña y al lado había unos huesos como garras.[/Mike]

    – [Kaylee]Pues voy a ver si toco algo y aparezco en mi casa, porque no hay quien aguante a Alexandra Fenris.-[/Kaylee] Se cruzo de brazos y me identifique mucho con ella, en lo de salir de aquí, porque mi mapachito es amor.

    – [Niall]¿Lexie también está aquí?.-[/Niall] La emoción me invadió el cuerpo, me estire todo lo que daba de mi, que era poco, para mirar por detrás de Kaylee y Sophie.

    – [Kaylee]Sí.-[/Kaylee] Añadió escuetamente. Alarma, espero que no estén de bronca otra vez estas dos, que la última vez casi se arrancan las pelucas.

    – [Mike]¿Y dónde está?[/Mike] – Mike me quito la pregunta de la boca.

    – [Sophie]No sabemos.-[/Sophie] Sophie se encogió de hombros y el pelo le cayó hacia delante con esas puntas rosas. Nota mental, teñirme media cabeza de rubio en un acto de pura locura.

    – [Niall]Tía, ¿donde estas?.-[/Niall] Dije en voz alta esperando que mis palabras se las llevara el viento y dieran con ella.

    – [Lexie]¿Niall? ¿Me estoy volviendo loca y ya oigo voces?[/Lexie].- Me sobresalte al escuchar su voz y no a ella a mi alrededor. Los demás me miraban extrañados. Pues claro, juzguemos a Niall que se acaba de volver loca.

    – [Niall]Yo también te oigo. Debe de ser cosa de ese souvenir que nos han dejado, mira en tus bolsillos.-[/Niall] Me di cuenta que su voz salía de mis pantalones, vale, no es la mejor forma de expresarlo. De mi bolsillo saque una piedra de color rojo y amarillo, por el centro se entremezclaban los colores dándole un efecto bastante chulo.

    – [Lexie]Estoy con Noah que se ha hecho mierda y ahora no puede correr .-[/Lexie] Explico. Maldito Noah, es como con Lexie, se le pone un dinosaurio delante y no piensa.

    – [Niall]Busca un sitio en el que podáis esconderos y vamos a ayudaros, tengo a Mike el médico conmigo.-[/Niall] Un poco ridículo lo de Mike el médico, pero apenas lo conocíamos y tenía que hacer el énfasis en que era médico.

    – [Lexie]Creo que hay una cochambre ahí un poco más adelante.[/Lexie]- Mire delante de mí  como si estuviera a mi lado y todo era árboles. A mi izquierda en un claro a lo lejos pude divisar a lo que Lexie se refería. – [Lexie]Cuatro casas que son más pequeñas que mi baño.[/Lexie]

    – [Niall]Recibido. Ten esta cosa a mano por si tenemos que hablar más.-[/Niall] Si esto se patentaba menuda locura, piedras de colorines por móviles. – [Niall]Tenemos que movernos, han herido a Noah.[/Niall]

    – [Mike]¿Dónde van a estar?[/Mike] – Mike se recoloco la mochila en la que llevaba todos sus utensilios de medicina, o lo que buena mente había entrado en ella. ¿Me lo imagine rollo vigilantes de la playa listo para entrar en acción y salvar a alguien de un tiburón? Me lo imagine.

    – [Niall]Un poblado hacia el norte de aquí.-[/Niall] Me quite la gorra que había olvidado por completo que llevaba, hacia demasiada humedad y empezaba a notar los sudores.

    – [Mike]¿Ese?[/Mike] – Señalo a lo lejos y asentí. Justo por detrás se levantaba una columna de humo que antes no estaba.

    – [Sophie]Lo mejor será que vayan ustedes y nosotras nos quedemos aquí.-[/Sophie] Propuso Sophie. Tía es que nunca has visto una peli de terror, nunca separarse, y menos si eres negro… Y SOMOS TRES.

    – [Kaylee]No, lo mejor es que vayamos todos juntos.-[/Kaylee] Dijo la única blanca del grupo, vale que no estábamos en una peli de terror, pero fijo que los dinosaurios venían antes a por nosotros que a por ella.

    – [Mike]Y rápido.[/Mike] – Dicho y ello echamos a correr en dirección al poblado con cuidado de no llamar la atención de los dinosaurios. Y los dinosaurios no eran nuestra única preocupación, los mosquitos eran del tamaño de mi cabeza y otros insectos terrestres parecían pequeños chiguaguas. Para colmo esa columna de humo también se dirigía hacia nuestro punto de destino.

    El poblado estaba más hecho mierda de lo que parecía a lo lejos. Las chabolas apenas se mantenían en pie y el suelo estaba quemado como si hubiera intentando prenderles fuego varias veces.

    – [Niall]¿Hola?¿Queda alguien con vida aquí?.-[/Niall] No tenía pinta la verdad, pero solo necesitábamos esperar a Lexie y Noah para que Mike le echara un vistazo.

    – [Mike]El poblado parece haber tenido gente hace poco.[/Mike] – Mire hacia donde el observaba. Había bandejas de comida tiradas y lo que parecían muñecos de paja y madera.

    – [Rlia]Aquí solo estoy yo[/Rlia].- El susto no fue pequeño. Una mujer con el pelo alborotado y las ropas raídas y sucias llenas de hollín como su cara se paro frente a nosotros.

    – [Kaylee]Pues si solo quedas tú y eres la Daë, te vienes  y chimpún[/Kaylee].- La mujer no pareció tomarselo muy bien ya que se acerco hasta Kaylee y la empujo haciéndole caer de culo. Sophie rapimente la agarro del brazo y le ayudo a levantarse.

    – [Niall]Tranquila. Solo estamos de paso, estamos esperando a unos amigos que vienen hacia aquí.-[/Niall] De nuevo, tal vez no la mejor frase que decir, la mujer observo como la nube de humo estaba cada vez más cerca, ahora si se podían divisar algunas figuras. Si nosotros desentonábamos en un lugar como aquel, esas maquinas futuristas cargadas de demonios y señores con túnica desentonaba más.

    – [Rlia]¡FUERA![/Rlia]- La voz le cambio por completo a una más gutural. No me fije en sus uñas antes y si las tenía tan largas, pero le hacía falta una manicura. Mike se puso delante de nosotros y sus uñas también crecieron un poco.

    – [Lexie]Coño, hemos llegado al festival del Furry[/Lexie].- Nunca me había alegrado más de ver a estos dos. Lexie iba cargando de Noah por un brazo, y si no hubiese visto la herida de Noah pensaría que se estaba haciendo el tonto para tener la cabeza a la altura de las tetas de Lexie. – [Lexie]Lo tuyo, Kay[/Lexie].

    Los rumores vuelan y más si los esparce Lexie, por lo visto Kaylee y Leo habían tenido o tienen rollito. Y algo de que fue virtual, no sé, no me entere muy bien porque fue escuchar sexo hetero y desconecte.

    Me acerque hasta Lexie y nos dimos dos besos al aire. La muy hija de tanuki tenía el maquillaje intacto incluso en un clima de mierda como este y sin embargo a mí las líneas de los ojos empezaba a corrérseme.

    – [Noah]Rlia, no. No tenemos nada que ver con la gente de los grilletes. No queremos llevarnos tus habilidades.[/Noah] – Como buena enciclopedia humana Noah nos dio el nombre de la mujer leona y mira que cosas si era la Daë que buscábamos.

    – [Rlia]¿Entonces qué queréis de mí?[/Rlia]- Pregunto aun desafiante lista para darle un zarpazo a quien se acercara más de la cuenta.

    – [Noah]Ayudarte. A salir de este mundo y a salvarlo.[/Noah] – Que bien elige las palabras Noah, pero yo no había firmado para salvar nada.

    – [Rlia]¿Y vosotros vais a salvarlo?[/Rlia]- Pregunto con desprecio y no le faltaba razón. Quiero decir, cualquiera que nos viera pensaría lo mismo. Más de la mitad estaba deseando marcharse a casa. Noah miro a Kaylee en busca de ayuda, que pena no tener un bol de palomitas encima.

    – [Kay]Vamos a intentarlo, que ya es más de lo que vas a hacer tú, por lo que se ve[/Kay].- Joder tía, no la provoques, que hace 5 segundos te ha tirado de culo.

    – [Rlia]Eres muy insolente[/Rlia].- Rlia no pareció tomárselo muy mal porque estaba sonriendo de medio lado. Los malos estaban cada vez más cerca llevaban dinosaurios y demonios, seguramente controlados por los tipos de las túnicas, amaestrar un dinosaurio debe de ser imposible. Las jaulas que llevaban iban repletas de sobrenaturales con grilletes y me dio muy mal rollo.

    – [Lexie]Mi Kaylee ve un león y se pone de un tonto…[/Lexie]- Y pensar que hace no mucho se llevaban a matar y ahora serian capaces de ir a mear juntas gracias en parte por Noah.

    – [Kaylee]Calla coño, que estaba pensando la frase épica[/Kaylee].- Se quejo. Si fuera cualquier otro dejaría esto aquí para terminar de manera épica.

    – [Niall]Podemos decidir rápido. No me gustan las pintas de la comitiva que se acerca hacia nosotros.-[/Niall] Y llevaba rato haciendome pis. ¿Que hace uno en estas situaciones, se espera a que pase todo? ¿Se va detras de unos matorrales? ¿Le pide a la anfitriona leona si puede usar su baño o por consguiente agujero donde depositar excrementos?

    – [Rlia]¿Qué gano yo si me voy con vosotros?[/Rlia]- Es que acaso no lo ve ella misma. No sé, que no nos maten esos monstruos que van echando espuma por la boca que se dirigen hacia nosotros.

    – [Soberano]Eterna esclavitud.[/Soberano] – Un día me da un infarto y me quedo en el sitio. Un pavo con pintas militares de finales de 1900 se apareció junto a nosotros junto a otros tantos que llevaban túnicas. El que había hablado era el único que se reflejaba a diferencia del resto, no estaba físicamente aquí.

    – [Kaylee]¿Tenemos pinta de esclavistas?[/Kaylee]- Tú no cariño, pero él señor con cara de pocos amigos que acaba de aparecer sí.

    – [Soberano]De esclavos sí. Lleváoslos a todos.[/Soberano] – Los de las túnicas sacaron unos grilletes y se fueron acercando hacia nosotros.

    – [Niall]Ponme eso encima y te arranco la cabeza de un picotazo.-[/Niall] No soy una persona violenta, no me gusta pelear, pero si nos metemos en temas de esclavitud, vamos a tener un problema.

    Una piedra enorme salida de la nada se lleve por delante a varios de los típicos en túnica. Una figura enorme de roca apareció corriendo con un gruñido y se ensaño con los dinosaurios que teníamos ya encima de nosotros.

    -[Lexie] Menos mal que soy rica, porque no voy a ganar para psicólogos.-[/Lexie] Yo no era rico como para pagármelos, así que necesitaba algo suavecito para tranquilizarme, una tila sí.

    Una mujer de pelo rubio apareció también a la carrera seguida de un elfo con pelazo rubio y un arco que lanzaba flechas de luz.

    – [Noah]Son los otros Daë.[/Noah] – Nos explico Noah, mientras los tres se dedicaban a acabar con las fuerzas invasoras del mal que venían a por Rlia y nosotros.

    – [Lexie]Además de sorda debo ser gilipollas, porque yo no sabía quiénes eran.-[/Lexie] Ni tú, ni yo hermana. Somos los dos pringados del equipo que están aquí por error.

    Tras la batalla, en la que el esclavista había desaparecido en un visto y no visto, hubo un fundido a negro. Pero no el típico fundido a negro del final de una obra de teatro, no. El fundido a negro de aquí viene otra hostia en el culo como no aprenda a aterrizar de una vez en condiciones.

  • PELIGROS Y MENTIRAS

    NOAH ARKKAN

    ESFERA DAONNA

    Pensaréis que después de pasar varias horas en la prehistoria, me habría desencantado un poco con los dinosaurios, por aquello de estar en peligro mortal. Pero no, la respuesta era así de sencilla. Mi poder me permitía estar fuera de peligro y observarlos sin preocupación, salvo, claro, la prisa por encontrar a Lexie, cuya vida sí podía estar en riesgo.

    Lo que sí me daba miedo de aquél tiempo eran todas las extrañas criaturas que no eran dinosaurios y de las que no sabía qué esperarme. Desde una de las llanuras que atravesé se veía a lo lejos lo que parecía una montaña moviéndose. Cuando pude fijar bien la mirada vi que era un colosal demonio que debía de ser un puro. Aquél lugar era peligroso tanto para los dinosaurios como para nosotros.

    Me apenó no poder revisar bien aquél mundo, pero divisé más de aquellas gigantescas criaturas y estaba demasiado preocupado por Lexie como para alejarme, así que me limité a buscar por la zona por la que había caminado.

    Finalmente, mi corazón dio un vuelco cuando la vi, caminando dando zancadas cerca de un montículo de mármol granate.

    – [Lexie]Me voy de esta mierda de sitio.[/Lexie] – sentenció intentando esquivarme al ver que frenaba delante de ella. Enterré un poco el pie en la arena porque la fricción había hecho saltar una llamarada.

    – [Noah]Lexie, no hay salida.[/Noah] – traté de explicarle de nuevo. Parté de mí no entendia por qué estaba empeñada en huir, pero otra parte la conocía y claro que lo sabía.

    – [Lexie]Claro que hay salida.[/Lexie]- replicó ella, mirándome fijamente. Perdí la compostura durante unos segundos. Sus ojos eran más bonitos que cualquiera de las gemas que había visto en aquél planeta.- [Lexie]Siempre la hay.[/Lexie] – añadió. Normalmente habría estado de acuerdo con ella, pero aquella vez no podía estarlo. Solo había una, el resto estaban condenadas al fracaso.

    – [Noah]Sí, encontrar a la daë y volver a casa.[/Noah] – repliqué. Aunque pudiéramos huir de esos mundos y de la misión que nos habían encomendado, ¿debíamos? Estábamos en lo que efectivamente contaba como nuestro pasado. Si aquellos Daë no podían reunirse sin nosotros, nosotros mismos podríamos no existir. ¿Quién sabe qué clase de mundo podríamos crear?

    – [Lexie]No me interesa.[/Lexie]- respondió cruzándose de brazos. Ahora que sabía la verdad y que ella no tenía que esconderla, las diferencias entre Lexie y Allie se hacían mucho menos evidentes. Me sorprendió y me preocupó lo bien que se le daba actuar.

    – [Noah]Sea como sea, no te va a ir mejor sola. He visto…cosas extrañas por el camino.[/Noah] – había poca explicación para aquellas cosas. Traté de mirarlas poco y de no acercarme porque no dejaba de pensar en las historias y los juegos de rol de Lovecraft donde observar a aquellos seres del mal tan ancestral podía llevar la locura. “Hay más cosas en el cielo y en la tierra, Horacio, de las que han sido soñadas en tu filosofía”.

    – [Lexie]Más vale sola que mal acompañada.[/Lexie]- respondió, frunciendo el ceño para enfatizar su actitud desafiante. ¿Cómo convences a alguien de que te escuche cuando está tan enfadada contigo? Porque aquí no había más opciones, irse sola implicaba morir, por muy poderosas que fueran sus ilusiones, no funcionarían con demonios demasiado poderosos.

    – [Noah]No te voy a dejar sola. No te per…[/Noah] – empecé a decir, sin apartar la vista de ella. Cuando vi la forma a mi espalda reflejarse en sus ojos, ya fue tarde para reaccionar. Fuera lo que fuera aquella criatura, era extremadamente rápida.

    Lo que en principio había tomado por un montículo de mármol granate, era una especie de demonio cangrejo con espolones que salían disparados de su caparazón. Tuve tiempo suficiente como para mover a Lexie de la trayectoria de uno de ellos, pero no había espacio de maniobra, había disparado decenas de espolones en nuestra dirección.

    Aquello se convirtió en un acto irracional que me aterrorizó. Para alguien que tiene normalmente todo el tiempo del mundo para reaccionar y meditar cómo reacciona, tener que actuar por instinto para salvar la vida de alguien tan importante como Lexie lo era para mí, me marcó. Tardaría en descubrirlo, pero ese momento de mi vida había creado un miedo que me acompañaría durante el resto de mi vida.

    Corrí con Lexie en brazos sin saber ni siquiera a donde. Entonces me detuve, y caí de rodillas al suelo cuando el dolor llegó a mis nervios, apenas un segundo más tarde.

    Grité por el dolor y estuve a punto de perder el conocimiento al ver un espolón partido atravesando mi gemelo izquierdo. Tragué saliva e hice lo que tenía que hacer, después de pasar una eternidad pensando en mi cabeza y reuniendo las fuerzas para hacerlo.

    Aferré el espolón y tiré, dando gracias porque no fuese serrado. – [Lexie]Ahora te vas a morir y encima la culpa será mía.[/Lexie]-escuché la voz de Lexie como en una ensoñación. Realidad y sueño empezaban a ser más tenues. Estaba frente a mí, agachada, mirando mi herida sin saber qué hacer.

    – [Noah]Necesito…que me tapes la herida.[/Noah] – me arranqué una manga de la camiseta y vi que mi brazo era de color azul verdoso. En algún punto me había transformado en Rakkthathor y quizá eso me había protegido algo más. Le tendí el trozo de tela y rasgué con mis uñas el pantalón hasta la rodilla para que la tela no tocase la herida. Yo ya no podía hacerlo, me estaba costando mucho trabajo concentrarme y mantenerme despierto.

    – [Lexie]No puedo…[/Lexie]- titubeó ella, con la venda en la mano.

    – [Noah]Lexie…esto va a tardar en curarse incluso con mis poderes. Si no lo cierras, me desangraré…y…no sé cuanto, puedo aguantar.[/Noah] – sé que los Moondies habían tenido la mejor de las intenciones separándonos de la vida que ellos llevaron, pero cuando al final la vida te lleva por el mismo camino, no habría estado de más estar preparados. Por ejemplo, yo no sabía el alcance de mi metabolismo acelerado. De pequeño había tenido muchas heridas por culpa de no controlar bien mi velocidad y sí que era cierto que me curaba mucho más rápido, pero ahora estábamos hablando de un objeto atravesando un músculo. Me preocupó no volver a correr.

    – [Lexie]No sé.[/Lexie]- dijo ella. Tuve miedo. Le cogí la mano y me di cuenta de que había vuelto a mi forma humana. Mis dedos finos sintieron su piel y me sentí un poco menos aterrado.

    – [Noah]Haz…lo que puedas.[/Noah] – le pedí. Empecé a ver puntos y unos segundos más tarde perdí el conocimiento.

    Volví a abrir los ojos, desorientado, buscando la mesita de noche de mi casa. El dolor de la pierna me devolvió a la realidad. Miré mi pierna, la manga de mi camiseta estaba ahora teñida por mi sangre, cerrando la herida con un nudo rudimentario. Lexie me había arrastrado hasta una cueva y me había colocado su chaqueta detrás de la cabeza. Estaba a unos pasos, pensativa. No se había dado cuenta de que me había despertado.

    – [Noah]Gracias.[/Noah] – le dije. Mi voz sonó más débil de lo que pensaba, pero ella se giró, sobresaltada. Miré hacia abajo ahora ya con la vista más clara y vi que estaba desnudo de cintura para arriba. Me sentía como si hubiera sudado, así que quizá había tenido fiebre.

    – [Lexie]No te mueras más.[/Lexie]- me pidió, acercándose. Tenía mala cara. No podía saber cuánto había pasado inconsciente, pero no parecía que hubiese sido poco. Mientras yo no podía, ella había cuidado de mí. Sentí pena por el mal rato que había tenido que pasar allí sola.

    – [Noah]Con suerte no lo haré.[/Noah] – traté de incoporarme. No me apetecía dar pena, pero me sentí débil aún. Traté de mover la pierna pero me sacudió un latigazo de dolor. Por suerte había traído calmantes en la mochila, pero quizá debía reservarlos para algo más grave. – [Noah]No podré correr.[/Noah] – le expliqué. Esperaba que no fuese mucho tiempo, porque en aquél mundo necesitaba más poder que nunca, pero de momento, no podría correr.

    – [Lexie]Nos quedaremos aquí hasta que estés mejor.[/Lexie] – dijo ella. Me alivió pensarlo, porque no quería arriesgar mi movilidad en la pierna, pero me preocupé por Kaylee y Sophie, y por los demás de los que aún no sabíamos nada.

    – [Noah]Al menos tenemos buenas vistas.[/Noah] – desde la cueva se escuchaban las olas romper la arena. La vista que había tras Lexie era impresionante, un mar de color rosa completamente puro y limpio. Pero mis ojos preferían unas vistas más cercanas. La había echado muchísimo de menos en los pocos días que llevábamos peleados. Allie era la persona más bonita sobre la faz de la Tierra para mí, la más lista, la más divertida.

    – [Lexie]¿Quieres algo de comer o de beber? Porque te ha dado un buen chungo.[/Lexie] – preguntó. Vi que había cogido algunas cosas cercanas y había sacado también alguna de mi mochila. Parecía toda una mapache.

    – [Noah]Agua.[/Noah] – le pedí, señalando una botella. Habíamos traído bastante agua embotellada pero como el espacio no es ilimitado, Henry nos había recomendado unas pastillas para potabilizar el agua que pudiésemos encontrar y una botella con filtro. Eso nos ayudaría una temporada, aunque no nos evitaría todas las enfermedades. – [Noah]Al menos tengo la suerte de que me haya tocado contigo[/Noah] – afirmé sonriendo, tratando de pensar en algo agradable mientras trataba de beber lo justo. Racionar la comida y la bebida no resulta nada fácil. El cuerpo me pedía vaciar aquella botella, pero en su lugar bebí muy poco.

    – [Lexie]Deja de hablar e intenta guardar las fuerzas para ponerte bien.[/Lexie] – ordenó ella. Le hice caso, no le faltaba razón y tampoco habría podido llevarle la contraria de no ser así. A Lexie se le daba bien mandar.

    – [Noah]No te preocupes. Mi cuerpo se cura rápido.[/Noah]- aseguré, casi tanto para ella como para mí mismo. Mi problema en ese momento era correr. Mi poder seguía funcionando, permitiéndome ir más deprisa, pero si lo utilizaba activamente, evitaba que mis energías se centrasen en curar la herida. Ella me miraba, preocupada, así que me puse en pie apoyándome en la pared rocosa de la caverna. Dolía, mucho, pero creía que podía soportarlo, tampoco parecía que una pastilla fuese a hacer una gran diferencia teniendo en cuenta que me habían atravesado la pierna. Eso y que los fármacos, por suerte o por desgracia, no funcionaban igual en mi cuerpo. No fue algo muy divertido de descubrir cuando era pequeño.

    – [Lexie]Deja de hacer el gallito.[/Lexie] – pidió, cruzándose de brazos y mirándome fijamente.

    – [Noah]No estoy haciendo…[/Noah] – empecé a defenderme hasta que me di cuenta de que quizá podía parecerlo, así que me senté en un roca, prefería no estar tumbado. – [Noah]Vale, lo siento.[/Noah] – añadí. Aquella disculpa había salido tan automática que quizá era buen momento para añadir otra más. – [Noah]Y siento haberme ido.[/Noah] – me obligué a mirarla a los ojos. Sabía que tenía la razón respecto a las mentiras, pero irme no había beneficiado en nada nuestra relación, fuera cual fuese.

    – [Lexie]Ya, bueno, yo soy una mentirosa compulsiva, así que…[/Lexie]- replicó ella, quitándole importancia. Aquello no me lo esperaba, Lexie, mi amiga, había demostrado ser muy complicada de leer y muy cerrada en sus sentimientos. Con Allie sin embargo todo había sido más fácil, pero ahora que todas eran la misma, parecía que le costaba volver a ser abierta.

    – [Noah]Bueno, supongo que no todo era mentira.[/Noah] – le pregunté, pensando que si no era así, prefería no saber la respuesta, aunque ya era tarde. Mi mente no concebía que alguien pudiese mentir en eso y pese a otros engaños, confiaba en ella.

    – [Lexie]Pues no lo sé.[/Lexie]- dijo, apartando la mirada para juguetear con uno de sus anillos. Estaba preciosa, incluso allí, en mitad de la prehistoria. Sus deportivas blancas estaban manchadas ahora de barro y tierra. No, esto es el mundo real, no va a subir el monte de camino a salvar el mundo en zapatos mágicos a los que puedes quitar el tacón y seguir caminando. Mis ojos subieron por su pantalón de licra ajustado y se detuvieron en su vientre desnudo por su sudadera con mangas. Mi cabeza le estuvo dando vueltas a qué utilidad podía tener una sudadera con la que cogías frío, pero solo me duró una milésima de segundo porque me distraje subiendo la mirada de nuevo hasta su rostro. – [Lexie]Miento tanto que a veces se me olvida qué es lo que he dicho.[/Lexie] – puntualizó. No sé si se había fijado en que la miraba como si estuviera embobado y se hacía la loca o directamente estaba acostumbrada a que la mirasen con la mandíbula desencajada y no se había dado cuenta. Con ese pensamiento, aparté la vista, para mí no era solo físico, era todo, tuviese la apariencia que tuviese.

    – [Noah]Podemos intentar…decir la verdad un rato. Como un juego.[/Noah] – le propuse. Era un reto, yo tampoco decía siempre lo que pensaba o lo que sentía, pero era un buen compromiso. En una buena relación, sea del tipo que sea, no hay mentiras.

    – [Lexie]Puff…[/Lexie]- suspiró. Parecía que la sola idea de hacerlo le estaba agobiando.- [Lexie]Vale. Lo que sea por un moribundo.[/Lexie] – añadió al final, con dificultad.

    – [Noah]¿Esta es tu cara de nacimiento?[/Noah] – pregunté. Necesitaba empezar a aferrarme a algo. Me había enseñado otras de sus caras, una de ellas, la de la hija de Fenris que todo el mundo estaba acostumbrado a ver en las noticias.

    – [Lexie]Sí.[/Lexie]- dijo.- [Lexie]Esta es la verdadera Alexandra.[/Lexie] – y la creí. Para mí fue un alivio, Lexie era mi mejor amiga y durante mucho tiempo, había sentido algo por ella, pero me había enamorado de esta cara.

    – [Noah]Intentaré llamarte Lexie. Te toca.[/Noah] – respondí. Incluso forzándome, muchas veces me salía llamarla Allie, pero no, era Lexie, no Lexie Reed, Lexie Fenris. Era…complicado, pero podría con ello.

    – [Lexie]¿Por qué te fuiste?[/Lexie] – preguntó ella, sin apartar la mirada. Suspiré, la primera en la frente como suelen decir.

    – [Noah]Me sentí…traicionado. Por las mentiras. Pero no lo pensé bien. No me paré a escucharte.[/Noah] – afirmé. Sonaba a poco, pero no podía decirle más. Lamentaba haberme ido porque en ese momento estaba cegado y después me di cuenta de lo mucho que podía perder.

    – [Lexie]Te traicioné, pero en mi defensa diré que no me arrepiento.[/Lexie]- sentenció. No dudé de que decía la verdad, de hecho, no pude evitar reírme.- [Lexie]Mierda.[/Lexie] – dijo ella.

    – [Noah]No pasa nada. Eres una tanuki.[/Noah] – repliqué. Había atosigado al máximo sobre el tema a una de las pocas personas que tenía la paciencia de responderme una y otra vez, mi padrino, que incluso me había dado varios libros sobre la raza de demonios de la que venía Lexie. A la hora de la verdad, dejando a un lado los que los trataban de amenaza, todos coincidían en algo, mentir estaba en su naturaleza. No podemos luchar contra lo que somos y si queremos de verdad a alguien, eso implica querer, entender y aceptar cada parte de ellos. Al final del día, hay muchas formas de mentir que no impliquen un problema. – [Noah]La verdad es mejor, aunque sea…complicada.[/Noah] – comenté, agradeciendo que se sincerase. – [Noah]¿Querrías…volver a intentarlo?[/Noah] – añadí. Me refería a la cena, pero no solo a la cena.

    – [Lexie]No lo sé.[/Lexie]- dijo ella. Igual me había pasado de positivo con lo de que la verdad era mejor. – [Lexie]Ahora mismo quiero darte de tu propia medicina y dejarte aquí plantado.[/Lexie] – espetó, con una mirada maliciosa.

    – [Noah]No seas vengativa. Estoy intentando arreglarlo.[/Noah] – le pedí. No tenía muchas fuerzas físicamente, así que me estaba costando un esfuerzo extra sacar fuerza de voluntad.

    – [Lexie]La venganza es más divertida.[/Lexie] – respondió ella.

    – [Noah]Salvo que quieras a alguien.[/Noah] – dije yo. La última vez había echado a correr con esa palabra. Esperaba no provocar el mismo efecto.

    – [Lexie]Ya.[/Lexie]- suspiró. Aquello no tenía buena pinta.

    – [Noah]No lo has preguntado. Pero te quiero. Con esta cara, con la que sea.[/Noah] – ya estaba todo dicho, no podía esconderme ni poner excusas, era lo que sentía total y abiertamente, si no era recíproco, bueno, me tocaría curarme de una forma mucho más lenta de la que lo haría mi pierna.

    – [Lexie]El cuerpo me pide dejarte plantado ahora mismo.[/Lexie]- respondió.

    – [Noah]¿Estás segura?[/Noah] – le pregunté.

    – [Lexie]Sí.[/Lexie]- dijo ella, mirándome a los ojos.

    – [Noah]Bueno. Haz lo que quieras hacer.[/Noah] – dije ya sin fuerzas. De pronto la pierna me dolía más y notaba el cansancio de mi cuerpo y su «lentitud». Era la segunda vez que le dejaba claros mis sentimientos. Si no sentía lo mismo, no pasaba nada.

    Lexie se acercó a mí sin que la viera y me lamió la mejilla. Ya no era lo suficientemente rápido como para haberlo visto venir y si lo hubiera hecho, sinceramente tampoco lo habría evitado. – [Lexie]Miento demasiado bien.[/Lexie] – replicó, sonriendo con malicia.

    – [Noah]Me estoy dando cuenta.[/Noah] – me extraño conseguir articular palabra teniendo en cuenta que mi mente no dejaba de pensar en su…ehm…bueno, con lo que acababa de lamerme la cara.

    – [Lexie]Podemos intentar volver a ser amigos y luego lo que vaya surgiendo.[/Lexie]- propuso ella. Contuve la respiración, el que no arriesga no gana. Medité lo más rápido que pude, echando en falta unos minutos extra que me habría dado mi poder, para asegurarme de que no era acoso lo que pensaba hacer.

    – [Noah]Vale. Dame la mano, para levantarme.[/Noah] – le tendí la mano y ella la cogió, pero no esperaba que tirase de ella hasta caer sobre mí. Nuestras caras estaban a menos de un centímetro de distancia y no era capaz de besarla por si ella no quería y eso era pasarme. Supuse que por un momento de usar mi poder no pasaría nada, así que tuve tiempo para observarla y ver cómo se movía hacia mí, abriendo ligeramente los labios. Volví a mi posición y la besé, no podía seguir pensando o no lo haría nunca. Aquello fue…indescriptible. – [Noah]Yo también sé mentir.[/Noah] – le dije cuando nos separamos. Por un segundo pensé que me iba a ahogar, Lexie había continuado el beso y sinceramente, se le daba mucho mejor que a mí.

    – [Lexie]Pero mientes mal.[/Lexie] – se rió, aún sentada sobre mí. En ese momento la pierna ya no me dolía. Ni siquiera sabía si me circulaba la sangre hacia ella ni tampoco me importaba demasiado.

    – [Noah]Pero beso mejor, ¿no?[/Noah] – pregunté disfrutando de estar cerca de ella. Tenía una sensación en el pecho que me sobrecogía.

    – [Lexie]Regular.[/Lexie]- bromeó ella.

    – [Noah]Si puedes hacerlo mejor…adelante.[/Noah] – la reté, sonriendo.

    – [Lexie]Ven.[/Lexie]- se pegó a mí y volvió a besarme. Vaya si lo hacía mejor.

    Puede que lo que duró el beso volviera a hacer un poco de trampa con mi poder para aprender a hacerlo mejor, pero solo fue un poco, nada que me impidiese seguir curándome.

    Era feliz. Allí, perdido en mitad de la prehistoria, habiendo estado a punto de morir, era feliz. ¿Y sabéis lo que significa eso para alguien con todo el tiempo del mundo para pensar? Que iba a tener mucho miedo, porque tenía más cosas importantes que perder.