Moondale

Etiqueta: Noah Arkkan ‘Drake’

  • LA NIEBLA

    NOAH ARKKAN

    ESFERA NARA – MAÑANA

    Si bien a nuestra llegada a aquél mundo inspirado en el japón feudal solo le faltó una banda sonora emocionante para ser perfecto, con aquél templo en el monte y el pico nevado al fondo, tras los cerezos en flor, la bienvenida de los habitantes no fue precisamente cálida.

    No era de extrañar, aquella civilización aún no debía estar acostumbrada a ser el foco de miles de turistas de todas partes del mundo. Cole, Laura, Bowie y yo destacábamos a primera vista y Lexie, aunque en aquél momento tenía el aspecto de Xie, una chica asiática joven, normalmente de pelo oscuro pero ahora con una peluca rubia y un kimono de vivos colores que parecían sacados de cualquier franquicia de juegos de lucha, más que de la realidad. Por suerte los que nos miraban aún no conocían el concepto de apropiación cultural indebida ni la creación de arquetipos racistas.

    Lexie evidentemente no se había vestido así por reírse de nadie, si no porque lo poco que conocía de la cultura de la que procedía su lado demoníaco era sacada precisamente de esos juegos de lucha.

    Como las miradas cada vez eran más marcadas y estábamos cerca de un templo, di una vuelta rápida para observar los alrededores y les indiqué a los demás una ciudad o aldea grande a los pies de un sendero de piedra que cruzaba el bosque, comenzando por unas escaleras que estaban un poco más allá.

    El sendero parecía tranquilo y al principio agradecí la privacidad de los árboles, evitando ya las miradas de aquellos extraños, pero no tardé demasiado en empezar a darme cuenta de la inmensidad de aquél bosque y de que en realidad, a partir de aquél momento, estábamos solos contra lo que nos pudiéramos encontrar.

    La voz de Cole rompió el silencio cuando alguien se comunicó con él mediante la esfera. Era Kaylee, en Artisan estaban bien. Yo tomé la mía para no pensar demasiado y aclarar si los demás estaban a salvo.

    Mi mente buscó a Henry o a Ezra, con los que en teoría debería poder contactar, pero después de varios intentos no conseguí nada. En ese momento, Lexie estaba hablando ya con Elle. En Valantis habían tenido problemas raciales, a fin de cuentas era una época muy tumultuosa, pero estaban a salvo.

    Traté de despreocuparme respecto al equipo de Terra, evitando pensar en lo peor. El contacto con las esferas no estaba garantizado, podían estar ocupados, en peligro o simplemente no estar pendientes. En su lugar busqué a uno de los otros dos equipos.

    – [Noah]Niall, ¿todo bien?[/Noah] – pregunté al ver la familiar imagen de mi mejor amigo.

    – [Niall]De fábula. A Mike y a mí nos han tomado por dioses.-[/Niall] sentenció. La imagen se aclaró y vi que en ese momento se estaba comiendo una uva. Su piel bronceada brillaba por un maquillaje que salpicaba tonos dorados sobre ella y sus ojos estaban enmarcados en una sombra negra que ya se había aplicado antes de salir.

    – [Noah]Has encajado de maravilla.[/Noah] – me alegró saber que estaban más o menos a salvo, al menos mientras les considerasen dioses. Pero me extrañó que solo les hubiesen tomado a Mike y a él por deidades, aunque no pasaba nada mientras los demás estuviesen bajo su protección.

    – [Niall]¿Vosotros no? Noah, que en Japón no tienen dinosaurios… bueno tienen a Godzilla pero no cuenta.-[/Niall] replicó. Sonreí, era agradable hablar con un amigo. Hacía mucho que no hablaba con Cole, Laura era prácticamente una desconocida para mí y con Lexie no sabía muy bien cómo hablar después de habernos arreglado. Estábamos en una especie de limbo y tenía tanto miedo a espantarla que casi no habíamos charlado desde que llegamos a ese mundo.

    – [Noah]No parece que les gusten mucho los extranjeros. Y Lexie…no ha colado mucho.[/Noah] – resumí. Debía estar viendo el bosque a mi alrededor.

    – [Niall]Ya le dije que ese conjunto le quedaba muy bien pero que no pegaba nada a la época que iba.[/Niall] – vi que hacía una ligera reverencia a alguien «fuera de cámara». – [Niall]A nadie le gustan los extranjeros por aquí, a nosotros casi nos matan nada más llegar.[/Niall] – no fue agradable de escuchar, pero me había prometido conservar la calma. No podía preocuparme por todos ellos y había que asumir el peligro y confiar en que eran capaces de sacarlo adelante sin sufrir daño. Aunque no era nada fácil.

    – [Noah]Entonces empezásteis peor que nosotros. ¿Pero ahora todo bien?[/Noah] – pregunté para confirmar. Niall asintió y le hice una seña a Cole y Lexie para que se lo dijeran al resto. – [Noah]Si pasa cualquier cosa, avísame. Tengo esto a mano.[/Noah] – le recordé, más para sentir que tenía algún tipo de poder y evitar temer al desastre. – [Noah]El grupo de Elle está bien, ya han hablado con Lexie. Y Kaylee se puso en contacto con Cole, así que también.[/Noah] – resumí.

    – [Niall]Cuidado con la Yakuza papá.-[/Niall] se despidió. Capté la indirecta, me estaba preocupando en exceso, ya parecía mi padrino.

    – [Noah]No te acostumbres a que te alaben tanto.[/Noah] – bromeé. Era duro cortar la conexión, pero no podía estar hablando con todos los grupos en todo momento.

    Suspiré y busqué a alguien del equipo de Dagrknot, el mundo vikingo.

    – [Owen]Xander, coge el remo que me llaman por el piedra móvil. ¿Dígame? -[/Owen] escuché responder a Owen. Lo primero que vi fue su oreja cubriendo casi todo mi horizonte de visión. La imagen se alejó hasta mostrar su cara ya de un tamaño normal, seguramente Xander le había avisado.

    – [Noah]Videollamada Owen, como si fuera videollamada.[/Noah] – le recordé. – [Noah]Hemos contactado con todos menos con el grupo de Henry. Los demás están bien.[/Noah] – resumí, en caso de que aquella conexión se cortase por cualquier motivo.

    – [Owen]Define bien porque a nosotros casi nos comen unos tiburones.-[/Owen] la imagen volvió a moverse a medida que dejaba la esfera en el suelo de lo que parecía una barcaza, pero en una posición que enfocaba su entrepierna. Con las capas de las ropas vikingas me dio miedo que se viera en IMAX una parte de su cuerpo que no quería ver, a Owen nunca lo había visto con esos ojos. Mis crush con hombres nunca habían sido con nadie de mi entorno cercano.

    – [Noah]Están todos vivos sin peligro inminente.[/Noah] – aclaré, tratando de no darle vueltas a lo que acababa de decir de los tiburones. En la imagen que habían proyectado los Daesdi ese mundo se veía muy azul, demasiado azul. Si era tan acuático y ya habían estado en peligro, por mi mente pasaban muchos miedos. – [Noah]¿Puedes…? ¿Te importa subir la….esfera?[/Noah] – pregunté.

    – [Owen]Vamos en un barco con dos Vikingos, como te vean se puede liar gorda.-[/Owen] murmuró. Eché un poco en falta no poder estar en la raíz de una de mis mitologías favoritas, pero no iba a echar de menos tanta agua cerca. Prefería tierra firme sobre la que correr.

    – [Noah]Solo me verás tú, pero sí podrían oírte hablar solo.[/Noah] – le recordé. Había puesto en un tablón de la biblioteca los puntos claves de la esfera antes de irnos, pero Owen seguramente no lo había mirado. – [Noah]¿Entonces os han atacado?[/Noah] – pregunté.

    – [Owen]Desde el minuto uno. Tiburonoctopus, comefangos, y Ruby, que si fuera por ella lo hacia todo sola.[/Owen] – explicó. Parecía que había muchas amenazas en ese mundo. Allí estaban algunos de los más fuertes físcamente, menos que los de Valantis, pero quizá los segundos. Quise confiar en que si alguien podía, eran ellos. Además, Xander había dado toda la vida clases de natación con Bill. Pero Elliot…

    – [Noah]Menos mal que estáis de una pieza.[/Noah] – dije analizando cada fragmento de lo que veía a su alrededor. Xander, Ruby y Elliot estaban allí y parecían sanos y salvos. – [Noah]Nosotros vamos en dirección a la ciudad por un bosque un poco…[/Noah] – cuando tu mente va demasiado rápido y tiendes a tener bastante creatividad, tienes que tener cuidado con tu imaginación. Viviendo solo en una cabaña en mitad del bosque nunca había sido muy aficionado a las películas de miedo pero Lexie, sí. Habíamos visto unas cuantas juntos en mi cabaña y de no haber sido por mi velocidad no sé si habría sido capaz de volver solo después de acompañarla a la residencia. Ahora que lo pienso, con Allie también había visto películas de miedo en el cine y en una sesión de cine de verano. Habiendo pasado ya todo, tenía gracia ver las pistas ocultas.

    El caso es que ahora tenía la información de muchos ‘jump scare’ y criaturas terroríficas de pelis de miedo metidas en mi cabeza, listas para que mi imaginación desbordada las sacara de contexto. Concretamente aquél bosque se parecía al trailer de una película sobre el bosque de los suicidios de japón que evité ver intercambiándola por una doble sesión de ‘It’.

    – [Owen]Sombrío. Como mucho encontraréis algun cadáver.-[/Owen] parece que Owen sí había visto la peli o al menos el trailer.

    Miré aquellos árboles y la niebla que parecía cada vez más densa entre ellos. El viento silbó pero con él no trajo solo aire, si no palabras. Los pelos del brazo se me erizaron.

    – [Noah]No bromees mucho con eso, estamos escuchando susurros extraños. Como una voz que nos llama.[/Noah] .- tragué saliva. No sabía si podía correr más que un fantasma, o si reaccionaría siquiera. Los Oni eran algunos de los demonios más retorcidos que había visto. La raza de Lexie, los tanuki, parecían una fantasía Disney al lado del resto de «compañeros».

    – [Owen]El viento Noah, el viento.-[/Owen] carraspeó. Le miré extrañado. -[Owen]El viento nos favorece compañeros, Thor nos ha bendecido.[/Owen] – continuó. Escuché que después lo repetía en un nórdico antiguo que parecía dar dolor de boca.

    – [Noah]Será mejor que hablemos luego Ragnar, tened cuidado.[/Noah] – le dije. No me apetecía meterles en líos ahora que tenían un barco en el que estar seguros.

    – [Owen]Que no os coman el culo los ciervos amables.-[/Owen] me deseó. Tardé un rato en acordarme de un gif que había pasado hacía unos meses de unos ciervos de japón que estaban acostumbrados a que les diesen comida y al no hacerlo, se cabreaban bastante. Parecía tan lejano aquello, como de otra vida.

    Después de cortar la comunicación con Owen volví a intentarlo con Henry y Ezra, aún sin suerte. El silencio volvió a mantenerse entre nosotros, roto por los susurros que traía el viento, sin disipar aquella persistente neblina.

    Cole, Laura y Bowie caminaban charlando, un poco más adelantados, así que aproveché la oportunidad para acercarme a Lexie. No dejaba de darle vueltas una y otra vez a todas las cosas que no conocía de ella. Quería saberlo todo, empaparme de su vida y de su personalidad, ver cada una de sus caras. Pero sin embargo mi velocidad e impaciencia iban reñidos con su carácter, que huía de hablar demasiado de ella y «atraparse». Tenía que tener paciencia, y si había algo en mi vida que me permitiría tenerla, era estar con ella.

    Me fijé en cada detalle de ese nuevo rostro, tratando de asimilar cada facción, de repetirme que era Lexie y que si me atraía algo de ella, no estaba mal. Pero a la vez pensaba en su aspecto original y la echaba de menos, sintiéndome mal por estar allí con…ella misma. Era todo muy difícil.

    – [Xie]Como me sigas mirando, te empiezo a cobrar, pedazo de creepy[/Xie].- sentenció. Me había acostumbrado a los gestos en su cara habitual, incluso en la de Lexie Reed que al parecer era su cara «griega». Os explico un poco eso, por lo que había visto en los libros sobre los tanuki, en los libros de verdad, no los de fantasía, los tanuki tenían un aspecto propio por cada diferente cultura con la que tuviesen que mezclarse. Normalmente nacían con uno pero alternaban con el resto en cualquier momento. Eso, además de poder crear ilusiones.

    – [Noah]Lo siento. Me sigue costando acostumbrarme.[/Noah] – como no interpretaba tan bien la cara de Xie, preferí disculparme. Entonces pensé que no nos iría muy bien si empezaba a guardarme los pensamientos para mí solo. – [Noah]Quiero decir que…si ahora te hago un cumplido, ¿soy infiel?[/Noah] – pregunté, confuso, forzándome a hablar antes de pensar demasiado en lo que iba a decir.

    – [Xie]¿Si le hago un cumplido a tu parte ‘Raktatkor‘ estoy siendo infiel? Pues es lo mismo[/Xie].- explicó. Asentí, era una buena comparación, aunque mi parte Rakkthathor fuera solo una y ella tuviese…docenas.

    – [Noah]Vale, tienes razón, le doy demasiadas vueltas.[/Noah] – admití. Tenía que asumir que con cualquier cara, era Lexie Fenris, la mujer que amaba, así que querría también a todas y cada una de sus apariencias. – [Noah]En ese caso, estás muy guapa.[/Noah] – añadí, sonriendo. Lo cierto es que una vez aclarado eso con ella, este aspecto también me atraía bastante, aunque un poco menos que la Lexie original, todo hay que decirlo.

    – [Xie]Ya. Dime algo que no sepa[/Xie]

    – [Noah]Que tengo un problema y es que me atraen todas tus caras.[/Noah]

    Se echó a reír allí mismo, pero sin pararse en el camino.

    – [Noah]¿Qué tal es estar aquí?[/Noah] – aprovechando que estábamos teniendo al fin una conversación, intenté saber algo más sobre ella, sobre cómo se sentía respecto a sus orígenes.

    – [Xie]La verdad es que no siento ninguna conexión[/Xie].- dijo, encogiéndose de hombros.- [Xie]Mi padre es Alexander Fenris[/Xie]. – afirmó. Asentí. Era agradable hablar de ella sin que echase a correr.

    – [Noah]Es normal, es el que te ha criado.[/Noah] – respondí. Yamabushi, Phoenix o como se llamase en realidad había estado brevemente con su madre y había desaparecido del mapa antes incluso de que Lexie naciera. – [Noah]Pero pensé que por tus poderes de oni tendrías curiosidad.[/Noah] – comenté. Su padre no valía nada por el mero hecho de no preocuparse por ella, pero su ascendencia era parte de ella, era una tanuki sin que ello la vinculase a su padre.

    – [Xie]Meh[/Xie].- replicó.

    Le devolví una sonrisa y no insistí. – [Noah]Está bien hablar de tu vida por una vez.[/Noah] – comenté de pasada.

    – [Xie]Sí, está bien[/Xie].

    – [Noah]¿Y tu hermano? Nunca te he preguntado.[/Noah] – ni Allie ni Lexie Reed tenían hermanos, pero a la familia Fenris al completo la conocía todo el mundo en las noticias.

    – [Lexie]Ni yo por el tuyo[/Lexie].

    – [Noah]Si te molesta que te pregunte por tu vida, lo evitaré, lo siento.[/Noah] – me asustó la idea de haber preguntado demasiado.

    – [Xie]No es que me moleste, es que no tengo nada especial que contar[/Xie].-respondió encogiéndose de hombros.

    – [Noah]Solo quería saber más cosas sobre ti.[/Noah] – me disculpé, tratando de quitarle importancia con la cara que puse. Después de eso tardé un rato en saber qué decir. Pensé cientos de conversaciones pero tenía miedo de que todas acabasen mal.

    Lexie me miró y suspiró.

    – [Lexie]Mi hermano es un gilipollas[/Lexie].- dijo.

    Le devolví la mirada, fijándome en esos ojos que, sin importar su aspecto, siempre eran ella, siempre transmitían su misma intensidad, su mismo fuego.

    – [Noah]Es de la edad de Vera y Elliot ¿no?[/Noah] – comenté, para no presionar.

    – [Lexie]Sí[/Lexie].- respondió.- [Lexie]Es…como yo, pero peor[/Lexie].

    – [Noah]Bueno, tu eres objetivamente maravillosa.[/Noah]

    – [Lexie]Este se dedica a beber, decir que folla con todo bicho viviente y hacer el imbécil[/Lexie].- el claro ejemplo de una persona joven y consentida que no tiene claro el valor del dinero que maneja.

    Negué con la cabeza. – [Noah]Todavía no sabe de qué va la vida.[/Noah] – le quedaba aún mucho que aprender. Por un segundo pensé que le habría venido bien venir a este viaje como cura de humildad,  pero luego me di cuenta de que Vera, Elliot y otros que no querían llevar esta vida ya estaban aquí contra su voluntad. Ya había bastante gente arrastrada a esto.

    – [Lexie]Salvo que mi padre se arruine, no creo que lo sepa nunca[/Lexie].- continuó.

    – [Noah]Nunca se sabe. Pero si se arruina, mi cabaña es tu cabaña.[/Noah] – me acerqué y le di un beso en la mejilla, que estaba fría por el viento incesante. Después me aparté y reconozco que estaba sonrojado porque no sabía hasta donde llegar. Quizá un beso en los labios era demasiado teniendo en cuenta que no llevaba su aspecto normal.

    – [Lexie]Está bien saberlo. Siempre he tenido complejo de cerda[/Lexie].- replicó riendo. No lo entendí al momento, los nervios a veces hacían que mi velocidad pareciese ir al revés.

    – [Noah]¿De cerda?[/Noah] – pregunté. Entonces me di cuenta del chiste con la cabaña y los tres cerditos. Verdaderamente ese lobo no tendría oportunidad contra mi cabaña.

    Me di cuenta de que caminábamos ahora muy cerca el uno del otro y darle un beso me había costado bastante menos de lo que pensaba, así que me lancé sobre una idea que llevaba dando vueltas un buen rato. – [Noah]Ahora que hemos arreglado las cosas ¿te…te gustaría..salirconmigoenserio?[/Noah]

    – [Xie]Nadie sale ya[/Xie].- replicó ella echándose a reír.- [Xie]Eso es de…1990[/Xie].

    – [Noah]Soy un antiguo. Y me gustas. De verdad. Todas me gustáis…todas las lexies….no…no digo las….que también….[/Noah] – mi lengua se apresuraba demasiado y me costaba ordenar los pensamientos para no parecer un pervertido.

    Ella me llevó una mano al pelo y lo acarició.

    Suspiré. – [Noah]Lo que quiero decir es que te quiero.[/Noah] – noté como la sangre se me acumulaba en el rostro, ni siquiera fui capaz de mirarla.

    Ella se quedó callada, alucinando probablemente. Seguro que me tomaba por loco, pero la última vez que se lo había dicho había ido tan mal que no quería que se quedase en aquella impresión.

    – [Noah]Es…eso…solo quería que lo supieras.[/Noah]

    – [Lexie]Joder, Noah. Qué intenso eres[/Lexie]

    – [Noah]Después de Lexie Reed, de Allie y teniendo en cuenta que estamos perdidos y no sabemos cuando volver…no quiero perder el tiempo.[/Noah]

    – [Lexie]Yo…yo…[/Lexie]

    – [Noah]No hace falta que lo digas. Puedes decir otra cosa.[/Noah]

    – [Lexie]Eres…el Drow de mi cárcel[/Lexie].- bromeó. Le devolví una sonrisa y decidí terminar con aquella timidez insana delante de ella. Lexie era una mujer decidida, estaba cansado de titubear así que recogí fuerzas recordando aquél beso en la cueva y para cuando me quise dar cuenta, estábamos el uno frente al otro, besándonos, sin que me quedase muy claro cuánto llevábamos así.

    Fue un momento sencillamente maravilloso y podría haberlo disfrutado más si mi vida amorosa hasta entonces no hubiese sido un cúmulo de tropiezos y mala suerte. Para no romper la costumbre, los árboles del bosque empezaron a moverse a ritmo de un viento frío que nos rodeó. Aquél no era un frío normal, te calaba hondo, hasta los huesos y traía presagios de maldad y muerte.

    – [Lexie]¿Eso ha sido que hemos hecho magia con el beso o algo chungo?[/Lexie]

    Tragué saliva, sin apartarme de ella. Entonces lo vi por encima de su hombro. – [Noah]Algo chungo, Selardi.[/Noah] – dije, segundos antes de girarnos y colocarme delante. Cole, Laura y Bowie se detuvieron al vernos parados, pero su rostro cambió al ver a aquella…aparición.

    A unos metros de nosotros, entre la niebla, completamente inmóvil sobre las escaleras empedradas había una figura de aspecto femenino. Llevaba un vestido blanco sucio, a juego con su cabello oscuro enmarañado. Sobre su cara llevaba una máscara blanca con rasgos caricaturescos de mujer, pero estaba ajada, tanto que en lugar de una sonrisa parecía estar llorando.

    Cole pasó por mi lado y se colocó delante de los tres. – [Cole]Mucho cuidado al moveros y al responder.[/Cole] – caminaba lentamente y su voz era un susurro. Él tenía más experiencia con los demonios de japón, así que lo mejor sería hacerle caso.

    Como si las palabras de Cole la hubiesen activado, la mujer alzó el rostro enmascarado con la mirada fija en él y de ella surgió una voz espeluznante.

    – [b]¿Crees que soy bella?[/b]  – Cole titubeó. Traté de pensarlo por mí mismo, pero no sabía tanto de los demonios orientales  porque mi tiempo lo había invertido en los tanuki y otras especies de yokai cercanas. Sabía algunas cosas básicas, como que los espectros estaban a la orden del día y eran mortíferos y violentos.

    – [Xie]¿Qué es esto, Cole?[/Xie] – preguntó Lexie, mantiendo la voz en un susurro, algo poco característico de ella. No podía culparla, la visión era aterradora. Apenas se había movido desde que habló, pero los pocos movimientos que había hecho eran inhumanos.

    – [Cole]Una Kuchisake-onna. Si le digo que sí se quitará la máscara y nos enseñará su boca cortada de oreja a oreja antes de volver a preguntar. Si repetimos que si, nos hará lo mismo, si decimos que no. Nos matará.[/Cole] – respiró profundamente, pensando. Aquella descripción era digna de las peores pesadillas.

    – [Laura]¿Entonces qué hacemos?[/Laura] – Laura parecía estar pasando un mal momento.

    Cole siguió avanzando lentamente mientras pensaba, pero ella empezaba a impacientarse. Su pie derecho avanzó, posando lentamente su planta descalza y oscurecida por el barro en el siguiente escalón, ascendiendo hasta nosotros. – [Cole]Irá uno a uno. Yo le responderé y vosotros huís.[/Cole] – dijo con tono serio.

    Iba a replicarle, no podía ponerse en peligro para escudarnos a nosotros. Quizá tendríamos más opciones saliendo de allí a toda velocidad. Pero Cole no me dejó hablar, hizo una seña y negó con la cabeza. Me asaltó el miedo de que aquella criatura pudiera cogerme incluso a todo lo que pudiera correr.

    – [b]¿Crees que soy bella?[/b]

    – [Cole]Sí.[/Cole] – respondió. La mujer se detuvo y llevó una blanquecina mano a su máscara. Mientras se la quitaba, no pude dejar de mirar. No quería verlo, sabía que aquella imagen me perseguiría para siempre, pero fui incapaz, estaba congelado en el sitio.

    Lo primero que vi fueron sus ojos, en apariencia humanos pero con un iris blanco. Cuando terminó de quitarse la máscara lo vi. Su boca ocupaba casi toda su cara, formada por un corte de oreja a oreja desgarrando su boca completamente.

    – [b]¿Crees que soy bella?[/b]  – volvió a preguntar. Vi la señal de Cole y no esperé. Laura, Bowie y Lexie no habían pedido estar allí y yo era el único que podía sacarlas a tiempo, pero volvería a por Cole.

    No tuve tiempo a cambiar a forma demoníaca y sus tres cuerpos empezaron a pasarme factura a medida que corría a toda velocidad entre la niebla y los árboles, así que me detuve en un hueco entre árboles, sin alejarme demasiado para poder escuchar si Cole necesitaba ayuda, pero lo suficiente como para huir si era necesario.

    El viento se había parado, pero un ruido de arrastre empezó a escucharse cada vez más cerca. Miré a Laura, Bowie y a Lexie, no me atrevía a moverme de allí con ellas porque podría ir de lleno a una trampa. No sabía qué hacer.

    – [Laura]No tenía que haber venido aquí…[/Laura]- dijo Laura, aferrando la mano de Lexie.

    – [Noah]No te preocupes. Estamos juntos, estaremos a salvo. Solo falta que Cole vuelva.[/Noah] – le aseguré.

    El ruido de arrastrar se intensificó hasta que un bulto apareció tras la niebla. Me preparé para transformarme y pelear si no quedaba más remedio.

    Observé fijamente a la criatura mientras dejaba atrás la niebla y su cuerpo se distinguía mejor. Parecía también una joven de piel nívea. Busqué con la mirada sus piernas, pero no había nada que encontrar, era como aquél primer zombie de ‘The Walking Dead’, salvo que su aspecto parecía más vivo. Las puntas de su melena azabache estaban salpicadas del granate de la sangre seca allí donde rozaba con la parte inferior de su torso.

    Me fijé en que se movía arrastrándose con sus brazos, dejando tras de sí un reguero de sangre. En el brazo derecho llevaba una hoz con aspecto de estar muy afilada.

    Escuché gritos como a cámara lenta y me di cuenta de que Lexie y Laura me llamaban, desesperadas. Sin darme cuenta había entrado en supervelocidad mientras la observaba. Cuando volví a la velocidad normal me di cuenta de que aquél ser se movía muy rápido.

    Estaba a punto de coger a las tres de nuevo cuando escuché otro ruido en el bosque. Se movía rápido y el ser que estaba a unos metros de nosotros lo buscó tambien.

    Respiré aliviado al ver que era Cole quien aparecía tras la niebla y no un nuevo ser como aquellos. – [Cole]Noah aléjanos de aquí, lo más rápido que puedas.[/Cole] – pidió con dificultad, debía haber corrido como un demonio para llegar hasta nosotros.

    Asentí y los agarré lo más rápido que pude mientras dejaba salir mi aspecto de Rakkthathor. Para cuando cogí a Cole, aquél «torso» de mujer ya tenía preparada la hoz para cortarlo en dos.

    Me alejé de ella lo más rápido que pude, pero sentí pánico al ver que no conseguía poner tanta distancia entre nosotros como estaba acostumbrado. Por primera vez en mucho tiempo me sentía lento. Estaba ganando distancia pero poca y tenía que esquivar los árboles, cosa que a aquél ser no le daba mucho problema.

    Dejé de mirar atrás y me centré en el frente, con los dos corazones resonando intensamente a raíz del miedo que tenía por mí y por los que dependían de mí.

    Al final el ser se quedó atrás, pero no dejé de correr. Aquella niebla seguía cubriéndolo todo. Frente a mí y a ambos lados veía espectros de todo tipo, aterradores, observándome pasar con sus ojos muertos y una sonrisa de malevolencia.

    Ese bosque era perverso y todo en él buscaba llevarnos a formar parte de sus perpetuos habitantes.

    Seguí corriendo sin saber cuanto hasta que frente a mí, a escasos centímetros se apareció un espíritu horrendo, oscuro como la sangre seca, con un rostro que parecía humano pero estaba deformado por la oscuridad que lo corrompía. Le caían cabellos largos y blancos por el rostro, alargado, inhumano, lleno de dientes como los de los peces de las profundidades.

    Lo esquivé pero eso me hizo tropezar contra unas rocas en el camino. Traté de rectificar el rumbo y conseguí evitar que los demás tuviesen todo el golpe del «momentum» que llevaba acumulado, así que conseguí dejarlos en el suelo antes de estamparme contra un árbol.

    Lo último que vi antes de caer inconsciente fue a los espectros rodeándonos.

  • EL PUNTO DE NO RETORNO

    4×08 – POINT OF NO RETURN

    VALANTIS

    TARDE

    Tras cruzar el portal atardeciendo, el equipo liderado por Elle se alejó unos pasos de la estatua bajo un sol cegador. Antes de poder ubicarse, escucharon el pitido de un coche y se acercaron para ver como pasaba a toda velocidad por donde ellos habían aparecido.

    Dante lo habría reconocido al instante, pero para ellos lo que acababa de estar a punto de atropellarles era un coche clásico que bien podría haber estado en ‘Grease’. En la calle que había frente a ellos, decenas de coches brillantes estaban aparcados a la entrada de una cafetería.

    Las ropas de la gente y la música que se escuchaba en los altavoces de un coche aparcado no dejaban lugar a dudas, aquello eran los años cincuenta. Por la calle circulaba un grupo de hombres con chaquetas de cuero a juego. Cada uno llevaba detrás una pálida muchacha. Sin necesidad de acercarse, Elle supo que no estaban vivas.

    Noah había dado una serie de pistas para intentar identificar a los Daë. Al ver eso, humanos controlando a los muertos, todos supieron de inmediato que se encontraban en el mundo de Géminis. Ahora tenían que localizar a los dos Daë entre todas las ciudades-época que había.

     


    KARNAK

    MAÑANA

    Lo primero que sintió el grupo de Libra al dejar atrás el obelisco fue el calor abrasador. Estaban en un templo semiderruido en mitad del desierto. Ante sus ojos, no había más que arena en todas partes, con un horizonte distorsionado por el calor.

    Los trajes que llevaban bajo las ropas del desierto parecían aliviar un poco la angustia del clima del desierto. A lo lejos, casi confundidas con montañas de arena, se veían las brillantes cumbres de las pirámides en todo su esplendor, con su nívea superficie reflejando el sol y sus cumbres doradas centelleando como un faro.

    Buscaron sombra entre los pilares del viejo templo, pero antes de que pudieran siquiera hablar se vieron sorprendidos por un grupo de asaltantes. En el caos, Michael dejó salir a su bestia interior, prácticamente a la vez que Niall buscaba una escapatoria convirtiéndose en un ser mitad ave. Sophie dejó paso a su magia, pero para entonces una parte de los atacantes ya se había arrodillado ante Niall y Mike.


    DAGRKNOT

    NOCHE

    Cuando tocaron el viejo drakkar, barnizando y mantenido por los habitantes de Viltis, sabían que les conduciría a Dagrknot, pero el equipo Acuario no esperaba lo que se encontró.

    Sus cuerpos siguieron el patrón de respiración que llevaban de manera insconsciente. No había nada que se lo impidiera, salvo que de una inspiración a otra, en lugar de aire, lo que entró en sus bocas era agua. Al sentirlo, contemplaron aterrados que el portal les había llevado debajo del agua.

    Frente a ellos, hundido desde lo que parecían décadas, estaba el drakkar. Era uno de los mares de Dagrknot, por suerte, no demasiado lejos de la orilla. Con pánico trataron de ascender a la superficie, donde las nubes se arremolinaban anunciando tormenta. Bajo el agua, ocultas en la oscuridad, unas criaturas abominables les observaban, atentas, calculando fríamente.


    ARTISAN

    TARDE

    Amy tocó la fría superficie de aquella vieja locomotora, que curiosamente aún mantenía el lustre pese al paso del tiempo. Kaylee, Vera y Leo colocaron la mano tras ella y todos juntos dejaron atrás el silencio de la Luna Viltis para sumirse en el bullicio de una ciudad.

    Dejaron atrás la oxidada locomotora, abandonada en la estación como los huesos del cadáver de tiempos mejores. El suelo y las paredes de ladrillo estaban ennegrecidas y sucias por el humo de las fábricas, que se alzaban como monstruos de acero y piedra.

    La gente no tenía mucho mejor aspecto. En aquella zona, la más humilde, cerca del puerto, pasaron con cuidado por delante de adictos desplomados en las esquinas, de prostitutas ofreciendo sus favores a plena luz del día, cruzándose con trabajadores con las caras ennegrecidas y trabajadoras con las manos encallecidas.

    En los muros, entre los carteles apiñados unos sobre otros, se veía un periódico : «Barnes salva a las trabajadoras de la Textil Atkins de la pobreza.» En la foto, un hombre pelirrojo se veía evitando posar para la foto mientras caminaba junto a un gran grupo de mujeres. Unos metros más allá varios carteles anunciaban un nuevo ataque del ‘El Descuartizador de la Bahía Negra‘.


    TERRA

    NOCHE

    Inmediatamente después de tocar la estatua del soldado a caballo con las dos patas alzadas en el aire, el equipo del mundo Terra apareció en mitad de una plaza de lo que en su día había debido ser una bella y gran ciudad y ahora era poco más que un montón de escombros.

    En la plaza aún se veían puntos que no habían sido alcanzados por la devastación, pero en las calles cercanas, lo poco que permitía ver la escasa luz de las farolas que quedaban encendidas eran un montón de edificios derruidos, como cicatrices sobre el terreno.

    En ese momento escucharon el sonido de las alarmas extenderse por toda la ciudad a través de los megáfonos. Los pocos soldados que se veían cerca trataban de llevarse a algunas personas con las caras cubiertas por máscaras de gas.

    No tardaron mucho en escuchar los aviones sobrevolar la zona, cargando muerte que pronto liberarían sobre ellos.


    NARA

    MAÑANA

    Tras tocar la estatua del Komainu, los miembros del equipo de Nara aparecieron frente a un templo en la montaña. Al fondo se veía un enorme monte que se asemejaba al Monte Fuji. Para ellos, era difícil diferenciar aquél lugar de la tierra.

    En el exterior del templo, algunos habitantes observaban confunsos las llamativas ropas de Xie, mezclada con aquellos tres occidentales que no auguraban nada bueno.

    Desde aquél lugar elevado vieron una ciudad por la que podían empezar. Cualquier lugar sería mejor que ése, donde cada vez les observaban más personas. Así que comenzaron a descender por las escaleras del piedra, adentrándose en el camino que se perdía a través del bosque, uno donde moraban criaturas de toda clase.

    Los lugareños sabían exactamente qué tenían que llevar para protegerse y qué camino exacto tomar, así que las criaturas solían evitarlos. Pero los extranjeros no lo sabían y los demás preferían no decírselo, porque con suerte, las criaturas se los llevarían y eso acabaría con sus problemas.

  • NOTAS DE UNA SINFONÍA

    NOAH ARKKAN

    LUNA VILTIS, LA KVASIR – MAÑANA

    Me levanté bastante temprano aquella mañana. Era difícil seguir el ritmo del tiempo en un sistema solar cuyo ritmo no conoces, pero para mi cuerpo, debían ser cerca de las siete de la mañana.

    Lo primero que hice fue dirigirme a la cocina mientras en mi cabeza daban vueltas una y otra vez las teorías que intentaban dar un sentido y una guía a todo lo que pasaba en estos mundos.

    Por una parte, en algún momento, nos enfrentaríamos a nuestras propias Pruebas, porque cada uno de nosotros tenía ya una esfera con los elementos que le identificaban, esferas, que por lo que parecía, permitían comunicarse con Daë de ese mismo macrogrupo elemental, tanto con los del Cúmulo como con los Moondies.

    Nuestro trabajo era reunir a los Daë del Cúmulo, o al menos protegerlos hasta que se encontrasen. Por lo que nos enseñaron los Daesdi, había catorce mundos y teniendo en cuenta que había catorce Daë en esa generación – quince si contábamos por separado a los de Géminis – encontraríamos uno por mundo.

    Hasta ahí venía la parte sencilla, pero después empezó el caos con diferentes civilizaciones en diferentes periodos en cada uno de los mundos. Parecían anclados en una época de la humanidad determinada, sin ser conscientes de lo que ocurría en el resto de mundos excepto los que llegaban aquí, a esta luna que se había convertido en una especie de ciudad libre con un enorme mercado negro.

    Por lo que había dicho Eldric, los mundos habían sido antes muy diferentes, pero el Arquitecto lo había cambiado todo. Su magia había roto las leyes de la física en este lugar, distorsionando el tiempo y el espacio, creando un lugar donde no había tiempo, como esta luna, y portales entre los diferentes mundos en objetos corrientes.

    Esa clase de magia me recordaba a alguien que, pese a no haber conocido nunca, siempre había estado presente en nuestras vidas. Según las historias, el Soberano ya había sido encerrado una vez y enviado al Vacío con ‘La del Pelo Rojo’, por estos mismos Daë a los que ahora intentábamos reunir. Por si fuera poco, lo habíamos visto en carne y hueso en el mundo prehistórico, aunque con ropa diferente y menos afectado por la tortura de ‘Ella’.

    Pero, si el Soberano era aquél que vimos en Daonna y era a él a quien iban a expulsar los Daë del Cúmulo, ¿qué pasaba con el Arquitecto? ¿Es que después de su sacrificio los mundos de este Cúmulo iban a quedarse así?

    De todas formas, parecía que el Arquitecto había hecho esa distribución en los mundos porque sacaba provecho de ello. Ezra había escuchado conversaciones del Nigromante con alguien que parecía estar por encima. Teniendo todo eso en cuenta, personas como el Soberano, el Nigromante y los que controlaran el resto de mundos tenían que rendir cuentas al Arquitecto.

    Y ahí llegaba mi teoría. El Soberano manipulaba la realidad con su magia a su antojo y se había presentado a los Moondies con muchas caras, hasta la de una trabajadora de Fenris. ¿Podía ser el Arquitecto también el Nigromante y el Soberano? Parecía demasiado pensar que estuviera en varios sitios a la vez, algo que ni siquiera el Soberano creo que hiciera.

    Me pasé una mano por la frente. Estaba pensando demasiado. Al final la respuesta más sencilla sería que el Soberano se rebelaría contra el Arquitecto y se convertiría en la principal amenaza. Pero no quise desechar del todo la teoría de que fuera un grupo de malos.

    Cuando llegué a la cocina, me encontré con Amy. Estaba tomándose un café, pálida como la luna. Había tenido una misión sobre los siguientes mundos, así que había muchos planes que hacer.

    Me puse un poco nervioso y empecé a moverme rápidamente por la nave sin saber muy bien por dónde empezar. A Lexie no le iba a hacer mucha gracia salir de este refugio y quizá ni siquiera consiguiéramos que lo hiciera. Yo la entendía, no podíamos pretender que todo el mundo tuviese vocación de salvar el mundo y ahora que teníamos un lugar donde quedarnos hasta que todo acabase, no veía el problema en que algunos se quedaran en la Kvasir.

    Amy y yo no íbamos a hacer los planes solos, así que me encaminé hasta las personas que sabía con certeza que querrían emprender la misión. No tenía sentido preocupar a los demás con planes cuando ni siquiera sabíamos si querrían ir.

    Les llamé uno a uno hasta que finalmente, tras lo que pareció una eternidad, todos aparecieron en la biblioteca. Estábamos Amy, Elle, Xander, Jane, Henry, Kaylee y yo.

    – [Noah]Estamos aquí porque Amy ha tenido una visión.[/Noah] – les expliqué. Las manos me temblaban ligeramente, pero sabía que era pura inquietud por lo que iba a pasar.

    – [Elle]¿Y el resto?[/Elle] – preguntó Elle, mirando a nuestro alrededor. En el momento en el que lo dijo, supe que me había equivocado.

    – [Noah]Pensé que sería mejor si lo comentábamos nosotros antes.[/Noah] – intenté aclarar. Cuanto más lo pensaba, menos claro estaba el plan inicial. – [Noah]Coordinar a todos…[/Noah] – habría sido difícil, habríamos perdido tiempo decidiendo quién iba y quién no, sin haber escuchado aún las visiones.

    – [Kaylee]Elle tiene razón[/Kaylee].- replicó Kaylee. – [Kaylee]Estás acostumbrado a ser demasiado práctico, Noah CHRISTOPHER, pero si somos un grupo, no puedes convocar a unos cuantos aparte[/Kaylee]. – asentí con la cabeza. No había sido la mejor idea por mi parte. Estaba muy acostumbrado a hacer las cosas solo, a mi velocidad, que era demasiada. Ahora teníamos que ser un grupo. Me había centrado solo en reunir a unos pocos para hacer los planes porque había decidido de antemano que Lexie y Niall probablemente no querrían ir, que Vera y Elliot serían demasiado pequeños, que Mike preferiría estar en la retaguardia y que los nuevos no confiarían en nosotros.

    – [Jane]Vamos a perder el tiempo, pero que vengan[/Jane].- replicó Jane encogiéndose de hombros. Parecía estar de acuerdo en mi idea, pero Jane también pecaba de ser excesivamente práctica.

    Amy hizo una mueca, le daba lo mismo una opción que otra. Bastante tenía con cargar con esas visiones.

    – [Henry]Mejor explicarlo todo una vez que varias veces luego.-[/Henry] resumió Henry. Era un enfoque más lógico, pero yo había estado cegado. Una persona sola no puede cargar con las responsabilidades de todo el grupo por mucho que quiera, porque les estaría quitando la libertad de decidir. Eran sus vidas, aunque quisiera lo mejor para ellos, la decisión no era mía.

    – [Xander]Para poder estar todos, todo el mundo tendría que escuchar al menos a una persona.[/Xander] – apuntó Xander. Miraba fijamente a su hermana. Xander y yo habíamos estado hablando al poco de llegar a la Kvasir. Parecía que estaba claro que tendríamos que convertirnos en un grupo unido y fuerte para resistir, igual que los Moondies, una suerte de New Moondies. Pero para eso necesitábamos una líder como había sido Sarah, y solo se nos ocurría una persona, que casualmente era la que no quería mandar.

    – [Kaylee]Pajeros y pajeras de la nave Kvasir: os esperemos en la biblioteca[/Kaylee].- anunció Kaylee amplificando su voz para que resonase por toda la nave. Cada vez se la veía más segura y confiada con la magia y con la vuelta de ella, se notaba más completa, más ella misma. Ni la ‘Queen B’ que habíamos conocido en el instituto, ni la que se flagelaba continuamente que había llegado después. Ésta era Kaylee de verdad, renacida como un fénix.

    Después del llamamiento, caminé hasta la pizarra en la que había colgado todas mis anotaciones hasta el momento. Allí tenía un dibujo del sistema planetario que había sacado de la memoria genética después de que los Daesdi lo mostraran, marcando en cada mundo los Daë conocidos y las civilizaciones. También tenía una lista de cada uno de nosotros y la teoría sobre los elementos que teníamos, junto a los de los Moondies, para tratar de establecer patrones de comunicación.

    Los demás fueron llegando poco a poco y evité mirarlos directamente. Ahora me avergonzaba haber tomado esa estúpida decisión por ir demasiado deprisa. Cuando ya estuvieron todos, vi que Lexie me miraba con una sonrisa y sentí un escalofrío. ¿Cómo podía no haberla incluido pensando que sería mejor?

    Por suerte la biblioteca de la nave era muy grande y todos los presentes cabíamos con holgura. Éramos casi el doble que los Moondies y todos teníamos una esfera, así que había echado mis propias cuentas y aún debía faltarnos alguna incorporación más, pero no sabía exactamente cuántos porque dependía de la figura del catalizador, que sería la que nos salvase la vida al igual que a los Moondies. No quería pensar mucho en ello, porque eso significaría que perderíamos a alguien sin más remedio. Pero quizá, al ser tantos, no hiciera falta y todos saliésemos sanos y salvos.

    Se generó un murmullo de las múltiples conversaciones que estaban teniendo lugar en pequeños grupos.

    – [Xander]Sigue haciendo falta alguien que dirija todo esto.[/Xander] – escuché repetir a Xander.

    – [Jane]Dirige tú, pesao[/Jane].- le soltó Jane. Xander la miró y vi que no sabía qué responderle durante una fracción de segundo, pero entonces sus miradas se cruzaron y supongo que vieron que no era de malas.

    – [Xander]No se me daría bien. En eso no me parezco a mi madre.[/Xander] – aseguró. Sabía que Elle tenía miedo a no estar a la altura de Sarah, a no ser como ella. Pero quizá no necesitásemos a una Sarah. Ella recibió el poder de la Kvasir, Elle había nacido con él. Sarah había liderado a un grupo, esto era casi un ejército.

    – [Lexie]¿Quién ha organizado esto a espaldas del resto que le parto la cara?[/Lexie] – preguntó Lexie. Se hizo un silencio incómodo y los que habían estado reunidos al principio evitaron mirarme. Nadie quería darnos problemas, pero no quería una relación con Lexie basada en ocultarle cosas. Eso ya lo habíamos vivido durante mucho tiempo.

    – [Noah]Culpable.[/Noah] – dije levantando la mano. La miré y vi que estaba molesta, pero esperaba que no le durase mucho tiempo. – [Noah]Solo por desgranar las visiones, no quería que decidiéramos por…[/Noah] – seguí explicando.

    – [Ezra]…Todos.-[/Ezra] terminó Ezra.

    – [Idris]Vaya con Lisa…[/Idris] – escuché a Idris reírse. Cuando le miré, me guiñó un ojo, al menos él no se lo había tomado mal.

    – [Noah]Me equivoqué. Lo siento mucho.[/Noah] – dije con sinceridad.

    – [Jane]Esto no es práctico. Lo digo y lo vuelvo a repetir[/Jane].- se quejó Jane.

    – [Mike]Solo hay que organizarse bien.[/Mike] – intervino Mike. Más voces se sumaron en un susurro que terminó siendo ensordecedor. Éramos muchos y ninguno escuchaba a nadie en concreto.

    – [Kaylee]¡SILENCIOOOOOOOO![/Kaylee]- la voz amplificada de Kaylee reverberó en la sala.- [Kaylee]El que quiera hablar que levante la mano o Lexie le espera a la salida con una navaja[/Kaylee] – puntualizó. Jane alzó las cejas como si quisiera decir que eso ya lo había visto venir.

    – [Dante]Esto va a durar toda la vida.[/Dante] – escuché quejarse a Dante, apoyado en una parte más alejada.

    – [Jane]Es que la idea de Noah era la buena[/Jane].- se sumó Jane.

    – [Lexie]La idea de Noah era mejor porque a ti no te había excluido, petarda[/Lexie].- replicó Lexie. Me llevé una mano a la cara, todo aquello era culpa mía y estábamos perdiendo el tiempo, además de echando tierra sobre el propio grupo.

    – [Jane]No voy a perder el tiempo discutiendo contigo[/Jane].- respondió Jane cruzándose de brazos y poniendo los ojos en blanco.

    – [Lexie]¿Te crees mejor que yo?[/Lexie] – le espetó Lexie.

    Vi que Elle perdía pie y terminaba colocada en el centro. Kay tenía la mano estirada tras ella, después de haberla empujado. – [Elle]Es…estamos…aquí…reunidos…[/Elle]- empezó a decir con voz amplificada, mirando fijamente el suelo. Se notaba que lo estaba pasando mal, pero ninguno podía cumplir ese papel como ella.

    – [Lexie]Para unir en santo matrimonio, no te jode[/Lexie].- respondió Lexie. Kaylee le hizo una peineta y cuando fue a replicar, no se la escuchaba. Acababa de bajarle el volumen. Mientras todo el mundo se fijaba en Elle, me acerqué hacia Lexie para ayudarla a tranquilizarse. Parecía que le iba a dar algo y aunque no podía escucharla, por su boca debían estar pasando más palabrotas de las que yo conocería jamás.

    – [Elle]No puedo hacerlo[/Elle].- escuché decir a Elle. Parecía triste y se la notaba muerta de miedo. En ese momento miré a Lexie y vi que la miraba fijamente, más tranquila. Lexie era una buena persona y estaba sintiendo la presión que tenía Elle encima.

    – [Noah]Todo el mundo necesita confiar en alguien, seguir a alguien a quien valore, a quien aprecie.[/Noah] – la animé.

    – [Ezra]Solo son palabras y nos conoces a todos, decidas lo que decidas te seguiremos. Mi apoyo ya lo tienes.-[/Ezra] añadió Ezra, sorprendiéndome, porque no había hablado mucho hasta el momento, aunque supongo que con Elle sí. Ella era capaz de llegar a todo el mundo.

    – [Idris]Cuenta con mi falo, digo con mi hacha.[/Idris] – bromeó Idris. Me fijé en que Elle le miraba, algo había debido pasar entre ellos y no me había dado cuenta hasta el momento. Siempre estaban tan unidos que eran los últimos a los que me imaginaba peleados.

    – [Jane]Si lo intentas, puedes ser todavía más ordinario[/Jane].- le reprendió Jane delante de todos.

    – [Idris]¿Nabo? ¿Máquina del amor? ¿Drisín?[/Idris] – Idris se lo tomó como un reto y parecía a punto de darle un ataque de risa.

    – [Jane]Kaylee, ponle el mute también a este[/Jane].- escuché que le pedía a Kaylee. Lexie frunció el ceño, molesta.

    – [Dante]Dejad hablar a Elle, coño.[/Dante] – intervino Dante.

    Elle tomó aire y cerró los ojos. Kaylee se colocó a su lado y le dio la mano. Jane entrecerró los ojos y se colocó al otro lado, dándosela también, como si quisiera dejar claro que la mejor amiga era ella. Elle las miró y sonrió. Quise creer que empezaba a ser consciente de que contaba con el apoyo de todos.

    – [Elle]Amy ha tenido una visión: se acerca la siguiente fase de las pruebas[/Elle]. – por fin empezaba el tema en cuestión.

    Amy se acercó y escuché con atención. Le di la mano a Lexie y noté lo suave que la tenía. – [Amy]Los mundos son los siguientes: Egipto, Japón feudal, Revolución Industrial, Vikingos y USA de los 50 a los 90[/Amy].- enumeró con voz monocorde, distanciada emocionalmente. Las visiones le pasaban factura y parecía que estaba de ellas hasta las narices, por no decir algo más ordinario.

    – [Jane]Podemos preparar una hoja de celdas[/Jane].- propuso Jane. No era mala idea, necesitábamos algo para mantener las cosas anotadas y organizadas.

    – [Henry]Tenemos algo más avanzado que las hojas de celdas.-[/Henry] intervino Henry. Caminó hasta el ordenador de la biblioteca, en el que había estado trabajando para recuperar los libros digitales que contenía, y después de un rato se formó una imagen en mitad de la sala. Allí estaban los rostros de cada uno de nosotros. Elle alargó la mano y tocó su imagen, arrastrándola en el aire.

    Jane se cruzó de brazos, molesta porque no usaran su idea.

    – [Noah]Por lo que sabemos del mundo de los vikingos, es donde estaba Onoskelis y el aesir Alastair el Azul.[/Noah] – empecé a explicar, colocándome cerca del holograma. – [Noah]Los Moondies vieron a Elliot en ese mundo.[/Noah] – recordé. Bill lo había visto allí, pero con el tiempo aquella visión se había perdido en las notas de mi padrino.

    – [Jane]¿Onoskelis es la cadena malvada? Mi hermano pequeño no puede ir[/Jane].- intervino Jane.

    – [Noah]En teoría, ya ha ido.[/Noah] – respondí. Yo tampoco estaba muy a favor de ponerles en peligro, pero ya lo habían estado antes y si la historia se había contado así, no podíamos cambiarla. – [Noah]No podemos cambiar las cosas.[/Noah] – añadí. Además, Onoskelis había sido un demonio puro pero a Alastair y a Bill les había ayudado. De hecho ahora llevaba una vida adolescente perpetua bastante asentada.

    – [Jane]No debería ir[/Jane].- Jane se mantenía en sus trece. Era un problema, pero también era admirable como protegía a sus hermanos. Esos eran el resumen de sus motivos para no ser la líder pese a que por naturaleza lo pareciera. Era demasiado protectora y también muy práctica.

    – [Owen]Te voy a ahorrar trabajo y voy a ir con él. ¿Te parece bien? -[/Owen] sugirió Owen dando un paso adelante. Jane parecía más conforme.

    – [Ruby]Yo les protegeré[/Ruby].- apuntó Ruby, con orgullo. Era toda una heroína, Jane podía estar segura de que le protegería en todo caso.- [Ruby]¿Dónde pensabais ir los dos solos?[/Ruby] – preguntó, sonriendo con seguridad.

    – [Elle]Owen, Ruby, Elliot.[/Elle] – Elle empezó a mover las caras de cada uno a los grupos y miró a Jane mientras lo hacía. Asintió con pesar, sabiendo que no quedaba más remedio. – [Elle] Xander y Dante van al mundo vikingo también[/Elle].- decidió. Era una buena idea, los aesir en el mundo poblado por seidr.

    Xander asintió, conforme y Dante no objetó nada.

    – [Noah]Vale. Egipto. La Daë creo que era Na’amah, la diosa demonio.[/Noah] – la Guardiana a la que se había enfrentado mi padrino. No iba a ser un mundo fácil porque de ella se decía que había sido destronada por una diosa mayor.

    – [Idris]Venga, vamos a lo obvio. Tiene que ir gente tostadita.[/Idris] – bromeó Idris. Lo cierto es que no le faltaba razón, pese a que fuese extraño tener que pensar así. – [Idris]Pero a mí el calor no me viene muy bien, salvo el humano.[/Idris] – añadió, esperando quitarse del medio. Lo cierto es que para el poder de Idris, no era muy buen mundo. Aunque el hielo les habría venido bien, usarlo allí le habría producido mucho desgaste.

    Elle se paró a pensar.- [Elle]Niall…Nate…[/Elle]- Henry se ocupó de ayudarla a mover las imágenes de cada uno.

    – [Kaylee]Sophie, Mike y Zahra[/Kaylee].- resolvió finalmente. Ninguno se conocía en exceso, pero las habilidades de teriántropo de Mike y Niall podrían venirles bien. Zahra era una superviviente en un entorno hostil y la magia y los poderes de Sophie rematarían el equipo. Elle no quería tomar el mando, pero una vez lo había hecho, estaba tomando unas decisiones ideales.

    – [Noah]Japón feudal. La daë de escorpio era de allí, una hechicera llamada Qiu Lanying.[/Noah] – añadí.  La madre de Sophie, Aphrodite, se había enfrentado a ella y era una oponente a tener en cuenta. De ella se sabía poco.

    – [Elle]¡Cole![/Elle]- llamó con alegría. Él asintió y sonrió haciendo una reverencia.

    Lexie se acercó sigilosamente y puso una mano en el hombro de Kaylee, que la miró sorprendida antes de deshacer el hechizo.

    – [Lexie]¡TE VOY A ARRANCAR LOS PELOS DE CUAJO![/Lexie]- espetó, enfadada.

    – [Kaylee]¿Quieres quedarte muda otra vez?[/Kaylee] – Lexie la fulminó con la mirada, pero no dijo nada. Las dos habían aprendido a respetarse después de sus problemas en el pasado.

    Entonces, sin decir nada, delante de todos, Lexie abandonó su aspecto original y se presentó ante nosotros como una muchacha de rasgos asiáticos a la que aún no conocía. Lexie tenía tantos aspectos gracias a su genética de tanuki que dudaba sobre si algún día los conocería todos. Había visto casi una docena de ellas y, aunque no me atrevía a decírselo personalmente, no podía evitar encontrarlas a todas atractivas, especialmente sabiendo que era ella misma.

    – [Elle]Pues Lexie también[/Elle].- indicó Elle, dedicándole una sonrisa a la que Lexie correspondió, volviendo a su aspecto original.

    – [Noah]El idioma puede ser un problema.[/Noah] – comenté. Lexie tenía ascendencia asiática, pero su padre nunca había estado presente y se había criado sin saber nada de sus «raíces». Sí, el audífono que ahora llevaba con bastante más alegría, tenía funciones de traducción, pero eso no le permitiría hablarlo con fluidez.

    – [Elle]Bowie puede ir[/Elle].- propuso.- [Elle]Y tú si quieres[/Elle] – añadió. Elle sabía lo que se hacía. No quería elegir sitio, pero se había dado cuenta de que quería ir con Lexie. Le sonreí y asentí.

    – [Laura]Me gustaría ir a Japón[/Laura].- propuso Laura de pronto.- [Laura]Y alejarme de la gente que conozco[/Laura]. – Henry mantuvo la mirada fija en las imágenes mientras lo decía. Entre ellos había pasado algo complicado.

    Elle asintió y con eso se terminó el grupo de Japón. Ése, el de Egipto y el de los Vikingos iban a resultar difíciles. En Japón teníamos a una persona que lo entendería y otra que lo hablaría, pero solo una que encajaría bien físicamente. En Egipto más o menos podrían encajar todos, pero ninguno entendería nada. Y en la era de los Vikingos, los aesir pasarían desapercibidos, aunque Ruby llamaría la atención, pero tampoco ninguno sabía hablar el idioma.

    – [Noah]Tenemos un problema con el idioma en Egipto y la era Vikinga también.[/Noah] – expliqué. Nos quedamos todos en silencio unos minutos, pensándolo. Eran mundos peligrosos para Vera que no tenía poderes.

    Finalmente Henry, más en silencio de lo habitual, se acercó a Elle y le tendió unos aparatos similares a los audífonos de Lexie. – [Henry]Esto traducirá, como el de Lexie pero sin mejoras de audición.[/Henry] – explicó brevemente. Elle entregó uno a cada equipo, guardando el tercero para el mundo al que no fuera Vera, por si acaso. Más tarde Henry me explicaría que no había podido conseguir más con los materiales que teníamos allí. Aquello ya era todo un milagro y se lo debíamos a él, pero viendo que le pasaba algo con Laura, no quise decirle nada allí para que las miradas no se centraran en él.

    – [Noah]La…eh. El mundo que parece la segunda guerra mundial por lo que ha visto Amy. No estoy seguro de quién será Daë.[/Noah] – confesé. Era un mundo complejo. Por el aspecto, habría dicho que Julia, pero también podría haber sido el mundo de Géminis, el del demonio al que se enfrentó mi padre…cualquiera de los que quedaban salvo el de Ofiuco quizá.

    – [Chloe]APUNTA A MI HERMANO EN ESE MUNDO Y NO PREGUNTÉIS, PRETTY PLEASE[/Chloe].- gritó Chloe a toda velocidad. Vi que tenía los ojos muy abiertos.

    – [Julia]Yo voy donde vaya mi culito prieto favorito[/Julia].- se unió Julia. Ezra evitó mirarla, sonrojado. Chloe fijó la mirada en ella alzando una ceja.

    – [Elle]Henry, ¿te ves en ese mundo?[/Elle]- preguntó Elle, después de que este moviese a los demás.

    – [Henry]Sí… puede estar bien.-[/Henry] era el hombre de la tecnología, si alguien podía encajar, era él.

    – [Lekwaa]Yo puedo ser el cuarto. Si queréis.[/Lekwaa] – se ofreció Lekwaa. Era un hombre muy enigmático, hasta el momento no había tenido oportunidad de hablar con él, pero lo intentaría en el futuro.

    – [Julia]Pues parece que voy a tener trabajo[/Julia].- replicó Julia, chasqueando la lengua. También tenía ganas de hablar con ella. A fin de cuentas, venía de nuestro futuro y esta nave había sido una vez su hogar.

    Ya solo quedaban dos mundos. – [Noah]USA. Desde los 50 a los 90 parece ser. Amy vio una zona residencial pero también vio detalles culturales mezclados por…ciudades.[/Noah] – era un mundo complejo, una época con muchos cambios y todos metidos en un espacio tan pequeño. Parecía una olla exprés a punto de reventar.

    – [Elle]Jane, Chloe y yo[/Elle].- propuso Elle. Chloe dio un salto, seguramente alguna de esas épocas habría vuelto a estar de moda en el futuro.- [Elle]Con Idris[/Elle] – añadió.

    – [Idris]Yuju.[/Idris] – sonrió, a punto de hacer un chiste.

    – [Owen]Bien rectificado a tiempo.-[/Owen] dijo Owen. Me quedé pensativo un momento mientras movían las imágenes. Entonces entendí el chiste y por qué no lo dijo.

    – [Noah]Eso nos dejaría con la revolución industrial. Tampoco tengo claro al Daë. [/Noah] – me encogí de hombros, sintiendo no ser de más utilidad. Lexie me agarró del brazo y sentí una reconfortante sensación golpearme, poniendo patas arriba mi estómago.

    – [Kaylee]Leo y yo[/Kaylee].- sugirió Kaylee. Él no dijo nada, seguía en silencio como casi todo el tiempo. Me pareció buena idea, mi hermano y Kaylee necesitaban urgentemente solucionar lo que les pasaba. – [Kaylee]Y mis hermanas por si nos venimos arriba[/Kaylee]. – añadió. Traté de quitarme la imagen de la cabeza.

    – [Idris]Voy a ir imprimiendo preservativos.[/Idris] – dijo Idris. Estuve a punto de gritar, pero intenté no pecar de «mojigato». A fin de cuentas mi casa siempre había sido muy libre.

    – [Noah]Hablando de imprimir. Henry y yo hemos preparado una cosa.[/Noah] – comenté, esperando cambiar de tema mientras terminaban de colocar toda la información en el panel visual.

    El día anterior habíamos arrastrado a todos ellos, algunos con menos ganas, otros con mucha resaca, hasta el escáner de la impresora de ropa para que sacase los trajes con las medidas exactas.

    Eché a correr y los recogí todos del armario del gimnasio donde los habíamos dejado, después de un día entero imprimiéndolos. Fui mirando los colores y haciendo memoria del color que había dicho cada uno. Para cuando se dieron cuenta, tenían los trajes en la mano.

    – [Noah]Son una especie de armaduras que os protegerán bastante y apenas se notan debajo de las ropas de época.[/Noah] – desde luego no eran como la Piel de Fafnir de mi tía Sarah, pero eran una buena marca blanca. Nos mantendrían protegidos e identificados. Además, un equipo tenía que tener un traje.

    Dejamos un rato para que algunos fueran a probarse los trajes mientras que otros simplemente los guardaron para más tarde. Yo me puse el mío en un parpadeo. Era flexible, pero muy resistente. Estaba esperando escuchar la voz de Idris diciendo «Es como si no llevara nada…llevara nada». Porque lo cierto es que….bueno, no se notaba.

    – [Jane]Como Elle no lo va a decir, lo digo yo: hace falta un/a líder en cada grupo[/Jane].- empezó a decir Jane. Hizo una seña a Henry que empezó a probar formas de marcar cuál era el de cada grupo. Al final optó por ponerle un borde dorado a la imagen.- [Jane]Por cuestiones de tiempo, los he elegido yo: en la usa 50-90 será Elle, en egipto Nate, en los vikingos Xander, en la revolución industrial Kaylee, el mundo en guerra para Ezra y japón para Lexie[/Jane].- explicó. Me tomé un momento para valorar las decisiones y me sorprendió que Jane hubiera sido tan correcta.- [Jane]Es orientativo y podéis hablarlo[/Jane]. – añadió.

    – [Xander]Si alguien no está de acuerdo, que levante la mano.[/Xander] – preguntó Xander.

    – [Jane]Eso, levantad la mano si no estáis de acuerdo con el trabajo[/Jane].- replicó frunciendo el ceño. Nadie lo hizo, no porque le tuvieran miedo, que también, si no porque estaba muy bien hilado. Había evitado ponerse a ella de líder en el suyo, había elegido al «mayor» en egipto, confiado en Xander en el que iban sus hermanos, nombrado a Ezra que tenía experiencia en la guerra, elegido a Kay en el suyo y a Lexie, que no aceptaría muy bien las órdenes del resto pero sabría mandar, en el de japón.

    – [Owen]Es como si no llevara nada, llevara nada, llevara nada…-[/Owen] escuché decir a Owen, ya con su traje puesto. Movió el culo como en el ya histórico ‘gif’ y Amy fingió tener arcadas. Eso sí, el azul le sentaba bien.

    Xander carraspeó para hacerse oír. – [Xander]Y necesitamos…nombres clave.[/Xander] – comentó. Hubo algunas risas, Xander y yo ya estábamos acostumbrados a los trajes y los nombres en clave, tanto por utilidad como por…bueno, placer culpable. – [Xander]El que controla todo esto habrá empezado a escuchar hablar de nosotros. No es seguro y más si tiene algo que ver con el Soberano.[/Xander] – no le faltaba razón, lo que menos necesitábamos era darles pistas sobre el futuro o llevarlos directamente a la Tierra. El futuro del Soberano era nuestro futuro, así que no podíamos cambiarlo si queríamos seguir aquí.

    – [Idris]Drizz porque Coquito Fresco es muy largo y Menta Fresca también.[/Idris] – comentó Idris. Llevaba años intentando que le llamaran ‘Drizz’ por el juego de palabras con su nombre y el del elfo oscuro, pero no había tenido éxito. Ahora se iba a asegurar.

    – [Leo]Aslan.[/Leo] – dijo mi hermano. Kaylee le miró fijamente.

    – [Kaylee]Freya[/Kaylee].- respondió con una sonrisa en los labios. Se miraron fijamente y Amy puso los ojos en blanco. Me estaba perdiendo algún chiste.

    – [Amy]A ver si folláis ya, porque me estáis dando angustia[/Amy].- se quejó. – [Amy]Luperca[/Amy]. – dijo con un gesto de la mano.

    – [Xander]Balder.[/Xander] – dijo Xander. Muy apropiado en el mundo en el que iba ahora.

    – [Dante]Ford.[/Dante] – dijo Dante, bastante discreto.

    – [Mike]Raphael.[/Mike] – dijo Mike. Me pregunté por quién había elegido ese nombre.

    – [Elliot]Edmond.[/Elliot] – el de Elliot si estaba más claro, le gustaba ‘El Conde de Montecristo’. Era como Jane Eyre para su madre.

    – [Lekwaa]Lekwaa.[/Lekwaa] – dijo él.

    – [Lexie]Este no lo ha pillado[/Lexie].- se burló Lexie.

    – [Lekwaa]Ya tenía uno y estoy acostumbrado a él.[/Lekwaa] – reafirmó. Estaba claro que ‘Lekwaa’ era un alias ya de por sí. A mí se me había presentado como ‘Hotah’.

    – [Jane]Yuna[/Jane].- replicó Jane con orgullo. Pillé a Xander mirándola entusiasmado, pero disimuló antes de que nadie más lo viera.

    – [Lexie]Chanel[/Lexie].- respondió Lexie.

    – [Elle]Luperca es muy largo, Cactus. Piensa otra cosa[/Elle].- le sugirió Elle, sonriendo tímidamente.

    – [Amy]Tengo uno: Luperca[/Amy].- dijo ella, cruzándose de brazos. Elle debía estar intentando que se pusieran los apodos de cuando eran pequeñas, pero Amy no se estaba dando cuenta.

    – [Elle]Es muy largo[/Elle].- suspiró.

    – [Amy]L…Luperca[/Amy].- añadió. – [Amy]Loba[/Amy].- dijo finalmente.- [Amy]Y no lo cambio más[/Amy]. – sentenció. Elle dejó de intentarlo, poniéndose a pensar uno para sí misma, algo decepcionada.

    – [Noah]Drake.[/Noah] – dije, por el dragón.

    – [Ezra]Rainer.-[/Ezra] eligió Ezra.

    – [Cole]Kosa.[/Cole] – se sumó Cole.

    – [Ruby]Jade[/Ruby].- dijo Ruby. Es curioso, pensaba que Ruby ya era un apodo, pero al parecer no.

    – [Niall]Amadeus. Mejor, Gaga. No espera, Rupaul.-[/Niall] Niall cambió varias veces de apodo, pero todos le pegaban. Dejé salir una sonrisa.

    – [Nate]Belair[/Nate] – dijo Nate, el mayor fan del ‘Príncipe’ que existía en el mundo.

    – [Bowie]Bowie[/Bowie].- propuso ella. Nadie la contradijo, mientras no la llamaran Rainbow Echolls, su existencia era bastante desconocida e inesperada.

    – [Sophie]Afrodita[/Sophie].- eligió Sophie. Sonreí, me gustó que eligiera algo en honor a su madre.

    – [Julia]Dildo[/Julia].- escuché decir. Al principio pensé que era Idris pero la voz no encajaba y él ya había elegido.

    – [Jane]No pienso dejar que te pongas ese nombre[/Jane]. – replicó Jane, mirando a Julia.

    – [Julia]Vibrador[/Julia].- dijo. Jane volvió a negar.

    – [Julia]Conso…lador[/Julia].- siguió.

    – [Jane]Julia dice que se va a llamar Tifa[/Jane].- decidió Jane.

    – [Julia]No he dicho eso[/Julia]. – se quejó.

    – [Idris]Eso es por las tetas, que se te ve el plumero Jane.[/Idris] – intervino Idris, riéndose a carcajada limpia.

    – [Jane]Claro que sí, Tifa. Apunta, Henry[/Jane].- dijo. Vi cómo le guiñaba un ojo a Idris.

    – [Elle]Estabas entre eso y Lara[/Elle].- bromeó Elle.

    – [Julia]Mierda, me podía haber puesto TIJERA[/Julia].- pensó en voz alta, haciéndoles un símbolo bastante gráfico con las manos a Jane y Elle, que la ignoraron.

    – [Henry]Tesla.-[/Henry] dijo Henry.

    – [Chloe]Yo quería ser Chanel[/Chloe].- se quejó Chloe, molesta. Seguramente se habría quejado más si no hubiera idolatrado a Lexie.

    – [Owen]Yo también.-[/Owen] se unió Owen.

    – [Vera]Sansa[/Vera].- intervino Vera, después de pensarlo.

    – [Lexie]Puedes ser Prada[/Lexie].- le recomendó Lexie. Chloe asintió, encantada. – [Lexie]Y tú Lobo[/Lexie]. – dijo mirando a Owen.

    – [Amy]No puede ser Lobo porque no es un lobo. Yo no hago las reglas[/Amy].- se apresuró a decir Amy. Todo el mundo sabía ya lo que pasaba entre ellos y las terribles implicaciones de aquella visión.

    – [Jane]Leo tampoco es un león[/Jane].- respondió Jane. Leo las observaba fijamente con unos ojos que siempre habían parecido bastante felinos.

    – [Amy]Se llama Leo. De Leo a león…[/Amy]- se defendió Amy. Era una suerte que volvieran a llevarse medio bien. Si no, mi hermano habría acabado muy solo.

    – [Owen]Morningstar.-[/Owen] dijo Owen.

    – [Jane]Te pega como a un santo un par de pistolas, hijo mío[/Jane].- le soltó su hermana.

    – [Owen]¿Prefieres Lucifer?-[/Owen] preguntó él.

    – [Xander]Cambiadme el mío por Lugh, acabo de recordar que había un Balder en la Iniciativa.[/Xander] – comentó Xander, incómodo por molestarles. Henry iba cambiando los apodos como podía. Jane y Owen estaban absortos debatiendo el apodo de éste y no preguntaron quién era Balder, que era una especie de «tiastro».

    – [Jane]Snake[/Jane].- propuso Jane.- [Jane]Pero me gustaba Lobo[/Jane].- admitió.

    – [Owen]Solid.-[/Owen] dijo Owen.

    – [Julia]Mira que me lo ponéis fácil…[/Julia]- dijo Julia mordiéndose el labio.

    – [Idris]Así estabas en el armario.[/Idris] – bromeó.

    – [Owen]A callar Liquid.-[/Owen] le replicó. Al final se quedó como Solid.

    – [Elle]Yo seré Coco[/Elle].- dijo ella.

    – [Jane]¿Como la del Crash?[/Jane]- preguntó Jane sonriendo. Idris la miraba esperanzado.

    Elle se encogió de hombros. – [Elle]Estos labios están sellados[/Elle]. – dijo sonriendo.

    – [Julia]¿Y los de abajo cielo, cómo están?[/Julia] – preguntó Julia.

    – [Elle]A ti te lo voy a decir, chata.[/Elle]- respondió echándose a reír.

    Zahra se acercó a Elle y le susurró algo al oído, seguramente su apodo. Al cabo de un rato, en la pantalla apareció «Zahir».

    Cuando por fin conseguimos organizarlo todo, Elle decidió descansar y se retiró a un lado a hablar con Jane y Kaylee. Volvieron a formarse varias conversaciones a la vez en un murmullo que esta vez sonaba menos ensordecedor. En lugar de ruido, empezábamos a parecer las notas de una sinfonía.