Robin – Terra
Tarde
Estar en Terra debería haberme supuesto un alivio, porque no en vano era mi hogar. Pero este hecho, más que como consuelo, me servía de preocupación. Me hacía sentirme como un pez fuera del agua. Mi casa estaba entre los muros del palacio y fuera de ellos, la devastación y la guerra me aterraban. En el fondo, era todo por mi culpa.
Ser la soberana de un país, más allá de toda la parafernalia de vestidos pomposos y recepciones, era lo más parecido a una maternidad que se me ocurría sin ser madre. Mi país, mi niño mimado, estaba de pelea constante con otro y yo, en lugar de intervenir, me había dedicado a esconderme.