Moondale

Etiqueta: otp: NoLexie

  • UNA TURBA

    Lexie – Mansión Fenris

    Noche

    Me levanté de la cama y desconecté la InfiniBand en la que estaba comentando con Noah un capítulo del enésimo revival de Sexo en Nueva York. Era maravilloso que, cada cierto número de años, las chicas volvieran. Vale que ahora eran un puñado de octogenarias y se parecía más a Las Chicas de Oro que a la serie original, pero esta temporada en Florida le estaba sentando a la serie como un soplo de aire fresco.

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  • YA LO IRÍAMOS VIENDO

    Lexie – ¿Louna?

    Noche

    Lo bueno de Louna es que siempre es verano. Incluso en los días más fríos de diciembre, aquellos en los que te pones unos leggins y un jersey para ir a ‘El Chalé’ a tomarte un café bombón , puedes disfrutar de una temperatura de lo más agradable.

    Después de una tarde de playa, me duché, cené un bocata de lomo y me fui para el espigón a ver qué se contaba esta gente. Me gustaba especialmente mi outfit de vaqueros rotos, top color rosa empolvado, taconazos y chaqueta Levi’s vintage.

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  • FAMILIA

    NOAH ARKKAN

    NEXUS – NOCHE

    Cuando las fuerzas policiales de Nexus nos asaltaron, nos vimos obligados a dividirnos, viendo que ni las ilusiones de Lexie eran capaces de afectarles.

    Era lógico, si te parabas a pensarlo, su líder tenía múltiples formas que dominaban siempre la magia en todas sus variedades y en todas tenía mostraba una personalidad paranoica que le haría prepararse contra otras personas que manipulasen las artes místicas.

    Aun así, terminar separados era un problema. Había escapado con Lexie y Bowie que eran las que estaban más cerca de mí. Ya no tenía mi velocidad y solo había tenido tiempo a ver que Idris y Elle iban juntos por un camino, el resto no sabía cómo se habrían agrupado.

    Unas semanas antes habría sido capaz de recorrer la mayor parte de la ciudad y comprobar cómo estaban todos, incluso trazar un plan después de recorrer decenas de veces la catedral y ver puntos débiles de la guardia, de los accesos… Tenía todo el tiempo del mundo, pero ahora tenía que acostumbrarme a lo que había, de nada servía que me lamentase de no tener más tiempo, solo haría que lo desperdiciase.

    Me subí la capucha de esa poco útil chaqueta sin mangas, y salimos las tres juntas del callejón hacia una calle principal. Lexie llevaba en silencio desde que su  ilusión había fallado y Bowie parecía estar absorbiendo todo lo que se encontraba, y quizá juzgándolo también.

    – [Bowie]Deberías evitar mirar a la gente tan fijamente.[/Bowie]- me dijo Bowie. – [Bowie]Ahora que no eres más rápido de lo normal, paredes un tío raro.[/Bowie] – el consejo me escoció un poco, como recuerdo de ese miembro fantasmal que era mi velocidad sobrehumana, pero tenía razón, ahora todos eran conscientes de lo que hacía, ya no era más rápido que sus miradas.

    – [Noah]¿En serio? Lo miraré.[/Noah] – le prometí. Me sentía mal caminando por delante de Lexie, estaba preocupado por si se encontraba mal. Me giré para verla y vi que estaba concentrada, ocultándonos tras alguna ilusión mientras no hubiera policía cerca. – [Noah]¿Sacas algo útil de aquí?[/Noah] – pregunté a mi prima, mientras veía cómo un punto concreto de sus pupilas parecía brillar, seguramente usando alguna mejora ocular.

    – [Bowie]¿De una calle repleta de gente? La verdad es que no.[/Bowie] – comentó.

    – [Noah]No me extraña.[/Noah] – respondí. Miré a nuestro alrededor, tratando de disimular. Había personas de todo tipo, con implantes en brazos, piernas y rostro y peinados y atuendos de lo más variopintos. Por lo que había visto, todos lo habitantes tenían unos ingresos mínimos para vivir acomodados y a partir de ahí, según sus clases, tenían más acceso en base a lo que su nivel de «crédito» les permitiera. No sabía cómo entraban en cada categoría, no había podido tenerlo muy claro por las conversaciones que había escuchado. – [Noah]Esta ciudad me desagrada. Es como si todo estuviera…pactado. Como si lo tuvieran todo, pero sin libre albedrío real.[/Noah] – comenté. No había contrarios al sistema ni a Antailtire, la gente que quería rebelarse tenía su propio grupo social, acotado a unas zonas determinadas por las que ya habíamos pasado, y podían ser rebeldes sin afectar de verdad a nadie.

    – [Bowie]El libre albedrío está sobrevalorado.[/Bowie]- alcé una ceja, Bowie era demasiado directa, todavía tenía que pulir algunos puntos de su socialización y gestión de emociones porque, a fin de cuentas, era muy nueva en el mundo.- [Bowie]Durante la crisis del covid 19, los países que más libertades le dieron a sus ciudadanos fueron los que peor gestión de la pandemia tuvieron.[/Bowie] – era difícil no darle la razón, desde un punto de vista lógico la tenía, pero la humanidad necesita ser capaz de decidir, aunque vaya en su perjuicio, aunque se equivoque. Yo no sabía si había obrado bien entregando mi poder, dudaría de ello mucho tiempo, pero no habría querido que nadie más tomase esa decisión por mí.

    – [Noah]A nivel lógico tienes toda la razón, pero una persona no puede vivir toda su vida sin libertad de elección.[/Noah] – respondí. Una jaula de oro, yo, al menos, no la quería para mí ni para nadie que me importase.

    – [Bowie]En realidad, sí puede.[/Bowie] – replicó, enarcó ligeramente las cejas, no entendía que pudiera rebatirle un argumento tan lógico. Sonreí para mí mismo, para que no pensara que me burlaba, era agradable tener una conversación así, tan trascendental, pero a la vez mucho menos que la misión que teníamos entre manos. Me habría gustado poder estar en la Tierra y pasar más tiempo ayudándola a ver el mundo para que ella tomara sus propias decisiones con un margen mayor del que conocía todavía. Bowie tenía mucha información metida en su cabeza y también vivencias, pero había visto mucha pelea y muchas penas en su corta vida.

    – [Noah]Mientras no la conozcas.[/Noah] – dije. Una vez conoces la libertad ya no puedes vivir sin ella, como muchos otros placeres de la vida. – [Noah]Para mi este sitio es… como ‘Un mundo feliz’.[/Noah] – comenté. No tenía el recuerdo muy fresco, porque lo había devorado en una tarde junto a otros dos clásicos y no iba a ponerme allí en medio a acceder a mi memoria genética. Pero sí recordaba que su futuro era una utopía parecida a esta, una felicidad sin libertad, falseada, sin elecciones, todos iguales.

    – [Bowie]Supongo que estará inspirado en ese libro.[/Bowie] – dijo ella. Quizá tenía razón, puede que este mundo estuviese formado en base a lo que en la Tierra imaginábamos como una utopía futura, igual que los otros planetas estaban anclados en épocas de nuestro pasado. O puede que este fuera el futuro que nos esperase realmente.

    – [Noah]No sabemos realmente de dónde es Antailtire.[/Noah] – pensé en voz alta. Sabíamos muy poco de a qué nos enfrentábamos en realidad, más allá del ‘Soberano’. Aquél era una pequeña parte de su poder, esto era el todo, capaz de cambiar planetas a su antojo, de traer a gentes de otro mundo y mantener una parte de sí en cada uno, o varias. – [Noah]Aunque parece obsesionado con la humanidad y sus épocas históricas.[/Noah] – no eran una réplica, de todas formas, las había forzado en un ecosistema ya existente, con otros sobrenaturales, y por tanto eran algo distintas. Tenía cierta belleza ver cómo cambiaba, pero iría mejor sin el control de Antailtire.

    – [Bowie]Solo un humano podría estar obsesionado con la cultura de la humanidad.[/Bowie]- observó. Era una idea interesante.

    – [Noah]Pero no hay datos de él en nuestro mundo hasta que apareció su yo futuro. [/Noah] – respondí, disfrutando de cómo pensábamos juntos.

    – [Bowie]Que no haya datos no implica que no estuviera.[/Bowie] – sentenció, alzando una ceja, como si fuera lo más obvio. Sí, era cierto que la información del pasado, en especial del mundo sobrenatural, era escasa, plagada de leyendas que alteraban la verdad y de realidades contadas a medias. Podía ser que Antailtire fuera parte de nuestro pasado.

    Asentí, pensativo. – [Noah]Es increíble cómo aprendes.[/Noah] – le aseguré, orgulloso de que mi prima se estuviese convirtiendo en alguien tan inteligente.

    – [Bowie]No soy del todo humana y por eso mi curva de aprendizaje es más elevada.[/Bowie] – afirmó. Me preocupó que fuera tan consciente de sus diferencias, porque en un futuro, cuando interiorizase mejor su parte humana y sus sentimientos, eso podría hacerle daño.

    – [Noah]Aunque tengas implantes, eso no te hace menos humana.[/Noah] – la humanidad no la dicta tu genética. – [Noah]Yo tampoco soy humano del todo, pero entiendo por humanidad mis emociones.[/Noah] – expliqué.

    – [Bowie]Es diferente pertenecer, en un 50%, a una raza demoníaca a ser en parte cibernética.[/Bowie]- argumentó ella.- [Bowie]Los Rakkthathor eran de la Tierra.[/Bowie] – añadió. Extintos, pero sí, de una Tierra de hace milenios. Trataba de no pensar mucho en ello, en que si yo no tenía hijos o hijas, los Rakkthathor volverían a desaparecer cuando lo hiciéramos mi padre o yo.

    – [Noah]Tu tecnología te da otros atributos, pero en el fondo no dejas de tener madres.[/Noah] – rebatí. No había entrado nunca a preguntar en detalle su ascendencia, porque no era muy correcto, pero sabía que la habían creado a partir de ADN de los dos últimas Kvasir: mi tía Sarah y mi tía Sasha.

    – [Bowie]No exactamente.[/Bowie]- respondió con una sonrisa.- [Bowie]Esa es la versión de la historia que he decidido creer, pero en realidad, soy un clon de la mejor parte de ambas.[/Bowie]- puntualizó.- [Bowie]Los bebés no eligen la mejor parte de sus padres o madres. Se quedan con lo que hay al azar.[/Bowie] – añadió. Difícil responder a eso, no era un genio de la genética, así que tenía que ir por el camino de la filosofía.

    – [Noah]No has tenido mucho tiempo para estar con ellas ni con el tío Daniel, pero cuando volvamos, verás sus mejores partes y también otras que no lo serán tanto. Y formarán parte de ti.[/Noah] – yo no había sido clonado de mi madre y mi padre y me parecía mucho a ellos a nivel genético, sin embargo, en muchos aspectos de mi personalidad, no me parecía en nada, mientras que Leo, era todo lo contrario. Y en cualquiera de los dos casos, como siempre nos habían querido y se habían preocupado por nosotros, nuestros padres siempre serían parte de nosotros.

    Ella se encogió de hombros.- [Bowie]Puede ser.[/Bowie] – no sabía si me estaba dejando por imposible o si la filosofía no era un camino por el que estuviera interesada ahora mismo.

    – [Noah]Eres mi prima. No necesito más explicaciones para eso. Eres mi familia.[/Noah] – afirmé, sonriendo.

    – [Bowie]Genéticamente soy tu tía política.[/Bowie]- aclaró. No vivíamos en el mundo más fácil para ayudar a la gente a sentirse bien, eso os lo puedo asegurar. Pero parte de esas rarezas que nos rodeaban hacían nuestra vida mucho mejor.

    – [Noah]Técnicamente, pero a veces está bien ser menos correcto y como para ellas y él eres su hija, eres mi prima.[/Noah] – le sonreí de nuevo, valorando si había algún gesto de cercanía que pudiera hacer y no fuese incómodo. Ella me miró y esta vez no dijo nada, quizá lo estuviera pensando, quizá y solo quizá, hubiera entendido que para mí siempre sería una persona importante. – [Noah]Voy a ponerme a la altura de Lexie, por si necesita hablar.[/Noah] – dije después de unos segundos de silencio. Ella asintió y dejé que nos guiara, tenía el mapa en la cabeza y sabía qué caminos tomar para que encontrásemos menos gente.

    – [Lexie]¿Qué, dándole la murga a Bowie?[/Lexie] – preguntó Lexie en cuanto me acerqué.

    – [Noah]Más o menos. Asegurándome de que sabe que tiene una familia.[/Noah] – me puse a su lado, hasta sentir la calidez de su cuerpo. Sin apenas pretenderlo, me dejé llevar y la besé, sin ganas de separarme ni de estar en ningún otro lugar. Perder mi poder me estaba haciendo cambiar mi perspectiva sobre aprovechar las cosas y la verdad es que la echaba de menos.

    – [Lexie]Espero que no le hayas hecho lo mismo que a mí.[/Lexie]- respondió sonriendo cuando nos separámos.

    – [Noah]Solo tengo ojos para ti.[/Noah] – laseguré. No añadí que a mi prima no la vería nunca de otra forma porque me parecía obvio. Estaba enamorado de Lexie y solo me atraía ella, aunque claro, en su caso, una de las maravillosas rarezas que nos rodeaban, me hacía tener que añadir una excepción. – [Noah]Bueno, para todas tus yo.[/Noah] – corregí. Nuestra relación aún era muy nueva, pero trataba de ir acostumbrándome a saber que tuviese el aspecto que tuviese, era ella.

    – [Lexie]Pues tienes un montón de ojos.[/Lexie]- dijo echándose a reír. No parecía afectada por la situación, pero Lexie nunca se iba a mostrar así.

    – [Noah]Me hacían falta.[/Noah]- bromeé. – [Noah]¿Estás bien? Por lo de antes.[/Noah] – sabía que no llevaba bien situaciones que la superasen y ver que su poder no hacía nada contra esos policías era una de ellas.

    – [Lexie]Yo siempre estoy bien.[/Lexie]- replicó, alzando una ceja para enfatizar su preciosa sonrisa.- [Lexie]Y a veces, muy bien.[/Lexie] – añadió.

    – [Noah]Siempre estás muy bien. Y pocas veces bien.[/Noah] – la cogí de la mano y le di un apretón cariñoso. No le apetecía hablar de ello y estaba bien, no necesitaba decirle que la apoyaba, porque lo sabría.

    Lexie me guiñó un ojo. – [Noah]Ya queda menos.[/Noah] – dije incapaz de resistir la tentación de volver a besarla ahora que pasábamos por una calle vacía.

    Tanto Lexie como Bowie eran mi familia. Puede que estuviéramos muy lejos de casa, que corriéramos peligro continuamente, pero este viaje me estaba haciendo descubrir otra clase de familia, una que había elegido. Empezaba a entender a los Moondies desde dentro, sin las leyendas, sin la grandeza, solo personas que se habían apoyado en malos y buenos momentos y se habían convertido en familia sin importar de dónde venía cada una.

  • LA ÚLTIMA MISIÓN

    DIARIO DE XANDER

    TARDE – LA KVASIR

    Estaba emocionado. Era consciente de que me sentía impresionado por formar parte de algo que podría ser historia. Como hijo de Moondies, había soñado siempre con formar parte de esas reuniones en las que los demás y yo solo veíamos una puerta cerrada.

    Pero ahora éramos nosotros y nosotras, todas las personas de la nave, las que estábamos reunidas bajo una misma misión. El mundo había cambiado, mientras los Moondies esperaban tras los discos Daë a saber lo que pasaba tras esa puerta.

    Los miembros del Consejo de la Kvasir estábamos sentados tras unas mesas que habíamos colocado en la sala común de la planta principal. Frente a las mesas, el resto del grupo se desplegaba en todo su esplendor. Habíamos decidido que las reuniones serían a puerta abierta para todos, para que pudieran opinar, aportar, en resumidas cuentas, para convertirnos en una especie de democracia ya que mientras viviéramos así, éramos nuestra propia civilización.

    – [Elle]Esto es un poco raro.[/Elle]- empezó a decir Elle, poniéndose en pie. Aquella era nuestra primera reunión oficial desde haber sido creado el Consejo de la Kvasir y era lógico que todavía se sintiera incómoda por su posición. – [Elle]Buenos días. Os comento: el Consejo ha hecho esta propuesta de grupos para la siguiente fase.[/Elle] – hizo un gesto y Henry activó una proyección holográfica de una foto de cara de cada uno de nosotros, agrupadas bajo tres símbolos del zodiaco que representaban los mundos a los que iríamos a continuación. Con suerte, los últimos.

    Miré a mi hermana para darle ánimos mientras la atención del resto se centraba en el holograma, primero preguntándose dónde les tocaría y segundo, percatándose de que a uno de los mundos a habíamos ido.

    – [Elle]Se admiten propuestas.[/Elle]- sugirió Ellie. Vi a Jane a su derecha, negando con la cabeza. Todavía era demasiado firme, tenía que acostumbrarse a confiar en el resto, porque por el momento, solo se fiaba de que estuviéramos a salvo bajo su dirección.- [Elle]Y mientras os decidís a hablar, le dejo paso a Noah.[/Elle] – sonreí a mi hermana mientras se sentaba. Era un buen movimiento para evitar un silencio incómodo mientras valoraban a qué mundo iban.

    — [Noah]Con eh… la información que ha recogido Lexie en la ciudad. [/Noah]— empezó a decir mi primo Noah. Giró la mirada para sonreír a la persona que tenía a la derecha, que no era otra que una Lexie satisfecha de su trabajo. Estaba claro que pese a su reticencia, había resultado ser increíblemente valiosa para todos. — [Noah]Sabemos que Selas es un mundo anclado en la Grecia clásica. [/Noah]— explicó. En el holograma Henry aumentó unas imágenes de archivo de la Antigua Grecia, cómo vestían, cómo era el entorno… — [Noah]Y Dyavol en el siglo XVIII aproximadamente, es, por lo que parece, un mundo pirata.[/Noah]— añadió. Henry aportó otro grupo de imágenes para dejarlo claro. Me había asignado junto a Jane a ese mundo por una decisión estratégica, pero no era el favorito de ninguno de los dos.

    – [Owen] Te lo pondré sencillo Elle, no tengo inconveniente en ir a ese mundo. [/Owen]- se ofreció Owen. Me alegró que fuera el primero en romper el silencio de los demás, ninguno de los miembros del Consejo estábamos muy cómodos por el hecho de que el resto pudieran verse inferiores cuando no era el caso, así que ver a alguien hablar era un alivio. Aun así, la alegría no duró mucho. – [Owen]…con suerte me lanzan por la pasarela.[/Owen] – murmuró en voz baja. Quizá no fuese así exactamente porque estaba lejos, pero iba en la misma línea. Me preocupó ver así de desanimado a mi amigo. Sabía que llevaba así desde que la noche anterior Amy se había sincerado con él- Habíamos hablado pero aún no había sabido qué decirle de eso en concreto. Si alguien a quien quieres no te corresponde, no puedes hacer otra cosa que seguir adelante, pero esas palabras a Owen no le ayudarían mucho y menos viniendo de alguien que había seguido queriendo durante años a una persona que pensaba que le odiaba.

    — [Xander]Por eso estás el primero de la lista. [/Xander]— aseguré, dirigiéndole una mirada a Ellie, que notaba el mismo desazón en Owen que yo. Por eso habíamos comentado un asunto con el Consejo que estábamos a punto de comunicar. — [Xander]Y habíamos pensado que fueras el líder del equipo ofiuco.[/Xander] – añadí. Teníamos que ayudarle y darle un puesto de responsabilidad era un buen primer paso. Si se mantenía ocupado, podría tener más fácil darse cuenta de que la vida seguía y encontraría a alguien que le correspondiera. No podía seguir encerrado eternamente devorando series y canciones melancólicas.

    – [Owen] ¿Yo? ¿Liderar? [/Owen] – miró las caras del holograma y alzó la mano señalando. – [Owen]¿Por qué no mejor Jane, Cole… O incluso tú?[/Owen] – sugirió.

    – [Elle]Estás más que capacitado para esto. Además, eres el que más sabe de piratas.[/Elle]- intervino Ellie, rematando su argumento con un guiño de ojo. Estaba tan orgulloso de lo maravillosa que era mi hermana que no tenía palabras para expresarlo.

    — [Xander]El equipo de Nexus lo liderará Elle y el de Selas Amy.[/Xander] — continué. Henry contorneó sus imágenes con un borde dorado para remarcar su posición. — [Xander]Pero antes de seguir con los grupos, Noah tiene algo más de información[/Xander] – terminé, cediéndole el turno con una mirada.

    Noah asintió y se aclaró la garganta. Tampoco llevaba bien tener un gran público delante, pero se había estudiado tan al detalle lo que iba a decir, que dudaba que titubease. — [Noah]En Nexus ya estuvo un grupo nada más llegar, pero hemos pensado que necesitamos más información para estar preparados y además, nos hemos topado con una nueva fuente de información.[/Noah] – eso daría respuesta a quien se preguntase por qué volvíamos a un mundo en el que ya habían estado Idris, Henry, Laura y la propia Zahra. Noah hizo una señal a Henry, que colocó una lista de papeles donde había anotado lo que iba a decir. Estaba bastante nervioso.

    Bowie alzó una mano de pronto y Henry se detuvo.- [Bowie]Yo quiero cambiar de mundo.[/Bowie] – lo dijo con calma, pero con firmeza. No conocía a mi hermana pequeña desde hacía mucho tiempo, por desgracia, pero empezaba a reconocer cuando tomaba una decisión en la que no se echaría atrás.

    Nos quedamos en silencio, valorando. – [Xander]De acuerdo, lo hablaremos cuando Henry y Noah terminen.[/Xander] – respondí. Era lo único que podía hacer en el momento, aparcar durante unos instantes la decisión. Me preocupaba mandar a Bowie a otro de los mundos, Selas era el más seguro de los tres. Bowie asintió, con paciencia y le hizo un gesto a Henry.

    – [Henry] He encontrado en la base de datos de la nave información del resto de mundos que he actualizado con las… vivencias que hemos tenido en ellos.[/Henry] – explicó. Desde que se había alzado la Kvasir, más de una cosa estaba recuperando su vieja gloria, gracias a las reparaciones en el vientre de la Kvasir que Henry y Dante habían podido empezar a realizar. – [Henry]Parece ser que son datos que…preceden a…al malo.[/Henry] – aclaró. El Soberano, para la mayoría de nosotros, aunque aquí tuviera muchos nombres pero le conocieran como Antailtire. Apenas acabábamos de enterarnos de que la Kvasir había llegado al Cúmulo antes que él, antes de que los mundos cambiasen a su antojo. – [Henry] Pero apenas tenemos información del Nexus…[/Henry] – añadió, revisando entre sus archivos. – [Henry]…al parecer la nave se estrelló antes de que pudieran hacer un reconocimiento de ese mundo.[/Henry] – a  veces pensaba en qué habría pasado con la tripulación, pero viendo que hacía tanto tiempo desde que se habían estrellado, podría ser cualquier cosa, incluso haber poblado algunos mundos con sus descendientes.

    — [Noah]Lo único que hemos sacado de allí es un registro de una interferencia similar a la del momento en que vinimos. [/Noah] — intervino Noah. Henry mostró dos señales en el holograma y las superpuso, eran idénticas. Según lo había llamado en la reunión previa, era la «frecuencia de resonancia del Axis Mundi». — [Noah]En resumen, creemos que el portal al Axis Mundi está allí.[/Noah] – explicó. Mi mente se vio invadida de los recuerdos caóticos de la noche que nos fuimos de Moondale. Omega. Ella había sido el principio.

    — [Xander]Por eso el equipo de Nexus será de infiltración y combate en caso de necesidad.[/Xander] — comenté. Necesitábamos saber dónde tendrían que ir los Daë después de reunirse, para así protegerles y permitir que cumplieran su misión y con suerte, poder volver a casa.

    — [Noah]En Selas la nave tiene registros de seres similares a los de los mitos griegos, asi que hay que estar preparados. Por lo que le contaron a Lexie, los héroes y heroínas son bastante comunes.[/Noah] — explicó Noah. Sus palabras se vieron acompañadas de imágenes de criaturas de su mitología. Podían encontrarse muchos inconvenientes, pero aun así era el mundo menos peligroso de los tres. — [Noah]Y Dyavol parece un mundo muy oscuro, por su posición con el sol pero también por las criaturas. No será fácil.[/Noah] – aparecieron unas imágenes lejanas del mundo de Dyavol y parecía un lugar frío y muerto.

    — [Xander]Los equipos que veis tienen el cuenta el tipo de misión y las fortalezas de cada uno.[/Xander] — expliqué. Habíamos debatido hasta conseguir una especie de consenso, pero ahora estaba abierto a debate general y Bowie ya había propuesto su cambio. — [Xander]A Nexus van los más fuertes, los que ya conocen el lugar y los que pueden infiltrarse mejor.[/Xander] – dije, aclarando las elecciones. Algunas personas habrían encajado en ese, pero no nos atrevíamos a poner toda la «carne en el asador» por si pasaba cualquier cosa, tener equipos de respaldo para una extracción.

    – [Julia]Yo nunca he sido muy fan de la masculinidad tóxica.[/Julia] – intervino Julia, alzando la mano.- [Julia]Así que borradme del mundo pirata.[/Julia] – pidió. Dos cambios en el aire. Si Bowie quería cambiarse por ella, no sería lo ideal por el peligro que suponía Dyavol, pero al menos estaría más segura que en la boca del lobo que era Nexus.

    — [Xander]¿A qué mundo quieres ir, Bowie? ¿A Dyavol? [/Xander] — pregunté, esperando que su respuesta fuera la que yo quería. Sentía en alguna parte de mí que no sería así.

    – [Bowie]No, quiero ir a Nexus. Estoy preparada para estar en ese grupo.[/Bowie]  – respondió, confirmando mis sospechas. Bowie había sido valorada para ir a Nexus porque sus capacidades de androide ayudarían a la infiltración, pero también era «joven», no en apariencia, pero sí en tiempo real de vivencias.

    Miré a los demás, a sabiendas de que la preocupación se iba a manifestar en mi rostro. – [Jane]Si todo el mundo se pone a elegir va a ser un desmadre, así que os quedáis como estáis y carretera y manta.[/Jane]  – por un instante agradecí el apoyo de Jane, pero sabía que no podíamos hacerlo así, no si queríamos ser iguales todas las personas de la nave.

    – [Bowie]Pues si no voy a Nexus me quedo en la nave y os apañais como podáis.[/Bowie]- sentenció, cruzándose de brazos.- [Bowie]Y carretera y manta.[/Bowie] – la retó. No iba a cambiar de idea, era algo que parecía haber sacado de mamá Sasha, su determinación.

    – [Julia]Vas tú a los piratas, Hail Hitler.[/Julia] – se unió Julia. Las cosas no iban bien, necesitábamos llegar a un acuerdo, pero había muchas personalidades diferentes en aquella sala.

    – [Ezra]Nos vendría bien tu fuerza en este mundo Bowie. Y quien sabe, lo mismo encuentras información de Caitriona allí.[/Ezra] – le propuso Ezra, tratando de convencerla de ir a Selas. Bowie alzó una ceja, no, no iba a cambiar de idea. Empecé a barajar opciones para protegerla en ese mundo, no había otro remedio, no era ético dejarla encerrada en la nave porque la considerásemos pequeña, no era justo.

    – [Jane]No, si yo ya iba a esa bazofia de mundo y no me habrás oído quejarme.[/Jane] – replicó Jane, empezando a estar molesta.

    — [Xander]Jane…[/Xander] — la llamé, tratando de ayudarla a tomar control de la situación. Me di cuenta de que había sonado como mi tío Toph cuando Kaylee me miró con una sonrisa. Tenía que intentar que Jane empezase a confiar en todos nosotros como grupo y no nos sobreprotegiera. Era una persona muy maternal, se preocupaba mucho por cada una de las personas de la nave, incluso las que apenas conocía y eso hacía que mostrase su cara más firme.

    – [Owen]Te invito a una botella de ron si vienes con nosotros.[/Owen] – propuso Owen mirando hacia Julia. No quería pensar mal, pero dado el atractivo físico de Julia, pensé que mi amigo estaba tratando de ligar.

    – [Kaylee]Viendo que La Canciller está a punto de quitarse el cinturón, creo que lo mejor es que alguien de Nexus se ofrezca voluntario o voluntaria para cambiarse por Bowie y después solucionamos lo de Julia si es que Owen no se ha desnudado para que se vaya con él.[/Kaylee] – medió Kaylee. Era una buena propuesta, equilibrada.

    — [Xander]¿Alguien quiere cambiar su puesto por Bowie?[/Xander] — pregunté.

    – [Ruby]Puedo dejarle mi puesto a Bowie y que Julia se vaya a Grecia en el puesto de ella y yo me voy a los piratas.[/Ruby] – explicó Ruby, poniéndose en pie, firme, sin el más mínimo temblor. Era toda una soldado.- [Ruby]No sé si se me ha entendido.[/Ruby] – preguntó.

    — [Xander]Vamos a votarlo. En caso de empate decidirá Elle.[/Xander] — sugerí. El cambio que proponía Ruby era justo, todo el mundo conseguía lo que quería, pero tendríamos que colocar contramedidas para proteger a Bowie aunque era cierto que a Julia le iría mejor en Selas.

    – [Elle]En caso de empate lo echamos a suertes.[/Elle] – me corrigió Ellie, con una sonrisa. Se la devolví y pasamos a las votaciones, que fueron un sí unánime aunque por un momento Elle pareció votar que no para devolverle a Ruby lo de su elección. Incluso Jane aceptó.

    – [Ruby]Tengo una propuesta.[/Ruby] – añadió Ruby. Elle asintió para que la expusiera.- [Ruby]Quiero ser la líder del grupo de los piratas junto con Owen y creo que los demás mundos también necesitarán dos líderes.[/Ruby] – sugirió. Dos líderes. Teniendo en cuenta que ahora íbamos más en los grupos, quizá no fuera una mala idea.

    – [Jane]¿Pero por qué no podéis dejar las cosas como están?[/Jane] – se quejó Jane, que no llevaba demasiado bien los cambios.

    – [Kaylee]Calla ya, Mussolini.[/Kaylee] – le replicó Kaylee. Jane la miró, pero Kay se las arregló para que entendiese que era una broma.- [Kaylee]A mí me parece buena idea, porque Owen el 90% del tiempo está pensando en sex..ries.[/Kaylee] – comentó para reír, mirando al aludido.

    — [Xander]¿Qué opinas owen?[/Xander] — le pregunté. Era importante que cada persona pensara que su opinión era importante, porque así era.

    – [Owen]De hecho no tendría inconveniente en dejárselo todo a ella, pero las mujeres no están bien vistas en esa época. Así que, claro, porque no, delegaré y eso.[/Owen] – comentó. Seguía viéndole afectado. Esperaba tener más tiempo en Dyavol para hablar a solas y quizá conseguir que se animara un poco.

    – [Julia]Lo que yo decía: una mierda de mundo.[/Julia] – murmuró Julia.

    — [Idris]Qué dice líder contigo owen.[/Idris] — bramó Idris soltando una carcajada. Vi como pellizcaba a Owen en el brazo. — [Idris]Ya sabes…. líder…. contigo….[/Idris]  – añadió enfatizando las palabras para que quedase claro el subtexto.

    – [Ruby]Idris, soy una guerrera entrenada y podrías estar muerto ahora mismo y no haberte dado cuenta.[/Ruby] – le cortó Ruby, seria.- [Ruby]No te conviene tocarme la moral.[/Ruby] – le amenazó.

    — [Idris]La moral no, pero owen otras cosas si ¿eh? Hay que ver….[/Idris] — se rió Idris, bromeando como era habitual en él.

    Ruby puso los ojos en blanco, pero no añadió nada más.

    – [Elle]Hay dos mundos que aún no tienen dos líderes.[/Elle] – resumió Ellie.

    — [Noah]Kaylee debería ser líder junto a Amy.[/Noah] — propuso Noah, que seguramente había estado haciendo sus cábalas mientras los demás discutían. — [Noah]Se que el resto prefiere no tener esa posición, salvo que Ezra diga lo contrario.[/Noah] – comentó.

    — [Idris]Y evidentemente yo líder con Coquito. [/Idris] —se autonominó Idris, aunque era una buena opción, tenía experiencia liderando a los Drow como combatientes nocturnos. — [Idris]Con beneficios como Ruby y Owen.[/Idris] – añadió, mirando a mi hermana. Quise borrar esa imagen de mi mente y desde luego deseé no tener nunca el poder de Jane.

    – [Kaylee]Yo no tengo problemas en ser la líder junto a Amy si el resto de los que van a ese mundo están de acuerdo.[/Kaylee] – comentó Kaylee.

    – [Ezra]Por mí bien. Llevo mejor el recibir órdenes que darlas.[/Ezra] – admitió Ezra. Si a él le daba igual, tal y como Noah había dicho, ni Leo ni Dante querrían, Julia aún era muy «nueva» para nosotros y Vera, Elliot, Jamie y Chloe eran demasiado jóvenes.

    – [Elle]Idris, ¿tú quieres ser líder?[/Elle] – preguntó mi hermana mirando a su…¿interés romántico? No sabía cómo llamarlos, pero saltaba a la vista que eran cercanos.

    — [Idris]Por supuesto. [/Idris] — replicó él poniéndole ojitos. Mi hermana sonrió y me alegró verla así incluso con todo el peso de ser la líder y todo lo que estaba pasando. Después de lo que le había pasado a la abuela Elizabeth.

    — [Noah]Voy a resumir entonces.[/Noah] — respondió Noah, revisando el holograma que Henry y él habían ido modificando. — [Noah]A Selas van Amy, Leo, Ezra, Kaylee, Dante, Chloe, Vera, Elliot, Jamie y Julia.[/Noah] — repasé mentalmente junto a ellos. La manada de lobos, una raza que no llamaría la atención allí, al igual que el alado y los más jovenes, junto con Julia cuyos poderes no le servirían de mucho en Nexus ni Dyavol. — [Noah]A Nexus Idris, Elle, Henry, Zahra, Bowie, Lexie, Nate, Robin, Ezequiel y yo.[/Noah] — Elle, Nate y Robin aportando la fuerza, Noah por sus conocimientos, Lexie para camuflarse, Henry, Idris y Zahra porque ya habían estado y Ezequiel porque podría resistir en caso de necesidad. — [Noah]Y por último a Dyavol van Owen, Mike, Sophie, Ruby, Cole, Jane, Xander, Lekwaa y Niall.[/Noah] – en Dyavol necesitaríamos fuerza como la de Owen, Ruby, Cole o yo, un sanador como Mike nos resultaría útil, igual que las recién descubiertas habilidades de Sophie. Lekwaa serviría de apoyo con su conocimiento del mundo espiritual y Niall permitiría una ventaja al estar en un mundo muy marítimo. Por último, pero no por ello menos importante, Jane era un as en la manga, por su nuevo poder y por su poder de nacimiento.

    — [Idris]Qué sepáis que me jode no llevar toga. [/Idris]— sentenció Idris, haciendo un falso puchero.

    Lexie se puso en pie y de pronto todos pasamos a llevar togas. Tengo que decir que no muy correctas históricamente y si bastante escuetas. Estaba claro que Lexie se había tomado la parte de las fiestas muy en serio. Y tampoco iba a negar que nos había alegrado la vista antes de una misión que podía ser la última que lleváramos a cabo.

    Si todo salía bien, pronto estaríamos en casa. ¿Pero cuando salen del todo bien las cosas?

     

  • UN NUEVO NOAH

    NOAH ARKKAN

    LA KVASIR – MEDIODÍA

    Ajusté la apertura y observé por el objetivo. Aquél trabajo era laborioso, complejo, delicado y requería una paciencia que estaba empezando a descubrir en mí, era un camino para labrar al nuevo Noah en el que quisiera o no, comenzaba a transformarme.

    En los días pasados había dado inicio al lento proceso de acostumbrarme a mi nueva condición, rodeado de las terribles noticias de la Tierra y las heridas que estaban sembradas por toda nuestra «comunidad».

    Mi mente seguía ágil, cómo si aquella velocidad que había tenido y parecía ahora un eco de un pasado remoto la hubiera entrenado y pulido hasta estar a su altura. Mis reflejos también estaban a la altura, era consciente rápido de lo que me rodeaba, de los cambios en el entorno.

    Por eso en el momento en el que Lexie apareció por la escotilla de la segunda planta y caminó por el techo de la nave hacia mí, fui consciente. Pero serlo no implicaba que fuese más sencillo reaccionar. Había evitado a Lexie en los últimos días, tenía algunos motivos pero cualquier argumento se venía abajo si lo pensaba, eran miedos y no podía dejar que mediaran en mi vida, y sin embargo, pese a saberlo, me paralizaban.

    – [Lexie]¿Qué haces aquí?[/Lexie] – preguntó. Su voz fue música para mis oídos, echaba de menos estar con ella, sin necesidad de hacer nada, simplemente estando juntos, escuchar su voz, sentir el calor de su cuerpo contra el mío.

    – [Noah]Intento sacar una foto de los planetas visibles. [/Noah]- dije, incapaz ya de concentrarme pero haciendo como que sí para evitar mirarla fijamente a los ojos. Temía lo que podía encontrar en ellos.

    – [Lexie]No creo que se muevan mucho.[/Lexie] – su tono de voz parecía amigable, aunque eso no descartaba que su enfado estuviera presente.

    – [Noah]¿Y tú? ¿Cómo es que has subido aquí?[/Noah] – pregunté, girándome. No podía evitar cruzarme con ella por un miedo omnipresente a perderla, porque ya lo estaba haciendo. Por suerte, al no tener todo el tiempo del mundo para pensar como hacía antes, me resultaba más fácil lanzarme al impulso de actuar.

    – [Lexie]He venido a verte.[/Lexie] – dijo mirándome. Me fijé en cualquier cosa menos sus ojos. Su ropa, de puro verano de Louna, un top blanco, corto, dejando más que el ombligo al descubierto y unos pantalones de un tono rosáceo. Esas palabras eran el preludio de algo que podía ser bueno o muy malo. Si venía a verme porque me echaba de menos me derrumbaría pero no sería malo en sí, pero también podía venir a verme porque estaba cansado de un tío que estaba más ocupado sacando fotos a un cielo en lugar de tratarla como se merecía.

    – [Noah]Ah.[/Noah] – respondí. – [Noah]¿Pasa algo?[/Noah] – fue lo único que se me ocurrió preguntar pese a que los dos sabíamos la respuesta.

    – [Lexie]Quería saber qué te pasa estos días.[/Lexie] – encontré una cadencia de tristeza en sus palabras. Lexie era una mujer fuerte, divertida, maravillosa y no tenía por qué pasarlo mal por mí. Se me ocurrió que lo mínimo que podía hacer era mirarla a los ojos y cuando lo hice, recordé una vez más que no podía resistirme a ella, se me apareciera con una cara u otra.

    – [Noah]Estoy bien. [/Noah]- mentí. Aún no, pero estaba en ello. La muerte de Elizabeth me había influido. Puede que no fuera mi abuela pero la conocía y la había tratado, me apenaba la idea de no volverla a ver, pero también pensar en el dolor que estaban sufriendo Elle, Xander, Amy, Kaylee, Vera e incluso Bowie. Y luego estaba el hecho de que su muerte, aunque no había tenido nada que ver con Omega, me recordaba que mi trato no garantizaba que todos fueran estar allí cuando regresáramos. – [Noah]Adaptándome a esto.[/Noah] – me señalé a mí mismo con la mano y pude seguir con la mirada cada movimiento, algo de lo que antes no habría sido capaz.

    – [Lexie]Ya, pero últimamente estás pasando de mí y me estoy empezando a enfadar.[/Lexie] – ahí estaba, la Lexie de detrás de todas las apariencias y engaños a la que había conseguido conocer y amar.

    Suspiré, no tenía sentido evitar más hablar de mis preocupaciones con ella, así que me senté cerca. – [Noah]Lo siento, Lexie.[/Noah] – era una disculpa sincera, pero con eso no bastaba, ni para ella ni para mí.

    – [Lexie]No me vale, la verdad.[/Lexie] – confirmó, poniéndose de pie frente a mí y colocando los brazos en jarras. Alcé la vista, qué increíble era, ¿cómo podía llegar a merecerla? – [Lexie]Me he quedado en esta mierda de nave que no vuela por ti. Podría estar en mi casa como la otra idiota que nos ha dejado tiradas.[/Lexie] – sentenció. Ese era uno de los motivos por los que la rehuía los últimos días. Antes de Caitriona Lexie podría haberse ido, pero se quedó por mí, porque le importaba.

    – [Noah]Lo sé, ¿crees que no lo sé?[/Noah] – le respondí. – [Noah]No merezco que te quedaras aquí por mí, tienes una vida allí, la tenías antes de conocerme.[/Noah] – añadí. No podía enfrentarme a la idea de que tuviera que lidiar con una vida que no quería solo por estar conmigo, pero no nos quedaba más opción y tenía que dejarme de tonterías.

    – [Lexie]Para mí habría sido más fácil volver a casa.[/Lexie]- admitió. Solo decía las verdades que yo mismo sabía ya, pero la confirmación hacía que las preocupaciones me siguiesen rondando la cabeza.

    – [Noah]Y por mí culpa ya no existe esa opción.[/Noah] – Omega se encargó de eliminar las opciones y de paso, quedárselas para regresar a la Tierra. Era el origen de todo esto, pero al final tampoco recaía solo en ella la culpa, yo había decidido entregar la velocidad para protegerles, Lexie había decidido quedarse y Xander había decidido librar al mundo de su amenaza. Decisiones y repercusiones.

    – [Lexie]No te estoy culpando, porque fui libre de elegir, pero tampoco está bien que me ignores cuando sabes que eres la razón principal por la que estoy aquí.[/Lexie] – me sorprendió verla así, tan…madura, tan en control de sus sentimientos.

    – [Noah]No te ignoro, me despierto deseando estar contigo pero…[/Noah]- había empezado a decirlo y tenía que terminar. Lexie era mi Selardi, eso lo sabía desde hacía mucho y cada día y faceta que conocía de ella no hacía más que confirmármelo, así que si lo sabía con tanta certeza no podía dudar en mostrarle mis sentimientos. – [Noah] te estaba ahorrando mi presencia, acordarte de lo que perdiste y de que ahora…soy otro.[/Noah] – resumí, como si me arrancara un peso del pecho, evitando mirarla fijamente. No estaba preparado para su reacción. Lo había pensado muchas veces, ella se había enamorado de un Noah que tenía tiempo para pensar bien cada uno de sus actos, un Noah que podía llevarla a cualquier parte del mundo, que podía encargarse de todos sus problemas y tener tiempo libre de cargas junto a ella.

    – [Lexie]¿Tú crees que a mí me gustaba tu velocidad?[/Lexie] – preguntó. Su tono hizo que volviera a mirarla a la cara y vi que alzaba una ceja bien marcada, un gesto que siempre me había resultado atractivo en ella.

    – [Noah]Te enamoraste de un Noah y ahora soy otro. No podré hacer las mismas cosas, ni a pensar tan bien lo que digo.[/Noah] – reconocí. Puede que mi velocidad fuera un lastre en otros sentidos para algunas personas, pero tenía ventajas.

    – [Lexie]Bueno, lo de que estoy enamorada lo dices tú.[/Lexie]- replicó con una sonrisa maliciosa, estaba disfrutando en cierta manera y eso me hizo sentir mejor.

    – [Noah]Tienes que estarlo para haberte quedado en este sitio tan poco fancy.[/Noah] – repliqué siguiéndole el juego del tira y afloja.

    – [Lexie]Lo que quiero decir es que a nadie le gustaba tu velocidad salvo a ti.[/Lexie]- sentenció. Era duro pensar que había podido molestar a alguien con mi poder pero en aquél momento en el que ya lo había perdido, tenía una parte reconfortante.- [Lexie]Esto me ha quedado fatal. En realidad, creo que el problema es que eras demasiado rápido para el resto.[/Lexie] – corrigió. Debía tener muy mala pinta para que Lexie rectificara. Por algún motivo pensar eso me hizo sonreír y la sensación reconfortante se afianzó.

    Le di una vuelta a qué se refería, con mi poder siempre estaba buscando hacer algo, lo que no debería ser un problema en sí, pero los entretenimientos me duraban poco y al estar metido en una misión con el resto, podía estar asfixiándoles con mi ritmo, exigiendo algo que no podían cumplir.- [Noah]Supongo que lo entiendo, en parte ahora estoy descubriendo a vivir de otra forma.[/Noah] – comenté. Estaba volviendo a descubrir los placeres del mundo. – [Noah]Corría demasiado.[/Noah] – había sido un miedo recurrente desde después de la adolescencia, ir tan rápido que me perdía lo que de verdad importaba y con Lexie ese miedo había ido a más. Ahora pensaba en los momentos en los que estaba con ella y mi mente estaba a la vez haciendo cuatro o cinco cosas más.

    – [Lexie]La velocidad solo era una ventaja para ti. El resto íbamos detrás con la lengua fuera.[/Lexie] – replicó despreocupadamente. Yo me limité a sonreírle y alzar una ceja, eso bastaría, me conocía lo suficiente como para entenderlo.

    – [Lexie]Sabes a qué me refiero.[/Lexie] – replicó, pero asomó una sonrisa en sus labios.

    Asentí y noté que nuestro enlace volvía a estar ahí, pese a todo lo que había pasado, quizá más fuerte que antes. Este cambio era una oportunidad para centrarme más en lo que de verdad importaba. – [Noah]Quizá sea una buena oportunidad para mirar un poco más para lo… nuestro.[/Noah] – le confesé.

    – [Lexie]Y para el resto de relaciones que tengas con gente de la nave.[/Lexie] – me aconsejó. Estaba disfrutando de la sensación de que Lexie me aconsejara, que me apoyara cuando yo mismo no sabía qué hacer. Era una intimidad como no había conocido antes.- [Lexie]Relaciones no sexuales.[/Lexie] – mi mente repasó la idea de que yo no había nombrado el sexo aún, así que a quien debía habérsele cruzado en la cabeza era a ella.

    – [Noah]No son igual de divertidas pero las apuntaré en mi lista. Pensándolo en frío no tenía tiempo más que para preocuparme.[/Noah] – admití.

    – [Lexie]¿Ves? En Louna no pensamos y mira lo bien que nos va.[/Lexie] – bromeó, sentándose a mi lado. Olí su irresistible perfume.

    – [Noah]Me han dicho que en tu familia están todos bien, ya les han avisado de todo y de que aunque hice el trato, tengan cuidado.[/Noah] – dije aprovechando que la tenía tan cerca para disfrutar de nuevo de cada milímetro de su cuerpo.

    – [Lexie]Lo tendrán. Mi padre solo tiene dinero y los poderes de mi madre están relacionados con los muertos.[/Lexie]- se quedó callada, pensando. Omega no se arriesgaría a llamar tanto la atención como para atacar a las personas más ricas de Ripper, pero no podía arriesgarme a no incluirlos.- [Lexie]Y mi hermano tiene tres neuronas y las debe estar dedicando a fumar porros.[/Lexie] – espetó.

    – [Noah]¿Los echas de menos?[/Noah] – le pregunté. Sabía que no eran uña y carne, pero Lexie era una maestra en esconder lo que pensaba, así que la mejor forma de saberlo era preguntar.

    – [Lexie]Esto no lo diría nadie en voz alta, pero es la primera vez que pienso en mi hermano desde que estamos aquí.[/Lexie]- se encogió de hombros. Era lícito, no habíamos parado desde entonces y a veces una relación sanguínea no implica que haya que tener…vinculación.- [Lexie]Mi padre y mi madre no están mal, pero me gustan más cuanto más lejos los tengo.[/Lexie]- comentó mirándose las uñas, perfectamente arregladas y largas. Recordé un chiste sobre las orientaciones sexuales y el largo de las uñas, pero me lo guardé.- [Lexie]Lo que más echo de menos es mi vida. Estoy acostumbrada a…[/Lexie] – empezó a decir, pero me miró y se detuvo. Era una de las pocas veces que la veía dudar.

    – [Noah]Di lo que necesites decir, yo nunca voy a juzgarte.[/Noah] – coloqué una mano en su espalda, notaba su musculatura, pese a no dedicarse a ello en cuerpo y alma, Lexie estaba muy en forma.

    – [Lexie]En realidad, estoy acostumbrada a no hacer nada.[/Lexie] – replicó. Me encogí de hombros, a veces no hacer nada está infravalorado.

    – [Noah]Sé que tú naturaleza es muy distinta a esto de… salvar el universo, pero se te da muy bien.[/Noah] – le acaricié la espalda de forma distraída. Noté que el vello se le erizaba cuando le pasé los dedos por la suave piel de la nuca.

    – [Lexie]A mí me gusta despertarme tarde, coger el coche e irme a desayunar a una cafetería al lado de la playa.[/Lexie]- comentó. En un mundo ideal, Lexie, teniendo la fortuna de sus padres, no tendría preocupaciones de «supervivencia», pero en el que nos había tocado sí, era un choque directo contra su forma de ser.- [Lexie]No me gusta salvar el mundo.[/Lexie] – afirmó. Era legítimo, no era ningún trabajo, no estaba, como se suele decir «ni pagado ni agradecido».

    – [Noah]También te gusta actuar, fingir ser otra persona.[/Noah] – sugerí. A Lexie le gustaba interpretar papeles, engañar, guardar secretos. Era parte de su naturaleza, no podía ni debía cambiarla si quería seguir siendo ella misma, así que mejor hacerla parte de su día. – [Noah]Esto es una actuación con la que salvas el mundo.[/Noah] – comenté.

    – [Lexie]Por la que no me pagan.[/Lexie] – respondió.

    – [Noah]Ya tienes más dinero del que vas a usar.[/Noah] – repliqué, no era algo que pudiera ser un inconveniente salvo que su familia estuviera haciendo algún negocio turbio, y Fenris tenía fama de ser honrado hasta la médula. – [Noah]Te lo puedo pagar en…besos[/Noah] – ofrecí, no era un adonis pero tenía que confiar en que a ella le gustaba. Así saldríamos ganando los dos, porque me moría por recuperar los días perdidos por mi propia mala cabeza.

    – [Lexie]¿En el coño?[/Lexie] – dijo con una sonrisa. Me habría sorprendido, creo que lo hice un poco, pero era Lexie, era de Louna y las dos cosas me encantaban.

    – [Noah]Tú pones las condiciones.[/Noah] – dije echándome a reír, era un poco risa nerviosa, lo confieso, Lexie me atraía mucho y cada vez que veía que era mutuo, me alegraba el día.

    – [Lexie]Hecho entonces.[/Lexie] – dijo ella.

    – [Noah]Ha sido más fácil de lo que esperaba.[/Noah] – me giré hacia ella e hice algo que llevaba mucho rato resistiendo, aparté su pendiente de aro y le besé el cuello.

    – [Lexie]Ha sido fácil porque no tengo forma de volver, también te lo digo.[/Lexie] – se quejó. Era parte de su personalidad, le gustaba quejarse. Su figura se recortaba contra un cielo despejado, ligeramente bañado por el lejano sol y en el que se distinguían casi tres de los planetas del cúmulo. Pero de todo ello, Lexie era lo más maravilloso.

    – [Noah]Quédate así, no te muevas.[/Noah] – le pedí. Me levanté y cogí la cámara para empezar a fotografiarla desde distintos ángulos. Ella se dejó llevar, posando, disfrutando de la atención.

    – [Lexie]Si pretendes que me despelote, la respuesta a tu pregunta es sí.[/Lexie] – parecía broma, pero Lexie no decía nada si no era capaz de hacerlo.

    – [Noah]Esto va cada vez mejor.[/Noah] – admití. Ella se puso en pie. Encima de la nave cualquiera podría habernos visto, era un riesgo, pero a Lexie le daba igual y el poder de nuestra relación era que nos equilibrábamos, así que su impulsividad y su alegría conseguían que me atreviera a hacer cosas que nunca antes habría hecho.

    Traté de pasar todo el tiempo posible ese día con Lexie, pero cuando llegó la hora de comer decidió bajar a la cocina a ver qué trabas podía ponerle al menú de ese día. Como ese terreno de batalla no dejaba sitio para mí, decidí hacer caso a Lexie y pensar también en esas otras relaciones que tenía pendientes.

    – [Noah]¿Tienes un hueco?[/Noah] – pregunté asomándome al cuarto de Niall.

    – [Niall] ¿Bromeas?, aquí todo lo que tengo es tiempo.[/Niall] – dijo él. Parecía jovial y alegre, no tenía pinta de estar afectado por la pérdida de su poder, pero sí que podía afectarle cómo vieran los demás a cambio de qué lo había dado.

    – [Noah]Yo ahora tengo menos, pero creo que ya he tenido bastantes vacaciones estos dos días.[/Noah] – no había compensado rehuir a nadie, solo había perdido un tiempo muy valioso con Lexie que ahora me hacía estar pensando en los minutos que quedaban para volver a verla.

    – [Niall]Debe debe de estar volviéndote loco el tener que hacer todo a velocidad normal.[/Niall] – comentó, perspicaz. Aunque estaba empezando a ver las virtudes de tomarse todo con calma.

    – [Noah]Le voy cogiendo el punto, descubriendo pasiones que antes me resultaban estresantes. [/Noah]- aclaré. Siempre me había gustado la fotografía, pero antes iba demasiado rápido para ella. – [Noah]Pero tampoco voy a hacer como si no me hubiera costado, volvería a aceptar pero es duro.[/Noah]

    – [Niall]Creo que nadie te lo ha dicho. Bueno Lexie te comió los morros, pero yo no lo voy a hacer.[/Niall] – mi mente divagó pensando en las últimas horas con Lexie pero me centré en volver a la realidad. – [Niall] Gracias por lo que hiciste, ya se que al menos estoy a salvo de esa tarada. Del resto del mundo…no tanto.[/Niall] – sonreí. No buscaba que los demás me agradecieran lo que había hecho, pero era agradable sentir su apoyo.

    – [Noah]Era lo mejor para todos.[/Noah] – comenté. Aún no me fiaba mucho de Caitriona y ese ser que concedía los tratos, pero sí en que cumpliría su palabra. – [Noah]¿Y tu cambio? ¿Ha sido duro?[/Noah] – desvié la conversación de mí hacia lo que él había pasado.

    – [Niall]Para nada. No quiero que pienses que soy un superficial por lo que hice, pero no soy como vosotros Noah.[/Niall]- empezó a decir. Valoraba la sinceridad de Niall, lo auténtico que era, sin importarle lo que pensaran. – [Niall]Nunca iba a trabajar de lo que realmente me gusta así que lo he hecho por mí y mi madre.[/Niall] – aclaró. Sabía que Niall venía de una familia muy humilde, solo su madre tirando de todo después de que fallecieran sus abuelos. Era normal la decisión que había tomado.

    – [Noah]Lo peor es que tienes que esperar a volver para eso.[/Noah] – dije, pensativo. – [Noah]Se que esta vida no es para ti pero hay que conseguir que volvamos y me invites a alguna fiesta llena de famoses[/Noah] – aunque no estuviese hecho para una vida heroica, pero necesitaba concentrarse en salir de todo esto sano y salvo. Ezra había comprado una oportunidad con sus recuerdos, pero solo una.

    – [Niall]Os ayudaré con lo que pueda. Y tenlo por seguro, vamos a quemar Hollywood.[/Niall] – sonrió. Me alegró verle orgulloso de su decisión y deseoso del futuro.

    – [Noah]Con Lexie de fiesta no me queda duda.[/Noah] – comenté. Lexie podría haber sido como los de la trilogía del «Arco de la Guadaña», fiestera profesional. Pero quizá cobrar por algo que le gustaba le habría quitado la gracia para ella.

    – [Niall]Vamos a cerrar todas las discotecas.[/Niall] – sugirió él. Me notaba cansado solo de pensarlo, pero si era en compañía de los dos, lo pasaría bien.

    – [Noah]Supongo que también te ayuda que se llevara tu poder, de otra forma igual hacías volar por los aires conciertos enteros[/Noah] – un desliz, por pequeño que fuera, podría haberle dado problemas.

    – [Niall]Visto así tienes razón, pero no me hubiese importado que se llevará el pajarraco en lugar de mi poder.[/Niall] – uno de ellos le había acompañado toda la vida y el otro había surgido de un ataque del que aún no hablaba demasiado.

    – [Noah]Ya, sé que no le tienes cariño pero como hermano de alguien que está similar… intenta hacer las paces con ¿Él? ¿Ella?[/Noah] – Leo había sufrido toda la vida por ser distinto y convivir con ese otro ser y sus instintos y era mejor que Niall no sufriese así, porque la cura de eso estaba en un futuro muy distante por desgracia.

    – [Niall]Él, es un cabroncete que no para de picotearme la cabeza y producirme migrañas.[/Niall] – me di cuenta de que Niall hablaba poco de los problemas que le daba día a día. Evitaba darle vueltas, era una persona con la que era muy fácil hablar.

    – [Noah]Igual quiere salir a volar un rato.[/Noah] – ofrecí. Hacer las paces con esa parte de sí mismo podría venirle bien. – [Noah]Si quieres te hago compañía, aunque como Rakkthathor no iré muy rápido.[/Noah] – añadí. A veces convenía dejar salir nuestras otras apariencias y a mí me lo empezaba a pedir el cuerpo.

    – [Niall]Mira que eres…[/Niall]- suspiró. – [Niall]Está bien, vamos.[/Niall] – asintió. Caminamos hacia el exterior de la nave y al ver que no había nadie, Niall dejó salir su aspecto de ave y sobrevoló la zona en círculos esperándome.

    Yo dejé salir mi aspecto de demonio, disfrutando de la resistencia de ese cuerpo y de la fuerza de mis músculos cuando eché a correr. Me sentía ágil, rápido y al notar el viento contra mi rostro noté una descarga eléctrica recorrer mi cuerpo.

    Podía ser la sensación de ser libre, de tomar las riendas de mi vida y empezar de cero. Pero una parte de mí me decía que había algo más. Aun así, la perspectiva de un futuro prometedor me hizo centrarme solo en eso y nada más.

  • EL LABERINTO NO SE RESUELVE SOLO

    4×10 – The Season of the Witch

    Lexie – Laberinto

    ¿Tarde?

    Cuando recuperé la consciencia y me puse en pie, vi que a mi alrededor solo había setos. Eran como los que mi madre había insistido en poner alrededor de la piscina, pero en lugar de delimitar un lugar concreto, parecían formar caminos. Esperaba equivocarme, pero parecía un laberinto.

    – [Noah] Es imposible usar mi poder. [/Noah]- escuché decir a Noah, que estaba tan confuso como yo.

    – [Lexie] Pues te aguantas como el resto nos aguantamos[/Lexie].- le solté de malos modos. Él, tan hiperactivo como siempre, intentaba usar su poder en vano. Por más que quería echar a correr, aparecía a mi lado una y otra vez, despeinándome.

    – [Noah] ¿Estás molesta conmigo? [/Noah]- me preguntó una de las veces y me coloqué el pelo de mala manera. El agua espacial era buena, pero yo prefería la de Louna y mis productos de marca buena, no aquellos con letras indescifrables que solo entendía Vera y que quizás eran el equivalente al Fairy de esa galaxia.

    (más…)

  • FE, ESPERANZA Y ENGAÑOS

    NOAH ARKKAN

    LA KVASIR – MAÑANA

    Me removí en la cama un par de minutos hasta que fui consciente de que no iba a dormir más. Con todo lo de la noche anterior nos habíamos acostado tarde hablando y no me había dado cuenta de dejar tapadas las ventanas del cuarto. El sol me había desvelado, pero me encontraba bastante bien de energía, sobre todo ahora que volvía a estar en mi cuerpo. Sentía la necesidad de que necesitaba recuperar el tiempo perdido.

    Desayuné y me di una ducha antes de volver a la habitación, pero era tan temprano que no esperaba encontrarme a Lexie en mitad del pasillo.

    – [Noah]Has madrugado.[/Noah] – dije, alegrándome de verla. Estaba acostumbrado a despertarme con ganas de hablar con ella, pero asumía que Lexie no era de madrugar, si no más bien de acostarse tarde. – [Noah]O no te has acostado todavía.[/Noah] -razoné. venía con ropa de calle y tenía aspecto de cansada, aunque tenía un brillo en la mirada que llevaba tiempo sin verle.

    – [Lexie]Voy a acostarme ahora[/Lexie].- aclaró con un bostezo. Nada más abrir la puerta escuchamos los ronquidos de Niall.

    – [Noah]Puedes dormir en la mía si quieres, no hay nadie ahora.[/Noah] – su respuesta fue cerrar la puerta de su cuarto y caminar hasta el mío. Fui detrás de ella por si necesitaba algo para acomodarse. – [Noah]Era difícil distinguirlo, siempre estás estupenda.[/Noah] – las sonrisas con ella siempre me salían solas. Por regla general, trataba de sonreír aunque fuera ligeramente para facilitar las conversaciones y que la gente se sintiera bien. Pero con ella no y eso era una de las cosas que me habían hecho darme cuenta de lo que sentía. Aunque también me había confundido durante un tiempo al tener facilidad para sonreír tanto con «Lexie» como con «Allie».

    – [Lexie]Dime algo que no sepa[/Lexie].- parpadeó mostrando todo el encanto de sus pestañas. Lexie era una tanuki, así que junto a la creación de ilusiones y la posesión de muchos aspectos, venía el «encanto». Según los libros tenía un don para ello, no sé si era algo pasivo o llegaba a utilizarlo siquiera, pero estaba convencido de que con encanto o sin él, a mi me volvería loco de igual forma..

    – [Noah]Lo de que nos has salvado a todos también lo sabes.[/Noah] – me acerqué a ella y le pasé una mano por la cintura. Los gestos de cariño me habían resultado siempre difíciles. En casa estaba acostumbrado a verlos con naturalidad, incluso en mis tíos y tías. No se debía a algo que hubiera visto a ninguno si no a mi propia personalidad que había venido cargada de introversión y miedo al rechazo. Con Lexie, una vez pasadas las primeras veces, todo era más fácil, con ella me salía una parte de mí con la que estaba cómodo, los gestos de cariño eran naturales, espontáneos.

    – [Lexie]Las manos van al pan y yo aún no he dormido[/Lexie].- me recordó, con una sonrisa algo cansada por la falta de sueño.

    – [Noah]Pensé que eras un ave nocturna.[/Noah] – le repliqué, esperando mientras se cambiaba la ropa para dormir más cómoda.

    – [Lexie]Ni diurna, ni nocturna[/Lexie].

    – [Noah]¿Estás bien?[/Noah] – pregunté. Parecía muy callada y eso era señal de que algo le rondaba la cabeza. No había visto tan clara esa parte de ella hasta venir aquí, pero eso también se debía a que antes de todo esto pensaba que eran dos personas diferentes.

    – [Lexie]Tengo noticias[/Lexie].- respondió sentándose en la cama. Me senté a su lado.

    – [Noah]Cuéntame.[/Noah]

    – [Lexie]Hay un tío que nos puede llevar de vuelta a la Tierra[/Lexie].

    Los ojos de Lexie estaban clavados en mí, esperando mi reacción. Hasta el momento la conocía, pero después del tiempo que llevábamos dando vueltas por los mundos del Cúmulo y después del peligro en el que nos habíamos visto metidos la noche anterior, la idea de que Lexie y todos los que no querían seguir con esto se alejaran de tanto peligro, resultaba tranquilizadora. Aun así, no me hacía ilusiones, si se iban era posible que no les volviéramos a ver. Nada nos garantizaba que nos diesen el camino de vuelta cuando reuniéramos a los Daë. – [Noah]Te ayudaré a encontrarlo si quieres marcharte.[/Noah] – le aseguré, tratando de poner toda mi convicción mientras reprimía una lucha interna.

    – [Lexie]No creo que sea difícil de encontrar, pero no nos va a salir barato[/Lexie].- comentó, mirándose las uñas, que había debido hacerse al poco de volver a su cuerpo.

    – [Noah]Bueno, sea como sea, te ayudaré.[/Noah] – puse mi mano sobre la suya, viendo a través de toda aquella ilusión de seguridad. Lexie era dura, decidida, fuerte, pero a fin de cuentas, humana. Solo los héroes y heroínas de los libros no tienen dudas o miedo nunca. En la vida real, incluso llevando caminos como los nuestros y teniendo nuestros dones, el miedo está ahí todo el tiempo.

    – [Lexie]¿Te imaginas? Esta nave de mierda se queda aquí y yo me voy meneando el pandero[/Lexie].- se puso en pie, sonriendo y dio un giro, orgullosa por haber dado con aquella información. Asentí, tratando de disimular.

    – [Lexie]¿Te has ido a Honalulú y has vuelto?[/Lexie]- me preguntó, acercándose y sentándose sobre mis rodillas. Notar su peso sobre mí me reconfortó pero a la vez temí no volver a sentir algo así en mucho tiempo.

    Le sonreí y la miré a los ojos, sabiendo que así me sería imposible mentirle. –  [Noah]No. Es que…te echaré de menos. Pero me alegro de que puedas alejarte de esto.[/Noah]

    – [Lexie]Volveremos a vernos. No seas dramas[/Lexie].

    – [Noah]Ya. Ya. Lo sé. Saldré de aquí. Todos lo haremos. Y volveré.[/Noah]

    – [Lexie]Y el Oscar es para…[/Lexie]

    Fingí mirarla mal. Ahora que el shock inicial de descubrir su «engaño» había pasado, había tenido tiempo a comprender sus intenciones y a conocerla mejor. Me resultaba muy difícil, por no decir imposible, enfadarme con ella. Podía admitir sin ningún miedo que la quería, que para mí, era Selardi. Pero dudaba que ella estuviera preparada para escucharlo.

    – [Noah]No te metas conmigo.[/Noah]

    – [Lexie]Respeto tus sentimientos, pero…[/Lexie]- sonrió imitando una cara de malicia que alguna vez si había puesto de verdad. Lo reconocía porque le salía una arruga en el puente de la nariz muy graciosa.

    – [Noah]Vas a tener que compensar ese agravio.[/Noah] – fruncí el ceño y puse una mirada pícara. Conocía el punto débil de Lexie Fenris y pensaba aprovecharlo. Mis manos fueron más rápidas de lo que ella podía evitar y las cosquillas empezaron a repartirse por todos esos puntos en los que más se le concentraban.

    – [Lexie]¡PARA, PARAAAA![/Lexie]- pidió, riéndose. Daba manotazos para liberarse y alguno dolía, pero solo consiguió que cayéramos sobre la cama.

    – [Noah]Ah no, me voy a vengar.[/Noah]. – seguí haciéndole cosquillas hasta que me di cuenta de que se las estaba haciendo a mi propio cuerpo. Lexie había creado una ilusión en la que era yo mismo. – [Noah]Ya le has quitado la gracia. No soy narcisista.[/Noah] – puse cara de asco.

    Ella se echó a reír y recuperó su aspecto. Sonreía aún y su pecho subía y bajaba al haberse acelerado su respiración por las cosquillas. Estábamos uno al lado del otro, muy cerca. Nuestros labios se acercaron sin poder saber quién lo había hecho primero. Quizá ambos. Mientras estábamos así, unidos, el tiempo pareció pasar de forma diferente. Incluso mi «ansia» por hacer algo había desaparecido, no tenía prisa, podía pasarme así todo el tiempo. Por desgracia había que respirar.

    – [Lexie]Bueno, ¿me haces el desayuno?[/Lexie]- me pidió sonriendo.- [Lexie]Así cojo fuerzas[/Lexie]. – propuso. No sabía si ahí tenía que entender algo o no.

    – [Noah]Qué morro tienes.[/Noah] – le dije. Atravesé el pasillo a toda velocidad y me puse a prepararle el desayuno. Os diré una cosa, no hay nada que me inquiete más que los microondas. Preparé todo el desayuno y el café aún estaba dando vueltas en aquél aparato infernal que apenas había evolucionado más allá de que ahora estaba dentro de una nave espacial y según Henry, era menos nocivo y consumía menos.

    – [Lexie]Gracias[/Lexie].- dijo Lexie cuando al fin se lo llevé. Di gracias de que siguiera despierta, quería aprovechar al máximo el tiempo con ella.

    Me quedé por allí, leyendo un libro de ciencia ficción en uno de los lectores de libro electrónico de la biblioteca y de vez en cuando alzaba la mirada para verla mientras comía. Por muy duro que fuera el camino que tenía por delante, nada lo sería tanto como tener que pasarlo sin Lexie. Pero si eso garantizaba que estuviera a salvo y contenta, seguiría adelante, y tenía claro que no me quedaría en el Cúmulo. Usaría cada recurso a mi disposición para volver con ella, para llevarnos a todos a casa.

    Una de las veces que levanté la mirada, vi que Lexie ya se había quedado dormida. Tenía aspecto de cansada por lo profundo que estaba durmiendo. Tras mucho tiempo pasándolo mal y luchando por estar en un sitio que no quería, al fin tenía una opción de estar a salvo, así que por mucho que disimulara ese estrés le había pasado factura. Me llevé el desayuno y la cubrí con las sábanas antes de sentarme en la butaca a leer aprovechando la luz natural. Quería aprovechar cada minuto cerca de ella.

     

  • VIOLETAS MARCHITAS

    NOAH ARKKAN

    LA KVASIR

     

    Aquella noche redefinió para mí el concepto de estar nervioso. El cielo estaba oscuro, apenas iluminado por la vista lejana de la otra luna del Cúmulo. La Nave había quedado atrás, a nuestra espalda y con ella la seguridad de lo más parecido a un hogar que habíamos tenido. Solo estábamos Lexie, Zander, Jane, Elle, Owen y yo. El resto no habían pasado el casting de Lexie y observaban ahora a lo lejos, desde las ventanas de la Nave, preparados para venir a ayudarnos si hacía falta y para detener a los cuatro que estaban encerrados aún allí, en cuyos cuerpos estaban James, Laura, Robin y Niall, ahora mismo atados cerca de nosotros, simulando estar inconscientes.

    No tenía mis poderes, no tenía mi forma de demonio y jugaba contra el licántropo continuamente en un pulso eterno de ver quién conducía. Y aunque lo hubiera hecho bien, no era bueno mintiendo, siempre intentaba evitarlo. Todo eso cayó como una losa sobre mí cuando apareció la última de los enviados por Antailtire, la que había obrado el conjuro que nos había cambiado de cuerpos y había perseguido a los que habían conseguido huir.

    Era una mujer de complexión menuda y piel clara, era de lo poco que podía distinguir con la luz nocturna. Eso y su pelo oscuro y alborotado. Cuando estuvo cerca, pude ver que venía acompañada. Aquellos acompañantes la flanqueaban, con paso renqueante e inmóviles labios, de los que ocasionalmente se escapaba algún lamento por volver a la paz de la que habían sido arrancados. O por alimentarse, era imposible saberlo porque aquellos seres carecían de consciencia propia. Lo habíamos temido desde que los demás nos habían dicho que había enviado esqueletos contra ellos. Esto era mucho más peligroso, todos habíamos visto la avalancha de películas post apocalípticas de después de la cuarentena del 19, sabíamos lo que los zombies podían hacer y si todo el mundo coincidía en ello, era porque en parte algo era verdad. Sea como fuere, ninguno de nosotros se iba a arriesgar a que le dieran un bocado, pero si no conseguíamos nuestros verdaderos cuerpos de vuelta, iba a ser difícil.

     

    – [Violet]¿Qué significa esto?[/Violet] – preguntó quedándose a una distancia prudencial, mirando con  una ceja alzada hacia sus compañeros inconscientes.

    – [Jane]Hemos venido a zanjar esto por las buenas[/Jane].- dijo Jane, emulando a Xander de tal forma que me creí su confianza hasta el punto de calmar un poco mis nervios. Busqué a Lexie con la mirada y tuve que recordarme a mí mismo que estaba en el cuerpo de Zahra. Le dediqué una mirada, tenía que acostumbrarme, a fin de cuentas Lexie no solo tenía un aspecto y no sería la primera vez que la vería de manera continua con otro.

    Violet, la nigromante, dejó que el silencio imperase durante un largo rato. Quizá lo había hecho a posta, pero ese silencio solo hizo que escuchara con más fuerza los lamentos de los muertos. Era una suerte que no hubiese mucha luz, así las figuras oscurecidas que la acompañaban no se veían con claridad.

    Entonces el silencio se vio roto por una carcajada que parecía no terminar.- [Violet]En serio, niño. ¿A qué habéis venido?[/Violet] – preguntó repasándonos con la mirada. Visto así, en los cuerpos que teníamos ahora mismo no imponíamos demasiado. A lo sumo parecíamos guerreros, pero humanos al fin y al cabo. Me habría sentido más seguro presentándome allí con mi forma de demonio, con toda la fuerza de Elle en pleno despliegue o con la manada de licántropos de colmillos afilados y garras ansiosas listos para abalanzarse sobre ella.

    – [Xander]Tienes todas las de perder. No te recomiendo meterte con nosotros ahora que hemos vuelto a nuestros cuerpos.[/Xander] – esta vez fue Xander el que habló, aunque lo que Violet veía era una muchacha de cabello oscuro y ceño fruncido que la observaba con los brazos cruzados.

    De nuevo el silencio ya conocido cayó sobre nosotros. Violet lo forzaba, quizá como una maniobra para dejar que el miedo nos dominase. Su risa volvió, al igual que antes. Vi que Lexie adelantaba un pie y luego lo volvía a dejar como antes, conteniéndose.

    – [Violet]Enseñadme lo que sabéis hacer[/Violet]. – nos retó. Miré al resto, esperando que tuvieran una respuesta. Vi que algunos me miraban a mí. Sí, yo solía tener respuestas para todo, pero datos en frío, planes con tiempo o con mi poder a mano, cuando se trataba de engañar, me quedaba en blanco.

    Al cruzar la mirada con Lexie sentí que aunque los ojos que estaban fijos en mí eran los de Zahra, quien los estaba dirigiendo era la misma persona de la que llevaba mucho tiempo enamorado. Tomé fuerzas y agarré un pedrusco del suelo. No había tenido tiempo a experimentar con los poderes de mi hermano, pero sí que había pasado antes por una situación similar y había terminado en el cuerpo de mi madre. En su momento supe como utilizar su poder porque no tenía otra cosa en la que matar el tiempo, así que solo esperaba que la suerte estuviera de mi lado y funcionase de forma parecida. Por suerte, al notar la roca en mi mano resultó todo bastante intuitivo, solo que esta vez, tal y como me había dicho mi hermano aludiendo a aquella primera vez que se transformó, me resultó axfixiante notar que, no solo mi cuerpo se cubría de ello, si no que se convertía totalmente en piedra. Sentí que me ahogaba cuando la piedra recubría mi boca, pero me concentré en pensar que a Leo nunca le había pasado nada. – [Noah]No tenemos tiempo para tonterías.[/Noah] – fingí. Cuanto menos dijera mejor. Me limité a estar serio. Sabíamos que esa gente nos había estado vigilando, pero no cúanto llegaban a saber de nosotros.

    – [Owen]No me agrada el olor que desprendes.-[/Owen] espetó Owen arrugando la nariz. Me recordó a un gesto que había visto hacer a Amy en alguna ocasión, una muestra de que Owen la había estudiado bastante bien. – [Owen]Terminemos con esto de una vez.[/Owen] – replicó, tirando de la cuerda con la que estaban atados sus compañeros. Estos imitaron su papel y se dejaron arrastrar, aún fingiendo estar inconscientes.

    – [Noah]Mira a ver si la convences…[/Noah] – susurré a Lexie aprovechando la distracción de Owen. Esto era todo una estudiada actuación. Actuar, a fin de cuentas, no era más que mentir , que engañar a los sentidos y las mentes de otros para convencerles de que eres otra persona. Y aquí la maestra del engaño y las ilusiones era ella.

    – [Lexie]Violet, si quieres recuperar a tus compañeros enteros, tendrás que aceptar el trato que te proponemos[/Lexie].- respondió adelantándose.- [Lexie]No tienes ni idea de lo que podemos hacer[/Lexie]. – mintió. Parecía segura, mentía con naturalidad, estaba sonriendo incluso. Yo no dudaba que la habría creído.

    – [Violet]Mis «compañeros» me importan casi menos que vosotros[/Violet].- sentenció con desdén. Eso…no nos lo esperábamos, pero también es cierto que teníamos poca experiencia porque tendríamos que haber previsto que los malos, siempre son malos y no trabajan bien en grupo. – [Violet]Tendréis que ofrecerme algo mejor[/Violet]. – replicó, con una sonrisa maléfica. Los muertos se acercaron, impacientes.

    – [Lexie]Kaylee ha deshecho el conjuro en medio día. Si intentas cualquier cosa, acabarás dentro de un hamster[/Lexie].- la amenazó Lexie. Pensé que eso iba a ser el fin, pero sabía lo que se hacía. Esta vez Violet no rió, se llevó una uña a la boca y la mordisqueó impulsivamente. No era muy estable, algo lógico teniendo en cuenta que se rodeaba de muertos en descomposición. Y también parecía orgullosa, porque un brillo resolutivo apareció en sus ojos.

    – [Violet]Pues que lo deshaga otra vez[/Violet].- sonrió, confiada en su poder. Un aura de magia poderosa la rodeó y ella la lanzó hacia nosotros, envolviéndonos junto con la totalidad de la Nave. Aquello se convirtió en un auténtico torbellino y por un momento temí que hubiera conjurado algo mortal en lugar de lo mismo que antes.

    Me vi obligado a cerrar los ojos al sentir que era arrancado de la vigilia y cuando volví a abrirlos, sentí la conocida sensación de que el mundo se movía muy despacio. Corrí, viendo como los demás empezaban todavía a descubrir que el cambio estaba bien.

    Lexie lo había conseguido, pero su plan todavía no había terminado. Fui hasta ella, ahora ya dentro de la Nave, con la extraña sensación de haber sido desplazados detrás de la pantalla, viendo como los demás protagonizan la historia. Ahora era Leo el que estaba allí, convertido en piedra frente a los no muertos.

    Aferré a Lexie evitando darle un shock por el movimiento brusco y le di un beso en la mejilla mientras la llevaba en brazos al centro de todo, con una congoja en mi interior por si algo salía mal y aquellas abominaciones la separaban de mí.

    La dejé, aún con miedo y volví a la Nave, siguiendo su plan. Los traje a todos, uno a uno, con la ayuda de Dante y de Henry, incluso a los compañeros de la nigromante que lancé contra ella, atados por un aleación metálica que habíamos descubierto que se podía imprimir. Era resistente, quizá la utilizaban para los licántropos a bordo, al igual que las jaulas. Sea como fuere, resistiría, no podrían soltarse de buenas a primeras.

    – [Lexie]¡AHORA![/Lexie]- gritó cuando vio que estábamos todos. Violet no se iba a echar atrás. Con mi velocidad actual, vi su rostro a cámara lenta descubriendo nuestro engaño. Sentí que estaba dispuesta a volver a intentarlo una vez más, pero ahora Kaylee entonaba una plegaria mística, con Sophie y Robin agarradas a cada una de sus manos, prestándole su magia. Por muy fuerte que fuese el poder de Violet, es más fácil defenderse de algo cuando ya lo conoces y habíamos tenido tiempo a que preparase un conjuro protector.

    Al ver que no era capaz y esta vez el torbellino chocaba contra una barrera invisible, lanzó a sus no muertos, muchos más de los que parecía a simple vista, como si aquello fuera la final de juego de tronos, unos capítulos antes de que la abandonara mi madre. No necesitamos que nadie lo dijera, cada uno desplegó todo su poder.

    Mi hermano Leo se lanzó a la vanguardia convertido en una estatua de titanio, ya tenía experiencia con los zombies después de Gwiddon; Amy y Ezra se convirtieron, dejando por fin libres a sus formas lupinas que llevaban tanto tiempo deseando salir, seguidos de un felino Mike y un alado Niall cuyos graznidos tumbaban a algunos muertos, incapaces de alzarse; Owen, sin miedo a pasarse, liberó columnas de fuego contra los enemigos que soltaban torres de vapor allí donde se juntaban con el hielo de Idris que congelaba a los muertos para ser aplastados por el cuerpo de metal de Leo o los golpes de Elle, Bowie, Ruby y Xander. Cole se metió en mitad de los ataques de Owen, absorbiendo el calor de las llamas para ser tan resistente que ni siquiera podían morderle; en un punto, Nate se alzó sobre nosotros e iluminó el cielo con incontables puntos de luz que comenzaron a caer contra los enemigos, como estrellas caídas del firmamento; y yo, bueno os preguntaréis si solo miraba, pero no, ahora que había recuperado mi velocidad era capaz de observarlo todo mientras rodeaba una y otra vez el ejército de muertos, asegurándome de que ninguno se escapaba a iba a por los que no podrían defenderse, como Laura que ahora estaría inconsciente en la Nave vigilada por Elliot, Vera y James. Pero el momento estelar lo tuvo Lexie, porque aquél era su plan y aquella su noche.

    En mitad del combate el cielo pareció rasgarse y de él comenzaron a salir naves de combate, al principio me sorprendí tanto por aquella visión que me pregunté si no sería Antailtire, pero al reconocer la Galactica y algunas más me di cuenta de que era cosa de ella. Pronto pareció que teníamos una flota a nuestro lado, ayudándonos a defendernos. Supe que Idris había debido tener algo que ver de una u otra forma, en parte porque seguro que había hecho ver a Lexie más de una vez sus películas favoritas de ciencia ficción. Allí faltaban pocas, incluso estaba la Estrella de la Muerte.

    Hice lo que debía hacer, en lugar de dejarme asombrar por aquél espectáculo maravilloso. Recorrí la fila enemiga y vi cómo Violet comandaba a un grupo de sus soldados no muertos a recoger a sus compañeros y se alejaban, dejando el grueso de sus filas atrás para ralentizarnos. Podría haber ido tras ellos, haberme puesto delante de ellos y haber acabado con todos, eso habría eliminado un riesgo para los demás que estábamos dejando libre, pero nadie dijo que ser los buenos fuese fácil y el plan tenía como objetivo que se fueran y se pensaran el volver. Ya habría tiempo de defender la zona mejor antes de irnos la próxima vez.

    Los vi alejarse y volví con los demás para dar cuenta de los últimos no muertos. Cuando terminamos, supe que lo peor sería librarse de aquellos cuerpos emponzoñando el verde valle en el que se había estrellado la Kvasir. Pero eso tendría que quedar para otro día, ahora tocaba festejar la vuelta a nuestros cuerpos y haber salido ilesos. Y para mí, junto a todo eso, preocuparme más que nunca y pensar en todo lo que podíamos preparar para que no volviesen a colarse en nuestro «hogar». Que si volvían, al menos lo hicieran de frente y con todas nuestras capacidades.

    Pero antes de todo eso pensaba ir corriendo hasta Lexie y darle un beso que llevaba todo un día aguantándome. Porque al final, era jóvenes y éramos personas con emociones y sentimientos.

     

  • AL MÁS PURO ESTILO LOUNA

    Lexie – Nave

    Noche

    Nos encontramos con el otro grupo en el pasillo central de la Nave, el que conectaba con lo que esta gente llamaba «La Sala Común». A mí eso me sonaba a Harry Potter. Creo que le tenía manía a esa saga por culpa de Idris. Una vez, cuando teníamos once años, aparecí con el primer libro debajo del brazo y aquí mi colega se puso a decirme: «¿ese es el libro del puñado de blancos heteronormativos que salvan el mundo de un malo sin nariz?»

    Me dolió, para qué vamos a negarlo ahora. La mitad de las palabras que me dijo no me sonaron a nada, , pero Idris era mi modelo a seguir. Acabé donando el libro a una tienda que compraba cosas de segunda mano y me olvidé del mago inglés para siempre.

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