Ellie – Brand-New San Francisco, Valantis
Tarde
***EL SIGUIENTE PROGRAMA CONTIENE EMPLAZAMIENTO DE PRODUCTO***
+12. Connotaciones sexuales, racismo, ideología de los 90.
Aquel día solo necesité un par de intentos para encender la cocina de gas y colocar en el fuego la olla en la que iba a cocinar unas lentejas. Cuánto glamour desprendíamos. Solo me faltaba cardarme el pelo un poco más y remover mientras me fumaba un pitillo y ya sería una Peggy Bundy cualquiera.
Giré la vista a mi alrededor y posé los ojos en el calendario. Dieciséis de octubre de 1995. Llevábamos aquí tres meses y aún me costaba acostumbrarme al olor a aquel combustible fósil que en el futuro ya había desaparecido, pero claro, en 1995 había pocas más opciones.
Eché un poco de aceite y empecé a pochar una cebolla. De la radio salía una canción que me sonaba. La escaneé con mi InfiniBand que funcionaba con lo que había almacenado en su memoria y luz solar y resultó ser ‘Let Me Entertain You’, de Robbie Williams. No era el primer anacronismo con el que me encontraba, puesto que la canción era de 1997, pero eso explícaselo al Antailtaire.
Suspiré. En cualquier momento aparecería Idris y dejaría de sentirme como un hámster enjaulado. En los 90 no estaba mal visto que las mujeres trabajasen, pero yo solo había encontrado algo a tiempo parcial como niñera de mis vecinas. Además, me costaba relacionarme con gente que veía bien la esclavitud de sobrenaturales, aunque tenía que ser cordial si no quería llamar la atención.
Dejé la cebolla pochándose y las primeras notas de ‘When you’re gone’ de Bryan Adams empezaron a inundar el piso. 1998. Antaltaire no daba una o quizás solo quería sacarme de quicio. Madre mía, estaba empezando a volverme paranoica o tal vez, eso era lo que él quería…
Sin darme cuenta, empecé a bailar. Me fijé en lo ridículo de mi ropa: pantalones vaqueros anchos, cinturón enorme, unas Air Jordan en blanco y una camiseta que decía FANTA metida por dentro. ¿En qué momento me había convertido en un extra de «Salvados por la Campana»?
Baby when you’re gone
I realize I’m in love
Days go on and on
And the nights just seem so long
El pequeño apartamento que habíamos conseguido gracias a la nómina de Idris me recordaba al de Monica en Friends: la cocina y el comedor formaban una única estancia atascada de muebles con alfombras y sofás por doquier, así como una televisión de las de culo grande que te valían de repisa. Después, teníamos un baño con bañera (un lujo que en esta época no se consideraba un despilfarro de agua) y un dormitorio con una cama de matrimonio en la que, obviamente, dormíamos juntos. Sí, sí, ya sé lo que vais a decir.
Una vez terminó la canción, me fui a continuar con las lentejas y en ello estuve hasta que la puerta se abrió y apareció él con una camiseta, unos vaqueros y, claro está, otras Air Jordan.- [Idris]Cariño ya estoy en casa[/Idris].- con su InfiniBand hizo que sonaran unas risas enlatadas.
– [Elle]¿Qué tal la mañana?[/Elle]- pregunté dándole u abrazo.- [Elle]¿Tú es que no tienes frío?[/Elle]
– [Idris]Sin parar de hablar. La gente tiene Cheers y el bar de friends muy presente[/Idris].- se encogió de hombros.
– [Elle]A mí esta tarde me traen a los gemelos[/Elle].- comenté tendiéndole el mantel de cuadros para que pusiera la mesa.
– [Idris]¿La cigüeña?[/Idris]- alzó una ceja.
– [Elle]Ya te gustaría[/Elle].- coloqué las cucharas encima de las servilletas que él había puesto.
– [Idris]Tengo madera de padre. Me lo dicen mucho, feminismo caduco y eso[/Idris].
– [Elle]¿Sigues encontrándote con racistas?[/Elle]- me senté y él colocó la ensalada en el centro, para acto seguido, servir las lentejas.
– [Idris]Mmm…espesitas. Estás hecha una crack de la cocina[/Idris].- me colocó el plato delante.- [Idris]En esta época todavía no lo son[/Idris].- en cuanto tuvo su plato, se sentó.
– [Elle]Se te ha olvidado el pan[/Elle].- hice un gesto con la mano para restarle importancia.- [Elle]Ah, es verdad. El racismo empezó en 2008, como la crisis del capitalismo[/Elle].
– [Idris]Estamos en pleno boom de series poc pero llenar de cliché, o de acosadores[/Idris].- eché un poco de agua en cada vaso y cogimos las cucharas para comer.
No dijimos nada en un rato. El silencio solo lo rompía la vieja radio en la que sonaba ‘Bitch’, de Meredith Brooks, 1997.- [Elle]¿Crees que volveremos?[/Elle]
Él se metió una cucharada casi sin haber tragado la anterior y, cuando pudo, habló.- [Idris]Sigo intentando conseguir información, lo que sea, chismes de un loco que haya cruzado a otro mundo[/Idris]. – parecía sentirse culpable y no lo era. – [Elle]Nada. La gente solo habla de la liberación de los sombras[/Elle].
– [Elle]Esta mañana han vuelto a venir para venderme a un vampiro de compañía[/Elle].- reprimí un escalofrío.- [Elle]Están buenas, pero yo creo que les falta un poco de sal. A lo mejor debería comprar Avecrem. En esta época aún no se sabe lo malo que es[/Elle].
– [Idris]También nos miran cuando vamos por la calle[/Idris].- me recordó.- [Idris]Y déjate de Avecrem que el glutamato me da dolor de cabeza[/Idris].
– [Elle]Ya te gustaría que fuera tu sombra[/Elle].- riéndome, pinché un poco de tomate de la ensalada.
– [Idris]Si incluye favores sexuales por mí bien[/Idris].
– [Elle]No me quedará otra que envenenarte con Avecrem[/Elle].- fingí una risa malvada.
***
Quedaba poco más de media hora para que llegaran los gemelos e Idris había estado en el sofá trasteando con su brújula en vano.- [Elle]Nada, ¿verdad?[/Elle]- pregunté abrazándole desde atrás.
Él negó con la cabeza. – [Idris]Lo siento, vida[/Idris].
– [Elle]Eh, ni se te ocurra culparte[/Elle].- le di un beso rápido en el cuello.- [Elle]Lo peor que puede pasar es que nos quedemos aquí los dos para siempre[/Elle].- susurré.
– [Idris]Uh, qué pesadilla[/Idris].- tiró de mí hasta que caí en el sofá.
– [Elle]Deja de hacerte el forzudo que te recuerdo que puedo cogerte en volandas[/Elle].- le recordé riéndome y me acomodé tumbada con la cabeza en su regazo.
– [Idris]Seguimos teniendo estos souvenir[/Idris].- sacó la esfera. – [Idris]Entre nosotros funciona, así que tiene que ser porque los portales están cerrados[/Idris].
– [Elle]Confío en que se abran y si no, viviremos aquí hasta que la muerte nos separe[/Elle].- fingí que me daba igual. Me encantaba vivir con Idris, pero echaba de menos a mi familia y a Jane.
– [Idris]¿Voy a ser un Echolls?[/Idris]- abrió mucho los ojos.
– [Elle]Ya veremos[/Elle].
– [Idris]Yuju, solo ha hecho falta viajar en el espacio tiempo y quedar anclados en los noventa para estar comprometidos[/Idris].- me besó en los labios.- [Idris]Mmm…lentejas[/Idris].- bromeó.
– [Elle]¡Oye, que yo me lavo los dientes con Binaca![/Elle]- me defendí.- [Elle]Además, ¿quién está hablando de casarse? ¿Ya estás con las ideas raras de los noventa?[/Elle].
– [Idris]Es la segunda temporada, o avanzamos o la audiencia nos deja de mejores amigos[/Idris].- me hizo cosquillas y manoteé para que parara, pero flojito que no quería ir al hospital.
– [Elle]»Siempre he querido tener un mejor amigo negro»[/Elle].- imité una voz conocida.
– [Idris]Y desde ese día me hago el sordo en el súper[/Idris].- confirmó.
En ese momento, sonó el timbre e Idris se preparó para ir a trabajar mientras yo iba a abrir la puerta.
Si hubiéramos estado atentos, habríamos visto un punto iluminado en la brújula.
Pero no se puede estar a todo.