Moondale

Etiqueta: otp: Xander x Jane

  • EL TIEMPO PERDIDO NO SE RECUPERA

    Jane – Cafetería

    Mañana

    Tenía tantas ganas de ir a clase de Cálculo como de que me sacaran los ojos con una cucharilla de café, así que cuando me levanté y vi que mi padre había dejado el sofá con las sábanas sin guardar y las persianas bajadas, pensé que tener que recoger la casa era una excusa tan buena como cualquier otra. No tardé mucho en dejarlo todo como los chorros del oro, porque algo bueno tenía que tener vivir los fines de semana en el diminuto apartamento de tu padre, que ahora dedicaba su vida a creer que tenía veinte años y a irse de caza por las noches con Sasha, la tercera rueda de los padres de Ellie. No sería yo la que juzgase aquel despropósito amoroso y sexual que debían tener, porque al menos sus hijos (una de ellos) no eran el maldito desastre emocional que éramos los Williams, pero vamos, que lo de intimar a tres bandas no era lo mío. Ahora que lo pienso, ni a tres bandas ni a ninguna, porque tenía la misma tara que mi madre y como no contratase a alguno que le fuese el sado, la llevaba bien clarita.

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  • EL MURO

    Jane Jess JJ – Instituto

    Mañana

    Si había algo en lo que los Williams habíamos ido perfeccionando nuestro estilo, era a la hora de ignorarnos. Desde el divorcio de mis padres, nuestra relación familiar se había ido resintiendo de tal forma, que a estas alturas éramos unos cuantos desconocidos que compartían techo. A mí no me importaba, porque ni mi madre ni Owen me caían especialmente bien. Ella, porque parecía que estaba resentida con nosotros por no haber cumplidos sus sueños y él porque era, con toda seguridad, la persona más superficial y ridícula que había tenido la desgracia de conocer. Como digo, todo esto a mí no me afectaba, pero me daba pena por Elliot, que no había conocido cómo éramos los Williams antes de que todo se fuera a la mierda.  Eso ocurrió más o menos cuando empezó a tener conciencia de su propio cuerpo y descubrimos que su enfermedad era mucho más grave que la mía.

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  • EL AMOR LO SUPERA TODO

    XANDER ECHOLLS – CASA DE JANE

    Sábado

    Futuros hijos e hijas y nietos y nietas y lo que sigue. Hoy me ha pasado algo raro. Estaba con los demás en la Escuela Legado y de pronto estaba en el cuerpo de papá y papá en el mío.

    Estoy intentando que se entienda la letra, pero no controlo las manos de papá. Ya he roto dos bolis y tengo miedo de estropear el diario nuevo. Iba a empezar el diario hablando de Jane Jessica Williams, vuestra madre o abuela, pero ahora es el tío Dom y no sé si podremos tener hijos.

    Esta mañana ya había empezado mal, os cuento: Jane y yo estábamos su casa, jugando a la consola hasta que el tío Dom nos llevase a la Escuela Legado.

     

    – [Xander]Yo te curo.[/Xander] – dije, buscando el conjuro de mi personaje, un guerrero arcano de nivel 56 que se transformaba en dragón. De mayor siempre había querido tener un dragón.

    — [JJ]No, no.[/JJ] — dijo Jane, haciendo que su personaje se tomase una poción. Ella tenía una maga de nivel 57. No le gustaba que la salvase porque eso era un pareado apatriado que era cosa de hombres que hacen de menos a las mujeres, o eso decía mamá. Ya he hecho borrones en la libreta nueva. Bueno, a Jane no le gustaba que la salvase y estaba bien. También cogía los mejores objetos pero no pasaba nada porque las parejas comparten. Cuando fuéramos mayores si no arreglábamos el cambio de cuerpo tendríamos que compartir cuchilla de afeitar.

    – [Xander]Vale, entonces me encargo de esa sala.[/Xander] – respondí, moviendo mi personaje a una de esas salas que siempre tienen cosas ocultas. Lancé una lluvia de fuego y me sentí como la madrina.

    Al pasar el nivel, Jane pausó el juego. — [JJ]Mi papi hace los bocadillos de Nutella más ricos del mundo.[/JJ]— dijo comiéndose uno mientras subía de nivel a Janessica. Yo subí la fuerza de Xarkkan el elfo y di un salto, por fin pude ponerle dos espadas.

    – [Xander]Mi mamá los hace de mantequilla de cacahuete casera y chocolate blanco.[/Xander] – dije con una sonrisa. Mamá siempre decía que tenía los gustos de papá y eso me hacía reír. Quería comer como papá para ser un héroe fuerte y valiente. Mamá era más fuerte, pero el padrino siempre decía que hay que soñar con realismo.

    Jane sonrió. Lo recuerdo porque era muy guapa cuando sonreía.— [JJ]No están tan ricos.[/JJ] – respondió. Tenía manchas de chocolate en los labios.

    – [Xander]A mí me gustan.[/Xander] – dije, algo triste. Si íbamos a estar siempre juntos y no le gustaban, tendría que comer siempre nutella.

    — [JJ]Eh, no te pongas triste.[/JJ]— respondió dejando el mando en el sofá. Book pegó un salto, asustado, y se fue.— [JJ]Están ricos, pero no son de chocolate normal.[/JJ] – dijo ella, asintiendo con la cabeza.

    – [Xander]Ya, a mí mamá y a Elle les gusta el negro. A mí me sabe a tierra.[/Xander] – confesé. Los matrimonios no tienen secretos. Jane se echó a reír y yo me reí también, aunque no sabía de qué.

    — [JJ]Cuando sea mayor no me voy a casar nunca porque me voy a ir de viaje con mi papá a ver Europa.[/JJ]— explicó mientras volvíamos a jugar.— [JJ]Bueno, y con mamá.[/JJ] – la tía Rebecca era más seria que el tío Dom. Si diera la vuelta al mundo con alguien sería con el tío Dom, seguro que compraba muchos helados y nos dejaba comer hamburguesas y patatas fritas. Una vez me dejó cenar patatas fritas con bacon encima, un cuenco entero para mí.

    – [Xander]Yo quiero casarme y tener un jardín con siete perros.[/Xander] – Xena estaba bien, pero siete Xenas eran mejor.

    — [JJ]A mí me dan miedo los perros.[/JJ]— dijo con cara triste. No sabía que los perros daban miedo, adoro a los perros, son lo mejor junto con las patatas fritas, los viedojuegos videojuegos y Jane.

    – [Xander]Puedes venir a ver a Xena. Es como un peluche gigante.[/Xander] – la invité. Cuando nos casáramos me llevaría a Xena. Podía tener perritos inmortales. Siete.

    Ella se quedó callada.— [JJ]Sí, algún día.[/JJ]— dijo, volviendo a estar triste.

    Saqué una bolsa de patatas fritas que me estaba guardando y se la ofrecí. Cuando estaba triste las patatas me animaban. – [Xander]¿Quieres?[/Xander] – pregunté.

    — [JJ]No, gracias.[/JJ]— dijo, aún triste. Seguimos jugando sin hablar un rato. A veces la miraba, parecía triste.

    Entonces un monstruo dejó caer un arma con un brillo dorado y sonreí por mi buena suerte. Se lo iba a decir a Jane pero seguía seria. – [Xander]Mira, una legendaria. Cógela.[/Xander] – me había tocado, pero Jane no se lo pensó y la cogió para ponérsela. Volvió a sonreír. Sentí un poco de envidia cuando se cargó a una horda de un golpe, pero no pasaba nada.

    – [Xander]Jane…[/Xander] – la llamé. Quería preguntarle algo superimportante.

    — [Jane]¿Digamelóoooon?[/Jane]— respondió, riéndose. Jane es muy graciosa.

    – [Xander]Nunca vamos a dejar de ser mejores amigos, ¿verda’?[/Xander] – tenía miedo de perder nuestros ratos juntos.

    — [Jane]Claro que no. Hicimos un juramento de escupitajos y sabes que eso es super sagrado.[/Jane]— me acuerdaba de eso. Me dio miedo coger una enfermedad pero era la saliva de Jane así que no pasaba nada.— [Jane]Voy a ser tu padrina cuando te cases.[/Jane] – añadió. Me asusté un poco y un enemigo me atacó por detrás.

    – [Xander]Si nos casamos no puedes ser padrino. [/Xander] – me reí. Owen tendría que ser el padrino y Elle la madrina y cuando ellos se casaran, nosotros seríamos sus padrinos. Era lógico.

    Jane puso la cara que pone la tía Cara cuando come pescado.- [Jane]Ughhhh.[/Jane]- dijo. – [Jane]Los amigos no se casan. No funciona así.[/Jane] – explicó.

    – [Xander]Pero mi papá dice que él y mamá son mejores amigos. [/Xander] – dije. Papá siempre me lo decía, ‘pórtate bien con mamá, que es muy buena y quiere lo mejor para nosotros’. La gente decía que Papá miraba a Mamá con amor, así que yo miraba a Jane también así. El tío Daakka y la tía Cara habían sido amigos de pequeños y ahora eran matrimonio.

    – [Jane]Imposible.[/Jane]- dijo. Le iba a llevar la contraria pero a Jane no le gustaba y no quería que se enfadara después de haber vuelto a sonreír, así que seguimos jugando hasta que el tío Dom nos llevó a la Escuela Legado.

    Y eso, cambiamos de cuerpo. Ahora era mi padre y ella el tío Dom. Íbamos en un autobús de la Escuela Legado, con el resto y con nuestros padres. El tío Nate conducía para llevarnos a casa.

    Miré a Jane a los ojos de su padre y ella sonrió con más dientes y más pelos en la cara. Si no nos podíamos casar por ser amigos, no sabía que iba a pensar de ser nuestros padres. Pero Papá siempre decía que el amor lo supera todo.

  • UNA LLAMADA

    Xander Echolls | Canton

    TARDE

    Cada vez quedaba menos tiempo para echar toda la leña de la Resistencia al fuego y destaparnos definitivamente. Después de eso, no habría vuelta atrás, era todo o nada. O lo conseguíamos, o nos condenábamos.

    Y ahí estaba yo, observando por la ventana del comedor de la casa de mi familia en Canton mientras mi padre me observaba, atento y preocupado, sin poder dirigirme una palabra y sin que yo pudiera confiarle nada.

    Mi padre se acercó y apoyó una mano en mi hombro. A ratos parecía un hombre al que la vida había vencido, un hombre que se había rendido. Pero en ese momento, su mano mostraba toda la fuerza que tenía, y que intentaba transmitirme.

    Elle entró en la casa y sonrió ampliamente al vernos tan cercanos. Durante mucho tiempo, solo nos habíamos tenido a nosotros y al resto de Moondies. La pérdida de mi madre era difícil incluso para todos juntos. Verla a su lado en cada anuncio oficial hacía que se nos partiera el corazón.

    Jane había sido el ancla que había evitado que me convirtiese en alguien perdido, cuya única finalidad hubiera sido hacer daño al Gobierno. Por eso la llamada que iba a recibir en ese mismo instante iba a ser tan devastadora.

    – [Xander]¿Owen?[/Xander] – pregunté, extrañado, respondiendo al Omnilens. Una sensación desagradable me recorrió el estómago.

    – [Owen]Tenemos un problema.-[/Owen] intentó explicar mientras su respiración se entrecortaba. Iba corriendo a algún sitio, pero no pude distinguir el fondo, parecía cualquier calle. – [Owen]Han detenido a Jane.[/Owen] – añadió. Por un instante que pareció eterno, sentí que la habitación daba un vuelco y que lo que estaba a mi alrededor se nublaba. Me forcé a permanecer atento.

    – [Xander]¿Qué?…[/Xander] – pregunté, buscando una explicación mientras mi cabeza decidía qué hacer. – [Xander]¿Qué ha pasado? ¿Dónde está?[/Xander] – pregunté, sintiendo los nervios recorrerme. Mi padre y mi hermana me miraban, preocupados.

    – [Owen]La han arrestado en el bar, según me ha comentado Niall, por intento de asesinato. Los sucesos ocurrieron anoche, lo cual no tiene sentido porque los tres estábamos… cenando.- [/Owen] – explicó, siempre consciente de que teníamos oídos en todas partes, especialmente en cualquier tipo de comunicación tecnológica.

    – [Xander]¿Detenida por asesinato?[/Xander] – pregunté de nuevo, confuso, intentando poner en orden mis pensamientos. Jane era una de las personas más buenas que conocía, no era capaz de matar ni a una mosca.

    – [Owen]Si. Presuntamente atacó a Dante Villiers.-[/Owen] respondió Owen.

    Silencié el audio del Omnilens un instante y miré a mi padre y a mi hermana. – [Xander]Han detenido a Jane, por asesinato. Tengo que irme, os iré diciendo.[/Xander] – resumí como pude. Mi hermana me dio un abrazo rápido con su abrumadora fuerza.

    – [Daniel]Tranquilo, hijo. Si necesitas cualquier cosa, estaremos esperando.[/Daniel] – respondió mi padre. – [Daniel]Y pase lo que pase, siempre hay alguna solución.[/Daniel] – puntualizó. Sabía perfectamente a qué se refería, pero no podía decirlo abiertamente. Su voz, igual que la de todos los Moondies, estaba «registrada». Lo que mi padre implicaba en ese momento no sería muy bien recibido por las fuerzas de seguridad. Pero si era necesario, la rescataría a toda costa.

    – [Xander]No entiendo nada. Estoy cogiendo el portal más cercano.[/Xander] – afirmé volviendo a activar el sonido del Omnilens, mientras manipulaba la brújula que Vincent me había entregado cuando entré al cuerpo.

    – [Owen]Nos vemos en la comisaría.-[/Owen] se despidió él, cada vez corriendo más deprisa.

    – [Xander]Vigílala, Owen. Ya sabes lo que pasa con los «artificiales» y los hijos de Moondies.[/Xander] – le pedí, no sin miedo. Los Moondies eran unos expertos en miedo, y siempre habían dicho que no les habían elegido como Daë por no tener miedo, si no por enfrentarse a él y superarlo.

    – [Owen]Tranquilo, no dejaré que le pongan un dedo encima… más que nada porque algunos de ellos serían los que saldrían lastimados. [/Owen] – aseguró. No dudé de su palabra, si le hacían algo a su hermana, Owen sería capaz de incendiar toda la comisaría.

    – [Xander]Nos vemos allí. Gracias.[/Xander] – dije, segundos antes de dar por finalizada la comunicación. Dejé el Omnilens al máximo segundo plano que pude, ya espiaba suficiente como para darle más motivos. Después crucé el portal que me llevó a un par de calles de la comisaría de la capital.

    Corrí a toda velocidad la distancia que nos separaba. Entré en el edificio pasando por todos los controles apresuradamente y apenas saludé a nadie, de todas formas, algunos de mis «compañeros» no estaban muy contentos con un hijo de Moondies en el cuerpo. Tampoco lo estaban teniendo a Vincent y Bill en él, pero no podían echarlos abiertamente.

    Allí, esperando sentado en una de las incómodas sillas de plástico blanco, estaba Owen, con un café en la mano.

    – [Owen]Está en la sala de interrogatorios. Xander, la han identificado con el Omnilens de Dante.-[/Owen] explicó, haciendo una pausa en la que vi su preocupación patente. – [Owen]La consideran sospechosa del resto de asesinatos similares.[/Owen] – añadió. Sentí un latigazo helado en la espalda. Si no conseguíamos que la absolvieran, la llevarían a La Inexpugnable, la cárcel del Gobierno de Zeon.

    Me quedé pensativo unos instantes, paralizado por el miedo. – [Xander]Es un error, puede haber sido un «camaleón» que también tenga un poder de contacto como el suyo.[/Xander] – comenté en voz alta. Era la única explicación. Sabía que el poder de Jane estaba totalmente en su contra. Los casos que había investigado indicaban que la energía vital de las víctimas había sido absorbida mediante un poder. Era así como funcionaba el de Jane, absorbiendo el poder de la persona junto a la energía vital. Pero estábamos en Zeon, podía haber cientos de poderes que encajaran en la descripción. Pero claro, era artificial, era hija de Moondies. Tenía una diana en la frente.

    – [Owen]Que crees que llevo diciéndoles todo este rato.-[/Owen] replicó, con cara de cansancio. Los dos empezábamos a temer cuál sería nuestra única opción.

    – [Xander]Voy a hablar con ellos. Quédate atento…por si acaso.[/Xander] – le pedí, bajando la voz con la parte final. Él asintió y me dirigí a la sala de interrogatorios, analizando a cada una de las personas que estaban en ese momento en la comisaría.

    Owen y yo estábamos en inferioridad numérica. Ambos éramos aesir, pero había varios demonios y potenciados presentes que nos igualaban o superaban en fuerza. Yo no tenía poderes ofensivos, así que solo teníamos la pirokinesis de Owen, que podían anular con alguno de los «cepos», artefactos de seguridad instalados en muchos centros oficiales.

    Frente a la sala de interrogatorios, un policía montaba guardia. A través del ventanuco vi que el Teniente ‘Oblivion‘ interrogaba a Jane, con cara de asustada. El Teniente tenía el poder de manifestar los recuerdos de quien tenía delante. Sabía elegir cuáles manifestar para presionar y para hacer temblar de miedo. También para relajar, pero pocas veces le había visto usarlo así.

    – [b]Hay un interrogatorio en curso, no puedes pasar.[/b] – sentenció el tipo grande de la puerta. Un pariente de ‘Titan‘, si no recordaba mal. Piel de acero.

    – [Xander]Es mi pareja, déjame pasar.[/Xander] – le indiqué, mirándole fijamente.

    – [b]Atrás, Echolls, ya te avisarán cuando terminen.[/b] – sentenció. Aparté la mano con la que me instaba a alejarme y respondió cubriéndose de acero y aferrándome por el cuello, haciendo que mis pies se separasen del suelo.

    Por el rabillo del ojo vi a Owen ponerse en pie, pero le hice una seña para que se detuviera. Llevé ambas manos sobre el enorme brazo de ‘Steel’ y le golpeé con fuerza con ambas piernas, haciendo que cayese hacia atrás. El estrépito llamó la atención de la sala de interrogatorio, de la que salió la Sargento Marrow.

    – [Marrow]¿Qué demonios pasa aquí?[/Marrow] – indicó, mostrando unos dientes afilados, cubiertos de hueso. Miró a ‘Steel’ que tenía ganas de precipitarse contra mí. – [Marrow]Tú, largo. Tú, estás demasiado implicado para estar aquí.[/Marrow] – me avisó, mientras ‘Steel’ me dirigía una dura mirada.

    – [Xander]Necesito hablar con ella.[/Xander] – pedí. Marrow había sido una de las Protegidas de Z, pero era una persona bastante razonable, al menos conmigo.

    – [Marrow]¿Hablar? Podrías ir a casa un mes sin sueldo por lo que has hecho. ¿Y crees que puedes pedir algo?[/Marrow] – replicó, enfadada. Tenía razón en cuanto a la suspensión, pero no me importaba. La miré fijamente. – [Marrow]Diez minutos. Si no sales, te sacaré yo misma.[/Marrow] – aseguró. Después volvió a entrar y salió junto a Oblivion, que me dirigió una mirada oscura. Se quedaron a la puerta,  la espera de que cumpliese mis diez minutos.

    Cruzar aquella puerta resultó más difícil de lo que habría imaginado. Podía tratar de ser todo lo fuerte que quisiera, pero mis miedos tenían fácil superarme, porque nunca se trataban de mí. Siempre temía por otros. En este caso, tenía miedo a ver el sufrimiento de Jane, la persona que más me importaba.

    Finalmente, sostuve la manilla de frío metal y crucé al otro lado, a una estancia tan fría y gris como la manilla de la puerta. Jane me miró con unos ojos acuosos que apenas dejaban ver su verdadero color.

    – [Xander]¿Estás bien? ¿Te han hecho algo?[/Xander] – pregunté mientras corría hacia ella y me agachaba a su lado, abrazándola por la cintura.

    – [Jane]No[/Jane].- respondió, negando con la cabeza. Llevé la mano instintivamente a su barriga, donde se estaba forjando nuestro futuro. – [Jane]Solo un montón de preguntas[/Jane]. – añadió. Le pasé una mano por la cara, estaba fría, no solo de la sala, también de los nervios. Temí pensar en qué recuerdos podría haber sacado ‘Oblivion‘.

    – [Xander]Te sacaré de aquí. Tiene que haber algo que demuestre el error.[/Xander] – le aseguré, sin poder entrar en detalles. Había cámaras vigilando y escuchando lo que decíamos, así que no podía decirle simplemente que la sacaría de allí fuera como fuese, incluso dejando completamente de lado la ley.

    – [Jane]Estoy bien[/Jane].- respondió, intentando convencerme. Jane era así, incluso cuando ella estaba en un aprieto, se preocupaba por mí, intentando que no cometiese una locura. Pero por ella, estaba dispuesto a dar hasta mi alma.

    – [Xander]Todo irá bien.[/Xander] – dije tratando de tranquilizarla, aunque en el fondo también trataba de convencerme a mí mismo. Ella asintió, podía notar su corazón, que siempre latía con fuerza, más agitado de lo habitual.

    – [Xander]Encontraré quién ha sido. Sea como sea.[/Xander] – le prometí. Mirándola a los ojos, supe que aunque no supiese ni siquiera por dónde empezar, tarde o temprano encontraría al culpable y se lo haría pagar. Por aquél entonces, lo que no me decía esa corazonada era que sería el culpable quien me encontraría a mí, y para entonces estaríamos en una situación complicada.

    – [Jane]Gracias[/Jane].- respondió con voz derrotada.

    Llevábamos demasiado tiempo soportando la sociedad en la que vivíamos. Demasiado. Eso podía estar a punto de cambiar si conseguíamos nuestro propósito, pero no podía permitir que Jane estuviese bajo custodia cuando ocurriese, podría pasarle cualquier cosa, sería rehén del gobierno y no iba a permitir que nada ni nadie me la arrebatase.

    Tenía que actuar, intentar que el plan siguiera adelante, pero asegurándome de que Jane estaba en un lugar seguro. Y si no podía conseguir ambas, entonces lo tenía claro, la prioridad era ella.

    Salí de la sala cuando me avisaron de que los diez minutos habían llegado a su fin y le prometí a Jane que nos veríamos pronto. Sin dirigir la mirada a nadie, Owen y yo abandonamos la comisaría. Cada uno tenía cosas importantes que hacer. Era el momento de empezar con la revolución.

  • NO NECESITAS UN OMNILENS NUEVO, SINO UN CEREBRO

    Jane | Sanctuary

    NOCHE

    jjwhite

    El sol se ponía en el horizonte o eso debían ver desde la calle, porque en el Sanctuary siempre parecía la misma hora. Llevé el plato combinado nº 2 (entrecot, patatas fritas, huevo frito y ensalada) a la mesa del ‘Guardia de Ziudadanía’ que me miraba con cara de pocos amigos. Contuve una arcada cuando el olor a «fritanga» llegó a mis fosas nasales, pero la aguanté con dignidad, hasta que me llegó el olor a sudor del tipo. – [b]A buenas horas…sintética…[/b] – espetó de malas formas. Debía rondar los cincuenta años y la barriga le llegaba hasta las rodillas, a juego con el bigote que cubría su labio superior y la enorme nariz aguileña que deformaba su cara. 

    – [Jane]Lo siento[/Jane].- coloqué el plato y contuve una nueva arcada.- [Jane]Que aproveche[/Jane].- dije con mi mejor cara de pena y me alejé despacio. 

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