[align=center][color=black][b][SIZE=3]Cecil Anwalt | Escocia[/SIZE][/b][/color]
[SIZE=2]Normalmente, el día de mi cumpleaños no era de esos favoritos, que deseas con ansias para comer la tarta y recibir regalos. No eran malos, para qué negarlo, pero no tenían lo que a veces, uno puede necesitar.
En cambio, desde el momento en que me levanté, hasta que nos sentamos todos a la mesa, cierto entusiasmo me inundaba por dentro. Había pasado la mañana fuera con Matt, haciendo cualquier otra que no estar en la casa. ¿Por qué? Pues me conocían lo suficiente como para saber que, aunque fuese un día como [i]este[/i], no me cruzaría de brazos, viendo como todos los demás trabajan, por lo que, de una forma sutil, me echaron de la casa hasta la hora de comer. De tal manera que aprovechamos ambos para hablar, para contarnos cosas que no habíamos podido trasmitir, y llamé a casa. Después de todo, y de ver a la madre de Christopher abrazarle, tanto a él como a Daniel con fuerza, no podía dejar pasar algo como esto. No era padre, y todavía me quedarían unos cuantos años, pero de todos modos, la forma en que habíamos pasado los últimos meses todos nosotros, la forma en que la madre de Sarah y Diana afrontaba todo esto, aun sabiendo el peligro que podían correr, me hacía darme cuenta de una cosa. Puede que yo no haya tenido las cosas muy fáciles, pero mis padres tampoco. Y en cierto modo, al escucharles a ambos, supuse (o al menos, esperaba) que las cosas comenzasen a ir algo mejor.