Moondale

Etiqueta: Sarah Echolls

  • TODO ESTÁ CAMBIANDO

    Sarah – Bosque de los lobos

    Noche

    Me sentía culpable por cada persona que resultó herida aquella noche, por los que perdieron la vida incluso aunque fueran de moral cuestionable (¿Quién era yo para juzgar a nadie?) y por cada destrozo de la ciudad. Mi cuerpo no daba muestras de cansancio físico, porque no dejaba de ser una máquina de matar y en mi genética de Cazadora no existía la opción de «batería baja», al menos no de la misma forma que para el resto del mundo, pero sí que estaba agotada psicológicamente. Enfrentarme, primero a mis miedos a manos de El Rey Negro y después a Aaron, que era tan indestructible como parecía, hicieron que combatiese de manera mecánica, prácticamente sin pesar.

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  • LA REINA DE LAS HADAS

    Mia – La Nave

    Mañana

    Se supone que no está bien escuchar conversaciones ajenas, así que ahora mismo os imagino diciéndome: «Mia, no se está bien escuchar conversaciones ajenas». «Mii, ni istí biin iscichir cinvirsiciinis ijinis». Tampoco está bien hacer burla, pero es mi diario.

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  • UN ACTO DE REBELDÍA

    Sasha | Apartamento

    Mañana

     

    Toc, toc.

    Por un momento, creí que seguía soñando, así que me di la vuelta entre el amasijo de sábanas y seguí durmiendo.

    Toc, toc.

    Abrí los ojos con cuidado, con miedo a una resaca que era prácticamente imposible que tuviese. Estaba todo cerrado a cal y canto, así que podían ser las diez de la mañana, las tres de la tarde o las doce de la noche. Me fijé en la mierda de apartamento en el que estaba y del que ya debía dos semanas: ropa tirada por el suelo, latas de cerveza, envoltorios de comida rápida y colillas. Empecé a tener recuerdos fugaces de la noche anterior: cigarrillos, labios rojos, rubia, tetas pequeñas. Se llamaba Stacy o quizás Tiffany. Ah no, que era Miranda. Decía que no le gustaban las tías, pero que quería experimentar y yo que siempre había sido una amante de las causas perdidas, me la traje a casa. También es verdad que estaba de un humor de perros después de la fiesta de los amigos de Sarah. Por suerte, ya se había ido cuando me desperté. Supongo que fue una mierda de polvo de rebote para las dos.

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  • FIESTA, DESFILE AND ROCK&ROLL

    Dominic Williams / Escuela Legado

    Habíamos decidido hacer una pequeña fiesta en la nave, algo para subir la moral por el más que inminente enfrentamiento entre las huestes de Z y Preston, y que mejor que una fiesta de bienvenida para la pequeña Amy, un par de meses después si, pero era mejor eso a hacer una en plan, dentro de un par de días vamos a la guerra, party hard.

    Cara se había encargado de decorar el gimnasio de la nave, sus dotes para explotar al personal que contrataba eran extraordinarias. Cara había dispuesto de una gran mesa redonda, parecida a la mesa de reuniones, en la que nos sentaríamos a comer algo, y otra mesa alargada de bebidas y entrantes, junto a una de mezcla de música.

    – [Daniel]Dom, el ron era para más tarde.[/Daniel] – Añadió Daniel bromeando mientras me acercaba con mi vaso a los demás.

    – [Dom]Para mi ya es mas tarde.-[/Dom] Mire mi reloj pero en realidad aun no eran ni las diez de la noche.

    – [Cara]Si hubierais dejado a Cara cobrar entrada, esto no habría pasado[/Cara].- Refunfuño Cara. Cual discoteca, Cara quería cobrar entrada por entrar y por las consumaciones. Daniel intento explicarle que estaban en familia, a lo que Cara respondió que en ese caso debería de cobrarnos más caro aún.

    – [Daakka]El año siguiente quizá no vayamos a morir.[/Daakka] – dijo Daakka sonriendo, a lo que siguió un silencio un poco incomodo.

    – [Dom]Daakka, creo que necesitas una copa muchísimo más que yo.-[/Dom] Le di la copa que llevaba a lo que el demonio se quedo mirándola por encima y olisqueándola. No caí en ese momento, pero creo que acabe dándole alcohol a un infante.

    – [Rebecca]Por supuesto, Dom. Sigue bebiendo[/Rebecca].- Añadió Rebecca sarcásticamente. Becca no era especialmente amiga de las fiestas.

    – [MacLeod]¿Habéis empezado sin nosotros?[/MacLeod] – MacLeod entro por la puerta cargando a Amy encima. Lucy y Ed corrieron a saludar a la pequeña. MacLeod siempre había tenido ojeras, era lo que tenía beber cantidades exageradas de café e intentar reprimir a tu lobo interior, pero ahora las tenía especialmente marcadas.

    – [Cara]No han hecho caso a Cara y no han cobrado entrada, así que no es una fiesta. En las fiestas se cobra entrada[/Cara].- Añadió Cara aun visiblemente molesta, pero se le paso un poco en cuanto MacLeod paso por delante de ella con Amy.

    – [Diana]¿Pero cómo puedes ser tan roña?[/Diana]- Añadió Diana a modo de saludo entrado con el carro. Diana parece la típica madre que se lleva todo por delante sin importarle nada.- [Diana]¿Dónde está mi hermana, ligando con Sasha?[/Diana]

    – [Dom]Ohhhhh.-[/Dom] Grite desde la otra punta de la sala lo que ocasiono que todos se giraran.

    – [Daniel]….[/Daniel] – Daniel no dijo nada, simplemente se dedicó a lanzarme una mirada pensando posiblemente en castrarme. La de Rebecca también daba esa impresión.

    – [Sarah]La verdad es que no, pero si tan interesada estás en Sasha, le digo que venga[/Sarah].- Dice dándole un beso rápido en la mejilla a su hermana y luego saludando a MacLeod y a Amy.

    – [Daakka]Noche divertida.[/Daakka] – Añadió Daakka riendo entre dientes, cada vez que hacia eso, reír entre dientes, parecía un aspersor, no por llenar de saliva al que tuviera delante sino por el ruidito que hacia.

    – [Mia]¿Por qué no ponéis regaetton?[/Mia]- Añadió Mia con cara triste.- [Mia]Felises los cuatro…[/Mia]- canta.

    – [Dom]Acepto peticiones Mia.-[/Dom] Había dejado una playlist de fondo mientras llegaban todos.

    – [Mia]Puedo poner yo la música[/Mia].- Se ofreció dándole un sorbo a la pajita de su puerto de indias.

    – [Mara]Eh…mejor no[/Mara].- Mara se levanto de su asiento y le dio a Vincent al pequeño Idris, la maternidad le había sentado bien a ambos. Mara cogió una de las bandejas con comida y se paseo con ella para sentirse útil.

    – [Daniel]Ni Lucy.[/Daniel] – Bromeo Daniel. Lucy se encogió de hombros y agarro a Ed por los brazos para que bailara con ella, mientras Ed parecía un muñeco de trapo en sus brazos, ella bailaba como una profesional.

    Comimos, hablamos, bailamos y hasta en cierto momento tuvimos un pase de modelos en el que Lucy nos presento los trajes que nos había confeccionado. Mia emocionada fue la primera en desfilar, su traje dejaba al descubierto sus alas y llevaba un sugerente escote. Ed parecía un pulpo en garaje sin saber muy bien como moverse, daba zancadas largas posiblemente para acabar cuanto antes aquella pesadilla. No llegamos a ver todos los trajes porque Lucy aun esta terminando el resto, pero por lo poco que pudimos ver había realizado un trabajo impecable.

    – [Sasha]Creo que me voy[/Sasha].- Dijo Sasha tras el improvisado desfile, se le notaba un poco incomoda. Creo que se como se siente, no hace mucho estaba en su lugar. – [Sasha]Gracias y eso[/Sasha].

    – [Dom]¿Ya?, pero si ni siquiera son las 2 de la mañana.-[/Dom] Añadí dándole otra copa para disuadirla de que se marchara. – [Dom]Tomate otra, la fiesta solo acaba de empezar.[/Dom]

    – [Daniel]Claro.[/Daniel] – Añadió escuetamente Daniel, eso en él era demasiado, tenía el carisma por las nubes con la fiesta.

    – [MacLeod]No le hagas caso a Diana.[/MacLeod] – MacLeod le lanzo una mirada a Diana y ladeo la cabeza hacia ella para que le dijera algo, pero más bien parecía que le había dando un tirón en el cuello.

    – [Diana]Tranquila, solo estoy un poco molesta porque no te gusto.[/Diana] Diana iba de un lado a otro moviendo el carro intentando dormir a Amy.

    – [Daakka]Diana gusta a todos.[/Daakka] – Añadió Daakka de manera inocente.

    – [Diana]Lo sabía, pero gracias[/Diana].- Diana paso por su lado y le dio una palmadita en la espalda. Al parar el carro Amy comenzó a berrear. – [Diana]Pues me parece que la fiesta ha terminado[/Diana].

    Le hice una señal para que esperara y pinche esa canción que tanto había estado pidiendo Mia a lo largo de la noche, esa de felises los 4, y Amy dejo de llorar.

    – [Diana]Nos ha salido regaettonera la niña[/Diana].- Diana se llevo la mano a la cara negando con fuerza.

    -[Dom]No tenía mucha pinta en el futuro… bueno, los futuros.-[/Dom] Lo mismo la canción era tan mala que había conseguido dormirle.

    – [Daakka]Por descendientes.[/Daakka] – Dijo Daakka levantando la copa, a lo que todos nos unimos y brindamos.

    La noche transcurrió con normalidad, la verdad es que nos sento bien una noche libre lejos de preocupaciones.

    – [Rebecca]Christopher y Diana están agotados.—[/Rebecca] Dijo colocandose junto a mí en la cabina del DJ.

    – [Dom]Y es solo una.-[/Dom] Diana estaba apartando los platos de la mesa a un lado y coloco encima a Amy para cambiarle el pañal.

    – [Rebecca]Todavía les queda una más.—[/Rebecca] sonríe.

    – [Dom]Para cuando llegue la segunda ya tendrán practica.-[/Dom] Christopher cogio el pañal sucio y marcho hacia esa especie de cocina que teniamos para tirarlo.

    – [Rebecca]Podría ser peor: podrían tener dos a la vez.-[/Rebecca] Sonaba preocupada, y había ocultado su cara tras su bebida, no alcoholica.

    – [Dom]Tranquila, todo saldrá bien.-[/Dom] Dije posando mi mano encima de la que ella tenía en la mesa.

    – [Rebecca]Si tú lo dices…-[/Rebecca] Mordisqueo el vaso de plastico nerviosa.

    – [Dom]¿Tienes dudas Becca? No tengo problema en que no tengamos hijos, pero tras haberlos vistos…-[/Dom] Nunca había pensado en tener hijos, hace años era demasiado alocado y ahora que medio había asentado la cabeza no había surgido la idea hasta ahora.

    – [Rebecca]No, no es eso. Pero… es un poco raro que todo vaya tan deprisa y que parezca que hay que seguir la línea que te marcan.-[/Rebecca] Sonaba nerviosa, algo raro en ella teniendo en cuenta lo serena que suele ser.

    – [Dom]No tiene porque. He visto dos futuros más y en ninguno de ellos teniamos hijos. Aunque uno de ellos fue antes de conocerte. El futuro no esta escrito en piedra Becca, puede pasar cualquier cosa.-[/Dom] Me acerque hacia ella y la abrace por detrás.

    – [Rebecca]Espero que «cualquier cosa» quiera decir «cualquier cosa buena».—[/Rebecca] Dijo echando la cabeza hacia atrás para mirarme.

    – [Dom]Por supuesto, si algo saco en claro de ver nuestro futuro, es que si algo esta mal poder mejorarlo.-[/Dom]
    Añadí dandole un beso en la frente mientras nos meciamos al son de una de sus canciones favoritas de Adele.

    Me lleve al bolsillo de la cazadora y sopese su contenido, mire a mi alrededor y cogi a Rebecca de una mano para que me siguiera. Nos metimos en la lobera, no era el sitio más romantico pero era tranquilo y estaba limpio, Christopher siempre se aseguraba de eso. Colocoque a Rebecca delante de mí, acaricie su mejilla e inque una rodilla en el suelo. -[Dom]Rebecca Lee. ¿Quieres casarte conmigo?.-[/Dom] Pregunte sacando la cajita del bolsillo y le mostraba el anillo. Si de algo estaba seguro es de que quiero pasar el resto de mi vida junto a ella a su lado.

  • PERSPECTIVA

    Diario de Daniel Arkkan | Exterior del Hotel White Candle

    NOCHE

    danieldark

    Las horas parecían estar pasando más despacio de lo habitual. En el tiempo que había transcurrido desde que los de Louna habían marchado a localizar y detener a Onoskelis, me había dado tiempo a acercarme varias veces a la habitación donde se estaba realizando el conjuro, solo para volver junto a los demás con la misma sequía de noticias.

    Durante todo ese tiempo tuvimos que permanecer de guardia, vigilando el hotel para cuando regresasen las fuerzas de Z. En ese tiempo, Daakka, Dominic y Lucy, que cargaba a Idris en brazos, se habían paseado por el hotel haciéndose pasar por extras de la nueva película de ciencia ficción de «ese famoso director de cine de acción», que se estaba rodando en el exterior del hotel, murmurando entre ellos y comentando cosas de sus papeles.

    Aprovechando la excusa, caminé hasta el coche y saqué a ‘Sendero Oscuro‘ del maletero, colgándomela al hombro. Aun así, pese a lo mucho que pudiéramos disimular, cada vez parecía más difícil ocultar nuestra naturaleza a ojos de la gente de a pie. Imposible si teníamos en cuenta el combate que iba a estallar en algún momento en el algún punto del Condado de Ripper.

    El cielo no tardó en oscurecer, más allá de las nubes de obsidiana que custodiaban el ritual, que ya duraba horas. Al amparo de la noche y aprovechando que el hotel estaba bastante aislado, rodeado de un entorno natural, llamaríamos menos la atención si volvían a surgir problemas.

    Charlé distraídamente con mi hermana, con Sasha y con unas silenciosas Mara y Rebecca, hasta que volvieron Daakka y Dominic. Logan y Mia estaban vigilando el lado opuesto del hotel. No había necesitado preguntarles qué entendían por vigilar, ni tampoco creí necesario decirles que si venía una hueste de soldados de Z, lo sabríamos.

    Efectivamente, lo supimos. Una tormenta de arena en miniatura de color rojo oscuro se manifestó cerca de la playa, aún más alejada del hotel de lo que nosotros estábamos. Sin necesidad de que se disipase pude distinguir algunas de las figuras que habían aparecido de la nada. Z tenía un teletransportador del que no sabíamos nada. Quién sabía cuántos ases más se guardaba bajo la manga.

    Nos hicimos una señal entre nosotros y nos acercamos con prudencia a la zona, mientras Mara llamaba a Mia para avisarles y le enviaba un mensaje a Vincent, que se había puesto en contacto hacía un rato para decir que habían conseguido poner a ‘Keli‘ bajo control y estaban de camino.

    Cuando la arena se disipó y desvaneció en la nada, fui totalmente consciente del desafío que teníamos ante nosotros. Más de una docena de soldados de Z, gran parte de ellos miembros de Gambit. Me llamó la atención no ver a los más oscuros del bando negro presente.

    El Rey Blanco parecía ser el portavoz, porque se adelantó ligeramente a sus compañeros. Mientras caminaban hacia nosotros, la vista de Aaron se alzó al cielo azabache sobre el hotel. – [Aaron]¿Sabéis con qué estáis jugando?[/Aaron] – preguntó con el ceño fruncido.

    – [Daniel]No vamos a permitir que os llevéis a Sarah.[/Daniel] – respondí, incapaz de contenerme. Estaba harto de sus exigencias y de que pensasen que podían tomar lo que quisieran solo porque tenían poder y creían que tenían la razón.

    – [Aaron]Esto va más allá de Sarah. Nos habríamos encargado de extraer a Beatrix y mantenerla a salvo.[/Aaron] – espetó acercándose más. Mi mano derecha se tensó, preparada para asir la empuñadura de la espada. – [Aaron]Vosotros habéis abierto un velo al éter, liberando a un demonio puro.[/Aaron] – había algo en sus ojos que no había percibido en otras ocasiones. Parecía miedo. A fin de cuentas, todos éramos humanos, pero el miedo nos puede llevar a hacer cosas que no deberíamos. Había que tener cuidado con El Rey Blanco.

    – [Daakka]Nosotros liberamos, nosotros estamos encargando.[/Daakka] – intervino Daakka. Bill y los demás no habían podido dar mucha información, pero aparentemente habían conseguido mantener bajo control al demonio.

    – [Daniel]Exacto. A estas alturas el demonio vuelve a estar en su sitio.[/Daniel] – aseguré. Pese a que no me apetecía dialogar con ellos, sabía que la decisión más sabia era intentar una vía pacífica. Quizá dejando claro que Onoskelis había vuelto a ser una cadena, las cosas se calmasen.

    – [Dom]Ese demonio nos ha ayudado a repeler a esa escoria que llamas compañeros, de manera involuntaria claro, pero lo ha hecho.-[/Dom] mientras Dominic intervenía, con toda la razón del mundo, aproveché la distracción para observar su grupo. Estaban en inferioridad numérica respecto a nosotros, pero la ventaja numérica se esfumaba en el aire en cuanto añadías a Carbon Copy a la mezcla. En ese momento, Logan y Mia se acercaron a nosotros.

    – [Logan]No me gusta que me interrumpan, pero me alegra saber que es para algo divertido.[/Logan] – murmuró su voz a mi espalda. Logan vivía sediento de violencia.

    – [Amaya]Que el anterior grupo se equivocase no quiere decir que hayáis tenido razón liberando al demonio. Yo podría liberar ahora una tormenta que acabase con todos vosotros, y de paso asolase Merelia.[/Amaya] – me tomé las palabras de Amaya como una amenaza, aunque quizá no las dijese con esa intención. Quise decirle que la equivocación del otro grupo podría habernos costado la vida, porque iban con intenciones de llevarse a cualquiera por delante.

    – [Daniel]Está solucionado. Y nosotros nos estamos encargando de Sarah.[/Daniel] – dije en lugar de lo que en realidad quería decir. No me resultó demasiado difícil abstraerme, mi mente ya estaba en otra parte, preocupado por cómo iría el ritual. Esa preocupación se acompañaba de un cosquilleo desagradable en el cuerpo.

    – [Faust]No teneis ni idea de lo que estais haciendo, ni idea.-[/Faust] intervino el nigromante que se hacía llamar ‘Faust‘, en alusión al doctor de la novela de fantasía en el que se había convertido. Visto más de cerca, su aspecto encajaba con su historia, ojos hundidos, ropa austera, barba descuidada. Le movía el mismo propósito que a Z, quizá por eso intentaba con tanto ahínco recuperar a Beatrix, para después intentar repetirlo con su difunta esposa. Sentí una mezcla de desagrado y pena por él, mezclada con la ira que me producía pensar que para él Sarah era un mero recipiente.

    – [Daniel]Ed conseguirá salvar a Beatrix. Podéis quedaros e intentar contener su espíritu.[/Daniel] – ofrecí en un gesto de buena fe. No teníamos nada en contra de que Beatrix volviese, solo contra que lo hiciese poseyendo a alguien inocente. Aun así, el ofrecimiento lo hacía por Sarah y por la propia Beatrix que se había negado a poseerla. Si hubiera sido por mí habría aplicado la máxima de «al enemigo ni agua».

    En ese instante, como una broma del destino que golpeaba con fuerza la diplomacia, se abrió un portal de color azul oscuro por el que cruzaron en un instante Bill, Vincent, Karen, Fenris y Onoskelis en su forma humana. Mi brazo se tensó, pero no la vi hacer ningún movimiento extraño y ellos habían asegurado que estaba bajo control. Sin embargo, no todo el mundo tenía la misma confianza en ellos que yo.

    – [Aaron]¿A esto llamáis contenido?[/Aaron] – espetó El Rey Blanco nada más verla aparecer. Con su aspecto era difícil no distinguirla como el demonio puro, pero que la hubiese distinguido tan rápido me hacía confirmar que tenía una historia oculta con alguno de esos seres.

    – [Bill]Mientras viva no podrá dañar a nadie. ¿Vamos a tener algún problema con eso? -[/Bill] replicó Bill. Miré la cadena en sus manos y sus venas azules sobresaliendo bajo las mangas de la camisa. El enlace entre ellos seguía ahí, de alguna forma. Miré de reojo a Onoskelis y la vi con aspecto de estar aburrida, pero no sentía el poder y la violencia que la rodeaban antes. El problema estaba en lo que Bill acababa de decir, si el moría, Onoskelis estaría libre de nuevo.

    – [Aaron]No voy a permitir que un demonio puro campe a sus anchas.[/Aaron] – afirmó el miembro de Gambit. Cuando estás muy acostumbrado a combatir, terminas por desarrollar un sentido adicional que te permite notar una lucha en ciernes. En ese instante mi sentido sabía perfectamente que ya no había vía de diálogo, el conflicto iba a estallar entre nosotros, así que empecé a trazar una estrategia. Eran pesos pesados, no nos iba a resultar nada fácil.

    De los que no conocía, me preocupaba el que iba vestido con un traje de gala con diseños arábigos, de color blanco. Por descarte era el teletransportador, y ni Sarah ni nadie de los que había estado en el Palacio lo había mencionado. Además, permanecía muy cerca del Rey Blanco. Mental siempre era un problema por su poder. Carbon con sus clones y Faust con su nigromancia rompían la superioridad numérica. Petra podía hacer literalmente que nos tragase la tierra. El Rey Blanco era literalmente un superhombre, no sabía cómo podríamos frenarle, pero torres más grandes habían caído. Me preocupaba más la Reina Blanca y su control del clima. Nuestra mejor oportunidad era atacar rápido a los puntos más clave y después aguantar contra el resto.

    – [Keli]¿Puedo matarlos?[/Keli] – preguntó la demonio con un brillo malicioso en la mirada. El Rey Blanco parecía a punto de saltar.

    – [Bill]No.-[/Bill] – intervino rápidamente Bill. Segundos después, con un giro de muñecas, la demonio lanzó al Rey Blanco hacia atrás, haciendo que golpease a Faust, que cayó al suelo, dolorido por el choque con el coloso.

    Momentos antes de que Faust tocase el suelo y El Rey Blanco se preparase para devolver el ataque, mi mano ya desenvainaba la espada de su saya. A mi izquierda, Cara se recubría de metal, en las manos de Daakka crepitaba la electricidad, Sasha balanceaba su y Dominic preparaba su telekinesis. A mi derecha, Bill dejaba paso a un demonio de piel azulada, al que adelantó Logan, rodeado de llamas de la energía que generaba su cuerpo, Fenris dejaba paso a una mole musculosa cubierta de pelo castaño claro y Vincent e Hiroshi preparaban sus armas. En la retaguardia, Mara, Mia, Karen y Rebecca, menos acostumbradas al combate, se preparaban también para servir de apoyo.

    Frente a nosotros, se alzaban auténticos titanes. El teletransportador reveló su auténtica forma, la de un djinn de color rojo sangre y ojos carentes de pupilas. La piel de una protegida empezó a desprenderse para dejar paso a un ser escamoso con cola de lagarto y lengua viperina. La Reina Blanca se alzó sobre el resto, cabalgando el aire como una Tormenta recién salida de las viñetas. Carbon se cuadruplicó, dejando una copia atrás para ayudar a Faust a recuperarse mientras las otras tres corrían hacia nosotros. En las manos de Shinken se manifestaron unas dagas de aspecto fantasmal. Heat se cubrió de llamas, dejando ver a su vez su aspecto demoníaco, con una piel acorazada de color teja. Steel dejó paso a su metálica piel, cubriendo la línea tras la que se resguardaban Mental y Butterfly. Cuando Petra y Briar liberaron sus poderes conjuntos, pareció que la misma madre naturaleza se volvía contra nosotros. Y eso solo eran una parte de las fuerzas de Z.

    El choque de nuestros ‘ejércitos‘ fue inmediato y caótico. Cada uno de los míos conocía sus fortalezas y debilidades, así como las de algunos de sus adversarios, al menos en la teoría, así que cada uno decidió su mejor objetivo. Pese a todo, sentí la falta de Sarah, Toph y Diana, era como si el grupo luchase con una mano atada a la espalda.

    Mi espada se cruzó con la hoja ancha de la espada celta del Rey Gris y me perdí en el fragor del combate. De vez en cuando me sorprendía una enredadera tratando de atraparme en un férreo abrazo, pero normalmente la esquivaba, la quemaba con un fogonazo de luz de mi mano libre o la telekinesis de Dom la apartaba.

    Apenas podía vislumbrar correctamente el resto del combate, hasta días más tarde, cuando todos discutiésemos el combate para la planificación de la futura lucha, no pude conocer completamente cómo se había desarrollado todo. Y eso no era más que una mínima parte de los contendientes que habría en una lucha desatada entre Z y la Iniciativa, con nosotros en el medio.

    El Rey Blanco estaba combatiendo desde el principio con Onoskelis, bueno, ‘Keli‘, como prefería que la llamasen. Desde mi posición no les podía ver, pero los más cercanos contaron que luchaba con toda la fuerza que tenía, como si su vida fuera en acabar con la demonio puro. Justo a su lado, Bill, en su aspecto de demonio, combatía utilizando la cadena que le unía a ‘Keli‘ contra el djinn.

    A la Reina Blanca la divisaba sobrevolando la zona de combate, pero sus esfuerzos estaban concentrados en Daakka, que podía soportar en su acorazado cuerpo las descargas de sus rayos y devolvérselas con su propio poder, distrayéndola lo suficiente como para evitar que barriese al resto con una tormenta desencadenada.

    Sé que Vincent se enfrentó a Ananta, Mara había tenido que curarle un feo mordisco en una pierna, por suerte el veneno no había penetrado. Hiroshi, por su parte, había conseguido aguantar contra Shinken, que era un auténtico demonio, en sentido figurado, del combate. En un punto llegó a paralizarle un brazo con una de sus dagas psíquicas.

    Dominic, no muy lejos de mi posición, intentaba contener todo lo que podía los ataques de Petra, tratando de llevar el combate a algo entre ellos dos para evitar que su dominio de la tierra acabase con todos nosotros de un plumazo.

    A Fenris, Mara y Mia no les veía porque estaban en la retaguardia, pero sé que se enfrentaron a varios Carbon Copy, cuando uno caía, otro salía de su original.

    Cuando Faust se recuperó del golpe desató su poder. El aire pareció helarse y la luz atenuarse, mientras de la nada aparecía una docena de esqueletos no muertos. Por suerte Sasha danzaba con libertad y pasó de incapacitar clones de Carbon Copy a destrozar a los no muertos y enfrentarse a Briar para que Dominic y yo pudiéramos defendernos de los no muertos que se nos acercaban.

    Rebecca y Karen, también en la retaguardia, tuvieron que enfrentarse a los engaños del poder de Butterfly, que se había hecho pasar por Mia. Fue una suerte que Logan, que libraba un acalorado combate con Heat, algo más alejado del combate principal para no incinerarnos a todos, no la viese.

    Mi hermana Cara estaba cerca de mi posición y pude verla en varias ocasiones, cubierta de una película de mitrilo, sonriendo, poseída por el baile del combate, mientras Steel aguantaba a duras penas. Con la fuerza del metal que la recubría pudo destrozar a los esqueletos que se le acercaron sin inmutarse, lanzando algún grito de diversión.

    El combate no iba mal para nosotros, pero estábamos teniendo suerte. Ni el ejército de Z había desatado toda su fuerza, ni todos los que habían acudido estaban librando el combate. Black Market y Mental estaban en la retaguardia, el primero simplemente esperando, seguramente por si necesitaba intercambiar el poder de alguien. Mental, por su parte, observaba el combate completamente concentrado. Todos los que le vieron dijeron lo mismo. No fuimos capaces de determinar del todo por qué no había usado su poder para ir incapacitándonos, a fin de cuentas no teníamos nadie que pudiera escudar nuestras mentes. Una de las teorías que tuvimos es que Mental coordinaba a los atacantes y extraía información de cómo íbamos a atacar nosotros.

    No sé cuanto tiempo estuvimos combatiendo. Recuerdo que mientras lo hacía, no dejaba de pensar en si Sarah se encontraría bien y de maldecir el mundo por no poder estar en ese momento con Toph, Diana y la pequeña Amy con tranquilidad, como cualquier otra familia podría estar. También recuerdo pensar en lo que estarían viendo los invitados del hotel, si habría calado lo suficiente la mentira de la película. Hoy en día, con los avances y las grabaciones en cualquier lugar gracias a los móviles, la gente podría darse cuenta, incluso con el escepticismo que imperaba en el mundo.

    Finalmente, se escuchó un estruendo que resonó a través del cielo, deteniendo el combate. Al principio pensé que había sido la Reina Blanca, pero ella estaba tan estupefacta como nosotros. Después vi que el oscuro cielo sobre el hotel se había desvanecido, volviendo a estar como antes. El conjuro había terminado.

    – [Mental]Faust, es el momento.[/Mental] – escuché decir a Mental. Había debido percibir que habían vuelto.

    Una forma etérea, resplandeciente como si estuviera hecha de polvo de oro, salió despedida del hotel en dirección a nosotros. Ed había conseguido sacar a Beatrix del cuerpo de Sarah, pero ahora necesitaba encontrar otro cuerpo para poseer. Observé a mi alrededor y vi a Faust murmurar un conjuro mientras movía las manos, haciendo que la dirección del espectro cambiase. Entonces lo entendí, la estaba llevando directa a Sasha.

    – [Daniel]Sasha, cuidado.[/Daniel] – dije corriendo hacia ella. El espectro estaba cada vez más cerca, no me daría tiempo a llegar y evitarla yo también. Pero Sasha entendió a qué me refería y se alejó con una voltereta.

    – [Sasha]No necesito guardaespaldas, pelirrojo[/Sasha].- respondió guiñándome un ojo. Faust seguía intentando dirigir a Beatrix dentro de las Cazadoras y esta vez no parecía que fuese a ocurrir como con Sarah, esta vez tomaría el control aunque ella no quisiera. Aaron seguía luchando contra Keli, ajeno a las prácticas de su compañero.

    – [Daniel]Daakka, ve con Ed y Sarah y asegúrate de que Beatrix no vuelve a entrar en ella.[/Daniel] – le pedí, Daakka era el más rápido gracias a su poder y sabía que podía confiarle la protección de Sarah. Asintió y desapareció de la escena lo más rápido que pudo. Dirigí una mirada a Faust mientras me colocaba frente a Sasha y el resto se acercaba a nosotros para cubrirla.

    Faust entrecerró los ojos y en una fracción de segundo, todo cambió. Entre nosotros, en mitad de la nada, apareció Sarah caminando. Antes de tener tiempo a reaccionar, el espectro de estela dorada penetró en su cuerpo, que se iluminó antes de caer al suelo, inconsciente. Mi mundo pareció llegar a su fin, hasta que vi su pelo rubio cambiar a moreno. Beatrix había entrado en Butterfly.

    Reinó el silencio, solo roto por el combate eterno entre Keli y el Rey Blanco. La Reina Blanca descendió para comprobar si Butterfly seguía con vida. Lo estaba. En ese momento, Daakka regresó con Sarah y Ed a cuestas. La miré y supe que estaba todo bien.

    – [Amaya]Aaron, para[/Amaya].- pidió la Reina Blanca, devolviendo al Rey Blanco al mundo real. Dejó de atacar y Bill le pidió por favor a Keli que se retirase, algo que hizo con reticencia.

    – [Faust]Todo listo para la posesión.-[/Faust] indicó el nigromante. Steel se agachó sobre la inconsciente Butterfly y la cargó en brazos. Cada vez que pensaba que esa podría haber sido Sarah, mi mundo se hundía.

    – [Daniel]Tenéis todo lo que habéis venido a buscar.[/Daniel] – les indiqué. Keli estaba bajo control y bajo protección. Sarah estaba a salvo y Beatrix estaba contenida dentro de Butterfly. – [Daniel]Podemos dejar este combate para otro momento.[/Daniel] – añadí. Todos sabíamos que el enfrentamiento era inminente. Nunca podríamos sentirnos lo suficientemente preparados, pero la realidad es que estaba a la vuelta de la esquina.

    – [Aaron]Ya habéis hecho suficiente trayendo de vuelta eso.[/Aaron] – replicó el Rey Blanco dedicando una mirada a Keli, que le respondió sacando la lengua. – [Aaron]Sé que no sois malas personas, pero sois imprudentes y os ponéis en el camino de algo que será mejor para todos.[/Aaron] – afirmó mientras sus tropas se replegaban entorno a Butterfly y el djinn preparaba su magia para teletransportarles. – [Aaron]Os lo aconsejo, la Iniciativa se está preparando, es cuestión de semanas. Manteneos apartados. Por vuestro bien.[/Aaron] – añadió como un último consejo, asegurando lo que todos sabíamos ya.

     – [Sarah]Haremos lo que tengamos que hacer, Aaron. Como siempre[/Sarah].- replicó Sarah cruzándose de brazos. El Rey Blanco se calló, pero en su mirada estaba la respuesta que no había manifestado, que parecía decir «igual que nosotros».

    Su grupo se desvaneció para cuando la tormenta de arena roja se disipó. Solo quedamos nosotros.

    – [Cara]Los de Z se creen muy listos, pero si fueran tan listos no seguirían a un malo[/Cara].- refunfuñó mi hermana. Fui incapaz de reprimir una sonrisa, especialmente cuando me acerqué a Sarah para darle un beso y asegurarme de que todo estaba bien.

    Sí, teníamos una batalla en ciernes, superados en número, superados en poder, teniendo que mediar entre dos enormes fuerzas. Pero seguíamos teniendo unos a otros.

  • EL TUBO CALEIDOSCÓPICO

    EL TUBO CALEIDOSCÓPICO

    Sarah | Éter

    ¿TARDE?

    sarah040516

    Me desperté desorientada, como si hubiera dormido una siesta de tres horas o quizás, de tres meses. Lo último que recordaba era que Ed había realizado un ritual, el ritual para intentar librarme de Beatrix, pero parecía tan lejano que ya ni siquiera era capaz de perfilar correctamente la escena en mi cabeza, así que no pidáis que suene congruente.

    Cuando caímos sobre la hierba, Ed aseguraba que acabábamos de pasar por una especie de tubo caleidoscópico al más puro estilo Doctor Who. Pero nada, mi cerebro estaba apagado o fuera de cobertura. A veces, parecíamos vivir a toda velocidad y otras, el tiempo se dilataba y los días parecían meses. Esta era una de esas veces, por lo que tardé un poco en ubicarme. Especialmente, porque a mi alrededor se estaba construyendo el pabellón infantil de mi colegio de Moondale y me dio por pensar en esa curiosa sensación de pertenencia que sientes hacia tu colegio, que es inversamente proporcional al asco que te da el instituto al que fuiste.

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  • PEQUEÑA GRAN REVOLUCIÓN

    Diana – Hospital St. Anne

    Tarde – 20 DE ABRIL

    amybaby200716

    Nunca me ha atropellado un camión, pero creo que puedo decir sin miedo a equivocarme, que parir es lo más parecido a que me atropelle uno que experimentaré en esta vida (si tengo suerte y no me pasa de verdad, vamos). Tuve la «maravillosa suerte» de llegar a tiempo y que todavía me quedaran unos centímetros por dilatar para que pudieran ponerme la epidural. Después de pasar por todo el protocolo y firmar el consentimiento, me la pusieron, pero debe ser que hasta la puta epidural me odia, porque solo me durmió un lado del cuerpo. Las siguientes horas, no pude comer, ni beber y me cagué hasta en los muertos de la matrona, porque el lado izquierdo de mi cuerpo decidió no dormirse y tuve que pasar medio cuerpo con dolores y el otro, atontado.

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  • EL BAILE

    Diana | Hotel White Candle

    NOCHE | 19 DE ABRIL

    dianabelly130716

    No voy a ser yo la que os diga que parir es divertido, porque no lo es, pero quiero que sepáis que no es ni mucho menos tan horrible como lo pintan en todas partes. Duele, sí. Es molesto, sí. Es como cagar un melón de tres kilos, sí. Cuando acaba parece que te han atropellado un par de camiones, sí. Aquí es cuando viene la pregunta del millón: ¿Entonces por qué dices que no es tan horrible? Porque el parto es la única cita a ciegas en la que sabes que conocerás al amor de tu vida. Esta frase no es mía, pero me la apropio, porque sé que os encanta cuando me pongo moñas. Lo que quiero decir, es que cuando tienes en brazos a esa cosita tan pequeña, se te olvida que tu cuerpo se ha abierto en canal para que llegase al mundo.

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  • TU SAETA

    TU SAETA

    Sasha | Hotel White Candle

    NOCHE | 19 DE ABRIL

     

    sashaboda280616

     

    Miré un par de veces la instantánea que tenía entre mis manos. Sarah me había convencido para pasar por la zona que llamaban ‘Photoshoot’ y me había animado a hacerme unas cuantas fotos, una de ellas con unas enormes gafas blancas en la que aparecía poniendo morritos. En otra, que se había quedado Sarah, salíamos las dos espalda contra espalda, formando una pistola con las manos. A veces me preguntaba si cuando estaba junto ella era yo misma o una versión mejorada y no podía evitar sentirme abrumada.

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