Interludio | Mia | Cielo de Moondale
MAÑANA
Nunca en mi vida había volado. Ni siquiera un par de metros, porque Seraph siempre me decía que si volaba, podían verme, así que ni siquiera lo había intentado, más allá de lanzarme desde una montaña de cojines o desde la escalera más alta.
Nadie me comprendía, pero echaba de menos a Seraph. Todavía no era capaz asumir que estaba en el cielo igual que mamá.