Diarios de Destino | Palacio Kvinneby
MAÑANA

Siegfried cruzó el pulimentado suelo de mármol y llegó hasta el jardín cubierto anexo al Palacio Kvinneby, su residencia desde hacía ya más de veinte años. En ese jardín esperaba encontrar a Beatrix, refugiada como todas las veces en las que necesitaba estar sola, meditando.
Al principio, Siegfried se mostraba inquieto por esas visitas. Entendía que Beatrix se sintiera culpable por las personas que habían perdido la vida para traerla de vuelta, pero no podían obsesionarse. Lo importante era que estaban juntos.
Con el tiempo se convirtió en su refugio y en una parte más de su rutina. Siegfried se había acostumbrado y cuando no la encontraba, sabía dónde estaría. Aunque intentaba dejarle siempre un tiempo para meditar.
Cuando salió al jardín, no la vio a primera vista. Tuvo que atravesar el vergel para llegar al frío anexo donde estaría, parada frente a una tumba.
En efecto, allí estaba, esta vez sobre una lápida tallada con el nombre «Sasha E. Elliot«. Había sido su último recurso antes de recurrir a Sarah, pero no había funcionado. Igual que tampoco había funcionado con Butterfly, cuya tumba estaba al lado.
– [Z]Al final solo aguantó Sarah.[/Z] – meditó, acercándose a ella. No se sobresaltó, debía estar esperando que apareciese.
– [Sarah]¿Habrías preferido a Sasha?[/Sarah]- preguntó girándose mientras sonreía.
– [Z]Siempre que seas tú, no me importa el cuerpo.[/Z] – le aseguró, mirándola a sus ojos celestes. Se había acostumbrado a querer esa sonrisa, porque fuera cual fuese su rostro, era Beatrix, pero no podía negar que las cosas nunca serían como habrían sido si ella no hubiese muerto. No era lo mismo estar con…otro cuerpo. Era como enamorarse a la fuerza de otra persona. – [Z]Pero lamento que no quedara otra opción para Sarah.[/Z] – había admirado su determinación, su afán por hacer el bien con una intensidad que le recordó a la propia Beatrix cuando estaba viva. Cuando se agotaron todas las demás vías, no hubo otro remedio, era Sarah o Beatrix.
– [Sarah]La edad te está volviendo blando, Siegfried[/Sarah].- replicó mirándole. Vio un destello frío en su mirada que llevaba ya largos años conociendo. Al principio lo atribuyó a Sarah, a su rebeldía y su odio al estar aún presente, subyugada a la mente de Beatrix. Ese odio la hacía luchar, incluso durante un tiempo, poco después de que Beatrix tomase su cuerpo, había conseguido rebelarse y escapar, pero Siegfried la había encontrado un par de años antes junto al aesir. Desde poco después había empezado a percibir esa mirada gélida y una Beatrix más fría, más dura. No sabía si era solo el físico, pero a veces dudaba que fuese la misma persona.
– [Z]Sé que tú lo habrías querido de otra forma.[/Z] – añadió. Al menos la Beatrix que conocía y amaba.
– [Sarah]Es cierto, pero ya no hay marcha atrás[/Sarah].- rectificó, cambiando el semblante. Estrechó su mano y le acercó hasta ella. Los años le habían acostumbrado a su nuevo olor, a su nuevo aspecto, pero si cerraba los ojos, volvía a verla a ella. Seguía ahí, no estaba perdida. El regreso de la muerte no era un camino de rosas.
– [Z]Y si la hubiera, no la tomaría.[/Z] – afirmó, sonriéndole. Pasó las manos por su cintura y la observó unos instantes. – [Z]¿Estás segura de que no prefieres quedarte?[/Z] – preguntó finalmente. Quedaba poco para el aniversario de la batalla, el día cero de la unificación de Zeon. Era el tiempo de honrar a los muertos y celebrar que estábamos reunidos contra un mundo que les odiaba porque no tenía poder a su lado. Siempre temía que esa fiesta fuera demasiado para Beatrix, que Sarah podría pugnar por salir con más fuerza con esos recuerdos cerca y sus familiares también. Y además estaba el problema actual, esa asesina a la que habían capturado, la hija de Dominic y Rebecca.
– [Sarah]Me gustaría acompañarte[/Sarah].- pidió, colocándose un mechón de pelo detrás de la oreja. Acercó su rostro más al de ella y le dio un beso en los labios que ella devolvió con pasión.
– [Z]La sospechosa está custodiada, así que no debería haber problema.[/Z] – respondió, con un asentimiento. No había lugar más seguro para ella, y si Sarah intentaba liberarse, Faust estaría allí cerca para contenerla. Beatrix asintió con una sonrisa. – [Z]Si es ella, eso significa que tendremos un poco de paz, al menos interna.[/Z] – pensó en voz alta. Al menos la preocupación de un asesino entre nosotros estaría respaldada. Solo quedaba lidiar con la guerra que se avecinaba con el exterior.
El Departamento de Defensa había estado analizando comunicaciones y había descubierto un proyecto para un despliegue de armamento nuclear sobre Zeon. Aunque pudieran detener parte de las explosiones, las secuelas podrían durar décadas, y no habían encontrado aún una combinación de poderes y habilidades que pudieran protegerles totalmente. Si Curium no hubiese muerto luchando contra ese radiactivo de la Iniciativa, quizá. Tras todo ese tiempo, podrían terminar derrotados por simples armas humanas.
– [Sarah]Espero que tengas razón[/Sarah].-respondió ella, estrechando de nuevo su mano para alejarse de las tumbas.
Zeon News
MAÑANA

En dos días, el día 3 de Septiembre, coincidiendo con el aniversario de la batalla de Ripper en la que se liberó al pueblo de Zeon, el máximo dirigente, Siegfried Eklund, ha confirmado que asistirá a la gala anual de celebración de la victoria.
«Hemos sufrido mucho para llegar hasta donde estamos ahora. No sería justo que por culpa de un asesino dejásemos de honrar a todos aquellos que dieron su vida por construir este lugar.»
Fueron las palabras del dirigente, en alusión a la captura de una artificial hija de Moondies con el poder de absorber los poderes de otros sobrenaturales, matándolos en el acto. La sospechosa, Jane Williams, hija del Moondie Dominic Williams y la artificial Rebecca Lee, fue identificada por Dante Villiers, el famoso modelo ‘Icarus’. Las líneas actuales de investigación la sitúan como la culpable de la oleada de asesinatos de potenciados que se ha vivido desde hace ya más de dos años.
Parte del Consejo de Zeon llegará entre el día de hoy y mañana, mientras que el dirigente y su esposa Beatrix llegarán en la madrugada del día 3. El evento, como todos los años, se celebrará en la azotea del Edificio Lenora.
Xander Echolls | Bosque de los Susurros
MAÑANA

El Bosque de los Susurros me traía recuerdos buenos y malos. Fue allí donde nos escondimos los primeros tiempos, donde crecí con mi madre, mi padre y el resto de mi familia. Desde allí organizaban la Resistencia y salían a luchar, hasta que un día volvieron, derrotados y sin mi madre. Tiempo después, cuando ella volvió, nos refugiamos allí una temporada, hasta que nos encontraron.
En ese momento, fue como si viese delante de mí a mi padre, con las manos y rodillas en el suelo, apenas sosteniéndose, cubierto de su propia sangre y de los que había atacado intentando que no se llevasen a mi madre. Recordaba llorar mientras les veía a los dos pelear por seguir juntos y al ‘Boogey Man‘, ‘Faust‘, conjurando a Beatrix con renovadas fuerzas para que controlase a mi madre y la hiciese prisionera de su propio cuerpo. En su día lloré por no poder hacer nada, me habían obligado a esconderme y proteger a Elle, a evitar que supiesen nada de su existencia. Ahora era otro quien se refugiaba en las profundidades de ese bosque.
Me dirigía a verlo cuando una llamada entrante en el Omnilens me hizo detenerme y buscar cobertura en un lugar que no delatase mi posición. Me relajé al ver que era Owen.
– [Xander]¿Has visto las noticias?[/Xander] – pregunté. Owen asintió, no podíamos decir mucho más por un canal público, pero eso significaba que el plan seguía en marcha. – [Xander]No la van a dejar ir, ahora está en el centro de la política.[/Xander] – comenté. Era absurdo disimular también la indignación, eso solo levantaría más sospechas a quien nos estuviese vigilando.
– [Owen]Tiene que haber algun modo de que podamos hacer algo. Tal vez si Dante viese a Jane…-[/Owen] sugirió él. Me paré un instante a pensarlo, parecía una buena idea, y si no funcionaba, al menos nos dejaría ganar tiempo.
– [Xander]No es mala idea, pero a mí no me dejarán acercarme. Intentaré que vaya uno de los otros.[/Xander] – comenté, pensando sobre la marcha que quizá Noah podría encargarse de hacer de mensajero, porque para Henry tenía reservada otra tarea, si quería ayudarme con ella. El plan era cada vez más inminente y muchas cosas podían salir mal. – [Xander]Porque tú tenías una cita.[/Xander] – añadí parándome a pensar después de decirlo. No quería presionar a Owen, pero el daño ya estaba hecho.
– [Owen]Cancelaría la cita si no fuera por…tengo demasiadas cosas en la cabeza ahora mismo.-[/Owen] admitió. Se le notaba afectado y luché por decirle, no vayas, porque lo que te estamos pidiendo es horrible, pero perdí.
– [Xander]Ya, sé que es difícil…pero tengo que pedirte que vayas…por tu bien.[/Xander] – repliqué intentando disimular para oídos de terceros. No quería presionarle para ligar con una chica que no nos había hecho nada, cuyo único crimen era ser hija de una miembro del Consejo y tener el despacho mejor ubicado para el generador de interferencia.
– [Owen]Te dejo, no quiero llegar tarde.-[/Owen] respondió con rostro serio.
Asentí, lamentándolo. – [Xander]Seguimos en contacto.[/Xander] – me despedí, antes de que se cortase la conexión.
Apenas tuve un instante de reflexión antes de que una figura se apareciese frente a mi entre un chasquido de estática. Durante un momento de psicosis, pensé que era teletransportadores oficiales del Gobierno, pero al ver el rostro marcado por las cicatrices de Henry, me tranquilicé. Al menos dentro de lo posible.
– [Henry]Eh, solo venía para ver que tal iba todo.-[/Henry] preguntó, seguramente consciente de mi cara de circunstancia.
– [Xander]Iba de camino a tu casa.[/Xander] – respondí volviendo al motivo que me había llevado al Bosque de los Susurros, lugar de refugio de Henry. Me pregunté si tenía alguna señal para mí que hubiese estado viviendo en la vieja cabaña de mi padre desde que dejó de formar parte de los líderes de la Resistencia. Quizá buscaba recordarme lo que pasó, las injusticias que habían sido cometidas. Los susurros que ese bosque se guardaba. – [Xander]Necesito tu ayuda.[/Xander] – pedí sin irme por las ramas, sabía que Henry apreciaba la franqueza.
– [Henry]¿En serio?, ¿no preferirías la ayuda de otro?, te recuerdo que soy muy volátil.-[/Henry] replicó con una sonrisa. No me extrañaba la respuesta, siempre había ido tras él para asegurarme de que no comprometía la Resistencia y sin embargo, ahí estaba, necesitándole.
– [Xander]Y eso es lo que necesito ahora mismo.[/Xander] – respondí mirándole fijamente. – [Xander]Necesito un plan de contingencia por si no consigo que Jane sea liberada.[/Xander] – aseguré. Sabía que sin la carga emocional que suponía, el resto de la Resistencia no apoyaría mi plan.
– [Henry]Espera, ¿Jane? ¿Qué es lo que ha pasado? -[/Henry] preguntó, sorprendido. Como llevaba toda la noche sin dormir, se me había olvidado que no todo el mundo tenía por qué saber lo que le había pasado a Jane, especialmente Henry, que tenía un Omnilens modificado aislado de la red al que no llegaban las noticias de Zeon.
– [Xander]La han detenido por intento de asesinato. Dicen que es la que ha estado matando gente estos últimos años.[/Xander] – sinteticé como pude, dejándome demasiados detalles por el camino. Había estado analizando los casos y sí que era cierto que los cuerpos concordaban con la forma de actuar del poder de Jane, pero sabía perfectamente que ella no había sido. – [Xander]Z y las altas esferas vienen para el Día de la Unificación como estaba previsto, así que si no consigo que salga antes, quiero que entres y la saques antes de que ataquemos el edificio Lenora.[/Xander] – le indiqué, sintetizando también el plan. Era desesperado, no estaba perfectamente definido y podían salir mal muchas cosas. De hecho, el ataque al edificio tenía muchas posibilidades de salir mal, pero si pasaba, no quería morir pensando que Jane se pudriría en una celda o sería ejecutada. Eso me lastraría, pensando en ella continuamente, luchando con el alma en otra parte.
– [Henry]¿Y perderme toda la diversión? Además, puede que ese sea el lugar más seguro para ella ahora mismo cuando todo ocurra.-[/Henry] replicó. Henry estaba siendo más calmado y sensato que yo, tenía que asumir que el amor me volvía loco, pero debía ser cosa de familia. Además, en pleno golpe de estado, pueden pasar muchas cosas a los prisioneros.
Negué con la cabeza. – [Xander]Si está con ellos no seré capaz de hacer nada. Elle puede ayudarla a irse si todo se tuerce.[/Xander] – pensé en voz alta. Sí, también era cierto que mi hermana era la más fuerte de todos nosotros, junto a Jane, si utilizase sus poderes para su propio beneficio. Juntas podrían salvarse si todo iba mal.
– [Henry]Para que luego digas que no hago nada por ti.-[/Henry] replicó, negando con la cabeza. Pensé de nuevo que quizá en otro lugar, habríamos sido buenos amigos. – [Henry]Dime la hora exacta en la que quieres que ocurra.-[/Henry] añadió. Henry siempre estaba dispuesto, sin importar el riesgo.
Asentí, agradecido. – [Xander]Media hora antes de comprometer los sistemas.[/Xander] – le indiqué. El aparato que había diseñado Henry y que estaría colocado en el despacho de Laura cuando Owen consiguiera llegar debería anular los sistemas de control de potenciados que tenía el edificio, permitiéndonos teletransportarnos a la azotea para acabar con el Consejo. – [Xander]Tendrás que dejarme otro artefacto de esos para desactivar los sistemas de la comisaría[/Xander] – pedí. Allí también había un sistema parecido. Pensándolo bien, era una buena prueba piloto.
– [Henry]Espera…-[/Henry] – respondió. Dos chasquidos de estática más tarde, reapareció frente a mí con un dispositivo igual que el otro entre las manos. – [Henry]Todo tuyo.[/Henry] – dijo, ofreciéndomelo.
– [Xander]Gracias.[/Xander] – dije cogiéndolo para guardarlo a buen recaudo. – [Xander]Lo activaré poco antes que el otro, para que te de tiempo a entrar, cogerla y seguir con la misión.[/Xander] – le indiqué. Todavía quedaba pendiente conseguir colocar el dispositivo en la comisaría sin levantar sospechas. Aunque al menos sabía dónde hacerlo.
– [Henry]Todo sera en un visto y no visto…-[/Henry] sentenció, antes de irse.
Quedé solo en el Bosque de los Susurros. Volviendo a ver la silueta de mi padre tirado en el suelo, ensangrentado, y mi madre, también magullada por todos y todas a los que había derribado intentando librarse, siendo arrastrada y finalmente sometida por Faust. Poseída y encerrada.
En un visto y no visto tu vida puede volverse patas arriba.