Diana Echolls | Su despacho, Universidad de Moondale
MEDIODÍA
Con las piernas estiradas sobre la mesa de mi despacho, intentaba que la lata de té se mantuviera sobre lo que antes era mi vientre casi plano y ahora, una montaña que me impedía verme el moño (con «c»). Me daba la impresión de que hacía un par de semanas que había empezado a notarse de verdad, porque ya no podía usar mi ropa y después de verme con petos y vestidos anchos, la gente había dejado de tener miedo a preguntarme por si en vez de embarazada estaba gorda. Pero dejadme que os diga, que el mejor invento son lo vaqueros con la parte superior de tela.