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Etiqueta: Un poco de Bill x Karen x Vincent

  • QUE BIEN

    QUE BIEN

    Vincent C. Solo | Hotel White Candle

    TARDE | 19 DE ABRIL

    vinceboda

    El tiempo pasaba y los conflictos que parecían un futuro inmediato, no estaban más cerca de resolverse. No me refería solo a la evidente guerra que iba a estallar en el Condado que me había acogido y que por tanto se convertía en mi guerra, sino también por la mafia controlada por Kento que había infestado Louna y a la que aún no habíamos conseguido hacer frente.

    Hacía un par de meses habíamos detenido a un tipo. Medio demonio, lo descubrimos después de que Bill se quedase a solas con él en la sala de interrogatorios. Dijo todo lo que sabía de la organización de Kento, pero cuando estaban saliendo los mejores detalles se mostró errático, tomó su forma de demonio e intentó atacar a Bill antes de caer al suelo, muerto en el acto sin que nadie le hubiese tocado. Karen y yo llegamos a la sala justo para verle caer y ella nos contó que había sentido una presencia salir del lugar cuando murió, y no el espíritu del muerto, sino otro.

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  • CUESTION DE VOLUNTAD

    CUESTION DE VOLUNTAD

    Vincent Solo | Afueras de Louna

    MEDIODÍA

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    Aquél había sido y sería, en todos sus ámbitos, un día extraño. Resulta extraordinario que eso lo admita una persona que viene de un mundo que parece salido de un videojuego, una persona que además nunca puede mentir, pero lo de aquél día no era normal.

    A decir verdad, podría englobarse incluso todo el mes, empezando por el momento en el que Ed había aparecido con una muchacha que era la viva reencarnación de Kaylee Echolls, solo que no recordaba nada ni de su vida anterior ni de la que se suponía que iba a ser su vida, porque Wolfram&Hart, concretamente el propio padre de Ed, se lo había arrebatado.

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  • CALLA, SOSO Y DISFRUTA DE LAS VISTAS

    KAREN REED | LOUNA

    Flashback – Hace unas cuantas noches

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    No hacía falta ser una genio para saber que Bill no se había creído una palabra de lo que le había dicho. Por la cara que ponía, es posible que no se creyera ni lo que veía con sus propios ojos. Y me parecía bien, estaba en su derecho de tirarse a la tía aquella que tenía la cara de su mujer pero que no lo era. Eso sí, lo único que le pedía era que hablase con la muerta y le dejase claro que el muerto al hoyo y el vivo al follo.

    Su parienta (la muerta), llevaba meses persiguiéndome, despertándome a deshoras, molestándome cuando estaba con un cliente y para colmo, ahora el ofendido era él. Perdona guapo (lo de guapo es por decirle algo), pero mi tiempo era mucho más valioso que el suyo y estaba perdiéndolo para que me mirase con mala cara y renegase de mis dones – físicos y paranormales-. A este paso, si lo único que iba a hacer era pasearse conmigo por toda la ciudad, empezaría a cobrarle mi tarifa para «los no tienen dónde caerse muerto». Ah no, que yo clientes de esos no tenía. La beneficencia no era lo mío.

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