Daniel Arkkan | Exteriores del Palacio Kvinneby, Cirth
ANOCHECER
Pese a que no era mi lugar favorito en ese momento, y probablemente nunca guardaría ya buenos recuerdos de él, el Palacio Kvinneby estaba resplandeciente bajo el cielo anaranjado del atardecer, parecía sacado de un cuento de hadas.
Ojalá estuviese Sarah aquí para verlo. – pensé, e inmediatamente sentí una desazón recorrer todo mi cuerpo y minar mis ánimos.