NOAH RIVERA | MOONDALE
TARDE – NOCHE
En apenas un parpadeo desaparecimos del bosque dejando atrás a los demás, algunos ya para siempre, como esa pobre chica, Xandra, que había muerto salvándonos a todos.
Henry nos llevó de vuelta a su refugio para descansar y pensar qué hacer tras lo que había pasado. Nos dejó a Kaylee y a mí al cuidado de un hombre de pelo rubio, fuerte y delgado, al que llamaban Blackgrave. Después de unos minutos, el cansancio físico desapareció, junto con las heridas. Algunas simplemente no desaparecerían, en mi cabeza seguían resonando una y otra vez los gritos de esa chica. No sabía por qué me había afectado tanto si no la conocía, pero no conseguía quitármelo de la cabeza.