[align=center][SIZE=3][b][font=Bookman Old Style]Mercy Sheppard | Sala de espera[/align] [/SIZE][/b][/font]
Tac. Tac. Tac. Tac. Los tacones de aguja sobre los que caminaba Mercy Sheppard se clavaban en el suelo de cerámica con despiadada parsimonia. Forzó una sonrisa y se giró sobre sí misma para volver a la incómoda (y raída) silla de la sala de espera. Se recostó y cerró los ojos un segundo para evadirse de todo. Cuando los abrió, pensó en la fotografía que debía haber tenido a su lado si hubiese estado en su puesto de trabajo (la de ella con un niño rubio de poco más de seis años). Esbozó una sonrisa irónica y pensó en aquel chico, Liad…lo que fuera que creyó que se trataba de él mismo, pero en realidad, era uno de sus múltiples sobrinos, el hijo de su hermano Jack al que no veía desde el día en que tomaron esa foto.