[align=center][b]Suzanne Sommerville | Camino a clase[/b]
[SIZE=2][i]Cuando cae la nieve y sopla el viento blanco, el lobo solitario muere, pero la manada sobrevive.[/i]
No puedo reprimir un escalofrío al leer las palabras de Eddard Stark. Ese señor es un grande. Un grande de verdad. He de reconocer que al principio del libro tenía un ligero enamoramiento con él. Pero, la verdad, ahora me quedo con Jon. Cierro mi ejemplar de Juego de Tronos (me los estoy releyendo antes de echarle mano a Festín) y lo dejo encima de la mesita.
Según el reloj de mi mesita de noche faltan exactamente quince minutos para mi primera clase del día: Lógica y Retórica. Aparto la mirada de la pantalla de mi portátil, donde están abiertas las fotos que hemos sacado Sylver y yo en Escocia. Tengo que decirle a Ed que me pase las suyas, antes de que se me olvide. Me saco el portátil de encima de las piernas y lo dejo encima de la almohada para ponerme de pie.