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  • PILLADO POR SORPRESA Y SIN SABER QUÉ DECIR

    [b]Liad | Casa de las Echolls [color=blue](Con Eddie)[/color][/b][/align]

     

    liadanwalt

    Si me preguntasen si todo aquello me había sorprendido, mentiría si digo no. Pensaba, inicialmente, en que no nos habría dado tiempo llegar hasta allí. Tampoco me habría imaginado que Fenris hubiera dado un… espectáculo como este. Porque de verdad, no todas las personas darían cosas de esa manera, y aún menos a personas que realmente, no conocía. Me había pillado por sorpresa y me había quedado sin saber qué decir. Por eso le abracé. Quizás para algunos eso no les guste o no les parezca bien, pero últimamente, cuando no sé qué hacer o qué responder, es lo que hago. O bueno, en las personas que más empatía puedan darme.

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  • I EAT BOYS UP

    [align=center][b]~ Silver Wolfe | Casa Echolls | Surprise! ~[/b]

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    Aquella habitación estaba a punto de estallar, yo sentía que, por muy contenta que me encontrase, toda esa felicidad que se respiraba no iba a durar mucho. Era como el Big Bang: el ente crecía y crecía, hasta que llegaba a un límite y explotaba.

    Era el mejor cumpleaños al que había asistido, aunque para ser sinceros, no asistí a muchos. La comida estaba deliciosa, la música (aunque en el volumen 2, para permitir las conversaciones y demás) era agradable, el olor a dulces recién hechos, la decoración de aquella casa tan maravillosa, los invitados, es decir, todo eso y mucho más componían un cumpleaños inolvidable. Y, para qué mentirnos, el hecho de que los invitados recibiesen regalos añadía un punto más a su favor.

    Mirase a dónde mirase solo veía caras alegres, sonrientes, con un brillo especial en los ojos o una emoción que se exteriorizaba en el movimiento de las manos o de las piernas. Yo me había contagiado, porque era imposible oponerse, y me sentía muy a gusto. Claro, lo raro se viene a entender cuando aclaro el hecho de que nunca he sido partidaria de permanecer más de una hora en una habitación repleta de personas y fingir que formo parte del grupo: porque nunca sucedía. Siempre fui la rara, la apartada, la que hablaba en susurro, la que llegaba primero y se iba antes que nadie, cuyo vestuario pasaba de la explosión erótico-festivo a ropa encontrada en un mercadillo de domingo, etc. Pero esta vez era distinto: era yo, Sylver, la que formaba parte del grupo, cuyos comentarios sin sentido formaban parte de la conversación.

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  • REGALOS. QUINTA PARTE

    [align=center][SIZE=6][font=Book Antiqua][b]Diarios de destino. Parte V (y última)[/b][/SIZE][/font][/align]

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  • REGALOS. CUARTA PARTE

    [align=center][SIZE=6][font=Book Antiqua][b]Diarios de destino. Parte IV[/b][/SIZE][/font][/align]

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  • REGALOS. TERCERA PARTE

    [align=center][SIZE=6][font=Book Antiqua][b]Diarios de destino. Parte III[/b][/SIZE][/font][/align]

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  • REGALOS. SEGUNDA PARTE

    [align=center][SIZE=6][font=Book Antiqua][b]Diarios de destino. Parte II[/b][/SIZE][/font][/align]

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  • REGALOS. PRIMERA PARTE

    [align=center][SIZE=6][font=Book Antiqua][b]Diarios de destino. Parte I[/b][/SIZE][/font]

    conffeti

    Al aplauso de Daniel se unieron los demás mientras Daniel agarraba a Sarah para que se quedase con los cumpleañeros. La pobre estaba muy roja, pero se le veía una gran sonrisa en la cara. January aprovechó para acercarse y darle un achuchón rápido, para después volver a su sitio.

    Así quedaron los cuatro en el improvisado escenario de Nickleback, ahora le tocaba el turno a los demás de repartir los regalos.

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  • REGALOS PARA TODOS

    [align=center][SIZE=5][font=Bookman Old Style][b]Diarios de destino[/b][/SIZE][/font]

    fenristiobueno

    La tarde estaba a punto de dejar paso a la noche cuando en casa de las Echolls, la fiesta estaba aún en pleno apogeo. Había llegado el momento de entregar los regalos, y de seguir formando los lazos que crearían el núcleo de una barrera contra el mal que protegería al mundo más veces de las que se atreverían a imaginar.

    Fenris estaba hablando con Sarah, cerca del montón de regalos. Sarah asintió y Fenris se dirigió a la parte del salón donde estaba el improvisado escenario y se colocó delante del micrófono con una sonrisa que imborrable.

    – [b]Hola. ¿Podéis escucharme un segundo? No tardaré demasiado.[/b] – dijo Fenris. Todos los invitados, que ya se habían reunido cerca de los regalos cuando Sarah los llamó, estaban ahora mirando hacia él. – [b]Me gustaría aclarar una cosa antes de que entreguemos los regalos. [/b] – se aclaró la garganta y habló con voz clara. – [b]Quiero dejar claro, que para mí es un placer dar estos regalos, pero también quiero que todos veáis, que aunque mis regalos puedan sorprender a simple vista, son los regalos de los demás los que merecen más atención.[/b] – hizo una pausa breve y continuó. – [b]Les ha costado más que a mí, y sin duda tienen más valor del que se podría comprar con dinero, así que tened en cuenta los míos como simples detalles. Es por eso que he pensado darlos primero.[/b] – les sonrió a todos y finalizó con un: – [b]Gracias por escucharme.[/b] – después se acercó hacia donde estaba Sarah, cerca del montón de regalos. – [b]Ya podemos empezar ‘[i]kiddo[/i]’[/b]. – le dijo a Sarah, que cogió una bolsa y miró el nombre escrito en la pegatina.

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  • BAILAR Y CANTAR

    [b]Suzanne Sommerville | Casa de las Echolls {Con Edward Maclay}[/b][/align]

    annsommerville

    Bailar con [b]Sylve[/b]r, [b]Diana[/b] y [b]Cecil[/b] es lo más divertido del mundo, o casi. Porque aquí a cada cual está más loco y aún no soy capaz de decidir cuál de nosotros se lleva la palma. La verdad, pero desde luego, estoy segura de que son ellos lo que necesito para alejar de mí los pensamientos funestos que me asaltan cada vez que bajo la guardia.

    En determinado momento, mientras saltamos un poco como locos, [b]Diana[/b] se acerca a [b]McLeod[/b], y sonrío al mirarlos. No tengo muy claro el por qué, pero instintivamente sé que entre ellos hay algo mucho más fuerte de lo que se puede ver a simple vista. Y no es por la forma en que se miran, ni por sus posiciones… giro sobre mí misma, un tanto confusa, porque, aunque no tenga muy claro como explicármelo ni a mí misma… es como si algo flotase en el ambiente. Respiro profundamente, y me vuelvo a girar. No entiendo por qué a veces pasa esto (como que siento más despierto a mi pequeño amigo lobuno), pero sé que no debo asustarme. Debo aprender a vivir con ello. Convivir con el lobo. No huir de él.

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