DIANA | HOTEL
MEDIODÍA | 19 DE ABRIL
Si normalmente es jodido cuando se acerca el momento de dar a luz, porque no nos engañemos, a nadie le hace gracia que un melón le atraviese la vagina, imaginad lo que se siente cuando sabes que estás en el día en el que va a suceder. Y es que estos cuatro meses habían volado o al menos, eso creía yo.
Había pasado una noche tranquila, a pesar de los dolores en la parte baja del vientre y en la espalda, pero eran similares a los de la regla (aunque llevaba nueve meses sin ella y ya casi no me acordaba), así que no les di importancia. Al despertarme, me noté más hinchada que de costumbre, pero cuando salí de la ducha y me miré al espejo, comprobé que parecía un pez globo fuera del agua. Me fijé en los labios (en los de arriba, porque los de abajo no se veían) y los vi hinchados. Me senté en la taza del váter y levanté las piernas para ver los tobillos, que formaban junto a mis piernas dos columnas dóricas nada atractivas. Nuevamente, al ponerme de pie, observé la barriga y vi que estaba mucho más baja de lo que ya la notaba. La acaricié con cariño.- [Diana]Pequeña cabrona, vas a venir al mundo en la boda de tu abuela para joderme el día…[/Diana]- farfullé y noté cómo dos lágrimas surcaban mi mejillas. Porque no sé si lo sabéis, pero si durante el embarazo estás bajo el influjo de las mamonas (hormonas), cuando se acerca el momento del parto, eres capaz de echarte a llorar colocando unas cortinas -no es que me pasara, pero en realidad, sí-.
Me fijé en cómo había cambiado mi cuerpo a lo largo de todo el proceso y, aunque no era como los partos de las de las famosas, en las que todo el mundo estaba perfecto y maravilloso, se podía decir que cada una de las pequeñas imperfecciones habían valido la pena. Después de echarme la crema y alabar lo follable que seguía estando a pesar de mis tetas habían decidido empezar a generar leche aleatoriamente,le pedí ayuda a Christopher para ponerme el vestido y los zapatos.- [Christopher]Cariño, tienes los labios como Angelina Jolie[/Christopher].- bromeó al fijarse cuando me maquillaba.
– [Diana]Pues ya se me podía poner lo demás como a ella…[/Diana]- me quejé mientras la plancha del pelo se calentaba para poder hacerme las ondas,que luego irían en una especie de recogido bajo que había visto en una revista y que esperaba que me saliera bien.
En cuanto estuve lista, me despedí de Christopher con un beso en la mejilla y salí al pasillo, porque él era uno de los dos padrinos (mi madre es hortera hasta decir basta) y no iríamos juntos hasta el jardín en el que se celebraría la ceremonia. Esperando con la espalda apoyada en la pared estaba Ed, vestido con un traje de chaqueta azul marino, que miraba el móvil y la puerta de su habitación con impaciencia, sabiendo que Lucy tardaría todavía una eternidad.- [Diana]¿Parezco una ballena con este vestido?[/Diana]- le pregunté y él levantó la vista, esbozando una sonrisa.
– [Ed]Para nada. Te queda como un guante[/Ed].- comentó echando un vistazo rápido y sonriendo con aprobación.
– [Diana]Un guante reventón[/Diana].- resoplé y llevé su mano a mi barriga, que él acarició con timidez para luego apartar la mano. Me parecía una gilipollez que se pusiera tímido conmigo a estas alturas de la vida, porque le había visto corretear semidesnudo en las playas de Merelia desde que era un retaco, pero Ed era tan transparente como una pared y tan fácil de comprender como…en fin, no había nada tan difícil de entender como él. Además, había estado enamorado de mí (algo lógico) durante tres minutos de su adolescencia, en la que creo estuvo enamorado hasta de una escoba, pero se le pasó.- [Diana]En cualquier momento…¡BOOM![/Diana]- aclaré, haciendo énfasis en el «boom».
– [Ed]¿Cuáles son las probabilidades? Aún te quedan días para salir de cuentas[/Ed].- meditó extrañado. Según el médico, salía de cuentas sobre el 23, pero a partir de la semana treinta y siete, podía pasar cualquier cosa. Me quedé en silencio mientras me mordía el labio para no decir nada.
– [Ed]¿Diana?[/Ed]- preguntó acercándose y yo cerré los ojos. Si no le veía, era como si no existiera.
– [Sarah]¿Os ha pasado algo raro hoy?[/Sarah]- escupió Sarah como si hubiera estado esperando a que el pasillo quedara desierto.
– [Ed]¿Escuchar música como de la nada y cantar cuenta como raro?[/Ed]- Ed lo dejó caer sin darle importancia.
– [Sarah]Yo diría que sí, ¿has cantado?[/Sarah]- mi hermana se rió.
– [Ed]¿Qué? No…tal vez…sí[/Ed].- concluyó con una sonrisa tímida y quise cogerle las mejillas para estrujárselas. Creo que nunca había visto a Ed tan ilusionado por nada como lo estaba por Lucy. Y sí, la herida de Kaylee estaba ahí y nunca sanaría del todo, pero había que aprender a vivir con su pérdida.
– [Diana]¿A Lucy? ¿Habéis cantado «Hoy es noche de sexo voy a devorarte nena lindaaaa»?[/Diana]- moví las cejas deseando más información de la que seguramente fuera a darme.
– [Sarah]»Es…la noche…del…amor…»[/Sarah]- Sarah intentó bromear, pero Sasha salió de su habitación con un esmoquin negro, camisa blanca y corbata fina a modo de lazo. Estaba tan atractiva que quitaba el hipo y creo que los tres nos dimos cuenta, porque Ed sacó su móvil y empezó a leer una noticia del revés, Sarah clavó la vista en el suelo de madera y yo, bueno…yo seguí mirando a Sasha.
– [Sarah]Mierda, mierda, tenéis que ayudarme…[/Sarah]- nos pidió cuando empezamos a escuchar las notas de aquella canción de «El Rey León».
– [Diana]Eso solo lo solucionáis follando[/Diana].- farfullé y noté cómo un dolor en la parte baja del vientre y en la espalda que hizo que cerrara los ojos. Noté un puntapié y volví a abrirlos, pero el dolor seguía ahí, aunque ya se hubiera ido.
Sasha pasó a nuestro lado con timidez y farfulló algo parecido a «hola» para luego irse. Sarah había conseguido que viniera en el último momento.- [Ed]Tengo la sensación de que la única manera de la que voy a poder ayudarte es con los coros[/Ed].- aclaró dando a entender que él de follar sabía poco.
Los acordes de una guitarra sonaron, un subidón mágico imperceptible a la vista me invadió y, sin saber cómo, empecé a cantar.-[Diana] If you ever find yourself …[/Diana]- sujeté su mano y las hormonas, unidas a esas ganas de cantar, hicieron el resto.- [Diana]Stuck in the middle of the sea
I’ll sail the world to find you
If you ever find yourself
Lost in the dark and you can’t see
I’ll be the light to guide you[/Diana].- sabía que hablaba por Ed también cuando decía que siempre podríamos contar los unos con los otros. Por muchas veces que nos peleáramos y por muchas zancadillas que nos pusieran en el destino, los Echolls no se dejaban en la estacada.
– [Ed]Find out what we’re made of
When we are called to help our friends in need…[/Ed].- me acompañó Ed sonriendo y nos cogió a cada una de un lado para que diéramos una vuelta, como si fuera un galán de película antigua. Cuánto había pasado desde aquella vez que le libramos de los matones…
Ed me soltó y empezó a bailar con Sarah.- [Diana]You can count on me like one, two, three
I’ll be there
And I know when I need it
I can count on you like four, three, two
You’ll be there
Because that’s what friends are supposed to do, oh yeah
If you’re tossing and you’re turning
And you just can’t fall asleep
I’ll sing a song beside you
And if you ever forget
How much you really mean to me
Everyday I will remind you…[/Diana]- aunque siempre decía que Christopher era lo mejor que me había pasado (y era cierto), la suerte de mi vida era haber tenido a Sarah, a Ed y a Kaylee siempre a mi lado.
Después, él soltó a Sarah y yo giré junto a mi hermana utilizando un pequeño hechizo de viento que hacía que nuestros vestidos bailasen al ritmo.- [Ed]Find out what we’re made of
When we are called to help our friends in need
You can count on me like one, two, three
I’ll be there
And I know when I need it
I can count on you like four, three, two
You’ll be there
Because that’s what friends are supposed to do, oh yeah…[/Ed]
Ahora me tocaba a mí bailar con Ed, que imitaba mis pasos mientras bailábamos claqué sin tener ni idea.- [Diana]You’ll always have my shoulder when you cry
I’ll never let go, never say goodbye
You can count on me like one, two, three
I’ll be there
And I know when I need it
I can count on you like four, three, two
You’ll be there
Because that’s what friends are supposed to do, oh yeah…[/Diana]
– [Sarah]You can count on me
Because I can count on you…[/Sarah]- terminó Sarah y Ed y yo hicimos que un par de fuegos artificiales explotaran contra el techo del pasillo del hotel. Era peligroso e imprudente, pero qué más daba, porque quedaba bonito.- [Sarah]Gracias[/Sarah].- respondió cuando las últimas notas de la canción perdieron fuerza.
Noté que el subidón de magia perdía fuerza y me sequé las lágrimas que habían aparecido en mis ojos por tanta oda a la amistad.- [Diana]No sé si quiero que pare o vivir en un musical toda mi vida. No lo he decidido aún[/Diana].- comenté cuando se abrió la puerta y salió Lucy con un vestido azul pastel similar al de la Cenicienta, pero cuya falda se quitaba para dar paso a vestido corto y ceñido para el momento del baile. Se había recogido, además, el pelo en un moño bajo que dejaba a la vista unos pendientes muy discretos.
– [Lucy]¿Todavía estáis aquí, flores?[/Lucy]- colocó los brazos en jarras y esbozó una amplia sonrisa que era contagiosa.
– [Ed]Estás…[/Ed]- intentó decir Ed al verla.
– [Lucy]¿Para comerme?[/Lucy]- le guiñó un ojo y el pobre asintió sin saber qué decir.- [Lucy]¡Pues empieza, porque me voy a poner dura![/Lucy]
– [Diana]Sé de uno que la tiene dura…[/Diana]- intervine, porque me lo habían puesto muy fácil. Vi que Ed quería que se lo tragara la tierra, pero disimuló.
– [Christopher]Diana…[/Christopher]- cuando vi que tanto Daniel como él ya salían de la habitación del fondo del pasillo, supe que había llegado el momento de irse. Lucy agarró a Ed de la mano y tiró de él, seguidos de Sarah.
Tomé aire y vi cómo me temblaban las manos. Estaba a punto de empezar la cuenta atrás de uno de los días más maravillosos de mi vida.
Quedan apenas unas horas para que mi hija llegara al mundo, pero antes…antes tenía que ir a hacer pis, porque me estaba meando.
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