Mara | Hotel White Candle
NOCHE | 19 DE ABRIL
Idris se había quedado dormido sobre el pecho de Karen y cada vez que intentábamos que volviera al cochecito, empezaba a llorar como si estuviera endemoniado. No era pediatra, ni psicóloga infantil, pero podía afirmar casi con total seguridad que a este niño, a sus escasos dos años de vida, le gustaban las mujeres.
– [Karen]Cariño, la tía Karen tiene que irse a bailar porque estoy soltera y casi entera, así que tienes que irte al cochecito[/Karen].- intentó explicarle, pero el pequeño lo único que hacía era berrear.
– [Mara]Siento decirte que has ligado[/Mara].- comenté esbozando una sonrisa tímida.
– [Karen]No tengo nada en contra de la juventud, pero esto es pasarse[/Karen].- se quejó.
– [Fenris]Idris, ¿no te gusta esta guapa muchacha?[/Fenris] – Mia, la explosiva amiga de Sarah, pasaba acompañada de Logan y Fenris aprovechó para llamar su atención. El niño, al verla, extendió las manos para abrazarse a ella. El enamoramiento de Karen le había durado poco.
– [Wing]¿Quieres venirte conmigo?[/Wing]- apretó al niño contra ella y él soltó una risotada. Un irreconocible Logan acercó dos sillas y se sentaron para hacerle monerías contenidas al pequeño.
– [Fenris]Estaba claro.[/Fenris] – dijo sonriendo.
– [Karen]¿Tú también quieres estar ahí?[/Karen]- Karen le guiñó un ojo con desparpajo y miré a Vincent abriendo mucho los ojos. Me seguía sorprendiendo la capacidad de relación de alguna gente.
– [Fenris]A mí me fulminaría con la mirada el rubio.[/Fenris] – el aludido le dedicó una mirada larga, que Fenris correspondió levantando la copa para evitar problemas.
Karen se puso de pie y toda la mesa contuvo la respiración. No quiero que parezca que hablo desde la envidia, porque le tengo un aprecio sincero, pero Karen Lorelai Reed era como un depredador sexual en plena efervescencia y era prácticamente imposible resistirse a su encanto.- [Karen]¿Me concedes este baile, Solo?[/Karen]- apuntó extendiendo su mano hacia Vincent.- [Karen]Luego vengo a por ti, Alexander[/Karen].- ronroneó en un tono que en cualquier persona habría sido ridículo, pero que en ella gritaba «sexo».
– [Vincent]No puedo negarme.[/Vincent] – respondió Vincent haciéndome sonreír y le tendí a Mia un biberón de la mochila de Idris para que se lo diera antes de que se durmiera.
En ese momento, deseé haber tenido mis instintos vampíricos, porque no noté a Zack MacLeod acercarse a mí, ni tampoco percibí su olor con antelación.- [Zack]Qué rápido cambian las cosas.[/Zack] – apuntó dirigiendo su mirada a Idris, que tomaba el biberón en los brazos de Mia.
– [Mara]Zack…[/Mara]- exclamé sorprendida, mientras observaba que estaba visiblemente incómodo con aquel traje de chaqueta color crema con camisa salmón. Sin quererlo, me tensé.
– [Zack]Ill..Mara, deja que me acostumbre a ello.[/Zack] – sonrió y en sus ojos se formaron unas arrugas. Zack seguía siendo un hombre muy atractivo, aunque nuestro tiempo había pasado antes de empezar. – [Zack]Me han puesto un poco al día. Licántropa, te pega.[/Zack] – era un intento de cumplido y di las gracias porque en aquella mesa hubiera otro licántropo, una chica con alas, un aesir y un bebé, porque me estaba poniendo muy nerviosa sin motivo.
– [Mara]¿Quieres…salir fuera?[/Mara]- tosí un poco para aclarar la garganta.- [Mara]Gracias[/Mia].- le dije a Mia, que negó con la cabeza restándole importancia.
– [Zack]Claro, creo que tenemos una conversación pendiente.[/Zack].- él sonrió de forma cordial caminamos. Me fijé en que su mano fue directa a mi espalda, pero luego rectificó y la colocó en el bolsillo delantero de su pantalón.
Pasamos cerca de Karen y Vincent, que ni siquiera se percataron de nuestra presencia y salimos al exterior, un poco apartados de la zona en la que estaban fumando, porque no sabía si era por culpa de mi profesión, pero detestaba el tabaco.
Nos quedamos en la piscina, que estaba vacía y tranquila. Podíamos hablar sin miedo a que nos escucharan.- [Mara]Vaya, tienes…un tatuaje nuevo[/Mara].- rompí el hielo de forma torpe, apuntando a su brazo izquierdo. Llevaba arremangada la camisa y se intuía una especie de marca.
Nos alejamos y me quedé en silencio, un poco abrumada.- [Zack]No sé de dónde ha salido eso, pero no ha sido natural.[/Zack] – me aseguró. – [Zack]Solo intentaba decirte que está todo bien, ni tensiones, ni rencillas, amigos.[/Zack]
– [Zack]Lo mismo digo.[/Zack] – noté cómo un nudo se soltaba en mi pecho y me senté junto a ellos.
Era un poco extraño pararse a pensar que los tres hombres que habían formado mi breve historia amorosa estuvieran sentados en la misma mesa hablando (más o menos), pero bueno, en esa misma mesa había dos licántropos y una chica con alas.
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