[align=center][SIZE=3][b]Cecil Anwalt | Escocia[/b][/SIZE] [SIZE=3][b](Con casi todos)[/SIZE][/b]
[SIZE=2]Varios de nosotros intentamos dormir mientras duraba el trayecto del viaje, pero no todos lo conseguimos. Algunos, como Sarah o Diana, espachurraban las manos de sus respectivas parejas durante un largo rato, nerviosas y seguramente, impacientes porque llegásemos lo antes posible. Otros hablaban, otros podían estar mirando por la ventana el cielo y el océano, o quizás podían estar concentrados en algún libro o cualquier actividad que pudiera entretener, como Liad.
Habíamos madrugado bastante, siendo algo a lo que ya estaba acostumbrado y no me era ningún problema. Por otro lado, había tenido que hacer este mismo trayecto tantas veces en el pasado, que el aburrimiento se había convertido en algo secundario y procuraba hacer algo que impidiese un largo viaje aburrido. Intenté dormir, lo conseguí a ratos, hablé en otros momentos, incluso me estiré y le hice ojitos a una azafata que estaba demasiado ocupada en su trabajo – como debe ser – como para prestarme atención. Pero de todas formas, lo mejor de todo es que, cuando uno comienza a “acostumbrarse” a estar en ese espacio tan pequeño, el viaje termina, llegando a lo que sería, durante las siguientes dos semanas, nuestra casa.
El recibimiento fue bastante cálido y desde luego, era algo a lo que no estaba acostumbrado desde hacía bastante tiempo. Sí, lo sé, las comparaciones son odiosas, pero me es inevitable verles a ellos y no pensar en mi familia, en aquellos a los que tengo más cerca, por mal que pueda llevarme. Y por supuesto, sentirme nostálgico era algo que esperaba. La pesadilla y las posteriores conversaciones y llamadas habían conseguido… algo. No sé exactamente cómo explicarlo, pero intentaba hacer y tomarme las cosas de otra manera, disfrutar un poco más supongo, aunque todavía me costase.
Después de recoger nuestras maletas, de conocer a la familia de Mcleod, y de distribuir en qué coche iría cada uno, nos pusimos otra vez en camino. Durante un rato, el silencio inundó el coche. No estaba muy seguro, quizás era porque nos acababa de conocer, pero el hermano de Mcleod, Zack, conducía atento y en silencio mientras Daniel, Sarah, Ed y yo (porque Dominic iba bien cómodo de copiloto, listo de él) estábamos algo apretujados en la parte de atrás del coche.
– [b][i][color=#BB609C]Seguro que soy la envidia de las que van en el coche del vecino de McLeod. [/SIZE][/i][/b] – bromeó Sarah con una sonrisa, mientras yo incordiaba a Ed, el cual miraba la ventana de forma distraída. Si es que… Está tan en la luna que es mucho más divertido de lo habitual molestarle, aunque fuera un poco. ¡Aquí dentro no puede huir!
– [b][i][color=#3B7B6E]Yo sé de uno que preferiría estar aquí apretujado con nosotros, seguro.[/color][/i][/b] – sonreí concentrado en mi tarea.
Ahhh sí, desde luego que sí, aunque no lo admitiera con todo el grupo delante, sabía que Liad hubiera estado mucho más a gusto aquí, con nosotros, que en el otro coche. El lado bueno de todo eso es que, de todas formas, Elizabeth estaba cerca, por lo que con ella allí también, estaría más tranquilo que en otras circunstancias, claro. Después de que liberase a Mclay de mi tortura personal habitual, miré al frente durante unos segundos. Había pasado ya bastante tiempo desde la siesta fatídica que habíamos tenido todos… Y la verdad, todavía no estaba muy seguro de lo que podía decir respecto a ese asunto. Más tarde o más temprano, todos habíamos hablado, todos contamos lo que nos había ocurrido allí dentro y bueno, qué era lo que fuera nos afectaba para que llegásemos a esa situación algo límite. Porque al fin y al cabo, de eso se trataba, ¿no? Estamos todos metidos en esto, en plan grupo, big family o como se quiera expresar, y debíamos dejar atrás nuestras individualidades y bueno… aprender un poco de todo eso, en plan moraleja.
Seguramente por el cansancio del avión, más de uno estaría [i]descansando[/i] la mirada mientras permaneciésemos en los coches. También, por otro lado, podrían estar sin decir nada, como ocurría con Daniel y Zack, ambos bastante callados sin decir mucho más durante el trayecto. Aunque claro, siempre alguno estaría como Dominic, toqueteando la radio, buscando una música algo más acorde para nuestra travesía.
– [b][i][color=#BB609C]Como pongas una de melenudos verás.[/color][/i][/b]- Sarah le amenazó.
– [b][i][color=#383A72]No existe emisora que se dedica a poner canciones de «melenudos» como dices. El 90% solo es Pop.[/color][/i][/b]- contestó Dominic mientras continuaba con lo suyo.
– [b][i][color=#BB609C]Cuando seamos ricos te montamos una.[/color][/i][/b]
– [b][i][color=#383A72]24 horas de heavy metal, sin interrupciones. Yo y parte del mundo te lo agradecerá.[/color][/i][/b]
Ya me gustaría saber quién del mundo se pasaría todo el día escuchando heavy metal a todo volumen, de verdad. Sarah le sonrió tranquila, para luego mirar a [i]mudito[/i] (es decir, Daniel).
– [b][color=#0053E3]Ya nos queda poco, debéis estar hechos migas. [/color][/b]- comentó Zack.
– [b][i][color=#3B7B6E]Desde luego, aunque algunos no han podido descansar mucho, ¿verdad estruja manos?[/color][/i][/b] – le sonreí ampliamente a Sarah, matizando especialmente lo último.
– [b][i][color=#BB609C]Todos los superhéroes tienen debilidades, ¿cómo no iban a tenerlas las cazadoras?[/color][/i][/b] – preguntó bromeando. Oh, ¿tengo que sacar el libro de debilidades? Porque yo tendré las mías, pero conozco las tuyas pequeña [i]hormiga atómica[/i] más de lo que te imaginas.
– [b][i][color=#266EAC]Menos mal que no es fácil meter a una cazadora en un avión.[/color][/i][/b]- intervino Ed después de su largo silencio.
– [b][i][color=#BB609C]Tampoco me da tanto miedo…[/color][/i][/b]- ¡Qué va Sarah! Apenas te da miedo, ¿verdad Daniel?
– [b][color=#0053E3]Llegamos.[/color][/b] – dijo Zack. – [b][color=#0053E3]Voy a acercar un poco el coche.[/color][/b]
¿Un poco? Desde luego, nos acerca un poco más y deberíamos de comenzar a vivir dentro del coche, ya que entre lo apretujados que estábamos y el poco espacio que había desde el coche hasta la puerta, ¿tendríamos que convertirnos en Mr. Fantástico para poder salir de aquí?
Después de pelearnos con la puerta y la pared (una ardua batalla, ninguna quería ceder pero al final ganamos nosotros, por supuesto) conseguimos salir, pudiendo apreciar mucho mejor lo que teníamos a nuestro alrededor. Las tres casas se encontraban bastante cerca, casi pudiendo caernos desde la ventana de una hasta llegar a la otra. Era un paisaje tremendamente increíble, consiguiendo que nos sintiésemos en medio de un libro fantástico, como [i]La historia interminable[/i] o alguno así. Seguro que a más de uno que nunca hubiera puesto un pie en Escocia soltaría un “guau” de sorpresa acompañado con una mirada de júbilo.
– [b][i][color=#8A3C3C]Por fin, ¡aire fresco![/color][/i][/b] – Liad se acercó a nosotros rápidamente con una sonrisa en el rostro que pocos podrían quitarle.
– [b][i][color=#3B7B6E]Sí, el aire es distinto comparándolo con el de Moondale.[/color][/i][/b] – admití mientras la revolvía algo el cabello. – [b][i][color=#3B7B6E]¿Todo bien en el coche?[/color][/i][/b]
– [b][i][color=#8A3C3C]Porque estaba Elizabeth dándome apoyo moral, aunque creo que le interesa algo el vecino, que si no…[/color][/i][/b] – arqueó una ceja. – [b][i][color=#8A3C3C]La próxima vez voy con vosotros, ¿eh? Porque si no terminaré teniendo una muerte bien dulce, cortándome las venas con galletas, de esas que tienen pepitas de chocolate.[/color][/i][/b] – afirmó con fuerza esto último mientras nos miraba a todos.
– [b][i][color=#3B7B6E]Anda, exagerado.[/color][/i][/b] – dije mientras me reía y le pasaba el brazo por encima del hombro para que comenzara a moverse. – [b][i][color=#3B7B6E]Vamos con el resto, que aquí tenemos que organizarnos antes de empezar a pasarlo bien, ¿eh?[/color][/i][/b]
Algo a regañadientes, continuó caminando, aunque sobre todo estaba mirando todo lo que nos rodeaba. Seguramente, en cuanto nos situásemos y demás, le veía sacando fotos por todas partes en plan bestia.
– [b][i][color=#457238]Bueno a ver.[/color][/i][/b] – empezó a indicarnos dónde iría cada uno de nosotros. – [b][i][color=#457238]Sarah, Diana, Daniel y yo dormimos en mi casa que es esta. [/color][/i][/b] – señaló con la mirada a la que teníamos delante. -[b][i][color=#457238]Cecil, Ed y Liad en la de mi tía Charisma, que es aquella.[/color][/i][/b] – al lado de la que aparcó Zack. – [b][i][color=#457238]Y Elizabeth, Dominic, Silver y Ann en la de Jaime, que es aquella. [/color][/i][/b] – señaló, esta vez con el brazo, a una que, comparando con las dos anteriores, podía encontrarse algo más alejada, pero de una forma u otra, tampoco estaba muy lejos.
Después de que él nos indicase por donde teníamos que continuar, rápidamente los grupos se formaron, aunque a grandes rasgos, ninguno se movió a las casas todavía para instalarse.
– [b][color=#259886]Hola.[/color][/b] – dijo Charisma. – [b][color=#259886]Si queréis Lewis y Zack os suben las maletas mientras seguís con los demás.[/color][/b] – añadió.
– [b][color=#5D3939]Hola.[/color][/b] – dijo su marido. – [b][color=#5D3939]¿Qué tal el viaje desde las Américas?[/color][/b] – añadió sonriendo.
– [b][i][color=#3B7B6E]Un pelín largo y demasiadas horas sentados en el avión, pero bien.[/color][/i][/b] – les sonreí a ambos de forma amistosa. – [b][i][color=#3B7B6E]Gracias por hacernos un sitio por aquí.[/color][/i][/b] – añadí, bastante agradecido.
– [b][color=#7411AD]No os preocupéis, donde comen dos comen tres.[/color][/b] – dijo Delly al escucharme. Le hizo un gesto a la tía Charisma, quizás porque su marido no se había movido.
– [b][color=#259886]Anda Lewis, que nos van a dar las uvas.[/color][/b] – dijo su mujer mientras les instaba a que se movieran con calma y se fueran dirigiendo hacia el coche de Zack, donde el pobre estaba cargando dos de las maletas más pesadas que debíamos de tener entre nosotros tres él sólo.
Iba a moverme o a decir algo para ayudarles, porque encima de que nos dejaban quedarnos con ellos, estaban llevando nuestras maletas… Más hospitalarios no pueden ser porque rompen el molde, de verdad. Pero algo intervino antes de que yo pudiera hacerle. La pequeña niña que había demostrado [i]adorar[/i] tanto a su hermano mayor Mcleod, se acercó a nosotros.
– [b][color=#FB1464]Pareces modelo.[/color][/b]- Se rió, al decir eso, con una típica risa de niña avergonzada.
– [b][i][color=#3B7B6E]Ehh… Gracias.[/color][/i][/b] – la sonreí ampliamente, riéndome también un poco. Tan pequeña y tan despierta, ¡desde luego que daría muchas historia interesantes con las que reírnos!
– [b][i][color=#BB609C]Has dejado a Cecil sin palabras, Steph.[/color][/i][/b]- Sarah le revolvió el pelo y ella se lo volvió a peinar.- [b][i][color=#BB609C]Eso no lo consigue todo el mundo.[/color][/i][/b]
– [b][i][color=#3B7B6E]Prefería ser cortés enana, que es la hermana peque de Mcleod. [/color][/i][/b] – le saqué la lengua a Sarah, intentando picarla.
– [b][i][color=#266EAC]Si los aviones son la kritonita de Sarah, Stephanie es la de Cecil.[/color][/i][/b]- calladito estás más rico, lo sabes, ¿verdad Ed?
– [b][color=#FB1464]Tú también eres muy guapo. [/color][/b]- le dice la pequeña a Ed. Si es que me lo veo venir, esta niña con diez años más arrasará en el sexo opuesto. ¡Qué forma de ganarse a la gente! ¡Y qué desparpajo! Si también tuviera esas características, me recordaría a alguien que también tenemos entre nosotros, o al menos, un poquito.- [b][color=#FB1464] ¿Me subes a tus hombros? [/color][/b] – le pidió con una sonrisa en el rostro.
– [b][i][color=#266EAC]Ehh…. sí, porque no.[/color][/i][/b]- titubeó durante unos segundos, para luego subirla encima de él de forma rápida y ágil. Después, se rió de forma jovial, bastante feliz.
– [b][color=#7411AD]Mírala, está en su salsa.[/color][/b] – comentó Delia a lo lejos.
– [b][i][color=#3B7B6E]Normal.[/color][/i][/b] – contesté riendo. – [b][i][color=#3B7B6E]Por muy pequeña que sea, como siga a este paso conseguirá sacarle los colores a cualquiera.[/color][/i][/b]
– [b][i][color=#4F5360]No la tientes, que serás su primer objetivo. [/color][/i][/b]- me dijo Daniel mientras sonreía.
– [b][color=#FB1464]Mi primer novio es Daniel, después él.[/color][/b]- me señaló a mí.- [b][color=#FB1464]y luego tú.[/color][/b]- Eso a Ed.- [b][color=#FB1464]Pero a ti te quiero más porque me subes a tus hombros. [/color][/b]
– [b][i][color=#843181]Algún día tendrás que contarme tus trucos porque a mí nadie me sube a hombros.[/color][/i][/b]- dijo Diana en voz alta a Stephanie.
– [b][i][color=#457238]Dianaaa…[/color][/i][/b]- la reprendió Mcleod. – [b][i][color=#457238]¿No eres muy pequeña para esas cosas?[/b][/i][/color] – le dijo a su hermanita.
– [b][color=#FB1464]No soy pequeña.[/color][/b]- negó con la cabeza.- [b][color=#FB1464]Ya tengo casi nueve años, soy mayor. [/color][/b]
Aquel que no le gustasen los niños pequeños tendría que mirárselo, de verdad, porque aunque no había que ser especialmente cálido para sentirse cómodo cerca de ellos para admitir que traen alegría. Que esa inocencia, ese carácter que pueden llegar a tener o las cosas que pueden decir. Pues es imposible no sentirse bien cerca, sonreír, formar parte de esos momentos, reír.
– [b][i][color=#8A3C3C]Creo que voy a ayudar a subir las maletas.[/color][/i][/b] – comentó Liad, devolviéndonos un poco a la realidad mientras se movía con rapidez.
– [b][i][color=#457238]Ey, Zack.[/color][/i][/b] – dijo Mcleod a su hermano, el cual ya había regresado de dejar las maletas. – [b][i][color=#457238]¿Puedes enseñarles las habitaciones?[/color][/i][/b]
– [b][color=#0053E3]Claro, hombre.[/color][/b]
– [b][i][color=#266EAC]Luego seguimos con el paseo.[/color][/i][/b]- Ed bajó a Stephanie de sus hombros. – [b][i][color=#266EAC]Y no tengas prisa por crecer.[/color][/i][/b]
– [b][i][color=#3B7B6E]Hazle caso.[/color][/i][/b] – añadí con una sonrisa. – [b][i][color=#3B7B6E]Que seguro que no tendrás problemas en el futuro para tener novio.[/color][/i][/b] – le guiñé un ojo en plan amistoso.
Con una de sus manitas, indicó que quería que nos agachásemos para estar más a su altura. Después, con una pequeña sonrisita, nos dio un beso en la mejilla a cada uno, para acto seguido, salir despedida mientras corría y daba saltitos. Una vez que la peque se marchó, tanto Ed como yo subimos las escaleras, para así ponernos al mismo ritmo que Charisma, Lewis, Zack y Liad. Entramos en la casa, indicándonos un poco donde estaba cada cosa, como la cocina, el baño, los dormitorios… El perro, Rocky, salió al trote en cuanto entramos, olisqueando a las visitas y prestándoles más atención a Ed, mientras este le decía que se sentase o le acariciase, o a Liad, al que seguramente tendría cerca un rato, oliendo la “esencia” del perrito familiar, Freya. Por lo demás, no nos paramos mucho ahora para apreciar y conocer un poco más el lugar. Pero había algo que destacaba enormemente.
Había fotos, muchas fotos. Fotos de ellos, de los padres de Mcleod, de sus sobrinos, de todos. A simple vista se podía ver bastante lo unidos que podían encontrarse todos ellos, pero una vez que tenías la posibilidad de entrar en sus casas, de ver cómo eran ellos en su hogar, podías conocer algo más de ellos con solo mirar todo lo que teníamos delante.
La distribución de los dormitorios fue sencilla. Ed se quedó con el dormitorio pequeño, mientras que Liad y yo dormiríamos en la habitación con la cama grande, pudiendo tener espacio para ambos y que, por otro lado, Edward no se despertase de noche y se asustase al ver a su compañero de dormitorio despierto a horas poco habituales.
– [b][color=#0053E3]Bueno os dejo, que el viaje me ha dado hambre.[/color][/b] – dijo Zack.
– [b][i][color=#266EAC]Yo voy a ir deshaciendo las maletas. Gracias de nuevo por su hospitalidad.[/color][/i][/b]- dijo Ed.
– [b][color=#0053E3]No te preocupes hombre, espero que lo paséis bien.[/color][/b] – contestó mientras le hacía temblar al darle una palmada en la espalda.
– [b][i][color=#3B7B6E]Nosotros también.[/color][/i][/b] – sonreí para luego estrecharle la mano – [b][i][color=#3B7B6E]Cuando terminemos, ¿vamos a vuestra casa?[/color][/i][/b]
– [b][color=#0053E3]Ahora es vuestra casa también.[/color][/b] – terminó de añadir mientras, como había hecho con Ed, me daba una palmada amistosa y sintiendo, por unos segundos, cómo el mundo se movía algo más de lo habitual.
Bastante agradecido por la forma que tenía de ser esta familia, porque, aunque muchos dijesen que la suya podía ser como esta, eso no era verdad. Cada familia es única, teniendo sus cosas en todos los sentidos y aunque se puedan llegar a parecer, tienen algo que las hace ser distintas.
– [b][i][color=#3B7B6E]Estaremos bastante bien aquí, ¿no te parece?[/color][/i][/b] – le comenté a Liad una vez que nos quedamos solos, guardando la ropa.
– [b][i][color=#8A3C3C]Claro.[/color][/i][/b] – contestó él mientras cerraba uno de los cajones. – [b][i][color=#8A3C3C]Son geniales todos.[/color][/i][/b] – sonrió ampliamente. – [b][i][color=#8A3C3C]Aunque todavía no sé una cosa.[/color][/i][/b] – añadió, algo pensativo.
– [b][i][color=#3B7B6E]¿El qué?[/color][/i][/b]
– [b][i][color=#8A3C3C]Vamos a hacer muchas cosas estos días, ¿verdad?[/color][/i][/b]
De alguna forma, la manera con la que me había mirado en este preciso instante consiguió recordarme a Stephanie, o al menos, a una cosa. Inocencia, ese entusiasmo y esa alegría con la que normalmente hacía las cosas, aunque sus palabras pudiesen parecer serias. Veía, por otro lado, que como todos, se estaba viendo afligido por cosas que… si en circunstancias normales llegaban a ser complicadas, su caso sobresalía. Pero estaba aquí, queriendo vivir junto a nosotros. Y eso era algo que podíamos ver, no sólo yo, cuando estábamos todos juntos como ocurría ahora. Aunque no sonriese o riese (por el momento), si estábamos todos más o menos cerca y conociese mejor a los demás, no tardaría mucho en que le vieran como a ella, “en su salsa”.
– [b][i][color=#3B7B6E]Claro que sí,[/color][/i][/b] – le sonreí. – [b][i][color=#3B7B6E]Muchas cosas, tantas que acabarás dormido de agotamiento.[/color][/i][/b]
– [b][i][color=#8A3C3C]¿Seguro?[/color][/i][/b] – me preguntó.
– [b][i][color=#3B7B6E]Seguro.[/color][/i][/b][/color]
[spoiler]Cada pj manejado por su dueño. Espero que os guste tanto leerlo como a mi escribirlo >w<[/spoiler]
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