Diana | Casa de las Echolls
MEDIODÍA

Cuando llegamos a casa, después de pasarnos el resto del viaje cantando ‘Without you’ de Mariah Carey (juraría que antes de estar preñada esa canción me parecía una cursilada), mi madre me ayudó a bajar del coche y yo la ayudé a cargar con las trescientas bolsas de ‘Walmart’ que había traído con comida para el próximo Apocalipsis Zombi, como mínimo. Vale que Cara y Daakka comían como limas y a mí me apetecía hacer segundo desayuno, pero eso no significaba que tuviera que acabar con las existencias de la cadena de supermercados.
Estaba segura de que la historia estaba todavía a medias, porque todavía no habíamos visto a Luke quitarse las gafas y que mi madre se diera cuenta de que estaba macizo, por lo que cuando fui al váter tuve cuidado de no acabar con la cabeza metida dentro y al volver, me la encontré colocando la comida en los estantes con la cabeza en otra parte. Seguramente, estuviera pensando en el culo de Luke. No la culpaba.
– [Elizabeth]¿Qué quieres saber?[/Elizabeth]- me preguntó enarcando una ceja. Me sorprendía que el pelo no se le hubiese cardado eternamente.
– [Diana]¿Luke y tú mojasteis el churro o hubo sólo toqueteos?[/Diana]- noté una patada de la meona. Ella también estaba de acuerdo en que su abuela y Luke habían tenido rollo.
Mi madre soltó una carcajada.- [Elizabeth]No pienso responderte a eso[/Elizabeth].
– [Diana]¿Por qué? Estoy embarazada y sensible. Ahora mismo podría echarme a llorar[/Diana].- en cuanto pensé en llorar, se me llenaron los ojos de lágrimas. No sólo tenía las tetas enormes, sino que podía abrir el grifo cuando me apeteciera (el de arriba y el de abajo, en realidad).
– [Elizabeth]¡No te atrevas a chantajearme![/Elizabeth]- sabía que se estaba riendo.
– [Diana]No es chantaje, es que ahora me he puesto a pensar en todas las cosas que no sé del mundo y…es horrible[/Diana].- vale, quizás había empezado a llorar de verdad. Me recordaba a aquella vez en la que lloré porque Christopher no ordeñó a las vacas de mi granja virtual cuando se lo había dicho.- [Diana]¡Soy una foca monje y me escondéis cosas![/Diana]- me llevé las manos a la cara.- [Diana]¡Esto es humillante![/Diana]- era como si hubiera abierto un grifo.
– [Elizabeth]Tranquila, son las hormonas[/Elizabeth].- se acercó y me dio un abrazo. Lloré un poco más porque nunca sería una madre tan genial como ella.
Cuando me calmé, decidimos que nos habíamos ganado comer una ensalada César y una pechuga de pollo a la plancha, así que lo preparamos y lo llevamos al salón. Nos sentamos la una al lado de la otra y empezamos a comer, yo como si nunca lo hubiera hecho y ella, con algo más de calma.Todavía tenía la nariz hinchada y los ojos rojos, pero no me paré a pensar en lo fea que estaba para no montar otro drama.- [Elizabeth]Luke y yo teníamos una relación muy…especial[/Elizabeth].- se me pusieron los pelos de punta al ver la sonrisilla que se le dibujaba en la cara. Tanto, que le enseñé el brazo.
Y entonces, como si algo se hubiese activado en mi cabeza, noté el subidón mágico que me indicaba que estaba a punto de ver cómo de estrecha era esa relación. Al parpadear, estaba en el cementerio de Moondale, veintitantos años atrás. El sofá, mi madre y lo que más pena me daba, la comida, ya no estaban frente a mí.
***
El cementerio era, como su propio nombre indica, un cementerio con sus lápidas, flores y muertos/as a dos metros bajo tierra. Estábamos en plena noche y la luna no se veía. Giré sobre mí misma hasta que vi a los tres pardillos que componían el grupo de mi madre: el macizo, el feo y ella.- [Luke]¡Ivan, Ivan detrás de ti![/Luke] – gritó a lo lejos el de las gafas de Harry Potter, que ese día llevaba unos vaqueros desgastados y una camiseta ancha. Noté que me entraban los calores y pensé en lo mucho que hacía que MacLeod y yo no foll…disfrutábamos de la compañía desnuda del otro.
Me fijé en que cuatro vampiros de tercera regional (dos con corte mullet, una chica que parecía mi madre en moreno y un tío cualquiera) los tenían rodeados. Parecían sacados de un videoclip de Michael Jackson, pero lo peor era Ivan, que se había vestido como su abuelo o mi madre, que juraría que le había copiado el estilismo a Molly Ringwald en ‘The Breakfast Club’, con la camisa rosa esa ancha y todo (¿o sería al revés? ¿en qué puto año estábamos?). Lo más gracioso es que estaban intentando pelear o a lo mejor querían que los vampiros se partieran de risa.- [Ivan] Oh Dios, oh Dios…-[/Ivan] escuché a Ivan quejarse y uno de ellos, que tenía pinta de haber sido drogadicto antes de convertirse le estaba mordiendo sujetándole desde atrás.- [Ivan]¡Me ha mordido![/Ivan]- gritó muerto de miedo. Seguramente, había sido lo más cercano a una relación que había tenido.
– [Elizabeth]Mierda[/Elizabeth].– la versión cardada de mi madre echó a correr, abrió el bolso y sacó una estaca para clavársela al vampiro, pero no fue capaz de hacer nada. El vampiro se partía de risa y yo no pude evitar pasarme una mano por la cara.
Luke murmuró un conjuro y sé que lo dijo mal, porque había que ser muy inútil para que una bola de fuego no apareciese entre tus manos. Al ver que no pasaba nada, sacó un libro del petate, se le cayeron las gafas y empezó a decir cosas sin sentido. Me hubiera gustado ayudarles, pero sabía que lo único que podía hacer era esperar.- [Elizabeth]Ivan, aguanta[/Elizabeth].- mi madre conjuró una, pero era demasiado débil y el vampiro la esquivó sin problemas. Me estaban poniendo histérica.- [Elizabeth]¡Tírale agua bendita![/Elizabeth]- chilló desesperada.
Ivan metió la mano en el bolsillo del pantalón de su traje y, con la mano aún en el cuello, se le cayó la botella de agua bendita al suelo.- [Ivan]¡Mierda! ¡Mierda![/Ivan]
– [Diana]¿PERO ES QUE AQUÍ A NINGUNO OS FUNCIONAN LAS MANOS?[/Diana]- grité hasta las narices de lo que estaba viendo.
Liz puso los ojos en blanco y corrió hacia él, recogió la botella de agua y regó la cara del vampiro- [Elizabeth]¿Escuece, cabrón?[/Elizabeth]- el vampiro golpeó a mi madre que cayó de culo y luego, a Luke para alejarse corriendo. Los otros tres le siguieron riéndose a carcajadas y no era para menos.
– [Elizabeth]¿Ivan, estás bien?[/Elizabeth]- se puso en pie llevándose una mano a su dolorido trasero.
– [Ivan]S-sí… ¿y vosotros?[/Ivan]- Ivan todavía estaba conmocionado.
Luke se levantó y metió el libro en la mochila sin decir nada. Mi madre sacó una gasa y se la tiró a Ivan, que la cogió para taponarse la herida.- [Elizabeth]¿Luke?[/Elizabeth].
– [Luke]N-no ha sido nada.[/Luke] -parecía serio y se colocaba las gafas compulsivamente, como si intentara que no se le cayeran nunca más.
– [Elizabeth]Tiene mejor cara Ivan y es el que se está desangrando[/Elizabeth].- bromeó acercándose a él.
Luke miró a sus amigos, los dos magullados. – [Luke]No estábamos preparados…esto…esto ha pasado porque no estábamos preparados.[/Luke] – no se equivocaba. Todavía recordaba una de las palizas que le habían dado a Sarah.
– [Ivan] Tienes razon…-[/Ivan] – Ivan se apoyó en Elizabeth y me chocó que ese tipo tan raro no fuera «tío Ivan». ¿Qué habría sido de él? Porque parecían muy amigos. Pero amigos de verdad, no como Luke y ella.
– [Elizabeth]No podíamos haber hecho nada para evitarlo[/Elizabeth].- se pusieron cada uno a un lado para ayudar a su amigo, mientras se alejaban del cementerio.
– [Luke]Te equivocas[/Luke].- la miró y en sus ojos pude ver deseo, pero también venganza.- [Luke]Ya te lo demostraré[/Luke]
No me quedaba duda de que lo haría.
***
La escena cambió completamente para dar paso a la puerta de la librería, que mi madre abrió y cerró como si fuera la suya. Avanzó a través de ella para llegar a la trastienda en la que estaba el macizo con un montón de libros desperdigados por todas partes y pinta de no haber dormido (ni tampoco haberse duchado) en unos cuantos días con el mismo chándal raído.- [Elizabeth]Luke, tus padres me han dicho que viniera a verte aquí[/Elizabeth].- ese día llevaba unos vaqueros, una blusa azul marino y un lazo en el pelo a modo de diadema. Estaba bastante guapa, la verdad.- [Elizabeth]Están muy preocupados por ti[/Elizabeth].- parecía preocupada.
Se quedó mirándola y tragó saliva.- [Luke]H-he estado ocupado. Luego hablaré con ellos.[/Luke] – le hizo una seña a mi madre para que se sentara en la silla que había lado de la suya, pero ella negó con la cabeza.
– [Elizabeth]¿Va todo bien por esa cabeza?[/Elizabeth]- se cruzó de brazos y echó un vistazo a su alrededor, en el que había envases de comida rápida en casi todas las superficies.
– [Luke]Oh, sí, sí. No te creerás todo lo que estoy aprendiendo Liz.[/Luke] – se quitó las gafas.
– [Elizabeth]¿Por qué no vienes conmigo a dar una vuelta?[/Elizabeth]- le propuso sonriendo y él le devolvió la sonrisa, pero era más cansada.
– [Luke]¿T-te importa si me ducho primero?[/Luke] – se pasó una mano por la cara.
– [Elizabeth]Prefiero que huelas bien[/Elizabeth].- le guiñó un otro y juraría que noté cómo a Luke se le escapaba el pis de la emoción.
– [Luke]G-gracias, no tardo…[/Luke] – salió de la trastienda y dejó sola a mi madre, que empezó a cotillear en los libros. Para ella, no estaba segura de si significarían algo, pero yo, que había pasado una época oscura (o quizás más de una) sabía que estaba frente a libros de magia negra que le pondrían los pelos de punta al Doctor. Cogió unos cuantos, los miró y los cerró asustada. Cuando volvió Luke la encontró con uno entre las manos.-[Elizabeth]Estos libros…[/Elizabeth]- balbuceó. Luke había cambiado el chándal raído por una ropa más decente y incluso, se había peinado.
– [Luke]No puede volver a pasar lo de la otra noche.[/Luke] – lo dijo con voz trémula.
– [Elizabeth]Ivan está bien[/Elizabeth].- se puso en pie y fue hasta él.
– [Luke]Y podríamos estar todos muertos.[/Luke] – soltó apretando los puños. – [Luke]D-dudé, fallé, y casi os mata.[/Luke] – parecía estar calmándose.
– [Elizabeth]He hablado con Ivan y no vamos a volver a jugar con fuerzas que no controlamos[/Elizabeth].- estaban tan cerca que me estaba dando vergüenza ajena.
– [Luke]Lo de la ignorancia es una bendición no va conmigo.[/Luke] – se miraron a los ojos. ¿Acaso era la única de esa habitación que sabía lo que sentían el uno por el otro?. – [Luke]Me conoces, Liz. Eres…sois mis amigos, no quiero que os pase nada.[/Luke] – omitió la parte de «quiero tener muchos bebés contigo, Liz».
– [Elizabeth]No nos va a pasar nada, te lo aseguro[/Elizabeth].- miró el reloj que llevaba en la muñeca.- [Elizabeth]Vamos, que he quedado con Robert en un rato[/Elizabeth].
Luke chasqueó la lengua con desagrado.- [Luke]No sé qué ves en ese tipo. Es un creído, un prepotente y un ignorante.[/Luke] – me dieron ganas de aplaudir. Robert sería mi padre, pero también todas esas cosas.
– [Elizabeth]No es así, es…agradable[/Elizabeth].- la última parte la dijo un poco más bajo, como si no estuviera segura. En el fondo, quería estar con Robert porque no se atrevía a admitir que su corazón latía como una patata frita cada vez que estaba en la misma habitación que Luke.
– [Luke]Agradable…ya. Seguro que le gusta mucho la magia.[/Luke] – empezaron a caminar para salir de la librería.
– [Elizabeth]No tiene nada que ver con este mundo[/Elizabeth].- le explicó mientras su «amigo» cerraba la puerta.
– [Luke]¿Eso es lo que hace falta para gustarte?[/Luke] – se guardó la llave en el bolsillo con furia y frunció el ceño para decirlo. Si mi madre no se había dado cuenta de lo que le estaba diciendo, es que era tonta.
– [Elizabeth]¿Y eso a qué viene?[/Elizabeth]- definitivamente, lo era.
– [Luke]No, nada. Tonterías.[/Luke] – forzó una sonrisa. – [Luke]No me hagas caso, he dormido poco.[/Luke]
– [Elizabeth]Creo necesitas una novia[/Elizabeth].- se aferró al brazo de él para caminar. Lo peor es que hacían buena pareja. Me sentía como si Marty McFly hubiera llegado a la conclusión de que cualquiera era mejor para su madre que su propio padre .- [Elizabeth]O…un novio[/Elizabeth].- no sólo lo estaba llevando a la frienzone de la forma cruel posible, sino que encima insinuaba que su sexualidad era otra.
– [Luke]Eh…no, no. Quizá sí que necesite una novia, sí…[/Luke] – mi madre iba mirando al frente, pero él no apartaba la vista de ella. – [Luke]S-si tienes prisa para ir a ver a ese tipo, vuelvo a mi estudio.[/Luke]
– [Elizabeth]En absoluto, durante una hora y media, soy toda tuya[/Elizabeth].- tiró de él para entrar en una cadena de cafeterías que ya no se llamaba así.
– [Luke]Interesante.[/Luke] – bromeó sin dejar de mirarla.
Por suerte, no podía intervenir, porque me apetecía juntar sus cabezas y obligarles a que se besaran.
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.