Moondale

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  • COMO VOLVER A CASA

    Laura – Casa de Los Williams

    Noche

    No me costó mucho convencer a Henry para ir a la fiesta. Nos conocíamos desde hacía tanto tiempo, que con él todo era fácil. Eso sí, cuando le propuse ir a un sitio con un montón de gente desconocida, puso cara de estar a punto de colapsar, pero acabó accediendo. Lo que no esperábamos era ver a dos personas medio desnudas salir volando desde la ventana del segundo piso.

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  • POR MI CULPA

    Amy – Merelia

    Mañana

    Vivir en Merelia, para mí, que siempre he sido una persona de lluvia, frío e invierno, podría haber supuesto una tortura, pero en realidad, fue una liberación. Llevaba un año lamiéndome las heridas en compañía de Xander y en contra de lo que pudiera parecer, había sido una de las mejores temporadas de mi vida.

    No voy a venir ahora a decir que no fue duro acostumbrarme a vivir con mi primo en la casa que mi tía Sasha utilizaba para desfogarse con mis otros dos tíos, pero Xander era una persona muy…agradable. Y no, no es sarcasmo. Alexander era el equivalente humano del cachorrito este que anunciaba papel higiénico hace veinte años.

    Aquel fin de semana, el anterior a la fiesta de cumpleaños de los mellizos Williams, uno de ellos (Owen) y Tina decidieron venir a tostarse al sol de la ciudad que me había visto nacer.- [Xander]¿Dónde pedimos esta noche?[/Xander] – preguntó mi primo, que estaba moreno hasta decir basta y se había puesto un bañador de palmeras que a cualquier otra persona le habría dado un aspecto ridículo.

    – [Amy]Según Owen, es el rey de las barbacoas, así que le toca demostrarlo[/Amy].- espeté con la sombrilla colgada al hombro y un bolso en la otra mano en el que llevaba la toalla y un libro. Aunque era temprano, habíamos decidido pasar la mañana en la playa. Por suerte, la casa que nos había prestado la tía Sasha estaba en primera línea y solo teníamos que salir de la verja del pequeño jardín para estar en ella.

    – [Owen]Estoy de vacaciones, así que yo no cocino. Pero te voy a hacer un tazón de cereales para desayunar riquísimo[/Owen].- propuso el aludido, que vivía rodeado de un aura de buen rollo constante que contrastaba con la nube negra que tenía su hermana siempre encima.

    – [Amy]No, gracias[/Amy].- vale, voy a aclarar aquí que no estaba siendo muy simpática con Owen, pero mi reacción natural era evitar a la gente, porque cuando me encariñaba con alguien, me daba por morder y bastante tenía ya con la carga de lo que le había hecho a Leo.- [Amy]Valoro mi vida[/Amy].

    – [Xander]Voy a encargar unas pizzas, porque no os veo aclarándoos[/Xander].- terció mi primo clavando la sombrilla mientras yo me echaba siete litros de protector solar.

    – [Tina]¿Quién se ofrece voluntario para echarme crema en la espalda?[/Tina] – preguntó Tina con su escueto bikini. Tenía la melena larga, teñida de un bonito tono pelirrojo y un cuerpo proporcionado. Era una chica guapa y además, irradiaba encanto.

    – [Amy]Yo misma[/Amy].- me ofrecí.

    – [Tina]Gracias, cielo, pero creo que puedo sola[/Tina].- fruncí el ceño al escucharla rechazarme, porque eso significaba que estaba intentando volver con Xander o que quería probar suerte con Owen y, sinceramente, no sabía cuál de las dos opciones me daba más repelús.

    – [Owen]¿Quién me la echa a mí? Es que no llego[/Owen].- Owen se quitó la camiseta con parsimonia, como si dentro de su cabeza estuviera sonando ‘You can leave your hat on’ de Joe Cocker.

    – [Xander]Yo voy a darme un chapuzón.[/Xander] – intervino Xander viendo que estos dos cansinos estaban en pleno ritual de apareo.

    – [Amy]Si no llegas, te compras una camiseta anti rayos UVA en InfiniSport, cacho vago[/Amy].- le increpé abriendo mi libro, que esta vez era uno de Camila Lackberg.

    Tina se levantó de su toalla con forma de rosquilla y fue a echarle la crema a Owen.- [Tina]¿Dónde quieres que te la eche?[/Tina]- me tapé la cara con el libro para no verles.

    – [Owen]Por aquí[/Owen].- lo bajé para ver cómo Owen se señalaba los omóplatos.

    – [Tina]Vale[/Tina].- Tina estrujó el botecito de crema y empezó a acariciar la espalda de Owen.

    Puse los ojos en blanco e hice como me sumergía en la lectura de nuevo.

    Un año antes…

    Amy – Moondale

    Tarde

    Era una tarde fresca de finales de octubre. Xander hacía un tiempo que había dejado Merelia y yo estaba atravesando una recaída en mi depresión. Por eso me resultó tan extraño que Owen siguiera insistiendo en quedar conmigo, a pesar de tener la sensación de que no le trataba muy bien.- [Amy]Últimamente me llamas mucho[/Amy].- di un sorbo de mi café con leche sin lactosa y me miré las puntas de las botas que acompañaban a mi vestido largo negro. Para huir del frío, me había puesto una chaqueta Levi’s vintage.

    – [Owen]Es que Xander me ha dejado[/Owen].- bromeó hundiendo la cuchara en la nata de su chocolate. Había poca gente por el parque porque estaba oscureciendo, quizás por eso me sentía más cómoda. Ese día, Owen se había puesto unos vaqueros, una camiseta sencilla y una chaqueta, pero tenía el guapo subido.

    – [Amy]Tendrás que buscarte a otra…o a otro[/Amy].- propuse calentándome as manos con el vaso.- [Amy]O aprender a ser un chico fuerte e independiente[/Amy].- bromeé sin mucho éxito.

    – [Owen]¿Te ofreces tú voluntaria para pasar el rato conmigo?[/Owen]- sonrió.

    – [Amy]Búscate a alguien que no tenga algo roto en la cabeza[/Amy].- me señalé la sien y volví a pensar en todo el mal que le había hecho a Leo. La losa que a veces se instalaba sobre mi pecho parecía más pesada.

    – [Owen]Estas pensando en él ¿verdad?. Lo haces demasiado. No sufras más por él, disfruta de la vida y de esto. Los dulces son felicidad[/Owen].- me tendió su cucharilla llena de nata y negué con la cabeza. No me apetecía compartir fluidos con él, pero agradecía su oferta.

    – [Amy]¿A ti te da todo igual?[/Amy].- no iba de malas, aunque lo parezca.

    – [Owen]Un poco sí, la verdad. Mis padres están separados. Mi hermana antes no me hablaba. A veces, hay ver el lado positivo de las cosas, por pequeñas que sean[/Owen].- yo en su lugar habría estado metida en la cama escuchando canciones depresivas. Supongo que esa era la diferencia entre ser optimista y ser…realista pesimista.

    – [Amy]Supongo[/Amy].- guardé en una bolsa mi vaso isotérmico para lavarlo cuando llegase a casa. Desde la crisis de los plásticos del 2025, estaba prohibido utilizar nada de un solo uso.

    – [Owen]Míralo de esta forma: cuando te transformas en loba eres libre, no tienes que pensar en nada ni nadie. Piensa en eso[/Owen].- me animó guardando su vaso en su bolsa de mensajero, una vez hubo terminado.

    – [Amy]No estoy enamorada de Leo si es lo que estás pensando[/Amy].- le aclaré un poco molesta.- [Amy]Era mi mejor amigo y yo para él una piedra en el camino[/Amy].

    – [Owen]No le molestabas, no eras una piedra en su camino[/Owen].- negó con la cabeza.- [Owen]Avanzó en la vida. Igual que Xander ahora mismo[/Owen].- me miró.- [Owen]Si quieres puedo escribir reseñas negativas de su albúm. O romperle las piernas: ¿le rompo las piernas?[/Owen]- me aguanté la risa al verle sonreír.

    – [Amy]Me agota tu optimismo[/Amy].- chasqueé la lengua.- [Amy]Debería buscar en Endless un mundo de gente emo, como yo[/Amy].

    – [Owen]Yo puedo ser emo[/Owen].- se echó el pelo, perfectamente engominado hasta ese momento, hacia delante.- [Owen]Psss… como quieras[/Owen].- e imitó muy mal a una persona así.

    – [Amy]No podrías[/Amy].- me tuve que reír al ver que seguía caminando como si estuviera muy triste.- [Amy]Acabarás casado con Tina, que es el clon de rebajas de mi hermana. Ya verás[/Amy].

    – [Owen]Uno no sale con la ex de los colegas. Está escrito en el ficticio libro de los colegas[/Owen].- me recordó, volviendo a ser el de siempre y caminamos un rato en silencio.

    – [Amy]Eres mejor de lo que pareces[/Amy].-  admití finalmente.

    – [Owen]Y tú puedes ser más de lo que crees[/Owen].- dijo y no le quité la razón.

    De vuelta al presente…

    Amy – Merelia

    Mañana

    Estaba tan concentrada viendo a Tina untar a Owen, que no era capaz de leer.- [Amy]Pregúntale si quiere que le untes el nabo, que parece que lo está deseando[/Amy].- grité al ver que seguían con el ritual de apareamiento.- [Amy]Mierda para la playa que tengo arena en el culo[/Amy].- me quejé al ver que una ráfaga de aire me metía la arena hasta en el carné de identidad.

    – [Owen]Eso esta a buen recaudo bajo el bañador[/Owen].- Owen me guiñó un ojo y Xander se metió  bajo el agua para aguantarse la risa.

    – [Amy]Demos gracias por ello[/Amy].- farfullé.

    – [Owen]¿Quieres ir al agua? Para sacarte esa arena del culo, digo[/Owen].- me preguntó entrecerrando los ojos, mientras Tina volvía a su toalla.- [Owen]O te traigo un cubito de agua[/Owen].

    Decidí ponerme en pie en vista de que cada vez llegaba más gente a la playa que no respetaba la distancia de seguridad.- [Amy]Está caliente[/Amy].- comenté al tocar el agua con los pies.

    – [Owen]Eso es Xander que ya se ha meado[/Owen].- Owen ya estaba metido hasta la cintura. No estaba tan moreno como mi primo, pero a mi lado, parecía que vivía en la playa.

    – [Amy]O tú después del masaje[/Amy].- enarqué una ceja, pero cuando Alexander me salpicó, di un grito.- [Amy]Te voy a morder y como eres un aesir, te vas a morir[/Amy].- por suerte, en la playa nadie se entera de anda- [Amy]Os voy a condenar a los dos[/Amy].- me metí a toda prisa en el agua y fui tras ellos.

    El primero que alcancé fue a Owen, me agarré a su espalda, como si fuera a montar a caballo y vale, disfruté del tacto y de su olor, pero noté algo extraño: de pronto, dejé de estar en el presente y vi un montón de imágenes a toda velocidad que se detenían en un momento concreto. Uno de la vida de Owen.

    En cuanto tomé control de mi cuerpo de nuevo, me separé de él y eché a correr en dirección a la casa.

    Abrí la puerta del jardín con manos temblorosas, después la de la casa y me tumbé en el sofá con el bañador mojado. Seguro que la tía Sasha me hacía comprarle otro, pero me daba igual.- [Tina]Amy, ¿te ha pasado algo? ¿Te ha dado un corte de digestión?[/Tina]- me preguntó Tina, que tenía cara de susto.

    Negué con la cabeza y me pasé la cara por las manos.- [Tina]¿Te ha bajado la regla?[/Tina]- se sentó a mi lado pasándome una mano por la espalda.- [Tina]Estás helada[/Tina].

    Xander entró a toda la velocidad. – [Xander]No pasa nada, solo necesita…descansar.[/Xander]

    – [Amy]Me ha bajado un poco la tensión[/Amy].- mentí y vi que Owen volvía de la cocina con un refresco de Cola que no cogí. No quería volver a tocarle.

    – [Tina]Normal, cari. Si es que estás como un espagueti[/Tina].- Tina me echó una toalla por encima y Owen, al ver que no cogía el refresco, me lo dejó al lado.

    – [Amy]Id para la playa[/Amy].- me puse en pie envuelta en la toalla.- [Amy]Gracias[/Amy].- cogí la lata y fui en dirección a mi habitación.

    – [Tina]Yo creo que se ha puesto cachonda al tocarte y no lo quiere admitir[/Tina].- bromeó Tina intentando restarle importancia, pero me sentó mal.

    – [Owen]No desprendo tanta sensualidad[/Owen].- mientras ellos cerraban la puerta de casa para volver a la playa (más valía que no nos hubieran robado nada), Alexander vino detrás de mí.

    – [Xander]¿Estás bien Ams?[/Xander] – preguntó mi primo entrando en la habitación, que todavía estaba decorada como si fuera a dormir mi prima Elle con quince años.

    – [Amy]No[/Amy].- admití dándole un sorbo al refresco.

    – [Xander]¿Quieres hablar de lo que has visto?[/Xander] – se acercó a mí y nos sentamos en el suelo, apoyando la espalda contra la cama.

    – [Amy]No puede venir más[/Amy].- sentencié.

    – [Xander]No sé qué has visto, pero estoy seguro de que esa no es la mejor elección[/Xander].- le tendí el refresco y dio un trago.

    – [Amy]No me cae bien[/Amy].- mentí.

    – [Xander]Los dos sabemos que no es verdad.[/Xander] – me recordó. – [Xander]Estás en tu casa Amy, no va a venir nadie que no quieras, pero hicimos un trato. Nos ayudamos cuando lo necesitamos.[/Xander]

    – [Amy]No puedo estar cerca de él[/Amy].- me tapé con la toalla intentando hacer un fuerte que nadie pudiera atravesar.

    – [Xander]Sea lo que sea lo que hayas visto, podemos arreglarlo. No siempre se cumplen las visiones.[/Xander] – me destapó.

    – [Amy]No soporto este poder[/Amy].-  el poder había aparecido con la marcha de Leo. Eran unas visiones como las de mi madre, pero por lo que sabía, las desencadenaba el contacto.

    Empecé a llorar sin poder controlarlo. Xander, viéndome así, dejó la lata en el suelo y me abrazó.- [Amy]No dejes que venga más[/Amy].- le pedí entre lágrimas.

    – [Xander]Si de verdad es lo que quieres, no vendrá. Pero si no, te prometo que evitaré con toda mi alma ese futuro.[/Xander] – me acarició el pelo con cariño.

    – [Amy]No vas a poder evitarlo[/Amy].- y me separé para limpiarme las lágrimas.

    – [Xander]Los Moondies lo hicieron muchas veces. No vamos a ser menos.[/Xander]- asentí sin estar muy convencida, pero no me atreví a decirle lo que había visto.

    Aún no estaba preparada para asumir que Owen Williams iba a ser el amor de mi vida y que moriría por mi culpa.

    Nothing compares, no worries or cares
    Regrets and mistakes they’re memories made
    Who would have known how bittersweet this would taste?

    Adele – Someone like you.

  • PARTY WILLIAMS

    Owen Williams – Casa de los Williams

    Noche

    Seguro que os estáis preguntando, ¿un momento, esto es otra entrada con viajes al pasado?. Nada más lejos de la realidad. Lo mismo en el futuro vuelve a contar batallitas del pasado, pero por ahora estamos en el tiempo presente.

    Tras una tarde agotadora limpiando la piscina entre el trío Williams, decidimos hacer una fiesta para celebrar nuestro cumpleaños, el de Jane y el mío, que no somos trillizos, pobre mi madre si hubiésemos sido tres.

    Estábamos todos, o casi todos. Amy no era muy dada a fiestas y Xander no iba a venir por razones obvias, lo cual me parece una gilipollez, todo el mundo sabe que van a acabar juntos, y no, no estoy narrando esto desde el futuro ni soy nostradamus, simplemente es un hecho.

    Hubiese molado que viniera Leo, un famoso en nuestra fiesta de cumpleaños. Pero llevaba meses desaparecido, no se sabía nada de su grupo. Cole era otro que llevaba tiempo en paradero desconocido, lo último que sabíamos por Dante es que estaba en Japón. Cualquier día se presentaba con la cabeza rapada y unos hábitos de monje budista.

    Y Tina llevaba como media hora en el baño, seguramente esperando a que llegara Kaylee para no estar sola y encontrarse con Jane. Hubiese ido a ver como estaba, pero era el encargado de la barbacoa con mi flamante delantal de tío en bolas. Evidentemente las partes bajas estaban pixeladas como en los sims para no herir la sensibilidad de los menores.

    – [Owen]¿Quien quiere probar mi salchicha?[/Owen] Pregunte a voces llamando la atención de todos mientras movía una salchicha en el aire con las pinzas. Si os habías pensado otra cosa tenéis la mente muy sucia. – [Owen]También tengo pinchitos, bacón, un pescado muy raro…[/Owen]

    – [Dante]A mi dame uno de cada, menos de tu salchicha.[/Dante] – Me dolió que Dante no quisiera probar mi salchicha, pero se lo perdonaba por el pedazo de casco que me había regalado con llamas por lo lados.

    – [Jane]Owen, no seas ordinario.[/Jane]- Perfeccionista mi otra mitad se preparo una hamburguesa que poco tenía que envidiar a las de Hannibal´s. Mientras todos íbamos en bañador o en short las chicas, Jane recatada como ella solo llevaba un vestido de playa y a pesar de ser ya tarde un pequeño sombrero a juego.

    – [Idris]A mí ponme una salchicha y dos albóndigas.[/Idris] – Idris me puso el plato delante para que le sirviera entre risas. Llevaba un bañador con estampados de cocos y una camisa hawaiana medio desabrochada.

    – [Owen]No tengo albóndigas. Te puedo freír dos huevos en la sartén.-[/Owen] La salchicha bailoteo en su plato sola sin ningún acompañamiento.

    – [Idris]Con Coquito en bikini me los puedes freír encima.[/Idris] – Busque a Ellie e iba con la parte de abajo del bañador y una camisa amarrada a la cintura. Me recordó a las pintas de Amy en la playa de Merelia, solo le faltaba el sombrero playero.

    – [Lexie]¡Se lo voy a decir a tu madre![/Lexie]- Allie, la cual conocía solo un poco de vista de juntarse con Noah amenazo a Idris mientras llenaba su plato de comida para ella y Noah.

    – [Owen]El del fuego aquí soy yo. A ti los huevos se te quedan fríos.-[/Owen] Le chasquee los dedo en modo gueto como solía hacer él y salieron un poco de chispas de entre los dedos.

    – [Idris]¿Quieres que te haga cubitos la barbacoa?[/Idris] – Pregunto entre risas mientras posaba un dedo en la barbacoa dejando una fina capa de nieve.

    – [Owen]No, pero ve enfriando las bebidas que se ponen calentorras.-[/Owen] Las neveras donde estaban las bebidas era ya todo agua. Idris habitual en él se vino arriba e hizo una pista de hielo.

    -[Jane] Voy a ir arrancando el coche para cuando os abráis la cabeza.[/Jane]- Jane siempre pensaba en la seguridad, pero en el fondo estoy seguro de que le hubiese encantado patinar un poco en esa pista improvisada. De pequeños habíamos visto unas 100 veces Frozen. Ella era Elsa y un servidor Anna.

    – [Idris]Aguafiestas.[/Idris] – Idris derritió la pista interrumpiendo así a Elliot y Vera que eran los únicos que estaban patinando.

    – [Elle]Que alguien le quite a Jane el control de la música, por favor.[/Elle]- Pidió Ellie sonriendo mientras mordía la pajita de su refresco.

    – [Jane]¿Por qué, no os gusta Raphael?[/Jane]- Mi hermana se hizo la ofendida y cambio de canción a un grupo con nombre de condimento.

    – [Dante]DJ Villiers entra en la sala.[/Dante] – Dante se levanto de su zona en la que se encontraba apartado con una sonrisilla que le duro poco en cuanto vio la mirada fulminante que le echo Jane. Dante cambio de dirección y se marcho al centro de la pista de baile.

    – [Idris]¿No bailas?[/Idris] Le pregunto a Allie la cual estaba con los brazos cruzados mientras casi todos bailábamos.

    – [Lexie]¿Esto se baila?[/Lexie]- En realidad la muchacha tenía razón. Idris se encogió de hombros y siguió bailando con sus particulares pasos. El de repartir cartas, el de del salero…

    – [Owen]Noah, baila con la muchacha o lo hago yo.-[/Owen] Le advertí quitándome el delantal dejando al descubierto mi cuerpazo esculpido por Dioses griegos. Me pareció ver a Noah vibrar a toda velocidad calculando posibilidades y se arrimo a Allie para bailar con cierto aire de preocupación.

    – [Idris]¿Bailas conmigo entonces?[/Idris] – Idris me ofreció la mano y yo acepte encantado.

    – [Owen]Pensaba que nunca me lo ibas a pedir.-[/Owen] A pesar de no ser un baile lento nos arrimamos y nos pusimos a bailar despacio. A nuestro alrededor se escuchaba alguna risilla.

    – [Mike]Vaya, ¿entonces Ellie está libre?[/Mike] – Mike, el medico, o futuro medico, no estaba claro aun, apareció por la corredera del salón cual caballero andante.

    – [Elle]Te estaba esperando.[/Elle]- Elle se lanzo encima de él y se quedo colgando de su cuello. Buen trapecio tenía Mike.

    – [Mike]¿Me echabais de menos?[/Mike] – Me pareció ver a Dante mover las alas contento. Mike tenía cierto porte de realeza. Lo mismo acababa gobernando algún país.

    – [Tina]Vale, acaba de pasar una cosa super fuerte.[/Tina]- Tina apareció convirtiéndose en el centro de atención de todos.

    – [Owen]¿Que se ha roto?.-[/Owen] Le pregunte. A lo que ella me agarro por un brazo y tiro de mí hasta la puerta de la cocina. Escuche un gemido y me dio un escalofrió. Empecé a echar cuentas de quién faltaba en la fiesta. Quien se podría haber escaqueado. Me puse a enumerar con los dedos, lo mismo era Owen. Que digo, Owen soy yo. Abrí poco a poco la puerta entrecerrando los ojos. Lo que encontré en frente mía no se lo recomiendo a nadie. Mi padre, encima de mi madre, ambos encima de la mesa de la cocina. Dándole, dándole muy fuerte al tema.

    – [Tina]Qué flexibilidad.[/Tina]- Escuche decir a Tina detrás de mí. Se había puesto de puntillas y había apoyado su cabeza en mi hombro. Me puse delante de ella y le hice girarse para que volviera con los demás. Cuando me volví habían parado, mi madre estaba tapada con un mantel de la cocina y mi padre se estaba tapando sus partes con una olla. Ambos respiraban agitados.

    – [Owen]En la mesa que comemos todos, so marranos.-[/Owen] Enrolle una revista y le di golpes a la puerta para que se pusieran las pilas. Poco más y le prendo fuego a la cocina para eliminarlo todo – [Owen]Anda largo de aquí antes de que os vea Jane.[/Owen]

    Le arree con la revista a mi padre en el culo y los dos salieron como un cohete hacia el dormitorio. Supongo que volvía a ser de ambos.

    – [Jane]¿Dónde están? Que los mato.-[/Jane] Jane apareció ante mí con las mejillas encendidas. Sorprendentemente Tina había tardado segundos en cascarlo todo en la fiesta. Si yo podía manipular el fuego Jane ahora mismo podía incendiar a alguien con la mirada.

    – [Owen]Están arriba. Pero tal vez no sea el mejor momento para ir.-[/Owen] Le sugerí cogiéndola por un brazo, mientras le hacia un gesto a Elliot para que no entrará nadie dentro de la casa.

    – [Jane]¿Que no? Madre mía, te digo yo a ti que sí.[/Jane]- Note como el brazo se le hinchaba y echo a andar hacia las escaleras arrastrándome detrás de ella. Subía las escaleras de dos en dos y cuando llego a la parte de arriba iba dando tumbos de un lado a otro mientras yo me comía las paredes a su espalda.

    Entro en la habitación como un huracán. Los cuadros que estaban colgados en la pared temblaron. Corrimos hacia la ventana y vimos a mi padre volar por los aires en bolas con mi madre en brazos aun tapada con el mantel.

    – [Jane]Seguid volando, que como os pille en tierra, se os van a quitar las ganas de trincar.[/Jane]- Jane alzo el puño al cielo agitándolo.- [Jane]¡Guarros![/Jane]

    Escuche algo de cristal hacerse añicos. Desde la entrada de la casa comenzó a llegar un olor fuerte a colonia. Cuando miramos hacia abajo en la entrada de la casa con cara de pavor y vestidos como si fueran a la gala de los Oscars, estaba Laura, una amiga de Jane de la universidad con la que había congeniado y su más uno. El olor venía de una caja de regalos que estaba tirado en el suelo. Mi padre había causado tal impresión que se les había caído el regalo.

    [Owen]Bienvenidos.-[/Owen] Les grite desde la ventana. – [Owen] Pasad, la puerta está abierta. La fiesta es en el jardín.[/Owen]

  • CONSEJOS VENDO Y PARA MÍ NO TENGO

    Lexie – Casa de los Williams

    Tarde – Noche

    Lo peor de tener una discapacidad, sin entrar en lo obvio, que es tenerla, porque, joder, a nadie le gusta estar como una tapia o no poder andar, es que te miren con pena. La pena está sobrevalorada, porque en realidad, es una sensación fea. Siento ser yo la que os lo diga, pero sentir pena nunca ha ayudado a nadie. «Qué pena, con lo guapa que es y tiene que llevar un audífono». Uno: mi belleza es más que obvia e independiente del audífono. Dos: si no lo llevara no te escucharía decir gilipolleces y mira, casi que mejor.

    Nací con una discapacidad auditiva unilateral que me ha costado asumir, pero una vez que lo he hecho, ser sorda (o casi sorda) no me define. Por suerte, hoy en día esto tiene remedio. Así que cuando Noah me invitó a la fiesta de sus amigos, que también eran los de la encantadora-hasta-el-extremo Elle, dije que sí como Allie y no como Lexie. Sí, todavía estábamos así.

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  • APRENDIENDO

    Henry L. Crowe – Infinity

    Tarde

    Cuando me mandaron infiltrarme en Infinity no pensé que llegaría a pasar tanto tiempo trabajando para ellos. Pensaba que sería entrar, echar un vistazo a lo que tenían y salir. Sin embargo llevada dos años de guardián de dos capsulas para impedir que nadie se acercara a ellas.

    En ese tiempo que llevaba allí había trabajado en clasificar objetos e intentar descubrir sus utilidades. Pero sobre todo gran parte del tiempo lo invertí en piratear los sistemas de vigilancia del interior del almacén. Mi mayor preocupación era Andrej, pero pasaba más tiempo dentro de Endless que en el mundo real.

    Con las cámaras de vigilancia mostrándome clasificar objetos que llevaban meses catalogados me centre en SHE, así habían decidido llamarla en la isla por el momento. Al parecer compartía secuencia genética con dos cazadoras y la convertía en una amenaza si llegaba a cumplirse el plan original que tenían predestinado para ella.

    Así que cree un dispositivo, un holograma que proyectara sobretodo su conciencia. La primera vez que la desperté pude comprobar que no había amenaza alguna. Era un lienzo en blanco listo para ser pintado.

    – [SHE]Hola, Creador.-[/SHE] Se había convertido en una especie de seña de identidad saludarme así.  Algo extraño si tenemos en cuenta que solo me había encargado de despertarla.

    – [Henry]Henry. Con Henry está bien.-[/Henry] Aun no había conseguido configurar el holograma para que apareciera bien por completo, su rostro era lo único que tenía nitidez. Aunque casi mejor así, lo mejor era no trastear más y dejar que su cuerpo siguiera pareciendo el de un canal codificado.

    – [SHE]Hola, Henry con Henry está bien.-[/SHE] Parece que hoy tocaba así. Había llegado a ser Creador Henry, Henry Solo, Henry está bien, Henry a secas…

    – [Henry]Es un comienzo…-[/Henry] Llevaba 53 días despierta. Era como una esponja para retener información. Había aprendido a hablar y leer en cuestión de horas. Pero le faltaba por pulir las actitudes sociales. – [Henry]Tengo buenas noticias. Dentro de poco podrás salir de aquí.[/Henry]

    – [SHE]¿Contigo, Henry con Henry está bien?-[/SHE] Pregunto mirándome fijamente. Era un holograma y no necesitaba pestañear, pero resultaba raro que se quedara mirándote tan fijamente. Supongo que también tendré que enseñarle funciones básicas como pestañear.

    – [Henry]Si. Bueno y con más gente que viene para ayudaros.-[/Henry] Le señale la otra capsula. La verdad es que no sabía qué pasaría con SHE una vez que saliera de allí. El apartamento que tenía era minúsculo. Supongo que se quedaría con Sarah y Sasha, después de todo eran sus madres.

    SHE se quedo mirando la otra capsula. No sabía nada de la persona de su interior más allá de su nombre y eso lo acababa de descubir.- [SHE]Le queda poco tiempo.[/SHE]

    – [Henry]¿Que quieres decir?.-[/Henry] Le pregunte alterado mirando las constante vitales y todo parecía estar en orden.

    Se rebobino como un viejo videocasete y repitió lo mismo. – [SHE]Le queda poco tiempo.[/SHE]

    – [Henry]Si, le queda poco tiempo encerrado, igual que a ti.-[/Henry] Su sonrisa fue un poco forzada, era otro de los gestos que debíamos corregir.

    – [SHE]Iré de caza por las noches y protegeré Ripper de las amenazas sobrenaturales. También te protegeré a ti, Creador Henry con Henry está bien.-[/SHE] Añadió orgullosa. Había intentado eliminar esas directrices. Pero estaba resultando más complicado de lo que pensaba. Si bien sus funciones eran básicas, el motivo por el que fue creada en un principio seguía en su código.

    – [Henry]Ripper ya tiene varios defensores. Por el momento centrémonos en seguir aprendiendo algo nuevo ¿vale?.-[/Henry]. Le propuse mostrandole la tablet. Era nuestra pizarra magica de aprendizaje.

    – [SHE]Si me conectas a la red, podría adquirir el conocimiento en segundos y después, salvar a Ripper de las amenazas de los sobrenaturales.-[/SHE] Me propuso. No me gustaba nada esa idea. Si hiciera eso podría llegar a la conclusión de que la raza humana es un problema y exterminarla en lugar de protegerla como piensa.

    – [Henry]Si te conectara directamente a la red tu cerebro podría sobrecargarse. O pudrirse de tanta información innecesaria.-[/Henry] Esa era otra posibilidad, que su cerebro no pudiera procesar tanta información y acabara en estado vegetal.

    – [SHE]Puedes programarme para que deseche la información inútil.-[/SHE] Insistió. Para tener unas motrices básicas había descubierto rápido lo que era la persistencia.

    – [Henry]No. eso es hacer trampas y podría trastocar tu personalidad. Tienes que aprender y ser tu misma.-[/Henry] Si acababa haciendo lo que ella quería, adsorber toda la información acabaría siendo un ser frio sin corazón, sería más maquina de lo que por sí ya piensa que es.

    – [SHE]Pasando a modo ahorro de batería.-[/SHE] Dijo con una voz monótona mientas cerraba los ojos y se quedaba quieta.

    – [Henry]Eres un holograma, no funcionas con batería.-[/Henry] Le recordé pero permaneció con los ojos cerrados. – [Henry] Esta bien. Supongo que veré el recopilatorio de perros y gatos siendo estúpidamente monos solo.-[/Henry] Una de las mayores cosas con la que disfrutaba ahora mismo era ver a animales haciendo cosas graciosas o comportándose como humanos.

    Abrió un ojo y pregunto intrigada. [SHE]- ¿Cómo de monos?[/SHE]

    – [Henry]Bueno, parecen pequeños muñecos de peluche.-[/Henry] Añadí mostrándole la tablet.

    – [SHE]Ohhh…-[/SHE] Parecía encantada. Sus ojos se relajaron, no daban una sensación tan artificial. Cuando uno de los gatos tiro un vaso de chupito sonrió de verdad y no de manera forzada, realmente le hacía gracia lo que estaba viendo y no era su configuración básica. Estas eran las cosas que intentaba enseñarle, que a pesar de haber sido creada artificialmente en el fondo seguía siendo humana.

     

  • LAS COSAS CLARAS

    DANTE VILLIERS

    NOCHE – CASA DE LOS WILLIAMS

    Mi estómago sonó de impaciencia por esas hamburguesas que Owen estaba tardando en sacar. Por suerte, me planté a su lado y con diez minutos de presencia intimidante conseguí que me sacara un filete poco hecho que comí sentado en una de las mesas, disfrutando de la música y de ver cómo se divertía todo el mundo.

    Os diré una cosa, los Williams daban las mejores fiestas. Había una piscina a rebosar para quitarse el bochorno de todo el día, no faltaba bebida ni comida y además, podía ir con las alas al descubierto porque prácticamente todo el mundo era conocido o sabría guardar un secreto. La mayoría de los hijos estaban por allí, a Cole le habría gustado volver a verles pero en ese momento estaba demasiado ocupado siendo un otaku después de dar por fin por imposible a Logan.

    La única que no conocía nuestro secreto era Tina, pero la pobre pensaba que yo era una especie de extensión del «marketing» de mi madre, el «Ángel de Moondale». Sorprendía darse cuenta de cuanta gente se creía de verdad que caminaba con unas alas de pega todo el día, incluso después del discurso y la guerra. Al menos el apodo le pegaba y a veces me gustaba pensar que seguía siendo el «Ángel de Moondale» vigilándonos desde allí arriba, porque si alguien podía ir al cielo de mi familia, era mi madre.

    Me limpié con una servilleta cuando terminé el filete y me rellené la bebida antes de ir al montón de paquetes y coger mi regalo para Jane. A Owen se lo había dado un rato antes, un casco nuevo para la moto, y conociendo a su hermana, no quería que pensara que hacía muchas diferencias.

    En ese momento estaba mirando su móvil, un poco ajado ya por el tiempo. Alzó la mirada al ver que me acercaba. Quizá fuera solo cosa mía pero no parecía estar muy cómoda por el acercamiento, muchas veces provocaba ese efecto en la gente, restos de una fama de «malote«.

    Le tendí el regalo y esbocé una sonrisa mientras la miraba. Ella apartó la mirada de mis ojos y la desvió al regalo. – [Jane]No hacía falta que te molestaras.[/Jane]- respondió con sinceridad, abriéndolo.

    – [Dante]No iba a venir con las manos vacías.[/Dante] – respondí, restándole importancia. Hacía unos años que había cumplido el trato que le hice a Sarah y tal como dije, cuando terminé el instituto me puse en marcha con el taller. Al principio fue un poco más atropellado y sobreviví gracias a que ellos me ayudaron, pero ahora la cosa iba viento en popa y me había convertido en algo así como el referente de los coches antigüos. Eso me había permitido mudarme al apartamento que había sobre el taller sin depender de ir continuamente a casa de los Echolls a por restos, al menos en la teoría, me gustaba demasiado cómo cocinaban como para perdérmelo. – [Dante]Además, tuve ayuda.[/Dante] – confesé. Estuve a punto de decirle quién me había ayudado, pero me contuve. Conociéndome, no me pasaría dos veces.

    – [Jane]Es una edición preciosa.[/Jane]- respondió mirando con ilusión un VHS de los Gremlins que había encontrado en un mercado friki de Merelia.- [Jane]Y muy rara.[/Jane] – añadió, agradecida. Había arrastrado a Xander a ver si me ayudaba a elegirle el regalo y el tío aún la conocía como si nunca se hubieran peleado. La idea era que se lanzara un poco y fuera a verla, pero Xander se rallaba demasiado. Tiene gracia que al final lo convenciera Amy de dar un paso adelante, aunque no me extrañaba, Amy tenía carisma, habría hecho un acercamiento hacía mucho si no fuera porque éramos como nitrógeno y gasolina, que no estaba seguro de que fueran a explotar a nivel químico pero tampoco me atrevía a mezclarlos. Además, conocía a alguien que tenía unas ganas locas de gasolina y en ese momento estaba sacando unas hamburguesas de la barbacoa.

    – [Dante]Me alegro.[/Dante] – respondí con una ligera sonrisa. Contraje un poco las alas para que no tropezase Owen, que fue a colocar una bandeja de hamburguesas que olían de maravilla.

    Su hermana sonrió con timidez, sin saber qué decir.- [Jane]Te daría dos besos, pero no te quiero matar.[/Jane] – comentó. Todavía veía a esa niña a la que sus padres no dejaban acercarse mucho al resto. Solo dejaban acercarse sin vigilancia a Xander y ahora sabía el motivo, pero me parecía que ella no, igual que él no lo había descubierto hasta hacía poco.

    Solté una risa. – [Dante]No me van las emociones tan fuertes.[/Dante] – repliqué, dando un trago largo a la bebida. Me quedé allí, en silencio, intentando tener una conversación. Era y probablemente siempre seré un solitario por naturaleza, así que cuando trataba de forzar una socialización solía quedarme un poco rara. Me había acostumbrado a ello y le restaba importancia, no me molestaban los silencios.

    – [Jane]¿Cómo te va con mi hermano?[/Jane] – preguntó ella. Estaba dando otro trago y casi escupí la bebida.

    La miré a los ojos, no sabía si estaba de broma o me estaba reprochando haberme liado brevemente con Owen, sabía lo protectora que podía llegar a ser y después de su pelea, mucho más. – [Dante]No te tomes muy en serio una noche loca.[/Dante] – le expliqué. Tampoco habíamos llegado a nada más que a besarnos, los dos estuvimos de acuerdo en que éramos demasiado buenos amigos como para empezar a confundir las cosas. El problema era sobre todo mío, la bebida me ponía demasiado cariñoso. – [Dante]A veces hay que vivir el momento.[/Dante] – repliqué. Si, ya sé que me vais a psicoanalizar con cháchara de esa de que en realidad estaba hablando por mí mismo, porque la muerte de mi madre me había dejado tocado y me negaba a fingir o a contenerme porque nunca se sabía cuando ibas a morir o perder a alguien importantes. Pues enhorabuena, así era.

    Algo en mi respuesta puso incómoda a JJ. Quizá influyó que no apartase la mirada ni me avergonzara de haber besado a Owen. – [Jane]Vaya, no sabía… yo, vamos… eh…[/Jane] – balbuceó.

    – [Dante]No te agobies JJ.[/Dante] – dije con un gesto de la mano. – [Dante]Somos amigos, nos liamos, seguimos siendo amigos y no se repetirá. Fin.[/Dante]  – resumí, para que no se preocupase. Owen iba de ligón pero estaba deseando sentar la cabeza con alguien, solo que tenía miedo a hacerlo porque a sus padres les había ido como el culo. Y yo, aunque la gente no lo creyera, era un buen amigo y no quería hacer daño a Owen, así que solo amigos, fin. Nadie se muere por ser solo amigo de alguien que le parece atractivo y nuestra amistad valía más que eso.

    – [Jane]Os admiro.[/Jane]- admitió dando un trago de su bebida, probablemente té helado.

    – [Dante]Creo que a Xander también le gustaría haber sido un poco así.[/Dante] – la miré desde detrás de mi vaso mientras bebía. Ya os lo dije, no solía contenerme dos veces.

    Ella se atragantó y tosió. – [Jane]Perdón.[/Jane] – se disculpó. JJ, siempre correcta, muy distinta en algunas cosas de su hermano y muy parecida en darle vueltas a las cosas a Xander. Parecían los amantes de Teruel.

    – [Dante]Normalmente si te lo piensas mucho acabas sin hacer nada.[/Dante] – añadí, a sabiendas de que ella había disimulado para dejar pasar mi comentario. Eso normalmente funcionaba, pero mis habilidades sociales nunca habían estado muy pulidas y ya sabéis mi máxima, no hay que perder el tiempo. Mañana cualquiera de nosotros podría estar muerto.

    – [Jane]Alexander y yo no podríamos estar juntos.[/Jane]- respondió ella, asegurándose de que nadie la escuchaba. Me pregunté cómo sería de duro estar todo el día preocupada, yo no sería capaz. Prefería que pensasen que no valía para nada. – [Jane]Ni aunque pudiera tocar a alguien, que no es el caso.[/Jane] – dio un trago y os aseguro que estuve a un suspiro de decirle que a Xander sí le podría tocar, pero sabía que él no quería que lo supiera para que no se viese atraída hacia él por eso.- [Jane]Nos dejamos de hablar hace mucho.[/Jane] – puntualizó.

    – [Dante]También con tu hermano.[/Dante] – repliqué. De pequeño siempre decían que tenía una contestación para todo y de mayor no era muy diferente.

    – [Jane]Mi hermano es de mi famila.[/Jane]- puntualizó ella. Ahí tengo que reconocer que quizá me puse más tenso de lo que debería.

    – [Dante]¿Y esa palabra se supone que tiene que cambiar algo?[/Dante] – pregunté. Seguramente soné molesto, porque me molestaba muchas veces como se usaba la palabra familia. La gente solía utilizarla a la ligera, para añadir obligaciones a otros y quitárselas ellos mismos. Si tenía que definir la familia para mí, sería algo parecido a los Moondies. Los Echolls eran mi familia, Cole era mi familia y mi madre era mi familia. Mi padre, no.

    – [Jane]¿Te ha dicho Alexander que me digas eso?[/Jane]- preguntó con las cejas enarcadas, estaba visiblemente molesta, así que contuve mi mala leche, era su cumpleaños y no tenía por qué aguarle la fiesta.

    – [Dante]Hace un par de días que no veo a Xander y creo que nunca hemos hablado de lo vuestro.[/Dante] – le aseguré. Las conversaciones trascendentales las tenía con Ellie, porque mi respuesta para todo ya la sabía la mayoría de la gente.

    – [Jane]No hay nada nuestro.[/Jane]- sentenció. Frente a la seguridad que intentaba aparentar, solo veía grietas. No sabía cómo Xander que era el que sabía leer a la gente no conseguía verlas. Probablemente tuviera demasiado miedo al fracaso. El miedo es un lastre, por eso yo no temía a nada.

    – [Dante]Ya.[/Dante] – repliqué, incrédulo.

    – [Jane]¿Qué mierda piensas que puede haber entre nosotros cuando él estaba follando con Tina y ahora está en Merelia viviendo la vida padre?[/Jane] – estaba dando en una herida y cuanto más removía el dedo más se cabreaba JJ. Por un momento pensé que iba a ponérsele el pelo rubio y los ojos azules.

    – [Dante]A ver Jane, la vida padre difícil, teniendo en cuenta que se largó a Merelia porque no podía seguir viéndote en la Universidad a diario.[/Dante] – ya está, ya lo había dicho, por si quedaba alguna duda. No entendía por qué todo el mundo temía decirle la verdad a JJ, vale que tenía mala leche y enfados épicos, pero si la evitaban en lugar de decirle las cosas, jamás podría librarse de esos enfados. En el fondo tenían tanta culpa los demás como ella por el tiempo que habían estado sin hablarse. – [Dante]Básicamente lo mismo por lo que dejó a Tina.[/Dante] – añadí. Yo era un tipo formal y un buen amigo, así que me había mantenido alejado de Tina pero no por falta de ganas. Ya tenía que estar enamorado de Jane para no haber llegado a estrenar el miniXander con Tina después de dos años siendo novios. Mi hermano adoptivo era un poco desastre.

    – [Jane]No tienes derecho a venir a decirme esto.[/Jane]- espetó Jane, un poco más alto que antes. Tenía los ojos anegados en lágrimas y vi que su hermano miraba hacia nosotros.

    – [Dante]Te digo la verdad, no pensé que te haría sentir mal. Lo siento.[/Dante] -me disculpé con sinceridad. Pero llegaba ya un poco tarde.

    – [Jane]Esto no es una serie, Dante. No tienes derecho a hablar de mi vida ni de la de Alexander.[/Jane]- me dirigió una mirada seria que me habría frito en el sitio.- [Jane]Bebes como un cosaco porque eres incapaz de aceptar que tu madre esté muerta y el cerdo de tu padre siga vivo.[/Jane]- hizo una pausa, o no, no estoy seguro porque durante unos segundos desconecté. No era mentira del todo, pero me molestaba pensar que la gente se diera cuenta. – [Jane]Te enrollas con mi hermano cuando te sale de los cojones como si fuera de usar y tirar.[/Jane]- añadió. Aguanté su desahogo, porque a fin de cuentas yo lo había provocado diciéndole lo que pensaba, tampoco podía ahora quejarme, aunque lo de Owen no fuera así.- [Jane]No eres un ejemplo de nada. Te estás convirtiendo en tu padre, así que despierta antes de que sea demasiado tarde.[/Jane] – finalizó. Dejé pasar unos segundos, saborear lo que acababa de decirme.

    – [Dante]Touché.[/Dante] – dije finalmente. – [Dante]Lo de mi padre es un golpe bajo.[/Dante] – puntualicé. Decir que me estaba convirtiendo en mi padre probablemente fuera el mayor insulto que pudiera decirme nadie. Sí, bebía, tampoco me afectaba una barbaridad por ser aesir y no acababa tirado por las calles. ¿A veces había bebido porque echaba de menos a mi madre y no me apetecía que nadie me compadeciese? Sí. Pero no era como él, yo nunca habría abandonado a mis hijos. Para él quizá fuera más importante coger esa puta espada y ensartar al asesino de mi madre, pero eso no la iba a traer de vuelta.

    – [Jane]Y ahora me escuchas.[/Jane]- levantó el dedo, impidiendo que le respondiera.- [Jane]Yo jodí mi amistad con Alexander.[/Jane] – añadió. Eso rebajó sustancialmente la mala leche que me dio que me hiciera callar, así que me calmé.

    – [Dante]Si quieres me opinión, tampoco él ha estado muy fino.[/Dante] – comenté, haciendo como si todo lo que acababa de decirme hubiera quedado barrido debajo de la alfombra. Yo no quería la pena de nadie. No, no terminaba de superar que la persona que más me quería estuviera bajo tierra, nunca lo haría. Solo hablé de ello con Daniel y él me lo dejó claro, ser huérfano no tiene vuelta atrás, no hay un viaje de crecimiento en el que de pronto, ya es como si tus padres nunca hubieran muerto y lo superas. No, siempre duele, siempre está ahí, acompañándote toda la puta vida.

    – [Jane]Era mi mejor amigo y se puso del lado de mi hermano cuando yo le necesitaba.[/Jane]- respondió en voz más baja, con lágrimas en los ojos. Le pasé una mano por la espalda y caminamos hacia un lugar un poco más apartado. Sentía la mirada de Owen en mi espalda, si había hecho llorar a su hermana caería toda su ira sobre mí fuera quien fuese.

    – [Dante]No es una excusa pero vamos, la mayoría de los adolescentes son un poco intensos y Xander como ha salido legal legal legal bueno, se vino un poco arriba.[/Dante] – Xander y Jane eran un cúmulo de malentendidos elevado a la séptima potencia.

    – [Jane]Ya.[/Jane]- suspiró y se limpió las lágrimas. Si todavía lloraba por él, no entendía cómo Xander no había conseguido acercarse a ella.

    – [Dante]Está claro que no soy el ideal para dar consejos, pero como son gratis y la bebida también: Igual no es demasiado tarde.[/Dante] – comenté. Ella se quedó mirándome unos segundos.

    – [Jane]Deja la bebida, Dante.[/Jane]- me pidió. Lo consideré unos instantes, antes podía ser por la mala leche, ahora lo decía preocupada. Quizá empezase a beber un poco menos si así era como me veía la gente.- [Jane]Y sobre lo otro: si tanto me quisiera, habría venido a la fiesta.[/Jane] – añadió, tan cabezota como de costumbre. Solo se justificaba, igual que Xander, así que decidí soltar la bomba.

    – [Dante]Ya. Por cierto alguien ha dejado un regalo misterioso.[/Dante] – comenté, a sabiendas de que sabría perfectamente por quién lo decía. Xander me lo había pedido el otro día, seguramente porque ni Elle ni Owen habrían aceptado.

    – [Jane]Es de él, ¿verdad? [/Jane]- preguntó acercándose al paquete que le tendí. No respondí, me limité a sonreír. Técnicamente yo no había dicho nada, tal y como le dije a Xander.

    Ella abrió el paquete y se quedó callada cuando vio lo que había dentro: Una reluciente InfiniBand último modelo. Por todo el tema de su hermano, JJ llevaba años queriendo una.- [Jane]No…no la puedo aceptar.[/Jane] – respondió. No era tan caro como un Inphone nuevo, pero no era un juguete de cuatro duros.

    – [Dante]No tiene dirección de devolución, pero se lo puedes llevar en persona si sabes de quién es.[/Dante] – repliqué con una sonrisa pícara.

    – [Jane]Te odio.[/Jane] – sentenció, quizá no lo decía en serio. Hacía unos minutos no habría estado tan seguro.

    – [Dante]Hay una larga lista, ¿te apunto?[/Dante] – respondí. Ella asintió, con una sonrisa que no pudo disimular mientras se probaba la pulsera.

    – [Dante]A mi me regaló una cartera el cabrito.[/Dante] – comenté, sonriendo.

    – [Jane]Tú no eres su mejor amiga.[/Jane]- replicó ella, mirándome. Volvía a calificarse de mejor amiga asi que parecía que las cosas apuntaban maneras.

    – [Dante]Is di mi fimilii.[/Dante] – me burlé, imitándola de la forma en la que ella solía imitar a su hermano.

    Puse como excusa ir a por una hamburguesa y la dejé con su nuevo juguete y la semilla de hablar con Xander plantada. Fui de verdad a por una doble con extra de salsa y me senté en un lado solitario del jardín. Ya había socializado bastante por un rato y las penas con comida son más leves.

    Supongo que tengo que admitir que parte de lo que me dijo JJ ese día me caló y nuestra relación cambió bastante de ahí en adelante. Yo la respetaba por decir las cosas claras y a ella le caía medio bien por algún motivo. Empecé a beber menos, limitándome solo a la ginebra rosa, un homenaje a alguien muy especial, pero sin pasarme demasiado. No iba a dejar que la gente dijese de mí que era un pobre miserable que bebía para olvidarse de su madre muerta. Aunque quizá lo más decisivo fue la comparación con Logan, jamás me iba a parecer a él, incluso había llegado a plantearme quitarme el apellido Villiers, pero fue mi madre la que lo eligió y si ella había aguantado ser una Browning con el padre y el hermano que le habían tocado, yo podía ser un Villiers y redefinir el concepto de la mierda de padre que me había tocado.

  • UNA APARICIÓN

    Xander Echolls

    MAÑANA – ESCUELA LEGADO, OFICINA DE DIRECCIÓN

    La tía Cara se había marchado a primera hora, después de dejar listos unos ajustes presupuestarios, para sumirse en su proyecto de cabañas nudistas. Como ya lo había anunciado incluso en televisión, había conseguido una lista de prereservas que ocupaba todo el verano, así que ahora estaba inmersa junto al tío Daakka en dejar todo el complejo listo.

    Por suerte era un mes tranquilo en la Escuela, eso era lo que había facilitado que mis tres padres/madres se pudieran ir de vacaciones. Era un poco extraño estar prácticamente a cargo de la Escuela Legado, pero por suerte tenía a Nate por allí que siempre estaba dispuesto a ayudar y para él la Escuela era su hogar y a Amy que había ido a ayudarme.

    Uno de los inconvenientes es que tenía que atender yo mismo a la gente en el despacho central, en lugar del mío. No vino prácticamente nadie esa mañana, solo una madre preocupada de una alumna y un par de distribuidores, hasta que Nate me pasó el aviso de un invitado que quería hablar con mi madre.

    Avisé a Amy, que no adoraba las interacciones sociales, pero decidió quedarse. Cada vez rondaba más por mi cabeza que podía tener un trabajo de futuro en la Escuela. Mis madres estaban de acuerdo, asi que solo faltaba convencer a Amy, algo que esperaba conseguir durante esos días en los que iba a ayudarme.

    Cuando la puerta se abrió, un chico un año o dos mayor que yo entró a la sala. Tenía aspecto de ser una persona cordial y agradable, algo que no solía pensar a menudo de las personas que se presentaban en la Escuela vestidas con ropa formal.

    – [Henry]Hola. Buenos días.-[/Henry] dijo nada más entrar, sin saber si cerrar la puerta tras de sí o no. – [Henry]Buscaba a… Sarah Echolls.[/Henry] . aclaró.

    – [Xander]Pues ahora mismo no está.[/Xander] – le expliqué. Mi madre nunca había sido la cara pública de la Escuela, así que era un poco extraño que preguntase directamente por ella, salvo que fuera un ex alumno y en caso de serlo, debía haber cambiado mucho para que yo no lo reconociera.. – [Xander]Está en un viaje. Pero si puedo ayudarte en algo[/Xander] -comenté, señalándole los sillones que había frente al escritorio de mi madre.

    Me giré y vi a Amy mirándole con el ceño fruncido, suspicaz.

    – [Henry]¿Diana Echolls? ¿Daniel Arkkan?.-[/Henry] preguntó. Si ya era raro que preguntara por mi madre, conocer también a mi padre y a mi tía me hacía sospechar a mí también, salvo que intenté disimular.

    – [Xander]Mi tía tiene una reunión importante en la Universidad. Y mi padre se ha ido con mis madres.[/Xander] – no me paré a pensar si le resultaría extraño escuchar «mis madres» pero no me importaba, después de ocultarse por nosotros me sentía en la obligación de no dejarlas nunca en la sombra.

    Amy le fulminó con la mirada, por suerte él no entabló contacto visual con ella.

    – [Henry]Vaya, esto es inesperado…-[/Henry] admitió, haciendo una pausa. Parecía estar meditando lo que iba a decir. – [Henry]Me envian varias personas, una de ellas en concreto Siegfried.[/Henry] – la mención de ese nombre hizo que tanto Amy como yo pusiéramos mala cara. Ni entre los Moondies ni entre sus hijos era bien recibida la mención del que provocó la Guerra de Ripper.

    – [Amy]Pues ahí tienes la puerta[/Amy].- sentenció Amy. No podía culparla, pero intenté darle una opotunidad a ese chico.

    – [Xander]Supongo que sabrás por qué es una mala carta de presentación.[/Xander] – le comenté. Detrás de mí,  había varios recortes de periódico enmarcados con las versiones oficiales de lo que había sido la «Guerra de Ripper»: armas experimentales, fuerzas militares rebeldes. Se los señalé, seguramente se habría fijado primero en los periódicos que hablaban de la Escuela y estaban justo detrás de mí, o en la foto enmarcada de todos los Moondies originales.

    – [Henry]Creedme, soy tan fan de él como vosotros.-[/Henry] aseguró. Le creí, pero no podía decir lo mismo de Amy. – [Henry]Llevo dos años trabajando en Infinity y digamos que no todo allí es tecnología. Por eso venía buscando a vuestos padres. Según tengo entendido se infiltraron varias veces en la Iniciativa.[/Henry] – repasé con cuidado toda la información que acababa de darnos. Infinity, la gran compañía de tecnología que había creado su propia cultura y tenía lazos con el Gobierno se había trasladado a Moondale hacía un par de años. Recuerdo a los Moondies hablar con preocupación porque se habían instalado en el viejo edificio de la Iniciativa, clausurado supuestamente por el Gobierno después de la Guerra.

    Miré a Amy buscando un consejo sobre si debíamos hablar con ese muchacho o no.

    – [Henry]Con los nervios no me he presentado. Me llamo Henry Crowe. Mi madre es Olivia.-[/Henry] añadió, tendiéndome la mano. La estreché rápidamente, pero cuando se la tendió a Amy se quedó en el aire.

    – [Amy]¿Y quién es tu padre?[/Amy]- preguntó Amy. Olivia era la líder de los O.W.L.S. un grupo secreto escindido del Gobierno que luchaba contra la Iniciativa. Se había ido a la Isla después de la Guerra como parte del pacto para que nunca pudiera repetirse algo así, para controlar a Z.

    – [Henry]Nunca he conocido a mi padre.-[/Henry] – replicó él, mirándola. Amy me miró y vi que estaba menos tensa, si ella le creía, yo no tenía duda.

     – [Xander]¿La líder de los O.W.L.S?[/Xander] – pregunté para confirmar.

    – [Henry]Si. Olivia, Winston, Lincoln, Shawn.-[/Henry] aclaró él. Conocía los nombres de la base de datos que guardaba mi padre en un servidor de la Escuela desconectado de la red. Mi tío Christopher había guardado toda la información que había podido y yo, que siempre había sido un fan de los Moondies, había repasado esas fichas muchas veces. Por desgracia las fichas no lo contaban todo y los diarios y discos no estaban a libre disposición. Querían aislarnos de su lucha, entendía que era para protegernos, pero no me parecía bien igualmente. Para eso, Noah había tenido más suerte, todo lo que su padre sabía, lo sabía él.

    – [Xander]Siéntate si quieres.[/Xander] – indiqué de nuevo, al ver que seguía de pie y ahora la conversación era menos tensa. Amy seguía apoyada contra la pared pero él se sentó. – [Xander]¿Qué está pasando allí?[/Xander] – pregunté, esperando cualquier cosa.

    – [Henry]Gracias.-[/Henry] respondió. Se tomó unos segundos para hablar. – [Henry]Así resumiéndolo. Me enviaron para infiltrarme en Infinity. Tienen un sótano repleto de cosas sobrenaturales que fueron abandonando la Iniciativa.-[/Henry] aclaró. Contuve una mueca, una empresa tan puntera como Infinity con acceso a los objetos que había allí, a sus investigaciones. Eso teniendo en cuenta que tenían tantísima información de todo el mundo, desde gustos, ubicación hasta incluso un escáner corporal que en su día fue aclamado y vendido como la mejor solución contra el spoofing y el robo de cuentas.- [Henry]Buscaba a vuestros padres porque hay dos cosas en particular que nos preocupan. Dos cápsulas.[/Henry] – añadió.

    – [Xander]¿Qué hay en esas cápsulas?[/Xander] – pregunté, lo primero que pensé fue en mi tío Daakka, que había sido «creado» por ellos.

    – [Amy]Ezra y Rainbow[/Amy].- sentenció Amy a mi lado. Su voz fue como un susurro pero escuché cada nombre con detalle. Llevaba el suficiente tiempo viviendo con Amy como para conocer un secreto que no sabía todo el mundo: Amy tenía visiones del futuro. Normalmente tocando un objeto o una persona recibía alguna visión, pero a veces bastaba con cualquiera de sus otros sentidos.

    – [Xander]¿Hay dos personas en esas cápsulas?[/Xander] – pregunté, preocupado. No quería llamar demasiado la atención al poder de Amy delante de un desconocido.

    – [Henry]Si. Una de ellas es una chica. Tiene ADN de tus… ¿madres?.-[/Henry] preguntó, abriendo los ojos como si hubiera encajado la pieza de algún puzzle por lo que yo mismo había dicho. Después desvió la mirada hacia Amy, extrañado. – [Henry]No sabíamos que es lo que había en la otra cápsula. Pensábamos que un licántropo prehistórico, pero ¿quién o qué es Ezra? -[/Henry] añadió. Eso mismo me preguntaba yo. Desvié la mirada hacia Amy.

    – [Amy]Es de mi manada[/Amy].- respondió simplemente, al cabo de unos minutos. Sabía perfectamente que Amy solo había convertido a Leo, así que había algo más que no podía contarme.

    Estaba preocupado, no voy a negarlo. Con Henry allí no podía sacar demasiada información, pero la vida de dos personas estaba en manos de un peligroso sucesor de la Iniciativa. – [Xander]Tenemos que sacarles de allí.[/Xander] – pensé en voz alta, intentando recolectar la información sesgada que tenía sobre las veces que habían entrado los Moondies. Por las historias que había escuchado a veces por boca de mis madres y a veces por boca del resto o por las propias fichas, habían entrado al menos cuatro veces: la primera de ellas es la que aún daba pesadillas a mi madre, de la que sabía poco porque era muy duro para ellos, mi padre siempre estaba serio cuando lo recordaba; la segunda entró el tío Christopher con los O.W.L.S para sacar al que había ayudado a que escaparan la primera vez; la tercera entraron a por la madre de Jane y el tío Daakka; en la última habían entrado mis dos madres, el tío Daakka, el tío Ed y un grupo de gente de Z, allí fue donde las dos se enamoraron.

    – [Henry]A eso venía. Me ha costado sacarlo pero al final lo hemos conseguido.-[/Henry] explicó con una sonrisa.

    – [Xander]¿Cuánto tiempo tenemos?[/Xander] – pregunté. Si contábamos con bastante tiempo el deber era esperar a que mi padre y mis madres volvieran de viaje y dejarlo en manos de los Moondies por mucho que me molestase.

    – [Henry]Poco…-[/Henry] – sentenció. Por la gravedad con la que lo dijo supe que contábamos con poco más de un día. Mis madres y mi padre estarían una semana fuera y los demás lo tendrían complicado.

    – [Xander]No podemos esperar a los Moondies.[/Xander] – respondí. Además de mis madres, el tío Toph y la tía Diana estaban fuera un par de días, el tío Daakka y la tía Cara inmersos en su proyecto, el tío Dom se había cogido unos días por asuntos propios, el tío Vincent estaba retirado igual que el tío Bill. Teníamos al tío Ed y la tía Mara como mucho y si se lo decíamos a alguno, mis madres y mi padre tendrían que cancelar el viaje y volver, para no irse nunca más a disfrutar de sus merecidos descansos. Tendríamos que hacerlo nosotros, sin contar con los Moondies. – [Xander]¿Harán falta muchos?[/Xander] – pregunté. El problema de los hijos e hijas de los Moondies es que no éramos como ellos, no estábamos unidos, no salvábamos el mundo.

    – [Amy]Yo sé quiénes entran.[/Amy]- comentó Amy, mordiéndose el labio inferior con nerviosismo.- [Amy]Pero si lo digo, os estoy condicionando.[/Amy] – por su forma de moverse, o más bien, de no moverse, Amy debía estar viendo retazos de visiones todavía. Pese a que mi padre era muy parco al hablar de lo que habían tenido que vivir, siempre me había insistido en que no me fiase de un futuro ni aunque lo diese por sentado, que siempre creyese que podíamos cambiarlo.

    – [Xander]Prefiero ir sobre seguro.[/Xander] – le pregunté, a sabiendas de que ella no me decía lo que veía, ni siquiera aquella vez, con Owen. Amy negó con la cabeza, contuve la frustración, ella no tenía la culpa de mi miedo a lo que pudiera pasar, solo intentaba no cambiar las cosas.

    Asentí. Esperaba no equivocarme con mis decisiones. – [Xander]Puedes contar conmigo. Y creo que con tres personas más.[/Xander] – miré a Amy para confirmar mi teoría, pero ella tenía cara de póker. Las tres personas con las que contaba, a regañadientes en algún caso, eran: Owen, Elle e Idris. No me veía capaz de mentir a Elle y sabía perfectamente que ella querría ir sí o sí.

    – [Amy]Y conmigo.[/Amy]- añadió Amy. La miré, orgulloso. Quería mucho a Amy, el tiempo que habíamos pasado conviviendo me había hecho recuperar una relación que no debí desatender, confiábamos el uno en el otro y Amy siempre intentaba ayudarme con lo de Jane.- [Amy]Ezra es mi responsabilidad. Como Leo[/Amy]. – añadió.

    La miré, pero no cambió el gesto al hablar de Leo.  – [Xander]Intentaré reunir un equipo.[/Xander] – expliqué a Henry. – [Xander]¿Tienes forma de entrar?[/Xander] – pregunté. En los días de la Iniciativa, no se podía teletransportar con magia a su interior, pero dudaba que Infinity utilizase la magia, al menos de momento. Era cuestión de tiempo.

    – [Henry]Por eso no te preocupes. Yo me encargo.-[/Henry] aclaró él. No iba demasiado con mi naturaleza sobrepreocupada, pero me alivió dejar  esa parte clave del plan en sus manos, porque a fin de cuentas, llevaba dos años allí.

    – [Xander]De acuerdo. ¿Nos vemos mañana a esta misma hora aquí?[/Xander] – propuse.

    – [Henry]Ella es la experta.-[/Henry] aclaró él, mirando a Amy.

    – [Amy]¿Yo?[/Amy] – preguntó ella. Asentí, Amy podría guiarnos muy bien con sus visiones, y siempre había tenido madera de líder, era una alfa. – [Amy]No.[/Amy] – replicó ella.

    – [Xander]Dependemos de ti Amy. Tú puedes salvarles.[/Xander]- añadí. Amy no tuvo tiempo a responder porque el ambiente en la oficina se hizo frío y espeluznante en un instante.

    – [Ezra]Mañana me parece perfecto.-[/Ezra] dijo una voz que acababa de aparecer. Frente a nosotros había una figura masculina. A primera vista parecía normal, pero si te fijabas veías que no tenía sombra ni le afectaba la luz.

    Era una aparición. Henry parecía casi tan sorprendido como yo y Amy le miraba de una forma diferente, como si le conociera. Entonces lo supe. – [Xander]¿E-ezra?[/Xander] – pregunté. La figura asintió antes de desvanecerse de la misma forma en la que había llegado.

     

  • NUESTRA SEGUNDA OPORTUNIDAD

    Rebecca – Casa de los Williams

    Noche

    Dejé de escribir en estos diarios cuando me separé de Dom y, por consiguiente, de los Moondies. No me parecía justo obligar a nadie a elegir bando y yo decidí por todos. La decisión de separarnos también fue unilateral, porque me cansé de discutir con Dominic sobre si lo mejor para Elliot era intentar curarse o aprender a vivir con su condición. Si no hubiera sido tan obstinada, si no me hubiera empeñado en luchar contra la propia naturaleza de mi hijo menor, quizás mi hija no me odiaría ahora mismo. O quizás sí, porque Jane Jessica se parece demasiado a mí y los polos iguales se repelen.

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  • EN EL PUNTO DE PARTIDA

    Jane – ‘Hannibal’s

    Mediodía

    Era el día de nuestro cumpleaños y como regalo, mi padre, además de su tradicional estuche de colonia, nos había invitado a comer al ‘Hannibal’s’. No voy a decir que estuviese muy emocionada por la idea, porque sería mentir como una bellaca, pero a mi papi le encantaba aquel sitio porque le recordaba cuando todavía éramos una familia y bueno, las patatas con tres salsas estaban ricas, aunque el sitio se hubiera pasado de moda antes de estarlo siquiera.

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