Etiqueta: otp: mo ghràidh
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NO ES UN ADIÓS, ES UN «HASTA LUEGO, COCODRILO»
Habíamos dejado la sala común por petición expresa de la Reina Blanca, que nos aseguró que estaríamos más cómodas en mi habitación y eso era cierto hasta cierto punto, pero tenía la sensación de que querían quitarnos de en medio. Tanto Dwarf como Russell se habían ido para dejarnos intimidad, así que ya sólo quedábamos Mia, Rebecca y yo, que estaba sentada al borde de la cama con la mirada perdida en los jardines del Palacio, mientras que Mia continuaba tumbada sobre mi regazo. Ya ni siquiera lloraba, simplemente tenía la mirada perdida en un punto fijo y los ojos enrojecidos. Rebecca, por su parte, hacía como que leía un libro para mujeres de una chica que estaba enamorada de dos tipos a la vez. A veces me sorprendía cómo alguien tan inteligente como Rebecca podía perder el tiempo con semejante basura, porque era algo que podías esperar de mí o incluso de Diana, pero siempre decía que era eso o empezar a dar gritos hasta que se quedase sola. Rebecca no era una chica de acción, los Grandes Poderes la habían dejado sin ese título de Campeona que tantos dolores de cabeza le traía por algo. No había venido a este mundo con la misión de luchar para salvar a la humanidad, pero se había enamorado de alguien que sí y ahora estaba dentro del Palacio con la intención de no dejarme sola. -
MO GRAIDH, MO BANA-PHRIONNSAN
Daniel Arkkan | Palacio Kvinneby
MEDIODÍA
Dejé a Sasha con cuidado en el sitio que me parecía más seguro, y del que podría salir con mayor facilidad. Antes de irme, revisé sus posibles heridas y su pulso, que era firme, aunque no tan sonoro como el de Sarah que parecía marcar el paso de un desfile.
Volví al pasillo con cautela y me dirigí hacia las escaleras que llevaban a la segunda planta. Escuché algunos murmullos cerca de la sala donde había tenido la lucha con ‘Wall’ y apuré el paso, aunque seguía resultándome extraño no haber encontrado más gente.
Lo que había pasado allí dentro esa mañana lo desconocía, y parte de mí tenía miedo de descubrirlo por si era a Sarah a la que le había pasado. Sin ella…no…no quería pensarlo.
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CAMINANDO SOBRE LA LINEA
Daniel Arkkan | Palacio Kvinneby
MAÑANA
El interior del Palacio impresionaba tanto como el exterior, alfombras, cuadros, tapices, muebles y flores y plantas ornamentales. Sarah, Ed o Christopher sabrían mucho más del valor de toda esa decoración, quizá la disfrutasen incluso, pero a mí no hacía más que recordarme el lugar en el que estaba, me sentía como un lobo atrapado en una ciudad. Era una muestra más del poder de Z, tanto político, como físico o económico, un recuerdo permanente de que teníamos poco que hacer contra él, que tenía todos los recursos.
Pero no podía entretenerme mucho a estudiar la decoración, tenía que apartarme de ese recibidor principal antes de que llegase alguien más y me viese, o más bien, nos viese, porque Sasha había decidido entrar y ya no podía hacer mucho más que evitar que la detectasen a ella y mi plan se esfumase.
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LA SOMBRA DEL PALACIO
Daniel Arkkan | Alrededores del Palacio Kvinneby
MAÑANA
Apoyé la espalda contra el árbol y respiré profundamente, intentando arrastrar todos los pensamientos negativos, los nervios y los miedos a un lejano rincón de la mente mientras la dejaba en blanco. Me concentré en cada uno de mis músculos, relajándolo, liberando la tensión que acumulaba, como si arrastrase una carga eléctrica fuera de mi cuerpo, hacia el árbol y de ahí al suelo, a la tierra.
Me centré cada vez más en esa corriente imaginaria, forzándome a relajarme, porque necesitaría toda la calma que tuviera a mi disposición antes de entrar a ese lugar. Pero mi concentración no dejaba de cortarse, recordando ese grito, esa bandera blanca en la ventana de Sarah, y, como suele pasar cuando tienes miedo a algo, no conseguía pensar en positivo durante más de diez minutos.