Moondale

PRISIONEROS DEL MIEDO. CUARTA PARTE

[align=center][b][font= Bookman Old Style][SIZE=5]Diarios de Destino | Desconocido[/SIZE][/b][/align][/font]

[b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Benjamin McBeth[/b][/SIZE][/font]

benjaminmcbeth

La sangre que le caía sobre los ojos le impedía ver con claridad lo que estaba ocurriendo unos metros más allá, donde su padre yacía atado a un poste, medio desfallecido.

Durante toda la tortura de Aiko escuchó sus gritos continuamente, respondiendo a alguna macabra tortura infligida por Adria, hasta que de pronto, los gritos cesaron y Aiko se detuvo.

– [b]Será mejor que te limpie para que puedas ver bien.[/b] – le dijo al oído tirando de su cabeza hacia atrás y manteniéndola así. Lo siguiente que sintió fue el escozor del alcohol en las heridas abiertas de su cabeza. Parpadeó un par de veces y comprobó que ya podía ver con claridad. Charles estaba atado al poste, derrumbado completamente hacia delante en una postura imposible causada por el cuchillo de Adria en su cuello, que no permitía que su cuerpo cayese del todo.

Antes de que pudiese desviar la mirada, vio como el cuchillo de Adria trazaba un elegante movimiento y la garganta se abría limpiamente, tiñendo la hierba de rojo. De pronto comenzó a sentirse fuertemente mareado y cerró los ojos.

Volvió a abrirlos y vio como sus manos trazaban un elegante movimiento con el cuchillo y cortaban el cuello de su padre. El suelo comenzó a teñirse de rojo. A un par de metros, su hermana estaba siendo torturada por Aiko.

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– Bueno ya sabes para los personajes de siempre nos tienes a los de siempre.
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[b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Cecil Anwalt[/b][/SIZE][/font]

abandonallhope

Cecil abrió los ojos con un profundo sopor. Sintió dolor en la espalda y un característico dolor en el cuello al mirar hacia un lado que solo podía corresponder a un tirón por una mala postura.

Parpadeó un par de veces más para conseguir despejarse y entonces vio que se encontraba en un lugar muy distinto al que esperaba estar. Estaba sentado en un asiento, con la cabeza apoyada en una ventanilla de lo que parecía un viejo y destartalado autobús. Se alzó un poco en el asiento y vio que apenas quedaban cuatro personas, contándole a él y el conductor.

No sabía cómo había llegado hasta ahí ni hacia donde iba. Lo segundo tenía solución, pero antes de que pudiese preguntar el autobús se detuvo y el conductor habló.

– [b]Esto es lo máximo que me voy a acercar.[/b] – dice en voz alta. – [b]Os desearía suerte o rezaría por vosotros, pero en ese lugar no existe ya ni Dios ni la suerte.[/b] – finalizó. Después volvió a mirar hacia delante y no dirigió la mirada ni la palabra a nadie mientras el resto de ocupantes se bajaban con una mirada lúgubre y perdida en el rostro. A través de la ventanilla pudo ver un cartel que rezaba: “Bienvenidos a Moondale” y debajo, el popular lema estaba tachado y bajo él habían escrito con tinta roja “Dejad aquí toda esperanza”

[spoiler]
– Yo soy tu conductor de autobús y Stefy una de las pasajeras xD
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[b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Christopher McLeod[/b][/SIZE][/font]

cheeseman

Sentía las olas meciéndole suavemente, hasta que chocó contra una superficie arenosa. La fuerte luz del sol traspasando sus párpados mezclada con un desagradable olor le hicieron volver a la consciencia. Abrió los ojos poco a poco y se incorporó, utilizando una mano para tapar la luz del sol.

Estaba en una playa, pero el último lugar en el que recordaba estar era en su casa, a punto de ser arrastrado fuera por una marea de whisky. Aunque quizá todo fuese una alucinación más.

Cuando se incorporó, se sacudió instintivamente las manos para quitarse la arena, pero comprobó que lo que debería ser arena era una sustancia más pegajosa y amarillenta. Acercó la nariz y se dio cuenta de que de ahí procedía el olor, parecía…una playa de queso. En ese momento le quedó claro que estaba aún en su baño alucinando, y los siguientes cinco minutos se lo corroboraron una y otra vez.

Vio una figura acercarse a lo lejos y caminó hacia ella. Cuando estuvo lo suficientemente cerca vio que era un hombre de mediana edad calvo, con unas gafas de pasta redondas y vestido con un traje gris. En una mano llevaba una bandeja azul con…lonchas de queso.

El hombre se siguió acercando y habló: – [b]El queso es nuestra última esperanza, todo el mundo lo sabe.[/b] – McLeod dio un par de pasos hacia atrás y camino alejándose de la playa. El hombre alzó la voz una vez más, ésta vez sin moverse del sitio y dijo: – [b]Si hubiéramos tenido Gruyère podríamos haber parado la guerra.[/b]

Continuó caminando y salió de la playa. Una vez en tierra, echó un vistazo alrededor y vio cerca unas figuras ligeramente conocidas. A medida que se acercaba, vio que conformaban un círculo. Cuando se acercó más pudo ver que en el centro estaba una figura demasiado conocida, él mismo.

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– El hombre del queso viene de nuestro querido capítulo de Buffy Restless.
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[b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Daniel Arkkan[/b][/SIZE][/font]

desfiladero

Daniel dejó atrás al encapuchado y se internó en la niebla siguiendo a la niña. Caminó a ciegas durante lo que le parecieron horas, hasta que de pronto la niebla desapareció y se encontró en una zona que no reconocía. Era una pradera, quizá la ladera de una montaña, con un bosque a un lado.

Escuchó un silbido y, pensando que era de la niña, caminó hacia la izquierda, dejando atrás el bosque. Después de unos minutos caminando más allá se detuvo, porque el camino terminaba de forma brusca en un desfiladero y el silbido era el del fuerte viento que se arremolinaba contra las paredes de la montaña. Dio un par de pasos hacia atrás y vio como una piedra caía por el desfiladero. Pasó demasiado tiempo hasta que escuchó el leve sonido de la piedra al golpear el suelo. Con el fuerte viento y lo inestable que parecía el terreno no le convenía estar cerca del desfiladero, así que decidió que lo mejor sería ir en otra dirección.

Pero había alguien que no parecía pensar lo mismo y cuando su voz tronó a sus espaldas, supo sin duda quien era, pese a no haberlo escuchado nunca, el Kurgan, Azrael.


[b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Diana Echolls[/b][/SIZE][/font]

ciudaddestruida

Durante unos minutos, unos asfixiantes minutos, todo lo que Diana tocó, vio, sintió, olió e incluso saboreo, fue blanco, un mundo totalmente blanco. Era un mundo carente de todo, de dolor, pero a la vez de placer, de odio pero a la vez de amor, era un mundo frío y desalmado.

De pronto un fuerza tiró de ella deformando el mismo tejido de la realidad y el mundo comenzó a desvanecerse en sus ojos. Justo antes de que perdiera de vista ese lugar, vio a alguien flotando en la nada, ella misma, o más bien como era antes de que los Poderes la cambiasen para siempre. No sabía si era un simple cascarón vacío o tenía conciencia, pero lo que si sabía es que vagaría para siempre en ese mundo. La nada se desvaneció y sintió el duro suelo bajo su espalda.

Cuando se levantó pudo ver que se encontraba en una ciudad, pero estaba casi en ruinas. Los edificios yacían agrietados y algunos desplomados, las calles estaban desiertas. Junto a algunos edificios, incluso en medio de la propia calle, se erigían algunas construcciones hechas con palos y telas. De una de ellas salió una niña pequeña que señaló a Diana con el dedo y después su madre salió tras ella, con una sonrisa en la cara que se tornó en un gesto de temor cuando vio hacia donde señalaba la niña. La cogió y corrió a esconderse en la tienda.


[b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Dominic Williams[/b][/SIZE][/font]

riomiedito

Sentía los huesos de las manos agarrotados y la piel dolorida. Arriba, a varios metros, tenía la mano de su hermana, esperando para que la cogiese.

– [b]No llego Domi, no lo consigo.[/b] – dijo su hermana desesperada.

– [b][i]Nunca nos dejas llegar a ti.[/b][/i] –dijo Arthur intentando tenderle también una mano, pero ninguno de los dos llegaba y la subida hasta allí era difícil, incluso para la fuerza de un aesir.

Sacó fuerzas y se enganchó al siguiente tablón, pero en esta situación cada avance parecía estar a un kilómetro. Alzó la vista hacia arriba y captó de reojo que una de las cuerdas estaba deshilachándose rápidamente. Avanzó más rápido y llegó al siguiente tablón, pero la cuerda se rompió.

El “puente” se balanceó tan fuerte que las manos le resbalaron, pero pudo engancharse al siguiente tablón.

– [b]Domi lo siento, nunca me dejas llegar a ti. No puedo…[/b] – gritó su hermana desde arriba. Una lágrima resbaló por su mejilla y cayó en la de Dominic. Volvió a subirse al siguiente tablón, pero esta vez con más cuidado, porque ahora más que una escalera tenía una cuerda de la que colgaban los tablones. Movió las manos hacia la izquierda y mientras sujetaba la cuerda con una, se enganchó al siguiente tablón con la otra y se impulsó hacia arriba. Después otra, y otra.

Cuando iba a sujetarse al siguiente tablón, la cuerda tembló y cedió un poco. Miró hacia arriba y vio como no le quedaba mucho para soltarse.

– [b][i]Dominic, ya vienen.[/b][/i] – dijo Arthur desde arriba. Dominic apuró el paso, y subió dos tramos en un momento, pero la cuerda volvió a ceder y ahora ya solo pendía de un fino hilo. El desgarrón estaba a unos tres tramos hacia arriba. Subió uno, luego el otro y ya casi estaba en el tercero, podría salvar a su hermana, a Arthur e incluso a sí mismo, pero la cuerda cedió del todo.

Mientras caía vio a su hermana, mirando hacia el cielo mientras su madre, a la que hacía no demasiado había tenido que matar, le mordía en el cuello. Su grito le heló la sangre, pero consiguió impulsarse hacia arriba, sintió los finos hilos de la cuerda en la punta de sus dedos, pero no llegó y cayó.

Volvió a caer, y mientras lo hacía, vio a su hermana, tirada en el suelo, pronto convertida en una vampiresa, y a su padre estaba de pie tras Arthur, que agonizante le dedicó unas últimas palabras.

– [b][i]Dominic…me gustaría haberte…dicho…pero nunca…nos…dejas…ver lo…que… piensas.[/b][/i] – su padre se agachó sobre él y le levantó la cabeza para morderle, pero antes de que lo hiciese, una tenue luz blanca hizo que el vampiro retrocediese. – [b][i]Te queremos.[/b][/i] – exhaló con su último suspiro. Y Dominic cayó al vacío.

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– Bueno Alph si necesitas algo ya sabes, me tienes a mí para decirte a donde va a parar.
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[b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Edward MacLay[/b][/SIZE][/font]

chicoenfadado

Pronto la cálida luz que le llenaba de pensamientos positivos se desvaneció, y toda una ciudad pareció comenzar a dibujarse a su alrededor. Edificios derruidos, calles semivacías, pero la esencia seguía allí, era Moondale, aunque algo horrible debía haber pasado.

Comenzó a caminar y vio por qué las calles estaban desiertas. A un lado, en un callejón, había una pila de unos veinte cadáveres apilados. Al lado de ellos, un joven lloraba. Se acercó un poco para comprobar si estaba bien y reconoció su cara de haberlo la universidad alguna vez.

– [b]¡No te acerques a mí![/b] – gritó el joven con el rostro descompuesto por la pena. – [b]Nos dejaste, nos abandonaste a nuestra suerte.[/b] – gritó de nuevo. Después rompió a llorar y se desvaneció en el aire. Entre la pila de cadáveres pudo reconocer el rostro del chico.

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– Cuando me necesites avisa y te doy algunos detalles más que no podía colocarte en la máster ^^
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[b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]January Allard[/b][/SIZE][/font]

januaryallard

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– Te dejo la imagen y cuando tengas listo el post añado la máster ^^
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[b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Liad[/b][/SIZE][/font]

echolls

Liad continuo escaleras arriba hasta que desembocó en la planta baja. No habría rastro de guardias por ninguna parte ni de nadie aparte de Dominic y lo que quiera que persiguiese allá abajo. Continuó hacia delante y abrió las puertas de la planta baja.

El contraste entre la oscuridad casi total del interior de la Iniciativa con la intensa luz exterior le dificultó la visión durante un buen rato. Recorrió el mismo camino que había seguido la otra vez con los demás, pero esta vez tuvo que dirigirse por donde lo habían hecho Sarah y Diana, hacía la casa de las Echolls.

Todo el camino estuvo precedido por un silencio antinatural, ni siquiera los pájaros cantaban en el bosque y cuando salió de él, comprendió porque la ciudad estaba tan calmada. Edificios derruidos, calles vacías, coches vacíos y abiertos en mitad de la calle. Llegó hasta el parque Bellamy y vio los estragos que también habían pesado sobre él. Pero lo peor estaba por venir caminó durante unos metros más y vio la casa de las Echolls, que yacía casi irreconocible, con la fachada ennegrecida y el jardín lleno de malas hierbas que campaban a sus anchas. Entró y comprobó que el interior estaba aún más ennegrecido y se respiraba un ambiente raro. No había ninguna luz, y con el sol poniéndose, cada vez había menos. Aun así, una radio se encendió en alguna parte y comenzó a escucharse esta [URL=http://www.youtube.com/watch?v=xcmmgqm1KHw]canción.[/URL]

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– Creo que con eso tienes para un rato, pero si necesitas alguna cosa más para añadir, hay algo pensado.
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[b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Sarah Echolls[/b][/SIZE][/font]

dianaoscuro

Con su familia se fue también la poca luz que había en la zona, así que tomó una cerilla de la caja y la encendió, procurando observarla de vez en cuando por si acaso.

Caminó poco a poco, porque la tenue luz apenas le dejaba ver lo que había unos pasos más adelante. En el túnel reinaba un silencio roto en ocasiones por algunos sonidos extraños, en ocasiones parecían voces de ultratumba, reclamándote con ellos. Aun así, Sarah continuó adelante, con la constante sensación de que había alguien detrás de ella, pero cuando se giraba no había nadie.

Continuó así durante un largo trecho, que puso a prueba su templanza, hasta que un grito distinto a las voces de antes rompió el ambiente. Conocía la voz de quien había gritado, era Diana, y el grito provenía de más adelante.

Apuró el paso y justo cuando pasaba al lado, vio de reojo algo familiar en el suelo. Se agachó y comprobó que era la pulsera que Ed le había regalado a Diana en la fiesta. A su lado, en la pared, había manchas de sangre.

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– Me necesitas para algún detallito pero te haces una idea del post xD
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[b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Silver Wolfe[/b][/SIZE][/font]

brokenmirror

Los fogonazos se detuvieron y la sala se volvió a sumir en la oscuridad. Silver no sabía si lo que acababa de ver seguía aún por ahí, rondando cerca, porque no podia verlo.

Se apoyó en la pared más próxima, aún con todo el cuerpo dolorido y pesado, y avanzó con cuidado, hasta que llegó al primer peldaño de la escalera y empezó a subir.

Cuando llegó arriba tanteó la puerta hasta dar con el pomo y lo giró, quedando deslumbrada por la claridad exterior.Avanzó un poco por la casa en la que se encontraba y empezó a reconocer cosas, demasiadas, pero el lugar parecía completamente vacío a juzgar por el silencio total que reinaba allí.

Continuó por el salón, pero a mitad de camino se detuvo sobresaltada porque una anciana con aspecto demacrado acababa de devolverle la mirada fijamente desde el pasillo. Se acercó con cautela y no encontró rastro de ella, lo que si encontró fue un espejo justo en el lugar en el que había estado la anciana. Cuando se puso frente a él, la anciana volvió a mirarla de nuevo. No era otra que ella misma.

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– Pues Silver es vieja, no tiene poderes, está demacrada y no sabemos que ha pasado con todo el pueblo. Además, dentro de aproximadamente 10 minutos escuchará un grito en el piso de arriba.

– Si puedes intenta terminar el post con Silver recordando algo de su infancia o sintiendo algo parecido a cuando era pequeña.
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[b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Suzanne Sommerville[/b][/SIZE][/font]

lican

El viento que ululaba a través de los árboles rodeó a Ann con una gélida manta. Después de correr por el bosque sin saber hacia dónde iba pero sí de dónde huía, se detuvo, abatida por sus propios sentimientos, y quedó de rodillas en el húmedo suelo del bosque. El frío comenzaba a calarle a través de la fina ropa, pero apenas lo sentía, permanecía quieta, entumeciéndose cada vez más. Alejada del mundo que la rodeaba, hasta que entró en él algo que le hizo volver a la realidad.

– [b]¿Cariño, estás bien?[/b] – preguntó una conocida voz masculina. El padre de Ann estaba frente a ella, con su madre a su lado.

– [b][i]Estábamos preocupados.[/b][/i] – añadió la mujer.

Entre la avalancha de sentimientos, el lobo volvió a hacerse fuerte, ya sentía como le ardían las venas, como ansiaba salir, hasta que ni siquiera pudo gritar porque la transformación era inminente, pero esta vez algo extraño pasaba, sentía como si una parte de su ser se estuviese separando de ella. Agonizaba por el dolor que parecía a punto de partirla en dos, hasta que de pronto cesó.

Levantó la vista y vio que frente a ella tenía un lobo, su lobo, y ahora que se había librado de ella nada podría pararlo.

[spoiler]
– Para el padre yo, para la madre Stefy y para el lobo yo xD
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