[align=center][SIZE=3][b]Rebecca Lee | Cafeteria de la Universidad[/b]
[b]Noche[/b][/SIZE]
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Cuando Rebecca Lee se ofreció a ir a la cafetería de la Universidad. En realidad, no sabía lo que estaba haciendo. Fue una de esas veces en las que un cerebro (en este caso el de ella, pero podría ser el de cualquiera) actúa por voluntad propia sacándote un valor que haría enorgullecerse a Godric Gryffindor. El problema, era que en la vida real, la valentía no era tan práctica como en la ficción, si no que normalmente acababa con la chica (es decir, Rebecca) con la aorta desgarrada, igual que le había pasado a Edward Maclay.
Pero ya estaba hecho y no había vuelta atrás. No podía decir que le quedaban no sé cuántos textos que analizar fonéticamente, ni que tenía una montaña de libros de Jane Austen que leer para el mes siguiente, ni tampoco, que tenía más miedo que vergüenza y eso en ella, eran palabras mayores.
Se había quedado esperando, sin mucho éxito, que alguien se ofreciese a ir en su lugar, pero eran pocos. El único que se había opuesto había sido Dominic, pero la razón le ganó la batalla a los sentimientos y tuvo que dar su brazo a torcer. Al poco, se habían despedido con un beso rápido en la frente. Más filial que amoroso y desde luego, no el tipo de beso que una chica espera que sea el último. Si hay que morirse, al menos, que tu último beso valga la pena. Al sorprenderse pensando en ese tipo de trivialidades, Rebecca negó con la cabeza. Dominic la hacía volverse estúpida, pero era una estupidez maravillosa. Hacía que su ceño, antaño permanentemente fruncido, estuviese relajado y hubiese una sonrisa bobalicona dibujada en su cara. A veces, incluso se acostaba con dolor en los pómulos de tanto sonreír. Era posible que sus notas hubiesen bajado unas cuantas décimas (por no hablar del suspenso en Lingüística Aplicada), pero si ese era el precio de la felicidad, estaba dispuesta a pagarlo. Además, algún día aprobaría, ¿verdad?
Esos eran los pensamientos que ocupaban su cabeza, cuando llegaron a la puerta de la cafetería que como es lógico, estaba cerrada a cal y canto. Habían pasado todo el camino en silencio y aunque conocía poco a la pelirroja, sabía que eso en ella no era algo normal.
[b] [i] [color=#843181]¡Alohomora![/SIZE] [/i] [/b]- Gritó Diana mirando fijamente a la puerta, pero no pasó nada. Después, miró a Rebecca.- [b] [i] [color=#843181]Creo que vamos a necesitar una silla para derribarla[/color] [/i] [/b].
[b] [color=#CC858A] Si me dejas…no estoy segura pero creo que puedo abrirla.[/color] [/b] – Lo bueno de haber sido una persona que solía llevar el pelo recogido, era que en esos momentos, aunque lo llevase suelto, guardaba en un bolsillo de su falda morada un par de horquillas. Por si fuera poco, Rebecca había leído tanto de heroínas que abren puertas con sus horquillas que estaba a punto de hacer realidad una de sus fantasías.
[b] [i] [color=#843181]Delincuente…[/color] [/i] [/b]- Murmuró Diana entre risas dejándole paso.
Al cabo de unos minutos que se hicieron interminables y una de horquilla rota, la puerta se abrió. – [b] [color=#CC858A] Lo leí hace tiempo y me pareció interesante aprenderlo.[/color] [/b] – Sonrió con timidez y devolvió la horquilla al bolsillo del que había salido.
La cafetería estaba desierta. En período lectivo, permanecía abierta hasta las doce de la noche, pero no era hasta el día siguiente el inicio del curso, por lo que hacía ya unas cuantas horas que no había nadie por allí. Las sillas estaban encima de las mesas, la cafetera apagada y la alarma anti robo la estaba desconectando Diana en ese preciso instante (ventajas de delinquir en compañía de una ex camararera).
[b] [i] [color=#843181]Voy a buscar una bolsa a la cocina, mientras tanto, coge todas las bebidas con azúcar que puedas y…un par de donuts de esos que hay en el mostrador para que nos los comamos por el camino[/color] [/i] [/b].- La pelirroja le hizo una seña para que cerrase la puerta, pero Rebecca se quedó en el mismo sitio en el que estaba.
– [b] [color=#CC858A] Eso sería robar.[/color] [/b]- Espetó en tono reprobatorio.
[b] [i] [color=#843181]Lo sé, sólo te estaba poniendo a prueba[/color] [/i] [/b].- La pelirroja se encogió de hombros.- [b] [i] [color=#843181]En fin, voy a la cocina[/color] [/i] [/b].- Anunció metiéndose detrás de la barra.
Al ver que Diana no volvería a intentar que cometiese un delito, fue también detrás de la barra y comenzó a buscar en las neveras cinco latas de Coca Cola. Mientras tanto, la bruja pelirroja parecía tener una discusión muy acalorada con el mobiliario de la cocina.- [b] [color=#CC858A] Diana…quizá no sea la más apropiada para preguntártelo, si no quieres contestarme lo entenderé, pero ¿estás bien?[/color] [/b]
[b] [i] [color=#843181]Claro, ¿y tú?[/color] [/i] [/b]- Le devolvió la pregunta a la par que se oía cómo abría un cajón.- [b] [i] [color=#843181]¿Dónde están las puñeteras bolsas? ¿Es que no ganan para comprarlas en esta Universidad?[/color] [/i] [/b]
[b] [color=#CC858A] Acostumbrándome a todo esto, a veces creo que nunca lo conseguiré.[/color] [/b] – Respondió la chica de manera casi automática. – [b] [color=#CC858A] Te preguntaba por lo que ha pasado.[/color] [/b]- Especificó sabiendo que no le había contestado, no porque no la entendiera, si no porque no quería.
[b] [i] [color=#843181]Al menos Dominic no es un licántropo ni un vampiro: Tienes que ser más positiva. Ahora mismo, podría estar corriendo en pelotas alrededor de la Universidad intentando atacar a un par de estudiantes desprevenidos. O mejor aún, desangrando a tu mejor amigo[/color] [/i] [/b].- Dijo la pelirroja a modo de consuelo, pero en realidad, estaba explicando lo que pasaba por su cabeza.
[b] [color=#CC858A] Lo encontrarán.[/color] [/b] – Añadió la chica del pelo castaño sin mucha convicción.
[b] [i] [color=#843181]Eso espero[/color] [/i] [/b].- Tras eso, se hizo el silencio y al poco, Diana abandonó la cocina- [b] [i] [color=#843181]Tengo la bolsa: ¿Has cogido las bebidas?[/color] [/i] [/b]
[b] [color=#CC858A] Aquí están.[/color] [/b]- Señaló el mostrador en el que había cinco Coca Colas y un puñado de monedas a modo de pago.
Si hubiesen encendido la luz, se habrían dado cuenta de alguien había abierto la puerta.- [b] [i] [color=#EE5159]Ya lo veo…[/color] [/i] [/b]- Dijo una tercera voz a modo de saludo.- [b] [i] [color=#EE5159]Y bien frescas[/color] [/i] [/b].
[b] [i] [color=#843181]¡FUERA![/color] [/i] [/b]- Bramó Diana al darse cuenta de que se trataba de Lilith. Le tendió la bolsa a Rebecca, que metió las Coca Colas a toda prisa y se quedó quieta, evitando el contacto visual con la que antes era Illya. Mientras Rebecca intentaba pensar con claridad, Diana le lanzó una bola de fuego de tamaño medio a la vampiro que acabó impactando en su brazo, ya de por sí algo chamuscado.
– [b] [i] [color=#EE5159]Parece que alguien está de uñas.[/color] [/i] [/b] – Las miró con desprecio – [b] [i] [color=#EE5159]El perro y tú estáis hechos el uno para el otro.[/color] [/i] [/b]
Ni siquiera la dejó terminar la frase. La bruja conjuró un par de bolas más y se las lanzó sin fijarse en qué parte del cuerpo de Illya estaban impactando. Porque hasta Rebecca sabía que no debían hacerle daño, pero a Diana parecía habérsele olvidado.- [b] [i] [color=#843181]Me da igual quién seas, la próxima vez que vuelvas a nombrar a McLeod, te reduciré a cenizas[/color] [/i] [/b].
– [b] [color=#CC858A] No la escuches, no os conoce tan bien como Illya, no sabe de lo que está hablando.[/color] [/b]- Rebecca no era muy buena hablando, ni tampoco la conocía demasiado bien, pero sabía que necesitaba ayuda.
– [b] [i] [color=#EE5159]¿No te han dicho nunca que la comida no debe hablar?[/color] [/i] [/b]- Le espetó Lilith con ira. Las quemaduras que tenía por todo el cuerpo (algunas pequeñas, como de bolitas de luz) y otras, bastante grandes (las que le estaba haciendo Diana) empezaban a pasarle factura. Por no hablar de su ropa que no eran más que dos harapos chamuscados.
– [b] [color=#CC858A] Escucha Reina de los Condenados, si quieres hacernos daño, no lo vas a conseguir y si quieres que te matemos tampoco, así que ahí tienes la puerta.[/color] [/b]- Amenazó Rebecca moviendo la mano como hacían las chicas de Jersey Shore, el programa que tanto gustaba en su clase, pero que ella desconocía.
Lilith, sin mediar palabra, saltó por encima de la barra con una agilidad sobrehumana y se quedó arriba, en cuclillas, a escasas distancia de Rebecca- [b] [i] [color=#843181]¡LUX TRABEM![/color] [/i] [/b]- Gritó Diana provocando que de sus manos saliese un haz de luz que impactó directamente en la cara de la vampiro, que chillaba llevándose las manos a la cara mientras intentaba bajarse de la barra.
Rebecca se quedó paralizada con la bolsa en la mano. Por una parte, sabía que debía huir, pero por otra, era consciente que bajo esa capa de maldad se encontraba Illya y si nadie la ayudaba a guarecerse, acabaría reducida a cenizas. Cuando la chica ya se había decidido a saltar la barra para ayudar a Illya, Diana tiró de ella y la sacó de la cafetería.- [b] [color=#CC858A] Hay que pensar como hacerla volver a ser Illya.[/color] [/b]- Murmuró la castaña sin dejar de correr por los pasillos de la facultad.
[b] [i] [color=#843181]Si es que sobrevive…[/color] [/i] [/b]- Obtuvo por respuesta de la bruja pelirroja que al decir eso sonrió con satisfacción.
Rebecca, al escucharla, bajó la cabeza, aminoró el paso dejando que se adelantase y sacó el móvil del minúsculo bolso que llevaba colgado. Casi sin saber qué estaba haciendo, le envió un mensaje de texto a Dominic.
[QUOTE][SIZE=2]Algo raro está pasando. No sé qué hacer. [/SIZE][/QUOTE]
[SIZE=2]
Había llegado el momento de dejar de hacerse la valiente y correr.
Pero no sabía en qué dirección. [/SIZE]
[spoiler]Espero que os guste :heart: Y gracias a Dracon por ayudarme en este post moviendo a Rebecca xDD [/spoiler]
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