[align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=3]Daniel Arkkan | Manicomio abandonado. Afueras de Moondale, Condado de Ripper.
[color=#E16C13]Tarde[/SIZE][/color][/font][/b]
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La tarde, desde el mismo momento en el que Ed y yo nos pusimos a buscar todo lo necesario para el manicomio abandonado, pasó como un suspiro. Ed parecía conocer bien muchas cosas de las que necesitaba, porque en su realidad había ayudado muchas veces a McLeod a encerrarse en ese mismo lugar, así que no tardamos en tener todo listo sin necesidad de una lista.
Todavía me costaba acostumbrarme a los dobles recuerdos, al hecho de conocer a Ed desde el mismo momento en el que conocí a Diana al día siguiente de conocer a Sarah, y saber a la vez que había venido desde otra realidad en la que nos había perdido a todos. Los Poderes habían dejado algunos recuedos concretos, complementando a los nuevos, a los que eran los reales, para que no olvidásemos cómo nos habíamos conocido, los sacrificios que cada uno había hecho, y la confianza que otros habían demostrado. El resultado sólo nos había unido más.
Después de prepararlo todo y pasar unos segundos horribles encerrado en la que sería la celda de mi hermano, tratando de tirar abajo el candado para comprobar si resistiría, nos sentamos en las sillas un par de minutos.
– [b][i][color=#266EAC] Gracias por echarme una mano montándolo todo. Sólo no me habría dado tiempo.[/SIZE][/i][/b] – dijo Ed mientras se sentaba. En realidad el mérito era suyo, era a él a quien se le notaba la experiencia de haber pasado por más Lunas Llenas como esa.
– [b][i][color=#4F5360]Gracias a tí, creo que no habría sabido por dónde empezar.[/color][/i][/b] – admití. Ed era una buena persona y nunca se creería que todo había sido cosa suya, pero lo cierto es que si no hubiese estado aquí, me habría dejado la mitad de las cosas en el camino, o como mínimo, habría tardado más del doble en encontrarlo todo. Por no hablar de que si hubiera tenido que entrar yo solo en ese lugar…no habría sido lo mismo.
– [b][i][color=#266EAC] ¿Crees que la puerta aguantará?[/color][/i][/b] – me preguntó haciendo un gesto con la cabeza hacia la puerta. Estaba bastante reforzada, para aguantar el peso de un ser humano que embista sin control, y con la cadena y los candados que habíamos puesto había resistido también mis empujones, pero era cierto que un licántropo podría terminar por tirarla abajo.
– [b][i][color=#4F5360]Habrá que tener la arena que trajiste preparada por si acaso.[/color][/i][/b] – comenté. En la parada de la tienda de magia habíamos parado a coger un poco de arena, de color rojizo, para el ritual contención «Arena de la Palma Roja» que habíamos utilizado otras veces y que Diana le había dicho a Ed que se le había acabado. Hacia los licántropos de fuera no suponía ninguna mejora, porque simplemente tenían que abrir un hueco en la arena para dejarlo pasar, pero para él sólo si que debería ser suficiente.
– [b][i][color=#266EAC] podemos echar un poco bajo la puerta por si llegara a romperla.[/color][/i][/b] – asintió Ed. Después se levantó de la silla y colocó la nevera portátil que había traído en un lugar dónde no le daba el sol. – [b][i][color=#266EAC] ¿Quieres tomar algo? Lorne me ha dado un par de suministros para pasar la noche.[/color][/i][/b] – comentó. Teníamos suerte de muchas cosas, y también mala suerte por muchas otras, pero sin duda la mayor suerte era estar rodeados de la gente que estábamos, desde Ed pasando toda la tarde preparando el lugar para Mc y para todos, hasta Lorne prestándonos ayuda siempre que podía.
– [b][i][color=#4F5360]Pues algo con cafeína me vendría bien, no pienso cerrar un ojo mientras esté aquí.[/color][/i][/b] – respondí. No quitaba ojo a cada esquina, ni dejaba de escuchar cada pequeño ruido, ni de sentir cada ráfaga de viento, preparado para cualquier cosa que pudiese ocurrir.
– [b][i][color=#266EAC] Ahora al menos la habitación parece otra cosa.[/color][/i][/b] – dijo mientras me pasaba una Coca Cola Light todavía fría y él se sentaba con una normal, recordándome a Sarah, que siempre se metía conmigo cuando pedía una light y ella prefería una normal. Pasé la vista por la sala, obviando las manchas de humo que se percibían en algunas paredes, junto a las de polvo, seguramente debidas a un incendio que había ocurrido allí, y que esperaba que no se hubiese cobrado víctimas, porque ya tendríamso bastantes sustos esa noche. La sala en la que se encontraban varias puertas que conducían la mayoría a celdas acolchadas, debía haber sido en su momento una especie de sala de estar de celadores, por lo ancho de la sala y lo bien comunicada que estaba con casi todas las celdas, teniendo las puertas de la mayoría directamente a la vista. Allí habíamos colocado una mesa portátil de las que teníamos todavía en la nave de cuando hicimos la última fiesta de cumpleaños, junto a varias sillas y taburetes plegables. La mesa y las sillas le daban ya un tono distinto, pero al sumarle la nevera portátil y las bolsas que habíamos ido dejando por allí, parecía menos tétrica. También ayuda haber quitado un poco el polvo del suelo, las paredes y el techo. -[b][i][color=#266EAC] Deberiamos hacer una habitación especial en la nave.[/color][/i][/b] – comentó Ed. No me había parado a pensarlo, pero ahora que Ed lo había dicho, era una gran idea. La nave iba avanzando poco a poco en cuanto a su construcción: lo primero que habíamos mandado construir a Construcciones Fenris había sido el apartamento de Illya en el piso de abajo, con todo lo que necesitase, además de colocar ventanas con cristal necro-templado en las dos plantas para evitar que Illya se incinerase; después dividimos las zonas, desde la entrada se llegaba a la recepción, y de allí los clientes tendrían que subir al piso de arriba, aunque desde la recepción se podía acceder al garaje y a la zona reservada para nosotros, la «sala de fiestas y reuniones» que cubría todo el espacio libre de la planta de abajo que se encontraba entre la zona de garaje y recepción y el apartamento de Illya. En el piso de arriba ya habían terminado con casi todas las divisiones de las salas, teníamos un despacho, baños para los clientes, una amplia sala de entrenamiento, baños para nosotros y dos o tres salas vacías más. Ahora mismo estaban con la fontanería de los baños de la sala de entrenamientos, porque tenían duchas, pero podríamos decirles que arreglaran una de las salas, aunque sería difícil de explicar.
– [b][i][color=#4F5360]En los planos hay dos o tres espacios que no tienen nada planeado, me tranquilizaría bastante estar allí, aunque ahora pone un poco menos los pelos de punta…un poco.[/color][/i][/b] – bromeé, aunque el lugar sí que me tenía completamente alerta y si hubiese podido elegir, habría estado en cualquier otro. – [b][i][color=#4F5360]¿Qué tal va todo con Kaylee?[/color][/i][/b] – pregunté ahora que teníamos tiempo para hablar mientras descansábamos. En la ficción no suelen hablar de ello, pero la verdad es que la lucha contra el mal absorbe muchas de tus conversaciones y te deja poco tiempo para hablar de cosas más mundanas. Quizá por eso me resultaba extraño preguntarle eso a Ed, o quizá porque tenía miedo a meterme dónde no me llamaban, pero algo me decía que tenía que preguntarlo.
– [b][i][color=#266EAC] Bien… bueno… todo lo bien que puede ir una relacción a distancia.[/color][/i][/b] – respondió. No me fue nada difícil empatizar con él, las relaciones a distancia son difíciles, pero con voluntad todo se consigue y con el tiempo las cosas mejorarían, aunque seguramente uno de los dos tuviese que terminar yendo dónde estaba el otro, pero si se querían, y desde luego parecía que lo hacían, podrían aguantar hasta entonces.
– [b][i][color=#4F5360]Terminará por arreglarse, créeme. Yo no podía estar más lejos de Sarah. Estaba cerca pero ni siquiera sabía que estaba ahí.[/color][/i][/b] – recordé tratando de darle ánimos. Habían sido varias semanas las que pasé observándola a lo lejos, tratando de protegerla, muchos días desde la primera noche que la vi hasta el día en que la conocí en persona, pero no me arrepentía en absoluto de cómo habían ocurrido las cosas, el tiempo lejos de ella fue duro, sobretodo porque ni siquiera sabía si le caería bien, mal o indiferente, quizá incluso pensase que era un loco, pero terminó por solucionarse y ahora no podrái ser más feliz estando junto a ella, por muchas cosas que nos pasasen nos teníamos el uno al otro.
– [b][i][color=#266EAC] La vuestra era una relación a corta distancia.-[/color][/i][/b] bromeó Ed. Sonreí mientras recordaba la noche en la que conocí a Sarah en persona. Estaba patrullando por el parque, sin proteger a Sarah porque normalmente se quedaba en casa, pero esa noche me equivoqué. Cuando escuché la palabra Cazadora a lo lejos y a continuación los ruidos propios de una refriega, corrí a toda velocidad en la dirección de la que provenían los ruidos. Cuando pegué un salto y me subí al muro del parque y la vi, con el rostro cubierto de pequeñas heridas y magulladuras provocadas por el grupo de vampiros, se me encogió el corazón y sentí como la ira me invadía, pero traté de calmarme y pensar claramente, para evitar que saliese herida. Resultaba curioso pensar que al día siguiente me reencontraría con mi hermano, y conocería también a Diana y a Ed.
– [b][i][color=#4F5360]Todavía me resulta extraño pensar que nos conocimos antes de la Iniciativa.[/color][/i][/b] – pensé en voz alta. Todos sabíamos lo que cada uno estaba experimentando, un cambio progresivo de los recuerdos antiguos, a los nuevos, a los que de verdad se merecían Sarah, Diana y Ed con todo lo que habían hecho, a los que de verdad ocurrieron una vez libres los Grandes Poderes de la oscuridad que habían dejado los Viejos Poderes. Todos lo sabíamos pero no nos parábamos a menudo a hablar de ello porque ni siquiera nos dejaban tiempo.
– [b][i][color=#266EAC] Si. A mí también me resulta raro. Es decir, recuerdo cuando aparecí frente a Chris, pero también recuerdo cuando nos conocimos antes de eso.[/color][/i][/b] – admitió. Era confuso convivir con algunos recuerdos duplicados, aunque por suerte cada vez quedaban menos, salvo unos pocos, que parecían tan claros como siempre, como la aparición de Ed o la de Diana.
– [b][i][color=#4F5360]Supongo que hay cosas que no conviene olvidar. No todo el mundo cruzaría de una realidad a otra para salvarnos, está bien que no lo olvidemos.[/color][/i][/b] – confesé en voz alta. Tanto por el como por Diana, los dos habían hecho mucho por nosotros: Ed cruzo a nuestra realidad sin ninguna garantía de que le aceptásemos, solo con la intención de salvarnos de la Iniciativa y de Mason; y Diana se encontró sola en un mundo distinto al que conocía tras pasar por una época oscura, que redimió completamente ganándose la confianza de todos. Recordaba haberlos conocido a los dos al día siguiente de conocer a Sarah, recordaba a Diana bromeando conmigo tan bien que incluso recordaba haberme puesto rojo, pero no olvidaría que se ganó a pulso la confianza de todos, y lo mismo con Ed.
– [b][i][color=#266EAC] ¿Como se esta adaptando Cara?[/color][/i][/b] preguntó para cambiar de tema. Ed llevaba los cumplidos como Sarah, evitándolos y cambiando de tema. Me resultaba curioso pararme a observar y ver cosas de Sarah, Diana y Kaylee en él, además de las propias de sí mismo claro.
– [b][i][color=#4F5360]Cabezota como ella sola.[/color][/i][/b] – asentí recordando lo difícil que era conseguir que hiciese algo que no le apetecía, aunque al menos ahora le gustaba bañarse. – [b][i][color=#4F5360]Aprende rápido, pero sigue sin recordar nada de su pasado, aunque la verdad es que…no sé si sería mejor que no lo recordase.[/color][/i][/b] – confesé. Lo que había pasado en casa de mi abuelo, incluso aunque ella no lo hubiese notado, era horrible, y quien sabía lo que habría pasado en el tiempo que estuvo perdida, sin duda algo grave para volver sin recuerdos y aparecer completamente desnuda y desamparada en mitad de un bosque nevado. Por suerte la señora la había encontrado, desde ese momento, o quizá ya desde antes, no podía saberlo, Cara no llevaba demasiado bien el frío, incluso podría decirse que lo temía.
– [b][i][color=#266EAC] Con un poco de suerte no recordará nada y los únicos recuerdos que tendrá son de ti y de los demás cuidando de ella.[/color][/i][/b] – añadió tratando de animarme, algo que en parte consiguió, mucho más de lo que podría esperarme estando en el lugar en el que estaba.
– [b][i][color=#4F5360]Eso espero, no tengo un abuelo ejemplar precisamente.[/color][/i][/b] – medité. Entendí que mis padres adoptivos, Arthur y Delia, no me contasen nada de él, no me gustaría haberme criado con ese hombre. – [b][i][color=#4F5360]A ver qué tal esta noche.[/color][/i][/b] – comenté con la mirada perdida en la ventana rota que teníamos cerca, pero que iba más allá, hacia el horizonte dónde el Monte Bóreas trazaba una línea contra el cielo.
– [b][i][color=#266EAC] Esperemos que transcurra sin incidencias y esos licántropos que vio Diana no se presenten.[/color][/i][/b] – respondió. Si Diana había visto a Ann con ellos, quizá fuesen primero a por ella, de lo contrario habría distinguido a Christopher, incluso en forma de lobo, entre la gente que estaba con ella. Así que eso nos daba tiempo, pero no podíamos ir a vigilar a Ann, ella tendría que tomar su decisión, y probablemente, dado que siempre se movía entre la multitud, junto con una chica morena, tanto de piel como de pelo, que había visto una vez en el bar de Lorne, si no acudía a ellos, ellos no podrían ir a por ella.
– [b][i][color=#4F5360]Y si vienen tendremos que hacer que den la vuelta.[/color][/i][/b] – sentencié con una ligera sonrisa, para no contagiar a Ed con mis preocupaciones, porque ya tenía bastante con las suyas.
– [b][i][color=#266EAC] Les tiraremos un par de pelotitas para que vayan a buscarlas.[/color][/i][/b] – bromeó Ed, consiguiendo que me riese. Cuando paré de reírme me quedé extrañado, cualquiera que me hubiese visto riéndome en un viejo manicomio habría pensado reabrirlo aunque solo fuera para meterme allí. Volvió a resultarme escalofriante pensar en lo que vi en el mundo del miedo, esa ilusión de yo mismo en un manicomio. Me había convencido de que no era cierto, pero el simple hecho de que encajase tan bien como para habérmelo creído por un momento me asustaba. Si estuviesemos en una serie seguramente se harían apuestas sobre si Ed era real o una invención de mi cabeza, como si fuese el tipo de «Una mente maravillosa», suerte que no me gustaban las matemáticas para poder hacer distinciones.
– [b][i][color=#4F5360]Teníamos que haberles guardado un par de huesos de la comida.[/color][/i][/b] – añadí continuando con la broma, aunque no me hubiese extrañado que Diana lo hubiese hecho. De hecho, estaba casi convencido de que lo había hecho. [b][i][color=#843181](Lo hice cuñado)[/color][/i][/b] [b][i][color=#4F5360](Diana no me escribas en el diario que luego no puedo encuadernarlo)[/color][/i][/b]
– [b][i][color=#266EAC] ¿Alguna predicción de quien ganará la noche de póker?[/color][/i][/b] – preguntó Ed.
– [b][i][color=#4F5360]Dom, yo tengo muy mala suerte en las cartas.[/color][/i][/b] – afirmé. Tenía claro que yo no podría hacer mucho, salvo pasármelo bien desconcertándolos a todos con mis faroles, por desgracia nunca acompañados de cartas buenas. Dom era el del póker, aunque Diana, competitiva como ella sola, intentaría ganarle todas las veces que pudiera, igual que Sarah, salvo que ella ya iría pensando de base que no tendría posibilidades. Cara no sabía jugar así que habría que enseñarla a ella y a Daakka, no sabía si prefería eso o los licántropos.
– [b][i][color=#266EAC] Yo voy a traer una baraja nueva por si se diese el caso de que Dom tuviese el suyo marcado.[/color][/i][/b] – esa afirmación de Ed me hizo soltar una risa.
– [b][i][color=#4F5360]Si aún así gana, lo consideramos habilidad sobrehumana y listo.[/color][/i][/b] – expliqué, así teníamos excusa para que nos apalizaba, que no jugaba con las mismas condiciones.
– [b][i][color=#266EAC] Lo mandamos a un torneo nacional para que haga algo de dinero.[/color][/i][/b] – comentó Ed. No nos vendría mal porque mis ahorros estaban disminuyendo progresivamente a medida que encargábamos lo que necesitábamos para la nave, aunque por suerte ellos, como una verdadera familia, nos habían ayudado.
– [b][i][color=#4F5360]Sí.[/color][/i][/b] – dije sonriendo. – [b][i][color=#4F5360]Bueno, tendremos que ir a recoger a todos.[/color][/i][/b] – comenté mienras empezaba a levantarme. Me había gustado poder pararme a hablar con Ed, pero quería salir de allí cuanto antes. Durante el tiempo que estuvimos descansando, no había podido estar tranquilo del todo, porque estaba en continua vigilancia. Si cerraba los ojos habría jurado que podía sentir algo observándome cerca, además de la continua sensación de que tenía a alguien detrás o vería algo por el rabillo del ojo.
– [b][i][color=#266EAC] Sí. Tendré que pedirle la furgoneta a Lorne, todos no vamos a caber en tu coche… sobre todo con Daakka ocupando casi dos asientos.[/color][/i][/b] – respondió. Era el mejor plan, porque así nos asegurábamos de que nadie veía a Daakka.
– [b][i][color=#4F5360]Pasamos ahora de la que vamos si quieres.[/color][/i][/b] – le propuse mientras apretaba la lata de Coca Cola lo máximo que podía, para tirarla en la próxima papelera que encontrase.
Ed asintió y no tardamos en levantarnos y coger el coche para ir a buscar a los demás. Casi una hora más tarde, ya estábamos todos en el viejo manicomio, excepto Diana que nos había dejado un mensaje de que estaba en una reunión y llegaría en cuanto saliese.
Un halo anaranjado invadió el manicomio, provocado por la luz del atardecer filtrándose por las sucias y rotas ventanas. La Luna Llena se acercaba, y a medida que lo hacía, mi hermano se mostraba cada vez más y más nervioso, en parte por lo que iba a ocurrirle, y en parte por no tener a Diana con él. Miré a Sarah, que hablaba distraídamente con todos para paliar los nervios, los suyos y los de los demás, y pensé que la estancia en el manicomio era más llevadera estando con ella.
Mientras Cara toqueteaba la pared acolchada de la celda en la que estaría Christopher, me paré a pensar en lo mal que lo pasaría yo en su lugar, teniendo que dejar mi mente ir durante toda una noche mientras los demás pasaban todo tipo de riesgos, incluso causados por mí mismo. No sería capaz de soportarlo. Por eso mismo me propuse apoyarlo más que nunca, para que supiera que siempre nos tendría ahí, y para ese apoyo contaba con los demás, a los que no necesitaba pedírselo.
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