Moondale

ESPERANZA Y UNA FAMILIA QUE CAMINABA JUNTO A MI

[align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Daniel Arkkan | Pico Tantree, Skye| Parte I de II

[color=#B45F04]Ocaso[/SIZE][/color][/b][/font]

daniel1

[SIZE=3]
El camino en coche fue silencioso, nada que ver con los coches comunicados por un par de teléfonos en manos libres cuando estábamos en Escocia. Esta vez lo que estaba en juego era demasiado y lo que podía fallar, aún más. No hacía mucho del último viaje a Escocia, pero parecía que habían pasado siglos.

Al fin llegamos a la falda de la montaña, donde el camino en coche se cortaba en un amplia área recreativa. A partir de ahí tendríamos que seguir ascendiendo a pie hasta dar con la entrada al lugar en el que nos esperaba el destino, sin saber a ciencia cierta dónde estaría.

Por suerte teníamos a los expertos en magia del grupo, con Diana a la cabeza vigilada continuamente por Christopher, Sarah y Ed.

Cara nos había transmitido la mezcla de miedo, ira y respeto que tenía el Doctor por ese lugar al que teníamos que ir, porque, según pudo describirlo, allí no tenía poder. Así que en base a eso el grupo «mágico» compuesto por Diana, Ed y Christopher, dio con un conjuro que permitiese localizar un lugar donde la magia se anulaba. Aunque eso no dejaba de arrojar aún más inseguridades sobre si ellos tampoco podrían usar la magia allí dentro. Al menos nos quedaba el alivio de que cuando probaron el conjuro, detectaron que el punto sin magia no estaba a gran altura y podríamos subir sin pertrechos de escalada.

Mientras el grupo «mágico» preparaba el conjuro de localización para dar con el punto exacto, el resto comenzó a pertrecharse con las mochilas que habíamos preparado los últimos días y que contenían todo lo que cada uno creyó que podría necesitar, desde armas hasta objetos de primeros auxilios o comida.

Me acerqué a Sarah, que revisaba su bolsa con un temblor de manos que trataba de esconder rebuscando en su interior. Para ninguno de nosotros estaba resultando fácil, pero con ella era con la que más fácilmente me resultaba empatizar, porque la quería más que a nada en el mundo y solo pensar en el hecho de que pudiese perderlo todo en el lapso de unas horas me hacía querer ir a sentarme en un rincón abrazado a las piernas y esperar allí a que todo pasase, pero no podíamos, por duro que fuese.

Teníamos demasiadas presiones, por una parte la profecía que nos decía que podíamos vivir o morir y con nosotros el mundo, por otro el total desconocimiento de aquello a lo que nos íbamos a enfrentar, y el hecho de no saber si Logan Villiers y el Campeón en las Sombras se presentarían, pese a que el último hubiese contactado con nosotros para asegurarlo.

Por mi parte, no podía soportar la idea de perder a Sarah allí dentro, habría deseado que pudiese quedarse fuera, pero ni podía negarle su papel en todo eso, ni debía, ni tampoco había opción, porque ya había visto en qué se convertiría el mundo si perdíamos, y no estaba dispuesto a permitirlo.

Sin Sarah, no sabía como podría seguir adelante, simplemente imaginarme un futuro en el que ella no existiese me resultaba imposible. Ya había visto un eco de un futuro sin Sarah, y solo había permanecido en pie para cuidar de nuestra hija y el desenlace no había sido bueno igualmente, cuidaba de ella pero solo quería dejar de vivir en ese mundo, dejar de sufrir.

Si perderla no fuese suficiente, también podía perder de un instante a otro a casi todas las personas que me importaban, aún más, a todas, porque si fallábamos, todo el mundo estaría condenado. La idea de enfrentarme de nuevo a algo que se parecía potencialmente demasiado a lo que ya había pasado una vez cuando perdí todo mi mundo en un instante, me aterraba, pero no había alternativa, si cedía estaría perdido, no remontaría esos pensamientos y el miedo a pasar otra vez por ello acabaría con cualquier esperanza.

Sarah se percató de que la había estado observando, más tiempo de lo cortés incluso, porque me había perdido en mis propios pensamientos observándola. Cuando vi que me miraba le dirigí una media sonrisa y le puse una mano en el hombro, sintiendo su suave piel descubierta por la camiseta de tirantes. Me acerqué y le di un beso en la frente, a veces lo más reconfortante que puedes hacer para con una persona no involucra palabras, si no hechos.

– [b][i][color=#BB609C]Es que no encuentro las llaves…de…¿la cueva?[/SIZE][/i][/b]- respondió soltando una risilla nerviosa que me hizo sonreír al instante, incluso minutos antes de llegar a una especie de lugar de pruebas ancestrales dónde, si nos equivocábamos, podríamos morir todos y el mundo que nos rodeaba.

– [b][i][color=#4F5360]Todo va a salir bien, ya lo verás.[/color][/i][/b] – dije con seguridad, o al menos aparentándola. Lo cierto era que habíamos tenido menos tiempo para prepararnos del que habíamos imaginado en un principio. Cuando descubrimos que la fecha estaría regida por la ‘Luna de la Cosecha’ calculamos que tendríamos hasta finales de agosto en el peor de los casos. Pero las cosas nunca salen como están planeadas y un día, la noticia en todos los medios de que poco más de un mes más tarde tendría lugar un evento astronómico raramente avistado en el que se vería otra ‘Luna de la Cosecha’ pero antes de tiempo y con un fulgor anaranjado (Dispersión de Raileigh) mayor de lo habitual. Así que teníamos dos ‘Lunas Cantarinas’ y evidentemente la nuestra no iba a ser la que ocurría todos los años. Así que tuvimos que ponernos las pilas e invertir todo el tiempo juntos en tiempo entrenándonos tanto física como mentalmente.

– [b][i][color=#BB609C]Lo de Mason parecía imposible, ¿sabes? Pero esto…es distinto, el…éste tipo nos supera a tantos niveles que si conseguimos hacerle cosquillas podemos darnos por satisfechos[/color][/i][/b].- me confesó. Sentí un dolor difícil de explicar si no estás profundamente enamorado de alguien, tanto que el hecho de que se sienta mal te hace sentirte mal a ti mismo. Lo peor es que sabía que tenía parte de razón.

– [b][i][color=#4F5360]Te entiendo…[/color][/i][/b] – yo mismo me había parado a pensar en ellos y al final solo quedaba una salida, confiar en los Grandes Poderes y lo que habían dispuesto, pero eso no lo hacía más fácil. – [b][i][color=#4F5360]Pero aparentemente nos han estado preparando para esto. Al final de esas ‘Pruebas’ encontraremos algo que le detendrá.[/color][/i][/b] – respondí. Estaba convencido de que encontraríamos algo, porque no quería plantearme lo contrario, eso solo me desmoralizaría y necesitaba estar ahí para los otros, para Sarah.

Sarah asintió, aunque sabía que solo estaría conforme en parte, las dudas seguían ahí, igual que las mías, simplemente, no podíamos hacerles caso.- [b][i][color=#BB609C]¿Y después, volverá todo a la normalidad o vendrá algo igual o peor?[/color][/i][/b] – preguntó.

Volví a sentirme mal por ella y me quedé unos segundos en silencio, buscando las palabras adecuadas para ayudarla. – [b][i][color=#4F5360]No importa, venga lo que venga, estaremos juntos, y lo afrontaremos juntos.[/color][/i][/b] – respondí al final, de corazón, mientras le cogía una de sus pequeñas y suaves manos que también eran capaces de doblar el metal.

– [b][i][color=#843181]¿Queréis que vomite arco iris? En serio, lo estoy deseando[/color][/i][/b].- interrumpió Diana mirándonos y haciendo un gesto como si reprimiese una arcada.

– [b][i][color=#4F5360]Cotilla.[/color][/i][/b] – le repliqué bromeando, ya tenía suficiente confianza con mi cuñada como para permitirme ser un poco más «yo».

– [b][i][color=#843181]No puedo evitarlo, es una adicción[/color][/i][/b].- se justificó sonriendo, pero no pude devolverle una sonrisa sincera porque esa última palabra me recordó una de nuestras preocupaciones añadidas, la de perder a Diana por culpa de la magia. El poder resulta tentador para proteger a los demás, pero el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente. Si partíamos de todo eso y teníamos en cuenta que Diana quería protegernos por encima de todo y que la magia es potencialmente infinita, tenemos un problema que no podemos evitar, pero que estábamos teniendo que dejar en segundo plano por culpa del Soberano. Temía que cuando tuviésemos tiempo fuese tarde, temía perderla, temía que Sarah la perdiese y Mc, todos.

– [b][i][color=#457238]Ahorra energías para subir.[/color][/i][/b] – le replicó McLeod despejándome, por suerte, de mis pensamientos, aunque solo en parte. Sabíamos por él, porque Diana se había negado a darle importancia, que se había vuelto a desmayar otra vez además del día del ritual, y además había sido bajando las escaleras, por suerte solo se hizo una brecha en la cabeza que cerró rápido al aplicar mi poder, pero podía haber ocurrido una desgracia.

– [b][i][color=#843181]Ahorra tú, carcamal[/color][/i][/b].- le replicó ella riendo. Christopher negó con la cabeza y dejó el tema, al menos de momento.

– [b][i][color=#7E6368]Si Cara se cansa, la suben Daakka y Vincent que son sus novios[/color][/i][/b].- meditó mi hermana en voz alta. Lo que le interesaba lo había aprendido bien rápido, demasiado. Tenía hermana desde hacía menos de un año y ya se había echado dos novios, uno de ellos demonio.

Vincent nos miró con cara de no saber dónde meterse. Su relación se había distanciado y ya no solían salir tan a menudo.

– [b][i][color=#4F5360]Cara, no te aproveches de la gente.[/color][/i][/b] – reprendí a mi hermana, aunque no solía hacerme demasiado caso en algunos temas.

– [b][i][color=#C2A765]Si lo necesitas, Daakka te ayudará, Selardi.[/color][/i][/b] – se ofreció Daakka, que cargaba una mochila mucho mayor que la del resto, a saber que llevaba dentro. – [b][i][color=#C2A765]También resto.[/color][/i][/b] – añadió. El pobre hombre era la antítesis de toda definición de demonio, era como un…peluche con escamas, dientes afilados y garras que te ayudará en todo lo que pueda.

– [b][i][color=#843181]Siempre he querido que cargue conmigo un tío verde de más de dos metros[/color][/i][/b].- respondió Diana estirando los brazos como si de una niña pequeña se tratase. No sabía del todo si era broma o no, el caso es que Daakka la cogió en brazos y la levantó como el que levanta un cojín.

– [b][i][color=#843181]¿A partir de qué minuto se puede considerar que estoy abusando de ti?[/color][/i][/b]- le preguntó. Desde luego a Daakka le costaría menos subir que a cualquiera de nosotros, salvo Sarah y probablemente Bill.

– [b][i][color=#266EAC] Deberías andar un poco, estás echando barriga.-[/color][/i][/b] bromeó Ed, aunque la broma hizo que una bruma de silencio se cerniese sobre el grupo. El hechicero había invocado unas antiguas palabras prohibidas de poder y las consecuencias podían ser temibles.

– [b][i][color=#843181]Pues tú te estás empezando a quedar calvo[/color][/i][/b].- replicó ella rompiendo el silencio con un ‘fatality’.

– [b][i][color=#266EAC] Es posible con tanto estrés.-[/color][/i][/b] admitió Ed agachando ligeramente la cabeza. Se había retirado a tiempo, por las antiguas palabras prohibidas de poder llamaban a un combate en el que el invocador siempre perdería.

– [b][i][color=#843181]Espero que a Kaylee le gusten las bolas de billar, así podréis pasar el tiempo que no aprovecháis…mojando el churro[/color][/i][/b].- rió de nuevo Diana rematando con un doble ‘fatality’. Al menos Ed seguía vivo, y su dignidad casi intacta.

Daakka se encogió de hombros, todavía no estaba muy familiarizado con el lenguaje ‘de la calle’.

[align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Daniel Arkkan | Pico Tantree, Skye| Parte I de II

[color=#B45F04]Ocaso[/SIZE][/color][/b][/font]

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[SIZE=3]
El camino en coche fue silencioso, nada que ver con los coches comunicados por un par de teléfonos en manos libres cuando estábamos en Escocia. Esta vez lo que estaba en juego era demasiado y lo que podía fallar, aún más. No hacía mucho del último viaje a Escocia, pero parecía que habían pasado siglos.

Al fin llegamos a la falda de la montaña, donde el camino en coche se cortaba en un amplia área recreativa. A partir de ahí tendríamos que seguir ascendiendo a pie hasta dar con la entrada al lugar en el que nos esperaba el destino, sin saber a ciencia cierta dónde estaría.

Por suerte teníamos a los expertos en magia del grupo, con Diana a la cabeza vigilada continuamente por Christopher, Sarah y Ed.

Cara nos había transmitido la mezcla de miedo, ira y respeto que tenía el Doctor por ese lugar al que teníamos que ir, porque, según pudo describirlo, allí no tenía poder. Así que en base a eso el grupo «mágico» compuesto por Diana, Ed y Christopher, dio con un conjuro que permitiese localizar un lugar donde la magia se anulaba. Aunque eso no dejaba de arrojar aún más inseguridades sobre si ellos tampoco podrían usar la magia allí dentro. Al menos nos quedaba el alivio de que cuando probaron el conjuro, detectaron que el punto sin magia no estaba a gran altura y podríamos subir sin pertrechos de escalada.

Mientras el grupo «mágico» preparaba el conjuro de localización para dar con el punto exacto, el resto comenzó a pertrecharse con las mochilas que habíamos preparado los últimos días y que contenían todo lo que cada uno creyó que podría necesitar, desde armas hasta objetos de primeros auxilios o comida.

Me acerqué a Sarah, que revisaba su bolsa con un temblor de manos que trataba de esconder rebuscando en su interior. Para ninguno de nosotros estaba resultando fácil, pero con ella era con la que más fácilmente me resultaba empatizar, porque la quería más que a nada en el mundo y solo pensar en el hecho de que pudiese perderlo todo en el lapso de unas horas me hacía querer ir a sentarme en un rincón abrazado a las piernas y esperar allí a que todo pasase, pero no podíamos, por duro que fuese.

Teníamos demasiadas presiones, por una parte la profecía que nos decía que podíamos vivir o morir y con nosotros el mundo, por otro el total desconocimiento de aquello a lo que nos íbamos a enfrentar, y el hecho de no saber si Logan Villiers y el Campeón en las Sombras se presentarían, pese a que el último hubiese contactado con nosotros para asegurarlo.

Por mi parte, no podía soportar la idea de perder a Sarah allí dentro, habría deseado que pudiese quedarse fuera, pero ni podía negarle su papel en todo eso, ni debía, ni tampoco había opción, porque ya había visto en qué se convertiría el mundo si perdíamos, y no estaba dispuesto a permitirlo.

Sin Sarah, no sabía como podría seguir adelante, simplemente imaginarme un futuro en el que ella no existiese me resultaba imposible. Ya había visto un eco de un futuro sin Sarah, y solo había permanecido en pie para cuidar de nuestra hija y el desenlace no había sido bueno igualmente, cuidaba de ella pero solo quería dejar de vivir en ese mundo, dejar de sufrir.

Si perderla no fuese suficiente, también podía perder de un instante a otro a casi todas las personas que me importaban, aún más, a todas, porque si fallábamos, todo el mundo estaría condenado. La idea de enfrentarme de nuevo a algo que se parecía potencialmente demasiado a lo que ya había pasado una vez cuando perdí todo mi mundo en un instante, me aterraba, pero no había alternativa, si cedía estaría perdido, no remontaría esos pensamientos y el miedo a pasar otra vez por ello acabaría con cualquier esperanza.

Sarah se percató de que la había estado observando, más tiempo de lo cortés incluso, porque me había perdido en mis propios pensamientos observándola. Cuando vi que me miraba le dirigí una media sonrisa y le puse una mano en el hombro, sintiendo su suave piel descubierta por la camiseta de tirantes. Me acerqué y le di un beso en la frente, a veces lo más reconfortante que puedes hacer para con una persona no involucra palabras, si no hechos.

– [b][i][color=#BB609C]Es que no encuentro las llaves…de…¿la cueva?[/SIZE][/i][/b]- respondió soltando una risilla nerviosa que me hizo sonreír al instante, incluso minutos antes de llegar a una especie de lugar de pruebas ancestrales dónde, si nos equivocábamos, podríamos morir todos y el mundo que nos rodeaba.

– [b][i][color=#4F5360]Todo va a salir bien, ya lo verás.[/color][/i][/b] – dije con seguridad, o al menos aparentándola. Lo cierto era que habíamos tenido menos tiempo para prepararnos del que habíamos imaginado en un principio. Cuando descubrimos que la fecha estaría regida por la ‘Luna de la Cosecha’ calculamos que tendríamos hasta finales de agosto en el peor de los casos. Pero las cosas nunca salen como están planeadas y un día, la noticia en todos los medios de que poco más de un mes más tarde tendría lugar un evento astronómico raramente avistado en el que se vería otra ‘Luna de la Cosecha’ pero antes de tiempo y con un fulgor anaranjado (Dispersión de Raileigh) mayor de lo habitual. Así que teníamos dos ‘Lunas Cantarinas’ y evidentemente la nuestra no iba a ser la que ocurría todos los años. Así que tuvimos que ponernos las pilas e invertir todo el tiempo juntos en tiempo entrenándonos tanto física como mentalmente.

– [b][i][color=#BB609C]Lo de Mason parecía imposible, ¿sabes? Pero esto…es distinto, el…éste tipo nos supera a tantos niveles que si conseguimos hacerle cosquillas podemos darnos por satisfechos[/color][/i][/b].- me confesó. Sentí un dolor difícil de explicar si no estás profundamente enamorado de alguien, tanto que el hecho de que se sienta mal te hace sentirte mal a ti mismo. Lo peor es que sabía que tenía parte de razón.

– [b][i][color=#4F5360]Te entiendo…[/color][/i][/b] – yo mismo me había parado a pensar en ellos y al final solo quedaba una salida, confiar en los Grandes Poderes y lo que habían dispuesto, pero eso no lo hacía más fácil. – [b][i][color=#4F5360]Pero aparentemente nos han estado preparando para esto. Al final de esas ‘Pruebas’ encontraremos algo que le detendrá.[/color][/i][/b] – respondí. Estaba convencido de que encontraríamos algo, porque no quería plantearme lo contrario, eso solo me desmoralizaría y necesitaba estar ahí para los otros, para Sarah.

Sarah asintió, aunque sabía que solo estaría conforme en parte, las dudas seguían ahí, igual que las mías, simplemente, no podíamos hacerles caso.- [b][i][color=#BB609C]¿Y después, volverá todo a la normalidad o vendrá algo igual o peor?[/color][/i][/b] – preguntó.

Volví a sentirme mal por ella y me quedé unos segundos en silencio, buscando las palabras adecuadas para ayudarla. – [b][i][color=#4F5360]No importa, venga lo que venga, estaremos juntos, y lo afrontaremos juntos.[/color][/i][/b] – respondí al final, de corazón, mientras le cogía una de sus pequeñas y suaves manos que también eran capaces de doblar el metal.

– [b][i][color=#843181]¿Queréis que vomite arco iris? En serio, lo estoy deseando[/color][/i][/b].- interrumpió Diana mirándonos y haciendo un gesto como si reprimiese una arcada.

– [b][i][color=#4F5360]Cotilla.[/color][/i][/b] – le repliqué bromeando, ya tenía suficiente confianza con mi cuñada como para permitirme ser un poco más «yo».

– [b][i][color=#843181]No puedo evitarlo, es una adicción[/color][/i][/b].- se justificó sonriendo, pero no pude devolverle una sonrisa sincera porque esa última palabra me recordó una de nuestras preocupaciones añadidas, la de perder a Diana por culpa de la magia. El poder resulta tentador para proteger a los demás, pero el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente. Si partíamos de todo eso y teníamos en cuenta que Diana quería protegernos por encima de todo y que la magia es potencialmente infinita, tenemos un problema que no podemos evitar, pero que estábamos teniendo que dejar en segundo plano por culpa del Soberano. Temía que cuando tuviésemos tiempo fuese tarde, temía perderla, temía que Sarah la perdiese y Mc, todos.

– [b][i][color=#457238]Ahorra energías para subir.[/color][/i][/b] – le replicó McLeod despejándome, por suerte, de mis pensamientos, aunque solo en parte. Sabíamos por él, porque Diana se había negado a darle importancia, que se había vuelto a desmayar otra vez además del día del ritual, y además había sido bajando las escaleras, por suerte solo se hizo una brecha en la cabeza que cerró rápido al aplicar mi poder, pero podía haber ocurrido una desgracia.

– [b][i][color=#843181]Ahorra tú, carcamal[/color][/i][/b].- le replicó ella riendo. Christopher negó con la cabeza y dejó el tema, al menos de momento.

– [b][i][color=#7E6368]Si Cara se cansa, la suben Daakka y Vincent que son sus novios[/color][/i][/b].- meditó mi hermana en voz alta. Lo que le interesaba lo había aprendido bien rápido, demasiado. Tenía hermana desde hacía menos de un año y ya se había echado dos novios, uno de ellos demonio.

Vincent nos miró con cara de no saber dónde meterse. Su relación se había distanciado y ya no solían salir tan a menudo.

– [b][i][color=#4F5360]Cara, no te aproveches de la gente.[/color][/i][/b] – reprendí a mi hermana, aunque no solía hacerme demasiado caso en algunos temas.

– [b][i][color=#C2A765]Si lo necesitas, Daakka te ayudará, Selardi.[/color][/i][/b] – se ofreció Daakka, que cargaba una mochila mucho mayor que la del resto, a saber que llevaba dentro. – [b][i][color=#C2A765]También resto.[/color][/i][/b] – añadió. El pobre hombre era la antítesis de toda definición de demonio, era como un…peluche con escamas, dientes afilados y garras que te ayudará en todo lo que pueda.

– [b][i][color=#843181]Siempre he querido que cargue conmigo un tío verde de más de dos metros[/color][/i][/b].- respondió Diana estirando los brazos como si de una niña pequeña se tratase. No sabía del todo si era broma o no, el caso es que Daakka la cogió en brazos y la levantó como el que levanta un cojín.

– [b][i][color=#843181]¿A partir de qué minuto se puede considerar que estoy abusando de ti?[/color][/i][/b]- le preguntó. Desde luego a Daakka le costaría menos subir que a cualquiera de nosotros, salvo Sarah y probablemente Bill.

– [b][i][color=#266EAC] Deberías andar un poco, estás echando barriga.-[/color][/i][/b] bromeó Ed, aunque la broma hizo que una bruma de silencio se cerniese sobre el grupo. El hechicero había invocado unas antiguas palabras prohibidas de poder y las consecuencias podían ser temibles.

– [b][i][color=#843181]Pues tú te estás empezando a quedar calvo[/color][/i][/b].- replicó ella rompiendo el silencio con un ‘fatality’.

– [b][i][color=#266EAC] Es posible con tanto estrés.-[/color][/i][/b] admitió Ed agachando ligeramente la cabeza. Se había retirado a tiempo, por las antiguas palabras prohibidas de poder llamaban a un combate en el que el invocador siempre perdería.

– [b][i][color=#843181]Espero que a Kaylee le gusten las bolas de billar, así podréis pasar el tiempo que no aprovecháis…mojando el churro[/color][/i][/b].- rió de nuevo Diana rematando con un doble ‘fatality’. Al menos Ed seguía vivo, y su dignidad casi intacta.

Daakka se encogió de hombros, todavía no estaba muy familiarizado con el lenguaje ‘de la calle’.
– [b][i][color=#457238]En fin…[/SIZE][/i][/b] – intervino Christopher tratando de cambiar de tema. – [b][i][color=#457238]Si todos estáis listos, creo que es el momento de que subamos.[/color][/i][/b] – añadió. La cima, a 2.911 metros de altura sobre el mar y unos 2.400 metros por encima nuestro, parecía inalcanzable, por suerte el punto que habían localizado estaba más abajo, pero la caminata en un terreno escarpado no nos la quitaba nadie.

– [b][i][color=#585F7D] Deberíamos hablar con el Alcalde para que cree un teleférico y deje de pulirse la pasta en los casinos.-[/color][/i][/b] comentó Bill dirigiéndose a Vincent en particular pero sin aislar al resto.

– [b][i][color=#7E6368]Bill es un…psicópata[/color][/i][/b].- replicó alguien que no podía ser otro que mi hermana Cara.

– [b][i][color=#585F7D] Me han llamado muchas cosas, eso es nuevo.[/color][/i][/b] – respondió Bill sorprendido. Sí, Cara solía producir ese efecto en la gente, sorprendía mucho, a veces tanto que asustaba.

– [b][i][color=#7E6368]Es que Cara sabe mucho y es muy guapa, por eso tiene dos novios: uno verde y uno marrón[/color][/i][/b].- sentenció. Me llevé una mano sobre la cara con más énfasis del que pretendía, haciendo que sonase el golpe con la frente. Era demasiado sincera.

– [b][i][color=#DF7401] Y Khal Drogo.-[/color][/i][/b] añadió Hiroshi haciendo que recordase que él ya había estado allí cuando nos vimos inmersos en esos mundos de ficción.

La verdad es que durante esa parte de la conversación había estado algo ausente, pensando en algo que creía que tenía que hacer pero que en parte, me daba miedo, y no un miedo heroico como os podríais imaginar, no, si no el miedo a hablar el público, que sencillamente, me aterraba. No me gustaba ser el centro de atención, prefería pasar desapercibido.

Al final, evitando librar una batalla eterna dentro de mi propia mente que seguramente me impediría moverme y hacer lo que creía que tenía que hacer, di un paso adelante y luego otro, hasta situarme al lado de McLeod, frente al resto. – [b][i][color=#4F5360]Eh…es..[/color][/i][/b] – titubeé, porque todos me estaban observando. Lo peor de ser tímido es que además, cuando te dispones a hacer algo que va fuera de lo habitual, todo el mundo está el doble de atento. Carraspeé para aclararme la garganta y disimular de paso que cerraba los ojos durante un segundo, mientras forzaba a los nervios que sentía en el cuerpo a bajar por las extremidades y perderse en el aire y el suelo. – [b][i][color=#4F5360]Hemos pasado momentos muy difíciles, todos nosotros.[/color][/i][/b] – dije lentamente mientras abría los ojos, sintiendo una momentánea sensación de calma reforzada por la determinación. – [b][i][color=#4F5360]Pero ha llegado el momento de volver a enfrentarnos a lo que nos atormenta, de afrontar el destino y vencer, para que mañana el mundo siga aquí y nosotros disfrutemos de un merecido descanso.[/color][/i][/b] – añadí sin detenerme por un momento, tratando de convertir en palabras toda la fuerza y determinación que volcaba hacia mí mismo. – [b][i][color=#4F5360]Hacemos esto por el mundo, por todos aquellos que nos importan, pero también por nosotros mismos, por tener un futuro y por demostrarle a ese lunático que no podrá con nosotros. Es hora de recuperar nuestra vida.[/color][/i][/b] – continué sintiendo como el corazón me latía con fuerza.

Cuando terminé, parpadeé durante un rato más largo de lo habitual, para relajarme de nuevo, pero abrí los ojos al escuchar un aplauso, era Cara.

Al aplauso de Cara se le unieron Sarah e Illya, y poco después Diana y McLeod, Ed, Dom, incluso Bill. Me llevé una mano detrás de la cabeza, sin saber muy bien dónde meterme y sentí como la cara se me encendía, podría haber fundido la nieve.

– [b][i][color=#EE5159]Quizás…algún día me anime a dar un discurso[/color][/i][/b].- comentó Illya al poco. Durante unos segundos mi cerebro empezó a procesarlo, estaba bromeando. Al resto debió pasarle lo mismo, porque nos quedamos todos en silencio hasta que alguien empezo a aplaudirle, Cara, con mucho énfasis, aunque también se sumó alguno más.

– [b][i][color=#CC858A]¿Acaba de aprender a aplaudir?[/color][/i][/b]- escuché que le preguntaba Rebecca a Dom.

– [b][i][color=#383A72] Debe de haberlo visto en la tele, esa gran maestra el conocimiento.[/color][/i][/b] – respondió él bromeando.

Fruncí el ceño haciendo como que la miraba mal, a lo que ella respondió aguantándome la mirada, siempre había hecho lo mismo, así que le respondí igual que solía hacer cuando éramos pequeños, sacándole la lengua.

– [b][i][color=#CC858A]Muy maduro[/color][/i][/b].- respondió fingiendo enfado, aunque sonreía.

– [b][i][color=#BB609C]¿Queréis intimidad?[/color][/i][/b] – bromeó Sarah sonriendo. Sabía que no desconfiaba de mí, igual que tampoco Dom lo haría, porque todo el mundo era consciente ya, al menos en parte, de que Sarah era el amor de mi vida.

– [b][i][color=#4F5360]Solo tengo ojos para ti.[/color][/i][/b] – respondí con sinceridad mirándola a los ojos.

– [b][i][color=#7E6368]Cara quiero unos ojos para ella[/color][/i][/b].- escuché protestar a mi hermana provocando una carcajada generalizada.

– [b][i][color=#C2A765]Mis ojos siempre están contigo.[/color][/i][/b] – intervino Daakka. Al pobre hombre, bueno, demonio, la verdad es que solo le faltaba sacarse el corazón y dárselo en bandeja.

– [b][i][color=#8F532C]No deben faltar ojos que te miren.[/color][/i][/b] – comentó Vincent sonriente.

– [b][i][color=#843181]Dentro de poco estarás como Ills, que tiene un novio en cada esquina[/color][/i][/b].- intervino Diana aún en brazos de Daakka que parecía que iba a cumplir su palabra y subirla hasta arriba.

– [b][i][color=#4F5360]No, no, nada de tantos novios.[/color][/i][/b] – repliqué. – [b][i][color=#4F5360]Sin ofender Ills, en realidad no tienes tantos…solo que le gustas a mucha gente.[/color][/i][/b] – añadí mirando a Illya mientras trataba de arreglarlo.

– [b][i][color=#BB609C]¿A ti también?[/color][/i][/b]- preguntó Sarah entre carcajadas.

– [b][i][color=#4F5360]No a mí no…osea, como amiga…yo…tenía que haber acabado de hablar con el discurso…¿podemos volver a ese punto?[/color][/i][/b] – pedí sintiendo como volvía a sonrojarme. Mi momento de gloria se había vuelto en mi contra. – [b][i][color=#4F5360]Vamos, a por nuestra vida, a por nuestra libertad.[/color][/i][/b] – dije volviendo a sacar la emoción de mi interior y comencé a caminar antes de que Diana o Sarah empezasen a bromear a mi costa de nuevo, o Cara volviese a hacer una de las suyas. Sarah no tardó en alcanzarme en un par de zancadas y me dio la mano.

Me enfrentaba a unas ‘Pruebas’ de las que no sabíamos nada y que pondrían a prueba nuestras capacidades de formas incalculables. Era posible incluso que no lo lograse, pero tenía esperanza y una familia que caminaba junto a mí.

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