~ Silver F. Wolfe | Subterraneo 3 ~
Flashback (varias noches antes):
[QUOTE]Tras gritar «Joder» sentí que las rodillas me dolían a más no poder, y con sumo cuidado me incorporé y me senté en la cama. Me pareció escuchar un «¿Hay alguien ahí?» pero lo más probable es que me lo hubiese imaginado. Lo que más queria en ese momento era poder tener a alguien frente mia con la que hablar o pelear, una de dos.
Y aquello me dio escalofrios; lo de pelear es algo normal en mi pero, ¿hablar? Soy de esas personas que se cansan tras decir tres frases, asi que nunca duro más de 10 minutos hablando.
Poco a poco los párpados se me iban cerrando. Fuese lo que fuese lo que me estaban metiendo, hacia que me sintiese muy débil, y a la mínima caía dormida. Al despertar tuve la sensación de que no habia dormido mucho, de hecho el dolor de rodillas seguía palpitando igual de fuerte que antes.
Se me pasó por la cabeza una locura, pero lo que más se me ocurría allí dentro tenía poco de coherente, así que poco a poco me acerqué a un rectángulo que antes ignoraba en la pared del fondo.
Carraspeé y hablé:
-[b]Hola, vale, puede que no esté hablando con nadie en realidad, pero me pareció que antes oí voces por aquí[/b]- dije entrecortadamente. Aquello de hablar con la «nada» era más incómodo que hablar con alguien-[b] Bueno Silver, ya está, contenta, no hay nadie.[/b]- me rendí al no escuchar nada al otro lado. Pero justo cuando me dispuse a alejarme de allí noté que alguien se acercaba y me dio un vuelco al corazón.
-[b][i]Sí, estoy aquí, ¿quién eres? [/i][/b]- era la voz de un chico.
-[b]¿Hay alguien ahi?[/b]- no daba crédito a lo que escuchaba- [b]¿También estás encerrado? Pensé que era la única. Soy…soy…[/b] – pero callé al instante, a lo mejor aquel chico no era de los que yo calificaría de «buenos»- [b]Primero una pregunta: ¿puedo confiar en ti? ¿Como sé que no eres uno de [i]ellos[/i]?[/b]
-[b][i]Eso mismo es lo que yo me estoy preguntando, así que creo que podemos darnos un voto de confianza.[/i][/b]- contestó, y en aquel preciso instante supe que tenia razón. Suspiré.
-[b]Creo que no me queda otra. Me llamo Silver, encantada. Te daría la mano, pero como comprenderás no estamos en las mejores condiciones para hacerlo.[/b]- miré a mi alrededor y de nuevo al rectángulo que nos servía de puente para comunicarnos.
-[b][i]Yo soy Daniel. Parece que al menos podemos tener algo de compañía. ¿Cuanto tiempo llevas aquí?[/i][/b]- preguntó.
-[b]Si llamas compañía a una pared de cristal creo que tienes razón.[/b]- miré alrededor y lo único que veía eran paredes- [b]¿Tiempo? Ya ni siquiera sé qué es eso, he perdido la noción de todo…[/b]- suspiré de nuevo. Aquello me cabreaba mucho.
-[b][i]Creo que sé a qué te refieres, tengo lagunas desde que me capturaron hasta hoy.[/i][/b]- y él tenia razón, lo único que yo tenía en aquel instante eran lagunas, y mi enfado siguió incrementando.
-[b]Odio todo ésto, no sé por qué estamos aquí, ni que fuese un Gran Hermano. ¿También te han dado este cutre pijama?[/b]- pregunté mirando el mio-[b] Nos han marcado como si fuésemos golosinas en una tienda…[/b]
-[b][i]Nos tratan como si fuéramos escoria, sólo por ser…distintos.[/i][/b]- sentenció él, y aquello me sorprendió.
-[b]»Distintos», un término muy relativo a fin y al cabo.[/b]- bufé-[b] Yo no me considero distinta, bueno en un sentido sí lo soy, pero no soy la única. ¿Tú también lo eres? Quiero decir, ¿distinto?[/b]
-[b][i]Sí, al menos según ellos lo ven. Creo que imagino por qué ellos te consideran distinta[/i][/b]- conestó. [i]Y yo tengo mil razones por las que sé que soy distinta, pero no por eso me encierro[/i], pensé.
-[b]Estoy harta de estar encerrada por ser distinta. Lo que más me jode es que no sea yo la unica, tengo la intuición de que hay más personas aqui…[/b]
-[b][i]Me temo que esto debe estar lleno de otras personas como nosotros. El problema es distinguir los buenos de los malos.[/i][/b]
Y ahí él tenia razón, porque ¿quién era bueno y quién era malo en esta guerra? Yo de hecho nunca habia sabido a qué bando pertenecer porque no lo habia pensado, pero si esto era obra de los «malos», algo al respecto tendría que hacer.
-[b]Piensan que somos una amenaza, y no creo que nos dejen salir de aqui tan fácilmente.[/b]- reí tristemente-[b] Al menos no es lo que yo haría…[/b]- dije finalmente tras un largo silencio.
-[b][i]No importa como de dificil lo pongan, tengo que conseguir que ella salga de aquí, aunque deje mi vida en el intento[/i][/b]- dijo él serenamente, y aquello me sorprendió de nuevo.
-[b]¿Ella? Vaya, que caballeroso. Eres uno de esos pocos chicos que todavia existen en la Tierra, Daniel.[/b]- y si en aquel preciso momento lo tuviese al lado le daría un codazo en plan amigos, pero uno, él no era mi amigo; y dos, no lo tenia a mi lado físicamente hablando-[b] Pena que estemos encerrados aqui. Pero no te preocupes, tengo el presentimiento de que pronto la verás…[/b]
-[b][i]De hecho ya la estoy viendo, es la chica de la celda que está frente a la mía.[/i][/b]- contestó, y yo me reí ante su comentario.
-[b]Bueno Daniel, cuando digo «verla» me refiero a abrazarla y esas cosas que sé que quieres hacerle…[/b]- susurré ésto último como si fuese un secreto porque por alguna extraña razón sabía que no era para gritarlo a los cuatro vientos. Escucho una carcajada limpia, de esas que hacia tiempo no escuchaba.
-[b][i]Vale, no lo había pillado…gracias por los ánimos. Viene bien hablar con alguien. [/i][/b]- y él tenía razón, me hubiese vuelto completamente loca si no hubiesemos comenzado aquella conversación.
-[b]De nada, Consultorio Silver abierto las 24 horas, de todas maneras no tengo otra cosa que hacer[/b]- me burlo-[b] Bueno sí: peinarme. Se me va a caer el pelo [/b]- me toqué el pelo y la suavidad que lo caracterizaba se habia transformado en el tacto de los estropajos. Escucho una leve risa que se ve cortada violentamente, me sobresalto.
-[b][i]Cuidado, creo que ahí viene el vigilante.[/i][/b]- dijo susurrando Daniel.
-[b]Bueno, ya nos vemos…quiero decir, ya nos oiremos. ¡Me voy![/b]- susurré yo también atropelladamente mientras me alejaba y me acostaba en la cama fingiendo que llevaba asi horas y horas.
-[b][i]Suerte[/i][/b]- dijo él a modo de despedida.
Y aquella habia sido definitivamente la conversación más larga que había tenido en toda mi vida con una persona de carne y hueso…[/QUOTE]
Al despertar me encontré con una bandejita de comida y agua. Aunque en realidad aquello no se le podía calificar de «comida» pues parecía vomito-gris, el apetito era más grande que todos mis prejuicios, y de unas pocas cucharadas lo devoré completamente. Justo cuando acabé escuché que algunas personas entraban en la instancia, entre ellas una doctora con carpetas en la mano. Más tarde otra mujer, cuya cara era indefinible.
Escuché como atrapaban a un hombre de una de las celdas (lo averigué por la voz grave del chico, obviamente) y el sonido de las correas apretando su piel. Me sentí presionada, asfixiada. Era como si fuese yo la que estuviese amarrada, observada por unos diez ojos (no sabía exactamente cuántas personas eran, pero el sonido de los pasos los delataban).
Me arrinconé con las rodillas en el pecho y las manos presionándolas. Poco a poco escuché como la doctora que habia visto antes comenzaba a hablar de voltios, y los pelos se me fueron erizando poco a poco, hasta que no pude soportarlo más y, junto a los gritos del hombre, las lágrimas brotaron de mis ojos. Odiaba todo eso, odiaba estar encerrada alli sin ninguna explicación y odiaba sobre todo tener que oir aquel sufrimiento ajeno y no poder hacer nada al respecto.
Me quedé allí, pasando desaparecibida, mientras mi mente se alejaba de mi cuerpo para no tener que ser víctima de los sentimientos de los seres humanos…
[spoiler]El personaje de Daniel ha sido movido por Dracon y redactado por Stefy via MSN :3 [/spoiler]
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