Ezra | Galería subterránea
NOCHE
Tras acabar con aquellos Lurkers, los cuales eran ya casi polvo de por si, reanudamos la marcha. Amy cogió la delantera y todos la seguimos, era difícil alcanzarla, pero con algo más de resistencia por la transformación en ocasiones lo lograba. No era lo único que había mejorado con el cambio, tenía el olfato y el oído más desarrollados y parcialmente la vista, en ese momento podía percibir el hedor de aquel lugar y el tintineo de las gotas cayendo en los charcos, parecía el tintineo de un reloj, una cuenta atrás en la que estábamos a punto de ser cazados.
Eche un vistazo a la cicatriz en mi muñeca izquierda y palpe la del cuello cerca de la zona de la yugular, mi mente divago por unos momentos en aquel fatídico día, aquel día en el que ese maldito alquimista casi acabo conmigo y Amy me salvo la vida, de no ser por ella estaría muerto, le debía mi vida. A pesar de todo el tiempo que había pasado seguía sintiéndome extraño, sobretodo en los días de luna llena, esos días sentía mi cuerpo entumecerse, notaba como algo desde dentro de mi me desgarraba queriendo salir, y cuando llegaba la noche me transformaba en un licántropo, esas noches parecía como si estuviera atrapado en mi propio cuerpo, completamente incapaz de moverme, carente de visión, pero escuchando los aullidos del lobo. Era como compartir mi cuerpo con otra persona, en este caso criatura, pero a diferencia de los vampiros seguía siendo dueño de mi alma y de mis acciones, al menos cuando era humano.
Observe como Amy se iba frenando poco a poco hasta detenerse, los demás llegamos hasta su altura y nos detuvimos junto a ella. Tenía la cabeza ligeramente levantada, sin duda estaba percibiendo algo, unos segundos después comprendí de que se trataba y pude escucharlo, era un grito.
– [Ezra] Ha sido Mag, tenemos que dar la vuelta.-[/Ezra] Magnolia hubiese podido defenderse sin problemas de no ser por ese maldito Obelisco. Ese maldito trasto anulaba los poderes de los sobrenaturales, aunque gracias a las idas y venidas de la velocidad de Noah éramos consiente de que empezaba a fallar.
– [Amy]Ni se te ocurra[/Amy].- Escuche a Amy a mi espalda y me detuve. En algunas ocasiones sus palabras tenían un extraño efecto en mí.
– [Ezra]Tenemos que ayudarla.-[/Ezra] Agarre con fuerza el tridente, a algunos le resultaba graciosa el arma, la llamaban tenedor gigante. Podía decirse que no me gustaban las armas convencionales y encontraba en el tridente un complemento perfecto de ataque y defensa.
– [Noah]Si damos la vuelta no lo contaremos. Mira Leo.[/Noah] – La expresión de dolor de Noah lo decía todo.
– [Ezra]Ninguno lo contaremos si optamos por abandonar a los rezagados.-[/Ezra] No intentaba convencerle de que me siguiera, solo que comprendiera mi punto de vista – [Ezra]Hoy es ella, mañana tú o yo.-[/Ezra] Llegaría un día en el que no podríamos correr más, no tendríamos camino por el que seguir avanzando y nuestros perseguidores nos alcanzarían. Como un grupo amplio tendríamos una minima oportunidad de hacer algo, plantar cara. Si nos quedábamos en un grupo reducido no podríamos hacer nada.
– [Amy]Ezra, no es el momento de sacar a relucir la cabezonería[/Amy].- Añadió Amy mirándome fijamente con esos ojos verdes, como si fuera a hipnotizarme. A nuestra espalda comenzaron a llegar unos cuantos rezagados más, algunos clavaron las rodillas en el suelo respirando con dificultad.
– [Ezra]No es cabezonería.-[/Ezra] Más bien imprudencia, temeridad, ¿valor?. Clave el tridente en el suelo pedregoso y rebusque en mi talega raída. Al igual que los demás yo también había heredado algo de mis padres, en este caso un tótem de color rojizo que se activaba con la sangre, compartía el mismo vínculo sanguíneo que mi padre, por lo que también podía activarlo. Recordaba muy poco de mi padre, historias contadas por mi madre, historias de los Moondies que compartió con nosotros. – [Ezra]Me salvaste la vida una vez, no te voy a pedir que te quedes y hagas otra vez lo mismo, llévate al resto, yo me quedo.-[/Ezra] Se escucharon más gritos, esta vez más cerca que antes. Me mordí el pulgar creando una pequeña herida y coloque el dedo encima del orificio del tótem.
– [Amy]No te salvé la vida para que la tiraras al cubo de la basura para hacerte el héroe[/Amy].- Amy me sujeto el brazo con el que estaba agarrando el tótem y las gotas de sangre cayeron al suelo. De entra la oscuridad emergió una criatura recubierta de ceniza con los ojos rojos inyectados en sangre. Agarro a la persona que tenía más cerca y la arrastro de nuevo a la oscuridad, el grito de David resonó en la galería hasta que se desvaneció. La gente que se encontraba cerca de lo que acababa de ocurrir hecho a correr hacia delante, incluso los que se encontraban en el suelo sacaron las fuerzas necesarias para levantarse y correr un poco más.
– [Ezra]No soy un héroe Amy, nadie lo es ya.-[/Ezra] Ya no quedaban héroes, nadie que plantar cara a la Iniciativa, solo un puñado de gente asustada, entre los que me incluyo. Recogí el tridente y avance hacia la penumbra.
– [Noah]Lo siento, pero no, otra vez, no…[/Noah] – Noah apareció ante mi con rapidez, note un tirón en el brazo y acto seguido caí rodando por el suelo. Junto a mi fueron apareciendo los demás poco a poco, en apenas unos segundos todos nos encontramos unos cuantos metros más adelante de nuestra anterior posición.
– [Kaylee]¿Lo haces todo así de rápido?[/Kaylee]- Escuche a mi prima hablar y al levantar la vista la encontré atusarse el pelo alborotado.
– [Noah]Eh, n-no…no. Ya te lo demostraré.[/Noah] – Le respondió Noah intentando disimular el tartamudeo. Arañe el suelo reincorporándome.
– [Xander]Amy, ¿por dónde?[/Xander] – Pregunto Xander dudando. Frente a nosotros se encontraban dos túneles. Los gritos tras nosotros continuaron y se apreciaban unas luces anaranjadas, llamas de fuego. Apreté los puños con fuerza hasta notar la sangre caer por mis manos, solo que no se trataba solo de mi sangre la que caía por mis manos.
– [Ezra]No deberías haber hecho eso.-[/Ezra] Añadí con una voz gutural. Furioso arremetí contra Noah agarrandole por el cuello de la camisa levantándolo del suelo. Note como mi respiración se aceleraba y al apretar los dientes note los colmillos más grandes.
– [Amy]Atrás[/Amy].- El gruñido de Amy resonó con fuerza y apareció junto a mí, sus ojos verdes centellearon con fuerza. Obedecí y deje a Noah en el suelo.
– [Kaylee]Primo, ¿te recuerdo que no hay muchos chicos disponibles?[/Kaylee]- Me pregunto Kaylee intentando mediar paz mientras yo me alejaba de ellos.
– [Noah]Te recuerdo que tengo que aguantar que la loca que viene detrás nuestro lleve el poder de Leo.[/Noah] – Le respondido Noah afectado.
– [Amy]Ezra, Noah y Kaylee, os vais por el camino de la derecha junto con ese grupo. Xander y yo nos iremos con éste por la izquierda[/Amy].- Recogí el tridente y el tótem del suelo, guardando este último de nuevo en su sitio. Me apoyé en el tridente y vi el rostro serio de Amy, asentí y agache la cabeza. – [Amy]Los rezagados tendrán que buscarse la vida[/Amy].
Deje que Kaylee y Noah llevaran la delantera mientras que parte del pequeño grupo que quedaba y me habían asignado los seguía. Me lleve el tridente a los hombros y deje caer los brazos sobre el. Amy se había quedado también atrás, me lanzo una mirada y se marcho por su camino. Detrás cada vez se escuchaban menos gritos. No tenía nada que reprocharle a Amy, había vuelto a hacerlo, me había salvado la vida.
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