Henry L. Crowe | Exterior de GalerÍa subterrÁnea / Refugio
NOCHE
Me encontraba a cubierto tras una amplia pila de escombros, habíamos captado un deslizador por el radar y me mandaron a investigar, cosas de poder estar en cualquier lado en cuestión de segundos. Extrañas criaturas comenzaron a emerger de las cloacas, llevaban consigo varios humanos, algunos en un estado deplorable.
La lluvia caía con calma, pero llevaba tanto rato allí que me encontraba calado hasta los huesos, cogí un trozo de cartón amplio que había por allí cerca y me lo lleve a la cabeza para cubrirme un poco. Escuche un ruido a mi espalda que me hizo sobresaltarme, al girarme me encontró un pequeño gato de color anaranjado que había tirado pequeñas piedras al bajar por los escombros. Otra ventaja de hacer estas expediciones para investigar es que iba solo, no me quería ni imaginar las risas que hubiese arrancado en los demás.
Quizás estaba cansado de estar bajo la lluvia como yo o no le tenía miedo a los extraños, el caso es que se acerco hasta donde me encontraba y se paseo por entre mis piernas. Se escucho más ruido proveniente de las cloacas, de ellas salieron un tipo de complexión atlética, el cual llevaba encadenado a otro tipo que se movía como un simio, este último hizo un movimiento de brazos y las criaturas que salieron antes con los humanos desaparecieron.
Tras ellos apareció la doble V, Preston tenía varios escuadrones, pero sin duda estos eran los más sádicos, la chica arrastraba a un joven agarrado por el cuello el cual aun seguía vivo, por lo que sabíamos la activo Verónica era capaz de absorber los poderes de los demás, porque ese chico seguía vivo en contacto con ella era todo un misterio.
Subieron al deslizador y este despego por los aires pasando muy cerca del Obelisco, el faro en mitad de la ciudad que no evitaba que los barcos chocaran contra la costa, sino que desactivaba los poderes de todos aquellos que poseían alguno. En el refugio corría el rumor de que había una persona dentro de ese Obelisco, si era así, el recuperar nuestras habilidades de forma intermitente significaba una cosa, fuese quien fuese se estaba apagando, muriendo.
– [Henry]¿Idris? ¿Me recibes?.-[/Henry] Pregunte tras encender el intercomunicador. Cogí al pequeño gato en brazos el cual ni siquiera hizo un amago por escaparse. No podía dejarlo allí así que decidí llevármelo.
– [Drizz]Recibido Henry, ¿les ves?[/Drizz] – Respondió Idris, el deslizador no era ya más que un punto en el cielo.
– [Henry]Estan en el aire. Se han llevado a unos cuantos con ellos.-[/Henry] Le respondí mientras me teletransportaba de nuevo a la base, en concreto a mi habitación, la cual estaba hasta arriba de trastos. Solté al gato el cual empezó a andar entre varias piezas, como el suprimidor de poderes que intentaba copiar al Obelisco, aunque si la pieza clave era un humano esta claro que nunca lograría hacerla funcionar.
– [Xandra]La psicópata se va a poner las botas[/Xandra].- Farfullo Xandra. La psicópata como la llamaba ella era nuestro enemigo más peligroso, como puede defenderse uno de una persona con tantísimos poderes y los que desconoceríamos.
– [Henry]Creo que ya lo ha hecho, estos van para experimentación.-[/Henry] Le respondí en persona apareciendo detrás de ella en la sala de comunicación donde estaban el resto.
– [Xandra]Te repites, Enriquito[/Xandra].- Añadió girándose sin inmutarse lanzándome una toalla a la cara para secarme. Las primeras veces había sido gracioso con algún que otro sobresalto por parte de ella, pero después de tantas veces la cosa acabo por perder gracia, igual que el que me llamara Enriquito.
– [Drizz]¿Cuántos has visto?[/Drizz] – Pregunto Idris apoyándose en una mano con un dedo en la frente. Estaba sentado con el resto esperando el informe.
– [Henry]No eran muchos, sobre una docena.-[/Henry] Tras ellos observe como Mary Ashley seguía de cerca al deslizador con el dron, no podíamos perderlo si la misión de rescate se llevaba a cabo.
– [Drizz]No son los suficientes para un rescate directo. Tenemos que votar.[/Drizz] – Dijo dirigiéndose a los demás. Es cierto que eran pocos, pero no quería ni pensar en cuantos habrían sucumbido en aquellas cloacas. Idris levanto una mano con la palma hacia arriba a favor del si.
– [Xandra]Es muy útil votar cuando tienes a un tío que puede ser cuatrocientos[/Xandra].- Apunto Xandra refiriéndose a Russell el cual se encontraba ya con el brazo levantado.
– [Russell]Pero solo cuento como uno.-[/Russell] Le respondió.
-[Russell]La de noches que hubiésemos comido pizza si todos mis votos contaran.-[/Russell] Añadió uno que acaba de llegar justo por detrás junto el cual venía acompañado por una mujer, inconfundible por su taconeo, pisando con fuerza y contundencia, Mercy. Había crecido viendo como ese pelo rojo se iba marchitando, aunque aun tenía destellos rojizos su pelo era más gris que rojo, el tiempo pasaba para todos, menos para Lloyd, el cual seguía igual desde el primer día que le conocí.
– [Mercy]Moreau, no creo que haya nada que votar: es un rescate y tenemos que actuar. Es nuestro deber[/Mercy].- Añadió imponiendo como siempre había hecho, para ser una sin poderes sin duda sabía como ganarse el respeto. Idris asintió dejando en claro que tenía razón, pero estabamos en democracia y uno no podía hablar por todos.
– [Xandra]La próxima vez, Mercy podía ahorrarse su opinión para no coaccionar a los demás[/Xandra].- Añadió Xandra encogiendose de hombros. Necesitábamos más votos, solo estaban los de Idris, Russell y Mercy. Por lo general nunca nadie votaba al no, las decisiones se tomaban por las abstenciones, nadie quiere ser responsable de dejar morir a gente, aunque la realidad era que aunque no dieras tu opinión, esa abstención seguía siendo tan valida como un no.
– [Henry]Uno de los capturados parece ser inmune al poder de la activo Verónica .-[/Henry] Añadí levantando mi mano por el si. Xandra enarco una ceja e hizo lo mismo.
– [Xandra]Esta noche nos toca cenar en el ‘Little Nicky'[/Xandra].- Dijo con cierto tono alegre, no era para menos, no todos los días parecías dar con alguien que podría marcar una diferencia. Algunos de los indecisos también levanto la mano, como Sam Matthews, o mi madre la cual había permanecido en silencio todo este rato. Al final hubo mayoría por el si, salvo dos abstenciones, las de Lloyd e Inola Tarasi, los cuales por su pasado seguían sin querer decantarse por una elección. Mercy sonrió satisfecha al saber que hoy no se dejaría a nadie a su suerte y se marcho.
– [Drizz]Puede que incluso ligues, Xan.[/Drizz] – Añadió Idris mientras daba una palmada levantándose de su asiento. El resto hizo lo mismo y se fueron marchando. Antes de salir mi madre me sonrió de medio lado satisfecha por el trabajo que había desempeñado. – [Drizz]Tenemos fiesta entonces.[/Drizz] – Dijo refiriéndose al rescate. En la habitación nos quedamos nosotros tres, Russell que conversaba consigo mismo como si fueran dos personas completamente diferentes y Mary, que seguía vigilando los monitores.
– [Xandra]Siempre me han gustado los tíos con pinta de cantante de grupo de los noventa[/Xandra].- Añadió Xandra soltando una carcajada seca.
– [Drizz]Creo que ya entiendo por qué quieres cenar en el Little Nicky.[/Drizz] – Le replico sonriéndole y me dio un codazo en el brazo. Cierto es que las pintas de Nick eran un poco anticuadas, pero la verdad es que todos habíamos perdido cierto sentido de la moda, a fin de cuentas hace décadas que no se confecciona ropa.
– [Xandra]Henry, ¿te llevas a la muñeca hinchable o la tienes sin pilas?[/Xandra]- Me pregunto Xandra mientras que recogía una petaca de la mesa que se había dejado Sam y la movió en las narices de Idris tras darle un trago.
– [Henry]No es una muñeca, y yo no hablo por ella, puede tomar sus propias decisiones.-[/Henry] No me gustaba que se refirieran a ella por esos apelativos, había resultado ser un valioso activo, y a pesar de lo que pudiera pensar la gente, era capaz de razonar y tomar sus decisiones por su cuenta.
– [Xandra]¿Seguro?[/Xandra]- Me pregunto intentando hacerme estallar.
– [Drizz]Xan, no te metas con la Mesías.[/Drizz] – Intervino Idris sonriendo al recordar como había empezaba la gente ha dirigirse hacia ella.
– [Henry]Todavía os dejo aquí, o peor, hago una parada en el polo norte.-[/Henry] Les amenace muy serio, pero no me tomaron en serio, no estaba en mi forma de ser lo de las amenazas y no me salían.
– [Xandra]Sabes que no, porque eres muy bueno[/Xandra].-Xandra me agarro una mejilla y tiro de ella, era el típico gesto que las abuelas solían hacerles a sus nietos por lo buenos que eran. Idris se quedo mirándonos y se acerco hasta mi haciendo como si me pellizcara la mejilla también.
– [Drizz]Ains mi pequeñín se hace mayor.[/Drizz] – Agarro mi brazo y dejo una llave en mi mano. Idris tenía esa costumbre, solía dejarle una llave a alguien cada vez que salíamos en una misión. La llave era una metáfora, no abría ninguna puerta, simplemente dejaba entrever que si le ocurría algo a él, el portador de esa llave sería el cabecilla del refugio por así decirlo, y era la primera vez que había confiado en mi para eso.
– [Henry]Agarraos de las manos, y estad preparados, tendremos un escuadrón que se nos echara encima.-[/Henry] A Xandra le resultaba gracioso el que nos teletransportaramos con las manos agarradas, a mi me resultaba lo más practico. Las manos en los hombros podía resultar en alguien quedando atrás por no agarrarse a tiempo, y lo de la conga no resultaba… profesional.
Nos juntamos los cuatro, Xandra, Idris, yo y Russell, este último en cuanto llegáramos sacaría copias suyas sin parar para distraer a los demás. Cerré los ojos, di un ligero suspiro y saltamos.
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