Moondale

UN INSTINTO QUE SIEMPRE ACIERTA

Cecil Alexei Anwalt | Subterraneo 3

111rt50

[*[URL=http://www.youtube.com/watch?v=dww8FPFB1xQ]Primera Canción[/URL]]

El despertar es una parte bastante importante del día. Puede que algunos no le den mucha importancia, puede que simplemente sea eso, “despertar”, pero de él derivan muchas cosas, aunque claro, va conectado con el sueño y el descanso.

El hecho era que hoy, al despertarme, no es que me encontrase para saltar por las paredes. Por un lado lógico, pero por otro, notaba que algo estaba cambiando, que algo ocurriría. Odiaba cuando tenía esta clase de corazonadas.

Y aún más, cuando acertaba.

[QUOTE] – [b]¡No![/b] – Este grito hizo que me despertase, aunque aún me sentía un tanto atontado, pude reconocer la voz. – [b]Dejadle en paz…por favor…[/b]- El tono de voz de Sarah se notaba desesperado, muy desesperado. – [b]Por favor, por favor… [/b]
Otro disparo se escuchó, y a la chica de la celda de al lado sollozando una vez más.
[/QUOTE]

– [b]¿Sarah?¿Qué ocurre?[/b] – mis ojos, todavía dormidos, fueron tocados por mis manos de una forma un tanto torpe, en un intento de despertarme. Era obvio que ella no me había escuchado.

Me levanté, todavía un tanto mareado y somnoliento. Pero una vez que abrí los ojos y miré al pasillo, vi lo que estaba ocurriendo. Al igual que en el día anterior, hoy le había tocado a otro ir a la mesa. Y por lo que podía intuir, hoy le tocó a alguien cercano a ella.

– [b]Tranquila, tu amigo sobrevivirá, Sarah. Seguro.[/b]

– [b]¿Cecil?[/b] – Su voz sonaba entre un tono de extrañada, de que no se había esperado de que hablase, y al mismo tiempo de tristeza, como si continuase llorando.

– [b]El mismo. No físicamente, porque esta dichosa pared estorba, pero estoy aquí para lo que necesites.[/b]

– [b]Gracias…[/b] – escuché como sorbía la nariz. Parecía necesitada de un pañuelo… o una caja de clínex. – [b]Tengo miedo, Cecil…tengo miedo de lo que le pueda pasar a él y tengo miedo por los demás.[/b]

– [b]Te mentiría si dijese que yo no tengo miedo.[/b] – Más bien estoy [i]cagado[/i]. – [b]Pero… tengo la sensación de que algo ocurrirá, tarde o temprano. Mi instinto no es muy chapucero, aunque a veces parece una brújula rota. [/b]

– [b]No sé cómo será tu instinto, pero tu sentido del humor siempre consigue sacarme una sonrisa.[/b]- Pude escucharla… ¿reír? ¿Al menos un poco?

– [b]¿De verdad? Pues eso es lo que intento, ya que no tenemos chocolate para inyectártelo en vena, pero quizás mi humor algo negro pueda ayudar en todo esto.[/b]

– [b]Sí que ayuda, sí…[/b]- Otro cambio de voz. ¿Será bipolar? – [b]¿Crees que estará bien?[/b]

– [b]Es muy importante para ti, ¿no?[/b] – Obvio. Me juego un brazo.

– [b]¿Tanto se me nota?[/b]

– [b]Un poco. Pero no te preocupes, es normal Sarah.[/b] – Siempre pasa lo mismo con estas cosas.

– [b]Si sólo es un amigo no es normal, debes creer que soy tonta… [/b] – Pues un poquito si, aunque en estas cosas uno no suele darse cuenta de absolutamente [i]todo[/i]. Mírate en un espejo cuando salgamos anda.

– [b]Simplemente creo que, en una habitación cómoda, quizás en una cama o en un sillón, con una mantita y un chocolate caliente deberías de pararte a pensar qué significa él para ti. O al menos, darte cuenta. Pero no te preocupes, deja que las cosas sigan su curso.[/b]

Encontrarme en esta situación se me hacía raro. No encerrado en este complejo, simplemente dando consejo. ¿Qué podía decir? No era un experto, apenas había comenzado a vivir, apenas había tenido alguna relación… mejor dicho, apenas he tenido algo que pudiese denominar relación. Escuché cómo reía, al menos de forma leve, haciendo que yo esbozase una breve sonrisa.

– [b]Es raro, ¿sabes?[/b].- Pausa para ir al baño. Digo, para pensar en cómo explicarse.- [b]Sé lo que significa para mí y creo que sé lo que yo significo para él, pero es de estas veces que no te atreves a decir lo que sientes y no sabes por qué…

– [b]Estás asustada, o en otro caso, lo está él. O bueno, ambos. De cualquier modo, es normal.[/b]

– ¿Nunca te ha pasado a ti? [/b]

¿A mí? Me encantaría decir que sí, pero solo considero que me ocurriese en aquella ver, con ella, y francamente, no salió todo tan bien como me hubiese gustado.

– [b]¿A mí?… Sí, supongo que sí.[/b]

Ambos dejamos de hablar, como si aquel tema se hubiese acabado o simplemente, no saliesen más cosas que pudiésemos decir.

– [b]Gracias Cecil, de verdad, muchas gracias.[/b]- dijo de tal modo que me pilló por sorpresa. – [b]Cuando salga de aquí pienso darte un abrazo de esos que dejan sin respiración.[/b]

– [b]Y yo también Sarah, y uno de los grandes. [/b] – sonreí para mí mismo, un tanto avergonzado. – [b]Los abrazos son buenos, ¿sabes? Creo que incluso mejores que los besos. [/b]

– [b]Depende de [i]quién[/i] te bese.[/b] – me contestó de forma burlona. ¡Ay! ¡A Sarah le gusta alguien!

– [b]También, claro.[/b] –Me pasé las manos por la cara, por los ojos, masajeando levemente en un acto para espabilarme. No me encontraba nada bien. – [b]Sarah, ¿me podrías hacer un favor?[/b]

[*[URL=http://www.youtube.com/watch?v=v9DDGibV9yU]Segunda Canción[/URL]]

– [b]Sí, claro. Dime[/b]

– [b]…[/b] – Miré al suelo, al exterior de la celda y a la mía propia. Tarde o temprano le tocaría a otro,- [b]Abraza tus sueños Sarah. Y, pase lo que pase,.. nunca olvides quien eres y quienes están a tu alrededor. ¿Vale?[/b]

– [b]Ya me has hecho llorar otra vez, jo…[/b] – Se ha puesto a llorar de la emoción, joder. La próxima vez me callo mis comentarios de película. – [b]No te vas a librar del abrazo, Cecil. Gracias por estar ahí…aunque haga dos días que te conozco.[/b]

El hablar de tiempo y de amistad era un término un tanto subjetivo. Uno podía estar con alguien durante años y no conocerle, apenas tener contacto con quien realmente es esa persona. O por el contrario, aunque sea poco tiempo, puedes conectar y conocer bien a alguien, llegando a confiar en esa persona.

– [b]Lo mismo digo.[/b]

Giré la cabeza, mirando fuera, al pasillo, a la mesa. Tenía la sensación de que mi turno no tardaría mucho en llegar. Eso era algo que me preocupaba, que me [i]aterraba[/i], porque simplemente, no sabía qué hacer. Pero aún así, había otra cosa más que me preocupaba…

– [b]Tienes que ser fuerte, y pase lo que pase, y caiga quien caiga, debes continuar andando. [/b]

Comentarios

Deja una respuesta