Moondale

MAS QUE AMISTAD

Sarah Echolls| Subterraneo tres

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Continuaba con la espalda apoyada en la pared. Tenía los ojos resecos de haber llorado demasiado y me había mordido las uñas por culpa de los nervios. Sabía que Daniel se enfadaría cuando se lo contase, pero no podía evitar sentir una punzada de dolor en el estómago cuando pensaba en eso. [i]¿Y si no salía de allí?[/i] [i]¿Y si no había podido recuperarse de lo que le habían hecho?[/i] Negué con la cabeza porque no era el momento de echarse a llorar…otra vez.

No sabía qué hacer, estaba nerviosa y aburrida, pero no me atrevía a volver a hablar con Cecil porque acabaría pensando que era una pesada. O lo que era peor, que me había enamorado de él. Sonreí al pensar en eso. Ni siquiera se me había pasado por la cabeza hasta ese momento. Cecil era muy agradable conmigo, además de ser el primer [i]amigo[/i] que tenía en años, pero nuestra química no era amorosa. Nuestra relación nunca llegaría a verse amenazada porque uno de los dos se enamorase del otro. Lo sabía. Como sabía que lo que sentía por Daniel no era amistad.

Alcé la vista y vi pasar frente a mi celda dos científicas locas que acabarían, posiblemente, de torturar a Daniel y a las que odiaba con todas mis fuerzas por eso. Iban acompañadas de dos guardias armados hasta los dientes que las seguían muy de cerca. Una de ellas –la rubia- se me quedó mirando durante unos segundos en los que juraría que musitó algo parecido a mi nombre, pero la otra – la que tenía un culo de proporciones considerables- le dijo algo y ambas se apartaron. Después desaparecieron dejándome con una extraña sensación que la abuela Hilda definiría como un presentimiento, pero era tan torpe en esas cosas que no supe adivinar qué quería decirme.

Durante unos minutos, estuve mirando al techo de la habitación, después al suelo, luego a los lados…sin moverme de donde estaba. La espera se me estaba haciendo interminable y cuando estaba a punto de cerrar los ojos para ver si así se me hacía más llevadera vi a Daniel aparecer acompañado por dos guardias. Lo llevaban a rastras, apoyando un brazo en cada guardia porque apenas podía andar. De un salto, fui hasta el cristal y me acerqué hasta ahí, para dedicarle una sonrisa de ánimo si me miraba, pero no hubo suerte. Su vista no se despegó del suelo ni cuando lo metieron en su celda.

Estaba tan nerviosa que me senté en la cama y conté hasta sesenta varias veces todo lo lento que pude, imaginando que así pasarían unos cuantos minutos para poder hablar con él si se encontraba con fuerzas, pero acabé perdiendo la cuenta y me armé de valor para acercarme a la rejilla y hablarle.

– [b]¿Daniel…? [/b]- Pregunté tímidamente, procurando que mi voz no sonase muy chillona porque no debía encontrase muy bien.

– [b][i]Ya estoy aquí, Sarah.[/b][/i] – Hizo una pausa. Parecía cansado.-[b][i] ¿Cómo estás?[/b][/i]

– [b]¿Yo?[/b] – Sonreí y pregunté atropelladamente.- [b]¿Qué cómo estoy yo? ¿Cómo estás tú? ¿Te duele algo? ¿Estás bien?[/b]

– [b][i]Me he curado las heridas, pero mi poder no elimina el dolor así que estaré dolorido durante un rato[/b][/i]. – Se quedo callado y escuché un leve quejido. – [b][i]Pero estoy bien, sólo un poco cansado.[/b][/i]

– [b]Estaba muy preocupada por ti…no tenías que haber actuado así[/b].- Una vez más, las lágrimas amenazaban mis ojos.- [b]No sé por qué lo has hecho…[/b]

– [b][i]Ibas a ser la siguiente…no tenía otra opción[/b][/i].- Su voz sonó más seria de lo habitual, incluso para aquellas circunstancias.

– [b]¡No tenías por qué! [/b] – Exclamé ya con las lágrimas surcando mis mejillas.- [b]So…sólo soy tu amiga…[/b]- Cuando lo dije, ni yo misma me lo creía.

– [b][i]Eres mucho más que eso. ..[/b][/i]– Parecía contenerse. Como si hubiese algo que no quisiera decirme. – [b][i]Volvería a hacerlo siempre que hiciera falta.[/b][/i]

– [b]Tú también eres mucho más que eso…-[/b] Suspiré.- [b]Tenías que haber visto cómo me puse, ni yo misma podía dar crédito, pero cuando te vi ahí, malherido…no…no podía contenerme[/b].- Sorbí con la nariz haciendo un ruido desagradable. Eso de no tener pañuelos no lo llevaba demasiado bien. Y sonarme con la camiseta sería lo último que haría en esta vida.

– [b][i]Sé a lo que te refieres. Cuando imaginé que podrías ser la siguiente…decidí que no podía permitirlo[/b][/i]. – Suspiró. – [b][i]Me habría dolido más que lo que ha pasado.[/b][/i]

– [b]Pero algún día no muy lejano seré la siguiente[/b].- Me quedé callada durante un momento y noté que me quedaba sin respiración debido al pánico que me producía esa pensamiento.- [b]Y no podrás impedirlo. [/b]

– [b][i]No me daré por vencido[/b][/i]. – Se hizo un silencio incómodo. – [b][i]Hablemos de algo más animado ¿vale?[/b][/i]

– [b]Mmm…¿qué te parece lo guapo que estabas?[/b]- Solté una leve carcajada.- [b]Incluso cuando te veía ahí y no podía dejar de llorar pensaba ¡Hay que ver qué culo tiene este hombre![/b]- Me eché a reír cuando todavía tenía lágrimas en los ojos de lo anterior mientras le escuchaba reír.

– [b][i]Tú también estabas muy guapa. En realidad hay otro motivo para todo lo que hice, no soportaba otro día sin verte[/b][/i]. – Su voz sonó más alegre.

– [b]¿Guapa yo? [/b]– Me sonrojé.- [b]¡Pero si en mi pelo se podría freír un huevo! Guapo tú que pensé pedirles a los guardias un [i]bis a bis[/i] contigo. Se podrá, ¿no? Al fin y al cabo esto es como una cárcel[/b]. – De nuevo, volví a reírme, aunque cuando me paré a pensar en lo que había dicho me dio mucha vergüenza.

– [b][i]No es mala idea. La próxima vez recuérdame que se lo pregunte[/b][/i]. – Rió y permaneció en silencio hasta que habló, algo más serio. – [b][i]Cuando salgamos de aquí me gustaría llevarte a un sitio, Sarah.[/b][/i]

– [b]¿Adónde? [/b]– Pregunté arqueando una ceja. Lo único que deseaba era que no dijese [i]”al catre”[/i] porque ya sólo me faltaba tener un rabito en la cabeza para ser un tomate.

– [b][i]Al lugar donde nací. Creo que te gustaría…[/b][/i]

Y así estuvimos durante horas, hablando de los lugares en los que había estado y a los que prometió que me llevaría. Y durante ese tiempo parecíamos distintos al resto de los días en los que habíamos estado encerrados. Parecíamos…felices.

[spoiler]Las acciones y reacciones de Daniel han sido redactadas por Dracon[/spoiler]

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