[align=center][b][font= Comic Sans Ms][SIZE=5]Daniel Arkkan | [color=maroon]{con Diana y January}[/SIZE][/color][/font][/b]
Esta estaba resultando sin duda una de mis “misiones” más difíciles. La verdad es que el listón estaba bastante alto, sobre todo teniendo en cuenta que hacía apenas unas semanas que habíamos escapado de la Iniciativa, pero esto me asustaba de una forma distinta, desde luego más que una cacería.
– [b] [i] ¿No te encantaba Taylor? [/i][/b] – preguntó Diana sonriente.- [b] [i]Era tan guapa y tan graciosa… [/i][/b]
January hizo un gesto como de no estar segura de si sí o de si no. – [i] Era persistente, eso se lo reconozco. [/i] – dijo. Después se rió antes de añadir – [i] También era un poco acosadora, con lo del oso y todo eso… Además, me quitó a mi hombre perfecto. Aish, Ryan, la de cosas que te haría si te tuviera a mano. [/i] – terminó fingiendo quedarse embobada fantaseando
Me sentía como Goku cuando se encuentra con Bulma por primera vez, en cuestión de mujeres no es que no hubiese visto ninguna antes, es que simplemente, las relaciones sociales entraban en conflicto con mi timidez y por mucho que la estuviese perdiendo desde que estaba con Sarah, estar a solas con dos mujeres hablando entre sí era…¿extraño?. Y si ya se ponían a hablar de hombres…asustaba.
Sarah me había encargado la tarea de distraer a Diana y a January mientras ella preparaba todo lo necesario para la fiesta y recibía a los invitados. Le había dicho a January que me ayudase a distraer a Diana, pero en realidad, yo tenía que distraerlas a las dos. Le habíamos dicho a Diana que habíamos quedado con Sarah en un centro comercial, evitando entrar en demasiados detalles. Cuando se acercasen las ocho menos cuarto, diría que Sarah estaba tardando demasiado y nos iríamos a buscarla a casa, dónde ya estaría totalmente preparada la fiesta sorpresa. Parecía un plan perfecto, pero implicaba quedarme sólo con ellas.
La mayor parte del tiempo que llevábamos juntos, habían estado hablando de algunas series que no conocía, ropa… en fin, cosas de mujeres en las que estaba perdido, mientras caminábamos por Moondale y el centro comercial Invernalia. Pero como ya estaba acostumbrado a permanecer en segundo plano y observar, no me había resultado difícil, aunque había algunas cosas que me resultaban extrañas como decía antes.
– [b][i] Se ve que como era guapa y cientos de veces mejor actriz que Mischa Barton se lo perdoné todo. [/i][/b] – escuché a medias como Diana lo decía y se reía mientras seguía sumido en mis pensamientos.- [b][i] Pobrecito Daniel, tiene que estar aburrido. [/i][/b] – añadió haciendo un gesto con la cabeza, y consiguiendo sacarme de mis pensamientos al decir mi nombre.
– [i] Eso es porque Mischa no era actriz. [/i] – apuntó Jan, para después volverse hacia mí. – [i] Lo que parece es asustado, y no me extraña. [/i] – me sonrió, intentando ser amable para que me sintiese más cómodo. La verdad es que prefería seguir en segundo plano, porque conociéndolas, sabía que mis temores podrían cumplirse.
– [b][i] Mi cuñado es muy guapo, pero es taaaan tímido. [/i][/b] – me pasó el brazo por encima. Estaba claro, iban a bombardearme a preguntas. Sarah me había avisado y por eso llevaba todo el rato con miedo a que llegase este momento. No pude evitar que mi cara comenzase a enrojecerse.
– [b] Eh…no os preocupéis, estoy bien. [/b] – respondí intentando sonreír y evitando que se me notase lo rojo que me estaba empezando a poner. Ser el centro de atención no era lo mío, eso desde luego.
Jan hizo un gesto como de «se siente» – [i] No has ido a dar con la compañía adecuada para ser tímido, me temo. Venga, va, cambiemos de tema, algo que podamos hablar todos que no queremos que estéis ahí escondido. Sé que imponemos bastante, pero qué se le va a hacer… [/i] – después se encogió de hombros sonriente.
– [b][i] Un buen tema sería Sarah… [/i][/b] – dijo Diana moviendo las cejas mientras le dirigía una mirada a January. [i]Y allá vamos…[/i]
January le devolvió una mirada de complicidad. – [i] Ohhh, ¡Sarah! Ésa es una idea fabulosa… [/i] – dijo con sonrisa maliciosa y se giró para mirarme con una cara que significaba que ya me habían pillado.
Me lleve la mano a la parte de atrás de la cabeza sin saber muy bien que decir, ni dónde esconderme. Antes de que pudiese decidirme a hacer o decir nada, Diana se puso a mi lado y me agarró del brazo, mientras Jan se ponía del otro y hacía lo mismo. No tenía escapatoria. [i]Sarah, ¿en qué lio me has metido?[/i]
– [b][i] Queremos que nos lo cuentes…TODO. [/i][/b] – dijo enfatizando el “todo” mientras se le escapaba una risita al verme avergonzado.
– [b]¿Todo?…esto…ehm[/b] – no tenía ni idea de que decir, si hubiese sido una avestruz habría metido la cabeza bajo las baldosas.
– [b][i] Los detalles cochinos se los preguntaremos a Sarah. [/i][/b] – dijo haciendo un gesto con la mano como si fuese obvio.
Jan asintió – [i] Obviamente. Todo lo demás, nos lo puedes contar tú. [/i] – después empezó a parpadear rápidamente.
Recorrí la zona con la mirada buscando una escapatoria.
– [b][i] Oh Daniel cómo te quiero. [/i][/b] – Diana se separó y empezó a imitar que besaba a alguien. ¡Y todo en voz alta!
January se puso seria de golpe, y fingiendo tener una cámara en las manos, se movió un poco, como si estuviera buscando un buen ángulo. – [i] Oh, sí, nena, más, más, quiero más. [/i]
Todo el mundo nos estaba mirando, y a mí me entró un tic en el ojo izquierdo. Notaba como estaba pasando del rojo al blanco. – [b]Vale, vale, ¿qué queréis que os cuente? [/b] – solo esperaba que Sarah y los demás disfrutasen de una fiesta inolvidable, para que mereciese la pena que mi cara se quedase roja para siempre.
Jan se rió y dejó lo que estaba haciendo: – [i]Bueno, no sé, ¿todo? Empieza por el principio, más o menos por cómo le pediste la cita a Sarah. Luego podrías pasar a cuando la fuiste a buscar y la viste… bueno, ambos sabemos cómo iba… y ya sabes. [/i] – me guiñó un ojo. – [i] Básicamente todo. [/i] – Diana asintió con la cabeza.
– [b]¿No preferís ir al cine? ¿O a…algún sitio…? [/b] – pregunté nervioso. Tenía que encontrar alguna escapatoria, pero no parecía que fuesen a dejarme.
– [b][i] No, esto es más divertido. [/i][/b] – respondió Diana con una sonrisa enorme.
– [b]¿Qué hora es? [/b] – pregunté intentando cambiar de tema. Con suerte quedaría poco para decir que Sarah estaba tardando mucho e ir a buscarla.
– [i] Hora de que empieces a hablar. [/i] – sonrió January amenazadora.
– [b] Me das menos miedo cuando hay luna llena. [/b] – dije a Jan mientras ella y Diana volvían a engancharse de mí una de cada lado. – [b] Vale, está bien. Pues…no sé, pensé que ya era hora de que tuviésemos una…cita, y bueno, pues, estábamos hablando y surgió. [/b] – si esperaba que con eso se conformasen es que estaba siendo un iluso.
– [b][i] Con esto deduzco sexo salvaje en la parte trasera de un coche. [/i][/b] – Diana se puso la mano en la barbilla pensativa.- [b][i]¿Verdad? [/i][/b] – se le pusieron los ojos brillantes como si estuviese ilusionada.
Jan puso cara de fingida sorpresa y se llevó la mano al pecho -[i] ¡Qué calladito os lo teníais! [/i] – dijo mirándome.
– [b] Eh..no…no. [/b] – dije echándome un poco para atrás. Pero aún así no me soltaron. – [b] Fuimos a cenar…al lago. [/b] – me llevé de nuevo la mano a la nuca sin saber que decir, sin duda después de unos cuantos días a solas con ellas perdería la vergüenza, o me moriría de ella.
– [i] Ya[/i] – dijo alargando la “a” como una mala de Disney [i] Y después de la cena, ¿hubo postre? [/i]
– [b][i] Claro que lo hubo…GRRR. [/i][/b] – dijo Diana mientras imitaba una garra con la mano.
– [b] No, n-nosotros…solo…madre mía… [/b] – definitivamente no sabía dónde meterme o a donde escapar. Me había resultado incluso más fácil liberar la casa del bosque de todos los demonios que había por allí, daban menos miedo que un interrogatorio de Diana y Jan.
– [b][i] Sólo es sexo, cuñado. [/i][/b] – me dio un suave golpe en el hombro.- [b][i] Un poco de[/i][/b] – imitó un gemido y sentí como me empezaba a poner rojo de nuevo. Una chica que pasó por nuestro lado se giró y nos miró entre extrañada y divertida. – [b][i] de vez en cuando no viene mal[/i][/b]
A Jan le dio un ataque de risa. La miré intentando buscar ayuda, al fin y al cabo se supone que estábamos los dos allí intentando distraer a Diana, aunque en realidad estaba allí para distraerla también a ella. [i]¿Ya podía haberle tocado a McLeod? El se habría apañado mejor.[/i]
Jan imitó el ejemplo de Diana, soltando un gemido y luego sonriéndome con cara de no haber sido ella, en respuesta a la ayuda que le pedí. [i]¿Por qué nunca aparece un demonio destrozándolo todo cuando lo necesitas?[/i]
– [b][i] Oh sí, Jaaaaan[/i][/b] – volvió a gemir. Pude ver como alguna gente de la cafeteria por la que estabamos pasando nos miraba.
– [i] Oh, dame más, más, ¡más! [/i] – añadió jadeando.
Les tapé la boca a las dos y dije: – [b]Vale, vale, seguid preguntando pero dejad los…gemidos. [/b] – Jan seguía partida de risa y Diana tres cuartas partes de lo mismo. Yo me estaba planteando seriamente hacer como un avestruz.
– [b][i] Aburrido. [/i][/b] – Diana me sacó la lengua y le guiñó un ojo a Jan.- [b][i] Ya seguiremos en privado, baby[/i][/b]
– [i] Eso espero. [/i] – dijo alzando las cejas.
Diana rebuscó en su bolso, sacó el móvil y miró la hora. Suspiró.- [b][i] Queda claro que la puntualidad no es una de las virtudes de Sarah. [/i][/b]
Miré la hora y vi que ya era el momento de volver. Respiré aliviado. – [b]Creo que deberíamos ir a buscarla. [/b] – no pude evitar que me surgiese una pequeña sonrisa.
Jan asintió – [i] Mejor, antes de que nos echen o nos detengan por escándalo público[/i] – me señaló un momento -. [i] No creas que esto se ha acabado aquí. [/i] – añadió sonriente. Y dimos la vuelta en dirección a casa de las Echolls. Estaba deseando salir de ese centro comercial, a éstas alturas parecíamos el típico espectáculo ambulante, pero sin monedas.
– [b][i] Te quedan muuuchos años de tortura. [/i][/b] – después me alborotó el pelo un poco para chincharme.- [b][i] Si es que eres demasiado bueno. [/i][/b]
– [i] Demasiado adorable para vivir entre hienas. [/i] – asintió. – [i] Hienas guapas, pero hienas al fin y al cabo. [/i]
– [b]Hienas no, yo diría….¿hay algún animal simpático pero que te avergüence? [/b] – pregunta ya más aliviado.
– [b][i] Los monos. [/i][/b] – se rió.- [b][i] Esos que cuando pasan las chicas guapas se tocan la colita. [/i][/b]
– [i] Lo hacen con mucha gracia, es verdad. [/i] – admitió Jan.
– [b]Desde luego con vosotras es imposible aburrirse. [/b] – no pude evitar reirme, en parte por el alivio y también porque la verdad es que uno no podía aburrirse con ellas en absoluto.
Seguimos caminando en dirección a la casa, mientras ellas retomaban un poco la conversación de esa serie en la que salía una tal Taylor y de vez volvían a centrar su atención en mí, por suerte llegamos rápido a casa de Sarah. Las luces estaban completamente apagadas y no se oía nada del interior.
– [b][i] Mi madre este mes no ha pagado la luz. [/i][/b] – dijo Diana poniéndose una mano en la frente.- [b][i] Seguro que ha vuelto a discutir con ellos por algo y los tiene castigados. [/i][/b]
– [b]Seguro que están echándose una siesta de las suyas. [/b] – respondí desviando la atención de Diana.
– [i] Genial, podremos tirarnos en plancha sobre Sarah para despertarla y decirle que hemos torturado a su chico. [/i] – dijo Jan alegremente tratando de disimular lo sospechoso.
Abrí la puerta de metal que conducía al jardín y le hice un gesto a diana y a Jan para que pasasen. Diana asintió con la cabeza, sonriendo levemente.
Recorrimos el breve camino entre la puerta del jardín y la puerta principal y nos quedamos los tres allí parados. Diana sacó las llaves para abrir la puerta, pero cuando fue a meterla en la cerradura, la puerta se abrió sola, dejando ver tan solo la oscuridad que había dentro.
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De parte de Daniel, menudo sufrimiento, ya podéis llevarle muchos regalos.
Thaly, tu post como es ligeramente anterior a este pero como corresponde a lo que ocurre con los demás mientras Daniel, Diana y Jan están donde yo los ubico, no hace falta que des ningún aviso. Puedes postearlo con normalidad
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