[align=center][SIZE=6][font=Book Antiqua][b]Diarios de destino. Parte IV[/b][/SIZE][/font][/align]
[align=center][SIZE=4][font=Book Antiqua][b]Daniel[/b][/SIZE][/font]
Durante todo el rato, había estado observando como los demás daban los regalos e intentando reflejar con palabras la ilusión que me hacía, pero me resultaba imposible explicarlo con claridad. Regalos como la guitarra me habían dejado sin palabras, la Xbox me había encantado y más aún poder disfrutarla entre todos, la pulsera me había gustado mucho y encajaba conmigo perfectamente, la espada era sencillamente asombrosa, Dominic había acertado no sé cómo con la colonia, porque a Sarah le gustaba mucho, la máscara veneciana era un regalo muy bonito, los packs me habían impresionado mucho también, por eso entre unas cosas y otras no sabía cómo agradecer completamente todo, porque por mucho que dijese sería poco comparado con lo agradecido que de verdad estaba.
Para una persona normal, con fiestas normales de cumpleaños, esta fiesta ya resultaría algo abrumadora y sorprendente, entre los regalos de Fenris, toda la gente que había venido…sencillamente era una fiesta difícil de olvidar.
Pero para mí, que llevaba prácticamente sólo desde los diecisiete años, yendo de aquí para allá, habiendo dejado atrás a las únicas personas que de verdad me habían querido desde mis padres, que nunca había tenido demasiados amigos, o más bien ninguno, porque McLeod, Zack y Stephanie, en especial McLeod, era como hermanos para mí, que nunca había conocido a nadie a quien poder abrirme completamente…para mí simbolizaba un nuevo comienzo.
Todas estas personas que estaban en la fiesta, unos más conocidos que otros, habían venido a celebrarlo con nosotros, se habían esforzado en buscar los regalos…era especial, sobretodo Sarah, todo lo que había hecho, por Diana, por Jan, por mí, para todos significaba mucho esta fiesta.
Diana llevaba su habitual máscara, pero sabía de sobra que esta fiesta le había tocado en lo más profundo del corazón, significaba que había recuperado una hermana, y además había ganado mucho amigos.
Para Jan sabía que también significaba mucho. January era otra que también llevaba una máscara habitualmente, pero había ratos en los que la máscara, como todas las demás, se resquebrajaba y dejaba ver sus vulnerabilidades. Sabía que January se sentía bastante sola desde hace tiempo, no sabía si su licantropía era el origen o un factor que lo había potenciado, pero estaba claro que había afectado bastante. Esta fiesta debía ser también para ella un mensaje de que no la dejaríamos de lado, que los que estábamos allí reunidos éramos más que conscientes del peligro que todos podíamos suponer, pero nos tenemos unos a otros para apoyarnos.
Y por último para mí, ya sabéis al menos una pequeña parte de lo que significaba, porque para mí estas personas estaban convirtiéndose poco a poco en mi familia: primero empezó con Sarah, que había traído de vuelta los buenos sentimientos y McLeod, que siempre había sido un gran apoyo; luego toda la familia de las Echolls que me habían acogido y que nunca imaginarían lo que se lo agradecía, en especial Diana, en la que había encontrado una verdadera amiga de confianza; también estaba Jan, que empezó siendo una amiga de Sarah y ahora la veía como una de mis amigas más cercanas junto a Diana; Cecil que había llegado en un momento inesperado, como muchos otros de los que están aquí, igual que Liad; Dominic, tan callado a veces, pero en el que creía que siempre que necesitase algo estaría ahí para ayudar; Edward, con el que me era mucho más fácil hablar, porque aunque suene extraño, ya sabía que nos llevábamos bien en la otra realidad y que sabe mucho de mí, así que me resultaba natural, y necesitaba una familia tanto como yo, los dos habíamos perdido mucho; Ann, que junto a Diana y Silver podían amenizar cualquier fiesta, me resultaba una persona muy cálida y se había compenetrado muy bien con Sarah, además de ayudarla, estaba deseando conocerla más; Ben siempre tan serio, parte de él se negaba a aceptar que podía cambiar, pero tomaba nuestras razones para ayudarnos con facilidad; a Jamie la conocía poco aún, parecía una chica bastante tímida, pero estaba seguro de que tenía muy buen corazón; Silver, de las primeras que había conocido allí abajo, amable e increíblemente…Silver, desde luego era difícil no reír con ella; tampoco me olvidaría de Abigail y Nathan, no me rendiría hasta sacar a Nathan de allí y que pudiesen estar juntos. Todos podríamos decir en un futuro que nos habíamos unido a través de Sarah, ésa era para mí la verdadera forma de liderazgo, y Sarah era una verdadera Cazadora en mayúsculas.
Era mi turno de dar los regalos, así que fui hacia el montón de regalos y cogí mi bolsa. Fui primero hacia donde estaba Diana, que me sonrió.
– [b]Espero que te guste, uno lo he hecho yo mismo.[/b] – saqué un paquete rectangular de la bolsa y se lo dí. Dentro había una cajita de madera y en su interior una [URL=http://www.edgesofreality.com/image_manager/attributes/image/image_3/_9613544_thumbnail.jpg]daga[/URL], que yo mismo había reforzado con algunas runas defensivas que la dotaban de algunas propiedades extra. A continuación, le tendí otro paquete, que contenía la edición verde de Wall-E y una edición especial de American Beauty.
– [b][i]Gracias, cuñado..me encanta…todo.[/b][/i]- dijo dándome un abrazo.- [b][i]¿McLeod no viene en el pack? [/b][/i] – preguntó.
– [b]McLeod se regala a sí mismo.[/b] – le sonreí y le devolví el abrazo. Me prometí a mí mismo, igual que me había prometido que Sarah y ella volviesen a estar juntas, que McLeod y ella estarían juntos, ambos se merecían ser felices. Para eso luchamos día a día, contra demonios, vampiros, hipotecas y contra la vida en general. Si luchásemos pensando que la vida se pondrá peor, habríamos perdido antes de empezar a pelear.
Era el turno de January, así que me acerqué a ella y le dije: – [b]Bueno tu regalo lo hemos comprado entre Sarah, Diana y yo, así que…Sarah, Diana.[/b] – les hice una seña y se acercaron. Le tendí la bolsa a Sarah que sacó el paquete. Entre las dos se lo entregaron a Jan con un estilo digno de las azafatas de un concurso.
Jan cogió el paquete, que contenía el [URL=http://i56.tinypic.com/213owa8.jpg]pack de Xena, la Princesa Guerrera[/URL]. Al desenvolverlo, Jan pegó un chillido y se tiró encima de nosotros tres con efusividad. – [b]Gracias, gracias, ¡GRACIAS![/b] – no pude evitar sonreír. De esta fiesta podrían acabar sacando un esquema perfecto de mis dientes, pocas veces había sonreído tanto.
– [b][i]Te lo mereces.[/i][/b]- intervino Sarah asintiendo. Diana y yo lo confirmamos.
– [b]Desde luego.[/b] – añadí. – [b]Tengo otro regalo para Diana y otro para ti, también con Sarah, pero ese os lo dará ella.[/b] – finalicé pasándole el turno a Sarah.
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