[align=center][SIZE=6][font=Book Antiqua][b]Diarios de destino. Parte V (y última)[/b][/SIZE][/font][/align]
[align=center][SIZE=4][font=Book Antiqua][b]Sarah[/b][/SIZE][/font]
Esa noche tuve la sensación de que el corazón se me iba a salir del pecho en cualquier momento. Eran demasiadas emociones para una persona de mi tamaño. Verlos a todos en mi casa, con cara de estar pasándoselo bien después de lo que habíamos sufrido era el mejor regalo. Incluso cuando mi cumpleaños había pasado hace meses.
Después de que Daniel diera sus regalos llegó mi turno. Tenía dos paquetitos pequeños en las manos. Uno era para Diana y el otro para January. No estaba muy segura de que fuese la clase de regalo que conocía desde hacía dos meses podía esperar, ni tampoco una hermana que nunca me había hecho caso, pero era lo que sentía.
Me acerqué hasta ellas con las manos temblorosas y se los di.-Es…es cosa de Daniel…y…mía.- La voz me temblaba.- Ahora os lo explico.
Diana y Jan los cogieron con entusiasmo, sonriéndome y mirándolos con ilusión.
– [b]Como veis, son como éste.[/b]- Dije mostrando el mío que llevaba colgado del cuello cuando ellas tenían los suyos entre las manos. Eran réplicas del que le regala Arwen a Aragorn en El Señor de los Anillos y siempre me había parecido el collar más bonito del mundo.- [b]Además de un regalo para las dos chicas que más quiero (con permiso de mi madre que SÉ QUE ME ESTÁ OYENDO), tienen una especie de…protección. Pueden funcionar los tres a la vez con consecuencias…inesperadas.[/b]- Sonreí.
Jan me miró emocionada y me dio un abrazo.- [b][i]Quiero que sepas que eres mi cazadora favorita.[/b][/i]- Añadió guiñándome un ojo al separarse.
– [b]Todavía no conoces a más, pero gracias.[/b]- Me reí y quise añadir algo más, pero Diana me dio un abrazo que me dejó sin respiración. Ni siquiera hizo falta que me dijera nada porque aquel abrazo significaba mucho más que todas las palabras juntas.
Cuando Diana ya me había soltado y estaba mirando su colgante con atención, fui hasta lo que había sido el montón de regalos y le di un paquete algo más grande que el anterior.
– [b]Oh Diana, antes de irme a por…una cosita para Daniel, quiero que tengas esto.[/b]- Se lo tendí y esperé a que lo abriera. Dentro había una [URL=http://i51.tinypic.com/2edw4ti.jpg]barbie[/URL] .- [b]Es…como la que te rompí cuando éramos pequeñas…en esta vida…y…me costó encontrarla…[/b]
– [b][i]¿En esta vida también me rompías las muñecas?[/b][/i]- Dijo Diana frunciendo el ceño, pero mantenía una sonrisa en la boca que yo le devolví con timidez. Después, dijo “gracias” con un hilo de voz y me dio un abrazo.
Le hice una seña a Diana para que entretuviera a Daniel mientras me fui a la cocina a por el regalo más especial de todos. Era un cachorrito blanco, de la misma raza que el que Daniel tuvo de pequeño (Samoyedo) y tenía un lacito en el cuello de color rojo. En cuanto me vio y lo puse entre mis brazos comenzó a mover el rabo.
– [b]Daniel, más te vale no mirar.[/b]- Amenacé desde la puerta de la cocina.
Me adentré en el salón haciéndole señas al perrito para que no se le ocurriera ladrar y no estoy segura de que me entendiese, pero al menos se mantuvo en silencio. Cuando llegué a la altura de Daniel le di un golpecito en el hombro para que se girase.
– [b]Se llama Heimdall.[/b]- Le tendí el perrito que enseguida empezó a lamerle la cara a Daniel.- [b]Creo que le gustas.[/b]
– [b][i]Sarah es…no sé qué…[/b][/i] – Puso al Heimdall de nuevo en mis brazos y me cogió en volandas. – [b][i]Te quiero.[/b][/i] – Dijo dándome un beso sin soltarme mientras yo sujetaba con fuerza al perro para que no se cayera – [b][i]Pero creo que tendremos que buscarle otro nombre. Creo que le viene mejor Freya.[/b][/i]- Comentó al posarme de nuevo en el suelo.
– [b]¡Oh![/b]- Levanté al perrito con ambos brazos y lo puse frente a mi cara. Le eché un vistazo y no vi nada. Era demasiado pequeño.- [b]¿No tiene…colita? Ya me entiendes…de…la…otra.[/b]- Gesticulé como pude.
– [b][i]No…no tiene.[/b][/i] – Respondió como pudo porque entre su risa y las de los demás, casi no se oía nada.- [b][i]Pero Freya será un nombre estupendo.[/b][/i] – Le di el perrito a Diana y nos abrazamos.- [b][i]Gracias por acordarte de Heimdall.[/b][/i] – Y después, me besó haciendo que como siempre, mi estómago cobrase vida propia.
– [b][i]Emm…[/b][/i]- Escuché a mi madre hablándome que venía con una caseta para perros preciosa que ponía HEIMDALL.- [b][i]Sarah…mi regalo para Daniel…pero creo que ya…[/b][/i]
– [b]No te preocupes, lo arreglaremos enseguida. Muchas gracias, Elizabeth.[/b] – Daniel le dedicó una sonrisa a mi madre que ella le correspondió a duras penas. Era su regalo sorpresa y un cambio de sexo de última hora se lo había fastidiado.
– [b][i]De nada.[/b][/i]- Se encogió de hombros.- [b][i]January cariño, mis hijas no te lo han dicho, pero Xena también es un regalo mío.[/b][/i]- Y tras eso, se marchó no sin antes escuchar a January diciéndole “gracias”.
Cuando mi madre ya se había marchado, noté que alguien me daba un golpecito en el hombro para llamar mi atención.
– [b][i]Oye, pequeño saltamontes rubio.[/b][/i]- Dijo Silver junto a mi oído.- [b][i]antes de que te pongas a gritar y luchar a diestro y siniestro, mi sorpresa llegará de un momento a otro.[/b][/i]
– [b]¿Qué es tu sorpresa? ¿Puedo saberlo?[/b]- Pregunté emocionada sin subir demasiado el tono de voz para evitar que nos oyesen.
– [b][i]Cuando la veas pasar por la puerta, sabrás que soy la culpable. Será demasiado obvio.[/b][/i]- Se echó a reír.
– [b]No sé si debería asustarme….[/b]- Añadí mientras cruzaba los dedos a modo de broma.
[spoiler]Disculpad el retraso. Cada personaje ha sido movido por su dueño.[/spoiler]
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