Moondale

EL LUGAR QUE NOS CORRESPONDE

[align=center][b][font= Book Antiqua][SIZE=4][color=black]Christopher McLeod | Moondale.[/SIZE][/color][/font][/b]

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[SIZE=2]El chasquido de una pistola a mi espalda fue como un jarrón de agua fría. Diana, Cecil y Bill estaban a punto de entrar en una zona muy desprotegida con los francotiradores apuntando y ahora alguien iba a retenerme e impedir que les avisase. Sentí algo de frío a mis espaldas y supe que el aura oscura estaba ahí.

Me di media vuelta y entonces la vi, la reverendísima Margaret [i]Clavo[/i], porque eso había sido para todos los que la rodeaban, la Universidad, el Consejo e incluso la Iniciativa, un envenenado clavo bajo las uñas. Me hizo un gesto para que me moviese y nos alejamos un poco de la plaza y, claro está, de Diana, que quedaban a mis espaldas, en más de un sentido.

– [b][i]¡Que alegría verte, Christopher![/i][/b] – dijo con su habitual tono de autoconvencida superioridad. Nunca hay que desearle mal a nadie, pero con ella había que contenerse mucho para no hacerlo, incluso cuando descubrimos su muerte. No me alegre, porque la muerte no es algo de lo que debas alegrarte aunque sea de tu peor enemigo, pero no puedo decir que fuese fácil, pero me hubiera resultado mucho más difícil más adelante, cuando comprendí todo lo que había hecho, no podía negar que merecía una milésima parte de lo que había hecho sufrir a otros.

– [b]¿Vivo quieres decir? Esperaba más bien que te alegrases de lo contrario.[/b] – añadí sin poder evitar que el desprecio se reflejase en mi voz. La ira y la impotencia que sentí cuando me di cuenta de lo que había hecho seguían ahí, no había nada más frustrante que estar enfadado con alguien que ya ha muerto. Además, me sentía como un idiota, nunca me había caído bien, pero había confiado en que el Consejo no la tendría en sus filas si no fuese de confianza, pero desde luego, entre el primer Vigilante de Sarah y especialmente ella, me hicieron ver que el Consejo es tan humano como nosotros, y se le puede engañar.

– [b][i]Oh, no digas tonterías. Claro que me alegro.[/i][/b] – respondió con su habitual falsedad. – [b][i]Deberías haberte visto cuando te mató…[/i][/b] – dijo señalando a la plaza con la cabeza. – [b][i]…no le desearía eso a nadie[/i][/b] – este “eco”, este “fantasma” o fuese lo que fuese, no distaba demasiado de la original, seguía siendo igual de falsa y manipuladora, pero no conseguiría que desconfiase de Diana, no fue ella la que mató al NotMe. Por mucho que intentase apelar a mis miedos y a mis preocupaciones, incluso al miedo que tenía a perderla, este ya no era mi mundo de tinieblas personal, era el de Diana, y yo no era ninguna sombra de mí mismo controlada por esa aura oscura. Quizá por eso quería quitarme del medio.

– [b]Si tanto te alegra…¿por qué me sigues apuntando?[/b] – pregunté sin moverme, pero tanteando la zona para poder librarme de ella y volver a la plaza.

– [b][i]Ya sabes, precaución. [/i][/b] – respondió sin mover el arma. Para alguien que te traicionaría por la espalda sin dudarlo debe ser difícil imaginar que no todo el mundo lo haría así, que no todo el mundo se pone a si mismo antes que a todos los demás. – [b][i]Un buen Vigilante debe anteponerse a los acontecimientos.[/i][/b]

– [b]Eso es precisamente lo que nunca fuiste, ni buena Vigilante, ni buena ni una Vigilante de verdad.[/b] – respondí sacando de mi interior lo que no había podido decirle cuando lo supe todo, porque para entonces ella ya estaba a dos metros bajo tierra.

– [b][i]Oh vamos, vamos. No estarás molesto porque el Consejo colocó como Rectora y a ti como bibliotecario ¿verdad?[/i][/b] – respondió con una maléfica sonrisa. – [b][i]Cada uno está en el lugar que le corresponde. O al menos debería.[/i][/b] – añadió soltando su veneno. Capté perfectamente el doble sentido, yo bajo tierra y ella aún por ahí tratando de amasar poder a base de traiciones y utilizándolo para barrer todo rastro de lo sobrenatural. Pero en el mundo real era ella la que estaba criando malvas.

– [b]O donde se ha dejado las rodillas por estar.[/b] – no pude evitar recordar las palabras de Mercy, tenían mucho sentido, el Consejo, por muchas influencias que pudiese tener, trataba de pasar lo suficientemente desapercibido como para influir en un organismo como ese y colocarla de Rectora. No, ese puesto se lo había ganado ella misma y los rumores ya eran demasiados y de personas demasiado de confianza como para no darle algo de crédito. Antes de que pudiese replicar añadí. – [b]Te concedieron la vigilancia cuando lo pediste por tu marido, porque creían que te lo debían.[/b] – nadie podía haber sabido la aversión por lo sobrenatural que había desarrollado desde la muerte de su marido, o más bien que había tenido desde siempre, porque algo así no puede surgir tan de pronto, debes llevarlo dentro. Al igual que tampoco podían saber que utilizaría su puesto tanto de Vigilante como de Rectora para realizar su venganza personal. En el Consejo incluso se rumoreaba que estaba detrás del nacimiento de la Iniciativa Despertar, financiándola y aportando recursos. Gracias a Nathan supe que había sido la que dirigía la sede de Moondale, así que el rumor del Consejo no me extrañaba, tenía dinero suficiente como para financiarla. [i]Dios le da pan a quien no tiene dientes.[/i]

– [b][i]¿Crees que tú no lo conseguiste por tu padre?[/i][/b] – preguntó sabiendo donde golpear, aunque en realidad, cualquiera podía hacer daño a otro si se lo propone, pero la mayoría no tenemos esa maldad. Antes quizá habría tenido éxito, pero este camino me había dado algunas lecciones y una de ellas es que no podía permitir que las preocupaciones me impidiesen continuar. Si hubiese entrado en el Consejo por él, no importaría, porque debí demostrarles mi valía cuando me destinaron a Sarah. O incluso si tampoco confiaban en una nueva Elegida y estaban centrados en Buffy y por eso me habían enviado, algo que dudaba siendo Giles el Jefe del Consejo, no importaba, porque se estaba convirtiendo cada vez más en la Elegida, y no podía sentirme más orgulloso.

– [b]Claro que lo conseguí por él, por todo lo que me enseñó y una de las cosas fue a no fiarme de gente como tú.[/b] – sonrió de nuevo con su habitual falsedad y se dispuso a responder pero la corté. – [b]También me enseñó esto.[/b] – con un arriesgado movimiento, aunque habría sido mucho más arriesgado si no le hubiese estado hablando para distraerla, le golpeé en la muñeca, cogí el arma y le apunté.

– [b][i]Adelante, dispara.[/i][/b] – dijo algo más seria. – [b][i]Porque si no lo haces seré vuestra peor pesadilla.[/i][/b] – fuese lo que fuese el aura negra, no tenía la situación totalmente bajo control y se estaba agarrando a lo que fuese necesario, pero no iba a matarla y no iba a corromperme, podía considerarlo otra batalla perdida.

– [b]Acabo de salir de mi peor pesadilla, y no estabas en ella.[/b] – le respondí. – [b]Además, ya fuiste un verdadero quiste para todos nosotros aunque no lo supiésemos.[/b] – añadí. Primero se había enterado el Consejo por la desaparición de su Cazadora en extrañas circunstancias incluso para una Cazadora, investigaron y dieron con algunas cosas no demasiado limpias, después Nathan me habló de todo lo demás. – [b]Ahora no eres más que una oscura sombra de odio. No eres ninguna amenaza.[/b] – hice una pausa y añadí. – [b]Si vienes a por nosotros, te estaremos esperando.[/b] – sujeté con fuerza el arma y le di un golpe en la nuca que hizo que cayese al suelo. Después saqué el cargador y mientras volvía hacia la plaza, lo vacié y lo volví a meter. Cuando estaba a unos pasos escuché un disparo y eché a correr.

En cuanto llegué, vi a Diana arrodillada en el suelo frente a Cecil, el que no parecía nuestro Cecil, que yacía inmóvil. Sin darme cuenta, me encontré caminando hacia allí, pero me detuve al ver un fuerte resplandor frente a Diana y unos segundos después vi a Cecil allí de pie, frente al otro que yacía en el suelo, pero éste, el de ahora, parecía más el de verdad. Escuché un segundo disparo y murmuré el primer conjuro que se me pasó por la cabeza.

[i]Scutum[/i] – un escudo de fuerza rodeó a Diana, los dos Cecil y Bill, pero fue demasiado tarde, porque la bala ya estaba demasiado cerca y Bill cayó sujetándose el muslo del que empezaba a salir demasiada sangre.

Se escucharon dos disparos seguidos que golpearon contra la barrera sin llegar a sus objetivos. Aún así, tenían muchas balas, y cada vez que una impactaba, tenía que enviar más energía hacia el escudo. Lo sostendría aún a costa de mi vida si eso los salvase, pero cuando cayese el escudo no tendrían más refuerzos y no podía dejar sus vidas a la suerte. Necesitaba [i][u]ayuda para mantener el conjuro[/u][/i], no dejaría a Diana marchar de nuevo.[/SIZE]

[spoiler]
Nuevo añadido al roleo, interactividad. La parte subrayada y cursiva significa que los personajes cercanos pueden intervenir ahí con lo que él necesita.

Por ejemplo puede intervenir Ed desde su posición, ayudándole a sostener el escudo, igual que Cecil. Diana también puede hacerlo, pero tiene que tener su magia bajo control en estos momentos porque es muy fácil que se descontrole. Liad también puede intervenir en la escena distrayendo a los chuscos. Pueden pasar todas, unas si y otras no, o ninguna si no las veis viables. Si esto último ocurre y nadie puede ayudar, el curso de la historia variará, unas veces más y otras menos.

Si os gusta y os encontráis cómodos con el sistema, es muy probable que lo utilicemos en los dos últimos capítulos (no minisodes, capítulos).

Cortillo pero como ya está «fuera», espero que os guste ^^
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