Moondale

HOGAR DULCE HOGAR

[align=center][b][SIZE=3][color=black]Christopher McLeod[/SIZE][/color][/b]

casamcleod-1

[SIZE=3]
– [b] [i] [color=#843181]¿Me vas a enseñar la faldita de tu familia?[/SIZE] [/i] [/b] – dijo Diana mientras se removía en su asiento.

-[b] [i] [color=#BB609C] Yo también quiero verla.[/color] [/i] [/b] – añadió la voz de Sarah en el otro extremo del avión, al lado de Daniel. – [b] [i] [color=#BB609C]¡Cuanto verde![/color] [/i] [/b] – exclamó mientras miraba por la ventanilla.

– [b] [i] [color=#457238]Ya veremos.[/color] [/i] [/b] – respondí para hacerlas rabiar. Solo esperaba que mi madre no la tuviese en una esquina de la casa preparada, junto a la pila de fotos de bebé y las anécdotas bochornosas tanto mías como de Daniel. Había conseguido asumir que entre las fotos de bebé habría por lo menos una en la que salía desnudo y que saldría a la luz sin duda.

– [b] [i] [color=#843181]Eres un rollo.[/color] [/i] [/b] – respondió Diana a la vez que Sarah me sacaba la lengua. No pude evitar sonreír, después de todo lo que habíamos pasado el que habíamos denominado Día M, esto era una auténtica panacea.

El avión comenzó a girar y por la ventanilla pude ver la pequeña ciudad de Kirkliston rodeada de campos, y un poco más allá conseguía divisarse el aeropuerto.

Mientras el avión comenzaba a descender no pude evitar acordarme de estas dos últimas semanas, concretamente de todo lo que había tenido en la cabeza ese tiempo.

Por un lado estaba la constante de Mason, aunque ahora digamos que me “agobiaba” algo menos que antes porque sabía que eso sólo haría que nunca diese con una solución, seguía necesitando encontrar la respuesta.

También estaba el tema de los Elegidos, toda la simbología de los elementos me atraía mucho así como nuestra vinculación con ellos, por no hablar de los colgantes que teníamos cada uno, pero lo que más me había hecho pensar era lo que habían dicho los Oráculos, que habría una amenaza tras Mason, más poderosa, sólo la idea de alguien con más poder que él me aterraba, pero al menos me tranquilizaba saber que teníamos algo de ayuda externa.

Y sin duda a lo que más le había dado vueltas era a lo que sentía por Diana, dentro de mí, pensándolo con el corazón y también racionalizando y comprendiendo los sentimientos que me provocaba, sabía perfectamente como me sentía respecto a ella. La vida o más bien los demonios, me habían enseñado a palos una valiosa lección, y uno de sus puntos fuertes era ese, superar mis miedos provocados por el pasado para poder vivir en el presente, con Diana. La decisión ya estaba tomada, solo faltaba encontrar el momento, porque el lugar ya estaba decidido, aquí. Tenía que reconocer que una vez aquí mis planes respecto a nuestra “charla” se desmoronaban rápidamente porque no sabía cómo iba a decírselo, no después de lo que le había hecho pasar por mi indecisión. Puede que fuese un poco triste, pero quizás fuese a necesitar la ayuda de Daniel.

Y por último, hacia un par de días había tenido un encuentro que también me había hecho pensar.

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[QUOTE= Hace dos días]

[SIZE=2]
Eran casi las nueve de la noche y en la biblioteca quedaban ya dos o tres rezagados. Entre ellos había una chica de piel pálida y pelo oscuro que empujaba un carrito lleno de libros en dirección al mostrador.
Hacía ya casi un año que la chica venía cuando ya había oscurecido y leía incansablemente hasta la hora de cerrar. Evidentemente, no era demasiado tiempo, y la pobre parecía tan cansada que a veces hacía alguna que otra excepción con el límite máximo de libros que se podía llevar a casa. No sabría explicarlo, pero me daba mucha pena, su rostro era muy triste cuando creía que no la miraban.

Ese día, quizá influenciado por mi reciente lección, decidí hablar un poco más con ella y quizá con eso descubrir que le pasaba, aunque tenía algunas pistas.

– [b] [i] [color=#457238]Perdona, ¿necesitas algo de ayuda?[/SIZE] [/i] [/b] – le pregunté mientras se acercaba.

– [b] [i] [color=#EE5159]¿Qué?[/color] [/i] [/b] – respondió de forma distraída.- [b] [i] [color=#EE5159]¿Yo? Em…no…gracias.[/color] [/i] [/b]- titubeó.

– [b] [i] [color=#457238]Es un poco tarde y veo que estás un poco…atareada, así que si quieres puedes llevarte esos libros para mirarlos con calma.[/color] [/i] [/b] – respondí con una leve sonrisa.

– [b] [i] [color=#EE5159]¿De verdad?[/color] [/i] [/b]- preguntó sin sonreír. No sólo estaba triste cuando creía que nadie la miraba.- [b] [i] [color=#EE5159]Gracias.[/color] [/i] [/b]- añadió para después mirarme, casi diría que evaluarme. Había algo extraño en sus ojos.

– [b] [i] [color=#457238]No te preocupes, te he visto bastante por aquí y siempre lo has devuelto todo en perfectas condiciones.[/color] [/i] [/b] – respondí. Siempre estaba en completo silencio, alejada del resto de personas, aunque a las horas que venía normalmente no solía haber nadie, quizá de ahí el hábito, y también siempre devolvía los libros perfectamente y a tiempo.

Esperé su respuesta pero ella se limitó a toser, parecía no saber muy bien que responder. Me di la vuelta para volver al mostrador, pero en el último momento un pensamiento se me cruzó por la mente, uniendo dos piezas del rompecabezas que era mi mente.

– [b] [i] [color=#457238]Escucha, sé que quizá te parezca una propuesta un poco extraña pero, ¿te gustaría trabajar aquí como ayudante?[/color] [/i] [/b] – desde un punto de vista que no fuese el mío parecería que era una locura, o quizás que lo hacía con algún tipo de oscuro interés, pero en realidad sabía cómo trataba esa chica los libros, y sabía que le gustaban, no se me ocurrían dos cualidades mejores para el puesto. Además necesitábamos a toda la gente posible y era muy difícil que fuera peor que mis anteriores ayudantes que trabajaron aproximadamente un día entre las dos. Y, al menos a mí me lo parecía, ella lo necesitaba. Quizá alguien se preguntase por qué lo hacía, que razón tenía para ayudarla, y no sabría exactamente qué contestarle salvo que me parecía lo correcto. Sí, tenía que descubrir  si mis sospechas sobre ella eran ciertas o no para poder actuar en consecuencia, pero en el fondo simplemente quería hacer lo correcto. No todos los días se salva el mundo entero, a veces simplemente hay que conseguir que sea un poco mejor.

– [b] [i] [color=#EE5159]No se me da muy bien la gente…[/color] [/i] [/b] – respondió varios segundos después. Estaba claro que no le gustaba mucho socializar, pero la razón no estaba tan clara, no parecía ser simplemente tímida, había algo más detrás de toda esa tristeza y seguía encajando con una de mis alternativas.

– [b] [i] [color=#457238]Pero los libros sí y eso es lo importante.[/color] [/i] [/b] – respondí. – [b] [i] [color=#457238]Tu principal trabajo sería colocar los libros y sustituirme los quince días que me marcho de vacaciones.[/color] [/i] [/b] – dije. Mercy me había dicho que algún profesor me supliría ese tiempo porque al fin y al cabo no habría demasiada gente allí en vacaciones,  pero prefería dejar a alguien que conociese a cargo.

Ella guardó silencio de nuevo, pensativa.

– [b] [i] [color=#457238]Sé que el sueldo no es muy grande, pero tendrás algunos beneficios en la biblioteca y si te gustan los libros no te resultará muy pesado.[/color] [/i] [/b]  –añadí.

– [b] [i] [color=#EE5159]No es por eso.[/color] [/i] [/b]- consiguió decir con esfuerzo. – [b] [i] [color=#EE5159]Es que…¿podemos ir a un sitio con menos…gente? [/color] [/i] [/b]– añadió con un suspiro. Habíamos avanzado, al menos ya sabía que había algo detrás y no era simple timidez.

– [b] [i] [color=#457238]Ven, mi despacho está allí.[/color] [/i] [/b] – respondí mientras caminaba delante. Abrí la puerta del despacho y esperé con cautela a que pasase, si mis sospechas eran ciertas debía estar alerta por si acaso. Al poco ella pasó empujando el carrito de libros y en ese momento pude ver que casi todos eran libros de medicina, la mayoría de ellos  eran los que se usaban en la propia Universidad para esa carrera. – [b] [i] [color=#457238]Cuéntame.[/color] [/i] [/b] – ella se quedó de pie sin moverse. – [b] [i] [color=#457238]Puedes sentarte.[/color] [/i] [/b] – ella asintió y continuó callada, estaba batiendo el record de silencios continuados de Daniel y eso ya era mucho. – [b] [i] [color=#457238]Y bien…eso que tenías que contarme.[/color] [/i] [/b] – empecé. – [b] [i] [color=#457238]No te preocupes, no te voy a suspender por lo que me cuentes, sobre todo teniendo en cuenta que solo doy una clase.[/color] [/i] [/b] – y había dos opciones, o era una alumna tímida de medicina y entonces no estaría matriculada en Demonología, o era lo que yo pensaba que era y entonces no podía acudir a ninguna clase.

– [b] [i] [color=#EE5159]No soy alumna de la universidad…[/color] [/i] [/b]- dijo con pesar.

– [b] [i] [color=#457238]Mejor aún, así que puedes contarme lo que sea. Tengo una mente abierta.[/color] [/i] [/b] – si Diana estuviese allí habría hecho un chiste seguro, pero a lo que de verdad me refería era a mis conocimientos del mundo sobrenatural.

– [b] [i] [color=#EE5159]Tengo…em…una especie de…[/color] [/i] [/b]- suspiró buscando las palabras adecuadas.- [b] [i] [color=#EE5159]trastorno.[/color] [/i] [/b] – dijo al final.

– [b] [i] [color=#457238]Ajá.[/color] [/i] [/b] – dije para darle pie a que continuase. – [b] [i] [color=#457238]Continúa, por favor.[/color] [/i] [/b] – dije al ver que no seguía.

– [b] [i] [color=#EE5159]No…puedo estar cerca de muchas personas…[/color] [/i] [/b]- dijo con dificultad. Seguía con las alternativas, ¿fobia social o ganas de comérselos a todos? – [b] [i] [color=#EE5159]Además, ya se habrá percatado de que sólo vengo aquí bastante tarde.[/color] [/i] [/b]

– [b] [i] [color=#457238]Normalmente la biblioteca no suele estar demasiado llena, y tu trabajo sería sobre todo en el archivo donde sólo los encargados de la biblioteca tenemos acceso.[/color] [/i] [/b] – expliqué. Si era lo que yo pensaba, trataba de evitar el contacto con las personas y nunca me había dado problemas no tenía razón para desconfiar de ella. – [b] [i] [color=#457238]Y en las estanterías de aquí fuera, cuando tengas que colocar algo, no te encontrarás demasiada gente, normalmente cogen el libro y se sientan.[/color] [/i] [/b] – añadí poniéndoselo más fácil. Estaba casi seguro de lo que era, pero no podía decírselo así sin más, necesitaba conocerla algo más para poder decirle que podíamos ayudarla, que no estaría sola. – [b] [i] [color=#457238]En cuanto al tema de venir tarde, mientras yo esté no hay problema puedes hacer tu trabajo perfectamente cuando te venga mejor.[/color] [/i] [/b] – continué. – [b] [i] [color=#457238]Y mientras no estoy, la Rectora hará que alguien se haga cargo el resto del tiempo, aunque no creo que vaya a pasar mucha gente por aquí mientras todavía son vacaciones.[/color] [/i] [/b]

– [b] [i] [color=#EE5159]¿Por qué confía en mí?[/color] [/i] [/b]  – preguntó mirándome con recelo.

– [b] [i] [color=#457238]Porque aunque no tengo tan buena intuición como una persona que conozco, creo que puedes hacerlo bien y creo que te vendría bien algo así.[/color] [/i] [/b] – respondí recordando, como siempre que se trataba de personas que no conocía demasiado, los “yuyus” de Daniel. Pero seguía siendo observador y podía formarme algunas conclusiones. – [b] [i] [color=#457238]Si tengo razón o no, el tiempo lo dirá.[/color] [/i] [/b]

Ella volvió a quedarse pensativa y al final soltó.- [b] [i] [color=#EE5159]Gracias.[/color] [/i] [/b] – después hizo una pausa y añadió.- [b] [i] [color=#EE5159]Pero en realidad, no me merezco que confíe en mí. [/color] [/i] [/b]

– [b] [i] [color=#457238]Si lo mereces o no, lo sabremos enseguida.[/color] [/i] [/b] – respondí son sinceridad. Le veía cierto parecido con Sarah y con Ed, algo me decía que en el fondo había una bondad como la suya, pero que al igual que a ellos, la vida la había tratado mal y necesitaba a alguien que la ayudase, nos necesitaba. – [b] [i] [color=#457238]Sólo prométeme no quemar la biblioteca.[/color] [/i] [/b] – bromeé.

Ella me miró extrañado, parecía no saber si reírse o no, y al final se decidió por esbozar una mueca que no llegaba a ser sonrisa, y después asintió.- [b] [i] [color=#EE5159]Illya.[/color] [/i] [/b]- después extendió la mano para estrechármela. Supuse que eso significaba un “sí, acepto el trabajo”.

– [b] [i] [color=#457238]Christopher McLeod, encantado.[/color] [/i] [/b] – añadí con una sonrisa. – [b] [i] [color=#457238]Supongo que eso es un sí.[/color] [/i] [/b] – admití. Ella respondió asintiendo con la cabeza. – [b] [i] [color=#457238]Mañana por la mañana hablaré con la rectora y por la tarde te diré todo lo referente a los días de prueba. Cuando vuelva de vacaciones, como todo estará más que bien, firmaremos el contrato definitivo. [/color] [/i] [/b]– esbocé una leve sonrisa. – [b] [i] [color=#457238]Ya puedes llevarte el carrito.[/color] [/i] [/b] – añadí al ver que seguía en pie sin saber qué hacer.

– [b] [i] [color=#EE5159]Si me pasa como a las anteriores será oficial: El puesto está gafado.[/color] [/i] [/b]- respondió sonriendo levemente, era la primera vez que la veía hacerlo.

– [b] [i] [color=#457238]Y esto se convertirá en Harry Potter.[/color] [/i] [/b] – bromeé mientras sonreía.

– [b] [i] [color=#EE5159] Espero que la Ley de Murphy no se cebe con nosotros.[/color] [/i] [/b]- dijo en voz baja.

– [b] [i] [color=#457238]Yo también. [/color] [/i] [/b]- respondí refiriéndome a varias cosas, una de ellas que lo bueno que había visto en ella fuese real. – [b] [i] [color=#457238]Bueno, entonces mañana nos vemos.[/color] [/i] [/b] – me despedí.

– [b] [i] [color=#EE5159]Gracias por la oportunidad.[/color] [/i] [/b] – respondió levantándose y cogiendo el carrito.- [b] [i] [color=#EE5159]Espero no defraudarle.[/color] [/i] [/b] – añadió. Tenía la impresión de que no lo haría.

– [b] [i] [color=#457238]No me des las gracias. Estoy seguro de que lo harás muy bien.[/color] [/i] [/b] – añadí con una sonrisa.  – [b] [i] [color=#457238]Ten cuidado ahí fuera, la noche esconde muchas cosas.[/color] [/i] [/b] – dije para ver cómo reaccionaba.

Mientras se alejaba caminando pasó por delante de un espejo pequeño que tenía en una estantería, pero el espejo no le devolvió el reflejo, estaba todo, menos ella. – [b] [i] [color=#EE5159]No creo que me pueda pasar nada peor…[/color] [/i] [/b]- murmuró.

– [b] [i] [color=#457238]Ten cuidado.[/color] [/i] [/b] – dije al final. El mundo podía ser peligroso para una pobre chica caminando sola por la noche, pero también para una pobre vampiresa que aún conserva su humanidad, quizá mucho más peligroso.
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[SIZE=3]
Al día siguiente, cuando la luz del sol se fue, volví a verla y estaba en perfectas condiciones. Ahora sabía lo que era, y que pese a eso no suponía ningún peligro, pero también sabía que necesitaría ayuda para no afrontarlo sola, y nosotros podíamos proporcionársela. Solo me faltaba saber cómo abordar el tema, pero eso tendría que esperar a mi regreso.

Fue una suerte que tuviese tanto que solucionar para poder ir de viaje tranquilo, porque así evité que todos esos pensamientos me inundasen.

Unos minutos después el avión comenzó a descender aún más y al poco tiempo, después de una leve sacudida, tomó tierra.

Mientras esperábamos las maletas estiré la mano derecha un par de veces, la tenía ligeramente dolorida porque a Diana le daban algo de miedo los aviones y de vez en cuando me apretaba. A Sarah también le daban miedo, pero yo no tenía la resistencia de un aesir, aunque pensándolo mejor, Diana tenía una fuerza normal, pero Sarah, tenía que haberle dejado la mano hecha añicos.

Después de recoger las maletas llamé a mis padres y me dijeron que estaban fuera esperando frente a la entrada principal. Fuimos hacia allí en tropa y en cuanto cruzamos las puertas de cristal los vi. Mi madre estaba llorando como ya imaginaba y mi padre, con las gafas de sol de conducir puestas, a su lado con el brazo por encima del hombro. Un poco más atrás, caminando hacia ellos iba Zack, seguramente después de dar mil vueltas para encontrar un aparcamiento que le gustase. Y corriendo hacia nosotros venía mi pequeña hermanita adoptiva, Stephanie.

– [b] [color=#FB1464]Bigfooooooooooot.[/SIZE] [/b]- gritó mientras corría abriéndose paso. Cuando llegó hacia mí se enganchó a mi pierna.

– [b] [i] [color=#457238]¡Nessy![/color] [/i] [/b] – un día, no recuerdo como empezamos a llamarnos así, creo que yo la llamé primero Nessy y después ella se pasó un buen rato pensando algo que llamarme hasta que Zack le susurró Big Foot. – [b] [i] [color=#457238]Como has crecido.[/color] [/i] [/b] – exclamé abriendo los ojos exageradamente mientras me agachaba para abrazarla.

– [b] [color=#FB1464]Lo sé.[/color] [/b]- respondió orgullosa mientras alzaba los brazos para que la cogiese y la subiese en mis hombros y así lo hice.- [b] [color=#FB1464]Es para ver mejor a tus amigos.[/color] [/b]- dijo sonriendo ampliamente.

– [b] [i] [color=#457238]Espera que te los presento.[/color] [/i] [/b] –dije mientras me giraba con ella a cuestas. – [b] [i] [color=#457238]La que está al lado de Daniel es Sarah.[/color] [/i] [/b] – dije mientras ella sonreía y la saludaba. – [b] [i] [color=#457238]Aquella es su hermana Diana y esa es su madre, Elizabeth…Ed…Cecil…Liad…[/color] [/i] [/b] – continué mientras se los iba enseñando y se saludaban. – [b] [i] [color=#457238]Ese es Dominic y esas Silver y Ann.[/color] [/i] [/b] – seguí. – [b] [i] [color=#457238]Y ahí está la pequeña Freya, es de Daniel y Sarah.[/color] [/i] [/b] – finalicé.

– [b] [color=#FB1464]Hola.[/color] [/b]- respondió saludando a todos con la mano para quedarse después algo avergonzaba, al fin y al cabo seguía siendo una niña por muy resabiada que fuese a veces. – [b] [color=#FB1464]DANIEEEEL.[/color] [/b] – gritó hacia él. Daniel y Stephanie se llevaban muy bien y seguro que la pobre le había echado de menos. A veces solía decir que Daniel era su novio, cosas de críos.

– [b] [i] [color=#4F5360]Pequeña, ¿cómo estás?[/color] [/i] [/b] – respondió Daniel. Parecía un poco nervioso, y no era difícil saber por qué, después de haberse ido y del tiempo que había pasado fuera sin mantener el contacto se sentía culpable, pero pronto se le pasaría. – [b] [i] [color=#4F5360]Vaya, sí que estás grande.[/color] [/i] [/b] – añadió al final sonriendo.

– [b] [i] [color=#BB609C]Yo soy Sarah.[/color] [/i] [/b]- dijo sonriendo mientras se acercaba a ella y le ponía un dedo en la nariz para que ella sonriera, algo que hizo al instante. Tenía la impresión de que las dos se harían inseparables. Desde atrás, Diana le sacó la lengua y Stephanie se partió de risa. Estaba en su salsa siendo el centro de atención.

Después les presenté a mis padres, a Zack y al vecino que acababa de llegar a los demás. Mi madre me abrazó con fuerza mientras mi padre sonreía desde algo más atrás y luego hicieron lo mismo con Diana a la que mi padre dio los dos besos de rigor. Luego le llegó el turno a Daniel y mi madre lo abrazó con tanta fuerza como a mí, o quizás un poco más, Daniel había sido un hermano más y un hijo más para ella, y le había dolido perderlo. Después de Daniel le tocó el turno a Sarah que se cohibió un poco a la hora de dar dos besos. Y los demás les siguieron.

Cuando terminamos las presentaciones y las lágrimas, especialmente las de mi madre, nos repartimos entre los tres coches: Diana, Stephanie y yo iríamos con mis padres en su Scénic; Daniel, Sarah, Cecil, Ed y la Dominic irían en el Land Rover de Zack y el resto, la señora Echolls, Liad, Silver y Ann, en el Jaguar XJR del vecino.

– [b] [i] [color=#457238]Bueno será mejor que nos vayamos y terminemos las presentaciones en casa.[/color] [/i] [/b] – dije para agilizar la marcha. – [b] [i] [color=#457238]Estamos muertos del viaje.[/color] [/i] [/b]

– [b] [color=#0053E3]Estamos viejos.[/color] [/b] – dijo Zack sonriendo.

– [b] [color=#7411AD]Cuando lleguéis a mi edad entonces…[/color] [/b] – intervino mi madre. Después nos separamos y nos dirigimos a los coches. Según avanzamos por el aparcamiento vi la Renault Scénic de mis padres que ya tenía algún que otro achaque y que pronto le dejaría el sitio a un Dacia Duster.
Mi padre abrió el maletero y metimos las maletas. Cuando fui a sentarme Diana y Stephanie estaban ya sentadas una al lado de la otra, Stephanie en el medio claro. En cuanto me senté percibí el “ambientador” del coche y dirigí la mirada hacia el reposavasos y allí estaba, un tarro de paté con un trapillo dentro y suavizante. Desde que a mi padre se le había volcado una botella entera de suavizante al volver de la compra se había dado cuenta de que era el mejor ambientador.

Unos minutos más tarde ya habíamos dejado atrás el aeropuerto de Edimburgo e íbamos por la autopista camino de Melrose. Como es lógico, con Diana, mi madre y Stephanie no había demasiados silencios.

– [b] [color=#FB1464]¿Es tu novia?[/color] [/b] – preguntó Stephanie en un determinado momento, mientras movía los pies que le colgaban.

– [b] [i] [color=#457238]Pasas mucho tiempo con la tía.[/color] [/i] [/b] – admití. Se estaba gestando una mini Charisma.

– [b] [i] [color=#843181]Si no lo soy es porque él no quiere.[/color] [/i] [/b]- respondió Diana sonriendo con malicia.

– [b] [i] [color=#457238]Vaya dos se fueron a juntar en el mismo coche.[/color] [/i] [/b] – admití a la vez que mi madre reía, seguramente por lo que Diana había dicho.

– [b] [color=#7411AD]Dile tú que él se lo pierde.[/color] [/b] – le dijo mi madre a Diana.

– [b] [i] [color=#843181]Sabe que se lo pierde.[/color] [/i] [/b]- respondió Diana sonriendo. No sabía si lo decía por lo que yo pensaba, pero me había quedado un poco…cohibido diría. Por suerte Stephanie rompió el silencio incómodo.

– [b] [color=#FB1464]Hay un niño del cole que quiere ser mi novio, pero a mí me da asco.[/color] [/b]- dijo Stephanie pensando en voz alta.

– [b] [i] [color=#457238]¿Ya tiene pretendientes?[/color] [/i] [/b] – pregunté sorprendido a mi madre, que asintió. – [b] [i] [color=#457238]Ahora sí que me siento mayor, tendré que andar vigilándoles.[/color] [/i] [/b]

– [b] [color=#FB1464]Es feo.[/color] [/b]- respondió Stephanie mientras asentía con la cabeza.- [b] [color=#FB1464]Además, a mí me gustan mayores.[/color] [/b] – reconoció dejándome sin palabras.

– [b] [i] [color=#843181]Y a mí.[/color] [/i] [/b]- le siguió Diana.

– [b] [color=#7411AD]Y a mí también.[/color] [/b] – admitió mi madre riendo. – [b] [color=#7411AD]Vamos a asustar a la pobre Diana.[/color] [/b]

– [b] [i] [color=#843181]Mientras no os asustéis vosotros de mí…[/color] [/i] [/b]- respondió Diana bromeando.

– [b] [color=#7411AD]No creo, hija.[/color] [/b] – respondió mi madre. – [b] [color=#7411AD]Vas a una casa de locos.[/color] [/b] – añadió.

– [b] [color=#FB1464]No estamos locos.[/color] [/b]- se quejó Stephanie.- [b] [color=#FB1464]Sólo el marido de la tía es un poco raro, sobre todo cuando se toma el vermú los domingos…[/color] [/b] – no le faltaba razón a la pequeña. El segundo marido de la tía Charisma, Lewis Finnigan, era buena persona, pero a veces un poco pesado, en especial después de la copilla de los domingos.

– [b] [color=#74651D]Calla, calla, yo ya no le digo nada porque se encabezona.[/color] [/b] – admitió mi padre al segundo, habíamos tocado un tema en el que podía opinar bien. – [b] [color=#74651D]Si Rocky hablase…[/color] [/b]

– [b] [i] [color=#457238]El perro de mi tía, a efectos prácticos de todos.[/color] [/i] [/b] – expliqué a Diana que reía.

Durante un rato seguimos hablando de Rocky y del tío Lewis, hasta que mi madre recordó algo.

– [b] [color=#7411AD]Por cierto, Diana a ti te gustaban los yogures esos de tarros de cristal ¿no? y Sarah era la del Cola Cao…[/color] [/b] – preguntó. – [b] [color=#7411AD]Es que ayer fuimos a la compra pero no sé si habremos traído poco.[/color] [/b]

– [b] [color=#FB1464]Compró tantos yogures que tuvimos que llevar unos cuantos a la nevera de la tía que es más grande.[/color] [/b]- apuntó Stephanie. Me lo creía perfectamente, y no habría pasado lo mismo con la fruta porque se pondría mala, pero ganas no debieron de faltarle, y en cuanto estuviésemos ya en casa seguro que compraría un montón. De pastelitos y esas cosas también estaría surtida entre lo que hubiese comprado y los postres que hubiese preparado la tía Charisma para la cena de esta noche.

– [b] [i] [color=#457238]Conociéndola no me extrañaría que hubieseis llenado el maletero.[/color] [/i] [/b] – admití.

– [b] [color=#74651D]Casi, casi.[/color] [/b] – dijo mi padre mientras le dirigía una mirada y una sonrisa a mi madre, que trató de mirarle mal pero no podía contener la sonrisa que esbozaba, en gran parte por la risa contagiosa de Diana.

– [b] [i] [color=#843181]A mí me gustan todos.[/color] [/i] [/b] – respondió Diana.- [b] [i] [color=#843181]Sarah mientras tenga Cola Cao es feliz.[/color] [/i] [/b]

– [b] [color=#7411AD]Bueno tú si ves que falta algo me lo dices que no comemos a nadie.[/color] [/b] – añadió mi madre.

– [b] [i] [color=#843181]Te pareces mucho a tu madre.[/color] [/i] [/b]- me dijo Diana arqueando una ceja.- [b] [i] [color=#843181]Eres Delio.[/color] [/i] [/b] – añadió riendo.

– [b] [color=#7411AD]Pues hija yo lo veo demasiado guapo para haber salido de nosotros.[/color] [/b] – intervino mi madre.

– [b] [i] [color=#843181]En absoluto.[/color] [/i] [/b]- negó Diana con la cabeza.- [b] [i] [color=#843181]Aunque la más guapa de la casa es Stephanie, claro.[/color] [/i] [/b] – añadió ganándose una sonrisa vergonzosa de Stephanie.

– [b] [i] [color=#457238]Vas a conseguir que se agarre a ti y no se suelte.[/color] [/i] [/b] – dije a Diana. Si algo tenían en común Sarah y Diana era la vena maternal.

– [b] [i] [color=#843181]Esa es la idea.[/color] [/i] [/b]- dijo Diana llevándose un dedo debajo del ojo y tirando un poco hacia abajo. No pude evitar pensar en Diana y en…en nosotros teniendo quizá niños, mi madre nietos…Creo que me quedé un poco ido en ese momento porque no me enteré de nada hasta que Diana no me dio un golpecito en el hombro y dijo: -[b] [i] [color=#843181]Hice lo mismo contigo.[/color] [/i] [/b]

– [b] [i] [color=#457238]Diana…[/color] [/i] [/b] – conseguí responder mientras mis padres se reían y Stephanie se desparramaba por ahí muerta de risa.

– [b] [color=#FB1464]Entonces sois novios.[/color] [/b]- sentenció Stephanie, que se giró para decirle algo al oído a Diana, que se rió.

– [b] [i] [color=#457238]¿Es tarde para cambiarme de coche?[/color] [/i] [/b] –bromeé.

– [b] [i] [color=#843181]Arthur, pare por aquí y bajamos a su hijo que ya no nos quiere.[/color] [/i] [/b]- bromeó ella.

– [b] [color=#7411AD]De tú, hija, que somos viejos pero no tanto.[/color] [/b] – añadió mi madre.

– [b] [color=#FB1464]No sois viejos.[/color] [/b]- respondió la pequeña.- [b] [color=#FB1464]Ni tampoco os vais a morir.[/color] [/b]- añadió cruzándose de brazos.

– [b] [i] [color=#457238]Claro que no, ¿te acuerdas de los Inmortales?[/color] [/i] [/b] – intervine mirándola. – [b] [i] [color=#457238]El protagonista se apellidaba McLeod así que eso significa que somos inmortales.[/color] [/i] [/b] – me encantaba la historia de los Inmortales y quizá el parentesco de apellidos hacia que me gustase aún más. Nessy se giró como pudo y me abrazó, en ese momento recordé lo orgulloso que estuve de mis padres cuando la acogieron después de que mi padre la encontrase en la cuna de una casa, con sus padres asesinados por un demonio en la habitación de al lado.

La conversación siguió un buen rato más, hasta que la zona empezó a resultarme bastante más familiar y mi padre habló:

– [b] [color=#74651D]Ya casi estamos llegando.[/color] [/b] – anunció mi padre señalando hacia la derecha.

– [b] [i] [color=#843181]Delly, ¿cabemos todos en vuestra casa?[/color] [/i] [/b] – preguntó Diana.- [b] [i] [color=#843181]Porque si no podemos ir a un hotel los demás, no pasa nada.[/color] [/i] [/b] – conocía sobradamente la respuesta, porque yo mismo había comentado con mi madre cuantos éramos e incluso le hablé también de Silver y Ann, que aunque no las conocía demasiado, Diana sí. La distribución para dormir ya estaba lista.

– [b] [color=#7411AD]No te preocupes, donde caben dos caben tres.[/color] [/b] – explicó mi madre. – [b] [color=#7411AD]Además está la casa de mi hermana que está a unos diez metros de la nuestra y nuestro vecino también nos ha ofrecido la suya si hace falta.[/color] [/b] – con tres casas no había problema de espacio.

– [b] [i] [color=#843181]Gracias.[/color] [/i] [/b] – dijo Diana.

– [b] [color=#74651D]Ya hemos llegado.[/color] [/b] – anunció mi padre al rato, minutos antes de aparcar el coche. Cuando nos detuvimos del todo, salimos.

Diana y yo nos quedamos de pie observando la casa. Había vuelto a casa y además venía acompañado de unas personas que ahora significaban mucho para mí, nunca tendría un sentido más amplio de sentirse como en casa.

– [b] [i] [color=#843181]Es preciosa.[/color] [/i] [/b]- dijo Diana refiriéndose a mi casa. La verdad es que siempre me había encantado, con la pequeña piscina climatizada camuflada dentro del invernadero, pero en ese momento en mi cabeza preciosa solo podía adjudicárselo a ella.

Esbocé una sonrisa que no podía contener más, estaba en casa rodeado de las personas que más quería en el mundo, aunque fuera durante unos días, ¿qué más podía pedir?

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[spoiler]

Stephanie, Sarah, Illya y Diana controladas por Stefy y el resto por mí.

Como nota adicional, Delia es más o menos (depende de cómo me saliese), mi madre, Arthur mi padre (aunque con cambio de profesión y consecuentemente de estudios xD), Zack es más o menos mi hermano y Stephanie es Stefy de pequeña xDDD

Ah y la famosa tía Charisma, su marido Lewis y su perro son mi tía Nadalina, su marido y mi perro xDDD

Pronto tendréis otro post en la leyenda de colores con los colores de algunos secundarios. Y un nuevo topic con los secundarios relevantes del capítulo que se esté utilizando en ese momento.

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