Moondale

LA MUERTE A VECES ES UN REGALO

[SIZE=2][align=center][b]Sarah Echolls | Mina[/b]

dianaoscuro

Durante bastante tiempo estuve caminando en círculos sin saber hacia dónde me dirigía. Encender una cerilla no era lo más inteligente porque acabaría saltando por los aires si había grisú, pero vagar hasta que me muriese de agotamiento o de hambre, tampoco era una buena opción. Decidí apoyarme contra una pared para descansar mientras evaluaba mis posibilidades de sobrevivir. Cuando aparecieron las lucecitas tenía, al menos, un 50%, pero ahora que estaba sola, cansada, perdida y con un dolor inimaginable en todas mis extremidades por culpa de la tensión acumulada, estaba segura de que tenía las mismas posibilidades de salir viva que un personaje de Lost.

Me dejé caer hasta que di contra el suelo. Recobrando el aliento poco a poco, intentando que ser Cazadora me hubiera proporcionado también un extra de instinto de supervivencia, pero hasta éste me había abandonado. Cerré los ojos y los abrí varias veces para ver si así mi vista se habituaba a la oscuridad pero no surtió efecto. No se veía un pimiento. Ni siquiera con mis sentidos hiperdesarrollados que ya le gustarían a Superman. En la oscuridad más absoluta, era inevitable que no pudiera ver nada.

Palpé a mi alrededor, intentando encontrar una rendija por la que escaparme en el mejor de los casos o un agujerito en el que meter la nariz dejando mi optimismo a un lado, pero lo único que toqué fue una sustancia viscosa y todavía algo caliente.

-[b]Sangre…[/b].- Musité con la respiración de nuevo acelerada.

La mantuve en mis dedos para asegurarme de que era sangre y no cualquier otra sustancia, pero me habían hecho demasiadas heridas desde que era La Cazadora como para no saber lo que significaba. La sangre no llegaba a los sitios de forma espontánea. Si había sangre es que no muy lejos, alguien sangraba…y si alguien sangraba o era muy torpe y se había tropezado hasta rasgarse una arteria (cosa que dudaba) o [i]algo[/i] había hecho sangrar a ese alguien.

Instintivamente busqué en el suelo una piedra hasta que di con ella. No era muy grande pero sí puntiaguda, lo suficiente como para hacer una buena herida. Sabía que en cualquier momento necesitaría defenderme aunque estuviera agotada y ni siquiera viera mi propia nariz.

De pronto escuché un grito. Un grito que estaba segura que era femenino y por el que podría apostar la piedra que llevaba en la mano y hasta el aire que entraba en mis pulmones que era de Diana. Mi hermana. Esa que hace unos meses odiaba desde lo más profundo de mi ser y sin la que ahora no podría vivir.

-[b] ¿Diana?[/b] – Pregunté poniéndome en pie y apretando la piedra con fuerza. De nuevo, volvió a gritar. No me hizo falta más confirmación. Si no era ella, desde luego era alguien que se le parecía y tenía que salvarle…o algo parecido.- [b]¡SUELTA A MI HERMANA![/b]- Grité avanzando a zancadas. Nadie me respondió. No volví a oír un grito y estaba segura de que no me había alejado ni tres pasos del lugar inicial. Estaba perdida. Intenté no calmar los nervios, dejar que la adrenalina siguiese apoderándose de mí hasta que mi miedo fuera atroz. El mismo que había sentido dentro del ataúd.

La gente subestima el miedo. Se quedan sólo con su parte mala, pero el miedo va ligado a la supervivencia. Si no lo tuviésemos, cruzaríamos la calle sin mirar, meteríamos la cabeza en el horno y viviríamos dentro de una hormigonera. Sin él, no sería más que un personaje de videojuego de lucha de los noventa. Pensé en el ataúd y en el bar de demonios al que me llevó mi primer vigilante. Y entonces, el miedo empezó a surtir efecto, ya no me dolían las piernas y el corazón me latía a mil kilómetros por hora. Estaba pletórica…hasta que escuché un ruido detrás de mi espalda y el miedo se volvió real.

– [b]¿Quién está ahí?[/b]- Me di la vuelta y pregunté sobresaltada haciendo que la piedra se escapase de mi mano y chocase contra el suelo con un ‘clac’ que resonó en toda la galería.

– [b][i]S-sarah…[/b][/i]- Consiguió decir Diana con dificultad. Estiré la mano intentando tocarla, pero no la alcancé.
– [b]¿Estás b-bien? No debo encender cerillas, así que necesito que me lo digas[/b]

– [b][i]Digamos que no estoy para ganar un concurso[/b][/i]. – Respiraba con dificultad por lo que era probable que estuviese cansada…o herida.. – [b][i]Guarda bien las cerillas y sal de aquí lo más rápido…que puedas[/b][/i].

– [b]Espero que por “sal” te refieras a “salgamos” porque no pienso dejarte aquí[/b]- Estiré la mano hasta que encontré la suya y empecé a tirar de ella.

– [b][i]Por mi puedes hacer ya poco, salvo que tengas una foto de McLeod desnudo por ahí, y una cerilla que prestarme[/b][/i]. –No se movió del sitio.

– [b]No voy a dejarte aquí, pero prometo llevarte a un lugar donde estará McLeod…desnudo…y yo muy lejos.[/b]- Volví a tirar de ella, pero no se movía salvo para toser de vez en cuando.

– [b][i]Ya no puedes hacer nada por mí[/b][/i]. – Habló con una seriedad que no parecía venir de ella. – [b][i]Ya es tarde.[/b][/i]

– [b]No, no lo es[/b]. – Respondí. Siempre había sido cabezota.- [b]No sé quién eres y qué has hecho con mi hermana pero devuélvemela ahora antes de que la ira de generaciones de cazadoras caiga sobre ti y Buffy Summers tiene muy mala leche.[/b]

– [b][i]Vete, será mejor así[/i][/b]. – No le hice caso cuando dije eso, empecé tirar de ella y a tararear Sk8ter Boi de Avril Lavigne, una canción que al parecer, le gustaba mucho a mi yo de quince años de todas las realidades. Me di cuenta de que tenía las manos frías. Demasiado.- [b]Estás helada, ¿quieres mi sudadera?[/b]

– [b][i]No, ya no tengo frío[/b][/i]. – Respondió con tristeza – [b][i]Vete Sarah, por favor. Vete[/b][/i]
– [b]¿Cuántas veces tengo que decírtelo? No.[/b]- El corazón me volvía a latir a toda velocidad. La adrenalina estaba, una vez más, actuando por mí y se lo agradecía.- [b]Eres mi hermana. No te voy a dejar en una mina abandonada.[/b]

– [b][i]Ya estoy perdida. No podrás hacer nada por mí[/b][/i]. – Cada vez estaba más rígida y hablaba con más dificultad.

– [b]No digas tonterías[/b]- Intenté que me saliese una broma, pero me temblaba la barbilla.

– [b][i]Sabes que digo la verdad. En el fondo…[/b][/i]- Hizo una pausa para respirar. – [b][i]Sabes que no puedes hacer nada por mí. No puedes salvarme.[/b][/i]

– [b]Tengo que intentarlo[/b].- McLeod siempre insistía en que lo intentase. Decía que lo que diferenciaba a una Cazadora del resto de los mortales (superpoderes aparte) era que nunca se rendía. Cuando Buffy Summers se quedó encerrada pensando que Glorificus ganaría, no se echó a llorar por su muerte tras el escudo protector que había creado su amiga Willow (la heroína de Diana) si no que luchó…hasta el final.

– [b][i]Ya no hay nada que intentar[/b][/i]. – Se explicó. – [b][i]Tienes que irte[/b][/i]. – Volví a tirar de ella, pero no pasó nada.

– [b]Eres una cabezota[/b]- Tiré una vez más y Diana, sin decir nada, cayó al suelo como si fuera un saco de arena. Entonces comprendí lo que estaba pasando: Diana estaba muriendo. Grité hasta que me dolió la garganta y me hinqué de rodillas contra el suelo.- [b]Diana, despierta, vamos…[/b]- Con las lágrimas cayendo, le acaricié el pelo.- [b]Ya no es gracioso, por favor…deja de fingir y vámonos.[/b]- Pero no estaba fingiendo.[/SIZE]

[QUOTE][align=center][b]Flashback – Después del [i]tricumpleaños[/i][/b][/align]
[SIZE=2]
Por fin habíamos acabado de limpiar la casa. Hacía una hora que todos se habían marchado y que sólo estábamos Daniel, Diana, mi madre (que ya estaba durmiendo) y yo. Estábamos en el establo observando el precioso caballo que Fenris me había regalado.

-[b] ¡Voy a peinar al caballo![/b] – Di saltitos y palmadas para acompañar mi alegría.

– [b][i] Pues a mí nunca me peinas[/b][/i].-  Respondió Diana moviendo la melena.- [b][i]Y mira qué pelo más maravilloso tengo ahora[/b][/i].

– [b]Ven conmigo y le doy una pasada al caballo y otra a ti, de todas formas él debe estar más limpio que tú[/b].- Sonreí.

– [b][i]Yo tendré el pelo sucio pero AL MENOS nadie en esta habitación tuvo que limpiarme el culo[/b][/i].- Movió las manos como hacen algunas chicas negras en las películas.-[b][i] Y créeme Daniel, con lo pequeña que es hace más caca que el caballo y huele peor.[/b][/i]

Daniel nos miró fingiendo que tenía un tic en el ojo. – [b][i]Mejor voy a echar un vistazo a ver si la moto sigue en su sitio[/b][/i]. – Se acercó y me dio un beso en la mejilla. – [b][i]No os recordéis muchas cosas vergonzosas mientras no estoy… [/b][/i]- Antes de irse me guiñó un ojo.

– [b][i]¡Cuñado no te vayas, si también podemos peinarte a ti![/b][/i] – Diana agitó el peine y se giró para decirme en voz más baja.- [b][i]Es guapo, pero la discreción no es lo suyo…y McLeod está más bueno, lo siento[/b][/i].- Se encogió de hombros.

Hice una mueca. – [b]Lo que tú digas[/b].- Por suerte, no veía a McLeod de la misma forma que ella –[b] Quiere que hablemos[/b].- Me tendió el peine y empecé a cepillar al caballo con cuidado.

– [b][i]Es encantador[/b][/i].- Esbozó una sonrisa soñadora.- [b][i]La pena es que el pobre a este paso se morirá de un dolor de huevos, pero oye fue bonito mientras duró.[/b][/i]

– [b]D-dejemos de lado mi vida…no sexual[/b].- Tosí en un intento de que no se notase cuánto me avergonzaba hablar de ese tema.- [b]¿Cuándo me vas a contar cosas de tu…mundo?[/b]

– [b][i]Cuando me cuentes a qué viene este voto de castidad[/b][/i].- Puso los ojos en blanco.- [b][i]¿Piensas hacerte monja? ¿Vas a batir un récord? ¿Estás esperando a que Daniel explote y haga un cráter como el de Sunnydale?[/b][/i]

– [b]Esas cosas tienen que surgir[/b].- Dejé de peinar al caballo que se quejaba porque quería dormir.
– [b][i]O lo que es lo mismo: Eres una estrecha[/b][/i].- Nos sacamos la lengua casi a la vez.-[b][i] Tú espera mucho y acabará lleno de telerañas o declarado zona catastrófica. Luego no digas que no te avisé. [/b][/i]

Nos quedamos en silencio durante unos minutos. Mirándonos la una a la otra sin saber qué decir, hasta que Diana de nuevo, rompió el hielo.

– [b][i]La Sarah de mi realidad era mucho más lanzada[/b][/i].- Diana mentía un poco mejor que yo, pero a estas alturas la conocía.

–  [b]No me lo creo[/b].- Respondí canturreando.

– [b][i]Me rindo[/b][/i].- Levantó las manos.- [b][i]Tienes la vida sexual de un hongo en todas las realidades, pero te quiero igualmente[/b][/i].- Sonrió. Era raro que me dijese que me quería después de tantos años de mala relación, pero era una sensación extrañamente maravillosa.- [b][i]¿Qué quieres saber?[/b][/i]

– [b]Todo[/b].- Necesitaba saber cada detalle por mínimo que le pareciese. Así, podría imaginarme que había vivido esa vida.- [b]Cómo era, cómo éramos…[/b]

– [b][i]Yo fea y tú condenadamente guapa como ahora[/b][/i].- Me empecé  a reír cuando dijo eso. Era cierto: En la otra realidad tenía las orejas de la prima de Dumbo, pero seguía siendo fantástica.- [b][i]Siempre cuidé de ti, bueno cuidábamos la una de la otra a nuestra manera hasta que empecé a perder el norte[/b][/i].- Se quedó mirando a un punto fijo incapaz de continuar.- [b][i]Dejó de importarme todo e incluso…le borré la memoria a mamá…[/b][/i]

-[b] Pero ya no eres así[/b].- Le puse la mano en el hombro para tranquilizarla.-[b][i] Ni tampoco la que yo conocía.- Has empezado de nuevo y eso es lo que cuenta.[/b][/i]

– [b][i]Siento haberte hecho pasar por todo eso.[/i][/b]- Se disculpó y yo hice un gesto con la mano para quitarle importancia.

– [b]No te preocupes, no es culpa tuya[/b].- Sonrió al escucharme.- [b]Cuando éramos pequeñas, nos llevábamos bien. Supongo que te haces una idea de que Kaylee nunca fue el alma de la fiesta.[/b]
– [b][i]Soooosaaaaa[/b][/i].- Murmuró.

– [b]No seas cruel[/b].- Le di un golpecito en el hombro quizás demasiado fuerte para una persona que no parecía culturista por lo que dejó escapar un quejido.- [b]Perdón.[/b]- A veces, no controlaba mi fuerza.- [b]No le has dado una oportunidad. Siempre fue solitaria, pero nos quiere mucho.[/b]
– [b][i]Ni pienso dársela[/b][/i].- Diana negó con la cabeza.- [b][i]Todo lo que necesito saber de ella es que si no fuera por mí no existiría. ¿La ves adorándome?[/i] [/b]– Frunció el ceño.- [b][i]¡No!  Desagradecida.[/i][/b]

– [b]Se preocupa por ti, ¿sabes que esta mañana llamó por teléfono para felicitarte? Pero cuando abrimos la puerta para darte el teléfono y dijimos que era Kaylee, nos lanzaste la almohada[/b].- Le reñí.
– [b][i]Lo dudo[/b][/i].- Diana miró al cielo cruzándose de brazos.

-[b]No te estoy pidiendo que la quieras, pero al menos se merece que la trates bien[/b].- Kaylee tenía un carácter…peculiar, pero siempre había estado ahí para nosotras.

– [b][i]Pero es que es aburrida…[/b][/i]- Dio un pisotón en el suelo como si fuera una niña haciendo que el caballo protestase.-[b][i] Y una sabelotodo. ¡Y rubia! Sabes que odio a todas las rubias menos a ti por culpa de mi trauma infantil con las Barbies.[/b][/i]- De nuevo, mentía. No odiaba a las rubias.
– [b]Ann también es rubia[/b].

– [b][i]Touché[/b][/i].- Asintió metiéndose las manos en los bolsillos del pantalón.

– [b]Y tú también eras rubia[/b].- Sonreí pensando en lo mucho que había cambiado.

– [b][i]Pero me quedaba bien.[/b][/i]

– [b]Dianaaaaa[/b].- Me acerqué hasta ella y puse cara de pena.

– [b][i]No, eso sí que no[/b][/i].- Se tapó los ojos.- [b][i]No puedes hacerme eso en todas las realidades porque algún día no funcionará.[/b][/i]

-[b] Por favoooor[/b].- Le pedí cuando se destapó los ojos.

– [b][i]Maldita sea, soy una blanda[/b][/i].- Se quejó.

– [b]¿Serás simpática con Kaylee? [/b]– Esbocé una sonrisa enorme.

– [b][i]Soy simpática con todo el mundo, es parte de mi gracia natural[/b][/i].- Se atusó la melena con soltura.

– [b]No cambies de tema[/b].- Me crucé de brazos enfadada.

– [b][i]Está bien[/b][/i].- Concedió.- [b][i]Pero a veces me meteré con ella y en mi mente le pegaré OH SÍ, le pegaré mucho cuando digas cosas de esas de sabihonda.[/b][/i]

– [b]¡Wiiii![/b] – Le di un abrazo y le dije al oído.- [b]Eres la mejor.[/b]

– [b][i]Lo intento[/b][/i].- Se separó y se puso algo más seria.- [b][i]Pero tienes que prometerme tú una cosa.[/b][/i]

– [b]No pienso acostarme con Daniel porque tú lo digas.[/b]- Negué con el dedo bromeando.

– [b][i]No es eso, hablo en serio[/b][/i].- Me miró a los ojos.- [b][i]No me fío de Ben.[/b][/i]

– [b]Bienvenida al club[/b].- Asentí con la cabeza.- [b]Estoy segura de que Daniel y McLeod te darán la razón.[/b]

– [b][i]Mantén las distancias con él y no dejes que piense que eres tonta sólo porque le diste una oportunidad[/b][/i].- Me puso la mano el hombro y me miró de forma casi maternal.- [b][i]Yo te conozco mejor de lo que te conoces a ti misma, pero él no. He visto cómo…lo miraba todo y da la impresión…[/b][/i]

– [b]Sé lo que estoy haciendo, tranquila[/b].- Admití. Era capaz de manejar esa situación aunque nadie me creyese preparada para eso.- [b]Aunque empiezo a dudar de que la aburrida de mis dos hermanas sea Kaylee.[/b]

– [b][i]¿Aburrida yo?[/b][/i] – Se hizo la ofendida. – [b][i]Pues empezaré con una ronda de chistes malos[/b][/i].- Tosió para aclararse la garganta.-[b][i] Iban dos en una moto y se cayó el de en medio por la ventanilla…¡TA-DA![/b][/i]

– [b]Lalalala no te escucho[/b].- Me tapé los oídos.

– [b][i]Va una galleta saltando por el campo…[/b][/i]

-[b] Las galletas no saltan[/b].- Arqueé la ceja.- [b]Y mucho menos por el campo. [/b]

– [b][i]Es un chiste, los hongos no sabéis de eso[/b][/i].- Me miró intentando parecer enfadada.

– [b]Sé de chistes, pero graciosos[/b].- Sonreí para que se riese.- [b]No de gente en motos y galletas saltarinas.[/b]

– [b][i]Pues a tu NOVIO el que NO-VIO tus tetas le hacen mucha gracia, míralo cómo se ríe[/b][/i].- Señaló tras de sí donde estaba Daniel riéndose. No sabíamos cuándo había vuelto.

– [b]Pues tu AMANTE al que se la…agarras por delante…[/b]- Me quedé en silencio al darme cuenta de lo que iba a decir.

– [b][i]Pero qué malhablada eres, debería darte vergüenza. Arderás en el infierno de los hongos y créeme, es un coñazo.[/b][/i]

– [b]¿Os importa si lo grabo?[/b] – Preguntó Daniel.

– [b][i]Hazle un buen planos a esas que no verás hasta que no os caséis[/b][/i].- Señaló mi pecho y Daniel se sonrojó.

-[b] En realidad le hacemos un favor, ¿a que sí, Daniel? No tendría de qué reírse.[/b]- Pregunté cruzando los brazos por encima de las susodichas para que dejasen de mirarlas.

– [b][i]Eh…ahm…sí[/b][/i]- Al parecer a Daniel no le parecía tan buena idea como a mí.

-[b][i] Los del Club de la Comedia podrían bajar la voz[/i][/b].- Mi madre asomó la cabeza por la ventana de su habitación.- [b][i]¿Jugamos a un juego? El que primero se vaya a la cama y se duerma gana[/b][/i].- Bostezó y cerró la ventana.

– [b][i] Nunca me gustó ese juego[/b][/i].- No pude reprimir un bostezo.-   [b]Buenas noches, Diana. [/b]- Le di un abrazo y después, extendí la mano para que Daniel me la agarrase.

Ya nos marchábamos cuando escuché a Diana decirle a Daniel.- [b][/i] Aprovecha para tocarle el culo mientras camina que seguro que no se entera[/b][/i].- Le guiñó un ojo y yo le sonreí ampliamente. Mientras caminábamos llevé su mano hasta mi trasero unos segundos, me giré le hice la señal de la victoria a Diana y aparté la mano de Daniel para llevarla a su posición inicial.  Lo último que vio Diana antes de cruzásemos la puerta de casa fue a Daniel y a mí jugando a darnos empujones con el hombro mientras nos reíamos.

****FIN DEL FLASHBACK****[/SIZE][/QUOTE]
[SIZE=2]
Noté cómo su pelo se cubría de una sustancia viscosa y ligeramente caliente. No quise pensar en lo que era. – [b][i]No estoy fingiendo Sarah[/b][/i]. – Me dijo una voz a mi lado– [b][i]Te dije que no podías hacer nada por mí. Ya es tarde.[/b][/i]

– [b]¡No![/b]- Seguí acariciando a Diana, intentando que volviese a estar conmigo

– [b][i]Te echaré de menos[/i][/b]. – Me dijo llorando y entonces la miré. Era ella rodeada de un aura blanquecina, casi espectral. – [b][i]Y el culo de McLeod[/i][/b]. – Brilló con fuerza. – [b][i]No te culpes, eres la mejor Cazadora que habrá jamás.[/i][/b]

– [b]No puedes morir ahora. No puedes porque no es lógico. No tiene sentido. [/b]-Las lágrimas me caían por la cara sin que pudiese contenerlas. La muerte era absurda e injusta.- [b]Me contaste tu visión…el bebé…McLeod…íbamos a ser felices[/b].- Le pedía como obligándola a que viviese. Como si ella pudiese hacer algo al respecto.- [b]¡No pueden hacerte eso![/b]

– [b][i]El futuro ha cambiado y para mi…se ha desvanecido[/b][/i]. – La luz que se empezaba a desvanecer volvió a brillar. –[b][i] Prométeme algo…[/b][/i]

– [b]No te mueras y te prometeré lo que quieras.[/b]- Respondí de forma infantil con el cuerpo de Diana sobre mi cuerpo mientras la mecía para que supiera que no estaba sola, como si fuera un bebé.
– [b][i]Prométeme que salvarás a los demás y yo te prometeré venir de vez en cuando a tocarle el culo a McLeod[/b][/i]. –

– [b]Sabes…sabes…[/b]- Dejé escapar una leve risa que achaqué a los nervios.- [b]Sabes que…que…- No me salían las palabras. Me costaba tanto decirlo que no sabía si sería capaz de hacerlo.- Te quiero[/b].- Por fin estaba fuera.- [b]Pero estás un poco pesada con eso de McLeod. Sé que no es un buen momento para decírtelo, pero es que…[/b]

Brilló con fuerza antes de responderme. – [b][i]Al menos déjame babear un poco ¿no?[/b][/i] – Sonreí sin soltar su cuerpo. – [b][i]Yo también te quiero, eres la mejor recuérdalo[/b][/i]. – Hizo una pausa. – [b][i]Prométeme que los salvarás[/b][/i]. – Empezó a desvanecerse esta vez de verdad.
– [b]Te lo prometo.[/b]- Asentí.

– [b][i]No llores, la muerte a veces es un regalo[/i][/b]. – Me dijo con voz dulce.– [b][i]Nos veremos pronto hermanita[/i][/b]. – Tras eso se desvaneció.

Me quedé quieta sin saber qué hacer con su cuerpo abrazado al mío. Diciéndole al oído que todo estaría bien, aunque sabía que ya nadie me escuchaba. Su corazón había dejado de latir hacía ya tiempo, pero me negaba a abandonarla. Porque ni siquiera La Cazadora, la que debía salvar el mundo y había salido de un ataúd con sus propias manos había sido incapaz de detener que su propia hermana muriese.

[align=center] Well maybe there’s a God above
but all I’ve ever learned from love
was how to shoot somebody who outdrew you
And it’s not a cry that you hear at night
it’s not somebody who’s seen the light
it’s a cold and it’s a broken hallelujah[/align] [/SIZE]

[spoiler]Diana controlada en el flashback por mí y en…su muerte, por Dracon.[/spoiler]

Comentarios

Deja una respuesta