Moondale

NO DEJARE QUE ME QUITES MI VIDA UNA VEZ MAS

[align=center][b][SIZE=4][font=Book Antiqua][color=black]Daniel Arkkan | Moondale. ¿Desfiladero?¿Manicomio?[/SIZE][/color][/b][/font]

danielgrilli

[SIZE=2]Parpadeé una vez más, para que con suerte todo volviese a cambiar y me encontrase en mi verdadero mundo, en el mundo real, porque nada de esto podía ser cierto, no era posible que todo lo que recordaba fuese mentira. Me negaba a creerlo.

– [b][i]Sé que los otros doctores te dieron por imposible, pero yo no voy a rendirme Daniel.[/b][/i] – explicó, aún agachado. – [b][i]Tienes que afrontar tu mundo, no puedes vivir siempre una mentira.[/i][/b] – añadió. Se equivocaba en algo, esto era la mentira, tenía que serlo porque…sí, tenía que serlo.

– [b]¿Cómo he llegado aquí?[/b] – pregunté. Necesitaba saber cuanto antes como liberarme, como volver y ayudar a esa niña.

– [b][i]Los McLeod te trajeron hace cuatro años.[/i][/b] – explicó. ¿Arthur y Delia abandonarme? Jamás. – [b][i]Te habías vuelto demasiado inestable.[/b][/i] – seguí centrándome en que todo esto no era real, en buscar cada pequeño cabo suelto para cerciorarme de ello, porque si ni siquiera podía confiar en mi propia mente, estaba mejor muerto.

– [b]Deberíais haber hecho mejor vuestro trabajo para que me lo crea. Ellos nunca me dejarían.[/b] – respondí. La principal regla en un ataque mental como este es no dudar. Si lo haces estas perdido. Si en lugar de dudar le descubres al rival que sabes lo que está haciendo, vas por buen camino.

– [b][i]Daniel no soy de la Iniciativa, no estoy aquí para experimentar contigo ni para arrebatarte nada. Sólo estoy aquí para ayudarte, para que entiendas que eres humano y que no podías hacer más por…[/b][/i] – antes de que pudiese terminar le interrumpí.

– [b]Sé lo que soy, sé quien es mi familia y cuál ha sido mi vida y te aseguro que no me lo quitarás.[/b] – aseguré. Todo era demasiado real, pero no era el mundo real. No.

Cerré los ojos y cuando volví a abrirlos estaba de nuevo cerca del bosque, con el Kurgan frente a mí y la niña a mis espaldas, de nuevo con un aura cálida que me aseguraba que este era mi hogar.

– [b]Los trucos mentales no van a servir.[/b] – grité. – [b]¿Eres tan cobarde que no puedes matarme con tus propias manos?[/b] – necesitaba que dejase esa estrategia porque prefería enfrentarme a cualquier golpe que pudiese darme antes que a eso.

– [b][i]¿Cobarde? No soy yo el que se esconde de la realidad.[/b][/i] – rió de nuevo. Me abalancé sobre él y lo tiré al suelo, casi diría que con demasiada facilidad.

Parpadeé y el mundo volvió a cambiar. Alguien tiraba de mí hacia atrás, alejándome del doctor que estaba en el suelo sujetándose el cuello, al parecer había intentado asfixiarle utilizando la presión de las piernas. Sentía mi cuerpo completamente agitado, fuera de sí.

– [b][i]No te escondas, Daniel.[/b][/i] – tosió y se incorporó completamente. – [b][i]Afronta el mundo, no soy ningún demonio que venga a quitarte tu futuro. Sólo soy alguien que quiere darte uno, uno real.[/b][/i] – Siempre se me había dado bien la lógica, quizá por la influencia de McLeod y de Arthur, que siempre había intentado potenciar esos rasgos en nosotros, hacernos unos hombres hechos y derechos, pero en ese momento la lógica era mi peor enemiga, porque todo lo que él decía tenía sentido, demasiado sentido, más que un mundo lleno de seres sobrenaturales y campeones del bien que luchan contra el mal, pero ese era mi mundo, allí estaba todo lo que quería, las personas que apreciaba, y a ellos no podía habérmelos inventado.

– [b]No vas a conseguir nada. No dejaré a Sarah.[/b] – me tensé pero el guarda me tenía bien sujeto.

– [b][i]Ah…está bien.[/b][/i] – dijo aparentemente con pesar. Se acercó a la puerta y la abrió. Hizo un gesto y alguien se acercó. A primera vista era una enfermera rubia, de pequeña estatura, pero cuando la miré a la cara…era Sarah, podría reconocerla en cualquier sitio. Pero no era posible, ella había…tenía que salvarla.

– [b]¿Sarah?[/b] – pregunté. La enfermera se acercó sonriendo y se agachó. Traté de centrarme en que sólo era otro truco, tan fácil para el demonio como recrear todo lo demás, pero con ella cerca…era difícil volver a un mundo en el que no estaba.

– [b][i]Si Daniel, soy Sarah. Pero no tu Sarah.[/b][/i] – aseguró consiguiendo que mis dudas se volviesen a despejar. Seguían tratando de engañarme. Lo sabía.

– [b][i]Se llama Sarah Winchester y entró como enfermera un dos o tres de años después de que llegases aquí.[/b][/i] – intervino el doctor. – [b][i]¿Te suena Daniel? ¿Dos o tres años solo, sumido en la oscuridad hasta que te hablaron de la Elegida y fuiste a buscarla? Es ella y es humana, pero le creaste un personaje en cuanto la viste.[/b][/i] – intenté llevarme las manos a la cabeza y refugiarme en mí mismo para poder pensar sin toda esa marea de sensaciones, de olores, de sonidos y de tacto tan real, pero tenía las manos atadas, así que cerré los ojos. Cada pieza de allí estaba perfectamente encajada y cada sentido me decía que estaba en un lugar real, pero seguía negándome a creerlo, si ese demonio estaba en mi cabeza le habría sido fácil sacar toda esa información y construir un mundo que encajase perfectamente. Seguí creyendo en mis amigos, les recordé, y guardé ese cariño dentro de mí, para que me diese fuerzas. Luego abrí los ojos y volví al bosque.

– [b]No va a funcionar.[/b] – dije firmemente al demonio. – [b]Por muchas Sarah que me enseñes, nunca serán ella. No dejaré que manches su recuerdo haciéndome creer que es quien no es.[/b] – sentí las manos tensas de ira. Lo último que me arrebatarían sería a Sarah, porque antes moriría.

– [b][i]No soy yo quien lo está haciendo, sólo soy una simple creación de su cabeza, igual que todo esto, igual que esa niña, que Sarah…que todo.[/b][/i] – replicó. – [b][i]Soy la forma que tu subconsciente tiene de decirte que ya es suficiente, que eres un asesino y por mucho que te escondas no cambiará.[/i][/b] – añadió dejándome sin saber que decir. Fue entonces cuando cometí un error, en el fondo, dudé. Parpadeé y el mundo volvió a tornarse oscuro y pequeño en mi celda acolchada.

– [b][i]Nadie ha dicho que seas un asesino, Daniel, pero tienes que afrontar lo que pasó.[/b][/i] – dijo la voz del doctor. – [b][i]Lo que le pasó a Christopher fue un accidente, pero disparó todo lo que habías estado guardándote sobre la muerte de tus padres.[/b][/i] – esas palabras me golpearon con más fuerza que cualquier golpe que me hubiese dado el Kurgan. McLeod muerto…perdí la cabeza cuando le vi morir, cuando volví a ver a alguien morir frente a mí sin poder hacer nada. Un pequeño flash me vino a la mente, McLeod estaba frente a mí, joven, sonriendo, se lanzó al agua, cada vez estaba más adentro, hasta que le perdí de vista. Después vi otro flash, era yo, más joven, estaba empapado, en la misma playa de antes, había un montón de luces de emergencia cerca y Arthur abrazaba a Delia que lloraba. – [b][i]Lo recuerdas, ¿verdad? ¿No te extraña que tu McLeod tenga miedo al agua?[/b][/i] – preguntó. Todo parecía tener cada vez más y más sentido, pero en este mundo volvía a no tener nada. ¿Qué había hecho mal? ¿Qué había mal en mí para que siempre acabase solo? – [b][i]Lo estabas protegiendo.[/b][/i] – añadió. No fui capaz de responder. – [b][i]Esta chica, viste como un celador intentaba aprovecharse de ella y le golpeaste hasta dejarle irreconocible. En tu mundo le diste fuerza para poder defenderse, y te convertiste en su caballero protector.[/b][/i] – miré a la chica y vi como rompía a llorar. Consiguió dejarme sin respiración literalmente, me eché hacia delante e intenté respirar, cosa que conseguí con dificultad.

– [b]No…no puede ser cierto….¡NO![/b] – grité.

– [b][i]Lo es Daniel, la vida ha sido dura contigo, pero no tienes porque quedarte así, eres un buen chico. No tienes la culpa de nada, ¿quieres que te nombre todos aquellos a los que has salvado?[/b][/i] – asintió con la cabeza y miró su carpeta. – [b][i]Cecil Anwalt. Tetrapléjico. Tiene que comer y beber por una pajita, en tu mundo está perfectamente y además es un brujo…[/b][/i] – el nudo que había llevado conmigo durante todo el “camino” volvió a estar ahí, más grande. – [b][i]Dominic Williams, un celador que vio morir ante sus propios ojos a su hermana y a su padre adoptivo, en tu mundo están vivos y él es un héroe.[/b][/i] – Dom…no… – [b][i]Edward MacLay, un muchacho depresivo que se cerró en sí mismo por los maltratos en el colegio, tú le diste amigos, familia.[/b][/i] – no podía creer que todo esto fuese real, que todo eso les hubiese pasado. – [b][i]Diana Noble, interna, su padre llegó borracho y mató a su madre y a su hermana, tú se las devolviste y le diste poder para impedirlo.[/b][/i] – de nuevo hizo otra pausa para continuar. – [b][i]Liad, de éste pobre no sabemos ni su apellido, lo encontraron encerrado en un sótano, al parecer sus padres lo mantuvieron años allí, tú le diste una familia que le quería.[/b][/i] – no, no podía ser cierto, no podía creerlo, no podía dejar que me convenciesen y que esto se convirtiese en mi vida. – [b][i]Tu no tuviste la culpa de la muerte de tus padres, ni de la de Christopher, no hay nada malo en ti, debes dejar todo eso atrás y volver al mundo, a tu vida.[/b][/i] – en mi mundo había perdido mucho, pero había conseguido tener una familia y recuperado otra, aquí tanto yo como ellos habíamos perdido todo. Parecía tan real, ambas lo parecían tanto. ¿Y si yo lo había creado todo de verdad? Cerré los ojos con fuerza pero al abrirlos no me encontré en el bosque, sino en el mismo sitio que estaba.

– [b]No puede ser real…[/b] – pedí con lágrimas en los ojos, pero nadie respondió devolviéndome a mi lugar. Estaba desesperado, si me rendía no es que hubiesen muerto, es que nunca habrían existido, no podía permitir que me los arrebatasen.

– [b][i]Lo es, y es el momento de volver a tu vida.[/b] – aseguró. – [b][i]Solo tienes que decir: “Soy Daniel Evans y soy humano.”[/b][/i] – dijo. Incluso mi apellido se desvanecería, el legado de mi familia perdido. Pero lo más importante, Sarah, no me iba a despedir de ella tan fácilmente, si este mundo era el real prefería vivir en un sueño, pero uno en el que estuviese ella. Si tenía que luchar por un mundo que no era real, lucharía igualmente.

– [b]No, lo siento pero no.[/b] – dije firmemente poniéndome en pie. Sabía cuál era mi vida y no iba a dejar que me la arrebatasen. Por muy real que fuese todo, no era mi mundo. Cerré los ojos por última vez y volví al bosque.

– [b][i]Has vuelto.[/b][/i] – dijo el demonio aparentemente impresionado.

– [b]Y no volveré a irme. Este es mi mundo y no dejaré que me quites mi vida una vez más.[/b] – me sentía más seguro con el aura cálida de esa niña, hacía que todo pareciese un mal sueño. Doloroso, sí, pero simplemente un sueño.[/SIZE]

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Espero haber estado a la altura ^^
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