[align=center][b][font= Bookman Old Style][SIZE=5]Diarios de Destino | Desconocido[/SIZE][/font][/b][/align]
[b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Cecil Anwalt[/b][/SIZE][/font]
La ciudad estaba irreconocible, lo mirases por donde lo mirases no parecía la Moondale en la que estuviese hace poco tiempo, aunque quizá fuese más tiempo del que pensaba y quizá nunca había estado allí realmente.
Nora seguía a su lado mientras la última luz del ocaso se desvanecía dando paso a la noche, una larga y peligrosa noche. La mujer parecía asustada, pero aún continuaba sacando fuerzas por su hijo, por Liad, la única razón por la que una pobre mujer pudiese meterse en ese infierno.
Continuaron caminando algunos minutos más, buscando algún lugar en el que refugiarse o simplemente, un lugar conocido, pero en esa ciudad, si es que aún se le podía llamar así, no quedaba nada de Moondale. Aun así, necesitaban un lugar para descansar y pronto, porque el camino había sido muy largo, demasiado, pero lo peor estaba por venir.
El sonido de una moto rompió el silencio, después empezaron a escucharse risas y alboroto, hasta que de una calle salió una motocicleta a toda velocidad, seguida de otro par. Al principio parecía que encima de ellas iban los típicos moteros, pero pronto se vio que sus rasgos no eran para nada humanos, eran demonios y aparentemente bastante violentos porque golpeaban y destrozaban todo cuanto encontraban en su camino, coches, bancos, todo. Antes de que pudiesen moverse para esconderse, uno de ellos los vio y señaló en su dirección. Pronto todos se dirigieron hacia el mismo punto y con un mismo objetivo, divertirse…con ellos.
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– Tu máster necesita bastante info aparte porque hay un par de cosas que deben pasar, gente que debe aparecer. Nos necesitarás a Stefy y a mí pero ya sabes, no problem xD
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[b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Christopher McLeod[/b][/SIZE][/font]
McLeod caminó durante lo que le parecieron días, dejando atrás la playa y lo que había ocurrido en ella, pero sin olvidarlo, en lugar de eso se había fortalecido, había tomado la lección que Diana, la vida o su propio subconsciente le había ofrecido.
Gracias a eso consiguió no derrumbarse cuando llegó a la ciudad que había divisado hacia ya rato, era nada más y nada menos que Moondale, pero una versión retorcida e irreconocible. Hacia poco que acababa de «salir» de una ciudad llena de terror y sin ninguna esperanza y ahora se encontraba con una en la que ya ni siquiera parecía haber terror, sólo muerte por todas partes. Se notaba en el ambiente, olía a muerte, sabía a muerte…Aún así tenía algo que hacer y nada, fuese real o no, le iba a impedir conseguirlo.
Continuó caminando y vio los edificios derrumbados sobre sí mismos, las calles vacías…sin vida, o al menos eso parecía, hasta que vio las pobres chabolas de madera construidas frente a la fachada de algunos edificios, usándolos para ampararse de la lluvia y el frío. Frente a una de ellas vio a una mujer sentada en el suelo sujetándose las rodillas. Parecía estar llorando, así que se acercó, tanto para ayudarla como para descubrir que estaba pasando.
Cuando estuvo a un par de pasos la mujer levantó la cabeza y la reconoció, era la señora Echolls, la madre de Sarah y Diana, aquí y con esos harapos no la había reconocido. Elizabeth le miró sorprendida, casi se diría que un poco asustada, pero desde luego con una mirada más cálida y muy diferente de la que le había dirigido antes, aunque quizás ni siquiera era ella, quizás no había pasado, el caso era que eso quedaba atrás.
[b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Daniel Arkkan[/b][/SIZE][/font]
La estridente risa del demonio resonó por todo el acantilado, incluso algunos pájaros alzaron el vuelo asustados.
– [b][i]¿No me dejarás?[/b][/i] – bramó el demonio. – [b][i]Solo eres un pequeño niño asustado que ha creado en su mente un mundo que salvar.[/b][/i] – aseguró. – [b][i]Si acabas conmigo crearás otra némesis a la que enfrentarte.[/b][/i] – después se carcajeó de nuevo. Daniel no supo que responder, solo sintió como la calidez de la niña disminuía. – [b][i]¿No te has parado a pensarlo? No te has movido de tu celda Daniel Arkkan.[/i][/b]
Sintió como la cabeza le daba vueltas y cerró los ojos, pero cuando los abrió todo fue peor. Frente a él estaba el mismo médico del que había huido. Intenté mover las manos pero fui incapaz, llevaba la camisa de fuerza.
– [b][i]Tenemos que hablar Daniel, no puedes seguir refugiándote en ese mundo.[/b][/i] – dijo con voz calmada. – [b][i]No eres un aesir Daniel, solo un pobre chico que vivió algo trágico.[/b][/i] – añadió agachándose. – [b][i]Tus padres habrían querido que lo superases, no puedes apartarte del mundo por su muerte.[/b][/i]
[b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Diana Echolls[/b][/SIZE][/font]
El siguiente trecho hacia el Ayuntamiento lo hizo corriendo, huyendo de sí misma y de lo que estaba creciendo dentro de ella. Lo sentía crepitar, ansiando salir y ser libre, crear el caos y moldear el mundo bajo sus propias manos, deseando volver y terminar el trabajo, sentir como la vida de Dominic se escapaba poco a poco, lentamente.
Se apoyó en una pared cercana para descansar un par de minutos y recuperar el aliento. Ya casi estaba, unos metros más adelante se hallaba la plaza del Ayuntamiento. Éste estaba destrozado, apenas la mitad se sostenía en pie, pero la parte que si lo hacía tenía una puerta visible, así que se dirigió a ella.
Una vez dentro no tardó en escuchar los murmullos y le pareció reconocer la voz de Sarah. Fue hacia lo que parecía una Sala de Juntas y la abrió. Dentro esperaba ver a su hermana, pero lo que descubrió fueron más miradas de odio y una mano que la rodeó por detrás y le puso un cuchillo en el cuello.
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– Seguramente me necesites para Sarah y quizá a Eitan porque creo que allí estaría Cecil si acaso y no digo más para no spoilear[/spoiler]
[b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Dominic Williams[/b][/SIZE][/font]
El agua le azotaba por un lado y por otro, apenas conseguía mantener la cabeza en la superficie y dar breves bocanadas de aire antes de hundirse de nuevo. Sentía como se iba agotando poco a poco por el cansancio y la falta de oxígeno mientras que el agua no iba a ceder. Pronto sus fuerzas flaquearon y se hundió. Lo último que sus ojos vieron antes de cerrarse fue como su hermana y Arthur morían.
Despertó sintiendo el duro y frío asfalto a su espalda. Abrió los ojos poco a poco y se encontró en un lugar que no esperaba en absoluto, había vuelto a Moondale, pero estaba vacía. Era el ocaso y el cielo estaba completamente nublado, gris…y parecía acercarse una tormenta. En cuanto echó un vistazo a su alrededor comprendió que había identificado la ciudad por los detalles, porque parecía una sombra, edificios resquebrajados, vegetación muerta y ni rastro de nadie por las calles.
Se puso en pie y comenzó a caminar hacia el frente. El cielo comenzó a oscurecerse más a medida que llegaba la noche, hasta que se oscureció por completo y entonces, como presagiando lo que iba a pasar, comenzó a llover a cántaros. Entre el sonido de la lluvia al caer distinguió unos pasos a su espalda y se giró.
– [b][i]Creo que me buscabas.[/b][/i] – gritó el hombre que había frente a él. – [b][i]Deacon Frost[/b][/i] – añadió.
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Aquí me tienes para Deacon y Stefy para otra cosa xD
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[b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Edward MacLay[/b][/SIZE][/font]
Ed continuó caminando, aún con la imagen de los cadáveres amontonados pero con la firme decisión de seguir adelante y salvarlos.
El silencio reinaba en Moondale igual que en un cementerio, roto ocasionalmente por el graznido de algún cuervo que buscaba su carroña. Lo siguiente que escuchó resonó en toda la calle, un grito desgarrador proveniente de unas calles más adelante.
Corrió en la dirección del grito y al cabo de un rato escuchó a alguien gritar: – [b]Te encontraré, ¿me oyes? Te encontraré.[/b]
Avanzó el tramo rapidamente, y cuando giró la esquina vio una figura masculina de rodillas. Al acercarse un poco más pudo ver quien era, aunque a duras penas. Tenía la mitad de la cara irreconocible, dos cuchillos clavados en ambas piernas y parecía estar…destrozado, no sólo físicamente.
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Para DomCaras no nos necesitas xD, pero para meter algún detalle probablemente sí, así que puedes llevar la parte de Dom y luego si eso nos preguntas o te lo comento yo un día lo que hay que añadir ^^[/spoiler]
[b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Liad[/b][/SIZE][/font]
Abrid el spoiler después de leer.
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Susurros, leves, pero estaban ahí. Se escuchaban a través de la música, sibilantes, sobrenaturales. La casa entera parecía susurrar, en cada esquina, bajo cada mueble, tras cada puerta, incluso en la chimenea. Parecía como si una horda de espectros infernales fuesen a venir a por él para que vagase junto a ellos eternamente.
De pronto los susurros cesaron y se escucharon pisadas provenientes del piso de arriba, dónde acababa de estar y dónde no había nadie o al menos nadie que hubiera visto. Pero las pisadas estaban ahí, toc, toc, toc. Pisadas lentas y pesadas, toc, toc, toc, toc hasta que vislumbro unas pies descalzos bajando por las escaleras. Se escondió tras una butaca para observar desde un lugar seguro y vio como bajaba, una figura con aspecto humano enfundada en una bata blanca.
La figura terminó de bajar las escaleras y se giró, permitiéndole verlo completamente. Bajo la bata solo llevaba unos pantalones como los que él mismo bien recordaba de su huida de la Iniciativa. Hasta ahí seguía pareciendo humano, pero de su torso, concretamente de su pecho izquierdo, salía un tubo hasta el costado derecho, varios cables salían de su carne para volver a entrar en otra zona, y tenía varios cortes. Pero la cara era lo que más perturbaba, también estaba llena de cortes, tenía la cabeza afeitada y algunos implantes metálicos. Pero lo que más asustaba no era eso, lo que más asustaba era que esa cara…era la suya con unos años más.
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– Me necesitarás imagino para nuestro Liad 2.1 xD Y a Stefy para otro detalle
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[b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Sarah Echolls[/b][/SIZE][/font]
No sabría decir cuanto tiempo permaneció sujetando el cadáver de Diana, porque cuando se dio cuenta tenía las manos heladas y todo el cuerpo entumecido, pero siguió sin soltarla. Había perdido toda noción del tiempo que había estado así y pudo confirmarlo enseguida cuando se encontró de pie, con una cerilla en la mano, observando un montículo de piedras y polvo de carbón. Clavada en la cabecera había una cruz de madera, era la tumba de su hermana, pero no sabía como había llegado a hacerla.
Volvió a perder la noción del tiempo mientras observaba la tumba, hasta que escuchó otro grito femenino y conocido, era Jan. Con un movimiento Sarah apagó la cerilla y corrió en la dirección de los gritos.
Varios metros adelante vio una luz proveniente del suelo, era un casco con linterna, se acercó y lo cogió. Apuntó con el hacia el frente y vio a Jan en el suelo, retorciéndose y moviéndose como si le recorriesen espasmos.
– [b][i]¡CORRE![/b][/i] – dijo mirando hacia ella. Su cara era una máscara de dolor y después se rompió en mil pedazos en su siguiente grito. Su cuerpo empezó a transformarse bajo los ojos de Sarah, se estaba transformando en licántropo.
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Necesitas a Eitan para ya sabes qué y a mí probablemente para el lobo.
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[b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Suzanne Sommerville[/b][/SIZE][/font]
El lobo soltó de nuevo su tétrica carcajada, que resonó en los ahora solitarios bosques. Después se detuvo y la observó fijamente, mientras ella le devolvía la mirada, determinada a vencer sus miedos.
El lobo pareció esbozar una sonrisa y luego se encogió y comenzó a temblar y aullar como si le saliese del mismisimo corazón. El pelo comenzó a retroceder, las uñas también, al igual que los afilados colmillos y el alargado morro. Todo se contraía cada vez más hasta dejar un pequeño cuerpo, desnudo bajo la luz del bosque.
Ann la observó fijamente reconociendo desde el primer momento quien era, porque era ella. Su otro yo comenzó a incorporarse y la miró fijamente. Había un brillo oscuro en sus ojos, y la maléfica sonrisa que esbozó lo confirmaron.
– [b]Hola, Ann.[/b] – dijo Annie.
[spoiler]Y ahí está la copia malvada de Ann. Si necesitas ayuda para algo ya sabes ^^[/spoiler]
[b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Sylver Fayth Wolfe[/b][/SIZE][/font]
Silver subió las escaleras sintiendo las piernas pesadas, como si cada paso fuese un esfuerzo. Ahora podía ver con claridad las arrugas surcando sus manos y aunque ahora no lo veía, su rostro, el que antes le había recordado al de su propia abuela.
Cuando llegó frente a la puerta de la que venía el grito se detuvo unos segundos y después abrió. Sintió como perdía las fuerzas y todo empezaba a dar vueltas demasiado rápido, hasta que perdió completamente el conocimiento.
Se despertó gritando, como si hubiese tenido una horrible y dolorosa pesadilla. Sintió el tacto de las sábanas y como todo el cansancio había desaparecido, volvía a sentirse con fuerzas de nuevo. Abrió los ojos con una sonrisa y se encontró en su habitación, tal y como estaba cuando era pequeña. En cuanto se incorporó y fue a bajarse de la cama comprobó que algo había cambiado, su estatura. Se miro las manos y vio que ya no tenían ni una arruga, pero eran pequeñas, como las de una niña pequeña, como las suyas cuando lo era.
Escuchó el sonido de unas pisadas subiendo por la escalera y después alguien abrió la puerta. Allí estaba su abuela.
[spoiler]Cuando necesites las indicaciones avísame ^^[/spoiler]
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