Moondale

UN DIA BASTANTE RARO

[align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=3]Daniel Arkkan | Calles de Moondale [/SIZE][/font][/b]

[SIZE=3][color=#81BEF7][b]MAÑANA[/b][/SIZE][/color]

danielraro

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Esa mañana me había despertado aún más pronto de lo habitual, y como sabía que tardaría un tiempo en despertarse y la conexión en la Universidad a esas horas no iba demasiado bien por culpa de algún lince que estaba consumiendo todo el ancho de banda al no apagar nunca el ordenador y al que tenía que recordar dejar sin conexión un tiempo con ayuda de Andrew, salí a dar una vuelta y llevarle el desayuno a Sarah, solo esperaba no llegar demasiado pronto y tener que despertarla, porque su ira podía ser terrible.

Antes de ir a por el desayuno de Sarah decidí pararme en el parque Bellamy y aprovechar para hacer tai chi un rato al aire libre ya que entre semana, normalmente, con el ajetreo de las clases, las remodelaciones del negocio y las cacerías nocturnas, no tenía tiempo para hacerlo en condiciones y me tenía que conformar con los prados de la Universidad, y no conseguía concentrarme del todo pensando que podía estar observándome.

Mientras realizaba la forma del «Látigo simple», no pude evitar el tiempo a solas conmigo mismo para pensar sobre lo que estaba pasando en el grupo. El problema principal estaba entre Diana y McLeod, Diana se había alejado de McLeod pero a la vez se había retraído hacia sí misma y no la veíamos tanto como antes, y McLeod, quizá para evitar que Diana se sintiese incómoda si estaba con nosotros, mantenía contacto casi siempre solo por teléfono, o en los entrenamientos de Sarah, que habían disminuido últimamente. Por otro lado también estaba Illya, que pese a no haberse alejado de nosotros completamente, como debía haber pensado en un principio, si estaba más nerviosa cuando nos reuníamos, más como si tuviese miedo de sí misma y de volver a convertirse en Lilith que de otra cosa, aunque los demás habíamos pasado página con eso, no era ella, eso estaba claro.

Con todo lo que estaba pasando Sarah no estaba teniendo una de sus mejores épocas. Estar tan alejada de nuevo de Diana, y también de McLeod sin conseguir que se junten en una misma habitación, unido a las presiones de ser la salvadora estaba resultando demasiado. Me destrozaba verla así, hasta el punto de que últimamente comía menos porque tenía «los nervios en el estómago» como diría Delly McLeod, y para que yo comiese menos ya debía ser preocupante la situación.

Me di cuenta de como estaba de preocupado con todo lo que estaba pasando cuando erré la forma «La grulla blanca extiende sus alas» y salió algo parecido a «Separar la melena del caballo salvaje», así que me detuve por el momento y decidí que ya era hora de ir a por un chocolate para Sarah.

De la que iba de camino vi como a un hombre le salía volando el periódico y un par de hojas llegaban hasta mí, las recogí para dárselas pero me paré a leer un anuncio que aparecía en la sección de ocio. Cuando terminé de leerlo no podía créermelo, o eran imaginaciones mías o acababa de ver una serie sobre nosotros, sobre todo el grupo, con David Tennant, es decir, el Doctor en esta realidad, que había interpretado al Doctor, pero no el mismo Doctor que el nuestro…El caso es que eran demasiadas coincidencias las que había visto, alguien había filtrado información sobre nosotros.

Me paré un momento a pensar quien lo podría haber hecho, pero la lista era bastante larga, habíamos conocidos a bastantes personas y algunas se habían ido de la noche a la mañana, cualquiera podría haber filtrado nuestra vida para sacar provecho. De todos Cecil me parecía el que mejor encajaba, era un pseudoescritor frustrado, así que con su despecho, no le habría costado hacer un guión y hacerlo pasar como una historia original suya. Además, pocos más me encajaban que pudieran dar un nombre tan malo a los personajes, seguro que había un par de Alex, Alexei, Aleix o algo así entre los secundarios, y un par de Freys. Superpoderosos, guapísimos y los más inteligentes, estaba por apostarlo, y seguro que el pobre personaje de Dominic las pasaba putas y Cecil «el bello» se quedaba con Rebecca, alguien tendría el corazón negro como la pez o entraría en un sitio negro como la pez…

Otra de las opciones fuertes era el Doctah, por el tema de que su homólogo en esta realidad fuese el protagonista y porque parecía saber mucho de nosotros, pero ¿tanto? Si sabía tanto era más peligroso aún, algo que no me extrañaría según lo que habían advertido los Poderes, pero era algo que no quería pensar ahora, bastante preocupante era su magia.

Fuese lo que fuese, tenía que hablar con los demás. Paré en «La Fábrica de Chocolate» y pedí un par de chocolates que me sirvieron en esos vasos nuevos que me maravilla porque el contenido está hirviendo y durará así mucho rato pero por fuera solo está ligeramente templado. Estaba sacando el teléfono para llamar a los demás cuando sentí a alguien acercarse por la espalda.

– [b]No sabes cuánto me ha costado dar contigo.[/b]- dijo una voz masculina.

– [b] [i] [color=#4F5360] No sé con quién crees que soy, pero estás confundido .[/SIZE] [/i] [/b]- dije después de girarme y ver que era alguien que, en efecto, no conocía en absoluto. Si él me conocía era posible que fuese por mi lado cazador de demonios y no por el de informático, si era así, tenía que estar preparado. El «chico» se parecía a Dominic, de lejos, muy de lejos, quizá podría haber pasado por él, pero lo primero que los diferenciaba es que el chaval no debía tener más de 17 o 18 años.

– [b]Eres Daniel Arkkan, mi mejor amigo de la infancia, uno de los últimos aesirs del mundo.[/b]- anunció el chico. Tuve un ligero déja vú, el chico se parecía un poco a Dom y se creía ser un aesir, pero lo más preocupante es que supiese lo que es un aesir y que quedábamos pocos.

– [b] [i] [color=#4F5360] ¿Y tú quién eres? [/color] [/i] [/b]- le pregunté extrañado.

– [b]Soy Dante Spencer, el último aesir.[/b]- se presentó extendiendo la mano esperando que hiciese lo mismo. Dudé un momento, pero preferí guardar las apariencias por el momento.

– [b] [i] [color=#4F5360] ¿El último qué?[/color] [/i] [/b] – dije fingiendo asombrarme.

– [b] El último Aesir, bueno, evidentemente tu también lo eres. Somos los unicos que quedamos.[/b] – fingir no había servido de mucho, el chico sabía de la existencia de los aesir y sabía que yo era uno. ¿Sería culpa del que hubiese filtrado lo de la serie?

– [b] [i] [color=#4F5360] ¿Quién te ha dicho que soy un aesir?[/color] [/i] [/b] – pregunté tratando de averiguar algo, por poco que fuese.

-[b] ¿Que te pasa hoy? Tú me lo dijiste. Lo sabemos desde que éramos pequeños.-[/b] la cosa empezaba a ponerse extraña, es verdad que no había recordado ahber conocido a Dominic hasta que más tarde vi la foto y hablé con él, ¿pero también me habría pasado con este chico?

– [b] [i] [color=#4F5360] ¿Hoy? Es la primera vez que te veo.[/color] [/i] [/b] – dije con sinceridad esperando explicaciones, esperaba que el tal Dante me dijese algo de utilidad. Miré a nuestro alrededor y caminé un poco, tratando de evitar el tumulto de la gente que estaba tomando la calle de camino al trabajo, cualquiera podría oirnos y pensar que estábamos locos al escucharnos hablar, o peor aún, relacionarlo con la serie y creernos.

– [b] ¿En serio no me recuerdas? ¿Que estuviste haciendo a noche? Lo mismo un demonio te borró la memoria.-[/b] definitivamente Dante creía ser una especie de Dominic, sabía cosas que él sabía y estaba convencido de que éramos amigos y nos conocíamos desde pequeños.

– [b] [i] [color=#4F5360] Recuerdo lo que pasó anoche, pero tú no estabas. Dominic sí.[/color] [/i] [/b] – dejé escapar el nombre de Dominic a propósito para ver como reaccionaba.

-[b] Sea quien sea ese Dominic debe ser el problema, no conocemos a nadie llamado asi.-[/b] dijo convencido.

– [b] [i] [color=#4F5360] ¿A quién conoces?[/color] [/i] [/b] – pregunté intentando tirar un poco más del hilo.

-[b] Pues a ti, ¿de verdad me vas a hacer recurrir a esto?.-[/b] se llevó la mano a un bolsillo interior de la chaqueta y me puse en guardia instintivamente, pero lo que sacó fue la cartera, y de ella una foto en la que salía yo de pequeño junto a mis padres y al lado otro niño que se parecía mucho a él, junto a los que debían ser sus padres. – [b] Ahora vendran las risas y el «tienes una foto mia en la cartera».-[/b] bromeó tal y como haría Dominic.

– [b] [i] [color=#4F5360] No puede ser…[/color] [/i] [/b] – me quedé pensativo unos minutos, que aproveché para darme un pellizco en la mano de forma disimulada, pero no surtió efecto, todo seguía igual, aunque cuando nos vimos atrapados en nuestras peores pesadillas tampoco había conseguido despertarme con un pellizco. La foto era muy real, pero también lo era para mí todo lo que había visto aquella vez, podía ser alguien de la Iniciativa con la capacidad de crear ilusiones, o un demonio…incluso el Doctor. – [b] [i] [color=#4F5360] Tenemos que ver a los demás para descubrir que está pasando.[/color] [/i] [/b] – mentí ligeramente, por el momento ni le creía ni le dejaba de creer, lo tenía como al gato de Schrödinger, ni vivo ni muerto hasta que no se destapase la caja.

– [b] ¿Que otros? Me estas empezando a preocupar.-[/b] respondió. Ahí el gato empezó a dar pistas de su muerte con un maullido lastimero. Las cosas empezaban a encajar peor así que decidí tirar por ahí.

– [b] [i] [color=#4F5360] El resto del grupo…[/color] [/i] [/b] – dije dejándolo en el aire para que él terminase la frase.

-[b] Si por el resto del grupo te refieres a McLeod pues si, deberiamos preguntarle que te ha ocurrido. -[/b] definitivamente el gato había muerto, pero todavía no podía decírselo a sus dueños, así que por el momento sería como si siguiese vivo, tendría que utilizar todas mis dotes de interpretación, como cuando no me apetecía ir a clase y aprovechaba el más mínimo dolor de garganta, de cabeza o mareo para exagerarlo y que Delly me dejase quedarme en casa, en pijama mientras llovía fuera y yo jugaba a la consola.

– [b] [i] [color=#4F5360] Eh…sí, me refería a McLeod. Será mejor que vayamos a verle.[/color] [/i] [/b] – mentí. En ese momento empezó a sonar «The Sanctuary» de Darling Violetta directamente desde el bolsillo superior de mi chaqueta de cuero. Saqué el móvil y vi en la pantalla escrito «Sarah <333», seguramente porque había visto el anuncio, pero no fui el único que lo vio, Dante también se dio cuenta antes de que me diese tiempo a responder.

-[b] ¿Quien es esa Sarah? No me digas que has ligado.-[/b] dijo él con una sonrisa.

– [b] [i] [color=#4F5360] Algo así.[/color] [/i] [/b] – en ese momento, pese a que no fuese Dominic y no lo conociese de nada, no pude evitar sonreír. Cogí el teléfono sin saber muy bien como podía explicarle a Sarah lo que estaba pasando sin que Dante sospechase demasiado, pero a unos metros había una tienda de donuts así que pararía a coger algunos dejando a Dante fuera con los chocolates y así aprovecharía para decirle a Sarah rápidamente lo que había pasado, esperaba que su mañana hubiese sido un poco menos…extraña, porque tenía bastantes cosas increíbles que contarle.

[spoiler]Espero que os guste[/spoiler]

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