Moondale

CON LAS LLAVES EN LA MANO

[align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=3]Rebecca Lee | Biblioteca de la Universidad

[color=#E16C13]Tarde[/SIZE][/color][/font][/b]

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Las tardes en la biblioteca se me hacían interminables. El cansancio de las clases y del día en general, empezaban a hacer mella en mí, así que iba por ahí como si me faltase la otra pila que me hacía ser Rebecca del todo. En parte era por la falta de costumbre, porque como decía alguien, “trabajar cuesta trabajo” (valga la redundancia) y lo peor de todo, era que todavía me quedaban montañas de libros por colocar, de esos que la gente cogía de las estanterías y se dejaba encima de las mesas como si todos fuéramos Dominic y tuviésemos un poder que moviese las cosas por nosotros sin esfuerzo. Pero no podía quejarme, porque al menos, ganaba dinero haciendo algo que me gustaba.

En esas estaba yo, colocando libros de ‘Psicología de la educación’ en su estantería correspondiente cuando alguien, se acercó hasta mi posición.- [b] [i] [color=#4F5360]Ah, Rebecca, hola. ¿No está mi hermano?[/SIZE] [/i] [/b]- Al oír la voz de Daniel, me giré.

– [b] [i] [color=#CC858A]Hola[/color] [/i] [/b].- Intentaba parecer cordial, pero no era algo que se me diera del todo bien.- [b] [i] [color=#CC858A]No, Christopher tenía permiso de Mercy para marcharse a casa[/color] [/i] [/b].

– [b] [i] [color=#4F5360]Vaya, Sarah está en casa y yo acabo de volver de compras con Elizabeth, pensaba comentar con él lo de esta noche.[/color] [/i] [/b] – Comentó dubitativo.

Coloqué los libros sobre la mesa más cercana para no tener que hablar con ellos en las manos.- [b] [i] [color=#CC858A]Pues todavía queda un poco para que sea la hora de reunirnos, así que…[/color] [/i] [/b]- Me encogí de hombros y se produjo un silencio incómodo. Hacía tantos años que no hablábamos que se nos había olvidado ser amigos.- [b] [i] [color=#CC858A]¿Quieres tomar un té conmigo? O un café…mientras esperas, digo[/color] [/i] [/b].

– [b] [i] [color=#4F5360]Claro.[/color] [/i] [/b] – Me dejó pasar y fuimos hasta el despacho de McLeod a prepararnos un té. Saqué el termo de leche caliente del bolso y un par de bolsitas, le pedí a Daniel que me diera dos tazas y en menos de un minuto, teníamos el té entre las manos. – [b] [i] [color=#4F5360]¿Qué tal todo?[/color] [/i] [/b]

– [b] [i] [color=#CC858A]Mejor, ¿y a ti?[/color] [/i] [/b]- La puerta del despacho estaba abierta, por lo que pude ver cómo un chico y una chica discutían a gritos. Ni siquiera me lo pensé, todavía con la taza entre las manos salí afuera y les mandé que se marcharan de la biblioteca, porque no admitíamos seres que no estuvieran evolucionados.- [b] [i] [color=#CC858A]Hay gente que no comprende los carteles de «silencio»[/color] [/i] [/b].- Refunfuñé al volver.

– [b] [i] [color=#4F5360]Illya tuvo una buena idea.[/color] [/i] [/b] – Murmuró sonriendo. – [b] [i] [color=#4F5360]Bien, un poco saturados últimamente entre la luna llena, los japoneses, el Doctor y la nave…¿y tú…poder?[/color] [/i] [/b] – Se quedó mirándome los guantes y rápidamente, posé la taza encima de la mesa y me llevé las manos detrás de la espalda.

– [b] [i] [color=#CC858A]Mi maldición[/color] [/i] [/b].- Puntualicé.- [b] [i] [color=#CC858A]Lo sobrellevamos, que ya es más de lo que le podría pedir al Dom de hace unos meses[/color] [/i] [/b].- Volví a coger la taza y le di un sorbo. Un té de las cinco casi a las seis de la tarde y sin pastas. El Reino Unido se avergonzaba de nosotros.

– [b] [i] [color=#4F5360]No te dejaría.[/color] [/i] [/b] – Aseguró. – [b] [i] [color=#4F5360]Te ayudaremos en todo lo que podamos ya lo sabes, alguna solución habrá. Y de una mala Dom puede «marcarse un Magneto».[/color] [/i] [/b]

Sabía quién era Magneto, porque mi cultura sobre cómics era bastante reducida, por lo que asentí sin saber muy bien qué decir.- [b] [i] [color=#CC858A]Te eché de menos. Cuando te fuiste sin decir nada, me quedé esperando que llamaras para decir que estabas bien[/color] [/i] [/b].- Solté de pronto, sin ni siquiera saber por qué lo estaba diciendo.- [b] [i] [color=#CC858A]No sé a qué ha venido eso, olvídalo, por favor[/color] [/i] [/b].- Rectifiqué en cuanto pude: ¿A qué venía ese arrebato incómodo de sinceridad?

– [b] [i] [color=#4F5360]No, tienes razón, no fui buen hijo, ni buen hermano, ni buen amigo, estoy intentando hacer las cosas mejor y por eso me alegro de tener la oportunidad de que volvamos a ser amigos después de tanto tiempo.[/color] [/i] [/b] – Se quedó callado, sin saber cómo continuar.

– [b] [i] [color=#CC858A]Tranquilo, no tengo derecho a juzgarte ni a pedirte explicaciones y menos ahora, tantos años después cuando eres una persona completamente distinta…mucho mejor, quiero decir[/color] [/i] [/b].- Le aseguré llevándome una mano a la frente, intentando borrar los últimos dos minutos.- [b] [i] [color=#CC858A]Ni siquiera sé a qué ha venido ese arrebato de verborrea sin sentido[/color] [/i] [/b].

– [b] [i] [color=#4F5360]Me lo tomo como una muestra de confianza.[/color] [/i] [/b] – Esbozó una sonrisa nerviosa – [b] [i] [color=#4F5360]Todos los que dejé atrás tenéis derecho, otra cosa es que seáis buenas personas y no lo hagáis, pero yo sí.[/color] [/i] [/b] – Se explicó como pudo. – [b] [i] [color=#4F5360]Eras una buena amiga, la única que tuve durante mucho tiempo y espero volver a ganarme el derecho a ser tu amigo.[/color] [/i] [/b]- No quiso mirarme al decir eso y lo entendí.

– [b] [i] [color=#CC858A]Tú también eras mi único amigo, sabes de sobra que la socialización nunca ha sido lo mío[/color] [/i] [/b].- Le miré directamente, pero los hombres no son buenos en eso del contacto visual.

– [b] [i] [color=#4F5360]Bueno, míralo por el lado bueno, ahora si no me perdonas al menos tienes una corte de amigos bastante amplia.[/color] [/i] [/b] – Bromeó como pudo.

– [b] [i] [color=#CC858A]No tengo por qué perdonarte, no has hecho nunca nada malo[/color] [/i] [/b].- Apunté con sinceridad.- [b] [i] [color=#CC858A]Siempre has sido mi amigo, incluso cuando no nos veíamos[/color] [/i] [/b].

Dio un trago a su té, que por la cara que puso no debía hacerle mucha gracia y continuó hablando.- [b] [i] [color=#4F5360]Gracias, lo mismo digo.[/color] [/i] [/b] – Me dijo con sinceridad y luego, nos quedamos en silencio. – [b] [i] [color=#4F5360]Cuando conocí a Sarah siempre pensé que te caería bien, es curioso que las cosas hayan salido así.[/color] [/i] [/b]

– [b] [i] [color=#CC858A]Todos me habéis acogido muy bien[/color] [/i] [/b].- Recalqué, mirando de reojo a la biblioteca en la que cada vez quedaban menos estudiantes.- [b] [i] [color=#CC858A]He tenido mucha suerte[/color] [/i] [/b].

– [b] [i] [color=#4F5360]También nosotros. Ya oíste hablar de January, de Ben, de Jaime y conociste en persona a Ann y Silver…bueno y a Cecil y Liad…[/color] [/i] [/b] – Enumeró. – [b] [i] [color=#4F5360]Después de eso Sarah pensaba que era culpa suya, que no era capaz de tener una amiga de verdad aparte de los amigos que tenía, y no era la única, Diana por ejemplo por dura que parezca también, todos.[/color] [/i] [/b] – Dio otro sorbo. – [b] [i] [color=#4F5360]Y entonces llegaste tú y Dominic empezó a estar más con nosotros, llegó Illya y hace poco mi hermana y Daakka.
[/color] [/i] [/b] – Al escuchar el nombre de “Dominic” no pude evitar sonreír, debía parecer lerda. – [b] [i] [color=#4F5360]A veces me pregunto si tenemos una especie de conjuro que aleja a la gente que no merece la pena y atrae a los que sí.[/color] [/i] [/b] – Añadió.
– [b] [i] [color=#4F5360]Pero vamos que me voy por las ramas, que también tenemos suerte de que estés con nosotros en esta pequeña gran familia disfuncional y con variedad de razas.[/color] [/i] [/b]

– [b] [i] [color=#CC858A]Gracias[/color] [/i] [/b].- Se lo dije con sinceridad.- [b] [i] [color=#CC858A]¿Es verdad lo de…Dom?[/color] [/i] [/b]- No podía evitar sonreír al escuchar eso, por lo que quise escucharlo una vez más.

– [b] [i] [color=#4F5360]Sí. Ya sabes lo del demonio del miedo, ahí lo conocimos un poco, pero fue a partir de Escocia cuando empezó a ser de la familia, tuvimos suerte de que fuese así.[/color] [/i] [/b] – Me sonrió y yo, le devolví la sonrisa.

– [b] [i] [color=#CC858A]Ya se lo echaré en cara[/color] [/i] [/b].- Miré el reloj de muñeca y al ver que el descanso había durado más de lo que debería, me puse un poco nerviosa: ¿Y si venía McLeod y me veía tomando té?.- [b] [i] [color=#CC858A]Bueno, voy a colocar esos libros, espero que vengas otro día a tomar un té[/color] [/i] [/b].

– [b] [i] [color=#4F5360]Tenemos unos años que recuperar, así que dalo por hecho.[/color] [/i] [/b] – Me respondió cogiendo su taza y la mía para fregarlas en el baño, momento que aproveché para salir a colocar los libros. Al poco, salió y se despidió de mí con un gesto con la cabeza.

No había pasado ni cinco minutos organizando alfabéticamente lo que la gente había desordenado, cuando escuché una voz a mis espaldas.- [b] [i] [color=#383A72] Hola. Venía a por unos libros de arte.[/color] [/i] [/b] – Me rodeó la cintura y me besó el hombro, que estaba cubierto por un jersey fino de color lavanda. Antes, ese beso habría continuado hasta mi cuello, pero ahora era sólo eso, un beso en el hombro.

Debí ponerme nerviosa al notar a Dominic tan cerca, porque se me cayeron un par de libros al suelo.- [b] [i] [color=#CC858A]Me vas a matar un día[/color] [/i] [/b].- Él se agachó a recogerlos y yo, fruncí el ceño un poco, más por costumbre que porque verdaderamente estuviese molesta.

– [b] [i] [color=#383A72] Vale, tengo que dejar de acercarme así de sigilosamente.[/color] [/i] [/b] – Dijo tendiéndome los libros.

– [b] [i] [color=#CC858A]Gracias[/color] [/i] [/b].- Susurré colocándolos en su sitio. – [b] [i] [color=#CC858A]¿Qué haces aquí, no tienes ninguna rubia que entrenar?[/color] [/i] [/b]- Le pregunté con sorna.

– [b] [i] [color=#383A72] Le he dado la tarde libre para que descanse. Además, me apetecía verte.[/color] [/i] [/b]- Me rodeó por la cintura para darme la vuelta.

Esbocé una sonrisa tímida, deseando que no apareciese nadie y malinterpretase la escena. No era la primera vez que alguien liberaba sus instintos más primarios contra estas estanterías. A lo mejor en el pasado nosotros habíamos sido de esos. A vosotros os lo voy a decir…- [b] [i] [color=#CC858A]Ha estado Daniel aquí hace un poco y hemos estado hablando del pasado…[/color] [/i] [/b]- Solté de pronto, titubeando como si hubiese hecho algo malo.

– [b] [i] [color=#383A72] ¿Tengo que ponerme celoso.[/color] [/i] [/b]- Me preguntó sonriendo, subiendo sus manos para acariciarme los brazos.

Y se me contagió la sonrisa. Parecía tonta.- [b] [i] [color=#CC858A]Lo superé hace mucho[/color] [/i] [/b].- Espeté de golpe, más de broma que en serio, pero no era el tipo de cosa que una debe decirle a la persona con la que está y menos cuando se trata de su mejor amigo. El cansancio me estaba dañando las neuronas.

-[b] [i] [color=#383A72] Espera… ¿Me estás diciendo que te gustaba?[/color] [/i] [/b] – Preguntó mirándome sin dar crédito. Me había cargado la magia del momento por bocazas.

– [b] [i] [color=#CC858A]¿Qué? No…[/color] [/i] [/b]- Me eché hacia atrás, apoyándome contra la estantería y como estaba mintiendo, no me atreví a mirarle a la cara.

Nos quedamos en silencio, él contra una estantería y yo contra la otra, sin mirarnos y sin hablar. No creo que estuviese molesto porque me hubiera gustado alguien, sino porque no era necesario que lo supiera.- [b] [i] [color=#383A72] Bueno, no me voy a enfadar. Evidentemente no soy el primer tío con el que sales y Daniel era tu vecino por aquella época. En el fondo debería haberlo sabido [/color] [/i] [/b].- Concedió al fin.

– [b] [i] [color=#CC858A]Nunca había salido con nadie[/color] [/i] [/b].- Farfullé mirando al suelo. Bastante humillante me resultaba recordar que él tenía experiencia amorosa y yo, no. Además del hecho de que acababa de decirle que de pequeña me había gustado su mejor amigo.- [b] [i] [color=#CC858A]Y lo de Daniel no fue nada, sólo una tontería…era el único amigo que tenía y…[/color] [/i] [/b]- Me quedé callada.

– [b] [i] [color=#383A72] Lo entiendo, no tienes que darme explicaciones, tranquila.[/color] [/i] [/b] – Me aclaró.

– [b] [i] [color=#CC858A]Si estoy contigo, es por algo, aunque pases más tiempo entrenando rubias que conmigo[/color] [/i] [/b].- Crucé los brazos y no pude evitar que se me escapase una sonrisa.

– [b] [i] [color=#383A72] El próximo día te vienes tu también y te enseño algo de defensa personal. Eso de los puñetazos ya lo tienes dominado[/color] [/i] [/b].- Apuntó entre risas.

– [b] [i] [color=#CC858A]Es una pena que no pueda dejarte sin…eso durante una temporada, porque con esa frase te lo has ganado[/color] [/i] [/b].- Me giré muy ofendida y coloqué los libros que me faltaban.- [b] [i] [color=#CC858A]Y si sigues con esas bromas, te auguro un futuro muy negro[/color] [/i] [/b].- Miré el reloj de muñeca y al ver que era la hora, anuncié.- [b] [i]
[color=#CC858A]Voy a coger el bolso y nos vamos[/color] [/i] [/b].
Mientras iba a coger el libro lo escuché reírse de forma sarcástica, pero no le hice caso, porque sabía que estaba intentando picarme.- [b] [i] [color=#CC858A]Ríete ahora que puedes, cuando te duelan tanto que no puedas hacerlo, llorarás[/color] [/i] [/b].- Le amenacé cuando estuve a su altura, ya con el bolso en la mano.- [b] [i] [color=#CC858A]¿Vamos?[/color] [/i] [/b]

– [b] [i] [color=#383A72] Al final no serías capaz de resistirte a este cuerpo escultural[/color] [/i] [/b].- Me tendió la mano para que se la diera y avanzamos en dirección a la salida.

– [b] [i] [color=#CC858A]Antes tenías un cuerpo escultural, ahora…[/color] [/i] [/b]- Le señalé al abdomen, que a lo mejor no estaba exactamente igual que cuando nos conocimos.

– [b] [i] [color=#383A72] Ahora descomunal[/color] [/i] [/b].- Diana habría hecho un chiste con eso, pero mi capacidad para los chistes era casi tan limitada como la que tenía para socializar.

– [b] [i] [color=#CC858A]¡La biblioteca cierra, así que el que no se quiera quedar dentro hasta mañana, que vaya saliendo![/color] [/i] [/b]- Anuncié sacando las llaves del bolso y los pocos estudiantes que quedaban salieron espantados.

Al verme con las llaves en la mano, amenazando estudiantes, Dom no pudo evitar sonreír.

A lo mejor Daniel tenía razón e Illya había acertado al brindarme esta oportunidad.

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