Moondale

LIBERANDO LA OSCURIDAD INTERIOR

[align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Daniel Arkkan| Templo de los Guardianes, ‘Axis Mundi’| Prueba de la Luz

[color=#000000]Noche[/SIZE][/color][/b][/font]

shamash-2
[SIZE=3]

Notaba el cuerpo resentido, como si tuviese agujetas por todas partes, especialmente en la zona del pecho. La sensación me recordaba a algunos de los entrenamientos en los que, sin hacer caso a Arthur, Zack ni Christopher, había continuado entrenando en solitario, dejando salir toda la ira que había dentro de mí hasta que el cansancio se lo llevaba todo.

Pero al final ni siquiera eso había sido suficiente, había una semilla de venganza en mi interior que había ido germinando poco a poco, hasta que Arthur recibió una llamada de aviso sobre él, sobre ese monstruo del Kurgan, el equivalente para mí, cuando era pequeño, al hombre del saco, salvo que éste venía para llevarse lo que más querías.

Aunque trataron de ocultármela, desde esa llamada algo resurgió en mi interior, seguía entrenando hasta cansarme, para ser capaz de controlar los sentimientos que surgían en mi interior, pero al final solo eran parches y resurgía a la mañana siguiente, la única ventaja era que me dormía enseguida, pero no tardaba más de cuatro o cinco horas en despertarme con terribles pesadillas, parálisis del sueño y según los demás. sonambulismo. De todas la parálisis del sueño era la peor, te sentías esclavo de tu propio cuerpo, incapaz de moverte mientras un demonio te absorbe la vida, te estrangula. Aún a día de hoy me ponía los pelos de punta y alguna vez, muy de vez en cuando, me ocurría.

Al principio, que las antorchas se apagaran fue un alivio, porque llevaba demasiado tiempo disimulando delante de Sarah, para no agobiarla con más preocupaciones. La prueba había sido dura, la muerte…ésa no podía describirse.

Pronto me arrepentí de sentirme aliviado, porque dejé de sentir la mano de Sarah, había vuelto a perderla y un nudo había crecido en mi interior, sin ella era como si la oscuridad se expandiese, como si la prueba hubiese liberado la que tenía en mi interior, la que nunca se había ido. Tenía miedo de que me devorase.

Al cabo de un rato sentí de nuevo una mano, pero había algo extraño en ella, la notaba más grande, más peluda.

– [b][i][color=#383A72]Tío, quién quiera que seas, suéltame la mano o te lanzo volando[/SIZE][/i][/b].- protestó una voz masculina a mi lado. Me aparté a toda velocidad, dando un salto hacia atrás. Cuando me vi lo suficientemente lejos mi mente procesó la voz, era Dom. Encendí mi mano y entonces le vi, los dos teníamos el gesto torcido en una mueca. – [b][i][color=#383A72]Una cosa es el ‘bromance’ y otra, que se ponga el tema raro[/color][/i][/b].- bromeó y ambos reímos rompiendo la tensión. Ese recuerdo se iba a la papelera de reciclaje de mi cabeza, con una marca de borrado preferente. Aun así, me alegraba de que Dom fuese mi compañero, no quería dar explicaciones a Christopher, que Diana me sonsacase lo que había pasado ni fingir delante de Cara, ni intentar mantener una conversación con Ed, con las dificultades de ambos y las preocupaciones rondándome la cabeza.

– [b][i][color=#4F5360]Odio estas transiciones.[/color][/i][/b] – admití comenzando a caminar. Las antorchas empezaron a encenderse, así que apagué mi poder para ahorrar fuerzas. Solo esperaba que la prueba no fuese como la de Zahhak ni como la de Jaldabaoth.

– [b][i][color=#383A72] Sí. Supongo que estabas con Sarah. A no ser que te dé por coger de la mano a todo el mundo.-[/color][/i][/b] comentó bromeando despreocupadamente. No era un tipo de mucho contacto humano, salvo con Sarah, y a ella había tardado bastante en conseguir darle la mano mientras caminábamos juntos por la calle, era bastante tímida en algunas cosas.

– [b][i][color=#4F5360]Muy gracioso.[/color][/i][/b] – me quejé, aunque sonreía. Había conseguido tener bastante confianza con Dominic, hasta el punto de ser capaz de bromear con él. – [b][i][color=#4F5360]Sí, estaba con ella. No son fáciles precisamente.[/color][/i][/b] – aseguré. No quería pensar en lo que había pasado, prefería hablar de algo sin importancia, reír…cualquier cosa, pero mi mente no dejaba de pensar en ello y las palabras habián salido de mi boca sin darme cuenta. pruebas.

– [b][i][color=#383A72]Yo ya he pasado dos y no creo que esto se alargue mucho más, así que esta es tuya.[/color][/i][/b] – sentí un sudor frío en la espalda, no sabía si estaba preparado para una nueva prueba, aún recordaba el dolor punzante de la espada clavada en mí torso, el frío abrazo de la muerte, y la oscuridad que lo devoraba todo.

– [b][i][color=#4F5360]Eso no me da muchos ánimos.[/color][/i][/b] – confesé. No habría podido decírselo a muchos más, pero Dominic entendía lo que hacíamos, que teníamos que seguir adelante por duro que fuese, o arriesgado. Me acerqué hasta la puerta para observar los grabados. – [b][i][color=#4F5360]Pasé oscuridad y esto parece…¿dragones?[/color][/i][/b] – pensé en voz alta.

– [b][i][color=#383A72] ¿Un dragón protector de la luz? Al menos no es otro ángel.-[/color][/i][/b] comentó Dominic.

– [b][i][color=#4F5360]Dragones…de verdad…[/color][/i][/b] – dije sin poder contener el entusiasmo. Todo el mundo sabía que adoraba los dragones, los relatos de fantasía en los que salían…todo, y era de lo poco del mundo sobrenatural de lo que no había constancia de que existiera, salvo algunas razas de demonios que parecían dragones. Si los grabados eran ciertos podría comprobar si habían existido de verdad. – [b][i][color=#4F5360]Sí, debe ser un guardián de la luz.[/color][/i][/b] – medité tratando de evadirme de la ‘fangirl’ que llevaba dentro. Un dice intentando volver a la realidad. En ese momento eché en falta no haber traído una cámara de fotos. – [b][i][color=#4F5360]¿Te tocó un ángel?[/color][/i][/b] – pregunté tratando de disimular el rato que había tardado en procesar lo que había dicho y responderle. – [b][i][color=#4F5360]Eso ha sonado mal.[/color][/i][/b] – admití sonriendo.

– [b][i][color=#383A72] Todo lo relacionado con ángeles suena mal. Sí, era un arcángel con las alas ardiendo, lo mejor es que gran parte de los palos se los llevó Logan.-[/color][/i][/b] la sonrisa se escapó de mi cara durante un instante. El recuerdo de Logan hacía que la oscuridad de mi interior retumbase a ritmo de mi corazón como los tambores en una danza frenética.

– [b][i][color=#4F5360]Entonces te lo pasaste bien.[/color][/i][/b] – traté de bromear intentando quitarle importancia al asunto, no quería admitir que no me había gustado que le tocase con Sarah, porque confiaba en ella, pero en él no, ni por lo más remoto. – [b][i][color=#4F5360]Antes le tocó con Sarah.[/color][/i][/b] – comenté de pasada, tratando de restarle importancia y de ocultar cómo me sentía al respecto, pero al menos, dejándolo ir un poco.

– [b][i][color=#383A72] Entonces estaba diciendo la verdad. Es un tío al que es difícil tomarse en serio.-[/color][/i][/b] respondió Dominic. ¿La verdad sobre qué? Me pregunté. Logan sacaba lo peor de mí, quizá porque había algo en mi interior que se identificaba con él, aunque de eso tardaría mucho tiempo en darme cuenta.

– [b][i][color=#4F5360]Sarah dice que se portó bien con ella.[/color][/i][/b] – respondí. Seguro que con Dom no había sido igual, parecía tenernos especial odio a nosotros dos, quizá porque también éramos aesir y no éramos unos asesinos…aunque…

– [b][i][color=#383A72] Es un bocazas, pero al final parece que me escuchó.-[/color][/i][/b] añadió mientras mi mirada se paseaba por los intrincados grabados de la puerta. Lo que Dom había dicho debía haberme tranquilizado, porque significaba que no había sido solo bueno con Sarah, pero también significaba que el problema estaba en mí.

– [b][i][color=#4F5360]Preferiría que no me tocase con él.[/color][/i][/b] – comenté pensativo, mientras trataba de liberarme de esa sensación, pero mi mente solo repetía una y otra vez el mismo argumento para mantenerse pensando en ello, que en Sarah sí confiaba, pero en Logan no. – [b][i][color=#4F5360]Seguro que tampoco te habría hecho mucha gracia si le hubiese tocado con Rebecca[/color][/i][/b]. – añadí tratando de apoyarme en que Dom me entendiese, no quería sentirme así, celoso, porque Sarah se merecía algo mejor que eso.

– [b][i][color=#383A72] Me hubiese mosqueado… bastante. Por suerte nuestras chicas son listas. En el caso de Rebecca le hubiese dado una descarga… aunque lo mismo le acababa gustando…[/color][/i][/b] – sonreí algo aliviado. Si Logan hubiese intentado algo seguramente habría acabado sin dientes o con alguna que otra cosa rota. – [b][i][color=#383A72] Mejor que no se acerque a ellas.-[/color][/i][/b] sentenció definitivamente. Ambos nos reímos. Logan era «el tercer aesir en discordia».

– [b][i][color=#4F5360]Tienes toda la razón.[/color][/i][/b] – aseguré mientras aún sonreía. Había sido una estupidez preocuparse por eso, Sarah había espantado a muchos «rondadores» antes siquiera de conocerme a mí, no tendría problema con uno más. – [b][i][color=#4F5360]Me habría gustado ver a Sarah dándole una patada.[/color][/i][/b] – bromeé riendo. Me sentía más liviano, con menos preocupaciones, pero seguía sintiendo la oscuridad ahí dentro, el frío, y el miedo volvió a apoderarse de mí. Saqué el colgante y lo introduje en su hueco, tenía que acabar con eso cuanto antes. En cuanto lo hice sentí una oleada de luz, de calma, de bondad, que pareció cubrir todo mi cuerpo arrasando con la oscuridad que había en él, al menos por el momento.

– [b][i][color=#383A72] Ya podrían poner tiradores en las puertas, estoy cansado de usar el colgante.-[/color][/i][/b] bromeó Dom sacando el suyo para colocarlo.

– [b][i][color=#4F5360]Cuando acabemos puedes tirarlo en un cajón. Allá vamos.[/color][/i][/b] – dije en cuanto la puerta se abrió. Mientras cruzaba me paré a pensar, era un Campeón de la Oscuridad por el momento, y esta prueba parecía la del Campeón de la Luz, algo que me resultaba de gran alivio, me costaba convivir con esa oscuridad porque la temía, me temía a mí mismo. No sabía como Sarah había sido capaz de lidiar siempre con esa oscuridad interna, con ser la Campeona de la Oscuridad, y aun así ser la persona más buena que había conocido. Además de quererla, la admiraba, y eso me hacía intentar esforzarme más.

Al otro lado el terreno parecía sacado de otro mundo, el suelo estaba cubierto de arena de color blanco azulado y por todas partes se alzaban montañas y montículos formados de cristales con el mismo tono que la arena, que a veces parecían de otro color al reflejar el blanquecino sol que se alzaba a nuestra derecha.

Miré a Dom y vi que estaba de pie, listo para avanzar pero esperando mi señal, me estaba dejando margen porque era mi prueba, era un gran amigo.

Empezamos a avanzar trepando entre cristales, hasta llegar a una gran duna frente a la que se alzaba una montaña, coronada en ese mismo instante por el blanquecino sol. Cuando estábamos a mitad de la duna, cerca de la montaña, algo tapó el sol. Miré hacia la cima de la montaña y me quedé helado al ver la enorme figura de unas alas, el dragón.

Antes de tener tiempo a moverse siquiera, una llamarada de color blanco nuclear atravesó la distancia que nos separaba y le dio a Dominic justo en el pecho. Vi como mi amigo se desplomaba y corrí hacia él lo más rápido que pude para comprobar sus constantes.

– [b][i][color=#4F5360]¿Por qué lo has hecho?[/color][/i][/b] – grité mientras cerraba una herida sangrante en su pecho, que parecía poco en comparación al golpe. Dom tenía las constantes estables, pero no abría los ojos.

La risotada del dragón bajó por la montaña hasta llegar a mis oídos, tenía un deje femenino, era una dragona. Por un momento me acordé de cuando confundían a Freya y a Eowyn cuando salían a pasear, no me imaginaba mirando ente las piernas de la dragona para comprobar. – [b][i][color=#b40431]Porque puedo.[/color][/i][/b].- sentenció. Sentí como mi cuerpo se tensaba y la oscuridad, crecía, no me gustaban los que abusaban de los demás sólo porque podían hacerlo. La maldad intencionada no tiene excusa.- [b][i][color=#b40431]¿Si tú pudieras no lo harías?[/color][/i][/b] – preguntó.

– [b][i][color=#4F5360]No, y tú tampoco deberías, sé supone que eres el Guardián de la Luz.[/color][/i][/b] – le solté. De poco valdría, tenía una prueba que pasar, fuese cual fuese, pero mis principios no se iban a quedar de lado, y al menos, de momento, todas habían ido dirigidas hacia cada uno de nosotros específicamente.

– [b][i][color=#b40431]¿La luz es necesariamente algo benévolo?[/color][/i][/b]- preguntó segundos antes de lanzarse desde la montaña y planear sobre nosotros. Llevaba algo entre sus patas delanteras que brilló al sol en uno de sus giros. Cuando pasó sobre nosotros, lo soltó, cayendo sobre la arena, parecía un objeto no muy grande, como una caja.

Miré a Dominic un última vez antes de embarcarme en la prueba, de la herida ya solo quedaba el eco del hueco en su camiseta, estaría bien. Volví a centrarme en la pregunta de la Guardiana.

– [b][i][color=#4F5360]Es la barrera contra la oscuridad.[/color][/i][/b] – respondí, lo que no era ni un sí ni un no. La luz podía ser tan peligrosa como la oscuridad.

– [b][i][color=#b40431]¿Y no será, en ocasiones, la oscuridad una barrera contra la luz?[/color][/i][/b]- rió deteniéndose en la montaña de nuevo. Avancé hasta el objeto que había soltado la dragona. Cuando lo tuve frente a mí, incrustado en la arena, comprobé que en efecto, era una caja de cristal cuyo interior no podía ver.

– [b][i][color=#4F5360]Quizá sí, pero controlando la luz no es necesaria la oscuridad.[/color][/i][/b] – repliqué. La dragona no respondió, solo me observó desde la montaña. Me centré en la caja que tenía frente a mí, sabía que estaba esperando que lo hiciera, así que la cogí en las manos y la abrí. En el instante en el que levanté la tapa, un fogonazo de luz lo cubrió todo.

Sentí que la luz lo devoraba todo, el mundo, el universo, y solo quedaba un bien absoluto carente de maldad, pero también de vida, de ilusión. Cuando volví a recuperar la consciencia, me vi en un puente que pasaba sobre una carretera. Abajo, a un lado de la carretera, había una plaza amplia con varias motos y frente a ellas un bar con un cartel con letras rojas. Reconocía ese lugar, era el bar en el que el primer Vigilante de Sarah la abandonó, la primera vez que estuve junto a ella.

Noté que había alguien a mi lado y me giré, para ver a una chica joven, delgada, de pelo castaño rojizo y una sonrisa en los labios vistiendo un vestido de escamas blancas que la hacía destacar en ese puente gris.

– [b][i][color=#4F5360]¿Dónde estamos? [/color][/i][/b] – pregunté al principio. – [b][i][color=#4F5360]¿Quién eres?[/color][/i][/b] – añadí a continuación. Sabía que los dragones tenían fama de ser capaces de obtener la forma humana, pero no podía arriesgarme, ¿y si mehabían llevado a otra parte y ella era una chica corriente? Terminaría en un manicomio y saldría en las noticias como el tipo que veía dragones.

– [b][i][color=#b40431]¿No te encanta ‘Qué bello es vivir’?[/color][/i][/b]- dijo como única respuesta. El pelo le caía suelto a la espalda y tenía una amplia sonrisa que mostraba su fila de dientes blancos y perfectos.

– [b][i][color=#4F5360]Le gusta más a mi novia.[/color][/i][/b] – no era un gran seguidor de las películas antiguas, sobre todo por pereza, pero había estado junto a Sarah la última vez que la había visto y conocía la esencia de la película. La dragona iba a mostrarme mi vida. – [b][i][color=#4F5360]¿Es mi vida lo que vas a enseñarme, dragona?[/color][/i][/b] – pregunté. Al protagonista de ‘Qué bello es vivir’ un ángel le enseñaba cómo sería el mundo si él se suicidase, y eso le hacía cambiar de opinión y aprovechar la vida. Quizá debía aprender una lección de mi vida, aunque con los errores que había cometido, tenía más que una lección que aprender.

Me intrigó lo que iba a mostrarme, a veces me preguntaba como sería mia vida si no hubiese conocido a a Sarah, tampoco habría conocido a Dom, en el que había encontrado un gran amigo, ni a Ed que también lo era, no me habría reencontrado con Christopher, ni sabido lo que es una gran amistad con una mujer, con Diana, y también con Mara, con la que me entendía pese a ser los dos parcos en palabras, reencontrarme con mi vieja amiga Rebecca después de tanto tiempo, y tampoco habría sabido que tenía una hermana, que ya no estaba solo, sin olvidarme de Daakka claro, con el que tenía que hablar un poco más, especialmente de Cara. Tampoco me habría reencontrado con los McLeod, ni conocido a Elizabeth que era una madre maravillosa y la mejor suegra que uno pudiese tener. Pensar que podía haberme perdido todo eso me asustaba, pese a las cosas malas, me aterraba profundamente.

Al alzar la vista vi a la dragona, en su forma humana, sonreír ampliamente mientras colocaba las manos en las curvas de sus caderas. Señaló hacia abajo, hacia aquél bar, y vi una melena rubia caminando hacia la plaza junto a un hombre mayor, Sarah y su primer Vigilante.

– [b][i][color=#4F5360]Sarah…recuerdo esta noche perfectamente.[/color][/i][/b] – comenté en voz alta. Presencié como el Vigilante la abandonaba para que la atacasen los demonios. Busqué mi coche con la mirada, pero no lo encontré por ninguna parte, era extraño, recordaba la escena desde el principio, la había observado y había salido del coche en cuanto la dejaron inconsciente.

Miré a la dragona, que había pasado las piernas por encima de la barandilla del puente, estaba descalza y el viento mecía su vestido. Los demonios ya estaban muy cerca de Sarah y el primero la había golpeado, pero yo no aparecía y estaba empezando a inquietarme mucho.

Vi horrorizado como la golpeaban varias veces, pero seguía sin aparecer, sabía que no iba a hacerlo, me estaba enseñando un mundo sin mí.

– [b][i][color=#4F5360]Para…maldita sea, para o déjame bajar.[/color][/i][/b] – dije apretando los puños. No podía seguir ahí parado viendo como la golpeaban, cada golpe encendía más y más una chispa oscura en mi interior. Intentaba mantenerla a raya, pero no podía soportar ver a Sarah sufriendo.

La Guardiana esbozó una sonrisa y volvió a girar la cabeza, mientras los demonios golpeaban a Sarah una y otra vez. Puse la mano en la barandilla para saltar, pero con un gesto de su mano me apartó hacia atrás. Tenía lágrimas en los ojos del dolor y la impotencia, nunca jamás desearía a nadie pasar por algo así, porque ver a la persona a la que más quieres sufrir de esa manera sin poder hacer nada al respecto es el dolor más desgarrador con el que me había topado nunca.

– [b][i][color=#b40431]Vamos a ir un poco más adelante[/color][/i][/b].- sentenció girando sobre la barandilla y bajándose. El mundo se desdibujó a mi alrededor y aparecí en un bosque, frente a una cabaña que conocía perfectamente, era mi cabaña en el Bosque de los Susurros.

Aun sentía como ardía mi interior al ver a Sarah sufrir así, pero verme salir de la cabaña me desconcertó momentáneamente, había creído que iba a mostrarme una vida en la que no existía, pero ahí estaba, entonces, ¿por qué no había rescatado a Sarah? ¿O era otra vida distinta?

Vi a un grupo moverse acechando entre los árboles, eran unos de los primeros vampiros a los que había eliminado al instalarme en la cabaña. Pero esta vez las cosas parecían diferente, se plantaron frente a mi otro yo, que permaneció inmóvil, sin atacar, pese a sus claras intenciones. Todo sucedió muy deprisa y al final mi otro yo terminó en el suelo, con el cuello desgarrado, desangrándose. Ni siquiera había intentado luchar. Odié ver esa versión débil de mí mismo, alguien que no podía proteger a nadie, ni a sí mismo, y sentí como se unía a la oscuridad de la venganza por lo que había visto pasar a Sarah.

Me quedé unos instantes viendo como el charco de sangre cubría el suelo bajo mi cuerpo y avanzaba, mientras los vampiros saqueaban la cabaña. Estaba sintiendo la luz dentro de mí, pero no la bondad, si no la luz de mi poder, que deseaba liberar para incinerar a todos y cada uno de esos vampiros.

Pero lo que me preocupaba no era matarlos, se lo merecían, lo que me preocupaba de verdad era el motivo. No quería matarlos por haber visto como me mataban, quería matarlos porque quería liberar el odio y la ira que sentía al haber visto como golpeaban a Sarah, quería hacerles sufrir, uno a uno, porque no tenía delante a los demonios para que pagasen. Conocía ese sentimiento, durante años, cada vampiro, cada demonio, tuvo la cara del Kurgan en su rostro.

Como respondiendo a la oscuridad que crecía en mí, el escenario volvió a cambiar. Estaba en una zona de árboles, pero esta vez no era un bosque, era un parque de Moondale. Escuché una voz conocida, unida a varias que recordaba lejanas, como de otra vida, conocía esa noche, había sido una noche clave en mi vida, la noche en la que conocí a Sarah en persona, cuando los vampiros la atacaron, pero esta vez no iba a aparecer, la matarían.

Corrí hacia el muro en el que me había subido hacía ya más de dos años y vi como la golpeaban y caía al suelo. Mi corazón se encogió y me lancé hacia adelante, pero no pude avanzar, era como si hubiese una barrera frente a mí.

La dragona estaba a mi lado, en pie, observando tranquilamente como golpeaban a Sarah una vez más. Vi como una de ellos la sujetaba y otro sacaba los colmillos, si en ese momento hubiese podido, habría arrasado con todos, sin piedad, incluida la dragona.

Me giré hacia ella con toda la ira y oscuridad que había en mí y la cogí por el cuello con fuerza. – [b][i][color=#4F5360]Para.[/color][/i][/b] – le ordené. Parte de mí deseaba apretar su cuello hasta que dejase de moverse, eliminar esa amenaza, pero otra parte se aferraba al hecho de que era una Guardiana y tenía una prueba que pasar. El coste estaba siendo demasiado alto.

La escena cambió de nuevo y aparecí en medio de un ancho y enorme pasillo, con paredes de cristal a ambos lados tras las que había caras conocidas. Sarah no estaba en su celda, en su lugar estaba en el centro de la sala mientras experimentaban con ella. No se movía, oí a una voz musitar «coma». Era la mañana en la que había formado un estruendo para que me eligiesen a mí en vez de a ella. Me vi en una celda, derrumbado. No había tenido la fuerza suficiente como para cambiarme por ella, me daba asco.

Una fuerza tiró de mi hacia atrás con un fogonazo y caí al suelo. La dragona se estaba sacudiéndo, como si la hubiese manchado. – [b][i][color=#b40431]No me gusta que me toquen[/color][/i][/b]. – espetó con serenidad.

La Iniciativa se desdibujó a mi alrededor y en lugar de eso vi mi cuerpo inerte en el bar de Lorne, todos los demás habían despertado superando al demonio del miedo, pero yo me había quedado atrás.

Tras eso, saltamos a la Iniciativa de nuevo, pero a una zona más oscura y recóndita. Estábamos todos reunidos, incluso Fenris, y en el centro, frente a nosotros, Mason. Vi como caíamos uno tras otro, como Fenris se sacrificaba pero yo no tenía después la fuerza para ayudar a los demás, y vencía, absorbía la oscuridad de la Boca del Infierno y el mundo se teñía de negro.

Continué viendo más instantes de mi vida, al Doctor atravesando a Mara con mi propia espada y más tarde utilizándonos a todos como marionetas porque no era capaz de superar las pruebas, porque no merecía ser llamado Campeón.

Después aparecí en una sala grande, con el techo abierto mostrando la Luna Cantarina. Un gabado en forma de rayo partía el suelo terminando en una armadura de caballero arrodillada frente a una espada. Escuché una voz y vi a Logan Villiers tirado en el suelo, con una herida abierta en el pecho, y a Sarah frente a él.

Me quedé congelado viendo como Sarah le desabrochaba la camisa y vertía un líquido sobre ella.

– [b][i][color=#b40431]¿Crees que a la Cazadora no le gusta la oscuridad?[/color][/i][/b]- rió la dragona a mi lado. Vi a Sarah posar su mano en el pecho de Logan y acercarse a su oído para susurrarle algo, verlos tan cerca me enfermó, sentí algo crecer dentro de mí, una oscuridad que no había conocido hasta entonces, una oscuridad que se apoderaba de mí.

– [b][i][color=#4F5360]Ni se te ocurra.[/color][/i][/b] – amenacé a la dragona. Quería que se detuviese, no soportaba seguir viendo esa escena, porque la oscuridad me estaba devorando igual que lo había hecho en la anterior prueba, solo que esta vez, no la estaba apartando.

La Guardiana volvió a reír y mantuvo la escena, los labios de Sarah estaban cada vez más cerca de los de Logan.

La escena se desdibujó por un instante, sentí el calor de las llamas y el humo en mi garganta, el fuego consumía el que había sido mi hogar y mis padres yacían muertos en el suelo. El Kurgan y Aidan Arkkan abandonaban la escena cada uno por un lado, dando la espalda a los cuerpos sin vida de mis padres. – [b][i][color=#b40431]¿Lo entiendes ahora o tengo que decírtelo más claro?[/color][/i][/b] – dijo retornando al lugar donde Logan continuaba tumbado en el suelo, sin apartar la mirada de Sarah, cuyos labios estaban a punto de rozar los suyos.

– [b][i][color=#4F5360]Sí, lo entiendo.[/color][/i][/b] – sin la oscuridad en mi interior no habría sido capaz de hacer frente a nada, habría sido un pusilánime que no habría podido vivir junto a Sarah. Así que dejé libre la oscuridad que se apoderaba de mí, la ira, y la esgrimí contra la dragona, abalanzándome sobre ella.

La dragona rió cuando posé mis manos sobre ella.- [b][i][color=#b40431]No te lo voy a poner tan fácil[/color][/i][/b].- dijo mientras de su espalda surgían unas enormes alas de escamas blancas, de su cabeza un par de cuernos cubiertos también de escamas y su cuerpo comenzaba a crecer.

El mundo a mi alrededor cambió en un torbellino de luz que mareaba con solo mirarlo, así que me centré en la dragona en transformación. Cuando terminó, la enorme dragona se alzaba imponente sobre mí.

Lanzó un gruñido y con una batida de sus alas me tiró al suelo. Mientras me levantaba, la dragona pasó volando por encima de mí y se lanzó en picado, bella como un halcón, sobre la caja de cristal. Se la llevó levantando la arena y se alejó volando, posándose a unos metros de mí desafiante.

Sentí la adrenalina recorrer mi cuerpo, la dragona era enorme. – [b][i][color=#b40431]Soy la Guardiana de la Luz[/color][/i][/b].- explicó. Vi la caja brillar en sus zarpas y me detuve a pensar. La oscuridad me dominaba, sentía la ira recorrer todo mi cuerpo, necesitaba control, necesitaba equilibrarlo, y ese equilibrio debía estar en la caja.

La dragona sacó la lengua y en mi cabeza la imagen se transformó en Logan y Sarah, y sus lenguas, sentí una sacudida de ira que me hacía desear destrozar el mundo entero. – [b][i][color=#4F5360]Y yo Campeón de la Oscuridad.[/color][/i][/b] – dije con el cuerpo en tensión. Corrí, agradeciendo soltar toda la ira que acumulaba en mi cuerpo en esa carrera, tenía que quitarle la caja, pero mi cuerpo pedía también la lucha, pedía golpear algo, pedía oscuridad. Era parte de mí.

La dragona se rió mientras me acercaba.- [b][i][color=#b40431]Demuéstralo[/color][/i][/b].- abrió sus fauces y lanzó una bocanada de pura luz que no me dio por un giro en el último momento.

Me dejé llevar por mis instintos y avancé en zig zag hacia ella: esquivar, golpear, sobrevivir, superar al otro, vencer, pero también hacer daño, demostrar poder, vengarse. Era un cúmulo de sentimientos oscuros con los que había convivido durante mucho tiempo, que me había alimentado y consumido, pero que también me había permitido sacar las fuerzas en los momentos duros, para luchar por algo justo. La oscuridad era parte de mí, mi condena y mi fuerza.

En un instante, la dragona se anticipó a mis movimientos y lanzó una bocanada de luz que iba directa hacia mí. Dejándome llevar por la ira que sentía en lo más profundo de mi corazón, lancé mi propio poder para contrarrestarlo, pero esta vez lo cargué de todo lo oscuro que sentía, de todo el dolor, la desesperanza y el sufrimiento. El rayo de luz chocó contra el de la dragona y se anularon el uno al otro hasta que no quedó nada, había cargado tanta oscuridad en él que había consumido la luz, aunque sentía a mi alrededor el calor de la bocanada, había estado demasiado cerca, la próxima no me libraría.

Cuando estaba cerca, la dragona empezó a batir las alas, levantando la arena, que se me metía en los ojos. Llevaba la caja en sus patas, pero todavía no había terminado de alzar el vuelo. Si se alejaba perdería toda oportunidad, no iba a permitir perder la prueba, no iba a ser un debilucho, así que corrí hacia ella y salté hasta agarrar su cola antes de que se alzase.

Las escamas me rozaban y me herían, y cuando miré hacia el suelo sentí una sensación de vértigo que, según decían, no era más que un ansia oculta de saltar, pero en ese momento no quería comprobar si era verdad. Trepé por su cola y llegué hasta la base de su cuello con dificultad. Era enorme y no sabía como podría con ella, así que arranqué uno de las espinas de su cuerpo y la clavé con fuerza en su cuello.

La dragona soltó un bramido y comenzó a descender a toda velocidad. Me agarré lo más fuerte que pude y me preparé. El golpe me hizo saltar por los aires y aterrizar a varios metros, incrustado en la arena. Me levanté entre toses y busqué a la dragona con la mirada, pero no la veía por ninguna parte.

Caminé y al final vi un cráter en la arena cristalina, en el medio estaba la dragona, de nuevo en forma humana. Tenía una herida bastante fea en la zona del cuello, donde le había clavado la espina.

Bajé a toda prisa, sintiéndome mal por hacerle daño, pese a todo, me había dejado llevar por la oscuridad y no había pensado en las consecuencias, la había herido.

Me sentía agotado, pero me arrodillé a su lado y coloqué mi mano sobre la herida. Esta vez utilicé mi poder como más solía usarlo desde que había conocido a Sarah, y sentí su poder sanador salir de mí para curarla.

Cuando terminé, la herida estaba cerrada. Me desplomé hacia atrás, agotado, y vi como la dragona empezaba a abrir los ojos poco a poco.- [b][i][color=#b40431]Parece que lo has entendido[/color][/i][/b].- sonrió satisfecha.

– [b][i][color=#4F5360]¿Estás bien?[/color][/i][/b] – pregunté preocupado por ella y por lo que había hecho. Como ya había dicho antes, la oscuridad era mi fuerza y mi condena. No era el único, para Sarah también era la fuente de su fuerza, pero también su condena a llevar una vida de riesgos, siempre luchando por los demás y viendo como la gente a la que quería corría peligro. Pero mi condena era la de dejarme llevar por la oscuridad y caminar siempre sobre una delgada línea que, de cruzarla, haría que me perdiese para siempre.

La Guardiana asintió agradecida y se puso en pie, con su vestido de escamas resplandeciente, como si no hubiera ocurrido nada. – [b][i][color=#b40431]Vamos, abre la caja[/color][/i][/b]. – dijo señalando la caja de cristal que estaba a mi lado.

Con el cuerpo agotado por el uso de mi poder, alargué la mano con dificultad y la tomé entre mis manos. Abrí la tapa y de nuevo sentí un fogonazo de luz, pero esta vez la luz reconfortó todo mi cuerpo y me sumió en un estado de calma que equilibró la ira, la venganza y los celos que me habían atormentado hasta el momento. Estaba en paz, total y absoluta, estaba en equilibrio, luz y oscuridad, yin y yang, necesitaba la fuerza de la oscuridad, la resolución, la superación sacada de la nada, y también necesitaba la luz, con su esperanza, su moral, su justicia.

Además, sentí en el corazón que lo que había visto entre Sarah y Logan no había sido más que una ilusión, que ella nunca le habría besado y vi, una escena tras otra, como habían sido las cosas de verdad en mi vida, como había conseguido intervenir.

– [b][i][color=#4F5360]Gracias.[/color][/i][/b] – dije mirando a la dragona con orgullo. Me puse en pie, reconfortado por la luz, y la ayudé a salir del cráter pasando su mano por mis hombros y sujetándola por la cintura.

– [b][i][color=#b40431]La oscuridad y la luz no son tan diferentes[/color][/i][/b].- explicó la dragona apartándose el pelo para colocarlo detrás de la oreja.- [b][i][color=#b40431]Se avecinan tiempos difíciles y me han insistido en que te diga que debes procurar mantener el equilibrio entre ambas[/color][/i][/b]. – explicó. La sensación de calma que sentía se resquebrajó bajo la preocupación, si la dragona tenía razón, nos esperaba algo peor, tiempos difíciles, pero no podía imaginar como podían ser más difíciles que los que vivíamos en ese momento.

– [b][i][color=#4F5360]Lo intentaré.[/color][/i][/b] – aseguré en voz alta mirándola a los ojos. Esperaba estar a la altura.

La dragona se rió al ver que la miraba fijamente a los ojos, parecía divertida. – [b][i][color=#b40431]Espero que sepas perdonarme por lo que te he mostrado y…por haber dejado a tu amigo inconsciente, pero era necesario[/color][/i][/b].- se disculpó mientras se alejaba y se colocaba en cuclillas. De nuevo brotaron unas grandes alas de su espalda. – [b][i][color=#b40431]Hasta siempre, Campeón[/color][/i][/b]. – se despidió.

Me quedé observando su transformación hasta el último instante, pensando en como conseguir equilibrar siempre la luz y la oscuridad.- [b][i][color=#4F5360]Hasta siempre, dragona.[/color][/i][/b] – me despedí mientras alzaba el vuelo. Escuché algo removerse a mi espalda y vi a Dom, «el durmiente», no pensaba añadir lo de bello para evitar cosas raras, alzarse.

– [b][i][color=#383A72] Esto es el Karma.-[/color][/i][/b] dijo mirando el agujero quemado que se le había quedado tras el ataque de la dragona.

Le ayudé a incorporarse y juntos cruzamos una puerta que comenzó a construirse con la arena cristalina.

En cuanto crucé la puerta, la dragona y a prueba quedaron atrás, pero la luz y la oscuridad me acompañarían siempre, tenía que conseguir mantenerlas siempre equilibradas, por difícil que fuera.

[spoiler]Muchísimas gracias como siempre a la asombrosa Stefy por conseguirme una prueba tan absolutamente increíble. Love you <3[/spoiler]

Comentarios

Deja una respuesta