[align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Logan Villiers| Templo de los Guardianes, ‘Axis Mundi’| Prueba del Orden
[color=#000000]Noche[/SIZE][/color][/b][/font]
El juego de ‘putea a Logan’ en el que se estaban convirtiendo las Pruebas empezaba a cabrearme bastante. Vale que hubiese decidido yo lanzarme contra la pata del bicéfalo que iba a matar a Novak, pero eso no había sido lo único, estaba el tipo de la armadura dándome martillazos, cortándome y estropeándome la camisa – aunque el rayo sí me vino bien-, el ángel rociado de gasolina absorbiendo mi energía, y una oleada de agua arrastrándome hasta golpearme en las costillas.
Y evidentemente, mientras utilizaba mi poder para secarme, el agua golpeó contra la piedra trayendo a mi nuevo compañero de pruebas, que, cómo no, era otro aesir que me odiaba, una muestra más de cómo se estaban desarrollando las Pruebas que hacía que me cabrease. Había venido a salvar el puñetero mundo y no hacían más que vapulearme y ponerme con gente que me odiaba, la única que me había tratado en condiciones, como si fuera una persona, había sido la Cazadora, ni siquiera Novak, después de estar a punto de morir por ella.
Así que, sumándolo todo, necesitaba alguien con quien pagar mis frustraciones, y el aesir rubio, que me odiaba, era un buen objetivo hasta que apareciera el nuevo Guardián. Sonreí observando como se levantaba del agua empapado y lleno de arañazos.
– [b][i][color=#232627]Déjame adivinar, tu novia la Cazadora te ha dejado después de conocerme, pero no tenías que inundarlo todo llorando.[/SIZE][/i][/b] – dije disfrutando al ver su cara amargarse aún más. El aesir cabezón no me gustaba, aunque no había sido tan horrible, pero con este había algo distinto, veía algo en él parecido a mí, y sin embargo, parecía mirarme por encima del hombro, como si se creyese mejor que yo.
No entendía por qué Novak tenía que odiarme por salvarla de ese tipejo que la mató y sin embargo este otro tenía la suerte de haber dado con la Cazadora, con alguien que se preocupase por él. Nos parecíamos, salvo en que yo no tenía nada y él lo tenía todo, pero no me importaba, no necesitaba nada ni nadie.
El aesir Ken se quedó en pie durante unos minutos, mientras trataba de secarse la ropa. Nuestras miradas se cruzaron y si cumpliesen lo de que las miradas «matan», los dos habríamos caído muertos al instante. Esperé que me contestase, pero en lugar de eso pasó de largo y colocó su colgante en la puerta. Eso me cabreó más, y decidí seguir tirando del hilo a ver cuanto tardaba en estallar esa fachada de niño bueno.
Me dirigí sonriente hasta la puerta e introduje mi propio colgante mientras le miraba con una sonrisa dibujada en la cara. – [b][i][color=#232627]Prefería meter cosas con la Cazadora.[/color][/i][/b] – dije justo antes de sentir una oleada de oscuridad que recorrió todo mi cuerpo hasta llegar a mi corazón. Esa sensación fue reconfortante, el poder y la despreocupación se unieron a la ira que ya tenía. En cuando la oscuridad se desvaneció, sentí un fuerte golpe en la mejilla y caí al suelo, no me lo esperaba. Sentí un sabor metálico en la boca, me llevé la mano al labio inferior que notaba hinchado y vi que había sangre, me lo había partido, miré hacia el aesir con rabia y diversión, ahora me tocaba a mi devolver la jugada, pero no tuve tiempo, porque el muy imbécil cruzó las puertas recién abiertas. Si pensaba que iba a librarse, se equivocaba.
Le seguí rápidamente y me encontré con una enorme planicie de verde hierba, pero el sitio no me interesaba, buscaba otra cosa, y le encontré en mitad de la planicie observando al cielo, era un buen momento para cogerle también por sorpresa.
Mientras me acercaba, miré también el cielo para ver que tenía de interesante, y vi que las nubes formaban una especie de vórtice, como si el cielo se hubiese abierto en ese punto. Frente a él, acercándose hacia nosotros, había un tipo con alas parecido al mechero de antes.
– [b][i][color=#0b243b]Traigo a vosotros el orden. El fin de todo caos, conflicto y guerra.[/color][/i][/b] – dijo mientras descendía. Claramente ese era el Guardián, y tenía una Prueba que pasar y bla bla bla, pero antes tenía algo de lo que ocuparme. Crucé el espacio que nos separaba y me lancé sobre el otro aesir, cayendo los dos sobre la hierba y rodando mientras forcejeábamos.
– [b][i][color=#4F5360]Imbécil, nos vas a matar a todos.[/color][/i][/b] – dijo intentando librarse de mí. Lanzó unos fogonazos de luz tratando de cegarme, pero mi cuerpo solo conseguía fortalecerse. Me habían dado una mierda de padres, una mierda de vida, y seguía siendo una mierda, y aun así, se suponía que tenía que hacerles caso y salvar el mundo. Mi frustración salió libre en un golpe hacia la cara del aesir que dio en su hombro porque no paraba de moverse.
– [b][i][color=#232627]¿Te crees mejor que yo?[/color][/i][/b] – le pregunté mientras me preparaba para darle otro golpe, pero él me devolvió el golpe soltando un puñetazo hacia mi costado que dio justo en las costillas rotas. Me aparté a un lado, rodando sobre mí hasta quedar a cuatro patas y empecé a levantarme, no iba a darle la satisfacción de verme dolorido. Él también estaba de pie cuando volví a mirarle.
– [b][i][color=#0b243b]¿Realmente deseas una respuesta a esa pregunta?[/color][/i][/b]
Miré durante un instante al Guardián, flotando en el aire. El desprecio en su mirada encendió aún más mi ira, que parecía un fuego que nunca podría apagarse. – [b][i][color=#232627]No la necesito, todo el mundo se cree mejor que yo.[/color][/i][/b] – dije poniendo todo el odio en mis palabras. Todos se creían con derecho a juzgarme, pero si hubiesen tenido mi vida, me habría gustado ver cómo lo habrían hecho, cómo habrían soportado a un viejo alcóholico y maltratador como padre, que por si no fuera poco, te odiaba aún más por ser diferente, por tener capacidades que le asustaban. En el fondo lo que les pasaba es que mi vida les asustaba, no querían observar al monstruo que el mundo había creado, su mundo.
– [b][i][color=#4F5360]Está intentando manipularte, eres tú quien buscó una pelea conmigo.[/color][/i][/b] – parecía que intentaba calmarse y eso me sacó de mis casillas. ¿Creía que yo no podía calmarme? Lo que hacía no era fruto de la ira, no me controlaba, nadie lo hacía, solo hacía uso de ella porque era una de las pocas amigas que había conocido.
– [b][i][color=#232627]Nadie me está manipulando.[/color][/i][/b] – le aseguré al aesir de vida perfecta. – [b][i][color=#232627]Piensas que eres mejor que yo, porque tú lo tienes todo, porque la gente te quiere cerca, y a mí me apartan.[/color][/i][/b] – me resultó extraño confesarle algo así a un tipo como ese, pero quería que supiera que no era nadie, que no era mejor que yo, ni distinto, solo las circunstancias.
– [b][i][color=#0b243b]Tanto el exceso de sinceridad como las mentiras provocan conflictos[/color][/i][/b].- dijo el ángel mirando al otro aesir. Parecía que me ignoraba, incluso en mi prueba. El maldito parecía llevarse todo lo que era mío, hasta lo que ni siquiera quería, como salvar un estúpido mundo que me odiaba.
– [b][i][color=#232627]Es mi prueba, no te la vas a llevar también, cómo lo demás.[/color][/i][/b] – dije con la frente perlada por el sudor. Sentía todo mi cuerpo encendido, como si la ira elevase también mi temperatura y soltase mi lengua, pero me parecía lógico, como dejarse llevar por una corriente de agua.
– [b][i][color=#4F5360]No me he llevado nada de tu vida, ¿de qué estás hablando?[/color][/i][/b] – preguntó entrecerrando los ojos como si estuviese observándome, evaluándome una vez más.
Por mi mente empezaron a pasar como un fogonazo todas las cosas malas que me habían pasado, y que nunca remitían. Él no había soportado unos padres como los míos, no había escuchado los gritos de la gente muriendo por su poder, uno que ni siquiera sabía que tenía, y eso era solo el principio. Él tenía a la Cazadora, tenía alguien que veía siempre lo bueno en él, y sin embargo, después de toda la mierda que había soportado, yo no tenía nada. Ni siquiera esperanza, porque no había nada que me hiciese creer que el mundo podía dar nada mejor. Y todo por culpa suya, él se había llevado la vida qué yo merecía. – [b][i][color=#232627]Lo has tenido todo, y yo nada. No deberías tener a la Cazadora, no te lo mereces.[/color][/i][/b] – dije sintiendo un ardor chispeante en los ojos.
– [b][i][color=#4F5360]¿Y tú sí?[/color][/i][/b]- dijo con una chispa de rabia contenida en su voz. Había dado en su punto débil y seguía sin dejarse llevar por la ira, seguía creyéndose mejor. El Guardián permanecía alejado de todo, observándonos, como si no le importase nada.
– [b][i][color=#232627]Merezco todo lo que tú tienes.[/color][/i][/b] – le espeté con rabia. Pero no tenía forma de arrebatárselo.
Vi oscuridad en la mirada que me devolvió el aesir.- [b][i][color=#4F5360]No estás bien de la cabeza[/color][/i][/b].- soltó. Me acerqué un par de pasos, preparado para que se lanzase sobre mí y golpearle por sorpresa, pero en lugar de eso cerró los ojos y respiró profundamente un par de veces. – [b][i][color=#4F5360]La vida de los aesir nunca es fácil: ni la tuya, ni la de Dominic, ni siquiera la mía, por mucho que te empeñes en creer lo contrario. Estamos malditos, pero eso no es una excusa para que te comportes como un puñetero tarado.[/color][/i][/b] – añadió, parecía molesto, pues bien, estar molesto solo era una pequeña parte de mi vida, al menos estaba consiguiendo que la saborease un poco.
– [b][i][color=#232627]Novia, amigos, familia, ¿y tú estás maldito? Prueba a vivir mi vida.[/color][/i][/b] – repliqué casi maldiciéndole con mis propias palabras. No sabía lo dura que podía llegar a ser la vida, ¿por qué él tenía que tener suerte mientras que yo me llevaba todos los palos? Por lo que sabía, él tampoco había sido un santo, y sin embargo ahí estaba, apoyado por los demás como si no hubiera pasado nada, y yo, repudiado incluso intentando ayudar.
– [b][i][color=#4F5360]Ya la he vivido.[/color][/i][/b].- respondió el aesir de forma críptica, dudaba que hubiese tenido que pasar por lo mismo que yo, lo dudaba mucho. Lo que para él debía ser una vida dura debía ser un buen día para mí. No sabía nada, no me conocía, no sabía lo que había sido.
– [b][i][color=#0b243b]En ocasiones, para alcanzar la paz debemos afrontar el conflicto[/color][/i][/b].- intervino la voz del Guardián, que esta vez si se detuvo a observarme. Sus ojos llamearon y sentí como los míos lo hacían con más fuerza.
– [b][i][color=#232627]Solo te interpones tú entre mi vida y yo.[/color][/i][/b] – dije con la rabia reflejándose en mi rostro. Me lo había robado todo, pero aún tenía una oportunidad para tenerlo de vuelta.
– [b][i][color=#4F5360]Eres tú el que se está jodiendo la vida: ¿O estás tan ciego que no eres capaz de verlo?[/color][/i][/b].- espetó sin moverse del sitio.
– [b][i][color=#232627]No, ya no estoy ciego.[/color][/i][/b] – solté dejando salir toda la ira que sentía en una onda de calor que salió de mi cuerpo y se lanzó hacia delante, haciendo arder el oxígeno a su alrededor como si lanzase una columna de fuego. Cuando él no estuviese la suerte volvería a mí, toda la mierda se habría acabado por fin.
Pero él estaba preparado, quizá lo había visto en mis ojos, o quizá el Guardián le apoyaba, el caso es que se lanzó a un lado y esquivó la llamarada de calor.
Mientras se ponía en pie, corrí y volví a abalanzarme sobre él. – [b][i][color=#4F5360]Para…no seas estúpido.[/color][/i][/b] – dijo antes de que le callase con un puñetazo en el estómago que le dejó un instante sin aliento.
– [b][i][color=#232627]Voy a recuperar lo que es mío, novia, amigos, todo…[/color][/i][/b] – le amenacé, aunque mis amenazas siempre se cumplían. Y si no conseguía la vida que merecía, al menos él no la tendría.
– [b][i][color=#4F5360]No dejaré que te acerques a Sarah.[/color][/i][/b] – dijo antes de lanzar un destello que me cegó momentáneamente. Noté un dolor punzante en la barbilla y retrocedí. Cuando volví a ver bien, le tenía frente a mí.
– [b][i][color=#232627]¿Quién coño está hablando de Sarah?[/color][/i][/b] – respondí. No me malinterpretéis, no tendría ninguna queja si la Cazadora estuviese conmigo, de hecho, pensándolo un desde la lejanía, no habría estado nada mal, era una preciosidad, simpática y la única que había visto algo bueno de mí en mucho tiempo. Pero mi cabeza estaba perdida por Novak. – [b][i][color=#232627]Novak me verá de verdad…[/color][/i][/b] – dije casi para mí mismo.
Lancé de nuevo un golpe hacia el frente, pero él lo esquivó, la ira alimentaba mi fuerza, pero si no conseguía darle de poco servía. Al final hice un amago lanzando una ola de calor con mi poder y le golpeé en la mejilla con el puño contrario. Él cayó, pero lanzó una patada directa a mi rodilla que me hizo caer.
En el suelo, pude ver como el Guardián nos observaba, con una sonrisa malvada y sus ojos llameando con más fuerza, como si disfrutase. Parecía más poderoso que al principio, pero no era nada comparado conmigo, aunque seguro que se creía mejor.
Eso renovó mi rabia, me lancé contra el torso del aesir que se levantaba del suelo y le tumbé. Empecé a volcar toda la ira en mis manos, listo para hacerle arder, para dar el último golpe.
– [b][i][color=#0b243b]Acaba con el conflicto, aesir[/color][/i][/b]. – añadió como si pudiese darme órdenes.
El aesir no se movía, solo me miraba directamente a los ojos. – [b][i][color=#4F5360]Adelante, hazlo. Mátame, solo conseguirás demostrar que todo el mundo tiene razón, que eres un monstruo, que fuiste incapaz de salvar el mundo.[/color][/i][/b] – quizá fuese por lo poco que me gustaba que me mandasen como había hecho el angelote, o el hecho de que no se resistiera, pero lo que decía tenía algo de razón.
Me levanté y me paré a pensar. Podría hacerlo, sí, pero seguramente solo lo habría dicho para salvarse el culo, ya había hecho cosas por los demás y me habían tratado como a una basura igualmente. No me importaba.
– [b][i][color=#232627]No me importan lo que piensen de mí, terminas por acostumbrarte.[/color][/i][/b] – respondí. Era raro el calor que sentía dentro, nunca me había pasado, y ese ardor en los ojos…
– [b][i][color=#4F5360]O eso te dices a ti mismo. ¿Quieres que vea lo bueno en ti? Ayúdanos, salva a todos, sé un héroe.[/color][/i][/b] – respondió. Esas últimas palabras rondaron mi cabeza, en la que solo había cosas oscuras.
– [b][i][color=#232627]Un héroe. Ja.[/color][/i][/b] – reí. Podía hacerlo, sí, podía ser un héroe y hacer que todos estuviesen equivocados, demostrar que era mejor que todos ellos, y cuando vinieran a pedirme ayuda, a acercarse a mí, darles la espalda. La idea me resultó bastante agradable, y me relajó lo suficiente para notar que la ira que tenía encima no era natural, alguien la estaba alimentando.
– [b][i][color=#0b243b]¿Vas a hacer lo que debes o no?[/color][/i][/b]- hablando del rey de Roma. El Guardián había aparecido justo a tiempo. Me había manipulado, había jugado con lo que había dentro de mí, con lo que sentía, y con Logan Villiers no se juega.
– [b][i][color=#232627]Desde luego.[/color][/i][/b] – respondí con una ligera sonrisa. Dejé que el fuego de la ira de mi interior saliese a través de mi cuerpo en una oleada de energía calorífica que impactó de lleno en el Guardián, convirtiéndolo en cenizas.
Miré al aesir Ken, que estaba observándolo todo. Tenía un corte en la mejilla y magulladuras en los brazos y el cuello, pero no estaba usando su poder para curarlos. Definitivamente no iba a entenderle nunca, aunque seguro que se estaba reservando por si otro lo necesitaba, que buen samaritano, para lo que le iba a servir.
En ese momento una esfera de luz desvió mi atención. Estaba flotando justo donde el Guardián se había churruscado un poco más de la cuenta. Empezó a cambiar, le salieron brazos de luz, piernas de luz, quizá un pequeño pene de luz y una especie de alitas que parecían tentáculos de un calamar…de luz.
– [b][i][color=#0b243b]La ira y la corrupción de la humanidad a la que juzgué me alcanzaron al final, me poseyeron.[/color][/i][/b] – aseguró el ángel hecho de luz brillante. Vamos, que era tan bueno que se contagio de la malísima gente a la que juzgaba…como si fuese mejor que nadie para juzgar lo que hacían los demás sin haber vivido su vida. Parecía una de las excusas del viejo: [i]Es por tu bien, estás enfermo, eres un monstruo…[/i] Cuando en realidad era simple y puro miedo a mi fuerza, a lo que no conocía y no podía controlar, y al hecho de no ser capaz de seguir pegándonos porque yo sería más fuerte. – [b][i][color=#0b243b]Has sido capaz de controlar la ira, la envidia, la frustración y todo el caos que te rodeaba para superar tu prueba, Campeón del Orden.[/color][/i][/b] – el colgante que llevaba guardado en el bolsillo brilló con fuerza y sentí una especie de escalofrío reconfortante recorrer todo mi cuerpo, como un orgasmo pero sin toda la diversión de antes. Era como una especie de calma, como una seguridad de que todo estaba bajo control, de que no había nada que me molestase, solo calma. Después terminó, y me dejó de nuevo en la vida real, junto al aesir Ken, y molesto.
– [b][i][color=#232627]Ya. Vale. Tengo ganas de perderos de vista a los dos.[/color][/i][/b] – espeté dirigiéndome hacia un arco de luz que se estaba formando justo en ese momento. Ya había pasado caos y orden, así que toda esta chorrada estaba a punto de acabar, y podría relajarme tomando una cerveza lejos de todos estos, quizá iría a ver a Natalie si es que conseguía dar con ella.
– [b][i][color=#4F5360]Eh, Logan. Sigues siendo un insoportable, pero al final lo has hecho bien.[/color][/i][/b] – dijo una voz a mis espaldas. Sonreí y crucé la puerta sin responderle.
Al final, el mundo y la vida seguían siendo la misma mierda. Daniel lo habría pasado fatal y habría manejado su vida hasta conseguir lo que tenía, fuese lo que fuese lo que le hubiese pasado, pero a mí siempre me parecería que lo suyo y lo de los demás no era nada comparado con lo mío y solo vería lo que tenía, no lo que le había costado conseguirlo ni lo que había pasado antes.
Por suerte esta iluminación final me llegó a mitad de una botella de cerveza un tiempo más tarde, y se fue tan discretamente como llegó. El caso es que la vida era una mierda y siempre lo sería, como una monda de naranja con cuatro gotas de zumo. Así que iba a exprimirla e incluso triturarla para disfrutar cada segundo, sin importarme lo que pensaran de mí, aunque quisiera importarle a alguien. Lo bueno era que era un héroe, seguramente con menos esfuerzo que ellos, y cuando me pidieran ayuda, les esperaría una sonrisa y la vista de mi espalda alejándose. La vida a veces da pequeñas alegrías.
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