Moondale

UNA SENSACIÓN QUE ME HABÍA CALADO HASTA LOS HUESOS

[align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Vincent Solo | Templo de los Guardianes, ‘Axis Mundi’| Sala de los Campeones | Parte I

[color=#000000]Noche[/SIZE][/color][/b][/font]

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Cuando crucé la puerta que la Guardiana había abierto para mí, llegué a una enorme sala circular en la que no había nadie, pero que me hacía imaginar que pronto habría muchos más, porque había otros trece huecos similares a puertas a lo largo de toda la pared, iguales que el que yo había cruzado. La pared esta vez estaba formada por una roca lisa, sin más bordes ni juntas que la enorme cantidad de grabados que la surcaban de principio a fin, con formas y lenguajes que no alcanzaba ni alcanzaría nunca a comprender.

Las paredes se alzaban hasta donde debía estar el techo, lugar que estaba ocupado por una abertura hacia…bueno, algo que no sabría definir mejor que «infinito», un universo en continuo cambio sobre mi cabeza. Esa sensación de amplitud me hacía sentir abrumadoramente pequeño, así que agaché la cabeza y me di cuenta de que el suelo continuaba la pared, de nuevo sin juntas visibles, como si hubieran construido esa sala a partir de un único bloque del mineral del que estuviese hecha la pared.

El suelo también contenía grabados, que se hacían cada vez más abundantes hasta llegar al centro mismo de la sala, un círculo que ya había visto en la puerta de mi última prueba, el que tenía los símbolos del zodiaco y otros que no podía reconocer. Caminé para verlo bien de cerca y vi que en el lugar de cada símbolo, que parecían haber cambiado de posición respecto al anterior, había una especie de altar con un espacio para incrustar, de nuevo, el colgante que nos señalaba como Campeones, a su lado, estaba en relieve el signo del zodiaco, y dos de los símbolos que aparecían en el grabado y no reconocía, aunque empezaba a imaginar que serían representaciones de los elementos. Doce de los ‘puestos’ estaban en círculo, mientras que los otros dos estaban en el centro, ‘Cetus’ y ‘Sagitario’, pude ver gracias a los signos grabados en ellos. Por todo lo que sabíamos, deduje que uno sería ‘Éter’, la ‘Vida’, mientras que el otro debía ser ‘Antiéter’, la ‘Muerte’, osea, el Campeón en las Sombras y Cara Arkkan.

Localicé por curiosidad mi posición y eché un vistazo alrededor, identificando el símbolo de ‘Escorpio’ y los que debían ser ‘Tierra’, en mi caso ‘Naturaleza’ concretamente, y ‘Agua’. Caminé a lo largo de todos y me di cuenta de que formaban una especie de equilibrio. Seguí el trazado de una línea que cruzaba el centro formando una especie de S y vi que los dos ‘altares’ centrales quedaban a ambos lados, al igual que la mitad de los doce exteriores, como si del símbolo del ‘yin y el yang’ se tratase. Ese era uno de los símbolos del equilibrio que conocía, pero podía imaginarme que habría muchos más que desconocía ocultos, como capas superpuestas sobre ese grabado central. El mensaje era claro, equilibrio.

Escuché unas pisadas que me sacaron de mis pensamientos y me alejé del círculo central, fijándome brevemente en los grabados que había en el resto de la sala, entre los que pude distinguir algunos como el ‘Uróboros’, un ‘Fénix’, una especie de ‘Ankh’ afilado, y muchos más que no reconocí. Casi dolía pisar una obra de arte como esa. Christopher MacLeod estaría encantado de ver ese lugar, especialmente si la situación fuese diferente.

Por uno de los pórticos vi salir a una figura y me preparé, pero resultó ser mi compañero en una de las pruebas, Hiroshi Sato. – [b][i][color=#DF7401] Hola de nuevo, Vincent.-[/SIZE][/i][/b] – me saludó transmitiendo una sensación de serenidad al igual que yo mismo parecía estar más sincero todavía que de costumbre. Nuestras mayores virtudes habían tenido que salir a flote y quizá eso las había hecho más evidentes, aunque faltaba saber si sería solo mientras lo tuviéramos reciente, o esas pruebas nos habían cambiado para siempre.

– [b][i][color=#8F532C]Me alegra volver a verte.[/color][/i][/b] – le respondí con una sonrisa, me alegraba de ver a alguien más, e Hiroshi era un buen tipo. Llevaba algo en el cinto que no parecía llevar antes, una especie de daga con un extraño filo negro, como si estuviese labrado de un acero oscuro, seguramente su elección. – [b][i][color=#8F532C]Me parece que esta vez no vamos a ser solo dos.[/color][/i][/b] – comenté viendo como paseaba la mirada por la sala. En ese momento volví a escuchar un ruido aunque esta vez no fueron las pisadas, primero escuche algo diferente, algo que resulta extraño explicar, pero era el sonido de un portal de energía abriéndose y cerrándose.

– [b][i][color=#F56828]Hola[/color][/i][/b].- nos saludó una chica de pelo rubio cuya cara me resultaba familiar, pero no recordaba exactamente de qué. Echando cuentas de los que habíamos entrado, solo podía ser uno, por descarte.

– [b][i][color=#8F532C]Hola…¿Campeona en las Sombras?[/color][/i][/b] – repliqué devolviendo el saludo. Seguía intentando pensar de qué me resultaba familiar, pero no había forma.

Ella asintió.- [b][i][color=#F56828]Soy Kaylee, la hermana de Sarah y Diana[/color][/i][/b]. – aclaró. En ese instante se me iluminó una bombilla, su cara me sonaba de las fotos que había visto en alguna de las visitas a la casa de las Echolls.

– [b][i][color=#DF7401]¿Entonces tú… em… eras esa sombra?. Encantado. -[/color][/i][/b] intervino Hiroshi saludándola también. Al parecer ellos habían coincidido en alguna prueba, aunque lo de la sombra no lo entendía demasiado bien.

Ella asintió de nuevo.- [b][i][color=#F56828]Gracias por tirarte al vacío conmigo[/color][/i][/b].- añadió con una ligera sonrisa, una sonrisa que parecía una máscara quebradiza. Esa chica estaba pasando por algo importante. Resulta difícil explicar esa sensación, pero cuando te acostumbras a no poder mentir, aprendes a ver más rápido cuándo lo hace la gente.

En ese momento otro Campeón más entró en escena, aunque en cuanto le vi, me replanteé seriamente el calificativo Campeón. Era Logan Villiers, caminando con su habitual aire de «me importa todo una mierda», con la camisa agujereada y quemada en el centro, varios cortes y algún moratón. En la mano llevaba enfundada una enorme espada que parecía afilada incluso en la empuñadura, y daba una mala, sensación, no sé cómo explicarlo, era peligrosa, cómo el que la llevaba.

– [b][i][color=#232627]Bueno, qué….¿acabamos esto?[/color][/i][/b] – dijo al vernos.

Ninguno tuvo tiempo a responder, porque en ese instante apareció alguien más, su tono verde y cobrizo le identificó rápidamente, Daakka. Caminó hasta nosotros y nos miró. – [b][i][color=#C2A765]Hola…todos.[/color][/i][/b] – nos saludó. Mientras los demás le devolvíamos el saludo, pude ver cómo no apartaba la mirada de Kaylee Echolls, y había una profunda tristeza en sus ojos. – [b][i][color=#C2A765]Esperar a los demás para…última prueba.[/color][/i][/b] – añadió con seguridad. Me pregunté qué sabía que nosotros no. No llevaba nada nuevo encima, así quizá eso era su elección, saber lo que teníamos que hacer.

Segundos después mi corazón dio un vuelco, porque una flecha de aspecto…cómo explicarlo…como si estuviese hecha de ¿energía?…definitivamente no sabía explicarlo, pasó rozando a Logan, que miró a la nueva figura que se sumaba al grupo con el ceño fruncido. – [b][i][color=#7E6368]¡Cara tiene un arco![/color][/i][/b] – saludó ella enseñándolo. El arco tenía un diseño fino y elegante, y su cuerda parecía estar hecha del mismo tipo de energía que la flecha, fuese lo que fuese. Cuando lo bajó, la cuerda desapareció.

– [b][i][color=#C2A765]Selardi, cuidado…[/color][/i][/b] – dijo Daakka acercándose hacia ella con un pequeño cambio en sus ojos, una especie de brillo que aun así no consiguió quitar del todo la tristeza, que volvió cuando miró de nuevo a Kaylee. Le dirigí un saludo a Cara con la mano y me fijé en la nueva figura que entraba, mientras los demás la saludaban también.

– [b][i][color=#383A72] Parece que esta vez no llego tarde. Hola de nuevo.-[/color][/i][/b] nos saludó Dominic que se nos quedó mirando mientras todos le saludábamos con normalidad. Él tampoco parecía llevar nada nuevo encima, aunque quizá lo tenía en la mochila, como yo.

– [b][i][color=#457238]Chicos, me alegro de veros.[/color][/i][/b] – dijo la voz de MacLeod, que acababa de aparecer cerca de donde estaba Dominic, tapándole la visión con su habitual altura y anchura. – [b][i][color=#457238]Dom, con esas espaldas me cuesta ver.[/color][/i][/b] – comentó él. Cuando Dom se apartó y le saludó al igual que los demás, Christopher analizó el lugar con la mirada. – [b][i][color=#457238]Todavía faltan, espero que estén bien.[/color][/i][/b] – añadió con aspecto de preocupado.

En ese momento, una melena pelirroja apareció por otro de los pórticos, pero no era la de Diana, si no una más corta, la de Daniel Arkkan. – [b][i][color=#4F5360]¿Kaylee?[/color][/i][/b] – fue lo primero que dijo, impresionado indudablemente por la presencia de su cuñada allí. No la conocía, pero tenía entendido que era una chica a la que le gustaba muy poco todo lo sobrenatural, así que no entendía su lugar en todo eso.

– [b][i][color=#457238]¿Qué?[/color][/i][/b] – dijo Christopher MacLeod, que hasta el momento había estado tan pendiente de los grabados, tratando de anteponerse seguramente a lo que iba a pasar, que no había reparado en la presencia de su cuñada. Se la quedó observando y vi la preocupación en su rostro.

– [b][i][color=#4F5360]¿Sarah y los demás?[/color][/i][/b] – pregunté después de que todos le saludásemos. Parecía pensativo por lo de Kaylee Echolls.

– [b][i][color=#7E6368]Kaylee es una Campeona sin Sombras[/color][/i][/b].- sintetizó su hermana, siempre directa al grano y sin miedo a decir lo que pensaba. Echaría de menos eso, pero definitivamente no estábamos hechos el uno para el otro, no teníamos esa clase de química. Tampoco la había tenido con la Guardiana Seonaidh, aunque Bill pensaba que sí, con ella había sido más bien una atracción física, además de que había resultado ser agradable después de intentar ahogarte, pero no había llegado a más, seguramente no nos volveríamos a ver nunca, y eso lo hacía imposible. A veces me preguntaba si llegaría a encontrar esa clase de conexión alguna vez, como la había encontrado con mi mujer, o estaría destinado a estar solo.

En ese momento Sarah Echolls apareció por uno de los pórticos. – [b][i][color=#BB609C]¡Qué rapidez![/color][/i][/b]- exclamó al vernos. Se acercó a Daniel para darle un beso y después fue saludando uno a uno, dando un abrazo a los más cercanos, se notaba que se alegraba de verlos, y la mano a los menos, hasta que llegó a su hermana y tardó unos segundos en procesarlo.- [b][i][color=#BB609C]No lo entiendo[/color][/i][/b] – dijo finalmente.

– [b][i][color=#457238]No eres la única.[/color][/i][/b] – añadió Christopher, que parecía inquieto porque Diana no había aparecido aún. Era difícil no tener miedo por los demás cuando uno había pasado por las pruebas, sin duda te probaban hasta límites insospechados y no podía imaginarme qué habrían tenido que soportar los otros. Algún día tendríamos que hablar de ello, pero ese no era el momento.

En ese instante un par de manos taparon sus ojos.- [b][i][color=#843181]He aparecido justo antes de que te de un infarto, ¿a que sí?[/color][/i][/b] – dijo la inconfundible voz de Diana.

– [b][i][color=#457238]Justo a tiempo.[/color][/i][/b] – se giró para mirarla y quedó al descubierto la melena rojiza de Diana, en la que brillaba una sonrisa reluciente, como una máscara de porcelana. La felicidad se reflejó en el rostro de Christopher, aunque ligeramente, continuaba preocupado. Sarah miró a su hermana intentando entender lo que había pasado con la tercera Echolls.

– [b][i][color=#8F532C]Todavía faltan tres.[/color][/i][/b] – dije después de que todos saludásemos a Diana, cuando el silencio volvió a caer sobre nosotros, mientras casi todos observaban a Kaylee. Bill todavía no había llegado, ni Edward, ni esa vampiresa tan guapa y tan callada, Illya.

– [b][i][color=#232627]Algunos tenemos prisa…[/color][/i][/b] – interrumpió Logan Villiers. Tenerle allí no me agradaba demasiado, aunque a ninguno debía hacerlo. Pensé de nuevo en esa chica, Illya, y en lo mal que lo pasaría teniéndole allí después de lo que le hizo a ese vampiro amigo suyo, Frank algo.

Diana ignoró deliberadamente a Logan y se acercó a sus dos hermanas. El resto también le ignoramos. – [b][i][color=#843181]¿Estáis bien?[/color][/i][/b]- les preguntó fundiéndose en un abrazo entre hermanas. Parecía que todas y cada una estaban a punto de dejar caer sus máscaras y derrumbarse, pero todavía tenían fuerzas suficientes para mantenerse enteras, aunque no sabía si sería por mucho.

Quedaba poco para el final de estas interminables pruebas, y algo me decía que antes de que todo terminase, habría una desgracia. Esa sensación me había calado hasta los huesos.

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