Sarah Echolls | Barrio Residencial del Oeste
Noche
Si tengo que ser sincera, me apetecía más clavarme astillas en las uñas que ir a cenar a casa de Dominic y Rebecca, pero tenía que hacerlo, porque eran mis amigos y no podía defraudar a Daniel, que parecía encantado con la idea. No estaba pasando por mi mejor momento, mi familia se desmoronaba a un velocidad que nunca habría creído posible y nada ni nadie podía detenerlo. Mi hermana mediana había muerto y Ed nos había abandonado poco después. Si había algo peor que perder a tu hermana, es que tu mejor amigo sea incapaz de soportar su pérdida y se vaya sin darte explicaciones. No esperaba una carta emotiva, pero al menos sí una llamada o un mensaje para decirme que estaba bien, para que desechase la idea de ir a Louna y darle un golpe en la cabeza para que estuviese donde se suponía que debía estar. Seguramente no estaba siendo razonable, pero me había cansado de serlo, porque con eso sólo había conseguido que Illya, ahora Mara, se marchase en busca de su humanidad, que mi hermana muriese y que mi mejor amigo estuviese a un paso de convertirse en un supervillano, si hacía caso a las informaciones que me llegaban de Louna, gracias a Bill, Vincent y Karen, que era como Melinda Gordon en versión mito erótico.
Después de asegurarnos de que Daakka y Cara se quedaban bajo la vigilancia de Diana y MacLeod, Daniel me convenció para que me pusiera una falda evasé estampada a juego con un jersey fino en rojo vino.- [Sarah]¿Vale así…?[/Sarah]- Pregunté componiendo una mueca de fastidio, aunque en realidad, estaba disimulando.
Daniel, que me esperaba apoyado en el quicio de la puerta, se quedó en silencio, observándome con sus ojos de color aguamarina y, cuando amenacé con lanzarle el botín negro, habló.- [Daniel]Lo siento, me he quedado sin palabras.[/Daniel] – Esbozó una amplia sonrisa y confirmé mi amenaza lanzándoselo, pero él lo esquivó.
Después de que Daniel tuviese que esperar a que me vistiera durante un buen rato, salimos de casa y decidimos ir caminando, porque a pesar de que había más de media hora a pie, teníamos que patrullar si no queríamos que empezasen a aparecer cadáveres con dos marcas sospechosas en el cuello, pero la noche no había hecho nada más que empezar y estaba tranquila, así que no tuvimos que detenernos en exceso.
Llevábamos un rato andando en silencio, disfrutando de cómo Moondale se iba quedando desierto, así que decidí romperlo.- [Sarah]¿Crees que a Dom y a Rebecca les gustarán las cupcakes?[/Sarah]- Señalé a la bolsa en la que iban las que había hecho con Daakka y que Cara no había querido comerse.
– [Daniel]A Dom seguro…a Rebecca…bueno el detalle le gustará igualmente.[/Daniel] – Negó con la cabeza. Él, más que nadie, conocía a Rebecca y aunque al principio no me había hecho mucha gracia descubrir que ella había estado enamorada en secreto durante parte de su infancia y adolescencia, al final me parecía poco más que una anécdota, porque cualquiera que tuviera ojos acabaría babeando por Daniel.
Sarah sonríe.- [Sarah]¿Te imaginas que en vez de ir a visitar a Dom fuésemos a visitar a Cecil?[/Sarah]- Bromeé mientras que las farolas se iban encendiendo a nuestro paso. La zona en la que vivían Rebecca y Dom era de nueva construcción, así que había muchos bloques vacíos y teníamos que mirar al suelo para no acabar cayéndonos en un agujero de esas aceras a medio terminar.
– [Daniel]Me da un escalofrío de pensarlo[/Daniel].- Continuó la broma y negué con la cabeza. Cecil se había obsesionado de tal manera con que Dom le estaba «quitando el puesto», que incluso se había inventado un enamoramiento para tener algo por lo que enfadarse.- [Daniel]Menos mal que cancelaron la serie.[/Daniel]
– [Sarah]No es que tuviera un argumento muy profundo, porque después del piloto se dedicaron a que se liaran los unos con los otros[/Sarah].- Recordé que había visto algún capítulo en las reposiciones de The CW y era un despropósito.- [Sarah]En cuanto vi a «Ed» enrollarse con Samantha, supe que esa serie no era para mí[/Sarah].- Ese capítulo lo habían emitido una mañana mientras desayunaba y casi me atraganto. La escena era totalmente ridícula: «Ed» y Samantha estaban solos en casa, se emborrachaban y…en fin. Ugh.
– [Daniel]No me recuerdes eso…[/Daniel] – Le di la mano. Las mías estaban heladas y las suyas, calentitas. Los días eran calurosos, pero por las noches refrescaba, recordándonos que el otoño estaba cada vez más cerca.- [Daniel]Y al desaparecer la actriz de Samantha ya terminaron de ir a pique.[/Daniel] – Pensé en que podría pasarme horas escuchando su acento escocés, que era mucho más cerrado que el de Christopher, que debía haberse moderado después de tantas horas entre libros.
– [Sarah]Es lo que tiene que tu actriz principal sea, en realidad, el Doctor[/Sarah].- Intenté que sonase a broma, pero no lo conseguí, en parte porque el recuerdo de Kaylee me amenazó haciendo que el corazón se me encogiese. Él asintió y, para no seguir con el tema, acercó su boca a mi oído. – [Daniel]Me alegra que tengamos planes.[/Daniel] – Susurro poniéndome nerviosa, activando todas las terminaciones nerviosas de mi cuerpo, erizándome el vello, tanto que me eché hacia atrás y me coloqué el pelo detrás de la oreja para desviar la atención.
– [Daniel]Estás preciosa.[/Daniel] – Comentó rodeándome entre sus brazos y me puso los labios en el cuello. Si quería que llegásemos a la cena ese día, íbamos por mal camino.
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