Daniel Arkkan | Palacio Kvinneby
MAÑANA
El interior del Palacio impresionaba tanto como el exterior, alfombras, cuadros, tapices, muebles y flores y plantas ornamentales. Sarah, Ed o Christopher sabrían mucho más del valor de toda esa decoración, quizá la disfrutasen incluso, pero a mí no hacía más que recordarme el lugar en el que estaba, me sentía como un lobo atrapado en una ciudad. Era una muestra más del poder de Z, tanto político, como físico o económico, un recuerdo permanente de que teníamos poco que hacer contra él, que tenía todos los recursos.
Pero no podía entretenerme mucho a estudiar la decoración, tenía que apartarme de ese recibidor principal antes de que llegase alguien más y me viese, o más bien, nos viese, porque Sasha había decidido entrar y ya no podía hacer mucho más que evitar que la detectasen a ella y mi plan se esfumase.
Una vez dentro del Palacio, resultaba curioso darse cuenta de que no tenía idea de cómo llegar hasta donde se suponía que debía llegar, porque tendría que evitar las vías principales. Había echado un vistazo y había memorizado los planos del Palacio, pero una cosa era eso, y otra saber por dónde se movía en realidad la gente.
No tuve demasiado tiempo para pensar una ruta, porque a través de la puerta abierta vi tres personas saliendo de la linde del bosque en dirección al Palacio, y no podía permitir que nos viesen. Sin perder un segundo, avancé por el pasillo y cogí la primera puerta a la izquierda, y Sasha me siguió después de gesticular durante un rato.
En cuanto entramos cerré la puerta, justo a tiempo de escuchar los pasos en el quicio de la entrada. Se notaba que las puertas eran de madera y las paredes de ladrillo, porque apenas escuché un murmullo inaudible que me permitió distinguir que era una mujer y dos hombres, pero nada más.
Sentí una mano en mi hombro y me giré para ver qué quería Sasha, salvo que no era Sasha, si no un tipo enorme de grandes músculos y un cuello que haría temblar al inventor de la horca. – [Steel]Creo que os habéis equivocado de habitación, parejita.[/Steel] – observé rápidamente la habitación en la que habíamos entrado. La decoración era más escasa, poco más que un sofá, unas mesas y una nevera, parecía una sala de descanso, excepto por las cámaras de vigilancia que se veían al fondo donde hacía unos minutos había debido vernos entrar sin invitación. Sasha estaba a un lado, observando la escena con una mirada de divertida.
No necesitaba el poder de Diana para saber que las cosas se iban a poner feas, así que me llevé una mano a ‘Sendero Oscuro’. El tipo, uno de los guardias habituales, ‘Steel’, se crugió los nudillos y se recubrió en un instante de acero.
Las cosas se sucedieron rápidamente. Steel lanzó un fuerte golpe con su brazo metálico que habría podido matarme, pero interpuse ‘Sendero Oscuro’ entre nosotros y detuve su golpe con la parte roma, produciendo el distintivo sonido del choque entre metal y metal.
– [Daniel]Lo siento, pero no tengo tiempo.[/Daniel] – expliqué. Él pareció confuso y golpeó con el otro brazo, pero me agaché y tracé un corte con ‘Sendero Oscuro’ que atravesó el metal de su brazo, mucho menos resistente que el adamantium de la hoja. Se llevó la otra mano a su brazo, extrañado de que le hubiese cortado como si fuese papel y perdió momentáneamente el control de su forma de acero durante el tiempo justo para que le golpease, aunque no me dio tiempo, porque Sasha le partió en la espalda la mesita de café, lanzándole contra la pared contraria, inconsciente.
– [Daniel]Lo tenía.[/Daniel] – me quejé observándola fijamente. No quería que se inmiscuyera así cuando llegase hasta Z.
– [Sasha]¿Eso es lo que te dices por las noches, pelirrojo?[/Sasha]- respondió ella cruzándose de brazos y sonriendo. Respondí con un suspiro a medio camino de gruñido y tanteé la posibilidad de atar al grandote y borrar las grabaciones para que no me descubriesen, pero era inútil, con su piel de acero se soltaría en un instante y daría la voz de alarma, la grabación no cambiaba nada si él seguía vivo y a la vista.
– [Daniel]¿Eres así por algo en particular?[/Daniel] – le pregunté mientras me acercaba a ‘Steel’. Su brazo sangraba profusamente, si no detenía la hemorragia, moriría desangrado a menos que alguien lo encontrase. Tenía que terminar con él rápidamente y seguir avanzando, el tiempo corría en mi contra.
– [Sasha]¿Y tú?[/Sasha]- respondió riendo. La miré, molesto por que se comportase así con todo lo que había en juego, y pensé en decirle algo que le hiciese ponerse en situación, pero…no podía. Había algo que me hacía querer intentar ser amable con ella y sabía exactamente lo que era, Sarah. Ella se habría esforzado hasta el final, como con Logan. Sasha era a Sarah lo que Logan era a mí.
– [Daniel]Estamos en un lugar peligroso, sería mejor que trabajásemos juntos.[/Daniel] – respondí girando la cabeza hacia ella. No tardé en volver a dirigirla a ese muchacho inconsciente. Le miré a la cara, tenía que juzgar si lo merecía antes de hacerlo, y la respuesta era un quizá. Así que no podía arriesgarme, agarré con fuerza ‘Sendero Oscuro’ y asesté un fuerte tajo…que partió la tela del mantel por la mitad.
– [Sasha]Te he salvado ya la vida dos veces[/Sasha].- puntualizó.- [Sasha]Dejas claro que me necesitas[/Sasha] – añadió finalmente. No sabía si Sarah lo había tenido tan difícil con Logan, pero fácil tampoco debía haber sido. Dejé la katana en el suelo y le vendé el corte que recorría su antebrazo para que no siguiese perdiendo tanta sangre. Después, coloqué mi mano izquierda sobre la venda y de ella salió una luz blanquecina que cerró un poco más su herida y eliminó posibles infecciones. No podía hacer más, tenía que reservarme.
– [Daniel]Y te lo agradezco.[/Daniel] – respondí recogiendo ‘Sendero Oscuro’ y poniéndome en pie. La miré a los ojos. – [Daniel]Pero tengo demasiado en juego para arriesgarme, por eso necesito que estemos juntos en esto.[/Daniel] – traté de explicarle. No era el momento cumbre de mi paciencia, porque todos mis sentidos me llevaban a echar a correr hasta la segunda planta e ir a buscar a Sarah, pero necesitaba contenerme.
– [Sasha]Oh, me vas a hacer llorar[/Sasha].- se burló haciendo como si se limpiase una lágrima falsa.- [Sasha]Vamos, ricitos[/Sasha].- caminó hacia la puerta y después de abrirla y ver que no había nadie, salió.
Después de pasar por una situación así solo podía pensar que a Sarah tenían que canonizarla por tratar con Logan y seguir teniendo paciencia. Suspiré irritado y la seguí. No había tiempo que perder, en cuanto encontrasen la sala destrozada y a Steel inconsciente con un corte en el brazo, sabrían que estaba dentro.
Lo que no sabían es que estaba dispuesto a pasar por encima de todos ellos. Era el ángel guardián de Sarah, su sombra, una hoja en la oscuridad.
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