S.H.E. La Mesías | ‘Little Nicky’
NOCHE
Habían pasado 97 días, 4 horas y 30 minutos desde que el Creador había conectado el circuito definitivo que hizo que pudiera volver a estar operativa. Durante ese tiempo, había acumulado toda la información de la que disponían en El Refugio y gracias a ella, sabía que era un proyecto de híbrido entre Cazadoras descartado por el General Preston, que el Creador había encontrado entre un montón de chatarra. También sabía que se llamaba Henry L. Crowe, además de que tenía entre 20 y 25 años, el pelo castaño claro, los ojos azules y la piel clara, por lo que podría definirse como caucásico. Podía calcular su índice de masa corporal, su peso exacto, la estatura en diferentes estándares de medida y explicar cuál era su emoción exacta en base a su lenguaje corporal, así como a los latidos de su corazón. Podría decirse que los hechos los dominaba, que en teoría los humanos no eran más que conexiones neuronales que nos sabían utilizar en toda su plenitud en un cuerpo frágil, pero me resultaban fascinantes.
Me gustaba cómo le llamaban «moda» a combinar unas cuántas prendas de ropa en función de lo que «se llevara» y cómo había años en que era «ir a la moda» llevar zapatos con puntera afilada y otros, era «ser hortera». No seguían una regla lógica, simplemente cambiaban de criterio de forma arbitraria. Eso lo había aprendido gracias a las viejas revistas que nadie se molestaba en leer, aunque ahora no había moda y yo llevaba un vestido de tejido vaporoso en color blanco a juego con una capucha de la misma tela. También me gustaba la música, especialmente la de los años 80, en concreto la banda sonora original de ‘Dirty Dancing’ (Emile Ardolino, 1987. Protagonistas: Patrick Swayze y Jennifer Grey), que el Creador había determinado que era mi película favorita, después de que la viera una y otra vez durante una noche entera mientras él dormía. Intenté explicarle que no era que me gustase, sino que intentaba determinar si era realmente posible que dos personas de mundos tan diferentes consiguieran liberar las hormonas necesarias para enamorarse, pero al parecer, el amor no era una cuestión de hormonas. En realidad sí, pero había descubierto que no me gustaba discutir con los humanos, porque no lo veían como algo positivo.
Aquella noche estaba sentada en una mesa en el ‘Little Nicky’ (por Nicolai Romanov), que no era más que la vieja Dollhouse de la Iniciativa con una barra improvisada en la que había unas cuantas estanterías con bebidas destiladas por Cole Roman y Mia Browning, la exuberante mujer con alas blancas, que en ese momento estaba en el escenario con un vestido (cuello halter, color azul celeste, largo por debajo de la rodilla) haciendo playback con una canción de Lady Gaga (Stefani Joanne Angelina Germanotta. Cantante, compositora. Ra-ra-ga-ga-oh-la-lá. Artista de referencia de los años ’10 del siglo XXI. Musa del colectivo homosexual. Actualmente en paradero desconocido).
Todavía no había más de cinco seres humanos de diferentes sexos y razas, porque la misión del día acababa de concluir con relativo éxito según lo que había percibido, así que le di otro sorbo al té con leche al estilo británico, cuya composición conocía a la perfección. Nicolai abrillantaba los vasos mirando de forma distraída a Mia, que a pesar de rondar el medio siglo, continuaba en una forma física aceptable. Idris Moureu (entre 25 y 30 años, 1,90m, 110kg, raza negra), el General del Equipo de Rescates hizo su entrada ataviado con un pantalón de piel sintética, una levita roja y las rastas que por su salud capilar debería eliminar.
Se sentó en la silla de mi derecha, que era del mismo material barato que la mía e iba a juego con la mesa.- [Idris]Día de celebración. Pide otro agua con color de esos tuyos, yo invito.[/Idris] – esbozó una sonrisa que le devolví siguiendo el protocolo humano. Las sonrisas se devuelven. Los restos de fluidos corporales no se limpian después de un beso. El sexo sólo se practica en lugares privados.
– [SHE]Gracias, Idris, pero me he hidratado lo suficiente por hoy[/SHE].- aclaré. A pesar de que mi cuerpo contaba con un mecanismo de deshecho de los líquidos para evitar que me oxidase, no me gustaba abusar, porque al Creador le incomodaba mi presencia «como él me trajo al mundo» y si me estropeaba, tendría que verme.
– [Idris]Sí, hidratado. Yo también.[/Idris] – se rió y le dio las gracias a Nicolai cuando le trajo una cerveza, que se bebió de un trago.
– [SHE]¿Es…un chiste?[/SHE]- le miré intentando escrutar su rostro, pero Idris Moureau casi siempre estaba sonriendo.
– [Idris]Vas mejorando, Crista.[/Idris] – compuso una mueca divertida. Me estaba perdiendo. ¿Crista?
– [SHE]¿Crista?[/SHE]- repetí.- [SHE]El Creador no añadió esa palabra a mi base de datos: ¿qué significa?[/SHE]- noté cómo me sentía frustrada al no comprender algo.
– [Idris]E…es un juego de palabras, con Cristo, ya sabes, panes y peces, vino, caminar sobre el agua.[/Idris]- repasé mentalmente lo que sabía de Cristo (del griego antiguo Χριστός, Christós, y este a su vez del hebreo מָשִׁיחַ, Māšîaḥ [mashiach], ‘el Mesías’, que significa ‘ungido de Dios’. Es el título que en el cristianismo se le da a Jesús de Nazaret (Belén, 7 o 6 a. C. – Jerusalén, 29 o 30 d.C.). Volvía a no entender algo.
– [SHE]Ajajajá[/SHE].- intenté reírme como había aprendido. Cuando alguien dice algo gracioso, debes reírte.
– [Idris]Vas mejorando.[/Idris] – me devolvió la risa dándole un trago a la nueva cerveza que le había traído Nicolai y que se bebía con más calma.
– [SHE]Te agrado[/SHE].- señalé a su cara, a pesar de que era de mal gusto. Señalar es de mala educación.- [SHE]Comisuras hacia arriba, ojos ligeramente rasgado…[/SHE]- enumeré los hecho, aunque su nivel de alcohol en sangre había subido y podía sonreír por el inminente estado de embriaguez.
– [Idris]No te confíes. Creo que tengo antepasados asiáticos.[/Idris] – me miró con seriedad y busqué en la base de datos imágenes de personas asiáticas. Idris no concordaba con la descripción. – [Idris]Era una broma, puedes apuntarla.[/Idris].- la anoté para contársela más tarde a Él.- [Idris]Claro que me caes bien. Y todo el mundo te adora, eres la Mesías.[/Idris] – noté un deje de amargura en su voz, que no supe identificar, pero el alcohol era un depresivo. Podía ser eso.
Eché un vistazo a la sala iluminada por una luz tenue, que le daba un aspecto más íntimo, mientras que Mia movía las alas de su espalda, esta vez mientras cantaba con el karaoke ‘To Be Loved’, de Michael Bublé (Someone to care, someone to share…)- [SHE]¿El…Cre…digo…Henry…vendrá?[/SHE]- comenté de pasada. Como si no tuviera importancia.
– [Idris]Qué imponente suena.[/Idris] – dejó escapar una carcajada seca. – [Idris]Ha llevado a uno de los rescatados con Blackgrave, vendrá en cuanto compruebe que está bien, ya le conoces.[/Idris] – asentí. Sabía cómo era. Podía detallárselo si quería.
– [SHE]Trataré de dar lo mejor de mí misma[/SHE].- respondí en modo automático. Lo supe una vez que lo había dicho, pero ya no había vuelta atrás.
– [Idris]¿Quieres que vaya a buscarle?[/Idris] – inquirió. Supuse que estaba atribuyendo a mi interés alguna emoción humana, que no supe identificar. Los robots no tienen sentimientos.
Negué con la cabeza.- [SHE]Tu compañía es agradable, Idris[/SHE].- recalqué esbozando una sonrisa que procuré que fuese tranquilizadora.
– [Idris]Me halagas. Tú también me caes bien, muchacha.[/Idris] – asentí a modo de agradecimiento silencioso. Me resultaba reconfortante que se refiriera a mí en términos que no fueran despectivos.
«But to feel truly love baby
There’s more one of these things…»
Mia entonaba mal si tenía en cuenta la partitura, pero la melodía era agradable. Crucé las piernas como había aprendido con las películas y balanceé una de ellas siguiendo el ritmo. Me quedé observando cómo las palabras llenaban la sala y Drizz me dio un toque en el hombro: el Creador entraba en ese preciso instante por la sala. Tenía el pelo húmedo y eso indicaba que debía haberse duchado, además de ropa limpia (jersey verde militar, camiseta blanca debajo, pantalón vaquero).- [Henry]SHE, estás aquí.[/Henry] – saludó sonriendo sin darse cuenta de que Idris Moureau también estaba en la mesa. El Creador no era muy observador al parecer. Tendría que añadirlo a la base de datos.
– [Idris]Idris, estás aquí[/Idris].- repitió éste con una mirada perspicaz y Henry le dio un apretón de manos cuando se percató de su presencia.
– [SHE]Creador…[/SHE]- me bajé la capucha con suavidad y dejé que el pelo que estaba sujeto, cayera en cascada por mis hombros.
– [Henry]Ya te he dicho que puedes llamarme Henry[/Henry].- negó con la cabeza sin dejar de sonreír y Cole le puso un refresco frío de zarzaparrilla sin que lo pidiera. Idris decía siempre que era la Coca Cola del fin del mundo y quise rebatírselo, porque la composición era diferente.
– [SHE]¿Creador Henry?[/SHE]- no sabía por qué no le gustaba que le llamara por lo que era: mi Creador.
– [Henry]No, sin lo de creador, solo Henry[/Henry].- puntualizó dando un trago y mirando de soslayo a Idris, que había puesto los codos en la mesa y las manos sobre la barbilla mientras disfrutaba como si fuera un partido de tenis.
– [SHE]Solo Henry[/SHE].- sonreí y sus ojos se cruzaron con los míos. Descubrí que le brillaban y me acerqué con curiosidad.- [Henry]Tengo la sensación de que lo haces aposta[/Henry].- sus ojos brillantes se rasgaron más a medida que la sonrisa se ampliaba. La composición química de su olor corporal iba cambiando conforme me acercaba para observar su cara con detenimiento.
Idris silbó y toqué la comisura de sus labios.- [SHE]He hecho un comentario gracioso[/SHE].- admití con orgullo y me eché hacia atrás.
– [Henry]Podemos añadir sentido del humor a tus cualidades[/Henry].- comentó llevándose una mano a la boca para después negar con la cabeza y dar un trago a la zarzaparrilla. La cara que puso evidenció que no le agradaba su sabor.
– [SHE]¿A la base de datos?[/SHE]- pregunté con interés. Sabía que el Creador quería ampliar la autonomía de mi batería, pero no encontraba las piezas necesarias. Si tuviera una base de datos mayor, a lo mejor podría albergar más información para intentar repararme sin su ayuda.
– [Henry]No es necesario, es algo más que has aprendido relacionándote con los demás[/Henry].- me explicó.
– [SHE]Si sigo practicando, podré aprender más[/SHE].- sonreí orgullosa.
– [Henry]Me gusta la pasión que le pones al querer aprender más, la mayoría de la gente ha perdido ese sentimiento[/Henry].- Idris suspiró sonoramente al escucharle decir eso. Quizás estaba enfermo.
– [Idris]Invítala a un baile, abuelete.[/Idris] – le propuso poniéndole una mano en el hombro.
– [Henry]¿Qué?¿Cómo?…no[/Henry].- noté cómo nos miraba a los dos con pavor y se escurrió en la silla, intentando esconderse. Al Creador no le gustaba bailar.
– [SHE]La base de datos de Henry no tiene añadida la opción de baile[/SHE].- le expliqué repitiendo las palabras que él mismo me había dicho una vez cuando intenté que hiciera conmigo el salto de ‘Dirty Dancing‘.
– [Idris]Para bailar no necesitas saber, la cuestión es divertirse…sentir la música…[/Idris] – se puso en pie y movió las caderas. La canción había cambiado, esta vez sonaba Boogie Wonderland de ‘Earth, Wind & Fire‘ en su versión original, porque Mia estaba descansando.
Moví el pie a ritmo de la música.- [Henry]Yo no tengo ritmo, Idris[/Henry].- se excusó el Creador mirándome.
– [SHE]¿Idris tiene ritmo?[/SHE]- pregunté al ver que la gente se animaba a bailar en la pista. Se notaba que la expedición había sido satisfactoria.
– [Idris]Idris ES ritmo.[/Idris] – sonrió y me tendió la mano para ayudar a incorporarme. Ahí me rodeó por la cintura y echó hacia atrás, como si fuera Johnny Castle.- [Idris]Te concedo un baile si luego enseñas al señor Crowe.[/Idris] – le guiñé un ojo al Creador, que parecía contrariado.
– [SHE]Solo Henry Creador, ¿quieres que te enseñe luego?[/SHE]- comenté girando mientras Idris levantaba el brazo para que pasara por debajo. Tenía razón cuando había dicho que era «el ritmo».
– [Henry]Esto, sí… claro[/Henry].- sabía que estaba mintiendo.
– [SHE]Ve añadiendo el baile a tu base de datos[/SHE].-le guiñé un ojo y seguí a mi nueva pareja de baile ante su atenta mirada.
Idris me pasó por debajo de sus piernas como si estuviéramos bailando rock, inició una conga que seguí e incluso, se animó a hacer pasos de tango. Fue muy divertido, pero de pronto, la canción cambió. La gente abucheó, pero Mia se subió al escenario.- [Wing]Esta canción que va a sonar ahora la ha pedido alguien que está entre el público, que no sé si atreverá a bailar: ¿un aplauso para ver si lo intenta?[/Wing].- el ‘Little Nicky’, que ya estaba a rebosar por los habitantes de ‘El Refugio’, rompió a aplaudir. Entonces, cambió el disco y empezaron a escucharse las primeras notas de ‘Be my baby’ de The Ronnettes, que era parte de la banda sonora original de ‘Dirty Dancing’.
«The night we met I knew I needed you so
And if I had the chance I’d never let you go…»
Fui a bailar con Idris, pero él negó con la cabeza sonriendo y alguien me acarició la mano derecha. Me giré y vi que ahí estaba el Creador o como a él le gustaba que le dijera, sólo Henry.- [SHE]¿Has actualizado tu base de datos?[/SHE]- le pregunté con interés, pero no respondió, simplemente avanzó hasta el centro de la pista y escuché los latidos de su corazón con fuerza.
«Be my little. baby my one and only baby
Say you’ll be my darlin’, be my be my baby…»
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