NOAH RIVERA | MOONDALE
TARDE – NOCHE
En apenas un parpadeo desaparecimos del bosque dejando atrás a los demás, algunos ya para siempre, como esa pobre chica, Xandra, que había muerto salvándonos a todos.
Henry nos llevó de vuelta a su refugio para descansar y pensar qué hacer tras lo que había pasado. Nos dejó a Kaylee y a mí al cuidado de un hombre de pelo rubio, fuerte y delgado, al que llamaban Blackgrave. Después de unos minutos, el cansancio físico desapareció, junto con las heridas. Algunas simplemente no desaparecerían, en mi cabeza seguían resonando una y otra vez los gritos de esa chica. No sabía por qué me había afectado tanto si no la conocía, pero no conseguía quitármelo de la cabeza.
Mientras esperábamos a Henry, Kaylee y yo fuimos a comer algo al bar que atendía una mujer con dos enormes alas blancas a la espalda en la ausencia de Nick. No quería ni pensar en lo que estarían pasando en manos de esos monstruos, pero a la vez no podía dejar de darle vueltas mientras daba vueltas a una manzana exactamente igual que la que tenía Kaylee en su bandeja y miraba el plato en el que ya no había rastro del puré de patata con el que ella todavía jugueteaba, pensativa.
Veía a la gente pasar como cascarones vacíos. Se sentaban a beber algo y cuando ya no podían más o tenían obligaciones que atender, se marchaban. Necesitábamos la máquina, no podíamos seguir así, sin esperanzas, sin vida.
– [Noah]Kay, tenemos que llegar a la máquina.[/Noah] – dije con pesar mientras colocaba mi mano sobre la suya. No quería que Kaylee arriesgase su vida y habría preferido que ese plan no nos involucrase a ambos, pero sabía que ella nunca permitiría no ir.
Ella observó mi mano y asintió.
– [Noah]¿Pudiste ver algo más? ¿Dónde estaba esa sala?[/Noah] – pregunté intentando conseguir algo más a lo que agarrarme, un sitio por el que empezar a buscar. Su madre había dicho alguna vez que las visiones no trataban solo de lo que veías, si no de lo que sabías.
Me miró unos segundos y finalmente dijo. – [Kaylee]En el Obelisco[/Kaylee]. – observé sus labios mientras lo decía, cautivado por ellos. Lo dijo lentamente, sabiendo lo que harían esas palabras, nada menos que conducirnos allí.
Observé el lugar en el que nos encontrábamos durante unos segundos, al menos en apariencia, porque mi mirada estaba fija en el infinito mientras pensaba. Era un riesgo muy elevado, un todo o nada. Pero no teníamos nada, o al menos, si seguíamos así, terminaríamos por no tenerlo. Pensé una vez más en el rostro de esa chica a la que nunca volveríamos a ver. – [Noah]No tenemos otra opción…[/Noah] – dije mirándola a los ojos.
– [Kaylee]No vamos a volver a ver a Ezra y seguramente, este mundo deje de existir[/Kaylee].- replicó ella. Incluso llegando a la máquina, teníamos mucho que perder, pero viendo el poder de Verónica y ese ejército de SHE, poco quedaría de nosotros en unos años. Vivíamos un tiempo prestado.
Recordé las vivencias de mi padre, las realidades alternativas que habían conocido, los futuros que habían visto y no se habían cumplido, al menos para ellos.
– [Noah]Nunca se sabe, hay muchas teorías. Es posible que cree una realidad paralela totalmente diferente, una en la que nuestros otros yo puedan vivir bien.[/Noah] – traté de infundirle confianza.
– [Kaylee]Qué positivo eres[/Kaylee].- respondió riendo mientras me pellizcaba una mejilla como si fuese un bebé. La miré y quise pasar todo el tiempo que pudiese junto a ella antes de lanzarnos a la muerte, pero la cita con el destino era ineludible.
– [Noah]También puedo ser negativo.[/Noah] – comenté intentando ponerme serio, algo difícil con su sonrisa. – [Noah]Por ejemplo, lo peor es que en esta misión lleves ropa.[/Noah] – bromeé alzando las cejas.
– [Kaylee]Ahora te estás pasando[/Kaylee].- replicó sin dejar de reír.
– [Noah]Vamos a buscar a Henry.[/Noah] – dije poniéndome en pie. Teníamos que empezar a preparar las cosas cuanto antes. Había que encontrar a Henry y convencerle de que nos ayudase, le necesitábamos. – [Noah]Tú delante.[/Noah] – bromeé de nuevo, esta vez guiñándole un ojo y bajando la mirada hacia su culo «en broma»…
– [Kaylee]Si acabamos en otro mundo, me aseguraré de estar muy lejos de ti, Casanova[/Kaylee].- replicó siguiendo la broma.
– [Noah]No lo gafes.[/Noah] – respondí. Si quería que este mundo sobreviviese aunque cambiásemos el pasado, era solo por ella, por estar juntos.
Preguntamos por Henry a todo el que nos encontramos y nos señalaron la dirección de su habitación. Estaba allí y nos recibió con una sonrisa cordial. Había estado ayudando a SHE con todo lo que había pasado y de paso ayudándose a sí mismo a tener algo que hacer para no pensar.
En cuanto le expliqué lo que pretendía, dijo que nos ayudaría. Percibí una profunda tristeza y sensación de culpa por los que habían quedado atrás, especialmente por Xandra. Aunque el ejército de androides con la cara de su novia era bastante impactante también.
Nos dejó allí mientras se marchaba a coger unas cosas acompañado de SHE, que pese a las peticiones de Henry, no aceptó quedarse fuera de la misión.
– [Noah]Siempre podemos despedir este mundo…por si acaso.[/Noah] – sugerí señalando la cama con la mirada después de que se marchasen. Era una broma para matar el aburrimiento de la espera. Hay algo curioso cuando te acostumbras a ser rápido y es que es fácil aburrirte por lo despacio que va todo lo demás. Bueno, quizá no fuese del todo una broma.
Kaylee se acercó hasta mí mordiéndose ligeramente el labio inferior y jugueteando con su pelo. Se acercó suavemente a mi oído y susurro. – [Kaylee]Despídelo con tu mano, cariño[/Kaylee].- antes de alejarse me besó en la mejilla.
Suspiré profundamente. – [Noah]Si sobrevivimos volveré a intentarlo. O quizá mi otro yo tenga más suerte.[/Noah] – comenté. En cuanto Henry y SHE volviesen tendríamos que adentrarnos en el lugar más peligroso para todos nosotros.
Tardaron unos minutos en regresar, pero en cuanto lo hicieron, apenas tardamos un minuto más en aparecer en una colina cercana a la ciudad.
– [SHE]Puedo rastrear el Obelisco mediante la señal que emite y establecer la ruta más exacta para llegar a su posición[/SHE].- explicó SHE, a la que no parecía afectar la desorientación espacial que provocaba el poder de Henry.
– [Noah]Vamos a necesitar también la más segura.[/Noah] – respondí pensativo. Frente a nosotros se alzaba ya en el horizonte el Obelisco. Dentro del círculo amurallado que rodeaba su base el semicírculo que quedaba en el lado opuesto al que habíamos aparecido estaba ocupado por los campos de vigilancia «no humanos».
Esperaba que no hubieran llevado a los nuestros allí todavía. Incluso desde donde estábamos se percibía que era un lugar de desesperación. Veía a las figuras, como hormigas, moverse en la parte que tenía visible. Todas grises y aunque no lo veía, todas marcadas con una omega en el ojo derecho.
Me hacía gracia la propaganda que habían hecho de todo esto, del Ministerio de Control Inhumano y los Campos. Bonitos panfletos y anuncios en los que hablaban de lugares protegidos para que los nuestros estuviesen a salvo y no supusieran una amenaza. Lo anunciaban como un barrio residencial de lujo y no era más que un campo de concentración. Lo peor es que algunos se habían descubierto voluntariamente creyendo esa patraña y habían acabado aquí, esclavizados, tratados como si no fueran personas.
– [SHE]La más segura puede no ser la más rápida[/SHE].- replicó SHE sacándome de mis pensamientos. Sus ojos me observaban fijamente. Debía ser lo único bueno que había salido de la Iniciativa.
– [Noah]Nunca se sabe.[/Noah] – respondí con una ligera sonrisa. El Obelisco seguía inactivo por el momento, así que teníamos mi velocidad y el teletransporte de Henry. Si el plan fallaba y el Obelisco se activaba, seguíamos teniendo mi forma de demonio, los artilugios de Henry y a SHE.
Miré a Kaylee y le dirigí una sonrisa, ahora lamentaba más que nunca no haber profundizado más en la magia o controlar sus transformaciones como su hermana.
Giré la vista hacia SHE, que parpadeó y cuando volví a ver sus ojos vi que eran de un azul eléctrico, antinatural. La única muestra que había tenido hasta el momento de que era una sintética.
Sin decir nada se giró y comenzó a caminar. Su consciencia parecía estar en otro lugar mientras su «sistema de navegación» nos dirigía. Seguía siendo más humana que todos los que se vanagloriaban de llamarse así a sí mismos mientras despreciaban al resto.
– [Kaylee]Da miedo[/Kaylee].- siseó Kaylee cerca de mí. Al ver su sonrisa le correspondí con otra.
La vi caminando frente a nosotros y pensé en su nombre, el primer recuerdo que tenía de él, de cuando SHE era apenas un prototipo. Un recuerdo rescatado de mi memoria genética, de la segunda vez que mi padre entró en la Iniciativa, junto a la tía Sarah y el tío Ed.
Proyecto S.H.E – Synthetic-Hybrid Evolution. Era una visión que había marcado a mi padre especialmente, porque le recordaba a lo que habían hecho con él. Apenas era un prototipo de androide y unos cuantos planos y detalles del proyecto, pero le afectaron bastante. Planeaban crear un humano sintético con partes cibernéticas que le diesen más capacidades y una inteligencia artificial basada en la tecnología de las improntas que los hiciese maleables, un supersoldado para la lucha contra los sobrenaturales.
Buscaban genética compatible para la base biológica que necesitaban, para crear una…una niña que luego clonar y alterar a su antojo. Tenían los genes de la tía Sarah y de muchos otros. Destruyeron los viales pero algo me decía que tenían más muestras. SHE seguía recordándome a ella.
Resultaba muy triste. Habíamos perdido a tanta gente que ya nos habíamos acostumbrado a vivir sin ellos. Apenas recordaba algunos detalles de ellos, de cómo eran, por mí mismo. Tenía que recurrir a los recuerdos almacenados en mi memoria genética. Pero no todos podían hacer como yo.
No quería imaginar el horror de pensar que algún día olvidarás cómo era realmente una persona a la que has querido, que un día pensase en Amy y no recordase su voz.
– [Noah]¿Estás bien?[/Noah] – le pregunté casi sin darme cuenta de que lo hacía basado en mis pensamientos y no en nada que me hubiese dicho. Se me había ido la pinza, esa frase siempre le había hecho gracia a mi padre.
– [Kaylee]Por supuesto[/Kaylee].- respondió tras un parpadeo. Se colocó la melena, que destelló aún más rojiza e intensa bajo la luz del sol.
A medida que nos acercamos, la visión del Obelisco y de su base, lo que antes había sido el centro de Moondale, se hizo más clara. El blanco e inmaculado Obelisco se veía diferente, había secciones ennegrecidas y el humo se alzaba en varias plantas.
– [Henry]Debemos darnos prisa.-[/Henry] dijo Henry señalando las llamas. Algo estaba pasando allí dentro. Quizá por eso la entrada parecía tan poco vigilada. Podía ser nuestra mejor oportunidad, pero había que tener cautela.
– [Noah]Nos puede resultar útil.[/Noah] – comenté. Aunque en el fondo temía que algo terrible hubiese sucedido y no pudiéramos llegar ni a los demás ni a la máquina.
– [SHE]Puedo ir más rápido[/SHE].- respondió SHE de vuelta en sí misma, con sus habituales ojos claros.
Negué con la cabeza. No lo suficientemente rápido. – [Noah]Señálame el punto por el que podemos cruzar la muralla.[/Noah] – le pedí. Una vez superada la muralla, habría que esquivar a los activos que custodiasen la distancia hasta el Obelisco, pero si había problemas no quedarían muchos abajo. En cuanto SHE me dijese el punto, les llevaría uno a uno. Henry podría hacerlo más rápido y a todos a la vez, pero sería mejor no cansarle, era la última esperanza para salir de allí.
Sus ojos centellearon un instante en color azul eléctrico y señaló a la perfección un punto de la muralla por el que podíamos cruzar. Supuse que no les preocupaba que nadie quisiera entrar si no salir, porque la muralla de la zona de los campos estaba perfectamente sellada.
– [Henry]Supongo que eres más rapido que un activo.-[/Henry] comentó Henry. Asentí y le dirigí una sonrisa antes de adoptar mi forma de demonio y cogerle sin que se diese cuenta. Atravesé limpiamente toda la zona y le dejé al otro lado, junto al Obelisco. Después hice lo mismo con Kaylee y con SHE.
Medité la idea de golpear a los activos mientras pasaba, pero la bondad de mi tía salió a relucir y pensé que no eran más que marionetas, y ni siquiera nos habían visto.
SHE señaló una rejilla de ventilación bastante amplia unos metros por encima de nosotros, era un buen sitio para entrar. No llegamos a subirnos porque Kaylee nos enseñó que a pocos metros de nosotros, una de las puertas principales estaba completamente abierta, de hecho, uno de los lados de la puerta colgaba de uno de los goznes a punto de derrumbarse. Algo la había hecho saltar.
De un momento a otro, Kaylee pasó de estar sonriendo orgullosa a llevarse las manos a la cabeza y gritar a pleno pulmón. Los activos se giraron hacia nosotros y trataron de rodearnos, pero mientras Kaylee se recuperaba, Henry, SHE y yo nos encargamos de ellos.
– [Kaylee]La gemela psicópata conoce nuestro plan[/Kaylee]. – explicó cuando la visión terminó.
– [Noah]¿Va a por la máquina? Tenemos que ir más rápido. Necesitamos encontrar a Ezra y a los demás.[/Noah] – respondí asustado. Si ella llegaba antes estábamos acabados, podría destruir el mundo desde mucho antes.
Cruzamos las puertas y vimos que el interior reflejaba el mismo aspecto que las puertas. Había cuerpos por todas partes y la sangre teñía las blancas paredes.
– [Henry]El caos parece ascender. Por lo que la máquina estará arriba.- [/Henry] teorizó Henry, observador. Tenía razón, si seguíamos el rastro de Verónica llegaríamos a la máquina, pero hacerlo antes que ella sería difícil. Y todavía necesitábamos rescatar a los demás.
– [SHE]Existe un 87,93333% de posibilidades de que Idris, Nick, Ezra y Xander estén en plantas inferiores.[/SHE] – aseguró SHE con una sonrisa. Lamentaba que alguien tan inocente tuviera que vivir en un mundo como éste, pero eso era lo que intentábamos cambiar.
Asentí y pensé en la forma más rápida de bajar, aunque no muy elegante. – [Noah]Tenemos que bajar primero entonces.[/Noah] – adopté de nuevo mi forma de demonio y agarré como pude a las dos chicas en brazos mientras Henry se encaramaba a mi espalda como le pedí. Respiré profundamente y atravesé a toda velocidad las escaleras que llevaban al primer sótano.
Observamos las primeras celdas, ocupadas por cuerpos inertes, algunas tenían las puertas abiertas. Esperaba que Verónica no se hubiese dado un festín de despedida. Después de comprobar las primeras, SHE no detectó nada que emitiese calor en él, así que continuamos.
En el segundo sótano sí detectó presencia de calor, así que empezamos a revisar.
– [Kaylee]¡EZZY![/Kaylee] – llamó Kaylee con su potente voz.
– [Ezra]Kaylee, Noah.-[/Ezra] respondió la voz de Ezra, que parecía provenir de un pasillo que quedaba a nuestra izquierda. Corrimos hacia allí y no tardamos en encontrar su celda. – [Ezra]Sacadme de aquí, esa loca se ha llevado a Xander.-[/Ezra] explicó. Henry pidió que le dejáramos paso y colocó un aparato en la puerta. Unos segundos más tarde, la puerta se abrió con un ruido seco.
– [Idris]¡Eh!, ¿no pensaréis dejarme no?[/Idris] – gritó la voz de Idris. Un par de puertas más allá vimos una mano saludar por el ventanuco de la puerta.
Henry se dirigió hacia allí mientras saludábamos a Ezra y al poco Idris salió de su celda y vino hasta nosotros. Por el camino señaló una puerta a Henry, que la abrió y sacó a Nick a cuestas, estaba inconsciente.
– [Idris]Bueno, ¿cuál es el plan?[/Idris] – preguntó en cuanto nos vio. La verdad es que el plan era que no había plan, simplemente rescatarles y llegar hasta la máquina como pudiésemos. Un plan desesperado para una situación desesperada.
– [Henry]¿Llegar hasta la máquina antes que ella? -[/Henry] propuso Henry.
– [Idris]Sencillo, me gusta. Vamos.[/Idris] – sentenció Idris mientras echaba a andar.
Por el momento el «no plan» iba todo lo bien que era posible. Verónica podría acabar con todas nuestras oportunidades pero al menos habíamos conseguido rescatarles a casi todos, porque a Xander lo tenía ella.
Estábamos más cerca de esa realidad en la que Kaylee había gafado diciendo que estaría lejos de mí. Hablando de gafar, a mitad de camino Idris se detuvo de pronto. No tardamos en ver el motivo, teníamos un escuadrón frente a nosotros, y no uno cualquiera, el A-Z, Adams Zero.
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